Partida Rol por web

Transcurridas las dos semanas de preparación Zigor se tapó con bufandas para poder pasear con libertad por la calle y te llevo a un edificio cerca de la Sagrada Familia. El nosferatu te explicó que en las catacumbas del templo se situaba una parte de la capilla Tremere, un lugar donde solo los magos podían andar con libertad y que el resto de vampiros desconocía. Zigor aseguraba que la particularidad del sitio de reunión se debía a la importancia de esta.

Descendisteis al sótano del edificio donde el nosferatu saco un medallón del bolsillo y lo acerco a una de las paredes de cemento del sótano, la pared comenzó a moverse dejando ver un pasillo que descendía. Tras recorrer varios metros de pasillo y atravesar otra pared oculta, llegáis a una sala abovedada de unos diez metros con barias puertas laterales. En el centro de la sala hay cuatro figuras: tres hombres, uno de ellos un anciano de barba blanca y una joven de pelo rojo y mirada curiosa.

No transcurren más de medio segundo cuando la puerta por la que habéis entrado vuelve a abrir, y otros dos hombres entran en la escena.

Descendisteis al sótano del edificio donde el Canals saco un medallón del bolsillo y lo acerco a una de las paredes de cemento del sótano, la pared comenzó a moverse dejando ver un pasillo que descendía. Tras recorrer varios metros de pasillo y atravesar otra pared oculta, llegáis a una sala abovedada de unos diez metros con barias puertas laterales. En el centro de la sala hay cuatro figuras: tres hombres, uno de ellos un anciano de barba blanca y una joven de pelo rojo y mirada curiosa.

Alejados de los cuatro personajes que ocupan el centro de la sala hay una extraña pareja, un norferatu y un joven.

Uno de los hombres toma la palabra. Bienvenidos a la capilla Tremere, soy Javier Montoya Príncipe de Barcelona. Pronuncia las palabras con arrogancia, dando a entender que ya deberíais saber quién es.  Aquí presentes esta:

Don Alejando Baró, el viejo de la barba blanca hace una pequeña reverencia.

Don Tirso Ripoll, el joven también hace una reverencia.

Y Doña María Camino Llach, la joven pone cara de sorpresa al oír como es presentada con el nombre de “María”.

Solo los aquí presentes saben de esta misión y de los temas que se van a tratar esta noche.

Aquellos hechiceros ilusos perdían demasiado tiempo y dinero en sus trucos. Desde luego no debían faltarles contactos ni recursos, "lo tenían muy bien montado". Aquella expresión que se le vino a la mente le produjo un gesto de acritud, como si hubiera mordido un fruto realmente amargo. Quien sabía dónde habría escuchado frase tan ridícula. 

descendió en silencio, no se inmutó por el truco del medallón, puro efectismo, había visto cosas mejores en un espectáculo de magia en su barrio, y caminó junto al Primogénito por los pasillos recargados de decoración hasta la sala donde los esperaba una pequeña multitud. 

Darío se sintió frustrado. Una reunión es más selecta cuantos menos asistentes acuden a ella. y allí había demasiada gente. Incluso uno de aquellos animales había salido de su nido de ratas. Le alegró ver que al menos el Príncipe había acudido, eso siempre daba cierta nota a cualquier evento. Saludó con una graciosa reverencia, miró rápidamente a todos los presentes para volver enseguida a fijar su mirada en Montoya.

- Es un honor ser invitado a su presencia, Príncipe - dijo. La cadencia de sus palabras era lenta e impostada, como si se dirigiera a un gran auditorio - Si hay algo en lo que pueda serle de ayuda, solo tiene que pedirlo, señor.

Precisamente os he llamado porque necesito vuestra ayuda, contesto a Darío.

Zigor, Canals, podéis marcharos. Habéis hecho un excelente trabajo seleccionando a estos vástagos. Tanto el nosferatu como Canals ponen cara de decepción. El príncipe le ha despedido de la reunión justo antes de que empezara la fiesta, justo antes de que supieran cual era la misión. Prefiero tratar el asunto en privados, el éxito de la misión depende de la discreción.

Tanto Canals como el nosferatu se disponen a replicar al príncipe, pero este le corta antes de que puedan comenzar a hablar. No es necesario que me deis las gracias, se os recompensara por vuestro trabajo, ahora marchar tengo trabajo. Finalmente la extraña pareja abandona la sala y Montoya abre una de las puertas de la cripta que da a una pequeña sala de reuniones.

Sentaros, dice mientras se coloca en la presidencia de la mesa. Sé que usted es Darío Mendoza, pero usted senyoreta ¿Quién es? La pregunta va dirigida a Melania.

Seguí a Zigor por los pasadizos, intentando recordar qué tocaba y qué pasos evitaba dar. Sabía mucho mi querido Nosferatu... El conocimiento de mi amigo nos condujo hasta una cripta donde con nuestra llegada sumamos seis, y poco después, ocho. Automáticamente empecé a pensar en qué orden los asesinaría si las cosas se complicaban. Nos dio la bienvenida a la Capilla Tremere un hombre delgado de mirada misteriosa, dura y directa: el nuevo príncipe de Barcelona. Arrogante, típico. "¡QUÉ GRAN HONOR! El prícipe en persona", pensé sarcástica repitiendo las palabras del otro invitado, y sonreí interiormente por mi broma personal; pero mantuve el rostro inexpresivo. Al escuchar el nombre de aquellos mal llamados magos, reprimí un siseo. Sabía que me iba a disgustar trabajar con ellos, pero no hasta qué punto. Aún no me iba a presentar. Si querían saber mi nombre, que me lo preguntaran. "Primus inter pares...que sangra igual que los demás, y a quien se mata igual que a los demás. Al final la muerte nos hace a todos iguales". Miré a Javier Montoya a través de las pestañas. Tenía los ojos entrecerrados, como un felino acechante. 

Despidieron a mi Zigor y le miré. "¿Será posible? ¿Ahora me da pena que se vaya? Dormir me ha vuelto blanda". Me despedí con una sonrisa divertida, con claras intenciones de chincharle y seguí al Señor de Barcelona hacia la cripta de reuniones. Recompuse una expresión hierática y esperé a que nos dieran permiso para sentarnos. El Príncipe Montoya se dirigió a mi.

- Me llamo Melania, señor. - Igual el título resultaba descarado, pero mi señor se encontraba en otra parte. "Qué extraño...me hacen llamar ante una persona que ni siquiera sabe quién soy...¿y si quisiera matarle ahora mismo? ¿Y si fuera una espía?" Los magos...¡qué descuidados! No aparté la mirada de mi interlocutor, pero tampoco añadí una coletilla zalamera como "a su servicio". 

Encantado de conoceros. El príncipe miro al grupo de vástagos que tenía delante con aires de superioridad. La misión para la cual habéis sido reclutados es ser espías dentro del nido de víboras que es Madrid. El motivo que ha llevado a vuestra elección es vuestro anonimato dentro de los cirulos de influencia vampírica.

Si, el haber estado estudiando encerrada durante diez años en estos calabozos es estar alejada…. La chica pelirroja no termino la frase, una simple mirada de Montoya vasto para que la chica se sonrojara y parara de hablar.

Muy bien, como iba diciendo habéis sido escogidos por vuestro anonimato dentro de la sociedad vampírica, nadie os conoce, por ello nadie podrá asociaros a la Camarilla. Ahora Alejandro expondrá el resto del plan.

Muy bien jóvenes, dice el viejo con voz baja y suave, nuestra tapadera se basara en una derrota de la Camarilla. Alejandro hizo una pausa en su dialogo para resaltar sus palabras. Sabemos que la Camarilla va a actuar contra la península, un grupo de Arcontes ha desembarcado en Gijon, y avanzan desde Oviedo a León tratado de aislar el Noroeste de la península de la influencia del Sabbat. Una estrategia muy hábil y arriesgada, que recuerda a la reconquista de España, pero los arcontes han subestimado el poder del Sabbat. ¡Serán destruidos en León! Donde aparte de los vampiros Sabbat de León, hay una manada errante de Sabbat. ¿Cómo podríamos aprovechar esta situación? Estaba claro que Alejandro sabía la respuesta a la pregunta y que esta respuesta constituía el eje central de la misión, pero el viejo vampiro quería poner a prueba a sus congeneres, probando su astucia.

Terminadas las presentaciones y después de que la rata y el primogénito que lo había acompañado se ausentaran, Darío escuchó con mayor atención, más complacido ya por formar parte del exclusivo grupo de elegidos para aquella misión, fuera la que fuese. Y aquella era realmente atractiva. Volvería a Madrid y jamás se volvería a marchar. Era exactamente lo que llevaba esperando más de dos décadas.

El Príncipe delegó la tediosa tarea de las explicaciones cediendo la palabra al caballero de barba blanca - haciendo caso omiso al comentario impertinente de la muchacha de cabellos rojos - y planteó una situación que excitó la viva imaginación del malkavian.

- Don Alejandro, si es como dice - carraspeó ligeramente, aunque no parecía dudar de las palabras del anciano - y esa manada errante ha llegado recientemente a León, entonces solo hay que destruirla y ocupar su lugar. Después nos desplazamos a Madrid a dar cuenta de la victoria contra los atacantes de la Camarilla.

En el tono que lo dijo, el asunto no planteaba dificultad alguna. Ningún problema. Ni siquiera que las previsiones fueran tan negras que se esperara una derrota de un grupo de arcontes en una ciudad de provincias. Si le causó algún tipo de alarma, no dejó que aflorara. Al contrario, se ajustó el nudo de la corbata y alisó su chaqueta, muy satisfecho.

El vampiro que hasta ese momento había permanecido callado frunció el ceño, le acaban de pisar la idea, su momento de grloria, y eso era algo que no sentaba nada bien.

¡Exactamente! Exclamo el vampiro de la barba blanca. Suplantaremos a varios Sabbat de la manda. Las manadas del Sabbat son muy belicosas, siempre están luchando, bien con otras manadas, Contra la camarilla e incluso contra los hombres lobos.

¡Pandas de descerebrados! ¿Quién en su sano juicio se enfrentaría a un hombre lobo? La chica pelirroja acompaño la pregunta del gesto de garra surcado el aire, pero la pregunta quedo sin respuesta.

Como iba diciendo, este comportamiento belicoso hace que muchos de sus miembros mueran y tengan que introducir miembros nuevos en la manada. Deberíamos de matar a todos los miembros, pero antes de matarlos habrá que conseguir información sobre ellos para que el engaño funcione.

El príncipe había permanecido callado durante toda la explicación. Señores, ya conocen su misión, ahora terminarla con éxito. El tono del príncipe era autoritario. ¿Alguna pregunta?

El malkavian asiente satisfecho. Ha dado en el clavo. El chico de la perilla le reconoce el mérito con un gesto. Un competidor. Genial. Su sonrisa se agranda. Sin prestar atención al comentario derrotista de la chica, escuchó las últimas indicaciones del anciano y en cuanto el Príncipe terminó, se adelantó para hablar de nuevo.

- Sí, Príncipe, me gustaría hacer algunas preguntas - miró a todos los presentes, pidiendo un turno de palabra que ya se había apropiado - por ejemplo ¿está clara la ubicación de esa manada y que no ha tenido contacto con las otras asentadas en León? - no quería confundirse de objetivo y meterse en la boca del lobo por un error de cualquier informador incapaz - Y también... ¿cual es la información que debemos recopilar en Madrid? Y una más: ¿deberemos comportarnos en todo momento como una manada sabbat? - estaba pensando en los ritae que según sabía realizaban, aunque poco sabía él de las costumbres de la Espada de Caín. Pero eso no lo dijo, claro que no.

Escuché en silencio mientras observaba al Príncipe fijamente. Escuchaba todo lo que hablaban a mi alrededor, y tomé nota de los detalles de la misión, pero no aparté la vista de Montoya. "Así que quieres que nos hagamos pasar por un grupo del Sabbat...". Mendoza hizo alarde de deducciones...obvias y todo el mundo ignoró a la chica pelirroja. El gesto de Tirso dejó claro que no estaba muy contento con que Darío le hubiera pisado. 

Las instrucciones eran sencillas: Encontrar, sonsacar información, matar, suplantar, recabar más información.

Las preguntas del malkavian fueron lógicas, pero lo más probable es que no nos pudieran decir con quién habían tenido contacto...eso era algo que quedaba a nuestra capacidad de investigación; la segunda cuestión era más interesante; y la tercera...dependería de las circunstancias.  Yo sólo tenía una pregunta.

- ¿Cuántos son? - No había pedido turno de palabra, pero había formulado mi duda después de las de Darío. 

¿Está clara la ubicación de esa manada y que no ha tenido contacto con las otras asentadas en León?

¿Cuántos son?

Fue el Alejando Baró quien respondió las preguntas, parecía que el vampiro de aspecto anciano era la mente de la misión.  Tenemos poca información sobre la manada del Sabbat, sabemos que se dirige hacia León después de haber realizado varias escaramuzas en Francia durante los últimos años. Su líder es Jack de Nesle y se hacen llamar los “Lobos de Lieja”, su manada se suele componer de 5 a 8 vampiros, actualmente no sabemos su número exacto o si ya ha llegado a León.

Claramente esa información la tendremos que obtener nosotros. Dijo con aire de arrogancia el vampiro, esta vez era el quien podía sacar pecho al proponer una idea. Tendremos que capturar algún miembro de la manada y sacarle la información.

¿cual es la información que debemos recopilar en Madrid?

El hecho no es obtener información, sino introducir un grupo permanente de espías en Madrid que nos proporcione información de la ciudad, para poder planear un ataque.

¿deberemos comportarnos en todo momento como una manada sabbat?

¡Claramente sí! ¿Tú que pensarías de un vástago que no sigue las tradiciones de la Camarilla?, dijo la chica pelirroja dejando una pausa para la respuesta. Pues eso, que es un Sabbat. Supongo que los Sabbat piensen igual y que al ver a un vampiro que no cumple con sus “cosas” piensen que es un vampiro de la camarilla.

Camino tiene razón, tendréis que comportaros como “cainitas”, aunque eso implique infligir las normas de la Camarilla. El príncipe miro al grupo. Creo que ya está todo resuelto, os dejo para que terminéis de preparar la misión.

- Por mí no hay más preguntas - Luego miré al resto. - Si los Lobos de Lieja acaban de llegar a León (o no), cuando antes los encontremos menos posibilidades hay de que se ganen una reputación...y que les eche de menos. Será mejor partir. ¿En cuánto tiempo estará todo preparado? 

Repasé mentalmente lo que tenía que recoger de mi "cripta". Siempre podía pedirle a Zigor que me lo trajera. Aquella cosa...¿cómo se llamaba? Móvil...sí. Debía empezar a hacer uso de él.

Alejandro fue el encargado de dar los datos técnicos del viaje una vez que el príncipe había abandonado la sala. El viaje se realizara de noche, en un solo tramo sin escala, son cerca de 8 horas de viaje pero nos iremos turnando. Iremos todos en un furgoneta y delante ira un coche con tres sirvientes de la capilla, para avisas de posibles percances y preparar el refugio. Pasaremos la primera noche en una casa abandonada de un pueblo cercano a León, ese será nuestro cuartel general y desde donde lanzaremos las diversas misiones. Si no hay más preguntas, podéis empezar a prepararos, mañana a primera hora nos reuniremos en el parque de Horta.

- No tengo más preguntas - despidió con deferencia al Príncipe, saludó al anciano con un gesto educado y lanzó una mirada seca a las dos mujeres y al joven vástago. Su actitud no le gustaba en absoluto, ni sus respuestas. Y si aquella estúpida creía que él iba a compartir su valiosa vitae con ella en uno de aquellos aquelarres sabbat, estaba muy confundida. - Nos veremos mañana.

Abandonó el lugar en cuanto le fue posible y dedicó unos minutos a deambular por los alrededores del imponente templo. Hacía décadas que no abandonaba su refugio. Llegó a aquella ciudad para intentar reflotar algunos negocios y allí terminó su vida y su futuro. Ahora estaba a punto de volver a su hogar, que había resultado ser un nido de bestias. Si conseguían destruirlas...¡eso sí sería un hecho glorioso, cambiar siglos de historia!

Estas ideas recurrentes y el hecho de hallarse en lo que Darío consideró una zona noble de la ciudad abrió su apetito y dedicó el resto de la noche a intentar alimentarse. Poco tenía que hacer en su refugio, solo tardaría unos minutos en recoger sus cosas y eliminar todo rastro de su paso por allí. No pensaba regresar. Imaginó una gran columna de llamas borrándolo todo.

Sonreí al ver que la reunión había acabado. Me despedí de ellos con un gesto de mano, sin decir una palabra. Después seguí a Dario, quería salir de aquella cripta cuanto antes. 

La noche de Barcelona se abrió ante mí en pocos minutos y llamé a Zigor para que viniera a buscarme. El funcionamiento del teléfono no resultaba tan complicado. El nosferatu lo había preparado todo para que fuera sencillo ponerme en contacto con él. Frente a la catedral había un parque, y decidí andar hacia él mientras el aparatejo emitía pitidos. No tenía hambre, así que pensé que era mejor volver a mi refugio y dejarlo todo preparado. Cuanto menos tiempo pasara en la superficie, mejor. Al cabo de tres pitidos, alguien respondió al otro lado de la linea.

- Ven a buscarme. Quiero terminar de ultimar unos detalles contigo y necesito información.

Quería saber más  sobre aquellas personas...y hasta qué punto merecía la pena mantenerlas con vida.