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My Little Pony: Moonrise

Castillo de las Dos Hermanas

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26/10/2014, 12:57
Princesa Luna

El carruaje se bambolea de un lado a otro, como una especie de mecedora gigante, tirada por dos fuertes pegasos blancos que apenas dan sensación de acusar el esfuerzo. La Princesa Luna siempre destina el mismo grupo para traerte volando hasta el bosque Everfree, sabiendo que el camino a pie sería demasiado largo para mantener vuestra rutina de visitas mensuales. No hay mucho que hacer mientras te deslizas por el aire, aparte de intentar no marearse demasiado y conversar de cuando en cuando con los sementales.

Divisas el bosque justo cuando comienza el crepúsculo. Este arroja luces rojas y doradas sobre la amplia extensión de arboles, haciendo que se vean menos siniestros que de costumbre. Con una coordinación perfecta, los pegasos aminoran y descienden poco a poco hasta tocar el suelo de baldosas amarillas, deteniéndose unos instantes para descansar. Poco después reanudan la marcha con un trote suave.

La noche se echa sobre vosotros tan delicada y pausadamente que apenas notas que ha oscurecido hasta que te encuentras sumida en las tinieblas. Por suerte, hoy hay luna llena y su luz os guía con toda claridad hasta las puertas de palacio. Al contrario que otras veces, no has notado ninguna presencia, ningunos ojos rojos clavados en ti, ni siquiera el arrastrar de garras desde la maleza de tantas otras veces. Hoy hay calma en le bosque Everfree. Una calma intranquila, agobiante, que carga el ambiente de opresión.

Las puertas se abren casi antes de llegar y una escolta de dos unicornios te acompaña hasta el salón del trono. Allí, pasando las enormes columnas que se alzan a ambos lados, en su trono de ébano, la princesa espera. El protocolo, siempre el mismo protocolo. Ahora ella desciende la escalinata, tu haces una reverencia y ella se inclina agradecida. Luego te invita a sus aposentos y ambas sois escoltadas en silencio. Solo cuando la puerta se cierra, la princesa sonríe y se deja caer con un gesto muy poco elegante en una de las sillas, animándote a hacer lo propio.

-Esperamos que el viaje os haya sido rápido y confortable, mi estimada Night Green. ¿Tomaréis las mismas pastas con el té?

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26/10/2014, 23:32
Night Green

El viaje sin duda habia transcurrido con la tranquilidad programada, a la hora programada, del modo programado. A Night Green le encataban las visitas a la Princesa Luna. Dejando de lado el hecho de que la salvara, se habia convertido en una especie de mentora a lo largo de todos estos años. Ciertamente le gustaria tener un tratamiento mas cercano a ella, pero sabia que aquello era imposible. Era toda una princesa y ella no era mas que una simple florista de pueblo. Sin embargo siempre podia contar con aquellas tardes en las que se permitia soñar con la amistad de Luna.

El protocolo era el que era y las normas estaban para cumplirlas. Primeramente la reverencia. Luego a sus aposentos, siempre tan lujosos. Ya en la intimidad de los aposentos la Princesa se relaja, aunque Night Green, como siempre, mantiene la compostura.

- Es todo un honor que os preocupeis Su Alteza Serenisima. Como siempre es un gusto poder venir a veros y si, si fuera tan amable la Princesa, aceptaria con gusto ese te y esas pastas.

Dice acompañando de su sonrisa caracteristica.

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27/10/2014, 23:04
Princesa Luna

Sonriendo a su vez, se encarga de servir el té en las pequeñas y elegantes tazas que tenéis delante, al vez que pone delante de ti el plato con pastas. Están las habituales, las que sueles comer todas las veces que vienes, así como unas pocas nuevas que tienen una pinta estupenda. Pasan los minutos mientras la princesa y tu conversáis formalmente sobre tu tienda, sobre como se podrían mejorar los jardines del castillo y sobre algunos eventos de poca importancia en Equestria, cualquier cosa menos asuntos personales. Al contrario que otras veces, Luna parece más dispersa, como si su mente estuviera en otra parte. Ya cuando la tetera está vacía, la oyes preguntar, aunque tan bajito que casi parece decirlo para si misma.

-¿Con cuanto entusiasmo nuestros súbditos esperan la Celebración del Verano? Hemos oído que en Cerco Blanco se engalanan especialmente para recibir este momento tan especial y que todos los ponies salen a la calle para disfrutarlo.

Su voz suena con algo de amargura, aunque apenas eres capaz de captarla. Es raro, pues la Princesa suele alegrarse de que se celebren estos eventos.

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28/10/2014, 23:26
Night Green

Parecia que la charla transcurria con tranquilidad. Siempre era un placer poder hablar con la Princesa Luna, era... reconfortante.

Pese a las circunstancias, la charla fue distendida hasta que la Princesa pregunto por la Celebracion del Verano. Parecia que algo la preocupaba y Green creia intuir lo que era.

Con delicadeza posa la taza y habla tranquila a la Princesa.

- Su Alteza Serenisima, el pueblo siempre se engalana ante las celebraciones, sobretodo ahora que tenemos motivos de ello.

Se levanta hasta situarse frente a la Princesa y hace una reverencia.

- Su Atleza Serenisima, la noche reconoce su lealtad, su memoria por los siglos vivira, en el pueblo se recuerda su valor, sus triunfos, sus batallas y honor.

- Tiradas (1)

Motivo: Empatia

Tirada: 1d10

Resultado: 2(+11)=13

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29/10/2014, 00:06
Princesa Luna

La sorpresa en la cara de Luna es genuina, tus palabras la han tomado total y absolutamente desprevenida. Es extraño; despojada de su mascara de protocolos y modales envueltos en bonitas palabras, no ves que sea diferente a cualquier otro pony con el que puedas cruzarte cada día. Ha dejado de ser la Princesa para ser, simple y llanamente, Luna.

-...Sí, claro... -dice entrecortadamente, recobrando rápidamente la compostura- no lo he dudado nunca, querida. De todos modos eso carece de importancia, nuestro real es cuidar de nuestros súbditos, no precisamos de vanagloria alguna, aunque nos sentimos halagadas de despertar tal admiración.

Camina hacia el balcón dejándote a sus espaldas, para alzarse sobre la barandilla y contemplar el cielo nocturno.

-Si tan vistosas son las celebraciones como decís...quizás pueda convencer a mi hermana para festejar la Celebración del Verano en vuestro hogar al próximo año. ¿Os placería? -susurra tímidamente.

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29/10/2014, 00:28
Night Green

Eleva la grupa al tiempo necesario para ver a Luna recortada contra la luna elevada.

- El pueblo se llenaria de regocijo ante tal evento.

Lentamente se acerca hasta situarse un morro tras Luna quedando en silencio observando el cielo nocturno.

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31/10/2014, 14:33
Princesa Luna

-Ese será nuestro edicto, pues. -contesta con una leve sonrisa

Pasáis unos momentos apacibles, ambas contemplando el cielo nocturno con total tranquilidad. No hay palabras, no son necesarias ni podrían hacer más agradable este momento. Aquí, en este balcón, con la oscuridad envolviéndoos cálidamente, te sientes más cerca de la Princesa de lo que nunca has estado.

Tras un tiempo que bien podría haber sido un instante o varias horas, la yegua de la noche levanta el vuelo con sus poderosas alas y flota colocándose delante de ti.

-Debéis estar ya cansada querida y mis deberes reales me aguardan. Sabed disculparme. 

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31/10/2014, 14:55
Night Green

Night se levanta y realiza una profunda reverencia.

- Sea asi, Su Alteza Serenisima.

Eleva su grupa y marcha de la habitacion hacia donde usualmente pasa la noche tras su encuentros con la Princesa. No hacia falta mucha mas despedida, sabia que el mes siguiente a la misma hora el mismo dia, volveria a pisar los suelos de palacio.

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01/11/2014, 00:15
Night Green

Su Alteza Serenisima Princesa Luna:

 

Le escribo la presente misiva para comunicarle el retraso de los Marfapullos colgantes que demando. Una colonia de Breezies salvajes ataco el campo donde se cultivaban y no estaran listas hasta una semana despues.

Me permito la indiscreción de comunicarle que el pueblo ha aceptado con alegria, gozo y orgullo, la celebración del proximo Festival de Alzamiento del Sol. La plebe nos encontramos entusiasmados ante tal honor.

Especialmente su humilde sierva, Night Green.

Mis mas sinceros deseos de poder veros en la misma y mis mas humildes disculpas por el retraso del cargamento.

 

Atte.

Night Green.

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01/11/2014, 00:47
Princesa Luna

Como el de una ave rapaz, su vuelo es tan silencioso que no despierta ni a los de sueño más inquieto, pero tan rápido que cubre grandes extensiones en muy poco tiempo. Salta de nube en nube, con elegancia, dejando que la suave luz acaricie su flancos y la reconforte. No hay otro lugar en el mundo que la haga sentir más viva ni otro momento en el que se sienta más feliz. La noche es más que su trabajo; representa su pasión, su verdadera alma.

Esta noche su objetivo es un pequeño pueblo al sur del bosque Everfree, apenas unas pocas casas y una plaza ridículamente pequeña. Desciende lentamente trazando un círculo. Sus cascos se posan sobre un suelo de baldosas gastadas por las inclemencias, casi a punto de quebrarse. Y no son las únicas. Las casas tienen agujeros en las paredes y la paja de los techos se ha caído casi totalmente. Pero a juzgar por la intensidad de la mirada de Luna, ella no ve eso en absoluto. Sus pensamientos están anclados en otros tiempos, tiempos donde oye las risas de los potros que por allí correteaban, las yeguas discutiendo alegremente entre vecinas, los sementales jugando a las cartas y bebiendo sirope de arce. Amarillo y verde de unas casas recién pintadas.

-¿Princesa Luna?

Las palabras rompen el encantamiento. Las luces se apagan, los olores se desvanecen y solo queda un triste recuerdo que se resiste a ser borrado. Girándose, se fija en la figura que la ha estado siguiendo todo este tiempo, apenas una presencia invisible que pocos podrían seguir. Pero ella es la soberana de la noche y no hay nada que escape a su mirada. Salvo tal vez lo más importante.

El recién llegado se acerca, con pasos indecisos, que contradicen su imponente figura, ensalzada aún más si cabe por una elaborada armadura negra. Pero al llegar a cierto punto no abandona la escasa sombra que proporcionan las casas, situándose a unos pocos metros de Luna. Contemplándola. Admirándola. Intentando entenderla.

-Lord Bleak

Esas son las únicas palabras que salen de la boca de Luna mientras ella también observa al Comandante de la Guardia Real nocturna. Solo hacen falta unos pocos pasos para que cubra la distancia que los separa. Ambos quedan cara a cara, tan cerca que casi podrían rozarse.

Y entonces ocurre. El cuerpo de Luna se estremece y no hay protocolos que la detengan cuando se echa en brazos del pegaso y comienza a llorar. El pegaso la rodea con sus cascos, sin saber exactamente como reaccionar, pero sin apartarse de ella. Intenta apartarse un poco, temeroso de que su piel (carente de pelaje y casi escamosa) dañe a la princesa, pero cuando ella se vuelve a aproximar no tiene valor para intentarlo de nuevo. Así, poco a poco, los sollozos de Luna se calman. Lentamente, levanta la mirada. Sus ojos de un intenso azul contrastan enormemente con el amarillo del semental.

-Lo siento.

-No tenéis de que disculparos. Os prometí que siempre estaría a vuestro lado para serviros.

Tras este corto intercambio de palabras ambos vuelven a quedar callados. Luna se levanta con pesadez, como si no encontrara fuerza en sus patas para poder hacerlo. Bleak retrocede unos pasos, siendo repentinamente consciente de la excesiva familiaridad que se ha tomado. El silencio se prolonga un poco más hasta que el pegaso decide intervenir.

-Princesa...ya son muchas las veces que visitáis este lugar. Quisiera saber...no es solo una aldea vacía, ¿verdad?

La yegua de la noche agacha la mirada, incomoda.

-Disculpad, solo quería...no es necesario que respondáis a mi pregunta...he sido indiscreto y...

-Hace mucho tiempo... -lo interrumpe con firmeza. El pegaso enmudece al instante- Hace mucho tiempo, este lugar era conocido como la Aldea del Arce. No era gran cosa, un sitio aislado de las grandes ciudades y de otros pueblos, demasiado cerca del bosque como para ser considerado seguro por otros ponies. Pero para los ponies que vivían aquí eso no importaba. Ellos tenían todo lo que necesitaban. Nunca en otro lugar se han celebrado más fiestas ni con mayor ilusión.

Mi hermana y yo vivíamos aquí. Por estas calles dimos nuestros primeros trotes, jugamos a piratas y princesas, aprendimos a preparar delicioso sirope de arce. Siempre juntas. Nunca estábamos demasiado lejos la una de la otra y no había nada que nos separase. Eramos felices.

Alza su cabeza hacia la luna, cerrando los ojos y componiendo una pequeña sonrisa, sin duda recordando con detalle aquellos pequeños disfrutes infantiles.

Recuerdo muy bien el día que conseguimos nuestras Cutie Marks, cuando nos convertimos en alicornios. Teníamos miedo por lo que significaba nuestra nueva condición, miedo a no ser dignas. Pero nos teníamos la una a la otra y con el tiempo aprendimos a llevar nuestro papel. Estábamos tan en sintonía que incluso podíamos pasar días enteros discutiendo sobre los diferentes aspectos del día y la noche.

Pasaron muchos años y las cosas se volvieron diferentes. Los ponies querían oír nuestros consejos, nos buscaban como lideres sabias capaces de ayudarles a gestionar sus problemas. Fue tan paulatino que apenas nos dimos cuenta, pero al final todos los ponies de Equestria nos consideraban como diosas y soberanas. Bien pensado, era normal. Habían pasado casi 200 años, no quedaban ponies que recordasen los tiempo antiguos a nuestra existencia. Asumimos sin problemas la responsabilidad de gobernar Equestria, pero ambas estuvimos de acuerdo en no tomar el titulo de reinas, pues queríamos que todos los ponies recordasen que nuestra única misión era ayudarles, no mandar sobre ellos.

Ya ha pasado tanto de eso...tantos amaneceres y atardeceres juntas. Y es mi hermana la que ahora me da la espalda. No busca mi compañía como antaño ni compartimos momentos a solas. Siempre ocupada en los asuntos del reino o bien rodeada de ponies que buscan su consejo, con eso tiene suficiente. Pocos, muy pocos son los que se acuerdan de mi. Gozan de los rayos del sol, pero marchan a dormir tan pronto como este se desvanece y ni siquiera en sus sueños me dedican un momento. Me han dejado sola.

El pegaso escucha con atención cada parte de la historia que la Princesa de la Noche está narrando, mudo de estupefacción. En sus labios parece un suspiro, pero el sabe que han pasado cientos de años desde que todo eso ocurriera. Tiempos tan remotos que ya solo pueden consultarse en las bibliotecas. La idea casi resulta inconcebible para él, que nunca antes se había planteado lo que significaba la inmortalidad de las Princesas. ¿Realmente alguien vivo podría entenderlas? La idea resulta vanidosa, casi narcisista.

De modo que calló. Se trago las palabras que tanto quería decir, que no estaba sola, que otros ponies aun la querían y que el la amaría hasta el día de su muerte. Palabras vacías, eso es lo que eran, comparadas con el dolor que Luna debía sentir. De modo que dijo lo único que podía decir, la verdad. Una Verdad tan sólida que se grabó en su alma como si la hubieran tallado con un cincel.

-Por mi honor, os aseguró que jamas os dejaré sola. Ni ahora ni nunca. Porque soy Lord Bleak, Comandante de la Guardia Real Nocturna y estoy a vuestro servicio. Ese es mi juramento.

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14/11/2014, 12:52
Princesa Celestia

Mientras tanto, en el Castillo de las Dos Hermanas...

Como los movimientos de la marea, la llama de las velas ondea de un lado a otro a la más leve brisa de aire, haciendo que cada luz que arroja sea diferente. La Princesa suspira, agotada, mientras atrapa de nuevo la pluma y trata de centrarse en el pergamino que tiene ante sí. Todo sería más fácil empleando su magia para iluminar, pero después de un uso constante durante este día apenas podría mantenerla durante unos minutos.

No es que no le entusiasme la tarea. De hecho, es todo lo contrario. El rasgueo de la pluma es agradable, así como las letras que va plasmando lentamente sobre el pergamino. Tenía muchas esperanzas puestas en este nuevo tratado y se emociona solo de pensar en las alegrías que puede traer para su pueblo. Desde el fatídico día de la caída del Imperio de Cristal, no había dejado de trabajar un solo minuto, tratando de traer alegría unos ponies cuyos corazones habían quedado totalmente rotos.

Si cerraba los ojos aún podía recordarlo. Los criaturas que luchaban al lado de Sombra habían dejado una masacre a su paso. Tantos muertos que tardaron días en recogerlos. Por no hablar de los heridos. Victoria, si, ¿pero a que precio? Equestria tardaría años en cicatrizar semejante herida, quizás hasta generaciones. Ni siquiera el largo reinado de Discord resultó tan lesivo como esos pocos meses de guerra civil.

Una lágrima escapo de sus ojos y fue a dar con el pergamino, creando una pequeña mancha de humedad. Todo había sido por su culpa. Se había acomodado tras tantos años de paz y fue demasiado tarde cuando quiso ver lo que ya llevaba tiempo sucediendo. Quizás podrían haberse encargado de el solas si hubiesen llegado a tiempo, pero para cuando llegaron Sombra estaba demasiado protegido y romper sus defensas no fue tarea fácil. Y después...

Nunca se había enfrentado a nada como esa magia oscura. Hizo todo cuanto pudo para resistirse, pero resultó ser más fuerte que ella y cayó inconsciente. Ningún otro pony aparte de su hermana sabía esto, la vergüenza que arrastraba por no haber sido capaz de combatir el mal. Pero su hermana había resistido. Y no solo eso, había neutralizado a Sombra ella sola usando el poder de los Elementos de la Armonía. Solo de pensarlo su pecho se henchía de orgullo y satisfacción por el valor y el poder que había demostrado Luna ese día.

Pero ese enfrentamiento había tenido consecuencias que estaban más allá de la desaparición del Imperio. Demasiado sutiles para que otros se dieran cuenta, pero Luna ya no era la misma. No sabía explicarlo con claridad, pero a pesar de actuar exactamente igual, a veces le daba la sensación de que algo había cambiado dentro de ella, algo que daba incluso...miedo. Y otras veces la miraba y seguía siendo exactamente la misma, su amada hermana pequeña, tímida y reservada. Era confuso. 

No había preguntado que sucedió exactamente, esperando que con el tiempo Luna le abriera su corazón. Pero había pasado el tiempo, demasiado tiempo se dio cuenta. Ciertamente había más cosas de las que ocuparse, un reino que levantar, pero Luna era su hermana, su mitad, la única alicornio que existía aparte de ella. Y había caído en el mismo error que con Sombra, dejar que el tiempo pasase sin hacer nada. Cinco años apenas eran un suspiro para ambas...pero podían significar una gran diferencia.

Se levanta de su asiento, decidida a hablar con Luna, se encamina hacia el balcón y alza sus enormes alas blancas dispuestas para el vuelo. 

Segundos después, las vuelve a cerrar. Menuda estupidez. Equestria es enorme y no hay manera de saber donde está su hermana en esos momentos. Y ella estaba agotada, mientras que Luna estaba repleta de fuerza ahora que ni siquiera había transcurrido la mitad de la noche, aunque la encontrase sería difícil darle alcance. Lo mejor sería esperar.

Pasa de nuevo adentro y se fija en el escrito que ha dejado a medias. Agacha la cabeza, sintiendo por primera vez autentico fastidio ante el peso de sus responsabilidades reales. Quedaban tantas cosas por hacer, sellar acuerdos, organizar banquetes, recibir a la nobleza... y todo tenía que estar listo para la Celebración del Verano. No había tiempo para nada más.

-Solo cinco días más hermana mía. He dejado que cosas insignificantes nos separen, pero ya nunca más. Te prometo que estaré a tu lado hasta que vuelvas a ser la misma. Sea cual sea la herida de tu corazón, la sanaremos. Solo espera cinco días más.

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11/03/2015, 00:22
Night Green

Cartas de un subdito

 

Su Alteza Serenisima Princesa Luna:

El reporte de hoy lo pudiera calificar de complicado. Juramente mi vida a vuestra proteccion y la de vuestra hermana, sin embargo se que es vuestro deseo la defensa de vuestro pueblo.

¿Como podria negar la ayuda a los ponis de este pueblo? ¡Solo son potros! Ciertamente... no tendria el valor de miraros a la cara si marchara de aqui sin haber ensuciado mis cascos tratando de defender el Principado.

El Principado ya se ha visto envuelto contra enemigos parasitarios que atacan desde dentro y se que seria vuestra voluntad lo que creo que debo de hacer ahora.

Sigo en la busqueda de vuestra cura, porfavor Princesa, sed fuerte. Por vos... por vuestro pueblo... por mi.

Vuestra mas leal vasalla, Night Green.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Luna... esperame.

Notas de juego

Son pensamientos propios de Green, no una carta que vaya a enviar, pero creia que este era el lugar indicado para ponerlo.

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28/04/2015, 23:48
Lord Bleak

Dos horas tras el alzamiento de Nightmare Moon

Con serenidad, Bleak avanzaba por los oscuros pasillos del castillo. Normalmente estarían iluminados cada pocos metros por antorchas bien preparadas, pero ahora la mitad de ellas se habían apagado y las sombras habían echo suyo el lugar. Pero no sombras comunes. Sombras vivas, no meros reflejos de la luz. Ondeaban a voluntad, susurraban y se deslizaban de un lado a otro sin cesar un instante. El pasó sin apenas mirarlas. En la guerra había visto cosas mucho peores, horrores mucho más amenazadores que un puñado de sombras vivientes.

Aún se preguntaba como había ocurrido esto sin que lo hubiera visto venir. Había tenido evidencias ante sus ojos durante todo este tiempo, en su mente aún estaba fresco el recuerdo de hace cinco noches, pero a pesar de todo no había podido hacer nada por impedir este desastre. Tenía que haber informado a la Princesa Celestia de inmediato sobre los sentimientos de la Princesa Luna, pero había callado. Y ahora su silencio se cobraba un precio demasiado alto.

El pasillo terminaba allí. Se detuvo ante la puerta. Una parte de él quería retroceder, pero sin pensarlo se encontró empujando la puerta y cruzando el umbral. Esta estancia emitía una sensación muy diferente a la de los pasillos que acababa de cruzar. No había sombras, pero por todas partes había signos de la pelea que había sacudido los cimientos del castillo. Tapices derribados, quemados, banderas rasgadas y obras más allá de cualquier reparación. Eran el vivo retrato del odio y la tristeza que allí se habían vivido. Aún con todo, el lugar seguía manteniendo cierta majestuosidad.

Y allí estaba ella. Nightmare Moon, como se hacía llamar ahora, sentada en su trono. Bleak reprimió un escalofrío. Siendo objetivos, no había razón alguna para reaccionar de ese modo. Nightmare Moon era como una estrella del firmamento, dotada de gracia y belleza, del mismo modo que Luna o quizás incluso más. Ah, pero sus ojos. No había calidez en esos ojos, no al menos la que el comandante había conocido. Estos ojos hablaban de odio y furia, de rencor acumulado, de sufrimiento constante. No había esperanza en su mirada.

Cualquiera querría huir antes esos ojos que parecían querer devorar todo aquello en lo que posaban su atención. El mismo quería hacerlo. Pero no podía. Por mucho que cada fibra de su ser tirase en dirección contraria a... aquella cosa, un lazo más fuerte lo sujetaba y mantenía justo en su sitio, sin moverse. Un juramento. No importaba que aspecto tuviera ni cuanto temor pudiera inspirar, detrás de todo aquello estaba la Princesa Luna. Su protegida. Su soberana. Su amada. Se inclinó ante ella, dejando que su barbilla tocase el suelo unos instantes antes de levantarse de nuevo.

-Princesa. ¿Me habéis mandado llamar?

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29/04/2015, 17:54
Nightmare Moon

Ni siquiera era la voz de Luna la que contestaba, advirtió el comandante. Era como si todo rastro de Luna hubiese sido borrado sin dejar rastro, reemplazado por la yegua que ahora se alzaba ante él.

-Ahora soy tu soberana, Lord Bleak, cuando te dirijas a mi lo harás correspondiendo a ese título. -su réplica carece de ira o molestia, pero no así de un deje cruel que hace temer un castigo severo de no obedecer sus indicaciones.- Sí, te he mandado llamar. Quiero un informe sobre el estado de nuestras tropas.

Mientras hablaba, Nightmare Moon se había incorporado del trono y dado unos pasos hacia su comandante, que permanecía rígido, mirando hacia el frente, sin mirarla directamente.

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29/04/2015, 23:13
Lord Bleak

-Sí, Alteza. -repitió la inclinación, aunque esta vez menos exagerada.- Contamos con ochocientos veintidós efectivos leales en estos momentos. El resto huyeron cuando... -no estaba muy seguro de que título emplear, pero Nightmare no hizo ningún comentario.- cuando la Princesa Celestia abandonó el castillo con el resto de sus tropas leales. Las pérdidas solo suponen una pequeña parte de nuestras fuerzas iniciales y corresponden en general a aquellos de más reciente acceso a la Guardia Real Nocturna. Sin embargo, la moral de los nuestros es escasa. Saben que las fuerzas de la Princesa Celestia casi nos triplican en numero y... vuestra reciente transformación provoca incertidumbre en ellos.

Es mucho más que incertidumbre no pudo evitar pensar. Estaban asustados. ¿Y quien no? Todo esto superaba con creces aquello para lo que les habían adiestrado. Una cosa era enfrentarse a monstruos y otra muy distinta rebelarse contra la Princesa celestia, contra el propio reino de Equestria y contra sus semejantes. Además, eran jóvenes e inexpertos, apenas adultos que hasta hace unos años no habían empuñado un arma, que no comprendían el horror de la guerra. Jamas habían pisado un campo de batalla y él siempre había esperado de todo corazón que no lo hicieran nunca. Y ya era tarde.

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29/04/2015, 23:44
Nightmare Moon

-Este aspecto no es más que mi verdadera forma, aquella que mi hermana muy amablemente ha reprimido durante siglos para gobernar en su propio beneficio. -despliega de golpe sus alas, cubriendo la luz que entra desde el muro derruido, haciendo que por un momento su figura parezca más grande.- Mis seguidores nada deben temer, solo aquellos lo bastante valientes o locos como para enfrentarse a mí. 

Baja las alas, pensativa. Finalmente sonríe para sí misma. -Decís entonces que su moral es baja... quizás debamos tomar medidas antes de que ideas de deserción arraiguen en ellos. Una indicación vuestra bastará, solo debéis señalarme aquellos ponies cuya lealtad hacia mi no sea la debida. Y estos recibirán un escarmiento publico que dejará claro al resto de la tropas cuales son las consecuencias de albergar sentimientos de traición a su legitima soberana.

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30/04/2015, 12:04
Lord Bleak

Bleak hizo un esfuerzo por no reaccionar. Los relatos anteriores a la llegada de las princesas hablaban de nobles que aprobaban ese tipo de métodos para restablecer el orden e imponer disciplina, pero llevaban desde entonces en desuso. La Luna que él conocía jamás habría consentido castigar a unos ponies que no habían cometido delito alguno solo por devolver el orden. Y su deber como comandante era recordárselo.

-Con todos mis respetos Alteza, los ponies que están bajo mi mando son todos de confianza y su honor está integro. Son totalmente leales a vos y no vacilarán en hacer cumplir su juramento, es por eso que permanecen aquí, a vuestro lado, aún habiendo podido huir.

Y por mí. Nunca mentiría a Luna, pero sabía que muchos habrían abandonado si el lo hubiera hecho. Desde que la Princesa Luna y la Princesa Celestia lo nombraron Lord y Comandante, el ejercito y muchos ponies lo veían con otros ojos. Era un símbolo, un referente heroico.

Solo el había plantado cara al Rey Sombra y había vivido para contarlo. Cinco años habían transcurrido y por cada uno que pasaba la leyenda que lo acompañaba crecía y crecía. Él había dejado que hablasen sin desmentir sus ideas en ningún momento. Las tropas necesitaban un referente, sobre todo después de la cruenta guerra que habían vivido, ¿y quien era él para negárselo? Para ellos era un faro a seguir entre tanta desesperación. Mientras él no abandonase, sus guerreros no dudarían en seguirlo, aunque fuera hasta el mismísimo Tártaro.

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30/04/2015, 12:28
Nightmare Moon
Sólo para el director

Notas de juego

-Mi hermana no tardará mucho en reaccionar. Sus heridas sanan rápido y no dudara en actuar. Debemos proteger este castillo y conservarlo. Para ello necesito vuestra ayuda Lord Bleak. Sois su comandante y debeñis dar ejemplo. Vos entendéis por que he hecho todo esto, ahora decidselo a las tropas. Si vos ayudáis os estaría muy agradecida.

La forma podía ser distinta, pero el tacto era de Luna, su olor...e inspiraban la misma calidez en su corazón. Lasw dudas se disiparon. su señora lo necesitaba. No importaba cual fuera el nombre o la fachada, era la pony a la que habia jurado servir hasta su ultimo aliento. Y ese momento habia llegado.

-Como ordenéis, mi señora.

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Convocad a las tropas. Que todos se reúnan de inmediato en el patio central.

La soberana solar lleva mucho tiempo pisando los derechos de nuestra amada princesa. ¿Cuantas estatuas hay en su nombre? ¿Cuantos templos erigidos para demostrar nuestro agradecimiento? ¿Cuantas veces ois mencionar su nombre entre las gentes del pueblo? Ha sido oprimida, escondido, una figura en sgundo plano mientras su hermana se llevaba todas las glorias y alabanzas, Pero vosotros sabeis! Sabeis como cuida de nosotros. Sabeis bien quien protege a los ponies de los horrores de la noche, quien lucha a vuestro lado para mantener las fronteras seguras mientras los inocentes duermen. Ella vigila nuestros sueños y elimina nuestras pesadillas. Ella os perdono vuestros crimenes. Sois soldados de la noche! Miembros de la Gurdia Real Nocturna! Es momento de devolver a nuestra soberana cada favor que ha hecho por todos nosotros. El momento de devolver a la princesa lo que es syuo por derecho legitimo. Si Celestia ha mantenido asi a su hermana por poder, ¿que no hara por conservarlo ahors? Seguireis manteniendo a una tirana??. Yo digo NO. No a su tirania. Es momento de que alcemos nuestras armas y liberemos Equestria. El pueblo ha de ser liberado de su ignorancia. Purguemos y empecemos un nuevo destino, juntos. ¿Me seguiréis, hermanos?

un rugido ensordecedor retumba en el patio, hace vibrar la tierra, reverbera en el aire. Chocan lanzas y escudos, espadas se desenvainan. Las tropas estan preparadas.

-Excelente trabajo. Pero tengo uno añun mas importante para vos. Conozco la fuerza de nuestras tropas, pero se que no podran detener a Celestia durante mucho tiempo. necesitamos aliados. Hay ponies ahi fuera que estan deseosos de entrar a nuestro servicio. Os necesito para reclutarlos a nuestra causa. Pero hay algo más importante. Id a Cerco Blanco. Allí encontraréis a una pony llamada Moonlight y otra llamada Night Green. Traedlas ante mi. Partid de inmediato. Este pasadizo lo construi yo en secrerto y nadie sabe sobre su existencia, ni siquiera mi hermana. Asi podréis acceder al castillo cuando este sitiado.

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30/04/2015, 13:40
Nightmare Moon

-Mi hermana no tardará mucho en reaccionar. -responde tras un instante de silencio.- Sus heridas no son muy graves, sanarán rápido y cuando lo hagan reunirá su ejercito para atacarme y someterme. Necesito que la guardia esté preparada para luchar cuando llegue ese momento; bajo ningún concepto podemos perder este castillo. -nuevamente calla y cuando habla de nuevo su voz ha ganado en calidez y comprensión.- Ellos confían en vos, Lord Bleak, os admiran profundamente. Vos sabéis por que estoy haciendo todo esto, id y decídselo a las tropas. -se acerca al semental y susurra a su oído.- Por favor.

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30/04/2015, 14:16
Lord Bleak

Las dudas, aunque no olvidadas, quedaron apartadas a un segundo plano. Al mirarla de nuevo ya no sintió ningún temor. La forma podía ser distinta, pero su tacto, su olor...era la Princesa. No, su Alteza. Era la pony a la que había jurado servir hasta su ultimo aliento. Y ella lo necesitaba ahora.

-Como ordenéis, Alteza.