Partida Rol por web

Marvel: Fundación Costa

[Finalizada] Escena 2: Tiempo de Tribulaciones.

Cargando editor
03/11/2015, 07:13
Naiara Pérez

El problema de todo esto, es que era una niñata loca desquiciada con un juguete demasiado poderoso. Simplemente flipaba. Para que luego Raulito fuera a darle por culo a ella por su comportamiento. ¡Lo que había que aguantar!

-De verdad, mira que se pone dramática....

No hubo tiempo ni de comprobar quien le había escuchado. Llegó el ataque, el aviso de Raúl y el momento de cubrirse para no recibir 'la hostia'. Había que reconocer que ese ataque había sido jodido.

-Muy bien Raúl, vas ganándote posiciones.

No quitaba ojo a Verónica (¿Fénix? Fenix pa' tu madre) mientras controlaba por el rabillo del ojo a Salvador. Las lucecitas tenues y las llamas blancas habían dejado de ser moco de pavo en ese lugar...

-Déjame probar una cosa... - comentó más para sí que para Alejandro, tras escuchar su comentario. Entonces se concentró.

- Tiradas (1)
Cargando editor
03/11/2015, 19:34
Salvador

Ese empujón era lo que necesitaba. No sabía de dónde venía esa energía, como si le hubieran infundido fuerzas de la nada, pero se sentía capaz, no sólo de enfrentarse a Fénix, sino de controlar cada átomo de la realidad en el Limbo. Allí él era el rey, y tuvo que controlarse muy mucho de no dejarse llevar y emborracharse de esa sensación. Al contrario que al primera vez que aprendió que podía alterar la realidad a nivel molecular, ahora se sentía feliz, dichoso. Ya no tenía habilidades, tenía PODER.

Con un simple pensamiento adaptó el suelo para parecerse a algo que reconociera fácilmente y pudiera manipular, aunque algo le decía que si quisiera, podría modificar cada parte de ese Limbo. Ya no se sentía perdido, sino que brillaba como una luz en medio de la noche.

Y a la vez, esa revelación le recordó al dragón, y sus fatídicas palabras. “Hay alguien entre vosotros que me alimenta” “Uno de vosotros os ha encerrado aquí”. Él estaba completamente convencido de que eran Alejandro o Verónica, o quizás Rebeca, pero nunca se le había pasado por la cabeza que él fuera el responsable. ¿Era así? ¿O aquel extraño poder era totalmente nuevo? Había demasiadas preguntas sin respuestas, y tarde o temprano tendría que encontrarlas. Pero no en aquel momento. Ahora tenía que doblegar a Fénix.

Aunque no lo expresó en voz alta porque sabía cómo afectaría a su ego, Ian había acertado de pleno. Lo que estaban viendo no era sino una representación, probablemente traída a la vida por los poderes místicos de su compañera Eli. Y como él era todopoderoso en aquel lugar…

Lo primero era proteger a sus compañeros. Él era invulnerable, o al menos eso pensaba, pero ellos no. Alzó la mano y la cerró en un puño. Fuera del Limbo tenía el poder de moldear un montón de criaturas para protegerle, y allí no sería distinto.

~ No ~ anunció, y en su cabeza se formó la imagen de sí mismo cubriendo a sus compañeros. Un Salvador por cada uno de ellos, para Raúl, para todos. Pero no para Fénix, ella no era real. Era un obstáculo.

Cargando editor
03/11/2015, 19:35
Salvador

Salvador parecía estar sumido en sus propios pensamientos, porque miraba a Fénix sin realmente fijarse en la brillante figura de la joven. Sus ojos, en vez de estar quietos, miraban a uno y otro lado. No expresó discursos rimbombantes ni lanzó ningún ataque, puesto que él no era así. Tenía arrebatos, impulsados por una cualidad que pocos conocían, pero en aquel momento, en aquel encierro, no tenía cabida. No, el Limbo era distinto. Para todos.

- No - anunció, alzando la mano en el aire y cerrándola en un puño.

Cargando editor
03/11/2015, 21:07
Rebeca Garcia Perez

Rebeca esperaba que al menos Fénix le miraría, pero ni siquiera hizo eso, escucha al profesor pero parece que es demasiado tarde, además se había acercado demasiado a Fénix por lo que no es capaz de actuar cuando lanza su ataque

- Tiradas (2)

Notas de juego

Ando pillado de tiempo y no puedo poner mensaje muy largo, sorry

Cargando editor
06/11/2015, 18:10
Ian Luna

Alertado por Raul, Stitch vio las pequeñas llamas blancas moverse en todas direcciones. Siguió su ruta con la mirada hasta que algunas de ellas se dirigieron a él.

Se movió rápido. Giro, se agacho e incluso salto sobre su tabla, esquivando todas las que pudo pero aun así eran demasiadas y algunas le impactaron, dejando quemaduras en su ropa y piel y haciéndole caer de rodillas en el su tabla, aturdido. 

Cargando editor
09/11/2015, 18:47
Verónica Galán

Aquel primer ataque de Fénix fue un caos absoluto. Millares de pequeñas esferas volaron hacia los adolescentes. El primer movimiento de Raúl redujo la cantidad de proyectiles prácticamente a la mitad, y la mitad de los restantes se evaporó espontáneamente, dejando el aire mayormente libre. Aun así, los proyectiles eran insidiosos y en mayor o menor medida alcanzaron a sus objetivos.

Salvador salió sin un rasguño pues ningún proyectil osó acercarse a él. Rebeca cayó al suelo, atontada, pero un escudo de luz rojiza impidió que sufriera ningún daño. A cambio, la marca en forma de mano en su pecho cerró uno de sus dedos. Naiara recibió un par de impactos mientras hacía uso de su poder pero permanecía en pie de guerra. Ian esquivó todos los que pudo pero fue impactado finalmente y cayó de bruces en su tabla, algo atontado por el golpe. Finalmente, la armadura de Brujo absorbió todo el daño sin dejar mácula.

Naiara había intentado algo contra fénix. Ésta bloqueo lo que fuera con su brazo, del que cayeron un par de gotas de un líquido brillante y blanco, pero no pareció tener mayor efecto.

~ ¿Eso es todo lo que sabéis hacer? ~

Gorgogeó Fénix, su voz provocando extraños ecos en aquel lugar sin fin.

~ Vais a tener que poner vuestros deseos a prueba si queréis sobrevivir a esto ~

Luego miró fijamente a Salvador.

~ En cuanto a ti. Parece que quieres mi atención más que nadie. Voy a darte lo que buscas. ~

Apuntó con la mano a salvador, y el aura de fuego que la rodeaba emprendió el vuelo hacia él.

El resto de las bolas de fuego que aun no había empezado a perseguir a la gente se puso en movimiento. Una nueva oleada de proyectiles a plena potencia caía sobre los adolescentes.

Cargando editor
09/11/2015, 18:49
Raúl Martín

- ¡Otra vez!

Exclamó Raúl, levantando las manos. Varias esferas oscuras surgieron por doquier, absorviendo tantas bolas de fuego blanco como podían, aunque esta vez no tantas como la primera.

- No voy a poder hacer esto mucho mas.

Raúl empezó a esquivar los proyectiles según llevaban, usando las manos cubiertas de humo oscuro para bloquear algunos, pero eran tantos y tan pequeños, como diminutos mosquitos, que era prácticamente imposible pararlos a todos. En cuanto le dieron los primeros, sus fuerzas empezaron a flaquear y le cayó encima un aluvión entero.

Cuando se despejó el humo, Raúl aún estaba en pie, algo atontado, pero en pie.

Cargando editor
09/11/2015, 19:55
Naiara Pérez
Sólo para el director

Esta vez el ataque fue mucho peor. Cerró los ojos concentrándose para pararlo en la medida de lo posible, consciente de que a Raúl estaban flaqueándole las fuerzas. ¿Podía ser posible? ¿De verdad esa hija de puta iba a matarles en plena Fundación? ¡Los cojones!

 

Cargando editor
09/11/2015, 21:01
Salvador
- Tiradas (3)

Notas de juego

Esquiva: 19 + 5 = 24 (Éxito)
Resistencia: 3 + 6 = 9 (Fracaso)
Esquiva (2): 16 + 5 = 21 (Éxito)

Cargando editor
09/11/2015, 21:07
Salvador

El muchacho vio con satisfacción cómo su maniobra había tenido resultado, pero eso lo único que consiguió fue llamar la atención sobre su persona. Fénix, o más bien aquella manifestación que la representaba, decidió que era un auténtico estorbo y le atacó fieramente. Sin embargo, Salvador parecía muy cómodo en aquel lugar: en cuanto la brillante mujer alzó la mano hacia él y le bombardeó con energía, pateó aquel suelo de piedra que había surgido a sus pies e inmediatamente sus ojos brillaron con el ya familiar fulgor azulado que le caracterizaba. Al instante, como si estuviera vivo, aquel suelo burbujeó y se alzó, adoptando la forma de una mano de roca gigantesca ante el ataque de la mujer, como si se tratara de un golem protegiendo a su dueño. La oleada de crepitante poder se estrelló contra la creación de piedra y musgo con un estallido ensordecedor. El resto de pequeñas esferas que revoloteaban como insectos esquivaron la construcción de piedra en dirección suya, pero explotaron antes de tocar su delgado cuerpo. En aquel Limbo, Salvador era un campeón, un guerrero imparable.

Los ojos del joven toledano aún brillaban con aquel fulgor azulado, lo que revelaba que sus habilidades únicas estaban en funcionamiento. Salió corriendo de su posición y extendió las manos hacia Verónica, o al menos quien hacía unas horas era su compañera de curso. Arqueó los dedos como si pretendiera agarrar el mismísimo aire que le rodeaba y apretó los dientes. Fuera lo que fuese que tuviera en mente, le estaba costando un sobreesfuerzo

- Esta batalla no se acabará mientras siga siengo intangible - jadeó - ¡Intentaré solidificarla! ¡Detenedla si lo consigo!

Cargando editor
09/11/2015, 22:08
Rebeca Garcia Perez

Rebeca cayó al suelo aturdida, aquello era demasiado, no podía creer lo que estaba sucediendo, estaba acabando con ellos y ella no podía hacer nada, de hecho en cierta forma ella era culpable de que apareciera esa tal fénix o al menos así era como ella se sentía, en el suelo algo aturdida no iba a poder esquivar aquel nuevo ataque así que simplemente se encogió para no recibir demasiado daño mientras se lamentaba de lo que había hecho:

- Porque tuve que hacerlo? Nuwa, ayúdame... ojala estuvieras aquí... no, soy yo, si soy yo... que puedo hacer? no quiero morir, no quiero morir

- Tiradas (2)
Cargando editor
10/11/2015, 18:47
Alejandro

 Brujo, Segundo Caballero

 De nuevo el mismo ataque de fuego blanco. El caballero voló en el aire, tratando de esquivar las llamas y  lamentándose por no poder cubrir a los niños de aquel ataque. En aquella ocasión no se le dio tan bien  evitar  las esferas, que impactaron todas contra él. 

 Hasta ahí había llegado. Un verso, apenas susurrado, invocó a su alrededor una esfera carmesí de energía que repelió las llamas con estoica dedicación. Brujo advirtió que las llamas permanecían en el ambiente, esperando para volver a atacarles. No podía permitir aquello.

Invocó el poder la Orden él mismo. 

Los versos místicos, pronunciados en un críptico y antiguo lenguaje, resonaron en aquel vacío blanco con inusitada fuerza. El poder que destilaban aquellas palabras recordaban al juramento que pronunciaba Alejandro cuando usaba su habilidad. Pero Brujo recitaba su hechizo con precisión, conteniendo su poder y moldeándolo sutilmente. Él era un verdadero hechicero. 

¡Bastión, acude a mi llamada!

Una luz de dorado intenso rodeó a Brujo, que a falta de su amo usó su propio cuerpo para traer a Bastión.

*****

 Bastión, Cuarto Caballero

 De la nube de polvo dorado surgió la pesada armadura de Bastión. Ella no volaba, por lo que se precipitó al  suelo (o lo que pudiese considerarse suelo en aquel espacio vacío). Con un sonoro estruendo aterrizó, y su  armadura se iluminó con runas verdes y amarillas. Contaba con poderosos encantamientos de salvaguarda.

 - ¡Estoy al tanto de todo! - anunció con su firme voz.

Alzó los brazos, dispuesta a usar su habilidad característica.

- ¡Os protegeré del fuego del Fénix, pero debéis manteneros dentro de mi Égida Fraternal! 

De nuevo, los versos en la misma lengua que había usado Brujo. Las palabras flotaron en el ambiente, cargándolo de magia, haciéndolo más denso. 

Y a medida que recitaba, una cúpula energía azul y amarilla comenzó a recubrir al grupo. Un poderoso escudo capaz de resistir una lluvia de miles de flechas. La égida que ha protegido a la Orden durante cientos de años. El motivo por el que Bastión recibió su nombre. 

Incluso después de haber levantado aquella barrera, Bastión no detuvo su letanía. No podía hacer mucho más mientras invocaba aquel poder.

Cargando editor
12/11/2015, 12:34
Xur Laven Tolerio

-¡YA ME TENÉIS HARTO! -gritó Xur, pues estaban pasando demasiadas cosas a la vez y parecía que empezaba a sufrir de jaqueca, si es que los aliens podían sufrir eso- ¡EH, TU! ¡FENIX! ¡¿QUIERES JUGAR CON LOS MAYORES?! ¡JUGUEMOS!

En ese momento todo el cuerpo del alien de tentáculos empezó a temblar hasta que se deshizo, convirtiéndose en una masa informe del color del barro. Unas ondas la recorrieron y luego un par de haces eléctricos salieron de él, tras lo que empezó a aumentar de volumen, a un tamaño inmenso. Parecía estar formando una especie de huevo gigante, desde la base hasta la cúspide y a una velocidad inaudita. De la base salieron unos tentáculos o raíces que se incrustaron en el suelo y comenzaron a latir, como si fueran venas llevando la sangre hacia el interior de esa estructura. Cuando terminó de formarse, esas "venas" recorrieron toda la superficie del huevo que había creado Xur, que había alcanzado unos diez metros de alto por unos veniticinco de diámetro. Una auténtica barbaridad que parecía empezar a cubrirse con escamas.

Durante un instante que pareció detener el tiempo, esa estructura se quedó quieta y en silencio. Pero entonces se escuchó, fuerte como si fuera un tambor de la antigua china imperial, sonó un gran latido, que pareció absorber todo el sonido de su alrededor. Los latidos empezaron a ser más continuos, y un sonido de rechinar de hueso contra hueso empezó a surgir del huevo. Éste se quebró, y de su interior salió un monstruo que acompañaba a muchos de los seres que lo veían a la muerte y, si sobrevivían, en sus pesadillas tenía un lugar asegurado.

Era un Kxenorggoth, una inmensa mole alienígena que algunos creían que era un titán, pero no era para tanto, aunque en la tierra uno solo de ellos podría destruír medio mundo antes de ser detenido por las fuerzas militares humanas.

Salió un de siete metros de alto y cerca de veinte de largo. Su cuerpo se apoyaba sobre cuatro poderosas patas, y de debajo de su enorme cabeza alargada hacia atrás, salían cuatro enormes púas, brazos, pinzas... no se podría explicar con términos humanos, pero sí que prometía una destrucción ilimitada. Las escamas eran más gruesas que muchas puertas blindadas, y en cuanto movió una de esas enormes patas, el suelo retumbó.

Abrió esas mandíbulas que recordaban más a las de un insecto que a la de cualquier otro tipo de ser vivo terrestre y emitió un enorme rugido que parecía desafiar a alguien a intentar detenerlo de alguna forma.

Para terminar esta pesadilla, ese ser se lanzó contra Fénix sin ningún tipo de consideración por lo que tuviera en medio. Era como si Xur se hubiera empecinado en transformarse en algo que no lograba controlar, en algo que iba más allá de su control.

Cargando editor
19/11/2015, 03:33
Narrador

Bastión invocó un gran escudo de energía que cubrió a casi todos los presentes, excluyendo a Xur y a la propia Fénix. Los millares de pequeñas luciérnagas se estamparon contra el escudo y se disiparon. Salvador se había puesto a salvo mucho antes de que eso pasara, erigiendo una gigantesca mano de roca que bloqueó el ave de fuego, e igual que antes las luciérnagas simplemente se desvanecieron antes de tocarle.

Entonces Salvador levantó las manos hacia Fénix, como aquel que juega a que tiene la luna entre sus dedos. Lo curioso fue el hecho de que Fénix juntó los brazos a su cuerpo y parecía estar peleando contra una fuerza invisible.

~ ¡Pequeño bastardo! ¡Suéltame! ¡Suéltame para que os aniquile a todos! ~

Entonces Xur ocurrió. No hay otra forma de describir lo que su transformación, que le hizo de crecer de tamaño exponencialmente, logró hacerle a Fénix. Ahora que era tangible, los múltiples ataques del alienígena provocaron un daño real. Tanto, que el último la mandó volando por los aires a un centenar de metros de distancia.

El cuerpo de Fénix empezó a llenarse de grietas por las que tenues llamas del tono natural salían, y su piel empezó a despegarse de su cuerpo, como la corteza de un árbol que está siendo quemado, salían volando hacia el cielo en lo que se evaporaban.

Dos hombres aparecieron de la nada, como si hubiera una niebla blanca entre aquel blanco infinito y se pararon a los lados de Fénix. Vestían túnicas grises y capuchas. Medias máscaras de un reluciente metal plateado, hasta el punto que parecían espejos, les cubrían hasta la nariz, dejando la boca y la barbilla al aire. Sus manos y pies estaban enfundados en armadura de aquel metal espejado, y el diseño de los mismos hacía incontables espinas y agujas.

~ Ja ~

Tosió Fénix, algo entre una risa y un lamento.

~ Deberías haberme dejado vencer a mí. Yo solo quería un poco de diversión y destrucción. Ahora ellos tomarán el relevo. Os está bien empleado. ~

Los dos recién llegados pusieron las manos en los hombros de Fénix y esta se disolvió rápidamente, como un papel chamuscado, mientras que su brillo, su esencia, era absorbida por los dos recién llegados. Sus grises túnicas se volvieron blancas y relucientes, como si tuvieran luz propia.

Ambos se levantaron del suelo, flotando, con las manos y las piernas extendidas, la cabeza mirando hacia el cielo, sin emitir sonido alguno, y sus túnicas se encendieron, brillando con la intensidad de dos estrellas. A cambio, el entorno pareció ajustarse a ellos y pareció oscurecer, volviéndose gris y con el tiempo, negro. Al poco la única fuente de luz que había eran los dos hombres de las túnicas, pero estos dejaron de volar, sus túnicas se apagaron, y el mundo se sumió en la oscuridad.