Partida Rol por web

Es tan extraño como todo puede estar como siempre y al mismo tiempo ser tan diferente. No hay nada que haya cambiado en la vieja herrería, más la tenue luz que arrojan ambos astros te hace consciente de la precariedad de la situación. Hoy, mañana, puede que todo esto deje de existir, junto con los recuerdos que están ligados a tu memoria.

El viejo pony sale nada más verte y te abraza, aliviando su inmensa preocupación. A pesar de su edad, se conserva razonablemente bien y mantiene gran parte de su fuerza de juventud, no puedes dejar de pensar. Tras unos segundos se separa y te contempla de arriba a abajo.

-Hija, me tenías muy preocupado, te desmayaste con el eclipse y te iba a traer a casa, pero ese unicornio...bueno, se empeñó en llevarte. Parecía saber lo que hacía. ¿Te ha tratado bien?

¡Papá!-Nos abrazamos

-Pues, si te soy sincera, no se que pasó, tuve una especie de sueño muy raro, estábamos en el castillo de las dos hermanas y ellas empezaron a pelearse y Luna se transformó en...no se, se transformó. Dijo que se llamaba Nightmare Moon y que quería sumir Equestria en la noche ...y...y...he pasado mucho miedo. Pero el señor Cloudy nos cuidó en su casa, es gracias a él que estoy bien. 

Nos miramos durante unos segundos.

¿Papá? Vino un mensajero y tengo que ir a Canterlot. No te preocupes, no es grave, pero no puedo contarte aún de que se trata, pero necesito recoger algunas provisiones y algo de equipo. ¿Te importa si seguimos hablando mientras cojo lo que necesito?

No parece demasiado preocupado al contarle sobre el sueño, lo cual, bueno, es ciertamente lógico, los sueños no tienen relevancia en la vida real y el siempre ha sido un pony practico. Sin embargo su rostro se marca de arrugas cuando mencionas que tienes que marcharte.

-¿Ir a Canterlot? ¿Por eso está la Guardia Real aquí? ¿Por que...-empieza a preguntar, pero se detiene cuando se da cuenta de que justamente le has dicho que no puedes contar nada. Notas que no acaba de entender tus motivos, sobre todo cuando has pasado tu vida en la herrería sin apenas salir, todo por voluntad propia.

-¿Realmente quieres ir, hija mía? -dice con un tono que sugiere que el impedirá que nadie te lleve si ese es tu deseo.

Avanzo por la casa buscando una bolsa, comida, bebida y una capa

-Sinceramente...tengo miedo, siempre me he relacionado con muy poca gente por mis hábitos nocturnos, y ademas esta el tema de mi poder...-Me adentro en la cocina y pongo algunos alimentos y botellas, algunas llenas y otras vacías, luego miro por la ventana-...que ahora que hay luna a la vez que sol se manifiesta siempre. -Voy caminando a mi cuarto a buscar un saco o alforjas para llevarlo todo-Pero siento que debo ir, porque es importante y los otros ponis que he conocido confían en mi.- Rebusco en un arcón donde hay algunas prendas, como delantales de cuero para evitar quemaduras -¿Tenemos alguna capa con una capucha? Prefiero que la gente no me vea reluciendo por ahí.- Miro hacia la puerta que comunica la casa con la forja.-Y seguramente necesite algo de equipamiento. ¿Que debería llevarme? ¿Algo ligero o algo más pesado?

Entre tanto movimiento, veo la cara de preocupación de mi padre.-Perdona, ahora mismo estoy nerviosa y emocionada. Se que estas preocupado, pero estaré bien, voy con Night Green y con la cocinera tan excéntrica... estooo....Cookie y con algunos más. Estaré bien.

Le abrazo.

Contempla como vas de un lado a otro, guardando cosas, sin saber muy bien que decir ante esta partida repentina. Después de abrazarlo podrías jurar que hay una lagrima en su rostro pero al levantarse no hay rastro de ella. Solo la sonrisa de un padre al que no le queda otra que admitir que su pequeña se marcha lejos.

-Veo que has tomado tu decisión, pero prométeme, pase lo que pase, que tendrás cuidado. Tu eres mi mayor tesoro, no lo olvides nunca.

Te besa en la mejilla y se marcha a su habitación. Cuando vuelve, trae consigo un paquete de forma extraña envuelto en una tela fuertemente apretada y sujeta por cordeles. Lo deposita en una mesa y empieza a abrirlo con la misma delicadeza que si acunase a un potro recién nacido. El misterioso objeto resulta ser un martillo, pero uno completamente distinto a los que has podido ver o fabricar con anterioridad.

-Hace muchos años, como parte de un pago, una cebra me regaló este martillo encantado. Me ha sacado de muchos apuros y ahora quiero que lo tengas tú. Te protegerá.-dice mientras te lo tiende.

Estaré bien papá, no soy la mejor herrera de la región por nada.-Digo en broma-

¿Que es eso?- Pregunto mientras trae un objeto envuelto en tela.

Mis ojos se agrandan al ver la obra de artesanía que tengo ante mí. Lo levanto cuidadosamente con mi magia

Es...Es precioso. Y...tanto poder. ¿Una cebra dices? No puedo imaginarme para que fabricarían algo así, como me gustaría aprender de quien forjó esto

Lo muevo un poco, hago un par de movimientos de ataque. Es un poco pesado para mi gusto pero está perfectamente fabricado y equilibrado, es increíble. Dejo el martillo en la mesa y me lanzo a abrazar a mi padre. Muchas gracias papá! Con esto no tengo nada que temer. 

Miro el martillo pensativa-¿Crees que debería llevar, ademas, un arma de filo?- Miro a Anvil- Podría ser útil en alguna situación ¿no crees? Había pensado en mis espadas gemelas, no tienen tanto alcance ni contundencia pero son rápidas y puedo ponerles algún hechizo.

Mientras me dirijo a recoger todos las provisiones, noto que me falta algo.

Oh, se me olvidaba, la armadura, ¿Te parece bien si llevo la plegable? Ya sabes, esa que se puede doblar para que sea mas cómodo caminar con ella. Me da tiempo a revisarla y es la mas fácil de transportar y preparar, porque me encantaría llevar mi armadura, pero quizá es mas incomoda para transportar.

-Llevar las espadas es buena idea -confirma tras pensarlo un poco- debo reconocer que son mucho mas intimidantes que este martillo. Y será mejor que lleves tu armadura normal, si se estropea será mucho más fácil de reparar, sobre todo si no cuentas con las herramientas apropiadas.

Todo esto lo dice mientras te ayuda a preparar el equipaje, lo cual agradeces dado que tu fuerza es considerablemente inferior a la suya incluso teniendo en cuenta la diferencia de edad. Cuando todo está bien empacado y listo para el viaje, te da otro beso y sonríe.

-Te echaremos de menos por aquí, tendré que pedirle a Amber que se ocupe de todo el trabajo...ya estoy viendo el nombre de nuestra familia arrastrado por los suelos. -añade a modo de broma.

Hmm...supongo que tienes razón...podría estropearse seriamente sin posibilidad de arreglo. Pues, vas a tener que ayudarme.- Lanzo una sonrisa y me dirijo a la forja. Momentos después, todo esta preparado, llevo una armadura completa, muy cuidada y elaborada,de tonalidad azulada y con detalles de flores de Lis. Llevo el Yelmo levitando a mi lado, ambas espadas en sus respectivas vainas a ambos lados y el martillo en la espalda, enganchado con unos anclajes hechos en el momento.

Muy bien, creo que ya tengo todo.- guardo el yelmo en una de las bolsas y me preparo para salir. Echo un ultimo vistazo a mi forja, a mi casa, donde he pasado tanto tiempo investigando y trabajando. También miro a mi padre, que aunque esta preocupado, me apoya y me anima. -Va a ser una gran viaje, pero intentare volver lo antes posible. Escribiré siempre que pueda. No te preocupes por Amber, no es tan malo. -Nos reímos- Ademas podré dar a conocer nuestro nombre allá por donde vaya, es mi destino a fin de cuentas ¿No? Voy poniéndome la capa tapando practicamente todo mi cuerpo.

Llegó la hora, tengo que despedirme y reunirme con los demás.- Papá...yo..voy a echarte mucho de menos...-le abrazo y se me humedecen los ojos, no puedo evitar sollozar-Siempre has estado ahí para mi. Desde que me encontraste, me has cuidado y protegido, me voy a sentir muy sola sin ti. Te quiero mucho papá.

Tras un momento de palabras de despedida y promesas de retorno, debo partir. No puedo evitar soltar una lágrima, pero debo ser fuerte, tengo que ser fuerte si quiero regresar a casa con mi padre y retomar mi vida normal. 

Bajo un cielo que es mitad claro mitad oscuro, mi melena brilla al viento durante unos instantes, antes de ser tapada por una capucha, mientras camino hacia el punto de reunión.

Algo más de un día tras el alzamiento de Nightmare Moon

Buenos guardias para un pueblo pensó Pyros. Había tardado casi un minuto en encontrar el lugar perfecto por el que traspasar las murallas sin que nadie se percatase de su presencia. No le agradaba el subterfugio. Su corazón clamaba por una buena pelea, por derramar algo de sangre fresca después de tantos años en prisión, pero lo ignoró. Nightmare Moon quería hacer esta tarea con discreción, sin alarmar al resto del pueblo. Le había asegurado que Night Green cooperaría y Pyros estaba seguro de ello. Esa yegua era la viva imagen de la lealtad absoluta. Sentía curiosidad por saber como sería. Al parecer era muy bella a pesar de su edad. Pensamientos de otra índole enviaron una señal a su cuerpo, que este trató de ignorar agitando la cabeza. No era el momento.

Las indicaciones de Nightmare habían sido precisas y localizó la casa al poco rato. Ya desde fuera supo que no encontraría nada allí. No había olores de vida reciente ni tampoco se escuchaba un solo latido, a excepción de los roedores y otros bichos que merodeaban entre las tablas. Chasqueo la lengua en señal de fastidio. Su primera idea había sido contactar con Night Green y que fuera esta la que convenciese a Moonlight. Eran amigas, por lo que tenía entendido. Pero sin ella, tendría que entrar a por Moonlight directamente. Era posible que esta se resistiera y también el padre, pero tenía claro que no podía dañar a ninguno de los dos. Nightmare no bromeaba en absoluto cuando hablaba sobre eso.

Ya había captado antes los sonidos procedentes de la herrería, alguien trabajando con energía. Se preguntó si sería Moonlight o quizás su padre...¿Anvil Yammer? No recordaba bien el nombre. Que importa. Con paso tranquilo se aproximó poco a poco al edificio, ocultándose entre las sombras. Vio al joven semental que trabajaba. Un aprendiz. Su sonrisa volvió, esta vez más ancha. Nightmare no había dicho nada de este, así que quizás podría tener algo de diversión con él.

Rastreó la casa para inmediatamente regresar a su frustración. Solo dos ponies estaban allí y ambos eran machos, no tenía ninguna duda. Captó notas de cierto olor femenino, pero no eran recientes. Esto no era bueno. Si no le llevaba a alguien a la soberana de la noche, sabía las consecuencias que eso traería. Su única opción era que el aprendiz supiera algo o sino tendría que intentarlo con el padre.

Camino alrededor, buscando una entrada alternativa. Tras unos minutos, encontró una ventana con el cierre más suelto, romperla no sería difícil. Aguardó, esperando el momento de un martillazo que ahogase el sonido de su entrada furtiva. Demasiado fácil. Extrajo uno de los cuchillos que llevaba en el ciento y se lanzó hacia su víctima. El desafortunado pony intentó resistirse, pero Pyros sabía muy bien como hacer su trabajo y unos segundos bastaron para tenerlo contra el suelo y un cuchillo en su garganta.

-Será mejor que no hagas ninguna tontería. Ahora responde a mis preguntas y te dejaré ir. ¿Dónde está Moonlight?

El joven tragó saliva y empezó a hablar.

-Se fue ayer, vinieron a buscarla Guardias Reales, no se donde está, lo juro, no me hagas daño.

Hace solo un día. Guardias Reales. Pero entonces... ¡NO! Pyros sintió como la ira lo sobrevenía por completo. Se los había cruzado en mitad del aire, dos carruajes que había evitado. Ya deben estar en el campamento de la Princesa Celestia a estas alturas... un movimiento muy inteligente. Será mejor avisar a la soberana de inmediato.

Un corte rápido basto para silenciar por siempre al joven semental. Le habría gustado divertirse más con él, pero el tiempo apremiaba y no podía dejar que nadie supiera que había estado ahí. Habrá más muertes, solo es cuestión de tiempo se dijo a si mismo mientras escapaba de Cerco Blanco tan silencioso como había entrado.