Partida Rol por web

Ludus Magnus: Dioses de la arena 2.0

Escena 1: Nai

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08/11/2011, 20:30
Nai

Era noche cerrada.

La luna no asomaba esa noche su ojo luminoso en el cielo. Solo era una sombra en el cielo, intuida más que reconocida. Era una pupila negra que no emitía la luz que habitualmente destellaba, dando esperanza en la oscuridad. Un soplo de aliento para aquellos perdidos entre las sombras. El ludus Magnus se alzaba sobre la colina, alejado de todo y de todos. Manteniendo su mercancía alejada de cualquier curioso que deseara descubrir sus secretos. Nada se veía. Nada se oía. Era noche cerrada. Noche profunda. Noche de lobos...

Un aullido cruzó la noche, rompiendo el silencio, pero solo para hacerlo aun más profundo y amenazador. Aquellos animales bajaban de las montañas de tanto en tanto y traían a la mente de los habitantes del ludus, que no siempre el hombre dominaba la tierra, si no que esta tenía fieles servidores que le ayudaban a revolverse y recordar a cada uno cual era su sitio. Por fortuna para los corderos, el ludus tenía altos y gruesos muros, que aislaban a los curiosos, fueran de la naturaleza que fueran. Pero si bien los animales quedaban fuera, rondando, acechando, esperando el momento de despiste de cualquier presa, los sonidos que traían consigo lograban saltar los muros.

Pocos dormían. Estas incursiones tenían esa pega, pero compensaba que el ludus estuviera aislado de ojos curiosos. Y nadie en su sano juicio rondaría por aquella zona en la oscuridad. Los lobos, lejos de ser una gran molestia, eran una mayor ventaja; guardianes de la tranquilidad de la noche en el ludus. Nada entraba, nada salía, sin que ellos lo vieran. Y solo el revelador fuego les intimidaba. Un fuego que nadie que se manejara en subterfugios encendería...

Aun así, en las sombras, siempre había algo que se movía. Porque no todo podía ser quietud en le ludus Magnus. Deslizándose por las sombras siempre había algo o... alguien...

Notas de juego

Supongo que lo primero es entablar relación, máxime con el resto de personajes. Así pues espero que esto sirva como introducción y puesta en escena.

De esta manera, tanto Nai como el resto podrá un poco situarse, y a partir de ahí, rolear e interactuar. ¿Correcto? Es que empezar así, a palo seco como prota, me parecía extraño...

Pero vaya, que siempre se puede hablar y siempre puedo añadir, quitar y editar ;D

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08/11/2011, 21:31
Druso

Druso observó el exterior desde el ventanuco de su celda: la oscuridad que circundaba el caserío, casi vaporosa, parecía colarse en su habitación a pesar de la débil luz de su lámpara de aceite, y no pudo reprimir un escalofrío y un castañeteo de dientes imaginando a las terribles bestias que aullaban a la luna. Sí, era una buena noche para encontrarse tras los muros del ludus...

Notas de juego

Zeltallas, para ambientar e interpretar por el simple placer de interpretar está la otra escena :P

Aquí debes ser agresivo e ir a saco: plantéate un objetivo y acércate a él. Y te recuerdo que el acercamiento puede ser algo tan sencillo como tratar de entablar buenas relaciones con alguien (¿Sura, tal vez?), investigar cualquier cosa, o lanzar algo con una escena de Conflicto sólo para ver cómo actuamos los demás...

Piensa que los demás te saldremos al paso, ya sea con nuestros pj´s principales o con pnj´s de nuestra invención, ¿ok?

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13/11/2011, 22:52
Claudia Aria Corvina

Claudia se despertó otra vez en mitad de la noche. Tumbada entre vaporosas sedas, el dolor en el costado le cortó la respiración y le arrancó unas lágrimas. Apretó los labios, clavando una dura mierada en el techo y cerró los puños en las sábanas que le parecieron ásperas. Tras unos segundos que le resultaron eternos, el dolor remitió y solo quedó un ligero hormigueo. Solo entonces, Claudia relajó las manos y exhaló un suspiro de alivio. Se pasó la mano por la frente cubierta por una fina capa de sudor y y trató saliva costosamente. Tenía que volver a dormirse.

Miró por la ventana, la luz de la luna filtrándose por el marco y arrojando destellos plateados por su habitación. Suspiró y cerró los ojos otra vez, intentando volver a dormirse.

Notas de juego

Pues... yo cuando me digáis xD

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14/11/2011, 12:39
Nai

En el interior del ludus, la sombra se movió.

Con sumo cuidado, ocultándose en las sombras al amparo de la oscuridad, la silueta se deslizó tras la garita de los guardias, un entramado de madera, adobe y teja de barro que proporcionaba resguardo en caso de lluvia. Esta estructura, situada junto al portón principal, apenas dejaba unos centímetros de separación entre esta y el muro exterior, pero era suficiente. Era más que suficiente para la sombra, la cual se apoyaba con el cuidado de una araña, pies y manos, balanceando el cuerpo con suavidad a fin de emitir el menor ruido posible. Si bien es cierto que los aullidos de lobos ocultaban con facilidad cualquier otro sonido, no era cuestión de ir descuidándose. Los músculos habían calentado previamente para evitar cualquier chasquido articular en seco, pero no demasiado. El sudor podía ser también revelador si los guardias eran competentes.

La sombra contuvo la respiración tras el adobe de la garita, apretándose contra ella, como un amante se aferra a su pareja huidiza. El muro de adobe de la garita estaba cálido al tacto, transmitiendo lo que en el interior se cocía. Sentía el calor del fuego que había dentro de ella a fin de combatir el frio de la noche. Sa sombra no había traido capa ni ropa alguna que entorpeciera su movimiento. Solo un taparrabos y unas tiras de tela atadas en los pies para que no quedaran huellas claras en la arena del patio, ni de calzado ni de pies. Aquello se pagaba con frío, pero el adobe caliente de la garita le dio la pausa necesaria para restaurarse de la baja temperatura y proseguir. Aquella sombra no estaba acostumbrada a noches tan frías y recordó aquel hecho para la próxima vez. Aun había tanto que aprender...

Cuando el cuerpo tuvo el calor necesario, se despegó de la garita con la misma lentitud, pero se mantuvo cerca, a cubierto en el hueco del muro y la garita. Cerca, a apenas unos metros de distancia, un guardia se mantenía en pié. Distraido, pero consciente de cuanto le rodeaba. Si la sombra hubiera salido de su cubil el guardia podría haberle visto con facilidad. La sombra sopesó un segundo la posibilidad de envolverle en sus anillos y dejarle insconsciente, pero rápidamente desechó tal posibilidad. En esta noche, la sombra no era el cazador. Solo exploraba. Investigaba. Tentaba.

Un olor a comida cocinandose llegó hasta su olfato y dedujo que el segundo guardia que estaba fuera de su campo visual estaba en la garita, preparando alguna suerte de guiso para el rancho nocturno. Esa era la evidente rezón por la cual el otro guardia en el portón estaba solo y parecía impaciente y distraido. La sombra lo contempló con más atención desde su agujero, inmovil y paciente. El guarda tenía luz propia y no le vería a menos que se acercara hasta él, pues su luz era pequeña por gracia del viento frio y la noche húmeda. Tenía hambre, lo decía su salivación y impaciecia. Tras pocos minutos, un aviso incomprensible para la sombra, algún tipo de jerga local, salió de la garita y logró que el rostro del guarda del portón se iluminara. Este tomó un cuenco de madera y se desplazo unos metros hacia la parte anterior de la garita. Cuando el hombre armado pasó cerca suyo, la sombra se pegó a las paredes y cerró los ojos para que el blanco de sus ojos no le traicionara. El oído le dijo que los pasos siguieron hacia el interior de la garita, y se entablo una leve conversación. Luego el sonido de vertido. Sin duda el guiso sobre el cuento. Luego un silencio y un siseo de dolor. Sin duda la comida caliente seguía siendo más poderosa que el hambre. La risa del que había cocinado siseó, burlona. Aquel otro guarda, herido en su orgullo masculló algo, quizás una maldición y sonó el sonido de un soplido continuado y lento. Aquella era la señal que la sombra había esperado.

Sin perder un segundo, con el movimiento fluido de una serpiente que avanza por la superficie del agua, se deslizó más allá de su sombra protectora, hasta el portón, donde ahora ninguna luz podía iluminarle. Sabía que contaba con poco tiempo, pero la oscuridad cubría sus movimientos, los lobos y el viento tapaban sus sonidos, y las necesidades básicas del guarda copaban durante al menos unos segundos preciosos toda su atención. Agil y fluido como el agua de un riachuelo, la sombra se deslizó hasta la cancela del portón, una barra horizontal de frío metal que pivotaba sobre un eje. La sombra se las arregló para deslizar parte de la barra de metal y colocarla unos centímetros más a la derecha, sobre un enganche que permitía descansar su peso para abrir la puerta. Sus músculos se marcaron ante la tensión de mover ese peso a una velocidad tan lenta como cuidadosa. Luego se relajaron al lograr alcanzar su meta, que no era la meta filan de la barra, mucho más a la derecha. La barra apenas se había movido unos centímetros, pero ahora la cancela estaba abierta. Solo un atento escrutinio de la misma reverlaría que no cerraba absolutamente nada, y que el portón se mantenía cerrado merced del peso de su propia estructura.

La sombra se retiró de nuevo a las sombras, animada por la perspectiva de ser descubierta, y se permitió unos lujosos segundos para sonreir, mientras volvía a pegarse al muro para encontrar el calor. El guarda, con el cuenco de madera en la mano, y aun soplando le humeante contenido, recobró su posición de espaldas al portón sin percatarse de la nueva disposición del metal en aquel pequeño mundo que era al ludus. Cuando pasaron unos segundos y el guardia aprovechó para bajar la mirada y sorber el contenido el cuenco, la sombra volvió a deslizarse, esta vez desandando el camino, volviendo tan sigiloso como siempre se había movido, de vuelta a su celda y tumbándose en el camastro. Previamente había pasado por las letrinas, su excusa para llevar las tiras de tela, y las había retirando de sus pies, dejándolas caer en el pozo negro. Volvió a su celda, compartida con otras sombras que dormían, y saludó con un cabeceó al guarda de gladiadores, que asqueado por su tedioso trabajo y horario, le había dado paso franco. A fin de cuentas, en aquella noche de lobos, ¿adonde iba a escapar un esclavo? Además, los demás accesos a la parte noble de la casa estaban vigilados por más guardias, de modo que tampoco se pasearía por ahí. Con mirada somnolienta y de desagrado, el guardia contempló a la sombra volver a su camastro y taparse con la raída manta, entrando en un envidiado sueño.

Los ojos de la sombra estaban cerrados, pero su mente permanecía despierta; atenta al sonido de aquello que esperaba oir. Solo era cuestión de tiempo que los lobos tentaran el portón. Eran animales inteligentes, y su exploración era en busca de debilidades en la estructura. Con que un par de ellos apoyaran su peso en la madera, curiosos, el portón se abriría lo suficiente como para dejar pasar a uno de ellos, y posteriormente a cualquiera de la manada que estuviera con él.

Minutos después, un grito desgarrado y un gruñido sordo rasgaron la noche. El gruñido sordo era animal. El grito desgarrado, humano. Un gran lobo, sin duda el macho alfa de la manada, se había aventurado a presionar el portón abriendo un resquicio. El guardia del portón, aun saboreando el calor de su rancho, abrió mucho los ojos y apenas pudo poner un brazo delante cuando el gran lobo saltó sobre él. Su grito de alarma alertó a su compañero de la garita, que salió en su ayuda rapidamente con una tea, así como a varios guardias. La sombra se incorporó del lecho, como todo el mundo en su celda, apiñandose tras lo barrotes de la misma para ver que pasaba. Pero él ya sabía que pasaba.

Su atención se centraba en el despliegue de fuerzas del ludus. No le cabía duda que, aunque se colara toda la manada de lobos en el patio, la fuerza de guardia repelería el ataque, ya fuera matándolos o más probablemente auyentándolos con el fuego. El interés de la sombra era ver como se movían y se desplegaban los guardias, como estaban pertrechados cuando descansaban, cual era su capacidad de reacción, de agrupamiento, de colaboración y, por que no, de honorabilidad ante un compañero en apuros. Tambíen, quería conocer de una vez a quien era el que orquestaba todo desde la planta noble del ludus. Un asunto como aquel despertaría a todos sus habitantes, como si de un incendio se tratara, y los nervios florecerían. El responsable de todo aquello tenía que personarse antes o después, y la sombra quería saber que tipo de persona era y cuales era sus formas. Conocer todas las caras de tu rival te enseñaba a comprender quien era, que armas tenía, y que motivaciones le movían. Las tres claves para cualquier enfrentamiento.

En aquella noche preternatural, los lobos comenzaron a entrar en el patio, mientras el primer guardia atacado caía al suelo y su compañero se debatía entre ayudarle con su fuergo y salvar su propio pellejo. El sonido de pasos y gritos demostraban que la alarma llegaba a todas partes mientras las fuerzas del ludus comenzaban a desplegarse. Quizás, con un poco de suerte, en medio del caos reinante quizás hubiera alguna posibilidad de huida esta misma noche. Cierto que la sombra no conocía nada de estas tierras, gentes o cultura. Pero quizás el viento de libertad en su rostro mereciera la pena.

Y si no, aquella era un manera tan buena como cualqueir otra de aprender. Una incluso mejor. Porque de esta manera, la sombra tenía al menos la sensación de que tenía cierto control sobre su destino...

Notas de juego

Varios lobos entran en el patio. Un numero indefinido entre 5 y 10.

PD: Espero que algo así sea a lo que te referías... :P

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14/11/2011, 17:08
Director

Las bestias cruzaron la estrecha abertura del portón como una riada de tonos pardos, negros y grises. En la oscuridad de la gélida noche sólo podía verse una miríada de ojos amarillos corriendo entre aullidos por todo el patio, mientras los guardias de la casa gritaban órdenes desde el interior y trataban de formar grupos con los que enfrentarse a los animales.

-¡Vamos, vamos!¡Todavía no han entrado en la casa!- gritaba uno, observado desde el marco de una puerta a la luz de su antorcha.

- ¡Ayuda, ayuda! ¡Tengo un herido!- decía entre jadeos y alaridos el guardia de la garita, amenazando con una tea y con su lanza a los lobos que se concentraban a su alrededor, mientras interponía su cuerpo entre ellos y el herido.

- ¡Hijos míos!-, se escuchó una voz desde las alturas. Era el orondo doctore, asomado al balcón: su voz, normalmente propia de un adolescente molesto, se elevaba con la rotundidad de una camapana de bronce mientras declamaba-. ¡Estamos bajo ataque! ¡Tomad vuestras armas y matad, matad a todos esas bastias infernales! ¡Sus pieles adornaran nuestras paredes este largo invierno! ¡Sois hijos de Marte y de Roma! ¡Enorgulleced a esta casa y vuestro padre!

Para cuando terminó su discurso, los hombres de la casa habían salido al fin, dispuestos en formación defensiva con lanzas y escudos, tras arrojar a la arena una docena de antorchas: el humo que desprendían otorgaba a la imagen la apariencia de un sueño y una visión, mientras las armas descendían una y otra vez sobre los animales, estallando en explosiones de sangre y gañidos...

Adversario usa Sangre y arena: +1 dado

 

Notas de juego

¡Buen comienzo, Zeltallas! Está todo perfecto, y aquí dejo un par de explicaciones:

Qué te ha faltado

1) Deberías decirnos explícitamente dos cosas: cuál va a ser tu Objetivo de este Capítulo, y qué supone este primer paso que has dado para lograrlo. Lo que yo entiendo, de momento, es que tu Objetivo parece ser Voy a descubrir las debilidades del ludus, y este primer paso sería algo así como Pondré a prueba a la casa para encontrarle fallos. ¿Es así, verdad?

2) Tu primer post narra un montón de cosas que hace Nai que bien valen un dado para tirar al final de la escena, pero no nos dices qué recurso has utilizado: ¿tal vez agotaste tu Rasgo Saben de lo que soy capaz? ¿Quizás un par de puntos de Destino para introducir a los lobos y demás? ¿Algún Tema? ¿Tragedia? Sólo te recuerdo que cuando juegas como Protagonista no puedes usar tus Dominios, ¿ok? (Para más info, mira Bajo el ocioso escrutinio de los dioses)

Qué he hecho yo

a) Has introducido a la guardia, así que yo me la he cogido como Dominio y he repartido mis PD

b) Como no se me ocurría cómo echar mano de Druso y no quería gastar PD, he usado el tema Sangre y arena para hacer que la guardia empiece a aplastar a los lobos.

 

Por lo tanto, de momento tenemos un dado tú y un dado yo. Yo esperaré hasta mañana antes de introducir nuevos posts para ganar más dados: entre tanto, Avhin (mi Secuaz) y Nitis (tu Aliada) pueden echarnos una mano, y tú mismo puedes hacer intervenir a Nai. ¡Suerte!

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15/11/2011, 13:16
Claudia Aria Corvina

Claudia volvió a abrir los ojos en cuanto escuchó los gritos. Mientras se incorporaba lentamente, los ruidos iban en aumento hasta volverse insoportablemente preocupantes, por lo que se bajó de la cama con las rodillas temblando. En ese momento, la puerta de su dormitorio se abrió de golpe y por ella entró Cicerón con el gladius desenfundado y la armadura puesta.

- ¡Atacan el ludus! ¡Quédaos aquí y atrancad la puerta hasta mi regreso! - y abandonó a Claudia en la habitación, la cual cerró la puerta y movió, no sin esfuerzo, una mesa hasta ponerla delante de la puerta. Luego se encogió en la cama sintiendo un agudo dolor en la herida.

Cicierón salió al patio junto al resto de los guardias que ya se disponían en formación para repeler un ataque. Se lo pensó dos veces, porque lo que él esperaba era encontrarse con algún tipo de enemigos más... humanos. Y lo que allí había era una manada de lobos que se había colado en el interior del ludus. ¿Cómo? Algo muy extraño era eso. Una hueste de lobos no entra así como así en un domus de tales dimensiones y menos con semejante escándalo. ¿Y cómo habían entrado? ¿Qué clase de seguridad tenía este ludus? Los guardias de la puerta iban a tener que dar muchas explicaciones, si es que sobrevivían...

Secuaz utiliza Cicerón, +1 dado para el Adversario

Notas de juego

Bien, agoto Gran dominio de la economía para esta escena ya que lo aposté para ser Secuaz.

Utilizo mi rasgo Cicerón, guardaespaldas personal, que es un pnj más. Como es guardaespaldas, está especializado en seguridad. Así que... ¿cómo es posible que unos lobos entren en el ludus? Hum... muy sospechoso.

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15/11/2011, 17:08
Druso

Druso caminaba con paso cauto y discreto pegado a la pared del pasillo del recinto de los esclavos. A su alrededor, el caos desatado por los lobos, los gritos y las carreras parecía manifestarse a cámara súper-rápida mientras él se mantenía alerta y quieto, como la estatua de un halcón.

El ataque había sido extraño: las bestias, animadas por una inteligencia maligna, se habían abierto paso hasta el interior de la casona... Parecía más fácil creer que había una mano humana detrás, ya fuera por descuido y torpeza, o con un plan en mente. Pero aquello había que atajarlo: conforme observaba a todos cuantos se cruzaba, Druso trataba de encontrar al culpable. Todavía no había encontrado la manera de hundir Ludus Magnus y escapar en el proceso, pero lo que estaba claro es que si se disparaba el peligro, Aculeo y su familia dispondrían con más precaución de la hacienda, con lo que darían al traste los planes del físico.

-Los esclavos... demasiado aterrados, la mayoría- musitó para sí mismo, descartando, analizando, según las viejas doctrinas del logos y la razón. Súbitamente se vio a sí mismo rodeado de silencio: había entrado en las estancia de los barracones de los gladiadores. Sumidos en las tinieblas, rotas sólo por el brillo enfermo de un pr de antorchas mal dispuestas, aquellos hombres se apiñaban contra los barrotes que daban al patio, observando con ojos expertos la masacre que estaba organizando la guardia.

Druso, casi invisible en las sombras tras sus espaldas, sintió la llegada de Cicerón: el guardaespaldas llegaba con la misma expresión desospecha y alerta en su rostro y, tras cruzar una mirada de entendimiento, se alejócon paso ligero y mudo buscando su propia perspectiva.

Si el culpable se hallaba entre estos hombres, Druso y Cicerón lo encontrarían...

Adversario agota el Rasgo Corta de raíz cualquier atisbo de rebelión antes de que te estalle en las manos de Druso, +1 dado

Notas de juego

¡Qué gran idea has tenido Avhin :P! De momento tenemos 3 dados contra 1, con los empates para el Adversario.

Zeltallas, éste es un gran momento para explorar el uso de los Defectos: si pones en juego el Defecto Aún tengo tanto que aprender de este mundo, puedes narrar como el racismo nos hace reparar en ti, pese a no poder probar nada...

A cambio, te llevarás 1pd, un éxito extra en tu tirada y los empates... Aunque puedes probar con alguna otra cosa, claro :)

¡Tú decides!

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16/11/2011, 12:22
Sura

Una vez se les ha ordenado a todos los gladiadores que combatan contra los feroces lobos por la protección del Ludus, sigue habiendo revuelo entre el personal.

La vieja Cinia, corre como puede, con dificultad y cogiendose la falda enseñando unas débiles piernas, seguida de Ayax. Ambos pasan junto a Nai, y justo en ese momento, él puede oír como la vieja le ordena al guardia que la ayude a escoltar a los esclavos al pasadizo que da a las afueras del Ludus. Pasadizo que se usa para reunir a esclavos y que también sirve como medio de salida para los Dómines en caso extremo.

Sin embargo, la puerta que da a la salida, permanece perfectamente oculta y cerrada. Tan sólo los más cercanos y de más confianza como Cinia, o el doctore poseen la llave que abre esa puerta. La primera en cabeza es Sura, que al ser la siguiente al mando después de Cinia, alenta y evita que los demás sirvientes entren en pánico.

Notas de juego

Bueno, pues ahí dejo eso. No sé que siginifica lo que he posteado en puntos... así que si alguien es tan amable de ayudarme, pues se lo agradezco.

He metido la idea que me ha dado el master, de usar lo del susurro con Cinia. He decidido también llevarme a Ayax, por si pasa algo, tenerlo de mi lado.

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16/11/2011, 13:47
Druso

Druso observaba con fijeza a los gladiadores, buscando signos reveladores que le indicaran quien debía pagar el daño sufrido por Ludus Magnus, para que pudiera volver a dormitar como un dragón despreocupado. En el exterior se producían cada vez menos sonidos de lucha: sólo se oían las carreras de los animales que trataban de huir de los grupos de guardias que los perseguían, los gruñidos de esfuerzo de los hombres y los gemidos y peticiones de ayuda de los heridos.

En cierto momento, Naios, el doctore, salió al patio junto a Aculeo, el dueño de la casa, y deambularon sin prestar la menor atención a los que hacían los guardias. Llegaron a la garita y Druso pudo verlos interrogando al vigía: el anciano poco a poco fue poniéndose cada vez más furioso, hasta el punto de  empezar clavar su dedo en el pecho del hombre, cada vez con más fuerza, como si quisiera apuñalarlo con él. A su alrededor se congregaron algunos guardias más, que empezaron a sufrir sus respectivas reprimendas bajo la divertida mirada de Naios...

El estómago de Druso dio un vuelco: sin duda, esta noche tardaría en olvidarse. Ya imaginaba la contratación de nuevos guardas, las restricciones que sufrirían los esclavos, la vigilancia que incluso él mismo empezaría a sufrir, si no daba con alguien, con un chivo expiatorio que satisficiera el ansia de vengaza y control del viejo...

Adversario aumenta Tragedia de Druso a 2, +2 dados

Notas de juego

¡Muy bien, Nitis! Eso que has hecho es, simplemente:

Aliada usa El secreto de un susurro, +1 para Protagonista, con lo que has prestado un dado a Zeltallas, y conseguirás 1PD al final de la escena. Si acumulas más dados podrás conseguir hasta 3PD

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16/11/2011, 15:40
Claudia Aria Corvina

Cicerón cruzó una mirada con aquel físico que había estado toqueteando a su dómina para calmarle los dolores. Bien sabía él, un legionario retirado, lo que dolía una herida en ese lugar; y Claudia era suave y blanda como un almohadón, por lo que sus heridas dolerían el doble o incluso el triple. Y aunque Cicerón la conocía bien, sabía que su ama se estaba conteniendo. Lo único que lamentaba era haber matado al caballo, era un buen ejemplar...

Sacudió la cabeza para alejar aquellos pensamientos, tenía que concentrarse en lo que estaba ocurriendo. Mientras los soldados mantenían a raya los lobos, Cicerón siguió al físico hasta las celdas dónde estaban los gladiadores, apelotonados entre los barrotes para ver lo que estaba ocurriendo. Un rápido vistazo le bastó para encontrar un posible culpable...

- ¡Tú! - y señaló al bárbaro de los tatuajes.

Saben de lo que soy capaz, +1 a Adversario

Notas de juego

Aquí he supuesto que Nai agotaba su rasgo Saben de lo que soy capaz. Lo he cogido y lo he utilizado contra él :P

De momento todo me está costando gratis... veremos si tengo que gastar PD.