Partida Rol por web

El animal se quedó a cuatro patas mirando la galleta con total atención.

Coren frotó la cabeza del tigre y sus carrillos, el animal debía de estar muy familiarizado con ella, luego dejó la mano abierta con la galleta, el felino con cuidado la tomó entre los dientes y se la comió.

- Muy bien Khan, ¿cómo me llamo? -

El animal comenzó a respirar despacio, se notaba que tomaba bocanadas abundantes de aire. Abrió levemente su enorme boca y cerró los ojos en un gesto de ¿concentración?. Luego de manera imposible de su garganta surgió un sonido que todo el mundo entendió a la dificultad.

- Grrrrr, Co... Coren.... -

La doctora beso al tigre en la cabeza y comenzó a rascarlo por debajo del cuello, satisfecho el animal ronroneó tocó a la doctora con su pata.

- Estar senil a mi edad es normal, pero juraría que los felinos no pueden proferir sonidos como esos. -

El Inconnu había demostrado ser la nave más extraña con la que el turiano se había topado. Ni su aspecto exterior ni interior correspondían con los cánones básicos de cualquier otra nave. SI Kerius creyó que el puesto de piloto iba ser la última sorpresa de la nave, estaba totalmente equivocado. La nave aún tenía algún as en la manga para sorprender a cualquiera.

Guiados por la emocionada asari, el tour por el Inconnu prosiguió hasta llegar a una especie de jardín botánico (¡lo nunca visto!) con una enorme cantidad de especímenes, cuidadosamente etiquetados y ordenados. Si la visita guiada continuaba así, pronto lo más inverosímil se convertiría en lo esperado. Y aún así, todavía la nave tenía la capacidad de asombrar, por muchas cosas extrañas que mostrase.

La pobre Eanessa fue embestida por una enorme criatura de cuatro patas. La inercia del golpe hizo que la asari tirase al suelo a Caemmi y casi lo consiguió con Kerius. Sin embargo, el turiano supo aguantar la fuerza del golpe y con un paso atrás evitó caer al suelo. Aunque quiso ayudar a la quariana derribada, la majestuosidad de la gigantesca bestia lo impedía. Un pelaje blanco y ojos azules hicieron que el turiano se quedase embobado durante un rato.

- Por los espíritus más antiguos de Palaven…- dejó escapar de su boca.

Kerius podía sentir su fuerza y enorme belleza, el poder de sus patas y su mirada intensa. Tal era el ensimismamiento de Caelian que no se percató de la aparición de la anciana humana. ¿Cuándo había llegado? La anciana interactuó con el animal, llamándole Khan y refiriéndose a él como un felino diferente a los de la Tierra.

La doctora comenzó a explicar cuál era su función en la nave, pero Kerius se perdió otra vez en su mente al volver a dirigirse al enorme felino, el cual emitía como pequeños rugidos. Se fijo en cómo Khan parecía disfrutar con las caricias de Elvos. Le entraron ganas de acercarse y verlo más de cerca. Al cabo de unos segundo, la doctora hizo una demostración que, para seguir con la tónica del misterio del Inconnu, sorprendió aún más a Kerius. El felino profirió un gruñido pronunciando el nombre de la doctora. ¿Pero cómo era posible?

- Es realmente impresionante, doctora.- decía mientras se acercaba al felino.- Nunca había visto nada igual.- Se agachó y le miró a los ojos. Por un momento olvidó que estaba con más personas. Su figura era verdaderamente imponente, al igual que la de su padre u otros generales turianos- Hola Khan. Me llamo Kerius- le dijo al felino, mientras le acariciaba la cabeza.- Espero que podamos ser muy buenos amigos.

El turiano acabó sus caricias rascándole la barbilla y el cuello, al igual que había hecho su compañera asari. Luego se levantó y miró a la doctora con una sonrisa- Una criatura magnífica.- volvió a mirar a Khan- ¿Pero cómo ha podido hacerlo?- suspiró.- Veo que el Inconnu guarda muchos secretos todavía por descubrir.- finalizó Caelian después de extender su brazo hacia el cuello.

Al parecer la doctora nos queria enseñar algo y me impresionó enormemente que el animal supiera hablar. Tal vez si estos animales hubiesen aprendido a hablar en la Tierra hoy dia tendriamos a los Tigres en lugar de a los Humanos en el consejo. Dejé que comiese tranquilo la galleta que le dio la doctora y despues me acerqué para presentarme despues de que lo hiciera Kerius. 

- Hola Khan, soy Elvos. Y si aprendes a decir mi nombre te traeré un festín de la cocina. - Lo pensé unos instantes. - Cuando sepa donde está. 

- Connor, que tal sienta ver a otro Terricola evolucionado e inteligente? Peligra tu supremacia? - Bromeé con el humano. 

El tour por la nave iba a continuar y yo aun no tenía respuesta de la alférez, esperé a que se alejaran un poco mientras escuchaba la voz incesante de la teniente perdiéndose en la lejanía, en ese momento miré a la alférez una vez más y añadí.
-No me has respondido... ¿Debo entender que no me darás unas clases de pilotaje?
Añadí con una sonrisa cómplice, tanto si responde como si no, avanzo con cierta rapidez por el pasillo hasta llegar a la altura de mis compañeros, justo en el momento en el que termino de acercarme, una criatura inmensa de pelaje blanco embiste a la teniente que se lleva al suelo con ella a Caemmi y casi también, a Kerius. Al ver que el animal toma una actitud sumisa, no puedo evitar dibujar una sonrisa en mi rostro tras un primer momento de alerta.
Una mujer humana, entrada en años se refiere al animal con aspecto de tigre de bengala como Khan. Me quedo fascinado tanto por su tamaño como por su afinidad con la mujer y el trato que le dispensan el resto de mis compañeros. Pronto empiezan las bromas, Caemmi me pregunta que qué opino de él, aunque no puedo responder nada concluyente.
-Es... Muy parecido a los tigres de nuestro planeta pero... Su tamaño es increíble.
Le sonrío al animal desde la distancia y le dejo algo de espacio mientras el resto se le echa encima a acariciarlo, cosa que parece disfrutar como un recién nacido. Pero ahí no acaban las sorpresas, tras una explicación que nos ofrece Corren, saca una galleta y, como si fuera lo más normal del mundo, responde a la pregunta de la botánica diciendo de forma que todos entendemos, el nombre de ella. Está claro que es mucho más que un simple animal.
No soy el único que se queda perplejo pero no puedo evitar reír la gracia de Elvos.
-No has entendido nada... Lo encontraron en la nave cuando descubrieron la nave pero... Debo decir que si nuestros tigres fuesen así no creo que estuviéramos hablando ahora mismo... Coren, ¿Le importa que le de una galleta? -Miro a Coren, tras ofrecer la galleta a Khan si me la da, me acerco a la fruta que ha recortado -¿Puedo? No he probado bocado desde que he llegado a la ciudadela.
Si me lo permite, tomo un trozo y me lo como. La nave es cada vez más extraña, pero me fascina. Me agacho frente a Khan.
-Eres un... Pequeñín fascinante, pero algo me dice que eres mucho más inteligente de lo que dejas ver ¿verdad?
Le acaricio por fin la cabeza.

La doctora parecía estar acostumbrada a la fascinació que provocaba la mascota del Inconnu, y el animal no parecía estar incómodo con tanta gente. No había mentido al referirse a la inteligencia del animal.

Coren sacó un pequeño paquete de galletas y se lo tendío a Connor, luego señaló con el dedo a un pequeño bol lleno de frutas como las que se había comido previamente.

- Cojan las que quieran, pero si la capitana los ve pueden meterse en problemas, yo solo soy una bióloga medio loca y ni siquiera formo parte del personal militar.

Aunque no la han hecho responderé a una pregunta que suele aparecer siempre con el Inconnu, no es una nave proteana, la Doctora T'Soni estuvo dos semanas inspeccionando la nave y certifica que no es proteana, aunque estima que su edad si se corresponde con la del periodo proteano. -

Khan olfateó el aire cuando el paquete de galletas hizo acto de presencia, luego de sentarse sobre sus cuartos traseros miró a cada uno del grupo, parecía pensativo.

- Ke... Ke... Kerius... Pa...Pa...Palaven. -

- El..El..Elvos..., Eezo. -

- Co...Connor... Ti...Ti...Tierra. -

La doctora no perdía detalle del felino, era evidente que lo apreciaba mucho.

- No le hagan hablar mucho, es algo que le fatiga, las cuerdas vocales que tiene son limitadas. -

Sonrío al escuchar mi nombre y no oculto mi sorpresa al comprobar que Khan conoce nuestra procedencia. Le doy una galleta y le acaricio la cabeza y el lomo.
-No te agotes muchacho, ya me pasaré a hacerte una visita más adelante.
Cojo un poco de fruta y me la llevo a la boca, la saboreo un momento y vuelvo a mi lugar cerca de la teniente esperando que se reanude el tour.

Elora siguió con la mirada la trayectoria del animal que había atropellado varios miembros de la comitiva por el camino. Cató más su curiosidad el animal que el acontecimiento en sí, mas que nada nada porque no era la primera vez que veía aquellas arrolladoras (literalmente) muestras de cariño. Con la salvedad de que el protagonista solía ser un varren.

Escuchó lo que decían los demás mientras observaba el lugar. Ya era irónico que un pedazo de sus primeras aspiraciones estuviera allí... más o menos. No sabía muy bien cómo tomárselo. Es más, el colmo de la ironía era que que la doctora T'soni había estado en la nave incluso.

Giró la cabeza hacia Eanessa.

—Eanessa, ¿alguno de los camarotes está cerca de aquí?

Mientras recibía respuesta, dobló una rodilla para agacharse y quedar a la altura del tigre, mirándolo como si quisiera leer algo más en los ojos del animal. Encontrado en una nave abandonada en una luna selvática y visiblemente apegado a ella, aquella criatura era terrana sin ser terrana, tenía las garras de metal y era evidente que entendía a la gente. ¡Hablaba! qué diablos.

Además, había dicho "eezo" al dirigirse a Elvos. Thessia rebosaba de elemento 0 y ese era el motivo de que las asari fuesen bióticas por naturaleza de modo que, o sabía lo que era una asari, o era capaz de detectar el poder biótico. Otro puzzle.

Era lo que le faltaba a aquella parte de la nave para terminar de ser perfecta.

—Yo soy Elora, Khan—dijo acariciando una mejilla peluda—. Pero si te fatiga, no tienes por que decirlo.

El animal miró a la asari con sus enormes ojos azules, algo debió turbarle y su rostro mostró una mueca inequívoca de tristeza. Sin mediar palabra levantó una de sus patas delanteras y tocó el pecho a Elora.

-Co...co...corazón, do...do...do...lor. -

Al terminar la frase ladeo la cabeza y se quedo mirando un tiempo a la asari.

Sin quitarle un ojo de encima al animal Eanessa empezó a comprobar datos en la computadora, buscando algún camarote que pudiera estar disponible en las inmediaciones. Parecían estar en la única parte de la nave que podía menguar el entusiasmo de la asari.

- Mmmmm, está disponible el viejo camarote de la ayudante de la doctora, pidió el traslado a otra nave así que no veo problemas por instalarse allí, es la puerta C-6734, se abré por control de huella dactilar, en cuanto ponga su mano quedará registrado como su camarote. -

Kerius sonrió cuando el gran felino lo miró y pronunció su nombre y su tierra natal. Verdaderamente era sorprendente las capacidades del animal. ¿Qué relación tendría con la nave? se preguntaba el turiano. Ojalá ese misterio hubiese estado ya resuelto.

- Tranquilo Khan, no te fuerces.- dijo Caelian al ver cómo trataba de pronunciar todos los nombres. ¿Quizá un signo de afecto? La propia doctora pedía amablemente que no le hicieran hablar.

Sin embargo, el turiano no perdió detalle de lo que pasó a continuación. Cuando Elora también se presentó ante el gran felino, éste la miró con otro tipo de mirada, mientras la tocaba con su poderosa pata. Y en vez de pronunciar su nombre, dijo otras dos palabras: "Corazón" y Dolor". Palabras que inquietaron y preocuparon al joven turiano.

-¿Qué… qué ha querido decir con eso?- giró su cabeza hacia la asari- ¿Te encuentras bien, Elora?

La doctora Dubois permaneció callada un rato mientras su mirada parecía buscar algo en el grupo, no era un rostro inquisitivo, ni siquiera curioso, más bien una mirada inteligente y racional, como buscando algo capaz de explicar con la ciencia.

- No creo que Elora tenga ningún tipo de afección, no hagan caso literal a Khan, hace muy poco que averiguamos su capacidad de hablar y no creo que tenga la misma lógica que nosotros.

Como muchas madres perdí un hijo en el asalto a la ciudadela, cuando su recuerdo me hace llorar siempre dice: "corazón, dolor, cachorro."

Creo que tenemos "algo" en la nave que se hace llamar médico, si así se queda más tranquila puede ir a verle luego. -

(Ladea la cabeza al otro lado y luego se lame una pata)

Elora arqueó mucho las dos cejas. Cuando Kerius la interpeló, giró la cabeza hacia él como si la pregunta la hubiese pillado por sorpresa.

—Eh... no, no. Yo... —titubeó.

En ese momento la anciana la sacó del apuro respondiendo por ella y dándole tiempo a reaccionar. La asari carraspeó y cogió con las dos manos la pata con la que el tigre la había tocado.

—No pasa nada, Khan—dijo acariciándola antes de dejarla de nuevo libre—. ¿Ves? Me has hecho sonreír.

Se obligó a acompañar el gesto de una sonrisa sesgada antes de desviar la vista hacia Eanessa.

—Gracias. Si es posible, me gustaría quedarme ese.

Se puso en pie sacudiéndose las rodillas mientras sus pensamientos volvían a perderse en el puzzle. No era para menos, tenía piezas nuevas. Sin ir más lejos, acababa de obtener la respuesta a si Khan sabía lo que era una asari o era capaz de percibir cosas.

La doctora Coren respondió por Elora, pero sus palabras no sirvieron para tranquilizar al turiano. Después de ver la reacción de la asari, tuvo la sensación de que el felino había acertado con algo relacionado con ella. O quizá fuese una percepción equivocada suya y la doctora Coren tenía razón. Aún así, el ejemplo que utilizó la doctora no sólo respaldó el pensamiento de Kerius, sino también le sentó como jarro de agua fría.

Recordó el ataque y todas las muertes que vio aquel día. Muchas de ellas sin que él pudiese hacer nada.- Siento mucho su pérdida, doctora Coren.- dijo un afligido turiano. Y el mero recuerdo de la Ciudadela hizo que evocase lo sucedido mucho tiempo atrás en un planeta ahora lejano.

Connor no entendió de que hablaba. - Ya se que lo encontraron en la nave... Pero de algun lugar tuvieron que sacarlo los creadores de esta maravilla, - dije refiriendome a la nave. - O al menos su ADN, pues es obvio que está modificado. 

Era increiblemente inteligente el enorme tigre. Habia percibido mia capacidad biotica, o almenos asi lo habia entendido yo. Y a pesar de lo perceptiva que yo era ni me habia dado cuenta de que a Elora le ocurria algo. Y Khan en un vistazo lo habia percibido,tal vez me encontraba demasiado fascinada por la nave. Escuché la explicación de la doctora acerca de su perdida y no puede evitar recordar mis propias perdidas, pero me recobré en un instante.

Mas tarde hablaria con Elora en privado, y trataria de ayudarla si me lo permitia.