Partida Rol por web

My Little Pony: Moonrise

Castillo de las Dos Hermanas

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11/05/2015, 19:47
Lord Bleak

-Convocad a las tropas. -dice nada más salir de la sala y toparse con los primeros soldados.- Que todos se reúnan de inmediato en el patio central.

-Sí, Lord Bleak. -agachan la cabeza en señal de respeto y se retiran raudos a cumplir la orden.

Sabiendo que la orden llevará tiempo en realizarse, Bleak camina con calma hacia la siguiente estancia. La habitación tan solo es la antesala del balcón desde el cual las Princesas han pronunciado discursos desde tiempos inmemoriales. Espera allí. A medida que pasan los segundos, aparecen las dudas. Es un soldado, no un orador. La tarea que tiene ante sí sería más adecuada para un noble o incluso Su Alteza... pero ninguno de ellos puede hacerlo. Solo él.

Sale al balcón, apoyándose en la balaustrada. Abajo, el patio está abarrotado por todas las tropas y también algunos civiles que no huyeron, simples cocineras o criados. Todos ellos se giran al verle llegar. El nerviosismo y la tensión pueden palparse en el ambiente. Bleak conoce a todos y cada uno de los presentes e incluso desde la distancia que le separa puede notar el miedo y las dudas que albergan su corazones. No sabe como va a hacerlo, pero el recuerdo de su promesa le hace hablar.

-¡Hermanos de armas! Os he reunido hoy aquí por petición de nuestra soberana. Desde ahora habréis de llamarla Nightmare Moon, pues ese es su nuevo nombre. Y tiene una misión para todos vosotros; en su nombre, os pide que liberéis Equestria del yugo de la tiranía de su hermana.

Los murmullos no se hacen de esperar. Los ponies se miran entre sí, confusos y sorprendidos. Es muy sencillo leer lo que pasa por sus mentes en estos momentos y nada de ello es bueno. Se les pide elegir entre su lealtad hacia todo lo que han conocido y cambiarla por algo totalmente nuevo. Bleak casi puede oír como su lealtad suena como una cuerda a punto de partirse sin que pueda hacer nada por evitarlo.

Vos sabéis por que estoy haciendo todo esto, id y decídselo a las tropas. Por favor.

Por favor...

Por favor...

-Se lo que pensáis. ¿Acaso la princesa Celestia ha hecho algo malo por nosotros? ¿Su gobierno no ha sido siempre justo? ¿Cómo se justifica esta traición? Os lo diré. La princesa Celestia siempre ha mostrado su cara más amable ante sus súbditos, pero en su interior hay un ansia de poder que la corroe. Controlar Equestria es lo único que quiere y para seguir haciéndolo está dispuesta a pasar por encima de cualquiera. Incluso si es su propia hermana. Hoy, la princesa Luna solo ha reclamado sus derechos como legítima soberana y Celestia se volvió contra ella. ¡Sí hermanos, contra su propia sangre! 

La soberana solar lleva mucho tiempo pisando los derechos de nuestra amada princesa. ¿Cuantas estatuas hay en su nombre? ¿Cuantos templos erigidos para demostrar nuestro agradecimiento? ¿Cuantas veces ois mencionar su nombre entre las gentes del pueblo? Ha sido oprimida, escondida, una figura en segundo plano mientras su hermana se llevaba todas las glorias y alabanzas. Pero vosotros sabéis la verdad. Sabéis como cuida de nosotros, sabéis como protege a todo pony de los horrores de la noche y sabéis quien lucha a vuestro lado para mantener las fronteras seguras mientras los inocentes duermen.

Ella vigila nuestros sueños y elimina nuestras pesadillas. A muchos de vosotros os perdonó vuestros crímenes. ¡Y por ello sois soldados de la noche, miembros de la Guardia Real Nocturna! Es momento de devolver a nuestra soberana cada favor que ha hecho por todos nosotros. Es momento de devolver a la princesa lo que es suyo por legítimo derecho. Si Celestia ha mantenido así a su hermana para conservar el poder, ¿que no hará por recuperarlo ahora? ¿Seguiréis jurando lealtad a Celestia?. Yo digo NO. No a su tiranía. Es momento de que alcemos nuestras armas y liberemos Equestria. El pueblo ha de ser liberado de su ignorancia. Empecemos un nuevo destino, juntos. ¡¿Me seguiréis, hermanos?!

Un rugido ensordecedor estalla en el patio, haciendo vibrar la tierra y reverberando en el aire. Las voces de cientos de ponies clamando al mismo son, desenvainando las armas y haciendo sonar sus escudos, todos unidos. El sonido de un ejercito listo para luchar por un nuevo futuro y una nueva soberana. Soldados de la noche, a las ordenes de Nightmare Moon.

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13/05/2015, 16:39
Nightmare Moon

Aproximadamente media hora después del discurso de Lord Bleak

La aparición de Nightmare Moon hizo que los tres carceleros casi se atragantaran con el hidromiel de sus jarras. Acongojados, se levantaron raudos y se cuadraron ante su Alteza, esperando una severa reprimenda por beber en sus puestos. En sus mentes todos se hacían la misma pregunta, ¿Que hace aquí? Las Princesas nunca antes habían bajado hasta este nivel en todos sus años de servicio. Y el que menos tiempo llevaba allí podía atestiguar diez largos años.

-Su Alteza, ruego disculpe nuestra descortesía. ¿Qué podemos hacer por usted? -preguntó el carcelero jefe, de nombre Dorelac, un pegaso ya entrado en años.

-Quiero ver al prisionero número 77. -dijo ella simplemente.

-Por supuesto, Su Alteza, sígame.

Nuevas preguntas se agolpaban en la mente de Dorelac, pero no se atrevió a formularlas en voz alta. En su lugar, abrió la puerta y condujo a la soberana por la escalera de caracol que llevaba a las mazmorras. Aunque algo húmedo, el lugar se mantenía a una temperatura agradable gracias a grandes antorchas que además cumplían la función de iluminar el largo pasillo que tenía ante sí. A uno y otro lado se disponían las puertas de cada celda, de casi once centímetros de grosor y reforzadas con acero.

Algo nervioso, el carcelero olvidó quien era realmente Nightmare Moon y empezó a hablar, como si le explicase a un recluta novato.- Aquí tenemos a los peores criminales de toda Equestria, aquellos que jamás han mostrado arrepentimiento alguno. Asesinos, violadores... bueno, os lo podéis imaginar, ponies de la peor calaña. Cuando llegan aquí se les despoja de todo lo que una vez tuvieron, incluyendo el nombre. A partir de entonces solo se les nombra por el número de su celda hasta el día de su muerte.

Los unicornios siempre suponen ciertos problemas. Antes de la Guerra inutilizábamos sus poderes con anillos cristalinos de la minas del Imperio, pero después nos vimos obligados a recurrir a los de Canterlot. Duran menos y necesitamos más material, pero no es como si pudiéramos hacer algo para cambiarlo. Los terrestres no suponen un problema. Las puertas y celdas se comprueban constantemente y se mantienen en excelente estado, no hay ninguno que pueda derribarlas. En cuanto a los pegasos, solo los más expertos podrían usar sus poderes a esta profundidad, pero como precaución usamos las antorchas. Sin humedad no hay nubes y sin nubes no hay magia atmosférica. Los presos reciben comida dos veces al día y cada cierto tiempo les informamos de lo que pasa fuera. Las Princesas son demasiado consideradas con ellos, no quieren que sufran, solo que cumplan su condena de encierro permanente. Aquí es. -se detuvieron ante la puerta que marcaba claramente el numero 77 con pintura roja.

Siguiendo las órdenes, el pony busco en su manojo de llaves y eligió una de ellas, que a pesar de no tener ninguna marca distintiva encajo perfectamente en la cerradura. Ni un chirrido se produjo al girar la puerta sobre sus goznes. El carcelero había dicho la verdad a ese respecto.

El prisionero estaba tumbado en el suelo y ni se molestó en mirar a los que acababan de entrar. Tenía grilletes en cada una de sus patas, así como en el cuello y el nacimiento de ambas alas, de donde partían unas cadenas que se enganchaban firmemente a las paredes de la celda mediante argollas. Todo este mecanismo aún le confería cierta movilidad, aunque muy limitada; seguramente apenas podría moverse medio metro en cualquier dirección.

-Creía que mi hermana ordenaba que no se encadenara a los presos. -hizo notar Nightmare.- ¿Podéis explicaros?

-Veréis Alteza... -contestó Dorelac, tragando saliva, nervioso.- Eso es cierto, pero cuando este sujeto llegó fue capaz de matar a cinco de mis hombres con una astilla que tenía escondida en el pelo. Para poder asegurar la vida de mis subordinados, hice una petición y la Princesa Celestia autorizó unas restricciones especiales.

-Entiendo. Ahora dejadme las llaves y marchaos.

-Su Alteza... -el asombro de Dorelac era patente en su rostro. ¿Acaso no acababa de escuchar lo peligroso que era? Iba a insistir en permanecer allí cuando Nightmare se giró y lo miró. Por un segundo el carcelero pensó que se caería al suelo de puro temblor. Con la boca seca asintió.- Como deseéis.

Apresurándose, salió de allí, dejando a Nightmare Moon a solas con el prisionero. Nada más hubo desaparecido, el prisionero por fin reaccionó, levantando la cabeza y esbozando una sonrisa burlona. Años de encierro le habían conferido un pelo lacio que caía tapándole la cara casi por completo, pero que aún dejaba ver sus ojos. Un par de esmeraldas que brillaban con malicia.

-Bueno, bueno, ¿quien tenemos aquí? Nada menos que la Princesa Luna, con una nueva apariencia y un nuevo nombre. Sin duda os favorece.

-Nightmare Moon a partir de ahora, no lo olvidéis. -señaló con dureza la soberana, aunque inmediatamente se calmó y sonrió.- Siento curiosidad, apenas hace unas horas que ocurrió y vos ya lo sabéis. Nadie ha bajado a estas mazmorras en ese tiempo. ¿Como podéis saber de mi?

-Escuchando. -se levantó con pereza, estirándose un poco, haciendo tintinear las cadenas.- Es fácil. Sobre todo cuando llevas tres años pudriéndote en una celda y no tienes nada mejor que hacer que entrenar tus sentidos.

-Muy impresionante.

-Gracias. - el prisionero hizo un amago de reverencia.- Pero aunque agradezco vuestros halagos, me imagino que no bajáis a estas mazmorras para hacerme una visita de cortesía.

-He leído el informe de tu encarcelamiento. -explicó, concisa.- Acusado de alta traición, confabulación con el rey Sombra, asesinato de dos capitanes durante la guerra, innumerables soldados y al menos veintisiete civiles de los que se tiene constancia.

La simple mención de los hechos parecía excitarlo, pues su sonrisa se hizo más amplia.- Ah, esos eran buenos tiempos. Si queréis os puedo ayudar a hacer más preciso el informe; recuerdo perfectamente todos y cada uno de los que he matado.

-Por qué te aliaste con Sombra?

-¿No es sencillo? -miró a Nightmare como si explicarlo careciese de sentido.- Él tenía poder y fuerza en ese momento, quería movilizar tropas y organizar conquistas. Planeaba derramar océanos de sangre, destruir y quemar tierras más allá de las fronteras de Equestria. Siendo soldado de la Guardia Real solo me esperaba paz. ¿Quién quiere paz? -resopló, desdeñoso.- Solo me arrepiento de no haberme unido antes a él. Con me hubiese ganado su confianza, quizás no hubiera sido derrotado.

-Te equivocas. Sombra era poderoso, lo reconozco, pero nunca tuvo el poder de los Elementos. Te uniste al bando perdedor... pero ahora tienes la oportunidad de volver a elegir. Te ofrezco una segunda oportunidad. Si me eliges, te daré la destrucción que deseas.

-Suena bien. Pero no veo para que me necesitas. ¿No tienes bastante con tu comandante títere? -agitó las pezuñas, como si estuviera manejando los hilos de una marioneta.

-Necesito alguien nuevo a mis ordenes, alguien que este dispuesto a acometer las tareas menos "agradables" sin vacilar. Bleak luchará, pero es ante todo un semental de honor. Eso ahora mismo es una carga. Cumpliría mis ordenes, ¿pero para que minar su resolución y su fe en mi pudiendo tener alguien como tú? -dice, satisfecha de sí misma.

-No lo negaré, es cruelmente inteligente. Me gusta. Me alegro de que la antigua Luna haya desaparecido. Acepto.

-Pues entonces escucha tu primera misión. Debes traer ante mi presencia dos yeguas; Night Green y Moonlight. Las encontrarás en...

-Cerco Blanco. -completó al instante el pegaso.- Como os dije, se escuchar. En los tres años de mi encierro esa yegua no ha faltado una sola vez a su visita mensual. Una aliada fiel, sin duda. ¿Y la otra?

-Eso no es de tu incumbencia. -por primera vez en todo el encuentro Nightmare parecía enfadada. Clavó los cascos, machacando la piedra que quedaba debajo y dejando la marca de sus herraduras. -Ten cuidado, hay otros que pueden encargarse de esta misión, no eres imprescindible.

-No hace falta que os enfadéis, Su Alteza, ofenderos sería lo ultimo que se me ocurriría. -sin asustarse lo más mínimo el pegaso continuó.- Pero ya que me vais a obligar a hacer de niñera y traer a esas dos, quiero algo por mis servicios.

Nightmare Moon enarcó una ceja.- ¿Nunca os han dicho que demasiada ambición os saldrá cara? 

-Si hago todo eso, quiero tener el placer de matar yo mismo a mi hermano. -dijo, ignorando las palabras de la soberana.- Quiero la garantía de que ningún otro pony a vuestras ordenes lo tocará. Tengo cuentas pendientes que ajustar con él, seguro que vos me entendéis mejor que nadie. -lanzó una carcajada que reverberó por las paredes, disfrutando con esa idea más que con nada.

Uno a uno, los grilletes cayeron a medida que las cerraduras se iban abriendo. En apenas unos instantes el pony quedó libre.

-¿Cuál es vuestro nombre?

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13/05/2015, 23:06
Pyros Swordwind

El prisionero salió. No se movía como alguien que llevase amarrado durante años, sino como si ayer mismo hubiera estado ejercitándose. Estiró las alas, probando una bocanada de aire y saboreando su nueva libertad. Apartó la melena rojiza de su cara y miró a Nightmare con autentica felicidad.

-Pyros. Pyros Swordwind

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26/05/2015, 17:46
Director
Sólo para el director

Algo más de 2 días

¡Como se atreve!

Otro rayo impacta contra el muro, haciendo un boquete. Esta furiosa, muy furiosa. Como se atreve a ponerlas en mi contra...pagará por esto. Pyros, marcha al reino de los grifos. Necesitamos de sus mercenarios. Si es necesario, demuestrales nuestra fuerza, solo respetan el dinero y la fuerza bruta. si matas a uno o dos de ellos, te seguirán a donde sea. 

Por el momento seguiremos resistiendo el sitio. Cuando Pyros vuelva inicaremos un contraataque. Tomaremos todas las tierras de aqui hasta aquí. Y luego asediaremos Canterlot. Una vez la capital haya caido, el resto será sencillo.

No creo que Night Green me haya traicionado. Celestia probablmente la haya embacucado con sus libidinosas palabras, pero no creo que me haya olvidado. En cuanto a Moonlight, es joven, pero pronto entenderá su lugar. Marchad.

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17/06/2015, 00:00
Pyros Swordwind

Algo más de dos días tras el alzamiento de Nightmare Moon

Nadie en el Campamento se dio cuenta de que estaba siendo observado.

Pyros dejo escapar un gruñido. Aguardar entre las sombras y esperar no era de su agrado, menos ahora seguía furioso por haber perdido la oportunidad de capturar a sus presas. Las invitadas de Nightmare Moon, se corrigió mentalmente. Como esperaba, habían sido llevadas con Celestia y en estos momentos hablaban con ella. También había más ponies con ellas. Por desgracia, incluso con sus sentidos aumentados, el estruendo de cientos de ponies preparándose para la guerra en una sola zona excedía sus capacidades. Y la tienda de Celestia estaba justo en medio de todos ellos. No había manera de saber de que es lo que ocurría dentro.

Sabía que la soberana lunar debía estar muy irritada en estos momentos por tanto retraso, pero con un poco de suerte podría compensar eso. Nadie sabía de su existencia. Si se descuidaban, era posible que pudiera capturar a las dos yeguas irrumpiendo de golpe en el lugar. Ningún soldado de allí estaba a su altura, si realizaba una rápida incursión era posible que todo saliera bien.

La espera tuvo su recompensa. Mucho más de lo que imaginaba.

Hermano.

Estuvo a punto de saltar en ese momento, ignorando cualquier otra cosa. Habían pasado tantos años desde su último encuentro... pero lo reconocería en cualquier parte y con cualquier disfraz. El tiempo parecía haberle sentado bien, se le veía fuerte y alerta, todo un guerrero. Seguro que había estado entrenando duro durante aquellos años, mientras que el se había pudrido en las mazmorras del castillo, sin apenas poder moverse. Has tenido suerte hermanito. No era estúpido, su hermano ya lo derrotó una vez, no iba a desafiarlo cuando él aún estaba débil.

Las cosas tomaron un giro inesperado y se fueron poniendo cada vez mejor. Al parecer su hermano y el grupito que se había reunido con él planeaban recuperar los Elementos de la Armonía para derrotar a Nightmare Moon. Solo por esto ha valido la pena venir. Era una lástima, pero no podía capturar a Moonlight (dado que Night Green parecía seguir manteniendo una gran lealtad hacia la soberana lunar) mientras anduvieran con su hermano... y con ese anciano unicornio. Había algo en el que le instaba a tener cuidado. Se había enfrentado a un general, nada más y nada menos, seguro que era poderoso.

Apenas se fueron abandonó su escondite y marchó hacia el castillo, deseoso de informar.

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11/07/2015, 23:22
Nightmare Moon

-¿¡Como ha osado!?

La pared se agrietó en un centenar de pedazos cuando el rayo de magia se estrelló contra él con la misma furia que las olas sobre un acantilado en un día de tormenta. Bleak agachó la cabeza, intentando mantener la compostura mientras la soberana lunar liberaba su cólera tras recibir las malas noticias. No era el único. Los dos guardias que vigilaban la puerta parecían a punto de salir corriendo como potros asustados e incluso el impasible Pyros parecía afectado por el despliegue de ira y magia oscura que se desarrollaba ante sus ojos.

Nightmare Moon paseaba de un lado a otro, como un animal enjaulado. Mascullaba, pateaba el suelo y nuevamente volvía a desplegar su magia. Este estado solo contribuía a aumentar su aspecto tenebroso; sus pupilas rasgadas parecían aún más feroces y la negrura de su pelaje parecía estar atrayendo la escasa luz de la estancia, sumiéndola en las tinieblas.

Tomó su tiempo, pero finalmente la ira comenzó a tornarse cada vez menor. Sin embargo seguía ahí, podía sentirse en el aire, como una presencia invisible que emanaba de la alicornio, un rescoldo que se resistía a apagarse. Nadie movió un musculo mientras Nightmare Moon regresaba a su trono y quedaba pensativa, tratando de ajustarse a la nueva situación que se había presentado de improviso ante ella.

-Bien... -dijo momentos más tarde.- Mi hermana quiere jugar sucio. Le demostraré de que soy capaz. Se arrepentirá de este momento. -una sonrisa siniestra apareció en su rostro.- Pyros. -llamó al pegaso, que acudió con la cabeza gacha, respetuoso.- Las armas que me pediste están siendo preparadas en este instante por los mejores herreros. Cuando finalicen marcharás al Imperio Grifo. Quiero que reúnas a cuantos mercenarios puedas encontrar. No dudes en demostrar tu fuerza si es necesario, ellos son así, solo respetan el poder y la riqueza. Y debe quedarles claro que nosotros tenemos ambas. Te daré algunas instrucciones más tarde, ahora retírate. Vosotros también. -indicó a los soldados.

Pyros asintió y abandonó la sala tras una última reverencia, seguido por los dos Guardias Nocturnos, que parecían bastante contentos de marcharse.

-Bleak. -este no pudo dejar de darse cuenta de que esta vez la soberana no había empleado su título y que su tono era más amistoso.- Aseguraos de que que las defensas contra el sitio se desarrollan según lo previsto. Hacedles saber también que quizás debamos soportar un asalto algo más prolongado. Debemos estar preparados por si Pyros tardá en llegar más de lo previsto.

-Sí, Alteza.

Bleak asumía que las siguientes palabras de Nightmare serían para pedirle que se marchara y ya estaba preparado para moverse cuando ella empezó a quitarse la armadura. Primero el casco, que dejo caer sin ningún reparo, dejando que rebotase contra el suelo. Le siguieron la armadura de placas y los recubrimientos de los cascos, dejando a la ex-princesa sin nada que la recubriese. Bleak parpadeó. No es como si jamás hubiera visto así a Luna, pero en esta nueva forma, en este nuevo cuerpo, era como estar contemplando una yegua completamente diferente. Parte de su intimidación residía en la coraza que llevaba desde el día de su transformación y ahora sin ella se le asemejaba vulnerable.

-Alteza, ¿que estáis haciendo?

No recibió respuesta, pero si vio como ella se acercaba lentamente, sonriéndole. Para su sorpresa, los colmillos habían revertido a su estado original y cuando finalmente se detuvo ante el , también pudo comprobar que sus ojos ya no eran rendijas felinas, sino unas pupilas tan normales como las de cualquier otro pony. La distancia que los separaba era mínima y el entrenamiento de Bleak le dictaba apartarse, pero Nightmare no le dejó. El corazón del semental empezó a palpitar desbocado y tragó saliva mientras ella se acercaba a su oído y susurraba.

-Agradeceros todo lo que habéis hecho por mí. Llevo esperando este momento mucho tiempo. Y ahora, relajaos. No dejemos que nada ni nadie nos moleste. Este momento es solo nuestro.

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12/08/2015, 15:41
Night Green

Cartas de un subdito 2

Mi Alteza Serenisima la Princesa Luna.

Vuestras alas cubrieron nuestros corazones. Juntos, demostramos una vez mas que la unidad es el motor y mayor fuerza de Equestria. Los potrancos fueron salvados.

Mi desanimo sin embargo fue mayusculo al ver que no pude encontrar nada para ayudaros en aquella villa, aunque grande, espero, sea vuestra satisfaccion cuando por fin nos reunamos una vez mas y os pueda entregar un reporte en persona.

 

 

 

 

Luna, juro que te salvare... alla donde te encuentres.