Partida Rol por web

Orichalchum

Escena IV (Liv, Hannah y Snidely): Una puerta, ninguna entrada

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12/07/2011, 22:25
Director

El enorme y descarado irlandés, el enano gruñón y el excéntrico prusiano han marchado de vuelta al castillo, en principio para traer materiales con los que comenzar el estudio intensivo de la Puerta. Además, Sven espera revisar la biblioteca del Señor Dragón por si acaso encontrara algo que fuera útil.

Hannah, la hija de Sven, ha dedicado el tiempo ha reunir leña para la noche y a montar las tiendas de campaña en torno al círculo de piedras que servirá de cerco para la hoguera.

Liv, mientras tanto, se ha dedicado a repasar los esquemas que tomara ante la Puerta del intrincadísimo mecanismo de la misma.

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12/07/2011, 22:40
Liv Björnsdottir

Con la pipa en la boca, Liv hace aros de humo como un experto capitán de barco. Ha repasado cuidadosamente los cálculos en su cuaderno, porque el andamio que ha de cubrir la puerta es esencial para poder estudiarla posteriormente con precisión. Tarareando por lo bajo una canción enana -sobre oro-  recorre las paredes de la caverna haciendo marcas en las paredes con tiza. Añade indicaciones en enanés, que para el lego no significan nada pero para un profesional le señalan claramente dónde tiene que ir cada clavo y cada soga.

Vocalizando mal -por la pipa-, y sin apartarse de la pared, pregunta:

- ¿Cómo conseguiste arrastrar a tu padre a esta historia, Hannah? -y después, en voz más baja, para sí- Dos metros veinte, y medio, y un palmo... aquí -hace una marca más en la pared.

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13/07/2011, 23:12
Hannah Herzog

La muchacha, aunque nadie la esté mirando, se encoge de hombros.

-La verdad es que necesitaba salir de Praga -dice, escuetamente. Al ver que no es una explicación muy... explicativa, continúa-. Mi padre lleva años encerrado entre sus libros. Sólo sale de casa para ir a la universidad. Y viceversa. Y yo... bueno... -se sonroja un poco, algo avergonzada-. La vedad es que mis amigas siempre están contando la de aventuras que viven, yendo a palacios con jóvenes y apuestos duques, presenciando duelos de honor y demás y...

Distraídamente, como si ya estuviera más que acostumbrada a hacerlo con su padre, añade:

-En realidad eran dos palmos.

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13/07/2011, 23:14
Liv Björnsdottir

Liv comprueba la medida y sonríe, al ver que la chica ha acertado. A continuación, corrige la marca de tiza.

- Gracias -responde, asombrada y agradecida. Luego piensa en las palabras de Hannah, se saca la pipa de la boca y dice- Pues no sé cuantos duques hay en Nueva Europa, pero o tus amigas ya los conocen a todos o tienen más cuento que Calleja -ríe, divertida. Luego, volviendo a la pared, añade- No sé hasta qué punto puede ser interesante un duelo. ¿Ver a dos tipos emperifollados matándose porque a uno no le gusta cómo se pone la servilleta el otro?

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13/07/2011, 23:22
Director

...y, mientras tanto, Snidely ha dispuesto su caballo y sus herramientas, especialmente escogidas para la ocasión.

Tras salir del castillo, se encamina aguas arriba según el esquemático plano que el mayordomo del Dragón le ha suministrado. Al principio el camino es claro, con huellas de caballos recientes, bastante recientes. Muy probablemente de los expedicionarios que salieron por la mañana pronto. Las paredes de piedra se van estrechando, apenas imperceptiblemente. Las faldas de los enormes farallones están repletas de negros pinos y enormes hayas, pero no así el llano del valle. Seguramente sea porque no se ha permitido que sea así. No obstante los arbustos de un tamaño bastante considerable (casi les llamarías árboles... si no fuera porque comparados con los ejemplares de las faldas de las montañas apenas merecerían mención). Según vas introduciéndote en el valle, apenas hay muestras de civilización. La senda por la que transcurres está apenas marcada... y te cuesta diferenciar si ha sido abierta por mano (o pie) inteligente o simplemente es un camino seguido por los animales que pueblan el lugar. O... o si no han sidos seres terrestres sino feéricos. Curioso es, ahora que lo recuerdas, el hecho de que aquí, en este valle, pequeño pero no alejado de la civilización y dominado por un Señor Dragón... haya cortes feéricas. Dos cortes. Una de cada.

Llega un momento en que la senda... casi desaparece tras un pequeño macizo arbustivo. Y detrás salen no menos de media docena de posibles caminos. Sacas de la mochila un pequeño pergamino enrollado... que al desenrollarlo y desdoblarlo se convierte en un mapa bastante amplio (y detallado) de la zona. Parece tener anotaciones recientes. Lo miras, miras las sendas, al sol y a ambas paredes montañosas y asiente, eligiendo una de las sendas, la que se dirige casi perpendicularmente hacia el farallón más cercano.

Atraviesas el río por un pequeño vado y veis como el camino se introduce por uno de los pequeños valle laterales, uno bastante angosto y, sobre todo, muy boscoso. Al cabo de unas dos horas de cabalgar lenta y pesadamente bajo el tupido dosel de árboles y entre los macizos de helechos... sales del bosque para darte casi de lleno con la pared del pico Maladeta, uno de los más altos de la península. Ves al camino bordear por peñascos, hacia arriba, por estrechas sendas que, está claro, el automotor de los enanos no habría podido transitar.

Y justo estás admirando el paisaje (pues hay que reconocerlo: es grandioso) cuando escuchas voces. Vuelves a meterte en la maleza, alejándote un poco del camino, y observas que dos jinetes y un caminante bajan por el camino. Sacas tu catalejo plegable y te das cuenta de que son el inventor prusiano, el explorador irlandés y el enano. Bajan por el camino en dirección al castillo. No hay señales de la chica que se cree un enano ni de la hija del inventor.

Notas de juego

Por ahora responde sólo para el director.

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14/07/2011, 13:17
Snidely Whiplash
Sólo para el director

Acaricio la crin del caballo, un verdadero semental que debería estar disfrutando de los placeres carnales de tantas yeguas como propietarios pudiesen pagarme, pero al igual que yo mismo, su destino es demasiado glorioso como para invertir su tiempo en cosas tan banales como el sexo. Y es que, querido caballo, tú tienes el destino de llevarme a mí, Snidely Whiplash, a donde sea que necesite llegar. Sólo cuando considere necesario cambiarte por tu primer y único vástago podrás llevar una vida cómoda y placentera.

Ya a lomos de mi flamante y fiel caballo, parto rumbo a mi glorioso e incierto camino. Miradme bien, mundo, pues hoy será el día en que Snidely Whiplash cambie el mundo para mejor. Voy observando el mapa cada poco, aunque lo haya memorizado no sería para nada agradable insertar, ya en mi primer "Capítulo", un bache en el camino que puede representar el perderme en tierras desconocidas e "inhóspitas".

Observo el terreno que me rodea, en busca de posibles amenazas (caídas, zonas de posibles emboscadas e incluso lugares adecuados para búsqueda de recursos tales como alimentos e incluso armas) y, ¿por qué no decirlo también?, por el mero hecho de poder disfrutar de un paisaje tan hermoso como desconocido para mis ojos. Y es que, ¿qué es un Gran Hombre que no sabe apreciar las bellas artes de la gran madre naturaleza? Maestro siempre decía, allá por mi época de joven inexperto, que la naturaleza del lugar dice mucho de la zona donde estamos. Por éso, decía, en nuestra gran mansión no faltaba nunca, ningún día, un buen grupo de gente que cuidara los jardines y los árboles. Porque la Mansión Whiplash debe destilar honor, estilo y poder.

Me detenga ante la gran cantidad de caminos que se abren ante mí. Hmmm... ésto no es algo que tuviera en mente, ¿me habré equivocado al memorizar el mapa? No, éso es algo imposible, pero no hay ningún otro modo de asegurarme que el de volver a sacar el mapa y observarlo. No me cuesta demasiado encontrar el camino adecuado, leer un mapa no es para nada más difícil que el crear un rastreador de Magia (mi próximo invento y un gran salto para mis propósitos).

Detengo el caballo cuando nos aproximamos de nuevo al río, bajando de éste tras agarrar con fuerza las riendas y le acerco para que beba un poco de agua para acto seguido renaudar el camino. Un caballo no es un animal de fidelidades eternas, pero si le tratas como si fuese parte de tu mismo cuerpo, él te tratará como si tú fueses del suyo. Y, aunque en primera instancia pueda considerarse un agravante deshonor que se me compare con un caballo, mi flamante corcel es más importante para mí que la vida de muchos de los aquí presentes para el trabajo del Dragón. Él incluido, por supuesto.


Bebo un pequeño sorbo de agua de un recipiento fabricado a base de metal reforzado con cuero de piel de buey, con la intención de que mantenga el líquido que contiene a una buena temperatura. El camino se hace pesado, pero no es algo que alguien como yo no pueda aguantar. Además, es realmente interesante la experiencia que estoy viviendo, puesto que ningún Gran Hombre ha llegado a ser grande, grande de verdad como lo seré yo, estando sentado detrás de un pupitre lleno de libros y páginas y páginas de manuscritos.

Me oculto tras la maleza al escuchar voces, es un buen lugar para tender una emboscada en caso de necesitarlo y, qué demonios, no me interesa en absoluto que nadie me vea... de momento. Tengo mis propios intereses y no quiero que nadie se adelante a nada. Así que, tras meterme entre los árboles y amarrar al caballo a unos diez árboles de distancia del camino, vuelvo para observar con mi catalejo con mi bastón apoyado en el árbol.

Así que ya vuelven, ¿habrán descubierto algo ya?

Una vez han pasado de largo, vuelvo a por mi caballo y renaudo el camino ojo avizor no vaya a ser que me encuentre con las dos féminas que faltaban sin contar con la ventaja de ser el primero en avistarlas. Debo descubrir qué han sacado en claro, si es que sus primitivas mentes han logrado funcionar, por supuesto.

Notas de juego

Artefactos

Bastón: El pomo se utiliza para accionar el disparador, saliendo la munición por la punta inferior del bastón. Dispara unos dardos envenenados con un paralizante. Editado para añadir: El pomo es de oro (no decidido si es oro de verdad u oro falso, como tú creas), con forma de cabeza de serpiente con la boca abierta mostrando sus colmillos. De la boca sale el gas somnífero y la palanca para activar el dispositivo de disparo son los ojos.

Explosivo: Una potente bomba oculta en una pequeña esfera de cristal del tamaño de un puño. Al impactar contra una superficie dura, el interior del explosivo se calienta hasta detonar.

Gas somnífero: Otra aplicación del Bastón, el pomo contiene un potente gas somnífero en su interior. Se acciona con otro comando distinto al de los disparos, abriéndose una pequeña compuerta que deja libre el gas somnífero. Apenas está probado en "campo", diseñado y construído a base de teorías sin poner a prueba.

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15/07/2011, 22:11
Hannah Herzog

-¡No sólo es eso! -se queja Hannah, tal vez con demasiada vehemencia-. Se trata del honor, o de la virtud de una chica, o probar qué escuela es mejor... ¡No se trata de servilletas! Y ya sé que mis amigas no conocen a todo el mundo -añade-. pero conocen a muchos jóvenes gallardos, húsares que darían su vida por una mujer...

Suspira, incapaz de explicar convincentemente lo que quiere decir.

Se acerca a la pared y mira las marcas que Liv ha hecho.

-Si quieres te ayudo -anuncia, cambiando de tema-. Puedo ir anotando mientras tu cuentas. Lo suelo hacer con mi padre -sonríe-. Él siempre murmura, pero yo he conseguido entender lo que dice, jajaja...

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15/07/2011, 22:19
Liv Björnsdottir

Liv la mira, definitivamente sin entender. Lenta, muy lentamente se saca la pipa de la boca, y con mucha cautela, paladeando las palabras, responde:

- Quizá es porque soy un enano y no entiendo de cosas de humanos, pero si yo estuviera enamorado de un hombre preferiría que viviera una larga vida a mi lado en vez de matarse con otro imbécil sólo porque se haya metido con el color de mis enaguas.

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15/07/2011, 22:24
Hannah Herzog

Ante la declaración aseverativa de que Liv es "un enano", Hannah no puede evitar ahogar una carcajada. Con la mano se tapa rápidamente la boca, de tal manera que su sonrisa queda oculta.

-No sé... ya te digo que no es eso. Es... no sé -se encoge de hombros, se apoya contra la pared y pierde ligeramente la mirada al continuar-. Imagínate que un hombre fuerte y hábil pone su espada a tu servicio...

En ocasiones la muchacha, que intenta pasar por atrevida, independiente y moderna... se comporta como cualquier muchacha de 15 años.

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15/07/2011, 22:31
Liv Björnsdottir

Liv la mira realmente desconcertada, sin entender.

- ¿Y para qué quiero yo una espada? -se lo piensa un instante-. Ojo, si fuera de metal estelar, sí la querría. 

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15/07/2011, 22:33
Hannah Herzog

La brusquedad de la respuesta despierta de su ensoñación a Hannah. Tan brutalmente que casi se tropieza al encararse con Liv.

-¿Perdona? ¿Te estás quedando conmigo? -menea la cabeza y murmura algo por lo bajo-. Enanos raros... y enanos raros que enseñan cosas raras a las chicas... -rezongando, se dispone a hacer un dibujo de la disposición de los restos encontrados por el suelo de la caverna.

Porque seguro que su padre querría tener esa información. Y porque si se va a levantar una serie de andamios, habrá que quitarlos.

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15/07/2011, 22:36
Liv Björnsdottir

- ¿Quedarme contigo? -Liv la mira genuinamente sorprendida-. Pues no, nada de eso. Es sólo que no entiendo... -se muerde los labios-. Me esfuerzo por tratar de entender lo que quieres decir, pero no veo ninguna razón para emocionarme porque un tipo ficticio al que no conozco me ponga una espada en los pies... quiero decir, ¿para qué? Si alguien quiere conquistarme -se ríe, divertida- lo que tiene que ponerme en frente es un buen cargamento de metales bien forjados. Eso, y dejarme tranquila para forjarlos.

Mira con curiosidad a Hannah, curiosidad no por lo que dice sino por lo que es.

-¿Y todas tus amigas son como tú? ¿Todas quieren... -titubea- húsares y duques y cosas así?

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16/07/2011, 11:40
Director

El enano y los dos humanos se peirden tras un recodo al llegar a la parte del camino que que entra en el bosque. Te mantienes en tu posición hasta que sus voces se pierden entre la foresta.

Continúas por el caminillo apenas insinuado entre las hierbas. Poco a poco empiezas a ascender y a ir rodeando el macizo de la Maladeta, que atrae tu mirada como si de un gigantesco imán se tratara. Conforme subes empieza a escasear la vegetación boscosa y a aumentar los matorrales y los prados. Sopla algo de viento, fresco incluso en esta época del año, que te alivia algo el calor y el cansancio.

Si miras hacia el macizo ves ya los inicios del glaciar alpino que hay bajo las altas cumbres. El resplandor de la nieve es hermoso, como todo el paisaje que te rodea.

Al rato, tal vez media hora o así, tras un recodo del camino al esquivar un enorme peñasco, llegas a una explanada cubierta de hierba, casi artificialmente llana, justo bajo un farallón casi vertical. El camino desaparece (al menos para ti). Al frente, un agujero en la piedra más o menos circular y de unos 4 metros de diámetro, se abre en la pared del acantilado. Parece que has llegado a tu destino. En la explanada abundan las rocas morrénicas (enormes pedruscos traídos por el lento avance de los glaciares pretéritos), dispuestas sin orden ni concierto. No ves el interior de la cueva, desde luego, pues dentro está oscuro y tú estás a la luz del día.

Ves dos caballos atados largo a un matorral que ramonean tranquilamente algunas hojas de la planta. Ambos levantan la vista cuando apareces tú sobre tu semental, pero son animales tranquilos y, aparte de constatar la llegada de un nuevo animal, no hacen nada sino volver a su lento mordisquear.

También te das cuenta de que se ha reunido algo de madera, ramas apiladas con poco orden junto a la entrada de la extraña cueva, y de que hay tres tiendas de campañas montadas formando un improvisado campamento.

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16/07/2011, 19:12
Liv Björnsdottir

Se gira hacia la puerta, de nuevo, en lo que Hannah contesta. Del bolsillo saca una lupa de joyero, de las que usa para los mecanismos de relojería, y examina con cuidado la superficie de la puerta que está a la altura de sus ojos.

- Lo habitual es que en puertas de seguridad, los mecanismos estén alejados de quien es capaz de abrirlos, esto es, normalmente en el lado opuesto de donde estará el supuesto ladrón, o sea dentro. Sin embargo... -se cambia la pipa de lado- siguiendo esa lógica, yo diría que esta puerta está pensada para contener algo dentro, al otro lado, puesto que los mecanismos están en éste. Y eso no es bueno, porque vamos a abrirla.

 Apunta unas cuantas notas en su cuaderno y se deja el lápiz detrás de la oreja.

- Yo diría, yo diría que estos mecanismos... son varios juegos de mecanismos, no sé si me explico. Sistemas de redundancia, tal vez, o trampas, o algo más.  Lo cual nos hace pensar una cosa: tenemos una puerta pensada para contener "algo", que está -o intenta ser- a prueba de ese "algo". Y se espera que ese "algo" ofrezca resistencia, que intente salir, de ahí los posibles mecanismos de redundancia. Ese "algo" les pasó por encima a los chicos de júpiter -señala distraídamente con la pipa a los restos previos en la cueva-, por lo cual sabemos que no ha sido "liberado" pero sí que tiene un... llamémoslo radio de acción, en el cual puede ser peligroso.

Se lleva las manos al cuello y suspira.

- No es lo que yo llamaría una perspectiva muy favorable.

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16/07/2011, 23:52
Hannah Herzog

Hannah levanta la vista de su cuaderno y mira a Liv cuando ésta habla. La escucha con atención.

-Pero -dice cuando la otra termina- ese razonamiento tiene un fallo: has dicho que los mecanismos deberían estar alejados de quien puede abrirlos... y nosotros, y me refiero a las personas, no hemos podido. Así que no tiene por qué ser verdad que sirve para contener algo, ¿no?

Suspira.

-Personas... -enarca las cejas con asombro- ¿crees que al otro lado hay... algo que no es... mundano?

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16/07/2011, 23:57
Liv Björnsdottir

- Es tal que así: imagínate que esta puerta estuviera diseñada por... algo ajeno. Algo no mundano, tal y como has dicho. De una época de... de cosas no mundanas. Quienes diseñaron la puerta no tenían en mente a los humanos, tal y como tú no te preocupas de si un par de ratas van a abrir una caja de seguridad. No importa que nosotros tengamos acceso  a la maquinaria visible, del mismo modo que no pasa nada porque un hámster pueda ver los mecanismos de un reloj. No va a saber utilizarlo, y punto.

Da un par de golpecitos con la uña sobre la puerta.

- Mira, Hannah, no habrá actualmente más de cinco o seis personas capaces de construir algo que se acerque, y aún así se queda a mucha distancia. Y esta monstruosidad fue construida hace ¿milenios? Si esta puerta y lo que contiene es mundano, te juro por mis herramientas que me dejo crecer el pelo, me pongo los vestidos que me regala Dresda y aprendo a hablar francés de carrerilla. Palabra. Vamos a liarla parda, con esta puerta. Ich bin pardenstein, que diría tu padre.

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18/07/2011, 22:30
Hannah Herzog

Hannah sonríe ante el atroz acento de Liv.

-Pero -continúa-, entonces... ¿crees que no seremos capaces de abrir esta puerta?

Dirige su mirada hacia la enorme estructura. Recorre sus complicados engranajes, sus minúsculos dientes de metal, sus pistones, sus delicados grabados... todo. Suspira, tal vez de decepción, tal vez de agradecimiento por sentirse una hormiga incapaz de abrir el grifo del riego del jardín.

-No sé... mira los dragones. Son de aquí pero es como si no lo fueran. Quiero decir -continúa algo titubeante-, son como personas pero no lo son, no son como tú o como yo. Pero lo parecen y... pueden actuar como tales -señala entonces e mecanismo-. Tal vez esto también sea algo así. ¿Por qué no pudo haber gente inteligente antes de los dragones? Ellos no lo recuerdan, pero eso no quita que antes que ellos, antes de esa Gran Catástrofe de la que a veces hablan ocurriera, ¿no?

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18/07/2011, 22:37
Liv Björnsdottir

- No. que la abriremos. Aún no se ha construído algo que estas manos no sepan manejar -añade con sencillez, sin presunción- .Lo que creo es que después de abrirla nos arrepentiremos, o al menos se arrepentirán los que sobrevivan -responde con sencillez.

Escucha las palabras de Hannah y asiente con lentitud.

- Me has leído la mente, Hannah -dice, mirando la puerta con una mezcla de reverencia y fascinación-. Algo que haga que hasta los dragones sean niños en pañales. Algo que obligue a un dragón a buscar ayuda externa.  Algo cuya mera existencia fuerce a un dragón a contratar un equipo de variopintos expertos en lo suyo.

Aspira una bocanada de humo, y despaciosamente, como si las palabras le pesasen, añade:

- Ese dragón sabe algo más de lo que nos ha dicho, Hannah. O si no lo sabe, lo intuye. Creo que tiene alguna sospecha de por dónde pueden ir los tiros, y que ha preferido mantenerlo en secreto por si acaso el conocerlo hace que salgamos en desbandada de aquí.

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18/07/2011, 22:49
Hannah Herzog

-Bueno, pues tal vez haya que sonsacar al dragón.

Se mira, mira a Liv. Sonríe.

-Aunque tú tal vez lo tengas más sencillo... -dictamina con simplicidad

Cargando editor
18/07/2011, 22:51
Liv Björnsdottir

- ¿Yo? ¿Porqué? -se sorprende- ¡Pero si ni hablo su idioma!