Partida Rol por web

Orichalchum

Escena II (Liv y DG): Entrevista con el Dragón

Cargando editor
27/02/2011, 19:56
Director

Las habitaciones que os han preparado son realmente lujosas. Y eso, recordáis, que le dijisteis al mayordomo que queríais algo sencillo, poco ostentoso. Están situadas en una de las alas desde la sala principal de la estatua del dragón. La verdad es que os han alojado a todos en la misma ala: dos pasillos en un "primer" y "segundo" pisos con multitud de puertas. Cada una da a una habitación. No son todas iguales, pero sí están decoradas con el mismo o parecido gusto.

Las que os han dado constan de dos dormitorios, cada uno con un cuarto de baño bastante generoso, comunicadas por una antesala común bastante amplia.

En la antesala hay una mesa de madera para seis comensales, un espacio aparte con una mesa baja rodeada por dos sillones de aspecto cómodo y un sofá tresillo incluso más cómodo aún. En las paredes hay cuadros, una armadura medieval, un pedestal con el busto de alguien, estanterías con libros y "recuerdos", y macetas con plantas de interior. Al preguntaros por dónde entrará la luz natural necesaria para las plantas, os fijáis en que en el techo, junto a la pared opuesta a la puerta de entrada a la salita, hay cuatro paneles de cuarzo, de aproximadamente medio metro cuadrado cada uno, por los que todavía se filtra algo de luz, ya que no ha anochecido del todo. un trabajo impresionante, desde luego. Desde luego que también hay lámparas de gas y candelabros con velas para iluminar por la noche. El suelo es de madera y está cubierta por un par de alfombras bajo las mesas. Alfombras que parecen nuevas por lo bien cuidadas que están.

Las habitaciones tienen un mobiliario algo más funcional y son más pequeñas. No obstante están decoradas siguiendo el mismo gusto victoriano. La cama, bastante ancha, tiene dosel. También hay un pequeño escritorio y una mesa redonda con cuatro sillas de elaborado diseño. Un armario ocupa la totalidad de una de las paredes. Junto a la cama hay una mesilla de noche a un lado y al otro un arcón, abierto, en el que se han colocado primorosamente varias de vuestras posesiones.

El baño es pequeño, pero no obstante consta de una bañera de bronce muy recargada y bastante amplia, en la que cabrán tranquilamente 2 o 3 personas. Igualmente hay un lavabo de porcelana y bronce a un lado, con un espejo enorme y un tocador con muchos cajoncitos. También hay una taza algo apartada, tras un biombo de madera y tela. El suelo y las paredes están cubiertos de azulejos de diversos colores, aunque destacan los verdes y azules, creando la sensación de estar dentro del agua. Es curioso, pero tanto el lavabo como la bañera tienen grifos. Parece que hay instalación de agua corriente por toda la mansión.

Y da la impresión de ser muy grande.

Cargando editor
27/02/2011, 20:20
Liv Björnsdottir

 Liv, tras explorar la habitación, cae automáticamente encandilada por el sistema de agua corriente de la mansión. Examina el trabajo de grifería y fontanería con ojo experto, admirativa; anota los detalles que le llaman la atención en su  liberta y apunta también las cosas que se le ocurre que se podrían mejorar. Por ejemplo, añadiendo una alcachofa troquelada se podría modular la presión del agua a gusto del bañista...

Abre los grifos, modula la temperatura hasta que el agua esté caliente y se desprende de la ropa. Desnuda, se mira en el espejo: tiene que cortarse el pelo, empieza a estar demasiado largo. Más de cuatro dedos de pelo es estar llamando a un incendio en la cabeza, como bien sabe Liv. Se mete en el agua y suspira de placer al sentir el calor en el cuerpo.

Liv aprendió a nadar de una feérica. Una nereida muy amable y divertida que le permitía que la llamara Margaret, porque era incapaz de pronunciar su verdadero nombre.  

Termina el baño y se pone la camisa vieja de dormir, cepillándose el corto pelo. Luego, sale del baño, silbando una canción sobre oro.

Cargando editor
27/02/2011, 20:30
D.G. HijodeFeneris

-Oye, Liv, abre, anda.

Golpeo la puerta de su habitación desde la salita común.

-Abre, pesada. ¿O sigues bañándote?

Cargando editor
27/02/2011, 20:32
Liv Björnsdottir

 Liv abre la puerta.

- ¿Qué pasa? -dice, bostezando-. Estaba a punto de irme a sobar.

Cargando editor
27/02/2011, 20:33
D.G. HijodeFeneris

-Pues tienes visita, así que ponte algo de ropa, que creo que tu manía de dormir en cueros no va a ser bien recibida aquí...

Cargando editor
27/02/2011, 20:35
Liv Björnsdottir

 Liv resopla, y se pone unos viejos pantalones. Decide que la camisa vieja será suficiente, pese a que está tan lavada que en los codos el tejido es ya solo un entramado de hilos. Descalza y todavía cepillándose el pelo, sale a la antesala.

- ¿Quién es la visita, DG? Espero que no te estés metiendo en líos ya...

Cargando editor
27/02/2011, 20:37
Everard Draconis

Te encuentras al señor dragón sentado en uno de los sillones, con las piernas cruzadas, las manos unidas frente a su cara sonriente y mirando en tu dirección. Se ha cambiado de ropa, pues parece que lleva un traje diferente.

Cuando entras se levanta y te dedica una inclinación de cabeza.

-Señorita Liv, espero que no le moleste que venga a hablar con ustedes... ¿o es mala hora?

Cargando editor
27/02/2011, 20:39
Liv Björnsdottir

 Liv enrojece. 

Después se siente furiosa consigo misma. ¿Porqué cuando está delante ese lagarto desearía haber hecho más caso de los consejos de su madrastra? Respira hondo un par de veces.

- Está en su casa, patrón -se encoje de hombros, dando a entender que es un momento tan bueno como cualquier otro. Enarca una ceja-. No habrá explotado el Incordio, ¿verdad? -inquiere, preocupada.

Cargando editor
27/02/2011, 20:42
Everard Draconis

Everard enarca una ceja.

-Oh... no. Que yo sepa, claro. ¿El artefacto es capaz de explotar aun estando apagado? -pregunta, sorprendido-. Si es así... quizás fuera mejor sacarlo de mis caballerizas...

Os hace ademán de que toméis asiento. Antonio aparece con una bandeja con una tetera y unas tazas de té. Y unas pastitas.

-Sin duda alguna querrán ustedes hablar conmigo sobre nuestro trato, ¿no es así?

No se va a sentar hasta que toméis asiento vosotros.

Cargando editor
27/02/2011, 20:45
D.G. HijodeFeneris

Me siento en una sillón y cojo una taza de té. Miro las pastas con desconfianza y después me llevo un par a la boca. No están mal.

-No, no... diga usted lo que quiera patrón... Yo vigilaré las pastas...

Cargando editor
27/02/2011, 20:47
Liv Björnsdottir

Liv ríe ante el comentario de DG, divertida. Cruza las piernas  dejándose caer sobre el asiento, descalza.

- No tendrás una cerveza, ¿verdad, Antonio? -le dedica la misma sonrisa dulce y tierna que normalmente suele deshacer a quienes le rodean-. Ahora mismo mataría por una Negra Espumosa Cuádruple Fermentación de la Abadía de Debenhams.  Las fermentan en barricas de maderas nobles, ¿sabes?  Y con especias. Nuez moscada y miel. Son una maravilla. Suelo saquear la reserva de papá -sonríe de nuevo, y la sonrisa ilumina su rostro inocente e inconsciente-.  Todavía no ha aprendido que guardar las cosas en estantes altos no sirve de nada contra mí.

Se recoloca en el asiento y dirige la mirada al dragón. Juguetea con la cadena de plata, nerviosamente.

- El Incordio es un poco... especial. Técnicamente no debería de pasarle nada estando apagado. Técnicamente -carraspea levemente-. Pero bueno, a lo que iba. ¿Qué decía del pago, patrón? Ha hablado de porcentajes, pero no ha especificado nada.

Cargando editor
27/02/2011, 21:29
Everard Draconis

El dragón hace un gesto a Antonio para que le traiga cerveza a la joven.

-No he hablado de porcentajes, he hablado de participaciones, señorita -precisa el dragón, mirándote directamente a los ojos. Sonríe encantadoramente-. Estuve pensando y llegué a la conclusión, a partir de mis conocimientos en materia enanil, que ustedes desearían algo como lo que les he propuesto en vez de simple oro -dice, descartando el término como si no tuviera importancia.

Y sabéis que, en realidad, no la tiene.

-Poseo numerosos contactos, y digamos que... la corte española me debe algún que otro favor -sonríe algo más lobunamente-; ellos son los que otorgan las licitaciones de exportación de estaño. Claro que a lo mejor prefieren directamente el acero ya manufacturado. El acero español lleva siendo de los mejores del mundo desde hace más de mil años...

Mueve las manos, mostrándoos las posibilidades que hay... y son tantas...

Cargando editor
27/02/2011, 21:37
Liv Björnsdottir

Liv coge uno de los anillos que cuelgan de la cadena de plata y le da vueltas entre los dedos, más nerviosa cuando el dragón la mira a los ojos. Siente la sangre en las mejillas, agolpándosele. 

No es más que un puto lagarto, Liv.

 - Desde luego, papá se moriría por un buen cargamento de acero español. Vamos, y yo.  Sigo insistiendo que parte del problema del Incordio es que la aleación del carburador tiene que ser más pura... uy, perdone, patrón. Divago fácilmente -esboza una sonrisa de disculpa-. Tendrá que explicarme eso de las participaciones, porque no tengo ni idea de a qué se refiere.

Cargando editor
27/02/2011, 21:41
Everard Draconis

Sonríe.

-Claro, permítame que le explique, señorita... -se echa hacia adelante en su sillón-. Digamos que hay cierto volumen de negocio, ¿no? Bueno, pues una participación es acceder a determinado volumen de ese negocio. No a un porcentaje del producto a negociar, sino del propio negocio -mueve la mano, descartando el tema-. Es parecido pero no es lo mismo. Entonces -añade-, les parece bien algo de ese estilo, ¿no? Además, como es dije antes, poseo na pequeña parte de los derechos de explotación de una mina de hierro en Escocia, bastante más cerca de su Sede que fletar barcos desde San Sebastián.

Cargando editor
27/02/2011, 21:44
Liv Björnsdottir

 - Espérate, espérate -responde Liv, olvidando en su nerviosismo el trato de usted-. ¿Parte del negocio? ¿Una parte del negocio? ¿El pago sería poseer parte del negocio? -dice, ojiplática-. ¿Pero se puede hacer eso? Es más, ¿usted puede hacer eso? Porque... sería como si tu y yo -mueve las manos, mirando ante sí con los ojos perdidos- tuviéramos, no sé, una fábrica de tuercas; y yo decido pasarle mi parte a otra persona... le vendo mi parte a otra persona. Es eso lo que ha dicho, ¿no? Pero usted ha dicho que esa empresa, ese negocio de acero, es propiedad de la corona de españa o lo que sea, ¿no? Y si la corte española es la cuarta parte de pija de lo que es la corte de mi madrastra, perdóneme patrón pero ni jartos a wisky de las Highlands le darían a un dragón ni la indicación de la puerta de salida. Vamos, que tendría usted que darles un empujoncito. Probablemente con una claymore.

Cruza y descruza las piernas, nerviosamente. El anillo baila entrando y saliendo de sus dedos. Siente algo raro en el estómago.

Cargando editor
27/02/2011, 22:04
Everard Draconis

El dragón se ríe ante tu desconcierto.

-Señorita, por favor... Estamos hablando de grandes sumas de dinero. O, mejor dicho, de bastante volumen de estaño o de acero a importar. O de hierro a extraer... ¿Acaso prefieren tratar directamente de cantidades de material? Claro -se encoje de hombros, aunque continúa sonriendo-, pero me temo que al final saldrán perdiendo en comparación con la otra posibilidad.

Descruza y vuelve a cruzar las piernas, mirándote atentamente.

-Así que tiene usted una madrastra... Supongo que se referirá a la esposa de su padre enano... ¿No se llevan bien?

Cargando editor
27/02/2011, 22:08
Liv Björnsdottir

 - No, claro, lo de las participaciones esas es mejor... solo que no sabía que se pudiera hacer así, tan fácilmente... -dice, pensativa.

Ante la mención de su madrastra, sonríe de nuevo. Esta vez la sonrisa es tímida y temblorosa.

- Oh, bueno, no es que haya visto muchas veces a Dresda. No pasa mucho tiempo en casa, claro. Pero... no le gusta cómo me comporto. Se empeña en que lleve el pelo largo y esos horribles corsés y que aprenda a bordar y a nosequé más. Creo que quiere que acabe casándome con uno de esos petimetres estirados de alguna corte de esas o algo así. Me regala... vestidos y joyas y cosas inútiles que se quemarían en un plisplás en una fragua, ¿sabe, patrón? No es una persona muy práctica, mi madrastra. 

Cargando editor
27/02/2011, 22:13
Everard Draconis

-Oh, pero sin duda alguna lo hará con su mejor intención, ¿no? -pregunta el dragón-. Además, seguro que pensará que usted está deliciosamente encantadora vestida con los trajes que le lleva. Por casualidad... ¿no habrá traído alguno? No son prácticos para trabajar en una fragua, claro, pero sí para... bailar, o asistir a una recepción, o... múltiples posibilidades.

Parece que el cambio de tema le ha gustado, pues ha dejado totalmente de lado el tema de las participaciones.

Cargando editor
27/02/2011, 22:16
Liv Björnsdottir

 Ante el "usted está deliciosamente encantadora vestida", La sonrisa de Liv tiembla, trémula. La sangre se le agolpa en las sienes. Respira hondo para tranquilizarse.

- Oh, sí, la muy... -dice Liv, malhumorada- me ha metido un par de ellos en el equipaje. ¿Se lo puede creer, patrón? Me doy media vuelta y zás, se cuela en mi cuarto y me mete uno de esos espantos de seda y satén entre mis cuadernos. ¡Satén! ¿Sabe usted lo jodidamente... ígfugo -evidentemente, acaba de improvisar la palabra sobre el término "ignífugo"- es el satén? ¿Para qué quiero yo eso, salvo para ocupar espacio? -suelta el anillo y gesticula con las manos-. Eso y zapatos de tacón. Una vez me obligó a ponerme esas monstruosidades. Casi me parto la crisma. ¡Tacones! ¡Faldas! ¿Qué voy a hacer yo con esas cosas? Esta mujer no vive en el mundo real, de verdad.

Cargando editor
27/02/2011, 22:22
Everard Draconis

Sonríe ante la invención de una nueva palabra. Sobre todo porque no tiene ningún sentido.

-Oh, señorita, no se equivoque. En el mundo fuera de las fragua enanas es muy común vestir así. Y creo que debería probarse esos vestidos. Me encantara verla así para así poder tener la excusa de celebrar un baile...