Partida Rol por web

Kerius apuntó al pirogeth que quedaba, no fuera que decidiese lanzar sus potentes llamas al grupo. No hizo falta disparar, el cortocircuito se encargó de acabar con el geth ígneo. El turiano respiró tranquilo al ver cómo el último sintético se precipitó hacia el suelo y cómo no habían venido más refuerzos hostiles.

Un pequeño respiro que no iba a durar siempre. Bajó el arma.

- Connor, Caemmi, ¿os encontráis bien?- La voz de Caelian tenía un ligero tono de preocupación. Y no era para menos. La quariana había recibido el doble impacto de las granadas incendiarias que no sólo habían destrozado sus escudos, sino que la hirieron con dureza; mientras que el humano había sido rociado con un lanzallamas. Sus escudos tampoco aguantaron lo suficiente, pero reaccionó rápido para hacer desaparecer las llamas.

- Vale, hay que moverse. No tardarán en aparecer más geth y no podemos dejar que nos sorprendan.- dijo en un tono serio.- Si queremos llegar a la unidad de Refinado, podemos o bien ir directos por el pasillo o, si no recuerdo mal, desviarse entrando en la fundición y con la cinta que une ambas salas, entrar. Quizá así acortaríamos y tendríamos más cobertura para defendernos...

— Estoy viva— contestó Caemmi, alzando su mano como esperando que un ave descansase encima—, es mejor que tener un agujero en el casco.

Por su tono de voz diplomático pero algo tajante y profundo, restándole discusión pero no importancia, no le hacía especial ilusión, como unidad biológica inmuno-tecnodependiente, recibir daños en aquello que la permitía sobrevivir más allá de su particular burbuja de oxígeno, nutrientes y agua. Como una célula más en medio de un ambiente hostil.

— La cinta transportadora es un ciego para nosotros, pero no para ellos— apuntó la Quarianna. Naturalmente, el comando no sabía qué problemas ni en qué cantidades se concentraban exactamente al final del embudo—. Podía ser una ruta segura y rápida o la cañería de desagüe estrecha donde morir.

Pero ir por el otro lado implica acoso y derribo. Eso rara vez me ha salido bien.

Guardó silencio, mirándose los daños en el traje mientras el dron de asalto se replegaba sobre su brazo y, dejando asomar la bolsa tras el mismo, guardó la maquinaria de combate por el momento. Sus baterías eran, y seguirían siendo, reutilizables de mierda.

— Supongo que tu camuflaje no dura suficiente— comentó, o más bien preguntó, mirando a Connor.

Asiento con la cabeza tras responder Caemmi, haciendo mías sus palabras. Aun me dolía bastante la quemada que había frito mis escudos de una salva sin apenas oponer resistencia. Había sido tal el daño que lo había traspasado consiguiendo herirme. Podía seguir, pero no debería jugármela tanto, no había escogido bien la armadura en esta situación, pensaba que tendría más espacio para moverme y no tanto enfrentamiento, pero estaba claro que esto no iba a ser un paseo. Todo estaba muy bien protegido.
Escuchaba las opciones y las réplicas de Caemmi, no sabía por donde deberíamos ir, pero el camino más corto entre dos puntos es la línea recta, es posible que los Geth nos hubieran leído las intenciones y se concentrasen en nuestro camino, pero también es una ventaja para nosotros que haya más en menos espacio para poder combinar nuestros disparos con los poderes bióticos de Elora, aumentando nuestra efectividad. Eso sin contar que si seguimos por el camino largo, la mente colmena Geth tendrá más tiempo para replegarse y ceñirse sobre nosotros.
Me levanté del suelo, cogiendo y guardando el francotirador para quedarme con el subfusil en la mano. Negué con la cabeza cuando Caemmi se refirió a mi camuflaje.
-No... Sonreí con cierta amargura. -El camuflaje gasta mucha energía, quizá para pasar una de las salas o un par de ellas tendría tiempo, pero una vez gastado tarda un rato en recargarse. Lo había pensado y estaba casi convencido de usarlo, de ahí que os pidiera bajar sólo, pero menos mal que me lo habéis quitado de la cabeza...
Miré a Caemmi y sonreí con complicidad. Me moví unos pasos en dirección a la salida.
-Creo que el mejor camino a seguir es el más rápido, el directo. Aunque nos desviemos, en cuanto nos localice uno sólo de los Geth nos cercaran, estemos donde estemos. No alarguemos esto más de lo recomendable... Si nos bloquean el paso... Trataré de escabullirme entre ellos, colocar el detonador y activarlo. Creo que no tenemos muchas más opciones, la verdad. ¿Estáis de acuerdo?

—No—dijo Elora entre jadeos aún cansada por el combate pero mientras miraba tecleando algo en la omniherramienta con el ceño ligeramente fruncido. Sacudió el brazo como si se hubiese encasquillado o algo así y finalmente lo bajó y suspiró—. Connor, por favor, deja de sugerir planes heróicos en solitario. No eres el comandante Shepard, ni nosotros la tripulación de la Normandía. Hemos venido juntos porque tenemos más posibilidades de que todo salga bien juntos.

No sonaba a reproche porque en realidad estaba preocupada, solo que nunca se le había dado muy bien expresar según qué cosas de un modo que no sonase a análisis científico. Volvió a mirar la omniherramienta como si estuviese dirigiéndole una regañina mental al holograma.

—Además... algo está interfiriendo con las comunicaciones. No sé si es la radiacción o una veta de algún tipo de mineral magnético pero a más de cien metros no funciona nada—añadió—. Lo cual pueden ser noticias buenas, malas o a secas. Porque si no había más geth en un radio inferior a ese, es que seguimos siendo invisibles. Si los había, toda la base sabe ya que estamos aquí.

»Y a nosotros también se nos aplica en dos sentidos: Primero que si nos separamos más de esa distancia, quedaremos peligrosamente incomunicados. Y segundo, que no podemos activar el explosivo a distancia. Tendremos que ponerlo con el temporizador en tiempo suficiente para que podamos salir pitando antes de que esto vuele por los aires—torció el gesto durante unos instantes pero luego levantó la vista e intentó sonreir de lado—. Lo siento... demasiada tesis geológica.

Se rascó la cabeza carraspeando incómodamente.

—Creo que sí sería mejor seguir adelante por el camino más corto... —estuvo de acuerdo con la primera sugerencia de Kerius—Trazar ruta sobre un terreno que aún no sabemos como está puede salir mal de mil maneras. Antes deberíamos ver como pinta el panorama, ¿no?

Asiento agradecido a las palabras de Elora, la miro a los ojos y espero a que deje de hablar. Hay una especie de interferencia que nos va a hacer jugarnos la vida, más de lo que nos la estamos jugando ya, con el temporizador del detonador. Suspiro al recibir las noticias.
-No es heroicidad, es una opción por si todo sale mal. No suelo ofrecer mi vida en vano... Pero agradezco tu preocupación. -Sonrío.
Me preparo para seguir adelante. Al parecer teníamos un camino que seguir, sólo hacía falta que la teoría de Elora fuera algo cierto y que los Geth no supieran que estábamos aquí... Pero sólo había una manera de saberlo.

— Madre, Padre, Tío, Hermana— profirió Caemmi, aséptica, dirigiéndose alternativamente a Elora, Kerius, Connor y Elvos—, sigamos cual familia unida. Adelante de frente.

Pronunciar esas tres últimas palabras no era muy de su agrado, pero por ahora tenían razón.

El turiano negó con la cabeza ante el plan de último recurso que acaban de proponer el humano. Era una idea alocada, por el simple hecho que dejaría al descubierto sus defensas. Sería un blanco tentador y demasiado fácil. Sería abatido mucho antes de conseguir su objetivo. Como sintéticos, los geth trabajaban con gran coordinación, como si fueran un gran ente. Si Connor hiciese tal osadía, llamaría toda la atención y su vida peligraría.

Elora ya se encargó de quitar esa idea de la mente de Connor.

- No te preocupes, Connor. Conseguiremos el objetivo todos juntos y no habrá geth que nos detenga- añadió el turiano.

Kerius ya sabía por experiencia propia que las heroicidades se pagan y podían tener consecuencias imprevisibles. Ya lo sufrió en una ocasión y no iba a permitir que volviese a suceder.

- Te has explicado perfectamente - dijo dirigiéndose a Elora-. Esperemos que no sea lo segundo y los geth no sepan que estamos aquí. En cualquier caso, debemos permanecer juntos para que nuestras probabilidades de completar la misión sean altas- afianzó una vez más su arma, asegurándose de que la munición disruptora estaba equipada-. En marcha.  

Me sentí aliviada de que tanto la Quariana como el Humano estuvieran bastante enteros. Connor seguia proponendo planes heroicamente locos, y por suerte Elora se los quitó de la cabeza. 

- ¿Hermana? - Pregunté extrañada a Caemmi. No le di demasiada importancia por el momento y asentí ante la idea de avanzar juntos y de frente. Era mi idea preferida. 

- No me gustaria caer en otra emboscada, y ser por una vez nosotros los que ataquemos priemro, por lo que os propongo que avancemos despacio y de cobertura en cobertura. Si como decia Elora habia mas geth cerca, estarán preparados. Y si no, mejor que lo estemos nosotros. - Dicho eso comprobé la munición y para variar me coloqué al frente del grupo, espada y subfusil en mano. 

El grupo avanzaba con cautela aprovechando los innumerables recovecos que ofrecía el complejo minero para ocultarse, la actividad geth no mostraba signos de alerta lo cual afirmaba la teoría de la asari sobre la posible interferencia en las comunicaciones. Dada la situación era su mejor baza que las comunicaciones sintéticas estuvieran limitadas a pocos metros.

Durante unos minutos no surgió ningún problema que perturbara el avance, aquel lugar era realmente gigantesco no era de extrañar que una infiltración hubiera sido elegida como el mejor modo de sabotear la producción. Ya habían dejado  los comedores a la izquierda y se estaban acercando al acceso a las fundiciones.

Los medidores ya mostraban la temperatura elevándose y los valores de radiación comenzaban a subir y acercarse a lo que debía ser una cantidad de mineral suficiente para implantar los explosivos.

El acceso a la fundición estaba apenas a unos 300 metros de distancia, pero presentaba un problema bastante grave. Había dos centros neurálgicos manipulando lo que debía ser la consola de control del proceso de fundido.  A escasos metros de la consola reposaban algunos bidones de residuos o materiales inflamables, quizás algún tipo de ácido o catalizador que se empleaba en el proceso de fundición. Por el techo era visible el movimiento de una enorme pinza cerrada que debía utilizarse para extraer el metal líquido.

Por los laterales se podían ver los refuerzos de goma que envolvían el cableado eléctrico encargado de suministrar energía a las consolas, no muy lejos de los geth había una pequeña puerta que debía permitir acceder a los fusibles de las computadoras..

Era imposible adentrarse en la unidad de fundido sin pasar al lado de esos dos monstruosidades mecánicas, pero por el momento los geth no habían reparado en su presencia.

—Me preocupo de todos por... igual—había murmurado Elora tras un carraspeo de circunstancia. La salida de Caemmi no obstante le hizo gracia y tuvo que reprimir la risa. Vaya "familia" más extraña.

No quería que se la viese a medio kilómetro así que tras apagar la energía biótica que seguía emanando, siguió a los demás por el pasillo. Continuaron avanzando hasta que encontraron, como no, más geth. Dos centros neurálgicos que no parecían alertados... igual eso era buena señal. La parte mala era que tenían escudos, como todos los malditos centros neurálgicos.

Y que estaban en medio.

—Creo... —susurró mirando hacia arriba— ...que podría lanzar una alteración sobre esa pinza gigante cuando les pase por encima.  Desintegraría el cierre y se darían una ducha de metal fundido sin que saltase la alarma.

«Estos accidentes laborales de hoy en día... »

Miró a los demás con expresión interrogante por si alguien tenía alguna sugerencia.

El turiano tuvo que aguantar la respiración, al ver en la lejanía dos centros neurálgicos. El anterior centro había sentido la necesidad de lanzarle un misil tierra-aire en toda la cara. Recordó el tremendo impacto recibido, por suerte sin consecuencias. Si ya la onda expansiva hizo estragos a sus compañeros, no quería imaginar lo que pasaría si esos dos lanzasen sendos misiles.

En circunstancias normales, un pelotón cualquiera intentaría no entablar combate, excepto que fuese puramente necesario. Se optaría por el sigilo. Pero había un pequeño problema. Los dos grandullones se encontraban en medio del pasillo. Tanto si el grupo hubiese decidido tomar una ruta alternativa por la fundición, como si se hubiese decidido seguir hacia adelante, el encontronazo era inevitable.

Elora propuso un plan que, aún arriesgado, podría funcionar. Kerius se limitó a permanecer en silencio y asentir con la cabeza con energías, acompañado de un gesto afirmativo. Prefería no emitir ninguna articulación, por temor a ser descubiertos, pero su asentimiento ya lo decía todo: "Adelante, todo tuyo". Mientras, aferraba su arma en posición de disparo. No dudaría en lanzar un disparo de conmoción, en caso de que alguno de los dos quedase en pie.

Esperaba que no fuera necesario.

Poco a poco íbamos avanzando con todo el sigilo de lo que éramos capaces de ofrecer. La actividad Geth del complejo no parecía alertada por nuestra presencia lo que le daba un buen punto a Elora respecto a su teoría de las comunicaciones. Era más que posible que sus comunicaciones estuvieran tan comprometidas como las nuestras así que debíamos aprovechar nuestro momento. No siempre se planteaba una situación tan favorable para un plan encubierto como este.
Nuestros trajes comenzaron a avisarnos del aumento de temperatura y de la actividad radioactiva en aumento a nuesto alrededor, siguiendo la lógica nos acercábamos a nuestro objetivo, pero no todo era tan bonito, como para empezar a dar palmas. Desde nuestra posición podíamos ver a dos enormes centros neurágicos que manipulaban unas consolas, la buena noticia era que no se habían percatado de nuestra presencia, la mala... es que si empezamos a disparar alertaríamos a todo Geth cercano, eso sin contar de la resistencia de sus escudos y la fuerza de su fuselaje... y la explosión semi-nuclear de cada uno de ellos... Por suerte a Elora se le ocurrió un plan que podría funcionar. A mi me cuadraba y parecía que a Kerius también.
Me coloqué en una posición que me ofrecía algo de cobertura y me agaché, mirando a Elora y asintiendo con la cabeza a lo que acababa de proponer. Si teníamos suerte nos libraríamos de los CNs... si fallaba algo... podría considerarse un accidente y tendríamos otra oportunidad para pensar en algo...

Elora inspiró hondo. La pinza estaba algo lejos de su rango de acción así que tendría que acercarse un poco; por suerte, su traje no era blindado por lo que permitía la máxima libertad al moverse y no emitía ruidos metálicos.

Se deslizó sigilosamente con la espalda pegada a la pared sin hacerle ascos a las coberturas que se pudiese encontrar durante varios pasos y cuando llegó justo al límite del rango de acción, levantó la mano con la palma abierta concentrándose en la pinza.

Cuando la susodicha pasó sobre los centros neurálgicos, la mano de la asari se recubrió de energía biótica durante un instante y el cierre hizo lo mismo. Después se desintegró.

La asari se acercaba lo más furtivamente que era capaz, por encima del ruido en la refinería Elora notaba los latidos de su propio corazón. Si en algún momento los geth reparaban en su presencia tenía muy pocas probabilidades de resistir la andanada inicial de los dos centros neurálgicos.

Pero la suerte estaba con la biótica, entre el ruido de la maquinaría y el desorden del lugar ninguno de los sintéticos reparó en su presencia. Oculta tras una enorme caja de desechos la asari visualizó con más claridad uno de los cierres de la pinza mecánica, su biótica degradó sutilmente la integridad del metal, unas pocas gotas de metal al rojo se vertieron y casi al instante una cantidad letal de líquido abrasador se derramo sobre los dos geth que ni siquiera lograron alzar la vista.

A esas temperaturas sus escudos y blindaje eran totalmente inútiles, las dos máquinas quedaron medio derretidas en el suelo al instante, con todos sus avanzados sistemas destrozados por el abrasador calor. Buena parte del líquido se esparcía ahora por la superficie de la refinería, pero aun había el suficiente sitio para continuar.

El acceso a la fundición estaba despejado, las omniherramientas devolvían lecturas aumentadas de calor y radiación, era muy posible que allí encontrasen la cantidad de plutonio necesaria para causar la explosión.

Elora suspiró hondo aplastando la espalda contra la pared y mirando al techo, acababa de darse cuenta de que llevaba un buen rato conteniendo el aire.

Tras asegurarse de que no iba a pisar en ningún charco de metal fundido, se aproximó brincando sobre los restos de los centros neurálgicos sin poder evitar pensar que aquel tipo de "arte abstracto" al que se habían visto reducidos sería la locura en cualquier museo de Serrice.

Echó un rápido vistazo a la consola que los sintéticos habían estado manipulando y conectó la omniherrmaienta. Si había algún dato relevante allí sobre lo que pudieran estar haciendo aquellos bichos en general, pensaba llevárselo.

El plan de Elora había tenido su resultado. Óptimo a decir verdad, nos había librado de dos Centros Neurálgicos de un giro de muñeca y acto seguido había ido a manipular el terminal que manejaba el CN.
-Buen trabajo, Elora.
Me acerqué hacia su posición echando un rápido vistazo por los pasillos que se encontrasen de camino a nuestra posición. Teníamos que encontrar el plutonio rápido, no quería tentar a la suerte... De momento parecía que la teníamos de cara.

Con el súbito accidente provocado por la biótica los geth no habían tenido tiempo para apagar las consolas ni mucho menos vigilar la seguridad de los datos que habían estado manipulando antes de convertirse en mera chatarra fundida. Toda la información estaba disponible ahorrándose la molestia de tener que piratear la terminal y saltarse la seguridad que pudiera tener.

Al parecer el ordenador donde estaban controlaba una parte del proceso de fundición y refinado. Los geth habían dividido su botín en tres partes no simétricas y reprogramada la cadena de montaje para operar con su peligroso botín radiactivo.

La mayor parte del plutonio se fragmentaba en masas muy concretas con formas estrictamente predefinidas, estas eran ensambladas posteriormente en enormes cilindros de metal a los que se les adjuntaba un disparador explosivo para provocar la entrada en masa crítica, efectivamente la mayor parte del material radiactivo estaba siendo procesado para fabricar bombas atómicas.

Otra parte se refinaba en barras y alteraba con algún tipo de catalizador, las especificaciones coincidían con las usadas en varios motores de fusión, al parecer los sintéticos convertían parte del mineral en futuro combustible para sus naves. Con la cantidad robada tenían un suministro más que aceptable para unas cuantas operaciones navales.

Y finalmente los fragmentos más radiactivos y nocivos se reducían a minúsculos fragmentos y se preparaban para ser transformados en munición tóxica, especialmente eficaz contra cualquier criatura viva. Con los datos disponibles tenían material para miles de cargadores de multitud de calibres. Si una bala lograba atravesar los escudos y la armadura la radiación no le haría ningún bien al blanco.

Solo tenían que doblar una esquina para acceder a la primera unidad de la fundición. Había contenedores radiactivos por todas partes y las mediciones ya mostraban las cifras críticas. Cualquier de sus explosivos causaría la detonación atómica. Quedaba calcular el tiempo de la bomba y su consecuente huida para evitar se completamente vaporizados.
 

No las tenia todas con la estrategia de la Asari pero al parecer me equivocaba. Vi como los convertia sutilmente en un charco de metal fundido. Al parecer no habia mas peligro cerca y habia quedado un terminal abierto para conseguir información. 

- Buena idea, Elora. - La felicité, dandole una plamada en el hombro. - Nos has librado de esos dos y además podremos encontrar donde colocar la bomba. Buen trabajo. 

Tras estudiar la información del terminal, me enfurecí un poco con esos sinteticos. Munición radioactiva. Cada vez eran mas ingeniosos para tratar de eliminar la vida orgánica. Habia que destruir esta instalación. Si fueran organicos dejaria tres bombas, una a modo de señuelo y otras dos mucho mas ocultas, para que si encontraban y desarmaban la primera se confiasen, pero eran sintéticos, esas tácticas no valdrían. 

- Dejemos tres bombas con poco tiempo, unos 10 o 15 minutos. Para que nos dé tiempo a huir y eliminar oposición si nos descubren. Que os parece?

Cerró los ojos, aliviado. El líquido candente les había ahorrado la tremenda faena de enfrentarse a dos moles pesadas.

- Bien hecho, Elora.- dijo sumándose a las felicitaciones de sus compañeros.

Momentos después, Kerius regresó a su actitud de alerta, sin bajar la guardia ni un instante. Por mucho que hubiesen caído dos centros neurálgicos, quedaban peligros que acechaban en cualquier rincón. Quizá lo que más le inquietaba al turiano era el silencio con el que se estaban topando. Era una suerte que las comunicaciones entre los geth estuviesen fallando en distancias largas, pero aún así, aquello no le dejaba tranquilo.

Se acercó al terminal más pendiente del pasillo que de la propia información. Sin embargo, sí que tomó nota de los planes de los sintéticos: crear armas nocivas. La destrucción que causaría todo aquello sería desoladora. Debían evitar que toda esa producción fuese a más. Había que pararlo.

- Me parece bien, quizá pondría 15 minutos para no ir tan apurados. Pero de todas formas, nos tocará darnos prisa, sea el tiempo que sea.- comentó el turiano.- Aún así, antes que nada habrá que asegurar la zona de la fundición. No quiero sorpresas de última hora.

—Gracias—carraspeó Elora que no estaba acostumbrada a tanta aceptación.

Como no atinó a añadir más, mantuvo la vista clavada en la pantalla holográfica. Tan solo esperaba que el calor que sentía en la cara fuera por la cercanía de los charcos de metal líquido y no porque la sangre se le estuviese agolpando en las mejillas. Y si era por eso, que el hecho de tener la piel azul al menos lo disimulase.

—Por las lágrimas de Athane... —jadeó en un susurro; abriendo tanto los ojos que parecieron dos puntitos turquesa cuando aquella barbaridad salió en el monitor. ¡Aquello era prácticamente una fábrica de bombas nucleares!—. Hacer saltar esto por los aires con lo mismo que ellos estaban fabricando va a ser el colmo de la ironía.

Se apresuró a descargarse los datos, puede que en el Inconnu alguien pudiese hacer algo util con ellos.

—Dijeron que con un explosivo era suficiente pero quizá colocar dos para asegurarnos de que no hay ningún fallo sí que estaría bien—corroboró la idea de Elvos, luego se rascó la cabeza—. Aunque yo pondría cinco minutos; es decir, la salida está a nada de aquí y hemos despejado el camino... correr hasta a ella nos va a dar tiempo de sobra.

»Si programamos demasiados minutos, los geth podrían sospechar que ha pasado algo raro aquí y ponerse a buscar, ¿no? Si los encuentran los desactivarían.