Partida Rol por web

Se me hacia raro no entrar la primera y arrasar con todo, pero tenia que ceñirme al plan. Ya habria otros momentos de "Patada en la puerta y carga" como decia mi padre. 

En cuanto entraron y avanzaron me desplegué por el flanco, cubriendome y disparando a uno de los aturdidos por la entrada avasalladora con mi escopeta.

El misil de Kerius salvó la escasa distancia que lo separaba de aquella máquina infernal, con un tremendo estruendo la explosión sacudió a la maquina alienígena, reventando por varios puntos la aleación que la constituía provocando que de algún modo "temblase" inestable a causa del tremendo disparo.

Antes de que los alienígenas pudieran reaccionar uno de ellos recibió un escopetazo a bocajarro, la metralla no logró alcanzar la carne, pero el escudo crepitó peligrosamente inestable, no soportaría otro disparo semejante sin apagarse.

Gavin carecía de los reflejos de sus compañeros, lo cual le había dejado bastante rezagado en cuanto empezaron las explosiones, pero por fortuna contaba con una inteligencia analítica para adaptarse con rapidez a la situación del combate.

Esas criaturas parecían racionales, si ese era el caso y además estaban en posesión de cierto instinto de supervivencia entonces todo el fuego se centraría en Kerius. Desprovisto de más misiles o no nadie correría el riesgo de permitir otro disparo con semejante potencia.

Forzó sus músculos hasta colocarse detrás de Kerius, a primera vista sería un suicidio, en mitad de linea de fuego. Pero sin perder un solo momento el salariano fijó dos células de energía al suelo, levantando una improvisada barrera de energía muy útil en circunstancias como las actuales, sin perder el momento manipuló velozmente su omniherramienta, desplegando su drone defensivo alrededor del turiano.

Marnett no se equivocó en su juicio, los alienígenas brillantes que habían sido derribados se levantaron corriendo hacia posiciones de cobertura mientras señalaban con vehemencia al turiano, el restante gritó algo incomprensible mientras se envolvía en energía biótica a la par que señalaba la ametralladora desocupada.

Uno de los alienígenas corrió hacia la ametralladora desocupada hasta colocarse en sus mandos, el resto busco cobertura sin pensarlo dos veces. La monstruosidad metálica tembló por unos segundos mientras chapas de blindaje se desprendían de su corpachón acorazado a causa del violento impacto.

Todos los que podían disparar a Kerius no dudaron, una tormenta de disparos, salva de ametralladora y cañones pesados de asalto vomitaron la muerte sobre el estoico soldado. La barrera de Gavin recibió el peor castigo de todos, quedando inservible, el droide defensivo de Gavin revoloteó a toda velocidad parando disparos hasta quedar totalmente destrozado, pero había valido la pena, Caelian se había librado, salvo por un aire caliente y varias manchas de hollín.

Hayate reaccionó tras ver disiparse la tormenta y a su compañero en pie, ocultó aun en el campo de sigiló avanzó silenciosamente hasta colocarse muy cerca de una ametralladora. Entre el caos logró trasmitir por el comunicador: "- Me ocupo de la izquierda. -"

Elora entró corriendo entre todo aquel jaleo dejando una estela de volutas azuladas y se agazapó bajo la primera cobertura que encontró. Luego agarró del cionturón la granada sónica que le había dado Gavin y la lanzó hacia el centro de la sala.

Ahora tocaba que el dolor de cabeza que pudiera darle a aquellas cosas fuera lo suficientemente grande. Especialmente a la grande. Sobre todo a la grande.

Fuera lo que fuese.

La granada sónica lanzada por Elora explosiona irónicamente con un extraño ruido sordo. No se produce deflagración ni algún efecto destructivo visible, pero todos los alienígenas en la sala exceptuando la monstruosidad de metal se llevan las manos a las cabezas mientras chillan en una clara muestra de dolor.

Tan pronto como Kerius vio impactar el misil sobre el gigantesco ser, dejó caer su lanzamisiles y se apresuró a coger con su mano derecha su rifle de asalto Raptor. El daño estaba hecho, pero parecía no haber sido suficiente como para derribarlo de un sólo disparo. Fuera lo que fuese, esa maldita cosa era resistente.

Sin tener todavía el rifle en sus manos, sus piernas ya habían empezado su carrera hacia la cobertura más próxima, justo en medio de sus compañeras. Debido a la proximidad del enemigo, Kerius levantó el rifle y disparo al ser brillante que se quejaba de la granada sónica.

Vida: 52
Escudos: 26

Reserva de Disciplina actual: 7/15 (tras el disparo recupero 1 punto de disciplina y por mi dote Veterano recupero otro punto de disciplina para el próximo turno)

Movimiento a S23
Ataco con el fusil a U21: Tirada ataque:12 ; Daño: /

Elora y Elvos reciben un +1 a la CA por estar adyacentes a mi.

(Mi primer 1 en una tirada de ataque! xD)

Sin abandonar la cobertura decido centrarme en los "bióticos" del enemigo, espero que con un escopetazo a distancia corta sus barreras fallen y podamos matarlo para centrarnos en el gigante de metal.

La salva de metralla agota su barrera provocando que esa extraña sangre corrosiva salpique el suelo. Me concentró para rodearme con los orbes bióticos para cuando tenga que entrar en cuerpo a cuerpo cerrado.

- ¡Empiezo a notar una falta de respeto constante hacia la ciencia inadmisible! -

Gavin farfullaba visiblemente descontento mientras su delgada figura corría entre un infierno de disparos. Cuando el salariano apoyó la espalda contra la improvisada cobertura su mente ya estaba trabajando, calculando intensidades mientras preparaba los sistemas incomprensibles de su omniherramienta.

Asomó lo más rápido que pudo hacía un lateral, con la palma de la mano orientada hacía el gigantesco ser de metal que los amenazaba.

- ¡Por la ciencia! -

El salariano casi se disloca el hombro derecho cuando una gigantesca esfera de electricidad salío disparada de su guante hacia el adversario blindado, la energía envolvió ese constructo alienígena provocando estragos en su funcionamiento, varias de sus patas parecía no obedecerle y su estabilidad parecía ser extremadamente frágil.

El horror metálico avanzó muy despacio, incapaz de sostener con firmeza mientras la electricidad causaba estragos en sus múltiples extremidades. Sus armas apuntarón peligrosamente don se congregaba el grueso del pelotón, pero las descargas estáticas habían frito parte de sus sistemas y ninguna orden de disparo llegó a ejecutarse.

Los alienígenas bióticos farfullaron presas de la ira mientras su mejor baza fracasaba estrepitosamente. Hubo un momento de intensa concentración en sus rostros mientras evocaban su biótica ancestral,  ambas asaris se percataron de una súbita mácula de energía corrupta que intentaba consumir sus escudos y los del turiano.

Gavin se libró de una salva de ametralladora en el última instante, Kerius no tuvo tanta suerte, pero afortunadamente los disparos pasarón de refilón, perdiendo todo el impacto en sus escudos que lo salvaron de recibir cualquier daño.

El alienígena más próximo a Elvos levantó su rifle por encima de la cobertura, de puro azar sus disparos lograron arañar la barrera de la vanguardia que empezaba a notar el ansia del combate despertarse en su interior.

Todos los disparos restantes se perdieron en la cobertura, unos pocos ni siquiera estaban bien apuntados.

Antes de que las ametralladoras volvieran a disparar Saizo apareció de entre las sombras, las vibrokatanas se movieron con rapidez en dos tajos circulares, el veneno encontró su camino libre al organismo del alienígena, el cual ni siquiera pudo articular ruido alguno antes de morir por el súbito ataque.

Elora gruñó al ver el contacto abrasivo de aquella energía biótica intrusa parecía tener sobre sus escudos, no osbtante, la disipó enseguida con la suya propia.

Saizo había liquidado a uno de los bichos que se encargaban de las ametralladoras, cosa que le parecía una excelente idea. De hecho, estuvo tentada de paralizar al que se encontraba a los mandos de la otra... hasta que la monstruosidad mecánica se puso a caminar. Hacia ellos. Genial.

Y Saizo po desgracia no debía ser muy ducho en manejar metralletas gigantes.

—O nos cargamos a esa cosa o estamos muertos—masculló con los ojos como platos.

Los pequeños podían esperar un poco. Y aunque... no le hacía tanta gracia que esperase la otra ametralladora, sólo podía hacer una cosa a la vez, de modo que le dejó ese trabajo al infiltrado y a sus compañeros de tiro y concentró su energía para ayudar a Gavin a castigar el blindaje de lo que sea que fuera aquel bicho. Sólo la diosa sabía de qué diablos debía estar hecho para que tras un impacto de misil aún aguantase.

La energía biótica que golpeó al soldado lo estremeció, apenas sintió un leve cosquilleo provocado por los escudos al tratar de contener la fuerza biótica de aquellos seres brillantes. Pero el peor golpe llegó con el fuego recibido por parte de la ametralladora que estaba a lo lejos. Apretó la mandíbula mientras sus escudos se mantenían activos aguantando todos los ataques.

Varios frentes estaban abiertos y el más peligrosos se tambaleaba amenazadoramente  en mitad de la sala. Su marcha era inevitable, pero entre los ataques bióticos de Elora y Gavin parecían estar manteniéndolo a raya, aunque sólo fuera durante unos segundos. Maldijo a la aberración por haber resistido al disparo de su lanzamisiles. ¿Por qué diantres no tendría una segunda carga para disparar?

El turiano decidió activar su nuevo tipo de munición y centrarse primero en la otra ametralladora, antes de volver a dirigir sus disparos a la monstruosidad mecánica. Era arriesgado, pero no podía permitir que estuviesen bajo un constante fuego pesado.

- Me encargo de esa segunda ametralladora.

Respiró hondo y salió de su cobertura, olvidándose de los dos insectoides que s¡estaban al otro lado de la cobertura y trató de no fallar esta vez. Era un disparo a larga distancia y aunque no llevaba un rifle francotirador, siempre se le había dado bien los tiros a media-larga distancia.

"No me falles ahora…" le suplicó a su fusil.

Vida: 52
Escudos: 14 (ya le he quitado los 2 puntos de daño por la infección)
Tirada salvación de Fortaleza contra la Infección: 16 (Superada)

Reserva de Disciplina actual: 1/15 (tras el disparo recupero 1 punto de disciplina y por mi dote Veterano recupero otro punto de disciplina para el próximo turno)

Activo: Munición Antitanque/ Duración 4 turnos
Disparo a R7:19 ; Daño: 13 (si le ha entrado el ataque)

Elvos recibe un +1 a la CA por estar adyacente a mi.

Mis compañeros se ocupan de las ametralladoras, pero la maquina gigantesca sigue avanzando y aun tenemos a dos alienígenas a pocos metros de distancia. Intentaré centrarme en uno de ellos para ir despejando el campo de enemigos.

Avanzó lo justo para dispararle a bocajarro y que uno de los orbes exploté por proximidad, espero que sea suficiente.

La maquina alienígena continuaba avanzando, el chasis mostraba signos inequívocos de daño, pero se mantenía en pie, con todas las armas dispuestas a matar. El tiempo continuaba fluyendo y al grupo se le acababan las opciones para abatir semejante monstruosidad.

Gavin extrajo una pequeña cápsula de su cinturón y la hizo rodar hasta las proximidades de la abominación metálica, con un mero "click" en su omniherramienta la cápsula explotó liberando una densa nube de humo químico obstaculizando cualquier tipo de visión posible.

- ¡No puedo detenerlo más tiempo! -

El alienígena fue alcanzado de pleno por el escopetazo de Elvos, antes de que pudiera recomponerse una de las esferas bióticas detonó violentamente, llevándose un fragmento de la cabeza de la criatura, el insectoide se derrumbó como un saco, quedando inerte en el suelo.

Antes de que la maquina gigantesca pudiera atacar la cápsula química de Gavin la envolvió con un nocivo humo, de no ser un engendro artificial hubiera sufrido una severa intoxicación, pero la humareda era tan sumamente densa que la maquina alienígena se vio obligada a avanzar a ciegas hacia la puerta hasta recuperar su visión.

El violento ataque del grupo y la confusión inicial daban sus efectos pues en una cadena de imprecisiones ningún hostil fue capaz de hacer blanco. Hayate aprovechó el momento de debilidad para acercase a un insectoide y propinarle dos violentos tajos con sus armas, la criatura gruño de dolor e ira, pero aun se mantenía en pie.

A Elora no le hacía ninguna gracia el cariz que estaba tomando el asunto, no quería cerca a aquella monstruosidad ambulante pero tampoco tenían mucho sitio para separarse si les daba por tirarles una bomba termonuclear encima. O lo que fuera que tuviese aquello en su arsenal.

El caso era que de los tres que estaban allí no era ella la unidad de primera linea, y no iba a ayudar a sus compañeros que se quedase en medio de modo que se movió a la retaguardia y se concentró en hacer lo que se suponía que debía ser su trabajo: hacer saltar cosas por los aires.

Recubrió los escudos de su armadura con su propia energía biótica a la vez que hacía un esfuerzo también por concentrarla en la criatura de metal. La asari soltaba chispazos como si su sitema nervioso tuviera un cortocircuito o algo pero o lo daban todo o estaban vistos para sentencia: Estiró ambos brazos hacia la criatura y esta volvió a explotar violentamente desde dentro, perdiendo más pedazos de un blindaje que parecía tener capas infinitas pero que acababa de quedarse temblando.

— Y a mi no me vendría mal algo de ayuda —jadeó—. ¡Esa cosa no tiene nada que envidiarle a unas Fauces Trilladoras!

Si de lejos ya era una criatura que imponía, verla de más cerca hizo que la mandíbula del turiano se abriese levemente. ¿Cómo diantres habían conseguido esos insectoides colocar semejante ser metalico en aquella sala o, mejor dicho, cómo lo habían logrado sin crear boquetes en el edificio? ¿Y por qué en cada misión se tenían que topar con criaturas cada vez más grandes? ¿Qué sería lo próximo, la gigantesca mitad de un robot con forma humanoide?

Ante la proximidad de aquel ente metálico, Kerius maldijo no tener otro misil en la recámara. Era una de esas ocasiones perfectas en las que el objetivo se encontraba en la posición perfecta para ser disparado. Su disparo de conmoción todavía no podía ser lanzado y sólo podía confiar en su nuevo tipo de munición, elaborada después de haberse enfrentado al tanque decurión. Si trataba de retroceder, pondría en riesgo a sus compañeras asari, por lo que tendría que confiar en su habilidad y pericia para aguantar todo lo que le echasen.

El soldado permaneció agachado, mantuvo la posición, cogió el fusil raptor y apuntó en una de las zonas que habían quedado más dañadas por la fuerza del misil y de los constantes ataques bióticos. Con la amenaza de las ametralladoras neutralizada, restaba acabar de una vez por todas con el ser metálico.

- ¡Seguid concentrando el fuego en el grandullón!- gritó el turiano, al mismo tiempo que soltaba una ráfaga sobre él.

Vida: 52
Escudos: 14

Reserva de Disciplina actual: 3/15 (tras el disparo recupero 1 punto de disciplina y por mi dote Veterano recupero otro punto de disciplina para el próximo turno)

Ataque al pretoriano:19 ; Daño: 13 (de haber entrado el ataque, el fuego antitanque hace que la reducción de daño del objetivo quede negada.)
Munición Antitanque: Duración 3 turnos

Si el pretoriano abre fuego sobre Kerius, activaré su habilidad ¡A Cubierto! (3 puntos de disciplina) para ganar un +3 a mi bonificador de armadura.
Alea Iacta Est.

No tenia claro que hacer. Todo mi cuerpo me pedia cargar contra el engendro metalico y le atizase con mi martillo terrestre, pero sabia que me quedaria excesivamente expuesta a todos los tiradores. Y aun quedaba una ametralladora. Hayate estaba controlando la zona alli arriba, asi que tal vez... 

- ¡Seguid concentrando el fuego en el grandullón!- gritó el turiano.

En fin, mi instinto y mis compañeros no podian estar equivocados. 

Concentré poder y me lancé con mi maniobra preferida hasta una de las patas del engendro mecanico. Despues le daria "pal pelo". 

La máquina asesina levantó sus extremidades en un último deseo psicópata de venganza, pero el daño al monstruo acorazado le había reventado el caparazón, mostrando parte de sus entrañas metalizadas, humo y chispazos se producían en su corpachón metálico en un aviso inminente de que su tiempo se terminaba con rapidez. Sus últimos movimientos eran para trinchar a la atrevida vanguardia, pero su cuerpo metálico no pudo soportar más tiempo el castigo y como una araña agónica se derrumbó en el suelo.

Si se pudiera leer el miedo en los insectos posiblemente reflejase una imagen como la de los alienígenas en el combate, al ver destruida su mayor baza todo atisbo de valor se desvaneció por completo.

Justo cuando uno de los bióticos parecía sobreponerse al miedo un vial de Gavín le explotó en plena cara, el producto químico era una especie de pegamento industrial de efectos inmediatos, chillando el alienígena se retorció en el suelo, empeorando aun más su situación mientras más superficie de su cuerpo quedaba adherida a causa de la bomba pegajosa.

Todos los disparos enemigos se perdieron sin causar daño, pero el biótico restante aprovechó la carga de Elvos para atacarla con algún tipo de proyectil biótico que no logró perforar los escudos.