Partida Rol por web

Los Caprichos de las Nornas

Capítulo 2: Deuda de Sangre

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09/03/2016, 11:55
Bernt Karlssen

El camino ha sido agotador. Los guardias, los lobos y el sueño compartido de Haakon y Erik nos han mantenido en vilo, conscientes de que en cualquier momento, cualquiera de esos peligros podía convertirse en un combate mortal. Aun así, mi mente lleva todo el trayecto volando de vuelta a mi esposa y los pequeños. La única esperanza de que la sangre de mi familia siga adelante.

Al llegar al árbol, busco ávidamente a mi familia. Me acerco corriendo a Owden y Falki, comprobando que están bien. Revuelvo el pelo del mayor con algo de orgullo. ¿Has cuidado de tu madre? Solo después abrazo a mi esposa, confortándola por unos momentos antes de intervenir en la decisión sobre si combatir o intentar escapar.

El árbol parecía proteger de los lobos. Tú lo dijiste, Haakon. Hemos recorrido un largo camino guiándonos en parte por esa premonición. ¿No deberíamos quedarnos aquí ahora? Se oyen ruidos, pero no voces ni gritos, hasta ahora la guardia no ha mantenido esa disciplina.

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09/03/2016, 14:07
Erik Kodranssen

-Si nos separamos, ellos se separan tambien y seguiremos siendo 5 veces menos que ellos en cada grupo. Si hay que plantar batalla para que nuestros hijos y parientes huyan, que sea nuestro ultimo recurso, pues no sobreviviremos a ello. Sigamos a Harald y deprisa. Que nos lleve a un sitio que si no pudira ser un refugio, al menos sea un sitio donde su ventaja numerica no resulte tan abrumadora. Un paso estrecho, una colina escarpada, lo que los dioses dispongan.

Notas de juego

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09/03/2016, 14:23
Harald Erikssen

Yo tampoco soy partidario de separarnos. Trataré de conduciros a una cueva que tenga una entrada estrecha. De esa manera, si no logramos despistarlos, podemos enfrentarnos en mejores condiciones. Pero lo primero es tratar de despistarlos.

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09/03/2016, 15:12
Director

Las voces que Bernt no escuchaba empiezan a ser evidentes ahora, junto al traqueteo del metal de las armas, armaduras y escudos traqueteando. No os ven, pues para cuando han podido llegar a un lugar desde el que divisar el árbol vosotros ya habéis comenzado la huída.

Es difícil hacer huir a tanta gente a la vez. Os dividís en pequeños grupos. Váis juntos, a apenas unos metros de distancia, pero lo suficiente como para que las huellas que deja vuestro propio peso no sean tan evidentes. Evitáis pisar la nieve en tanto en cuanto sea posible, transitando por piedras, troncos o cualquier superficie lo suficientemente dura para no dejar huellas. Rezáis a los dioses para que os otorguen una oportunidad de escapar.

Y una vez más, parece que los dioses os benefician. Pronto dejáis de oír ruídos tras vosotros, pero ninguno se confía. Corréis y corréis, llevando a vuestros cuerpos hasta la extenuación. A quien no puede mantener el ritmo se le ayuda o incluso se carga con él. Aprovecháis veredas, arroyos y todo lo que se os ocurre para dejar el menor rastro posible. Y por fin caéis rendidos. Cerca de una cueva.

No es muy grande. No es profunda. Apenas una cavidad en la roca, pero suficiente como para dar cabida al grupo y proteger una pequeña hoguera. Dudáis si encenderla para no alertar a nadie. ¿Estaréis lo suficientemente lejos? En el bosque no se oye nada, salvo vuestros propios jadeos. Muchos os derrumbáis exhaustos. No podéis más. En especial aquellos heridos.

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09/03/2016, 22:32
Erik Kodranssen

-Creo que deberiamos protegernos del frio lo mejor posible, Quizas podriamos hacer un parapeto improvisado con unas mantas y una cuerda atandolas a salientes de la roca o sosteniendo los extremos con palos. Los niños y los ancianos son los mas vulnerables al frio, deberian ponerse juntos y cubiertos con mantas, para que se den calor mutuamente, tras el parapeto por supuesto.

Si hay algo de comer que no requiera cocinarse, me parece que es el momento de sacarlo. Algo en el estomago nos vendra bien. Tambien deberiamos hacer guardia, por turnos. Y aunque me gustaria mucho calentarme junto a una buena hoguera... deberiamos olvidarnos del fuego. Con la noche que hace, si encendemos fuego, la luz los atraeria como si fueran polillas.

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10/03/2016, 09:52
Uthred Svensson

   Estaba de acuerdo con Harald, pero también lo estaba con Erik. Debiamos mantenernos todos juntos, si nos separamos seguiremos estando en inferioridad y si dejamos a aquellos que no pueden luchar, apenas serán una molestia para unos pocos guerreros mientras el resto nos matan. Pero como decía Erik, si acaso nos alcanzan una buena manera de darles tiempo a aquellos que puedan escapar es enfrentándonos a nuestros perseguidores y así demorarles.

   Por suerte, parece que los dioses siguen de nuestro lado, aunque no termino de creerlo ni de confiarme, pues encontramos una cueva lo suficientemente profunda como para proteger una hoguera. Cuando entramos, me desplomé y me apoyé contra la pared. Desde que empezara nuestra escaramuza habían pasado horas de auténtica tensión. Lucha, huida, no habíamos tenido ni un momento de descanso. Además, herido como estaba estaba empezando a perder fuerzas. Dejé a mi lado el escudo y me quité el cinturón de la espada para que no me estorbara. Entonces Erik remarcó la debilidad de los viejos y eso me hizo sonreir, incluso me reí a carcajada limpia, cosa que ayudó bastante a quitarme la tensión que tenía acumulada.

   - Ten cuidado Erik... que hay más de un viejo presente que sería capaz de tumbarte, aún a su edad. - Pensé en mi abuelo y, como no, al incombustible Torstein. De echo, me fije en el bufido que el viejo toro le echó. Tosí un par de veces pero poco a poco fui dejando de reír. - Si usamos leña seca hará menos humo, y podemos ocultar la entrada con ramas y algunas piedras para que desde fuera no se vea el fuego ni se vea la entrada a la cueva. O podemos acurrucarnos todos y darnos calor. - Volví a reír ante mi segundo comentario, sorprendiéndome a mi mismo de poder hacer bromas incluso en situaciones tan difíciles como esta.

   

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10/03/2016, 16:13
Erik Kodranssen

-No me enfrentarme a un veterano guerrero creyendolo mas debil que yo. Pero el invierno, la humedad y el frio, hacen mella antes en los huesos viejos y en los mas jovenes, que en los de edad intermedia por asi decirlo, normalmente al menos. Si alguno de nuestros veteranos toma mis palabras como ofensivas, le pido perdon. No es mi costumbre ni esta vez mi intencion, ofender a quienes son para mi un ejemplo a seguir.

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11/03/2016, 01:32
Haakon Rasmussen

Habíamos tenido poco tiempo de descanso, pero se nuevo nos encontramos corriendo en huida de los guardias de la ciudad. Una parte de mi se preguntaba si así sería nuestra vida a partir de ahora. El cansancio y el frío ya habían hecho mella en nosotros mucho antes de que nos reunieramos con el resto del grupo, y en seguida todos acabamos al borde de la extenuación.

Era difícil de decir si realmente habíamos perdido a nuestros perseguidores, estos habían abandonado la persecución, o incluso nos habíamos perdido en medio del bosque, pero el hecho de no tener que continuar la huida era algo que agradecer. Incluso si la pequeña cueva no era el mejor lugar para refugiarnos, era mejor que nada.

La mayoría se dejaron caer al suelo medio muertos de cansancio. No podía culparles, yo mismo estaba a punto de desfallecer. Lo único que restaba era la discusión sobre si encender o no una hoguera.

- Encended el fuego. - dije sin dudarlo un momento. - Los guardias podrían haber dejado de perseguirnos definitivamente, o tal vez no, pero lo último que quiero es ver a alguien morir de frío después de haber pasado por tantas penurias. - intenté sonreir con confianza, aunque lo más probable era que los demás solo me vieran hacer algún tipo de mueca extraña.

Durante los minutos siguientes velé por los demás, me mantuve despierto con la espalda apoyada contra la pared de roca y medité murmurando unos salmos que me había enseñado mi mentor, al tiempo que dibujaba círculos con el extremo del bastón sobre la fina capa de nieve semiaplastada que se había colado en la cueva. Sin embargo, en poco tiempo el bastón se resbaló de entre mis manos cuando caí exhausto en un merecido e intranquilo sueño.

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11/03/2016, 01:52
Haakon Rasmussen
- Tiradas (2)

Motivo: Dominar la niebla - 1 dado de furor

Tirada: 5d10

Resultado: 1, 1, 1, 8, 10 (Suma: 21)

Motivo: repetir el 10 (para lo que me va a servir)

Tirada: 1d10

Resultado: 5

Notas de juego

Ahí va mi último dado de furor, Así que a partir de ahora solo puedo guardar 1 dado para las tiradas.

Director, quiero aplicar la regla de dedicar más tiempo al hechizo para ganar un bono de +3 empleando 8 minutos en lugar de 4 (según el ejemplo del libro, página 247 serían 5 minutos para ganar un +3 y 6 minutos para ganar un +6, pero creo que es un bono exagerado para una variación de tiempo tan pequeña.)

Quiero acumular toda la niebla posible sobre la entrada de la cueva. Una capa pequeña y totalmente gruesa de niebla que tape cualquier luz de la hoguera (ver el humo de una hoguera por la noche me parece harto imposible)


F**K... Creo que he sacado una pifia...

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11/03/2016, 11:13
Harald Erikssen

Perdí la noción del tiempo despues de esta loca carrera a través del bosque, tratando de sobreponerme a mis heridas y haciendo lo posible por despistar a nuestros perseguidores, mientras dirigía al grupo hacia una cueva dando tantos rodeos como pudiera.

Cuando llegamos al fin a nuestro destino, una breve plegaria de agradecimiento a los dioses se escapó de mis labios, a la par que acariciaba levemente mi amuleto del martillo de Thor, tras lo cual me dejé caer en el suelo como un fardo. Mientras trataba de recuperar algo de aliento, escuché a mis compañeros discutir sobre la conveniencia o no de hacer fuego. Ciertamente era un riesgo, pero la posibilidad de morir congelados también lo era:

Encendamos ese fuego y tratemos de esconderlo lo mejor posible. Si los dioses han dispuesto que muramos hoy, será mejor hacerlo en batalla y entrar en el Valhalla que hacerlo por congelación y que nuestro destino sea Jötunheim.

 

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11/03/2016, 12:01
Ishild Bjornsdatter

No cuestioné los comentarios de mis compañeros. No me parecía oportuno. Tanto si nos perseguían como si no lo hacían debíamos descansar. La cueva parecía un lugar apropiado para pasar la noche. Agarré a los pequeños y los llevé junto a los hijos de Bera.

- Que duerman juntos, nosotros haremos lo propio - les comenté con la intención de hacer pasar el menor frío posible a los niños. - Jorgen debes cuidar de tu hermana - le recordé al pequeño. Con una manta para los tres sería suficiente siempre que nos mantuvieramos bien pegados. - El fuego puede ser una opción. Pero debemos quitarnos todo aquello que esté empapado y mojado. Las enfermedades pueden ser letales si no alejamos el agua de nosotros. Como bien habéis dicho no hemos pasado tantas penurias para acabar muriendo aquí de una forma tan... poco honrosa. Deberíamos hacer guardias, solo por si acaso. Si vienen a por nosotros al menos que podamos darles algo de batalla.

Medito las palabras de mis compañeros.

- Tal vez... tal vez el fuego no sea la mejor de las opciones... igual es mejor pasar la noche como podamos y encenderlo con las primeras luces del alba para que no llame demasiado la atención.- comenté a mis compañeros como sugerencia.

Veo cómo van cayendo rendidos uno a uno y sonrío. Es necesario descansar. Pero yo tengo dos hijos y no puedo pensar en mi, debo pensar en su seguridad... debo.... noto como el sueño se va apropiando de mis pensamientos y suspiro cansada. No me iré a dormir hasta que mis pequeños y el resto de niños estén bien a resguardo y durmiendo.

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11/03/2016, 15:17
Director

Por turnos, váis haciendo guardia alrededor de la hoguera que al final decidís hacer pese a que muchos objetan que puede atraer a vuestros enemigos. Lo cierto es que la nevada se hace cada vez más intensa. Las temperaturas caen. El suelo se vuelve blanco con un manto espeso. No se oye nada, salvo el lejano ulular de los búhos y el viento colándose por las rendijas en las grietas de la gruta.

Haakon antes de caer rendido intenta realizar algún sortilegio, o eso pensáis al verle enfrascado en sus pensamientos mientras con su bastón hace signos arcanos y susurra alguna invocación. Pero lo cierto es que no sabéis bien si ha hecho algo o no, pues lo que parecía una niebla que se elevaba desapareció inmediatamente.

Todos estáis muertos de frío, incluso con la hoguera encendida. El ambiente está viciado, pues el humo insiste en quedarse con vosotros. Las toses son comunes en el grupo, sea por las bajas temperaturas o por el agobio que supone estar respirando el resultado de la combustión de una madera bastante mojada.

Pero nadie os molesta. No os sorprende en especial. Con la nevada y la caída de la temperatura en picado nadie en su sano juicio seguiría la caza. Pero tampoco os sorprendería que la caza se reanudase pronto.

Para cuando el sol sale, la nieve deja de caer. Como la piel de un cordero, la nieve cubre, blanca, el suelo en todo lo que alcanza vuestra vista. Es momento de partir, seguir adelante, siempre hacia el oeste. Hacia el mar del Norte. Hacia Frisia.

Notas de juego

Sí, Haakon, pasa lo que crees. ;)

Todos recuperáis tantos puntos de vida como la mitad de vuestra Energia.

Recuperáis todo vuestro furor.

¡Es un nuevo día!

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13/03/2016, 17:39
Uthred Svensson

   Sintió como si un pinchazo recorriera su hombro y su torso herido. Eso fue lo que le despertó. Había hecho la primera guardia y, cuando fue a dormir, cayó rendido cerca de la hoguera. Se sumergió en un sueño negro, un sueño sin sueño y se levantó con la sensación de no haber dormido, con esa sensación pastosa en la boca y la desilusión de no haber disfrutado de un sueño largo y reparador. Pero no estaba cansado. Uthred había dejado sus botas mojadas cerca de la hoguera y ahora se quitó la armadura de cuero y la camisa dejando al descubierto su torso desnudo. Un torso juvenil, con una incipiente pelambre rubia, tan clara que parecía que el vello de su torso se hubiera congelado, estaba sucio y tenía restos de sangre reseca de su herida, cerrada debajo de una costra oscura de sangre reseca. - Tendría que lavar esto... - Se dijo a si mismo, pero no tenían agua para desperdiciarla en eso. La noche anterior pasaron por un arroyo antes de encontrar la cueva. 

   Uthred se levantó y se volvió a vestir, cogiendo su cinturón con la espada y el escudo. Se acercó a la persona que hiciera guardia y palmeó su hombro con camaradería.

   - ¿Está todo tranquilo? - Preguntó, más por iniciar una pequeña conversación que por el hecho en sí, pues de haber sucedido algo reseñable o peligroso no podrían haber dormido como lo han hecho. Sí, de momento era una mañana tranquila.

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14/03/2016, 02:27
Haakon Rasmussen

Desperté muy agitado y entre toses, saliendo bruscamente de un sueño en el que era perseguido por lobos. Tardé un momento en reconocer donde estaba, y entonces me di cuenta de que estaba helado, a pesar de la hoguera que habíamos encendido la noche anterior. Tosí un par de veces más. Tenía la sensación de no haber descansado, e incluso me parecía como si hubiera envejecido algunos años de golpe.

Con cierto esfuerzo me puse en pie. El sol ya brillaba en lo alto, y ahora que eramos proscritos en Hedeby no podíamos quedarnos quietos tan cerca de la ciudad esperando a que nos encontrasen y dieran caza como a animales repitiendo la desafortunada persecución de la noche anterior.

Aún preocupado por Harald, me acerqué con la excusa de echar un vistazo a sus heridas. En parte sentía como si su salud ahora fuera parte de mi responsabilidad, después de todo por lo que habíamos pasado ayer, pero también había algo que tenía que consultar con él en privado...

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14/03/2016, 02:43
Haakon Rasmussen

- Escucha Harald - dije entre susurros cuando creí que nadie nos escuchaba, aunque no sabía exáctamente como expresar mi pregunta - Los lobos... se que tú también sabes sobre ellos. - Inmediatamente me di cuenta de que aquello había sonado casi como una acusación, pero ya era tarde para retirar mis palabras, solo podía esperar que Harald no fuera tan orgulloso como para recriminarmelo.

- ¿Qué sabes del poblado de Staun? -

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14/03/2016, 02:51
Haakon Rasmussen

Notas de juego

master, por el contexto de lo que dijeron los lobos intuyo que al referirse a Staun podrían estar hablando de mi aldea natal, aunque yo no la puse nombre. ¿Es así?

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14/03/2016, 10:02
Harald Erikssen

Procuré cumplir mi turno de guardia cuanto antes y así irme a descansar. Mis heridas me habían afectado bastante y necesitaba de ese sueño reparador para poder afrontar el día siguiente, suponiendo que llegásemos a él.

El sueño me debió sorprender en algún momento y a pesar del frío y el humo logré descansar como para sentirme más fuerte a la mañana siguiente. Procuré atender mis heridas y en esas estaba cuando se me acercó Haakon para ayudarme con ellas.

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14/03/2016, 10:10
Harald Erikssen

La afirmación de Haakon me sorprendió y casi me indigno, pero por suerte, mi caracter es más reflexivo de lo que suele ser en mis amigos y esperé hasta que acabó de hablar, momento en el que la curiosidad se impuso a la ofensa, ya fuese real o supuesta:

Haakon - dije entre susurros - No sé más de los lobos de lo que ya he contado. Respecto a ese pueblo, no me suena, pero... ¿podría ser del que procede mi madre? No conozco más detalles. ¿Que puedes contarme tú?

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14/03/2016, 11:38
Erik Kodranssen

-Hemos pasado de la primera noche, hermanos. Comienza el primer dia de nuestras nuevas vidas. Nuestros perseguidores dudo mucho que hayan pasado la noche al raso, eso nos proporciona algunas horas de ventaja seguramente. Pero pronto vendran con perros y en gran numero, comenzaran la busqueda desde debajo del arbol. Creo que debemos partir sin demora, por que nos persiguen y porque volver a movernos devolvera el calor a nuestros miembros, avancemos unas cuantas horas hacia el mar, si es posible, deberiamos cruzar algun riachuelo para dificultar aun mas seguir nuestro rastro. Cuando paremos a descansar, deberiamos discutir nuestro destino mas concretamente. Hemos perdido nuestros hogares, necesitamos uno nuevo, lejos de la influencia de nuestros enemigos, muy lejos.

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14/03/2016, 12:25
Ishild Bjornsdatter

Ya pararemos a debatir qué hacer. No hay tiempo de momento.- digo intentando parecer fuerte. La muerte de Ivar todavía pesar y la destrucción de nuestro hogar pesa todavía más. ¿Era eso lo que les iba a dejar a mis hijos? Cerré los ojos y traté de reconfortarme.

El grupo necesitaba mi ayuda. Pero yo necesitaba mis materiales. Me puse a rebuscar entre los enseres que saqué de casa, seguro que había algo de mis medicinas. - Andemos sin detenernos más de lo necesario.