Partida Rol por web

Marvel: Fundación Costa

[Finalizada] Escena 2: Tiempo de Tribulaciones.

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17/09/2015, 21:19
Narrador

Había pasado una semana desde Fin de Curso. Un fin de curso ajetreado, por no decir otra cosa. Escapadas dimensionales, y meteoritos que resultan ser naves accidentadas con la nueva profesora de Tecnología dentro, son cosas que no acostumbran a pasar. O no en la misma noche, al menos.

Pocos alumnos durmieron esa noche. Los que lo hicieron, fue porque estaban inconscientes, o simplemente agotados hasta la extenuación.

La enfermería estaba llena a rebosar. Había gente capaz de sanar, entre ellos Rebeca, pero ella se contaba entre los inconscientes y heridos, con serias quemaduras por todo el cuerpo, así como Naiara y Alejandro. Otros habían sufrido heridas cuando los fragmentos de nave cayeron. La más notoria de todos, una chica de diecisiete años llamada Teresa, que era la chica con la capacidad de visitar el “limbo” y enviar a otros a él. Había recibido un serio golpe en la cabeza.

Otro de los sanadores, un adulto que trabajaba de enfermero allí mismo en la Fundación, consiguió devolver la salud a todos los heridos, sin excepción. Solo dos problemas restaban: Naiara y Teresa. Ninguna de las dos parecía querer despertar.

Todo el grupo que había sido enviado al “Limbo” fue obligado a permanecer en la sección de enfermería durante dos días enteros, en los que se les hicieron pruebas y se comprobó su estado. Sus habitaciones eran dobles: Alejandro con Salvador, Ian con Xur, Rebeca con Verónica, Naiara con Negare, Eli con Sara. Halid estuvo solo, lo mismo que Teresa, aunque pasaron poco tiempo en sus habitaciones, y más en la sala común de la enfermería.

Los que perpetraron la “broma del ‘limbo’ ” fueron castigados. Lo cual no afectó demasiado a Brayan, ese parecía ser su estado natural, aunque si bien el castigo le resbalaba, estuvo haciendo compañía a todo el grupo, y a Teresa, mientras estuvieron en el hospital, con una sincera disculpa por lo ocurrido rápidamente en los labios, siempre que alguien hablaba con él.

Naiara despertó, por fin, al sexto día. Justo a tiempo para participar al día siguiente en el día a día de la Fundación. Porque, accidentes, dragones, meteoritos y dimensiones blancas a parte, la vida sigue.

Ese día tenían clase de nuevo con Raúl, que les había citado a todos en un claro en el bosque a las nueve de la mañana.

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17/09/2015, 21:29
Narrador

Flashback

Cuando Alejandro despertó, después de todo lo sucedido con el Arlequín y verse absorbido por la oscuridad, se encontró en la enfermería de la Fundación, compartiendo habitación con Salvador que en ese momento dormía. El sol entraba por la ventana, a través de las blancas cortinas. Estaba vestido únicamente con una bata de hospital y tenía una vía con suero inyectada en la muñeca izquierda. Pero lo más sorprendente de todo, fue que había una forma allí, en pie, junto a él, que no se hubiera imaginado jamás.

Sombra hacía guardia a los pies de su cama, absorto en sus pensamientos. Cuando se dio cuenta de que Alejandro estaba en vela, se puso tenso.

- Lo lamento, Soberano. Mi… escepticismo, se interpuso entre yo y mi obligación para con usted. Estoy aquí usando mi propio poder, para no causarle más extenuación, por lo que no podré estar mucho más. Pero quería aprovechar para disculparme ante vos y… Hablaros de eso. – Sombra señaló a la mano derecha de Alejandro, y cuando este la abrió encontró en ella la canica con la máscara del Arlequín. ¿Había sido un sueño o realidad entonces? – No debéis hablarle a nadie de ella. Ni siquiera a los otros Caballeros. Sobre todo a los otros caballeros. He intentado deshacerme de ese artefacto de innumerables maneras. Destruyéndolo, lanzándolo lejos, enviándolo a otra dimensión… Haga lo que haga vuelve a vuestras manos. Pero sabed que es algo peligroso. Buscaré la manera de libraros de su presencia y volveré. Pero recordad: No dejéis que nadie la vea.

Y dicho esto desapareció, justo a tiempo de que Salvador se despertara.

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17/09/2015, 21:43
Narrador

Flashback de la primera noche

Ian dormía. Era un sueño lúcido. Los había tenido otras veces. Sobre todo después de unirse a Stitch. El sueño no era más que oscuridad cuando se percató de que podía controlarlo, así que lo cambió a un entorno más agradable: Un prado infinito, con suaves colinas, casi como ondulaciones en el mar, cubiertas de trigo dorado hasta donde alcanza la vista, y un solo árbol bajo el que descansar, cubierto por su sombra.

No me gusta lo que ha pasado esta noche.

Era Stitch, era menos complicado diferenciar entre el propio Ian y él durante los sueños, por eso el parásito los aprovechaba para comunicarse con el adolescente, sin abrirle toda la información escondida en su mente.

En absoluto. Sugiero que no digas nada de esto, pero algunos de los fragmentos caídos, me son familiares. Es posible que tu nueva profesora venga con compañía. Estate preparado.

Y la mente de Stitch desapareció del sueño. Dejando a Ian solo, dios de su propio universo. Al menos hasta que despertara.

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17/09/2015, 22:33
Narrador

Flashback del despertar de Naiara

Naiara estuvo atrapada durante casi una semana en una esfera de blancas llamas. No importa lo que el resto diga, que había estado en la enfermería, que había estado acompañada. Para ella la realidad era otra. Interminables horas flotando en el vacío, rodeada por fuego blanco.

Cuando porfín despertó, o volvió al mundo real, dependiendo de qué versión creyeras, no consiguió deshacerse del todo del espacio de llamas blanco. En algún rincón de su mente, aún oía el crepitar de las llamas, y todo parecía volverse blanco cuando lo veía por el rabillo del ojo.

Cuando despertó encontró que en su mano había una canica, una pequeña esfera de cristal con una palanca en miniatura dentro. ¿Había sido entonces real? Uno no puede sacar objetos de un sueño. ¿Qué hacía eso en sus manos?

Estaba sola, la habitación era doble pero la otra cama estaba desocupada desde hacía días. Al no haber nadie en las inmediaciones, decidió ponerse en pie e investigar. Solo iba vestida con una bata de hospital, lo cual quería decir que toda la parte de atrás estaba al aire, asi que se echó una sábana encima para taparse, y se agarró al palo que aguantaba el suero, desplazándolo sobre sus ruedas, acompañándola.

El enfermero la vió enseguida, pero no antes de que Naiara se metiera en el cuarto de Teresa. Teresa estaba durmiendo en una cama de hospital, pero todo a su alrededor era blanco. No que los objetos fueran blancos, sino que parecía flotar en la nada. Obviamente el resto de la gente no lo percibía igual que Naiara, porque el personal de enfermería entraba y salía de la sala, e interactuaba con objetos que Naiara no era capaz de ver.

En seguida le dieron el alta, sin cuestionarla mucho más. Por lo visto ya habían interrogado a sus compañeros. 

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17/09/2015, 22:45
Narrador

Flashback de Rebeca

Rebeca despertó en una habitación de la enfermería. Verónica dormía profundamente en la otra cama. Lo primero que hizo fue comprobar sus heridas, que parecían estar desaparecidas. Pero mientras lo hacía algo se cayó de sus manos, algo que cayó rebotando por el suelo. La chica se puso en pie, para ir a buscar lo que había caído, cuando se dio cuenta de que estaba vestida únicamente con una bata de hospital, y por tanto toda la parte de atrás estaba al descubierto. Se tapó como pudo con una sábana, y fue a buscar lo que había caído.

Una canica. La levantó y se la puso en la palma, para inspeccionarla. En ella estaba la imagen de Salvador con lo que parecían ser sus padres, y las cadenas atándole a aquella losa que leía “Este no es mi destino”, arrastrándole hacia el fuego.

El primer instinto de la chica fue deshacerse de aquello. No podía ser cierto, aquello había sido solo un sueño, una pesadilla, pero ahí estaba para atormentarle. Así que decidió echar aquello por el retrete. Fue al baño y lo echó a la taza, tirando de la cadena con premura, observando como la pequeña esfera de cristal se perdía en el remolino.

Solo entonces se dio cuenta de su reflejo en el espejo del baño. En él iba vestida como la diosa Nu Wa. Su reflejo se llevó un dedo a los labios, haciendo la señal de silencio, y extendió la mano hacia adelante, mostrando lo que había en su palma: la canica. La misma, exactamente la misma canica que acababa de echar por el retrete.

Solo entonces se dio cuenta Rebeca de que había estado imitando los movimientos de su imagen en el espejo, en vez de a la inversa, y que en su palma ahora reposaba de nuevo la canica. Con un grito de sorpresa, Rebeca corrió hacia la ventana y la abrió, tirando la canica por la misma. Su reflejo en el cristal de la ventana, por lo poco que podía verlo, vestía como Nu Wa, e hizo que no con la cabeza, pero la esfera no volvió a sus manos. Contenta con eso, al menos, Rebeca volvió a su cama, y se tumbó dentro. Entonces notó que había algo que le estaba molestando en la espalda. Levantó las sábanas pero no veía nada. Así que finalmente decidió levantar el colchón y allí estaba: La canica.

Desde entonces, Nu Wa es todo lo que Rebeca ve en el espejo. Desde entonces, esa canica no deja de aparecer entre sus posesiones, por mucho que intente deshacerse de ella.

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18/09/2015, 14:50
Rebeca Garcia Perez

 

Rebeca abre los ojos, no sabía realmente donde estaba, sentía su respiración agitada y mira a todas partes, entonces se da cuenta que a su lado Verónica duerme profundamente, se mira el cuerpo y comprueba como las heridas y quemaduras que debía tener han desaparecido, fue el incorporarse que escucho como algo se le caía, rápidamente tras taparse algo mas lo recoge y se da cuenta de que se trata de la canica que le había dado Nuwa, se queda mirándola, ella había decidido deshacerse de ella y así lo intento pero no pudo.

Por lo que escucho Rebeca el espacio blanco había sido una broma, sin embargo, lo que sucedió allí fue muy importante para ella, Brayan les visito y les pidió perdón, pero ella no le dijo nada, incluso cuando se encontró con el resto en la sala común se mantenía seria y callada, Rebeca que siempre se acompañaba de peluches no lo estaba haciendo desde hacía un tiempo y todos podían ver como evitaba los espejos.

Cuando por fin pudo marcharse del hospital seguía bastante seria y sin hablar con casi nadie, ella que antes siempre iba correteando a los sitios que se dejaba acompañar por peluches, y que cada dos por tres tocaba la guitarra no hacía nada de esto, ni en su habitación cosa impensable antes, de hecho cogía la guitarra y se ponía como para tocar pero no tocaba nada quedándose mucho tiempo así como pensando, durante estos días tampoco comía demasiado, se notaba que algo le preocupaba.

Cada vez que veía a Salvador casi salía corriendo con cara de preocupación e incluso un par de veces parecía que iba a hablar con su tutor, pero en el último momento le fallaba el valor y se marchaba, casi siempre caminaba ausente y con mirada preocupada. El día que tenían clase Rebeca se miro al espejo para comprobar que tenia bien puesto el uniforme, pero algo le debió pasar porque sus compañeras de habitación pudieron escuchar rotura de cristales y a la Rebeca decir:

- Déjame, márchate ya, olvídame... déjame tranquila

Tras esto salió de la habitación con unos cortes en la mano y con mala cara, se acerca a su cama y anima un pequeño dron en el que coloca una nota y dice:

- Dáselo a Salvador

Cuando el aparato se marcha ella hace lo propio, Rebeca se dirige al claro del bosque cabizbaja mientras espera que la nota llegue a Salvador, nota en la que únicamente ponía " Necesito hablar contigo a solas es algo importante"

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18/09/2015, 16:23
Verónica Galán

Después del Titánico y Heróico esfuerzo que había hecho durante el incidente Verónica quedó exhausta, completamente extenuada, se movía de su cama para lo mínimo. Solo se la veía salir de la cama para comer, y para hacer sus necesidades... el resto del día lo pasaba, o durmiendo, o adelantando temario de clases con sus libros en la cama.

Lo había dado todo aquel día, y el uso desmesurado de sus poderes le había pasado factura, si intentaba atraer hacia ella cualquier cosa, ésta se acercaba titubeante, temblorosa y lentamente... como si hubiera agotado todo su poder, y no hubiera recargado sus "pilas" lo suficiente.

Rebeca, su compañera de habitación, estaba rarísima, ni un atisbo de la chica risueña y vivaracha que era antes, quedaba en aquella marioneta. Ni su risa, ni su guitarra, ni sus muñequitos... Verónica no sabía qué demonios le pasaba a aquella chica, y no sabía si de verdad querría enterarse.

Cuando empezó a recuperar fuerzas, y decidió comenzar a levantarse, lo primero que hizo fue ir uno por uno a visitar a sus compañeros heridos, para asegurarse que estuvieran en buenas condiciones. Básicamente visitó a Alejandro y se quedó un buen rato con él, e hizo lo propio con Naiara, no es que le cayera especialmente bien, pero se preocupaba por como había quedado después de aquel problemilla y se sentó a su lado a verla descansar.

 

 

El día del comienzo de clases se puso el uniforme, se peinó con una complicada trenza lateral, se puso la mínima expresión rimmel y sombra de ojos, y se dirigió al bosque con los libros que iba a usar en el día en una mochila en bandolera. Se sentó a los pies de un árbol, y se puso a leer a la espera de que sus compañeros y el profesor llegaran.

 

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19/09/2015, 23:04
Naiara Pérez

Para haber estado seis días inconsciente, Naiara se había despertado de muy buen humor. Se había despertado sola en una amplia habitación de la enfermería. En un primer momento, no hizo nada. Permaneció quieta, tumbada en la cama, recordando todo lo que había pasado. Hilando sus propias teorías sobre quienes habían estado detrás de todo eso. Aunque algo le decía que, con un par de preguntas, tendría una lista detallada de los alumnos a los que debía empezar a torturar.

Ni siquiera se le había empañado el estado de ánimo el saber que al día siguiente tenía clase con Raúl. Tras 24 horas desaprovechadas como ella mejor sabía, era hora de volver a la rutina.

Al llegar al claro del bosque, solo estaban Rebeca y Verónica. La primera, extrañamente seria, cosa que agradecía.

- Por dios Verónica, ¿es que no descansas? Deberías dejar de ser tan aplicada. (*)

 

Notas de juego

(*) De buen rollo.

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19/09/2015, 23:34
Naiara Pérez

No había conseguido olvidar lo que había pasado en ese 'limbo'. Todavía sentía el calor de las llamas sobre su piel y el destello blanco que se cernía a su alrededor. Todavía recordaba esos momentos en los que creía estar a punto de perder la cabeza.

No había dejado de tocar esa pequeña canica que escondía en su bolsillo desde que había salido de la enfermería. Era un gesto compulsivo que repetía una y otra vez, como si esperara que así se acabara la ansiedad que sentía dentro.

No podía dejar de pensar en Teresa. Había intentado volver a verla un par de veces pero no lo había conseguido. Quería saber más. Por qué les había llevado allí, en qué consistía exactamente su poder, y por qué ella seguía atrapada en ese limbo.

Al parecer, todos esos enigmas debían esperar. Mientras, tocaría disimular.

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21/09/2015, 02:23
Salvador

Durante los días que Salvador estuvo encerrado con Alejandro, los muchachos tuvieron tiempo suficiente para hablar largo y tendido, no sólo sobre lo sucedido en la playa, sino permitiendo saber el interior el uno del otro. Lo que fuera que intercambiaran, debió de ser beneficioso para el toledano, porque al día siguiente se dirigió al claro del bosque con una expresión algo menos sombría de lo habitual. Seguía siendo pálido como un cadáver y con la cabeza gacha, pero al menos se permitía sonreír de vez en cuando.

No le preocupó confirmar las sospechas de sus compañeros sobre la playa y la novatada, ni saber quién era la causante de su encierro. Había otras preguntas que se quedaron sin respuesta tras el forzoso aterrizaje de su nueva profesora, y deseaba de todo corazón encontrar esas respuestas algún día. Esa semana que pasó desde el Fin de Curso y la clase con Raúl la dedicó a pasar tiempo a solas, a escribir, leer y a conocer a sus compañeros un poco mejor. Lo que mostró facetas desconocidas de Salvador. Podía bromear. Podía escuchar. Podía ser una persona como las demás.

Al reunirse con sus compañeras en el claro, se permitió saludar tímidamente, y añadió además una sonrisa para Rebeca. Alguien les había visto hablando una mañana, pero el contenido de la conversación no llegó a descubrirse.

- Buenos días

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21/09/2015, 13:43
Alejandro

La semana pasó de manera relativamente rápida para Alejandro. Llamó a su madre para hablar un poco con ella, aunque obvio la parte del grave accidente durante la novatada. Estuvo entretenido con sus cavilaciones y proyectos personales, por lo que le pilló por sorpresa el despertador al sonar un día cualquiera. Jeffrey le dio los buenos días mientras se levantaba de su cama a duras penas.

Se rascó la cabeza y renqueó hasta el baño, con expresión ausente.

- Oh, hoy es el día… - murmuró mientras el agua fría en el rostro lo acababa de despertar. Tenía clase en el claro del bosque. Esperaba que Raúl no les diese alguna charla sobre respetar la naturaleza o lo relajante que es estar ahí fuera. Aquello último le hizo pensar en su compañero de cuarto.

Se tomó su tiempo para vestirse y hojear un poco el ejemplar de Juego de Tronos que había comenzado ese verano. Salvador ya se había marchado de la habitación, y no estaba seguro de cuando volvería. Decidió dejar ya lo que había estado preparando.

No le había costado conseguir otro reloj de pulsera después de que el anterior explotase tras su uso indebido. Con unos pocos días de trabajo había conseguido diseñar un nuevo círculo y grabarlo en el reverso del reloj. Invocar y atrapar al diablillo había sido lo más fácil.

Lo dejó sobre la cama de Salvador con una nota.

“Para cuando necesites paz.

Alex”

Y hecho esto se encaminó hacia el lugar de la clase. Podría haber invocado a cualquiera de sus caballeros para que lo llevase hasta allí, pero decidió ir a pie. Tardó más de lo habitual, pero logró orientarse y llegar hasta el claro, donde ya estaban algunos de sus compañeros. Saludó con la mano al llegar y se sentó junto a Verónica.

- ¿Qué lees? – preguntó con genuina curiosidad. 

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21/09/2015, 15:30
Verónica Galán

Absorta en su lectura Verónica ni se dio cuenta cuando Naiara y Salvador llegaron, hasta que la gótica decidió hablarle. Verónica sonrió a su compañera mientras apartaba la mirada del libro solo durante un segundo.

- Tranquila, es solo una novela. Ya llevo suficiente temario adelantado, como para adelantarlo también en mis ratos de ocio.- Aquella vez si se rió abiertamente y tras aquello volvió a dirigir su mirada al libro y siguió afanada en la lectura.

Escuchó el saludo de Salvador, volvió a levantar la mirada y le sonrió tiernamente, para luego volver a enfrascarse en la lectura. Hasta el mismo momento en que Alejandro se sentó a su lado sobresaltándola.

- Que susto.- Dijo la chica poniéndose la mano en el pecho, intentando calmarse... para luego comenzar a reirse sonoramente.

 

 

- Por dios Ale... Nada, solo leía "El nombre del Viento" de Patrick Rothfuss por trigésimo-cuarta vez.- Volvió a reir, esta vez más calmada -. ¿Lo conoces?

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21/09/2015, 18:28
Ian Luna

- Esta bien, volvamos a intentar.

Ian junto un par de cables y la enorme cabeza con aspecto de lobo se movió un poco. La cinta roja que tenía en lugar de los ojos se iluminó ligeramente y la criatura le miró. Ian le acaricio y aunque la maquina no tenía terminaciones nerviosas lo sintió. Ya lo habían probado antes así que no hacía falta pedírselo de nuevo: El lobo ladró y justo en ese momento un chispazo se dejó ver en el sistema eléctrico que aún estaba al aire.

- ¡Oh Dios! llevamos una semana con esto y solo he conseguido programar la personalidad. - Lo desconecto de la fuente de alimentación.

En la tablet sonó la alarma de aviso, concretamente era la quinta vez que sonaba e Ian la ignoraba, así que un holograma de Jeffrey se persono ante Ian para avisarle. Como siempre, la medusa flotando plácidamente en el vacío. No tenía expresión pues no tenía cara, tampoco tenía tono. Era normal pero al lado de su nuevo amigo, aquel lobo, Jeffrey le parecía un cuerpo sin alma. Su lobo tenía sentimientos, tal vez simples, pero podía aprender. ¿Aquello era peligroso? Por supuesto, pero a los hermanos Ian y Stitch les gustaban los retos, además, su amigo no podría hacer daño indiscriminadamente pues no solo sería respetado, a diferencia de los robots de las películas, que se revelaban contra humanos tiranos, si no que el sistema de seguridad no se encontraba en su programación si no que era un elemento físico, en su núcleo de memoria. Extraerlo supondría la muerte del robot, como extraer a Sititch supondría la muerte de Ian.

Raúl esperaba a sus alumnos en un claro del bosquecito. Ian miró el reloj, era por la mañana. Se había levantado de madrugada y se había puesto a trabajar, asi que llevaba un par de horas de sueño en el cuerpo. Suspiró, quería seguir trabajando, pero desobedecer a su tutor sería mala idea, le atraía con tentáculos de sombra al techo o algo así.

- Tendremos que seguir luego amigo. - Dijo a su robot mientras se vestía, aunque que no le escuchaba pues estaba apagado. - Lo primero que haremos será cambiar esa fuente de alimentación, las baterías humanas no te gustan.  

Tomó su patín. Había menguado y se había visto modificado en la última semana. Ahora era más patín y menos bandeja de camarero. Era más corto y estrecho, también más fino y buena parte de su estructura, a ojo observador, era como escamosa y con partes retráctiles. Sin duda el chico había estado entretenido.

- Tendré que buscarte un nombre mejor, gelatina 2.0 no es muy original. - Ian seguía observando su tabla, abstraído.

- Señor Luna, quiero que sepa que estoy algo ofendido con ese nombre. - Replicó Jeffrey.

- No seas tan duro conmigo, al fin y al cabo he usado parte de tu código. En términos humanos he cogido una gotitas de tu sangre y he replicado tu ADN.

- Eso también me ofende.

Las ofensas de Jeffrey consiguieron sacarle una sonrisa a Ian, pero no una carcajada. El chico estaba mirando fijamente su tabla. Había tenido una idea pero tendría que esperar.

Miró a su alrededor. Su escritorio, su cama, todo estaba hecho un desastre. Su compañero de cuarto estaría molesto pues el lado de Ian estaba lleno de escamas de metal, de engranajes, placas… piezas en general. Eso sí, solo su lado, respetando siempre el lado de su compañero.

Se colgó su mono patín a la espalda con una cinta, casi parecía una mochila bandolera tan común en un estudiante y salió de su cuarto caminando. Se encontraba distraído y no miraba al frente, por lo que en la propia entrada se chocó con Pau, el cual iba a molestarle.

- Mocoso  ¿Es que no miras por donde vas?

- Pau…

Ian sonrió, aún se contentaba al verle sano después de lo de la playa a pesar de que sabia que estaba bien desde la misma noche del suceso. Pau fue bastante insistente con verle, a pesar de que estaba en la enfermería y no eran horas.

Estando frente a su amigo Ian dejó caer de manera pesada su cabeza hacia delante, apoyándola en el hombro de este. También transmitió parte de su peso a su compañero, usando su frente como transmisor.

- A ver si lo adivino ¿Otra noche de trabajo? - Pau le hizo separarse, lo tomó por ambos lados de la cabeza y le hizo mirarle para ver sus ojeras. - ¿Y no aprovechas el verano para dormir alguna hora más?

- Raúl nos ha llamado, llego tarde.

- Que le follen.

- Si. - Ian se rió. - Pero me atara a un árbol con sus tentáculos si no voy.

- BDSM, mi favorito.

- Embustero.

Ian dejó atrás a su amigo y siguió con su mortecino y cansado paso por los pasillos y jardines de la fundación. ¿Llegó a la cita con sus compañeros y su profesor? Si ¿Puntual? Ni de coña. De hecho llegó tranquilamente veinte minutos tarde, con unas ojeras que le llegaban al suelo.

- Pensé que en España entre Navidad, Semana Santa y verano, no se daba palo al agua los siete primeros meses del año. ¿Clase en verano?

A pesar de la queja y de la cara de sueño y de que parecía que no se había peinado en cuatro días, Ian estaba sonriente y calmado, somnoliento pero sonriente.

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22/09/2015, 18:19
Raúl Martín del Toro

Minutos antes de la aparición tardía de Ian, pero ya bastante después de la hora acordada, Raúl salió de la zona más interna del bosque, con mirada confusa y perdida.

- ¿Qué hacéis aquí? Llevo un rato esperándoos allí atrás – señaló con el pulgar a un sitio tras él, en el que a lo lejos podía verse otro claro – Para un día que llego a tiempo y os equivocáis todos. ¿Dónde está Ian?

Varios minutos y una llamada por teléfono a Jeffrey para asegurarse de la localización del Canadiense prófugo, el susodicho llegó al claro que no era el claro en el que habían quedado.

- En serio. – Raúl se encogió de hombros – Llevo allí desde una hora antes de la cita, preparándolo todo… Las direcciones que os di eran lo bastante buenas… Si es que…

Y dicho esto se encaminó de vuelta al claro, que SÍ era el claro en el que habían quedado, sin pararse a mirar si los alumnos le seguían. Obviamente había elegido el lugar por lo teatral que podía llegar a resultar, ya que a esa hora un solo haz de luz cruzaba las copas de los árboles e iluminaba directamente una piedra que se elevaba un metro y medio sobre el suelo, a la que Raúl procedió a trepar habilidosamente. Ciertamente, verlo subir y entender que ese era el efecto que quería causar le restaba bastante “molosidad” al asunto. En vez de ponerse en pie y seguir con la charada, se sentó con las piernas cruzadas sobre la misma, algo decepcionado con que el asunto no le hubiera salido bien.

- A ver… Por donde iba esto… Ah. Si. - se aclaró la garganta – Bienvenidos otra vez a mi tutoría. Como la otra vez, esto va a servir para que os habituéis al uso de vuestras habilidades especiales, sean cuales sean, rodeados de otra gente. La idea es no poner en peligro a nadie, y sacar el máximo partido a las herramientas a vuestra disposición. La última vez, sin embargo, el partido de Balón Prisionero puso bajo los focos únicamente vuestras habilidades de combate, y no conseguí que os compenetrarais y trabajarais juntos. Cada cual iba a lo suyo sin importarle los demás. No vi prácticamente ni un solo pase a los aliados en el cementerio, nadie intentó combinar sus poderes con los de los compañeros… De hecho varios de vosotros aplicasteis fuerzas contradictorias al balón, anulando su efectividad.

- Por eso he ideado esta nueva prueba, a ver si así consigo sacar algo de camaradería de vuestros corazones insensibles de adolescente. ¿De qué va esto? He escondido varias cosas por los terrenos de la Fundación. No voy a deciros qué he escondido, cuántos de estos “qué” hay o donde podéis encontrarlos. Cuando dé el pistoletazo de salida, activare este bonito cronómetro que le he tomado prestado sin permiso a Júlia – sacó el susodicho cronómetro, una aberración cromática de color rosa con dibujos de Hello Kitty – y el reloj no dejará de correr hasta que traigáis todo lo que he escondido y estéis todos presentes aquí.

Raúl extendió las manos delante de él, como esperando recibir algo, y entre ellas se formó una esfera de sombra y oscuridad, que poco a poco fue creciendo y tomando forma… La forma de una bolsa de gimnasio. De ella Raúl sacó un montón de headsets como los que se usan para hablar con el móvil, y se los fue lanzando a cada uno de los alumnos.

- Xur, no sabía que hacer contigo… Te va a tocar desarrollar una oreja de la que colgártelo. Lo siento.

- Hay varias normas especiales. Primera: Tenéis que escoger uno o dos líderes antes de salir siquiera de este claro. Obligatorio.

- Segunda: Solo el o los líderes pueden comunicarse conmigo. – Se señaló a la oreja, donde había colgado un headset como el vuestro – Lo cual implica que solo ellos pueden pedir un intercambio.

- Intercambios. Hay una pequeña parte de mi poder anexada a cada uno de estos chismes. Si la persona que escojáis me lo pide puedo cambiar de localización a dos personas de vuestro grupo, estén donde estén, siempre que sea dentro de la Fundación.

- Jeffrey no os dirá dónde están, no voluntariamente al menos. Además, tampoco es capaz de deciros la localización de aquellas que estén en las Zonas Libres de Medusas.

- Una pista: Hay una en el bosque, otra en la playa, y al menos otra en los edificios.

- Anotaré vuestros logros, estaré escuchando todas vuestras conversaciones, a no ser que apaguéis los headsets claro… Y anotaré vuestros tiempos. Esta prueba la harán otros grupos de la Fundación. Entre los otros grupos hay uno con Brayan, sí. Y repetiremos la misma prueba en el futuro, para ver si mejoráis… Pero el asunto es que es una competición. Los alumnos que hagan un mejor tiempo tendrán un premio de mi parte… Y solo lograréis un buen tiempo compenetrándoos.

- Y el tiempo, empieza… ¡YA!

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22/09/2015, 18:34
Narrador

Negare casi saltó de la excitación, su cola desplegándose a toda velocidad, zarandeándose por el aire.

- ¡Vamos panda de inútiles! Soy la única aquí con carisma suficiente para ser la líder. Votadme todos y acabemos con esto.

 

- Eh… - Eli miró a derecha y a izquierda – Yo… Mejor voto a Sara. Sin animo de ofender eh Duquesa pero...

 

- ¿Qué? A mi no me metáis en lios. Que mande Alejandro, que se le da bien.

 

Halid miró a las tres chicas, incrédulo, y sacudió la cabeza de un lado a otro. Cuando habló lo hizo en voz muy baja, lo que obligó a todos a prestar atención y guardar silencio para oirle:

- Salvador. 

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22/09/2015, 19:18
Naiara Pérez

Trabajo en equipo, compenetración, aliados, camadería... ¿Es que todo el discurso de Raúl iba a ser tan vomitivo? Joder, ¡pero si hasta se había puesto a hablar de corazones! Ese tío tenía que estar tirándose a algúna de las profesoras... fijo que a la friki de Sonia. Por desgracia para ella, había una aberración que le harían sangrar los ojos. Esa mierda de cronómetro pastelosamente de infarto.

Escuchaba con cierto interés las normas de la actividad. Seguía siendo una mierda, pero estaba mejor planteada que el balón prisionero.

Jeffrey no os dirá dónde están, no voluntariamente al menos.

Sonrió para sí. ¿Les estaba poniendo a prueba?

Brayan

Tenía ganas de encontrárselo en una situación donde poder devolverle la putada.

- Ian.

- Tiradas (1)
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22/09/2015, 19:40
Rebeca Garcia Perez

Rebeca observa distraídamente a Raúl, no estaba de humor para decir nada, de hecho se notaba en la cara que estaba preocupada y nerviosa, incluso un poco agobiada, cuando escucha la explicación del profesor, mira el cronometro, normalmente le hubiera parecido bastante mono e incluso habría hecho algún comentario, pero no se sentía con ganas de eso, por lo que cuando el profesor explico todo simplemente asintió, tenían que encontrar unos objetos por la fundación, aquello iba a llevarles bastante tiempo y ella quería hablar cuanto antes con el profesor, una vez termino de explicarlo todo dijo que tenían que votar por un líder y ella mira al tutor y dice con un tono preocupado y un poco nervioso, se notaba que estaba ansiosa, incluso mira de reojo a Salvador de forma fugaz:

- Profesor... cuando terminemos podría hablar con usted? es importante

El profesor les tira unos auriculares y cuando se lo tira a Rebeca esta no estaba pendiente y se le cae de las manos, se agacha para cogerlo y lo sacude un poco, entonces se lo coloca con cuidado y dice:

- A mi me da igual el líder...

Para apartarse un poco del grupo principal y esperar a que todos decidieran hacer algo

- Tiradas (1)
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22/09/2015, 20:00
Alejandro

Alejandro arqueó una ceja y escuchó a Raúl con cierto escepticismo. Su tutor quería que trabajasen en equipo, porque tan mal lo habían hecho la última vez. Cuando intentó coger el headset éste le resbaló entre los dedos y le dio en toda la frente. Deseando que nadie lo hubiese visto se agachó para recogerlo del suelo. 

Si Raúl quería trabajo en equipo iba a tenerlo. Con porte digno el muchacho dio comienzo a su invocación, no había tiempo que perder.

- Soy la luz que hiende la sombra... ... ¡Acudid a mi llamada!

Tras pronunciar el último verso tres figuras se materializaron junto al joven mago. Tres de sus caballeros: Vanguardia, Brujo y Sombra. Sin que tuviese que mediar palabra Vanguardia se colocó junto a Rebeca, y Sombra junto a Salvador. Brujo permaneció junto a su amo. 

- Yo voto a Ian - declaró, tras lo cual se aclaró la garganta y se dirigió a Rebeca y Salvador - Mis caballeros os pueden transportar a gran velocidad por los terrenos de la Fundación, para que os podáis desplazar más rápido. Vanguardia es muy ágil. Sombra puede teletransportarse a grandes distancias. Os servirán bien. Brujo me llevará a mí por el aire. 

Rápidamente trataba de pensar en qué hacer a continuación. 

- No sabemos qué buscamos, ni cuántas de esas cosas buscamos - miró con el ceño fruncido a su tutor, que debía de haberse divertido preparando aquello - Propongo que nos separemos al principio por grupos en las tres zonas en las que seguro que hay algo. Y a partir de ahí... - miró dubitativo a Ian. 

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22/09/2015, 20:41
Verónica Galán

Al enterarse de que la cita era en otro lugar, Verónica no pudo sino enrojecerse y agachar la cabeza... era probable que la culpa hubiera sido en parte suya, así que estaba un poco avergonzada. De nuevo en aquel claro iba a tener lugar otra de las pruebas de Raúl, cosa que volvía a llamar la atención de Verónica, le gustaban los juegos en equipo y aunque en el anterior no lo hubiera hecho como esperaba... seguía teniendo muchas ganas de participar.

Aquel juego era aún más caótico que el anterior. El otro simplemente era eliminar a los demás dándoles con una pelota... el típico Brilé de toda la vida. Aquello era mucho más raro, tenían que buscar un número indeterminado de cosas que ni siquiera sabía lo que eran. En principio pocas cosas se le ocurrían para hacer, aunque había algo que sí que creía que podría funcionar.

Agarró el headset con su ya recuperado poder, y se lo colocó en la oreja, conectándola con sus compañeros y con el profesor.

- Yo voto por Alejandro, se le da bastante bien organizar a varias personas, aunque Ian seguro que también hace un buen trabajo.- Pasó la mirada por cada uno de los dos mientras terminaba de colocarse el auricular -. ¿Alguno de vosotros puede sentir los poderes de los demás de alguna manera? Porque quizá así podría detectar los objetos si están impregnados del poder del profesor.

Se la notaba bastante excitada con el tema de la segunda prueba... no le había gustado nada fallar en la primera, así que intentaría darlo todo para hacerlo lo mejor posible en aquella segunda oportunidad.

- ¿Como creéis que podemos descubrir cuáles son los objetos?.- Después de hacer aquella pregunta miró al profesor y se dirigió a él-. ¿Como sabremos cuales son los objetos que tenemos que encontrar? ¿Hay alguien más que usted que sepa "qué" o cuantos de esos "qués" hay escondidos??.

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23/09/2015, 02:49
Salvador

La verdad es que ni siquiera se había planteado que se hubieran equivocado de sitio. Como cuando se unió al grupo Verónica y Rebeca ya estaban allí, supuso que era el sitio correcto, y se sintió un poco culpable cuando Raúl les enseñó el claro donde había estado preparando todo. Sí que era una presentación bastante impresionante, y deseó haber podido disfrutar de ella. Sin embargo, Raúl se recompuso y les ofreció la explicación de la siguiente clase, y Salvador se obligó a prestar atención. Al menos las clases de la Fundación Costa no eran como las de su antiguo instituto, donde las horas se movían más lentamente que fuera de él.

Tomó nota mental de lo que se trataba aquella gymcama: había un número indeterminado de objetos diseminados por las instalaciones, objetos que no sabían qué eran y dónde estaban. Todo controlado por tiempo, un tiempo que les enfrentaría a otras clases. Una competición en toda regla, obligándoles a cooperar. Y sin embargo, el primer obstáculo al que se enfrentaban era precisamente elegir un par de líderes.

Tras la sorpresa inicial cuando Halid le nominó, cosa que agradeció con una tímida sonrisa al moreno joven, Salvador sopesó mentalmente las distintas opciones que se habían planteado hasta ahora:

Duquesa se había autonominado, y estaba totalmente descartada. Sara tampoco le parecía un buen ejemplo, considerando lo impulsiva que era. Naiara y Alejandro habían votado a Ian, pero al toledano no le gustaba la condescendencia con que trataba a los demás, y menos aún cómo había intentado pensar por él en la playa. Sara y Verónica habían votado por Alejandro, y tras el tiempo que habían pasado juntos, Salvador consideró que no era mala opción. Sin embargo, lo estaban haciendo mal.

- Estamos perdiendo el tiempo con este concurso de popularidad  – dijo, atrapando al vuelo el dispositivo que le había lanzado Raúl. Estaba serio, calmado en ese ambiente rural y relajado – Necesitamos dos personas que se repartan por la Fundación, no sólo uno.  Uno será Alejandro, es muy inteligente y está acostumbrado a organizar efectivos, y se encargará de las instalaciones. El otro seré yo, porque si Raúl es quien ha colocado los objetos, puedo percibir la impresión que ha dejado en ellos, y me será más fácil hacerlo en el bosque y la playa.

Se colocó el dispositivo en la oreja con algo de dificultad, ya que no estaba acostumbrado a la tecnología, y luego miró al grupo.

- Ian, tú irás con Alejandro. Raúl ha insinuado que podemos intentar utilizar a Jeffrey, y eres el mejor de nosotros en cuanto a ordenadores se refiere. Duquesa también con ellos, eres muy popular, y seguro que tienes a un puñado de gente a la que preguntar si ha visto a Raúl moverse por allí. Eli, tu poder te permitía hacer cosas realidad, ¿verdad? Irás con ellos, así podrás usarlo para intentar averiguar por dónde se ha movido el tutor. Naiara, nuestros poderes afectan a la materia, así que no tiene sentido que vayamos juntos, también vas con ellos. Verónica, como puedes volar, podrás explorar los tejados y torres, por si acaso se le ha ocurrido esconder algo allí – la garganta se le estaba secando. No recordaba haber hablado tanto tiempo seguido nunca – Conmigo irán el resto: Halid porque será más efectivo en lugares alejados de la gente, se sentirá más cómodo y podrá liberar su poder con más facilidad, Rebeca porque puede utilizar a sus muñecos para cubrir un terreno tan amplio como es el bosque, Sara porque como también tenemos que explorar la playa, podrá mover el agua para ver si hay algo escondido cerca de la orilla. Xur, a ti te necesito porque si puedes cambiar de forma a algo con alas, nos vendrás de perlas para explorar desde el aire.

Pegó una fuerte bocanada de aire, sorprendido de que nadie le haya interrumpido, y luego volvió a mirar a todos. Estaba haciendo precisamente lo que no le gustaba, llamar la atención, y además se sentía muy hipócrita por actuar justo como detestaba que hiciera Ian.

- No me he elegido líder porque sea mejor que ninguno de vosotros, sino porque tengo el poder más útil para esta tarea. Y los grupos seguro que vosotros los haríais mejor, pero el problema es que no tenemos tiempo para ponernos a debatir, como ha dicho Raúl. Si es una mala elección… bueno, asumiré las culpas – dio una palmada – Alejandro, ¿tienes claro a tu grupo? Entonces ¡vamos!

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