Partida Rol por web

Murmuró de nuevo en un idioma extraño mientras sus manos se movían en el aire dando forma a la energía que comenzaba a concentrarse. Con un gesto firme lanzó la esfera que en pleno vuelo se transformó en un sable élfico en miniatura. Acto seguido avanzó hacia ella, aunque era mucha la distancia que los separaba.

El mago se lanza escaleras abajo cuidándose de que no le haga nada el bardo, y va en pos de la chica, comenznado ambos a callejear por el pueblo...

Ante, todo, no perder el optimismo.- Pensó el bardo mientras corría detrás de aquel individuo tan escurridizo. Se le había ocurrido una maniobra desesperada para intentar detener la huida, tan desesperada que seguramente acabaría con él recibiendo los golpes de todo el mundo, pero había que intentarlo. - Que Desna reparta suerte.- Musitaba mientras bajaba las escaleras de dos en dos para acabar situado junto a una columna, dibujar unos gestos en el aire y gritar al felón:-¡Espérame!- Y donde se suponía que debía estar Leland Barrimore había una mujer con un sorprendente parecido a la que había salido corriendo con el bote del Goblin Dorado.

Aleena corre hacia uno de los ladrones con la intención de golpearlo con su "sap"* y luego poder interrogarlo. Desgraciadamente el mucho tiempo cegada se cobra su precio, y falla

El barbaro no iba a dejar escapar a aquel tipo vivo... despues de lo que le habia echo... el golpe que el ladron le habia propinado le hizo trastabillar, pero parecio que toda labebida que habia estado bebiendo se habia evaporado de golpe. Ahora parecia estar algo mas centrado... por eso su puñetazo parecia que estaba dado con mayor intencion que el anterior....

Los ladrones están mirando por el rabillo del ojo que se han quedado solos, pues sus patrones han salido por la puerta principal. Aunque dos de ellos deben enfrentarse al barbaro y a la picara respectivamente, el otro ya se ha dado cuenta de que ahí no tiene nada que hacer e intenta escapar.

- Maldita sea, ¡Te has quedado solo! ¿no prefieres salvar tu vida antes que perderla inútilmente? quizás no tengas tanta suerte como tu compañero. - El mensaje va dirigido al único ladrón que queda en pie y luchando (el que se enfrenta con Aleena).

Acto seguido me agacho al lado del ladrón al que he abatido e, invocando a Iomedae, cierro sus heridas para impedir que se desangre.

El ladron apenas si presta atención a las palabras del paladín.

Mientras, la chica sigue corriendo...

De la mano del elfo surge una luz azulada que se estira en forma de lanza, la cual sale disparada hacia la chica. Al impactar en su espalda, ésta cae al suelo a plomo.

En ese momento, el mago sale corriendo tras ella, como loco.

¡No, estoy no tenía que ser así! ¡Porqué!

El bardo no deja escapar la oportunidad y, a pesar de que su elaborado disfraz no ha consgeuido engañar a nadie, corre hacia el cuerpo de la muchacha para aprovechar el momento de debilidad de su oponente.

Probablemente Aleena debería intentar localizar al diablillo... y es una mediana sagaz así que en otra ocasión eso hubiera hecho. Desgraciadamente la ceguera le ha dejado en difícil situación, y se limita a reaccionar a la situación en la que se encuentra.

Así que vuelve a intentar golpear con la cachiporra al ladrón que tiene delante, tratando de quedar bien con su posible futuro patrón. Su ataque tiene éxito (Alcanzo CA 17) dando un potente golpe a su adversario (5 puntos de golpe atenuados)

El barbaro apreto los dientes, herido en su orgullo, pensaba que aquel ladron no tenia ni medio puñetazo... pero claro, habia que darle, y hoy el guerrero parecia no tener su noche. El nuevo intento del salvaje se perdio por encima del hombro de su adversario... lo cual hizo a Sigvhat gritar de frustracion....

Aleena golpea con éxito alladrón en la sien con su porra, pero éste, viendo lo que se avecinaba, aprovecha el impulso para guiarse hacia la salida mientras vigila a todos los presentes.

El que combate con el bárbaro, se ve encerrado, por lo que lucha con los dientes apretados, aunque el humano lo esquiva con facilidad. El otro ha salido por la puerta, viendo la oportunidad de escaparse.

Eso si que no, responderéis ante la justicia.

Con este pensamiento, cruzo corriendo como puedo la distancia que me separa de la puerta y me planto justo delante de la entrada, impidiendo la salida de los dos ladrones restantes.

- Os lo repito por última vez, ¡ALTO!