Partida Rol por web

Cada cual ha hecho acopio de las cosas que cree necesitar para emprender la partida. A pesar de no saber las intenciones de la Princesa, en cierto modo vuestro corazón se siente como si emprendiera un viaje realmente largo, uno del que no va a ser fácil volver. A su señal, seguís a los pegasos de la Guardia Real hasta un par de carros cuidadosamente colocados en las lindes del pueblo, lo cual desmonta inmediatamente la idea de Book sobre tener que ir trotando. Carros voladores, obviamente, diseñados para ser tirados por cuatro ponys cada uno. Ni siquiera Night Green había visto unos de estos antes, aunque claro, transportar siete ponys no es lo mismo que llevar solo uno.

El viaje se completa sin incidentes, así como el cielo sigue sin cambios, permitiendoos dormir. Eso parece preocupar a Cloudy, aunque al mismo tiempo lo tranquiliza. La ruta es similar a la tomada para ir al castillo, sin embargo llegado a un punto viráis hacia el norte, hacia otro claro en la maleza del bosque, no sin antes poder tomar una buena vista sobre el castillo.

Es simplemente sobrecogedor. Las sombras parecen haber tomado vida y se extienden cubriendo los muros, los torreones y ventanales, formando tentáculos de negrura que se agitan al azar como mecidos por una tierna brisa. Os separa demasiada distancia, pero podéis jurar que alguno de esos apéndices de sombra mide más de diez metros. Notáis como los guardias se ponen inquietos solo de su simple visión.

Pero lo que hay en el claro no desmerece en absoluto la palabra magnifico. Se alzan innumerables tiendas de un color blanco puro, todas con el símbolo de la princesa Celestia bordado, en lo que se muestra como un gigantesco campamento militar. Al descender el bullicio de la multitud os envuelve; armas y armaduras fabricándose, soldados charlando o entrenándose duramente para el combate, capitanes dando ordenes, fuegos crepitantes donde se prepara la comida. En medio de esta algarabía vuestra presencia destaca y mucho.

La guardia que os acompaña os rodea para escoltaros hasta la mismísima tienda de Celestia. El tiempo que tardan en informar de vuestra llegada y permitiros el paso se os hace eterno, sobre todo por las incomodas miradas de todos los ponys allí reunidos. Esta claro que todos se preguntan que hacen unos civiles aquí y que asuntos tendrá que departir la reina con ellos.

Al pasar, os sorprende la austeridad, maximizada al ser una tienda de mayor tamaño que las demás. Pero el vacío rápidamente se olvida cuando la princesa del sol accede desde un anexo lateral, pareciendo llenar toda la estancia. Es tal como la recordáis en vuestra visión, alta, hermosa y regia, su sola presencia os empuja a querer hacer una reverencia. Pero hay detalles que han cambiado; una armadura de placas dorada la cubre, su pelo está más recogido y sus ojeras demuestran cansancio.

En cualquier caso su apariencia sigue siendo suficiente como para que hablar delante de ella resulte una tarea fácil, más sencillo sería inclinarse y esperar su ordenes como os sugiere el primer instinto. Es por eso que los primeros segundos se hace el silencio, al espera de que alguien lo bastante atrevido lo rompa.

Habia algo que se lo habia dicho, lo sabia. Lo notaba en el aire, lo olia en la tierra y la vision del campamento solo hizo que confirmar sus sospechas.

Una lagrima rodó por su testa, cuando ante todos, en el carro, se puso su viejo casco de guerra y desenvolvió el pillum que llevaba. Su casco esta pintado con un par de lineas coronadas con una cruz roja sobre el escudo de Equestria. Cookie pudo reconocer enseguida el rango de Brigada* del cuerpo medico.

Una vez bajaron del carro los soldados encabezaron la marcha hasta la tienda de mando, claramente definida por la bandera que ondea sobre la misma.

Al entrar el corazón se le encoje a Night Green al ver una cosa que ya sabia, Luna no estaba alli.

Su mente comenzaba a colapsarse cuando la aparicion de Celestia la hizo forzarse a que se centrara. Hincando una pata en el suelo con el pilum en posicion de revista.

- La Brigada Green se presenta para el servicio.

Book se quedó mirando asombrado los carros que habían traído para llevarles y cuando le tocó subirse, lo hizo temblando un poco. Nunca antes había volado y el suelo sonaba bastante más seguro. Cuando despegaron se abrazó a una de las patas de Cloudy cerrando los ojos con fuerza y temiendo morir en ese mismo instante pero, tras un breve gesto cariñoso del semental y algo de tiempo acostumbrándose a la idea de estar a tantos metros de altura, terminó agarrándose al borde del carro para mirar el paisaje emocionado. Las vistas nocturnas eran preciosas y las luces lejanas que había dejado su ciudad hacían que su corazón temblara de emoción. Por muy mal que estuviera todo, seguía sintiendo que aquello iba a ser su primera gran aventura. Estaba volando e iba a conocer a la Princesa en persona. ¿Podía pedir algo más?

Cuando sobrevolaron las cercanías del castillo y pudieron ver aquellas especies de patas de oscuridad saliendo por todas partes volvió a bajarse y recuperó su lugar pegado a su maestro. Una visión como aquella podía atemorizar a cualquiera.

No fue hasta que volvieron a tomar tierra que el potro se dio cuenta de lo mucho que había echado de menos el suelo. Debido a su corta estatura no había visto el lugar al que se dirigieron finalmente, sólo montones de puntas blancas… como de tiendas, así que al bajar fue toda una sorpresa. Una muy desagradable.

Durante el viaje había comentado alguna cosa pero desde el momento en que volvió a pisar tierra se quedó completamente mudo y agachó la cabeza siguiendo al grupo en lo que hicieran. Dentro de la tienda, que ni siquiera se fijó en dónde estaba, esperó con todos sin dejar de sentirse incómodo. La presencia de Celestia fue lo único que le hizo reaccionar. Se quedó mirándola unos momentos, sin terminar de creerse que estuviera ahí mismo, antes de inclinarse como el potrillo bien educado que era.

Cookie no podia creer que estuviera volando en un carro tirado por pegasos, ella y los demas ponies convocados. La experiencia era nueva, sabia que solo ponies importantes de la talla de la misma princesa Celestia podian darse ese lujo, jamas imagino en su vida pasar por tal privilegio ¿acaso somos así de importantes?-penso. La sensación de volar era suave y refrescante, así debia sentir  una hojita de un arbol cuando viaja feliz de la copa al suelo en un suave y dulce descenso. Ya entendia un poco por que los pegasos les divertia tanto volar. Algo le decia en su panza que no veria Cerco Blanco por un buen tiempo eso era seguro, pero no iba mal preparada, tenia una gran y confiable bolsa de viaje llena de todo lo necesario para hacer la travesia llevadera, llevaba bastantes suministros en sus alforjas, tambien miro su enorme y voluminoso costal de cuero en su lomo, la cocinera iba preparada para todo.

Durante el viaje ocurrio algo, la señora Green saco de entre sus cosas un casco de combate con los rangos de Brigada y la Cruz roja, se lo puso con gesto triste como si no quisiera llevar semejante equipo, Cookie entendia ese sentimiento, una vez conoces el horror de la guerra no quieres volver a el jamas, o cuando menos en su experiencia. La cruz roja en ese casco, ese era el simbolo del cuerpo medico militar del ejercito de Celestia, Cookie los respetaba mucho, durante la guerra muchos ponies murieron pero muchos mas hubieran perecido sin el valor de esos ponies valientes, nobles y sobre todo compasivos que ponian la vida de los heridos sobre las suyas. Esos actos de nobleza, valor y sacrificio sin limites les dieron un apodo a su agrupamiento y uno muy bien merecido: "El Heroico cuerpo medico militar". Ahora sentia una extraña admiración por Green Night, ver tanto sufrimiento debio haberle hecho daño, pero aún así vive feliz y tranquila sin demostrar todo ese dolor.

Aún seguia en esos pensamientos cuando sus ojos la alertaron sobre la llegada a un enorme campamento militar, muchos ponies iban y venian preparandose para la guerra, una guerra civil-Esto es peor de lo que Bronwy o yo nos hubieramos imaginado, ¡¡¡que halla piedad para Equestria por lo esta a punto de pasar!!!-Penso Cookie muy triste. No habia tiempo, sus ojos la alertaron no solo de los ponies jovenes y novatos en el campamento sino tambien varios conocidos de la campaña contra el rey Sombra, la cocinera rapidamente se puso la capucha de su capa de viaje, ocultando su rostro para no ser reconocida, tambien puso mas atras sus alforjas para ocultar sus Cutie marks.

Las carrozas bajaron a tierra y el grupo descendio siguiendo a los pegasos escoltas a traves del campamento, tiendas blancas estaban por todos lados y ponies de las tres razas entrenaban, comian, forjaban, charlaban y planeaban como si la batalla que viniera fuera la ultima. Mientras pasaban Cookie reconocio a un par de celebridades que merodeaban por el lugar: Un par de pegasos de color rojo claro y azul claro revoloteaban por el aire contandoles a los ponies novatos sobre sus hazañas en la guerra anterior, eran las gemelas pegaso Blue Arrow y Red Arrow-Esas dos no han cambiado en nada, vaya si les encanta presumir esa historia-Penso la cocinera con nostalgia. Y no era para menos, las dos les encantaba contar aquella grandiosa hazaña ¿cuantos ponies en sus vidas pueden matar a dragon y sobrevivir para contarlo? pocos, muy pocos a lo sumo. Mientras pasaban cerca de ellas pudo oir a Red Arrow farfullar muy orgullosa:

-Estabamos rodeadas de ponies oscuros, habia cientos, no, miles de ellos, eramos las unicas que quedaban de pie y aún así podiamos con ellos. Habiamos derrotado a muchos cuando el enemigo ya harto de nosotras envio lo peor para matarnos.........

La pegaso azul empujo a su hermana a un lado en el aire y continuo el relato:

-Así es, el rey sombra envio a un dragon para acabar con nosotras, así de tremendas somos.

Muchos ponies empezaron a murmurar con asombro y con cierta admiración sobre las dos pegasos. Cookie solo podia aguantarse la risa sobre aquel relato-si tan solo hubieran estado ahí novatos no las admirarian tanto-Penso Cookie un tanto alegre. Si, hubo un dragon y ambas estuvieron ahí, pero su memoria de lo que paso es un poco diferente de lo que ellas contaban, mas que nada que no hubo miles sino una docena de ponies oscuros y el dragon no hacia otra cosa que perseguirlas con un hambre atroz lo que hizo a las gemelas volar por sus vidas, la persecución no acabo bien, el dragon en su carrera no noto un pedrusco que lo hizo tropezar y clavarse en el pecho una saliente aguda de cristal que emergia del suelo muriendo en el acto. "Un golpe de suerte pero un acto heroico al final".

Dejaban aquella masa aduladora de ponies y continuaban con su marcha. Mientras avanzaban Cookie reconocía a mas veteranos de la guerra anterior: estaba un pegaso semental de un ala de colores monocromáticos afilando su fiel hacha de batalla, increible que aún quiera pelear despues de perder una de sus alas por culpa de esos grifos en la guerra pasada, tambien estaba una yegua de color azul pastel con un gorro de cocina, estaba frente a un enorme caldero cocinando su clasico estofado de Gumbo, era tan llenador y pesado para el estomago que con una porción tenias para un dia y su noche-Creo haber oido que unas cebras le dieron la receta-penso Cookie.

Pronto llegaron a la tienda central donde ondeaban los estardartes de guerra del reino de Equestria, esa debia ser, la tienda de la princesa Celestia. Entraron a la enorme tienda y al ver su modesto vacio a falta de lujos Cookie volvio a sentir otro ataque de nostalgia, no se diferenciaba mucho de la tienda que viera hace mas de 5 años atras, cuando fuera llamada a esta y recibiera su rango de capitana por nombramiento directo de la princesa en persona. Miro a Green Night y a su rango de brigada, seguramente se lo habria ganado con varios años trabajo y esfuerzo y no por una vertiginosa campaña donde los oficiales morian como moscas y habia que nombrar a los siguientes por su numero de lista. De todos modos ya no formaba parte del ejercito, era una yegua civil ahora, bueno, civil solo por su estatus social, la cocinera recordaba las palabras de Browny en uno de sus discursos matinales en el campamento de aquellos dias:

-.......Ustedes son ponies soldados, una vez soldados siempre seran soldados, aún cuandos las guerran vayan y vengan, aún cuando vuelvan a sus vidas habituales, aún cuando pase el tiempo y nuestros nombres se olviden, ustedes son y siempre seran soldados, por que ser un soldado es mas que un nombre, es un estilo de vida y ustedes se han sometido a el lo que los vuelve mas que simples ponies, son algo mas grande, algo que vivira por siempre en la memoria de las futuras generaciones. Ponies, ustedes se han ganado la vida eterna y deben sentirse orgullosos por eso..............

En parte era cierto, Cookie jamas volvio a ser la misma yegua de antes de la guerra, habia cambiado, se habia convertido en un guerrera que combatio y siempre combatiria en nombre de Equestria, no podia olvidar ese juramento que hizo el dia en que recibiera una armadura de metal y habia aceptado vivir o morir bajo la condición de hacerlo por la paz y la tranquilidad de las nuevas generaciones.

Su mente dejo de viajar en el tiempo cuando la estancia fue inundada por envolvente presencia de la mismisima Princesa Celestia, era tan hermosa y magnifica como la recordaba, pero esas enormes ojeras en sus ojos denotaban una tristeza y angustia que jamas habia visto antes. Cookie la habia visto lamentarse, la habia visto llorar frente a los muertos, la habia visto angustiada frente a planos y mapas con estrategas que trataban de darle soluciones pero jamas la habia visto así. Sin perder tiempo desenvolvio su sartén de su envoltura de cuero, lo presento frente a la princesa y dando una cordial reverencia dijo:

-Ha pasado mucho tiempo mi querida princesa Celestia, Cookie Orangefry vuelve a estar a su servicio.

Cookie esperaba en silencio inclinada frente a la princesa Celestia, esperaba las sabias palabras que iba a dirigirles su alteza, pero de pronto una sensación en su lomo rompio su concentración, la enorme bolsa de cuero en su lomo empezaba a zangolotearse poco a poco como si su contenido empezara a necesitar de los servicios basicos, como ir al baño por ejemplo. La cocinera apreto los dientes angustiada mientras trataba de mantener el gesto sereno frente a la princesa, no era tiempo de revelar su sorpresa, aún no.

Rain va observando el paisaje mientras se dirigen a su destino, lo cierto es que resulta muy raro que te lleven en un carromato tirado por pegasos, sobre todo cuando eres una pegaso que podría haber ido por su cuenta, aunque supone que la princesa tendrá un buen motivo para ello.

A la llegada al campamento las caras extrañadas de los soldados no surgen ningún efecto en ella, no era la primera vez que se volvía el centro de atención de algún grupo aunque en aquellas ocasiones solía ser por lo desarrolladas que estaban sus alas.

Cuando entran a la tienda de Celestia y esta aparece Rain observa tanto su atuendo como su nuevo aspecto, lo cual le recuerda las historias de como eran los pegasos en la época en la que Ecuestria fue fundada, no obstante no puede negar que a pesar del atuendo de guerra la princesa del sol sigue teniendo su regio porte.

Después del análisis se dispone a hablar, agachando antes la cabeza en señal de respeto.

-Majestad-dice sin levantar la cara- me llamo Rain y estaré a su servicio para lo que necesite -Ummm quizás lo de mi nombre sobraba, es una alicornio muy poderosa seguro que ya ha adivinado como me llamo y todo lo referente a mi vida-Piensa Rain para si.

Al ver a la princesa Celestia automáticamente hago una reverencia, aunque escuchar al resto de mis compañeros me desconcierta. ¿Brigada Green? ¿La cocinera también? Aparentemente estoy rodeado de soldados al igual que yo, aunque ellas parecen más seguras de lo que hacen, parecen tener experiencia en este tipo de situaciones.

- Icy Breeze a su servicio Princesa. - es lo único que atino a decir, claramente intimidado, no solo por su presencia, sino por la confianza de sus otras compañeras.

Al llegar al punto de reunión, voy cubierta por una capa y una capucha, en parte para cubrir mi melena para evitar que reaccione a la Luna y en parte para tapar mis ojos que ahora estaban enrojecidos. -Ho-Hola a todos- Se nota que he estado llorando hace poco.

Una vez en el carro, me quito la capucha, dejando que la Luna haga su efecto. Se ilumina mi melena y mis irises. Durante el vuelo, reviso constantemente mi equipo y no puedo evitar recordar a mi padre, y mis últimos momentos con él hasta que volvamos a Cerco Blanco. Night Green saca un yelmo y se lo pone. Por lo que sé, pertenece al cuerpo medico, aunque no distingo el rango, nunca se me dieron bien las jerarquías militares.

Mientras observo una de mis espadas, veo en el reflejo el castillo, ahora corrupto, de las dos Hermanas y no puedo evitar girarme a mirar directamente. Veo el agujero que hizo Nightmare Moon, y los tentáculos de oscuridad subiendo por los muros -Por Luna...-. Una sensación desagradable, igual a la que sentí al estar frente a Nightmare Moon recorre mi cuerpo, y mi pelo e iris se oscurecen levemente. En mi mente, todo se va oscureciendo -¡Otra vez no, sal de mi cabeza!-. Por suerte, consigo apartar la mirada y me acurruco en un hueco del carro como escondiéndome de lo que hay fuera, muy nerviosa y respirando fuertemente. Para sentirme mas protegida, me pongo mi yelmo y pongo una pezuña sobre los mangos de mis espadas.

Para mi sorpresa, llegamos a tierra pronto. Me pongo la capucha y bajo del carro para encontrarme en el centro de un campamento militar muy ajetreado, todo lleno de soldados moviéndose de un lado para otro, llevando armas, armaduras, herramientas o víveres. Voy oculta bajo mi capucha, aunque no puedo evitar sentirme observada. Consigo caminar, bastante intranquila y tensa, siguiendo al guarda que nos ha traído, hasta la tienda más grande. -¿Sera la de la princesa?- Una vez dentro, consigo relajarme y me quito la capa, dejando una armadura azulada completa al descubierto, no puedo evitar sentirme orgullosa de mi trabajo, y eso me tranquiliza. 

Mi duda se ve resuelta cuando Celestia entra en la sala. Imito la reverencia que hacen los demás. Es cierto que impone, pero a la vez parece una persona muy cercana. No soy capaz de decir una palabra.

La mirada de Celestia se detiene en aquellos rostros que le son familiares, tornándose su expresión en otra mas cálida y acogedora. Sus ojos pasan primero por Cookie, luego por Night Green...y extrañamente por Cloudy Sight. Sí, ambos se miran con la familiaridad de aquellos que se conocen, más no hacen ningún comentario al respecto.

-Por favor, levantaos, esas reverencias no son necesarias. En especial vosotros -añade para los tres ponies que ya la conocen- Gracias por acudir con tal presteza y por guardar el secreto sobre lo que está pasando, sabemos que no ha debido ser fácil. Podéis sentaros si lo deseáis. -su pezuña indica una mesa con varias sillas, cubierta con multitud de planos y pergaminos.

-Os ofreceríamos algunas viandas, pero no disponemos de ese tiempo. Nos gustaría saber como lo hicisteis. Vuestras proyecciones astrales. -aclara.

Night Green toma asiento con una pose un tanto mas relajada aunque seguia erguida.

- Ciertamente, siento no poder responderle, Su Alteza Serenisima Celestia, mas ni yo misma se como arribe al castillo. -le miro un poco mas directamente- Siendole sincera, esperaba que esta visita esclareciera dudas, Su Alteza Serenisima.

Book fue también hacia la mesa para no contrariar a la Princesa. Le había sorprendido que se tomara la molestia de centrarse en su maestro. Él ya sabía que era genial pero nunca le había contado nada relacionado con las princesas como para eso. Que tampoco había sido la gran cosa, sólo un inciso… pero suficiente. Ahora su maestro parecía todavía más alucinante claro que, frente a Celestia, no era momento de expresarlo. En vez de eso se limitó a asentir de forma contundente a lo que dijo la señora Green. Había sido una suerte que le diera por decirlo, porque él parecía haber perdido la lengua.

Cookie asintió serenamente a la invitación de su alteza serenisima, mientras trotaba a un rincón de la tienda real para dejar sus cosas le susurraba al costal:

-¿No me digas que tienes que ir al baño?, si te dije que fueras antes de salir

Una diminuta voz casi inaudible proveniente del costal le respondió:

-Lo se, fui al baño como dijiste, pero con la emoción de conocer a la princesa la "pipi" no me salio amá.

Cookie llego a la esquina de la tienda, se quito sus alforjas, su bolsa de viaje, su leal sarten y por ultimo y no menos importante el costal de cuero al que coloco con mucho cuidado en el piso. Cuando lo asentó en el suelo con las demás cosas y viendo que su rostro no era visible de los demás le murmuro al costal:

-Aguanta un poco mas mi potrilla, solo discutiremos unos asuntos de ponies adultos y luego arreglare una reunión privada con la Princesa Celestia. Solo tu y yo ¿de acuerdo?

La bolsa le respondio con un susurrante y ocurrente comentario:

-¿No irán a hablar de cosas como la masacre del campo de tulipanes amá?

Cookie casi sube el tono de voz al oír tan horrorosa referencia a tan macabra anécdota de Browny, controlándose a si misma le respondió aún en voz baja:

-!!!Por Celestia¡¡¡ ¿donde escuchaste eso?-Miro de reojo a sus espaldas y vio que estaba tomándose demasiado tiempo, volteo al costal y continuo-No importa, ya hablaremos de eso mas tarde. Se buena y no te muevas.

Dicho esto Cookie se volteo y se dirigió a la mesa de mando donde la Princesa les había invitado a sentarse. Mientras avanzaba su mente trabajaba a mil por hora pensando en lo Odie acababa de comentar-¿Como se le ocurre andar contando esas cosas y en frente de Odie?, juro por mi bisabuelo que golpeare su cabeza con mi sartén cuando lo vuelva a ver-.No era para menos, esa anécdota era por mucho la mas siniestra que Browny tuviera entre sus experiencias.*

La cocinera se sentó con los demás. No sabia que decir, para ella todo lo pasado se sintió como uno de esos extraños hechizos de teletransportación que tanto la molestaban, no tenia la menor idea de que había pasado. Lo único que sabia era que eso era importante. Trono su cuello recordando aquella incomoda sensación y hablando con honestidad le dijo a la princesa:

-No se que decirle su Alteza, para mi se sintió como un hechizo de teletransportación, lo digo por que mi cuello me duele cada vez que ocurre algo así.

No sabia que mas decir, estaba tan confundida como la mayoría por lo que paso. Solo esperaba que el unicornio gris que venia con ellos tuviera respuestas y unas fáciles de entender, Cookie no tenia cabeza para cosas tan complejas como la magia.

Me siento la última en la mesa por estar al final del grupo. A pesar de estar solo nosotros y la princesa, no conozco a la mitad del grupo, y, bueno...esta la princesa. Cominezo a echar un vistazo a los mapas y pergaminos que tengo delante. En los mapas hay marcas que supongo que marcan puntos estratégicos o tropas. En uno de los mapas, en le centro, se hace notar una gran mancha negra. El castillo de las dos hermanas, el origen de todo este caos, y donde conocí el miedo de verdad. 

Siento la necesidad de contar mi opinión, aunque se que no va a aportar mucho.

Y-yo...esto...a-alteza-tengo los nervios a flor de piel, y tampoco ayuda tener que recordar lo que pasó.- Y-yo re-recuerdo que todo se volvió negro. Y y depués -No sabía como decirlo. El solo recuerdo produciría un gran dolor a la princesa. No puedo decirlo, aún no. Las miradas expectantes, especialmente la de Celestia y Night Green me intimidan un poco. Bajo la mirada, pero el yelmo lo oculta en parte. D-despues el ca-castillo apareció ante m-mi, junto a todos los aquí presentes...sa-salvo el señor Cloudy. E-Él nos mantuvo en s-su casa hasta que "regresamos".

Cloudy antes había hecho de querer ser el primero en hablar y sin embargo ha preferido dejar ese papel a los demás por algún motivo. Ahora que todos han concluido se dispone a dar su propia opinión.

-Princesa, debo decir que no tengo la más remota idea de como ha ocurrido todo esto. Pero lo que si se es que vos si tenéis una idea de todo lo que ha pasado o sino no estaríamos aquí. Quiero saber que tiene que ver mi pupilo en todo esto. -dice con un tono muy serio mientras toma la pezuña de Book en la suya.

No es que vuestras ideas hayan sido especialmente brillantes, pero en ningún momento la princesa ha parecido mostrar desinterés o pretender cortaros, solo os escuchaba con tranquilidad, al menos toda la que es posible mostrar en un momento como este. 

-No os equivocáis, Cloudy Sight. Hemos pensado mucho en ello y todas las ideas nos conducen al mismo punto, pero era necesario saber si hubiera algo que pasásemos por alto. -toma aire en vistas de una larga explicación.- A excepción de Cloudy, imaginamos que vuestra información sobre los elementos de la Armonía debe ser escasa y hay algo que debéis saber. Los Elementos contienen el mayor poder existente en nuestro mundo, uno que puede superar a cualquier otro. Pero no es un don al que cualquiera pueda acceder, pues son ellos quien deciden a quien entregárselo. Poseen voluntad propia y tienen maneras de cumplirla.

Hace mucho tiempo, en aquellos días cuando Discord dominaba Equestria, mi -la palabra parece atragantarse en su garganta, pero finalmente consigue pronunciarla.- hermana y yo nos veíamos impotentes para detenerlo. No sabíamos que hacer, mas un día recibimos una llamada, una señal, algo que nos guió hasta aquí. Allí donde se alza ahora nuestro castillo encontramos los Elementos de la Armonía y con su poder pudimos derrotar a esa malvada criatura. Fue su voluntad la que salvo Equestria y nosotras solo fuimos su instrumento.

Y si no me equivoco acaba de volver a pasar. Han percibido el peligro que amenaza nuestra tierra y han buscado a quienes puedan devolver el equilibrio y restaurar la paz. Vosotros. 

Si ni siquiera Cloudy tenía idea de por qué les había pasado eso, debía ser un verdadero misterio. Book le miró algo avergonzado pero agradecido por su preocupación, devolviendo la atención a Celestia en cuanto comenzó a hablar.

Ciertamente, él no sabía nada de esos elementos de los que hablaba. A no ser… que se refiriera a esas piedras que habían llamado con el mismo nombre en la visión… y que no habían servido para nada. Pero no podía referirse a esas piedras si tenían que tener el mayor poder del mundo porque no habían hecho nada.

En cualquier caso, el resumen era que había por ahí unos elementos y que pensaban que él les servía para ayudarles a solucionar catástrofes terribles. Serían poderosos pero, desde luego, no muy listos.

El potro volvió a mirar en dirección a su maestro, como interrogándole en silencio. No creía que la Princesa fuera a bromear en una situación así ni en ninguna otra en realidad pero esperaba que él le confirmase algo. Se sentía algo confuso y no sabía en qué iba a poder ayudar él que no pudiera hacer mil veces mejor cualquiera de los ponis que había en el campamento con preparación militar y ese tipo de cosas.

Tras unos segundos de meditación, recuerdo que en el sueño Celestia intentó usar estos elementos contra Nightmare Moon, pero esta los rechazó, desperdigándolos por Equestria. Al igual que cuando forjo, se me escapan mis pensamientos en alto.-...estos elementos...pero las gemas brillantes del sueño...hum...se esparcieron por Equestria, no funcionaron contra ella...los presentes lentamente van girando la cabeza hacia mí, sin que yo me de cuenta-...ademas si nos acercamos a alguna zona corrupta...puedo acabar igual...y no se si el elemento me protegería de la influencia de la luna de Nightmare...-me quito el yelmo, pensar es mas fácil con la cabeza libre. Como no recibo luz directa de ninguno de los dos astros, no ocurre nada fuera de lo normal-Pero...derrotaron a Discord, son poderosos...Luna puede ser más poderosa, incluso la luz de la luna esta corrupta ¿Por que los elementos eligen a alguien que recibe su poder del pony al que tienen que derrotar, si soy tan vulnerable a su influencia?- Por alguna razón, levanto un poco la mirada, puede que buscando aprobación u otras opiniones. Sin embargo, me encuentro una mesa llena de caras expectantes, y miradas fijas en mí-...oh no...lo he dicho en alto...- me hundo en mi silla. 

Tierra trágame, encima delante de Celestia...y hablando sobre su hermana como si nada...¿Que hago? Comprendo que debo disculparme, pero hay demasiada gente, y los nervios y la presión me pueden, por no hablar de que acabo de soltar mi secreto delante de los presentes. Se me humedecen los ojos y no puedo evitar retroceder y arrodillarme en el suelo, a modo de reverencia, agachando la cabeza.-...Pe-Perdóneme, su alteza...me he dejado llevar por la situación...tengo miedo- una lagrima rueda por mi hocico y cae al suelo, mis esfuerzos por resolver esa situación solo la han empeorado- yo- yo...- Levanto un poco la cabeza, con tan mala suerte de que un rayo de la luz de ambos astros, que entraba por un hueco entre la tela de la tienda, cae sobre mí, desencadenando los sucesos habituales. Mi crin se vuelve mas etérea y brillante, emitiendo una tenue luz blanquecina, aunque no tanto como anteriormente. Mis irises se iluminan de un color plateado apagado, iluminando las lagrimas, que se apagan según caen al suelo, y mi cutiemark, resplandece levemente. La armadura refleja el resplandor por toda la tienda, iluminándolo todo. Se acabó...esto no puede ir peor.