Partida Rol por web

Lyndbrooke (fallida)

Capitulo 2. caminando entre secretos

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06/03/2017, 22:49
Lady Prudence Maccon

Cuando llamaron a la puerta Prudence se sorprendió levemente; no había sido descubierta por muy poco. Escondió el falso libro dentro del baúl oculto entre sus pertenencias y tras darse un último vistazo ante el espejo abrió la puerta. Esperando a la duquesa abrió la puerta preparada para hacer una reverencia y saludarla como era debido, agradeciendo de paso su gentileza por pasar a buscarla para la comida. 

Lamentaba no haber tenido más tiempo para inspeccionar el contenido del libro, pero seguramente dispondría de el más tarde mientras hacia tiempo para entremeterse en la incursión nocturna de Lirio y Stratford.

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08/03/2017, 00:48
Edgar Forrester

Notas de juego

Vayamos al comedor; su felina señoría DEBE exhibir su magnificencia ante los comensales. Y, si la cosa se tercia, entre los comensales. Y sobre los comensales. Yyyy necesito decirlo una vez más: comensales

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08/03/2017, 07:12
Anabelle Hughes
Sólo para el director

- Sir Terrence - le salude con una sonrisa - sí, me dirijo al comedor. ¿Quiere usted acompañarme?, creo que ya falta poco para que sirvan la comida. -

Bien, por suerte no me había encontrado con Lord Potter, sir Terrence parecia distraido y era evidente que no esperaba encontrarme, pero siempre era agradable en su trato. Tal vez ahora que lo encontraba sólo pudiera averiguar algo de lo que parecía que casi todos los invitados estaban al tanto y hacía que me diera la sensación de interrumpir algo cada vez que entraba en una habitación donde estuvieran ellos.

 

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13/03/2017, 23:08
Lord Walter Wellington
Sólo para el director

Escuché atentamente a Lirio, mi cerebro aun luchando entre el raciocinio y la credulidad mientras narraba su historia.
Cuando llegó ese momento terrible, en el que Lirio dejó de ser ella, me quedé paralizado, mi cuerpo se tensó de una manera que jamás lo había hecho y el frío se apoderó de mis huesos, dejándome aterido y aterrorizado.

Luego, tan pronto como esa presencia apareció, se desvaneció y cuando ella terminó de hablar, visiblemente emocionada, aun me costaba aceptar todo aquello, pero una parte de mí, sabía que todo encajaba.

Eché mi cuerpo hacia atrás en el sofá, intentando normalizar mi respiración y pasé mi mano por la cara, la noté sudorosa y temblaba levemente. No sabía bien cómo responder, pero cuando la vi caer en sollozos, instintivamente me levanté y me arrodillé frente a ella, tomando su cara con mi mano, quería consolarla.

-Shhh, tranquila... Llegaremos al fondo de todo esto- Lo decía para animarla, pero no tenía ni idea de qué hacer o qué decir, en realidad.

- Si lo que dice es cierto, habremos de ayudar a su primo. Alguna manera habrá… - Le aparté sus manos del rostro y las apreté con las mías. Quería hablarle de la carta, pero esperaría a que se tranquilizara – Quizás… es posible… que él anticipara todos estos sucesos y… tal vez, haya dejado algunas instrucciones. Nunca es demasiado tarde, ¿sabe?- Le sonreí dulcemente, esperando animarla.

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14/03/2017, 18:33
Duquesa de Melvelin

Cuando Prudence abrió la puerta de la recamara se topó con lo que ya esperaba , la duquesa de Melvelin, con un vestido de cuello elevado color malva era la ejecutora de aquellos golpes lisos contra su puerta.

-Lady Maccon, es hora del almuerzo ¿está lista? –pregunto –el señor Sevenoaks la acompañara, el honorable Stratford nos espera ya en el comedor –señalo, momento en que Prudence noto la presencia del joven que ya había conocido antes y cuya compañía había contado, él tenía una expresión curiosamente resignada aunque fue lo suficientemente cortes para inclinar leve la tez al cruzar mirada con la joven –No debemos hacer esperar a nuestros anfitriones –finalizo, apartándose de la puerta y caminando, el joven caballero ofreció su brazo a Prudence, a la manera en que lo hacían siempre los caballeros.

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14/03/2017, 18:37
Terrence Dela Croix

El noble francés hacía gala de la cortesía que normalmente se asocia a los hombres de su nacionalidad, al estar cerca de la dama adopto una expresión más bien cortes, una perfecta carta de presentación que siempre puede usarse con conocidos.

-Me encantaría poder gozar de su compañía, señora -asintió ofreciendo su brazo a Anabelle - y es verdad, sin duda serivirán dentro de poco, lo mejor que podemos hacer es ir ahora, así no haremos esperar a nuestro anfitrión, el buen conde tiene mil virtudes pero os diré que la paciencia no es una de ellas - su tono era casi indiferente, pero al mismo tiempo era evidente que intentaba crear un ambiente de relajación, posiblemente porque no acostumbraba a hallarse en velorios y también había pasado ya la experiencia de perder amigos en el pasado.

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14/03/2017, 18:57
Lirio Beaumont

Lirio te devolvió la mirada, conteniendo su sollozo en el momento en que tus dedos la tocaron, parecía angustiada y era evidente que debía estar desesperada, tener que controlarse debía de costarle.

Tomo un respiro y escucho todo cuanto le dijiste, hasta que al fin asintió, pareciendo calmarse.

-Yo... lo sé, lo sé... pero yo... -temblo y sus labios temblaron un poco antes de sonreír sin verdaderas ganas, mirándote - es solo que siento que él debió... quizás intento pedirme ayuda, pero yo no lo escuche, creí que era todo fruto de su imaginación ¿me entiende? quisiera poder ayudarle, hacer algo por él, pero si dejo pistas, solo podría saberlo Kimberlein -suspiro antes de mirarte de una forma un tanto más decidida, como si al fin estuviera hilando algo que ya sospechaba - o haberlo escrito en sus diarios... - termino, mirándote - si, eso... -te miro y entonces debió caer en la cuenta de algo - tiene razón, gracias Lord Welllington

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14/03/2017, 23:40
Lady Prudence Maccon
Sólo para el director

- Por supuesto Duquesa – hice una reverencia y luego una más leve hacia el señor Sevenoaks – después de usted

Dejé que la Duquesa se alejara lo suficiente para que pudiéramos caminar tranquilamente tras ellas sin que nos molestara ni apremiara. El Señor Sevenoaks sin duda prefería estar en cualquier otra parte que acompañando a esa mujer. Tome su brazo con suavidad sonriendo.

- Vamos no ponga esa cara señor Sevenoaks que yo no muerdo…mucho – reí por lo bajo no fuera que la Duquesa me escuchara

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16/03/2017, 22:32
Anabelle Hughes
Sólo para el director

- Guieme usted, Sir Terrence, que seguro conoce mejor el camino - le digo mientrás tomo su brazo - y así no haremos esperar al conde -

- ¿Sabe cual es la planificación del evento? - le pregunto para iniciar conversación - hace bastante que no participo en eventos sociales y no se que esperan hacer aparte de la lectura de las ultimas voluntades -

De repente me di cuenta, que aunque yo no tenía ninguna relación con el marqués sonaba un poco insensible lo que acababa de decir, sobre todo para alguien como Sir Terrence, que según tenía entendido era su amigo.

- Mis disculpas Sir Terrence, si ha sonado insensible lo que he dicho - dije consternada - no era mi intención faltarle al respeto a su amigo, mi presencia aquí se siente un poco fuera de lugar al no haber llegado a conocerle. ¿Hace mucho que erán amigos? -

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18/03/2017, 01:10
Terrence Dela Croix

Era galante, de aquello no cabía duda, mientras guiaba a Anabelle, mantuvo paso lento caminando en dirección al comedor.

-Por aquí... -

Los labios del baronet se mantuvieron en el mismo gesto de cortesía que tan natural le era, pero el parpadeo ante las palabras de Anabelle fue muestra de que posiblemente las palabras le habían causado alguna impresión.

-Mi querida señora- dijo, aun con el tono afable y agradable -no se preocupe por ello, ya debe haber notado si antes no lo había oído del carácter particular de Tristan, él sin duda tendría sus razones para haberla invitado -dirigió cortes mirada al frente, antes de continuar hablando -conocí a Tristan en Londres hace años, me temo que eramos tan cercanos como dos caballeros de la corte pueden serlo -sonrió con cierta ironia.

-si mis recuerdos no fallan, hace tiempo que tampoco yo he acudido a ninguna lectura de voluntades... estará la comida, donde lo recomendable es darse cada uno las respectivas muestras de pesar por la perdida... y tendrán tiempo para prepararse antes de que la lectura de la voluntad se de a las 16:00 horas, en uno de los salones -explicaba, tranquilo- por parte del conde Kimberlein, y entonces sabremos quien o quienes han tenido el magno placer de... heredar lo que Tristan haya dejado - termino de hablar.

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18/03/2017, 01:20
Director

El honorable, lo mismo que Edgard comenzó a caminar al comedor, ambos caballeros al haber ido en otras ocasiones al Lynd conocían el camino al comedor, sin embargo, por alguna razón ambos debían haber olvidado cual era el camino original, porque terminaron dando con una habitación amplia que si bien ambos habían conocido antes no era el camino al comedor...

El pequeño compañero peludo que Edgard llevaba en brazos maullo como notando también aquello, mirando junto a los dos hombres la ultima adquisición del Lynd antes de que el marques desapareciera.

O estaba mejor decir, adquisiciones, no había frio, pero si la sensación de estar viendo algo.. de estar escuchando un mensaje de comunicado extraño. Los recibía una estatua de marmol, una estatua con forma de lobo, un lobo blanco de marmol, de alabastro. y tras el lobo, como mirándolo una mujer, una mujer también de marmol, pero tan real que por un segundo, uno se habría permitido sospechar que estaba viva.

cerca de la hermosa dama estaba otra estatua que estaba colocada de tal forma que la veía directamente

-Valgame Dios -susurro el honorable caminando entre las estatuas, hasta llegar a ver la pared más cercana a la mujer de marmol -miré... es... la pesadilla, de Fuseli, bueno... una copia posiblemente, a menos que Tristan lograra conseguirla... pero es magnifica ¿no lo cree? -pregunto, volviendose a Edgard, detras de su rubia cabeza se veía perfectamete la famosa obra.

el gato debía de estar de acuerdo con el joven, porque maullo, pareciendo satisfecho en brazos de Forrester, como si al fin hubiese logrado algo, algo como...

"tienes que entenderlo... tienes que entenderlo" repitió la voz en su mente, calmada como siempre, cortes como siempre, llena de esa majestad que los hombres pocas veces pueden tener. 

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18/03/2017, 01:58
Elliot Sevenoaks

Como todo caballero digno de tal titulo, Elliot Sevenoakas ofreció su brazo a lady Maccon, caminando con ella tras la  fría dama que era la duquesa, se permitió sonreír  a Prudence, al escuchar su comentario.

-Es siempre un alivio saber eso, lady Maccon -contesto, siguiendo el curso de las palabras de la bella joven- ¿ha disfrutado su llegada al Lynd? -pregunto,atento, sin dejar de seguir los pasos de la duquesa. 

 

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19/03/2017, 22:27
Lady Prudence Maccon
Sólo para el director

Prudence sonríe con sincera amabilidad ante la cortes pregunta que el caballero le hace.

- Tengo que reconocer que está siendo una experiencia de los más misteriosa y enriquecedora – no puede dejar de dar vueltas en su cabeza a todo lo acontecido hasta el momento, pero al menos esta más serena tras el descanso- pero dígame ¿ya había estado antes en el Lynd? ¿llego a conocer a nuestro desaparecido Marques?

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20/03/2017, 22:00
Lord Walter Wellington
Sólo para el director

La mención de Lirio a los diarios hizo que mis ojos se abrieran en señal de sorpresa. ¡Si ella sabía dónde encontrarlos, quizás algo se fuera esclareciendo!

Me incorporé de mi posición para sentarme a su lado, mientras sacaba de mi bolsillo la carta que había encontrado en mi habitación y se la mostraba.
-Lirio, mire. En mi habitación encontré esta carta, sin duda, fue su primo el que la escribió, antes no entendía muy bien lo que decía pero ahora...-

Le señalé el final de la carta, la parte que me decía que buscara los diarios
-¿Lo ve? Me dice que busque unos diarios, sin duda son a los que usted se refiere ¿verdad?- La miré con una mezcla de emoción y esperanza, tener algo "real" a lo que agarrarme, me reconfortaba, y la búsqueda de unos diarios lo era.- ¿Usted sabe dónde están? -

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21/03/2017, 02:25
Lirio Beaumont

La hermosa joven te miro con ansiedad plagada en los ojos, recibiendo de tus manos la carta y observándola atenta antes de ponerse a leerla, la tranquilidad que obtuviera minutos antes se fue pronta, comenzando a temblar, era una mujer y debía tener esa pequeña tendencia femenina a perder los nervios en momentos poco indicados.

Una vez más estaba pálida y releía las palabras escritas una y otra vez, su silencio parecía llenar el ambiente, cuando al final debió de recuperarse porque volvió a hablar.

-Si, por supuesto Tristan siempre encontraría u modo de comunicarse -asintió un poco ida, quizás se sentía u poco mal por no haber sido ella la que recibiera la carta pero también estaba el deseo de ayudar al marques - si se trata de sus diarios sé donde están Lord Wellington -tomo aire y te miró, con cierto animo de disculpa- pero no será fácil obtenerlos... verá... están metidos en una caja, en una habitación en las ... mazmorras de esta casa.... y esa llave solo la tiene una persona que no nos dará por las buenas, pero .... yo ya he pedido la ayuda a quién puede obtenerla -miró al techo y explico - tenía planeado bajar a esas mazmorras esta noche por si... había algo allí - parecía titubeante -si usted lo desea puede acompañarnos al honorable y a mí, ví algo en nuestra reuión y quizás en las mazmorras este la respuesta, y podemos aprovechar para hallar esos diarios allí abajo, que era donde Tristan guardaba sus secretos -explico, y en aquel momento de tensión... alguien toco a la puerta, dos toques suaves pero que sin saber bien porque, quizá por el animo conspiratorio que en la habitación había llevo a ambos a sobresaltarse un poco

-¡¿Quién?! -pregunto la joven, sin moverse de donde estaba y viendo la puerta con desconfianza mal disimulada.

la voz al otro lado dio su respuesta.

-Es hora del almuerzo, señorita Beaumont -anunció una voz joven y femenina al otro lado de la puerta.

La joven volvió la vista a Wellington.

-Debemos bajar, señoria. 

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21/03/2017, 07:21
Anabelle Hughes
Sólo para el director

Bueno, parece que no le he ofendido. Realmente tengo muy oxidadas mis habilidades sociales, pienso para mi.

- Realmente Sir Terrence, me gustaría saber las razones del marqués - le contesto suavemente y sigo escuchando en silencio las que él cree que seran las disposiciones del evento.

- Esperaremos entonces que el conde Kimberlein nos diga - y continuo caminando en silencio a su lado.

El tiempo que se tomo al insinuar lo de heredar, me hace pensar que puede saber algo más, pero no tengo ni idea de como poder sacar la conversación, no es lo mismo que preguntarle al Señor Jeckings.
 

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21/03/2017, 16:23
Edgar Forrester

Su deseo de tornar relajada la situación fueron truncados cuando tanto el joven Lionel como él parecieron "olvidar" una senda en tantas ocasiones recorrida. No señalar lo obvio poco podría hacer por mitigar la extrañeza de la curiosa anécdota que se desarrollaba en esos instantes.

Quedó mudo por unos segundos, admirado por la grandeza de aquellas obras de particular disposición y naturaleza. Una vez logró arrancar su mirada de las pálidas estatuas, avanzó unos pasos hacia la sublime pesadilla que se alzaba ante ellos. Las palabras que escuchó, tanto aquellas que llegaron a cobrar vida como las de condición fantasmal, le permitieron asirse al sonido y emerger, apenas, de su ensimismamiento.

-Tristan...-farfulló, todavía en trance-. ¿Qué hiciste antes de tu marcha?

La sola presencia de aquellas efigies con suma habilidad talladas hubiera bastado para conducirle a innumerables especulaciones, unas más fantasiosas y sombrías que otras, pero encontrarse con aquél lienzo aportaba unas notas aún más oscuras al relato del cual Edgar había sido invitado a formar parte.

Las interpretaciones que podía hacer de lo que veía eran tantas como las que podía inspirar esa obra en solitario. Bien podía suponer un reflejo, gráfico en grado sumo, de lo que se había instalado, silencioso y apenas perceptible, en el hermoso lugar. Edgar sentía una especie de desasosiego que, enlazado con la fascinación, producía en sus labios un sabor seductor pese a lo amargo del mismo.

Pasado un rato, se percató de que había prácticamente olvidado a sus acompañantes. Observó al felino, repleta su mente de interrogantes, para más tarde sonreír a Lionel.

-Tan sobrecogedora como excéntrica, no podría afirmar lo contrario-contestó al fin tratando de disimular la inquietud en su voz. ¿Serviría de algo alimentar las brasas de lo propio que sin duda aún residían en el corazón del joven que le acompañaba?

La posición de las estatuas podía sugerir diversos hechos, en su mayoría poco alentadores. Y el cuadro...ese nexo con un mórbido y tal vez oculto erotismo, con una oscuridad animal, familiar y ajena a un tiempo para los hombres. Una parte de él sentía cierta identificación con lo que veía, mientras otra albergaba un temor que le pareciera impeler a alejarse de todo aquello. Tal vez lo que aconteciera más tarde, durante el cercano encuentro de los reunidos en el Lynd, le permitiera arrojar algo de luz a sus oscuros pensamientos o, cuando menos, encauzarlos en una dirección específica entre las que entonces afloraban en su mente.

-Le pediría que me concediera unos instantes más, y me acompañara si es su deseo, para conceder la debida admiración a las maravillas que han acudido en nuestro encuentro.

Dicho esto, devolvió su interés a las estatuas, que le resultaban menos conocidas, y procedió a estudiarlas dominado por la más pura pasión. Asimismo, se inclinó ofreciendo al minino la opción de regresar al suelo si quería, quizá con la esperanza de que este confirmara si estaba volviendo su atención al lugar debido.

Notas de juego

¿Puedes darme más datos acerca de la figura del lobo? ¿Postura, "expresión"...?

¿La estatua de la dama produce a Edgar alguna impresión más? ¿Algún sentimiento, familiaridad tal vez?

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21/03/2017, 20:09
Director

Lionel se permitió sentir a las palabras de su acompañante sin emitir más comentario, perdido como estaba en el ambiente, Edgard no podía culparle.

La belleza de las estatuas era visible, hermosas y ciertamente admirables en el trabajo que se había realizado sobre ellas,  eran casi humanas y aun así aspiraban a algo más, por la perfección de sus gestos.

La mirada de Edgard se ponía sobre una y otra estatua, a  cada cual más hermosa la otra, pero una resultaba casi familiar… el lobo, era gallardo en su atractivo animal, no atacaba pero tampoco estaba manso, simplemente alto y vigilante, como si esperara, aunque no era difícil imaginar que si lo deseara –y estuviera vivo- bien podría atacar, pero eran sus ojos los que tenían atrapado a Forrester, unos ojos que aunque pálidos a causa del mármol bien podía imaginarlos del color del rubí, rojos… rojos como… 

                                  

Forrester pudo sentir como el animal, aunque evidentemente confiado, retornaba a sus brazos, un tanto inquieto. 

Lionel se acercó en aquel instante a las estatuas, mientras escuchaba las palabras de su interlocutor, el mismo que en aquel momento dejaba bajar a su felino, en busca de consejo.

-Podemos quedarnos un poco más, en todo caso la vista es magnifica...- contestó sencillamente, observando las estatuas con la misma atención que Edgard, mirando con cierta impresión al lobo y al hombre, como si pudiera ver algo más, al final volvió su mirada a la dama de marmol.

Mientras tanto el animal miró a Edgard ampliándose sus pupilas antes de bajar al suelo y comenzar a caminar, debía saber que algo se esperaba de él pero simplemente no hallaba una guía adecuada, dio un par de vueltas alrededor de su dueño, ates de ir a interrumpir la paz de las estatuas con sus vueltas a su alrededor, primero de la dama, alrededor de la cual camino como si persiguiera algo, de ser mujer simplemente sería hermosa como muy pocas pueden serlo, pero poco más se adivinaba, en todo caso familiar no parecía, a menos que se tomara en cuenta su expresión a medio camino camino entre la tristeza, el orgullo y la desconfianza.

El animal fue de vuelta al lobo, en el cual se detuvo un par de veces, intentando trepar la estatua, acto que causo interés en ambos caballeros -que la estatua no debía sufrir daño-  hasta que se paro encima del lobo.

Y entonces ocurrió.

Dabase la vuelta evitando caer al suelo cuando su postura dio a entender que miraba la estatua del hombre, cuando cambió su actitud parándose todos sus pelos tornandose arisco y luego, asustado salto de la estatua para salir corriendo, tan rápido como le era posible, de la habitación. 

-¿Qué ha ocurrido? -preguntó el honorable viendo sorprendido en dirección a donde había huido el pequeño felino, Edgard en cambio lo sospechaba, así como adivinaba los ojos rojos en el animal... 

Y en el hombre.  

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24/03/2017, 18:37
Elliot Sevenoaks

El joven miraba a Prudence con el cuidado natural que se tiene con aquellas mujeres que han nacido en cuna alta y noble, vigilados de cerca por la duquesa no iban a poder conversar con toda la naturalidad que la última vez, pero por lo menos podía sentir cierta comodidad.

-Ciertamente es una experiencia interesante -estuvo de acuerdo, antes de curvar los labios ante la pregunta de Prudence -si, tuve el placer de conocerle... él tenía un gusto particular con los libros y la historia -explico, tranquilamente, los libros a menudo eran vistos como un orgullo que mostrar pero no que atender, a menos que fueran libros de cuentas, por tanto para un hombre como él, joven y dedicado a temas más bien sencillos como aquel había sido un golpe de suerte conocer al marques, aunque fuese por medio de su protectora.

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24/03/2017, 18:43
Terrence Dela Croix

El baronet miro a Anabelle con cierta atención, su mirada era cortes pero también plagada de los demonios propios de los hombres que como él pertenecían a un mundo de traiciones y ambición sin limites.

-Sería mejor que disfrutara su estancia en el Lynd, señora Hughes -contestó al final, continuando con su camino -ya es difícil leer a los vivos... es decir a los que tenemos presentes, que a aquellos que están ausentes y no podemos ver -continuo -como para querer adivinar sus deseos y razones, el hombre es... un enigma, así como lo es el amor -sonrió.

Continuaron caminando de brazo.

-Ciertamente, le aseguro que Tristan no podría haber delegado mejor albacea que Kimberlein, es uno de esos hombres que a pesar de las apariencias son exactas como un reloj y saben mantener sus reputaciones intactas -decía.