Partida Rol por web

Los alumnos obtuvieron permiso para salir del Círculo Superior y dirigirse hacia el exterior de la ciudad. En días normales esto no suele estar permitido sin un escolta o una solicitud a los superiores, por motivos de seguridad. Hoy es diferente.

Hay quienes se tomaron el descenso como algo tranquilo y quienes comenzaron la carrera desde el instante en el que pudieron. ¡Algunos comenzaron a competir antes de siquiera llegar a las puertas de la ciudad!

Sea como sea, llegar al bosque no fue mucho problema.

Es un lugar precioso. Enormes árboles, gigantescas raíces, ríos, senderos, ruinas de antiguos cultos, enormes flores de vibrantes colores, animales brillantes... La enorme cantidad de magia que fluye por toda la isla ha tenido su efecto en todo el ambiente. Esto no es ninguna sorpresa para quienes vivieron por la isla toda su vida pero quizás sí para quienes vienen de Cerbero, Animas o Korpeus.

Nada más llegar se puede ver que hay alumnos dividiéndose por varios caminos. La mayoría sigue pistas del Dracorín, ya sea de haberle preguntado a ciudadanos, viajeros o guardias mientras descendían por Issaera o incluso detectando huellas o marcas por aquí y por allá.

Las rutas que parecen haber son las siguientes:

• Siguiendo el sendero principal se ha visto al Dracorín multiples veces. La mayoría de alumnos van por allí, es sin duda el camino más transcurrido... Suelen haber atracos por el camino, usualmente de parte de bandidos de poca monta pero de tanto en tanto aparece un grupo de mercenarios fuerte.

• Adentrándose por el bosque sería posible llegar más rápido al Dracorín, si es que quienes van por ahí no se pierden. Una cantidad más pequeña de alumnos tomó esa ruta. Hay más animales peligrosos por el bosque, no solo el Dracorín. Algunos alumnos incluso optan por cazar alguna bestia más débil y pasar de arriesgarse contra el grandote.

• Hay un último sendero que nadie ha transcurrido. Siguiendo un río en particular no suelen haber depredadores y no ha ido ningún alumno por allí. Cierto, no es una ruta directa, pero es una ruta tranquila.

Observé durante unos escasos segundos los diferentes caminos y finalmente decidí seguir corriendo por el camino que no habia tomado nadie, quizas no fuese la ruta más directa pero tambien cabia la posibilidad de que pudiese encontrar cosas interesantes en algun camino que no haya explorado los demas

Zak está contento. El bosque es su ambiente natural, aunque no sea exactamente como los de Ánimas. Tras ladrarle amenazas e improperios a los alumnos con los que se crucen hasta llegar a la entrada del bosque, el chico estira su cuerpo con expectación.

- ¿Donde andamos chica sombra? - pregunta a Jennifer mientras se agacha para olisquear el suelo, tratando de buscar algún rastro. - Zak piensa nosotros debemos prisa u otros pueden llegan al Dragón antes.

Esta idea no le hace ninguna gracia al chico. No sabe si habrá otros alumnos capaces de lidiar con la criatura, pero lo que si sabe es que el quiere pegarse con el bicho antes que nadie para llevarse toda la gloria de su captura.

Jennifer se atusa la sien. Pensar en todo el camino por el bosque que tenían que andar antes de una buena pelea le quitaban las ganas de ir, pero el premio al final de todo el esfuerzo valían la pena. Dirige una mirada hacia Zak, que está a su lado preguntándole.-Pues mi plan era ir los primeros y cortar el paso a la entrada de su guarida. Quien venga, lo apalizamos. Y si es un débil con más ganas aún- 

Junta sus puños mirando a Zak, crujiéndose los nudillos mientras le mira.-Vamos al camino más corto.- Y se dirige en dirección direccionadamente direccionada hacia el camino que parece más corto. ¿Monstruos en el camino? Bitch please.

El camino es bastante tranquilo.

¡Nadie le molesta por casi todo el trayecto! Es tan apacible que incluso consigue ver ciervos bebiendo del río.

Tras un tiempo de caminar, el sonido distante de algunos hechizos volar resuena en el ambiente, el cielo se ilumina por un momento con el resplandor de la magia antes de que todo vuelva a la normalidad. Los animales giran la cabeza, observan en esa dirección y luego regresan a beber un poco. Cuando Isen se acerca mucho a ellos, se apartan algunos pasos y siguen a lo suyo. No serán temerosos pero definitivamente son precavidos.

Isen consigue encontrar una pista de hacia dónde puede estar la guarida del Dracorín, sin embargo, mientras avanzaba...

-Eh, tu, criajo.-

Dice una voz muy poco amable a la vez que desenfunda una daga del cinturón.

-¿Eres uno de esos de la academia? Hmph... Venga. Dame todo lo que tengas de valor rápido y aquí nadie sale herido.

¡Un bandido! Parece una persona ágil, no lleva demasiada armadura encima...

¡El camino que toman es definitivamente el más rápido! Lo notan por la cantidad de árboles que han sido 'gentilmente apartados' por el Dracorín a su paso, o al menos eso piensa Zak cuando ve las huellas de reptiles justo en el camino que fue abierto por el bosque.

Zak, como cazador, determinaría que se trata de una criatura algo grandota pero definitivamente cazable.

Mientras corrían por el bosque para intentar llegar lo antes posible al bosque, el pie de Jennifer súbitamente da contra una cuerda. Antes de que una red pueda caer sobre ella, la chica fue capaz de lanzarse a un lado y evitarla. ¡Eso estuvo cerca! La red se levanta hacia arriba, la habría dejado colgando y demasiado incómoda como para defenderse.

En eso, comienzan a salir unos jabalíes muy enojados de detrás de los árboles, acercándose a Jennifer y a Zak, rodeandolos. Se comportan demasiado ordenados para ser animales salvajes... ¿Habrán montado ellos la trampa? La respuesta viene en forma de un Híbrido bastante mutado y desfigurado que va con un palo pinchudo en la mano.

-¿Venís a robarme mis jabalies, sucios magos? ¡SUCIOS MAGOS! Es vuestra culpa... ¡Vuestra culpa!

-¡Comedlos, preciosos! ¡Comedlos mucho! ¡Y luego convertidlos en grasa para que os coma a ustedes!

Agita su palo por ahí. Parece la víctima de algún tipo de accidente... ¿Habrá quedado deforme y desfigurado por eso? Da la sensación de que ya era feo-feo de antes.

Son cuatro jabalíes cabreados y un tío con un palo pinchudo. Suficiente para perder algo de tiempo pero difícilmente algo digno de una pelea emocionante...

La primera respuesta del cuerpo de Jennifer ante su esquive es clara. Un grito dramático y bien fuerte recorre el bosque. Los alumnos que lo hayan escuchado pueden empezar a temblar ante la idea de que esa monstruo vaya a por ellos. -¡Pendulum!- No tarda ni un segundo en colocarse espalda con espalda de Zak, sonriendo, manos en los bolsillos.-Oye Zak. Hagamos esto rápido, tenemos que llegar antes que nadie. ¿Estamos? Para ti la mitad de los cochinos y para mi la otra. El que primero acabe que vaya a por el jefe.- Hizo una pausa, mientras la gorra se baja ella sola, tapándole los ojos muy épicamente. 

-De hecho, vamos a darnos una inyección de ánimos. Quiero ver si puedes ganarme y derrotarlo antes que yo lo apalice. ¡Jaja!- Y no pierde más tiempo, señala con un dedo a uno de los jabalíes, sobre el que se lanza Pendulum. Ella se lanza sobre el otro a la vez. -¡Vamos vamos vamos!

- ¡Iosh! - asiente Zak a su compañera. Cerdos salvajes... Me vendrá bien un tentempié, piensa el chico mientras empieza a acumular su aura. Con un par de zancadas rápidas se coloca entre los otros dos jabalíes, más alejados de Péndulum y Jennifer. 

¡Es un buen momento para practicar lo aprendido con baruk Tao! Cuando está colocado entre los dos animales salvajes, justo antes de que estos le embistan el chico suelta un poderoso rugido y libera su aura de golpe en una violenta explosión a su alrededor. - ¡Eso es! 

Mientras Zak daba rápidas zanjadas hacia los jabalíes, su aura comenzó a iluminarse más y más hasta que finalmente el chico liberó una descarga de luz a un metro y medio de si mismo, extendiéndose cual esfera dorada translúcida hasta que repentinamente se contrae sobre sí misma, concentrándose sobre Zak. Las dos criaturas saltan sobre él en el mismo instante en el que la energía vuelve a expandirse, esta vez en forma de explosión. No hace falta aclarar que los jabalíes vuelan por los aires soltando cérdicos sonidos de derrota.

Por otra parte, el primer puñetazo de Pendulum impactó con excesiva violencia sobre su objetivo, generando una onda expansiva de aire comprimido que no solo manda a volar al pobre bicho y lo estampa contra un árbol sino que encima le deja todo el pelo erizado.

Jennifer esquiva un ataque del jabalí contra el que se enfrentaba y le da un poderoso puñetazo en la dura piel antes de ejecutar una patada giratoria. Este no vuela por los aires, no, pero se tambalea un rato y luego cae al suelo de costado.

Le dan vuelta los ojos a todos.

El deforme "goblin" se queda mirándolos a los dos y suelta una maligna risa. Les señala con el dedo, lleno de determinación.

-¿¡Creeis que eso es todo lo que tengo!?-, y se echa a correr hacia el bosque, chillando aterrado.

El problema de haberme entretenido demasiado para reunir al grupo, es que ya no quedaba nadie en la entrada del bosque. La mayoría se habían adentrado, por un camino u otro, sólo esperaba que no hubieran encontrado ya al dracorín.

Sabiendo quienes habían venido aquí del grupo de Jen, lo más lógico es que hubieran elegido el camino más corto. Demasiado ansiosos por enfrentarse a la criatura y vencerla. Lo que ellos no sabían es que yo ya había estado en el bosque, que ya me había adentrado en sus entrañas cuando encontré a Yuki y a los bandidos. No tenía miedo a adentrarme nuevamente solo, ni por lo que me pudiera encontrar en el camino.

El único problema estaba en llegar tarde, así que empiezo a correr hacia la ruta que se adentra en el bosque, que es por la que habría cogido el resto si no me fallaba mi intuición.

Zak se golpea el pecho y ruge satisfecho. ¡El entrenamiento está dando frutos! Sin embargo, rápidamente se vuelve a colocar en instancia de cacería, el Dracorín sigue por ahí y hay que capturarlo antes que nadie. Al goblin deforme no hace ni el amago de seguirle.

- ¡Buen golpes! - le dice a Jennifer mientras se acerca al jabalí que esté mas tocado y... pasando un brazo por debajo de su cuello y pisando su cuerpo contra el suelo, agarra uno de sus colmillos y hace un giro brusco, partíendole el cuello. Hecho esto usa sus más que afilados dientes para desgarrar las dos patas traseras del animal. Cebo para cazar criaturas grandes, piensa recordando su proceder con su tribu, cuando debían cazar criaturas de gran tamaño, y un cadaver para atraer depredadores aquí y bloquear el camino. El chico por lo general es tonto, pero de cazar sabe mucho.

- ¡Vamos, correr! - dice echándose a trotar con presteza de nuevo en la dirección que avanzaban originalmente, en busca de su verdadera presa.

Jennifer sonríe satisfecha. Han destrozado a sus rivales en cuestión de segundos. Gira la cabeza hacia Zak y asiente cómplice.- Bien hecho Zak, pero no tenemos tiempo que perder.- Le comenta mientras ve como se pone a rematar al cochino. Y cuando le dice que corra, pues no se lo piensa dos veces. Sale corriendo tras él en dirección al rastro del Dracorín.

No se le pasa por la cabeza seguir al orco. Seguirían corriendo en dirección adentro del bosque, buscando al dragón o la entrada de la cueva. Hay que llegar primeros para tapar la entrada y que nadie se los quite.

¡Wen corre rápidamente por el bosque!

Nota que el Dracorín ha pasado por ahí, principalmente porque varios árboles han sido 'gentilmente apartados' por su paso.

En el medio del camino, sin embargo, vislumbra una serie de jabalíes en el suelo, uno muerto y con las parta cortadas y tres inconscientes. No sería un gran problema de no ser porque hay un depredador mordisqueando el que había sido descuatizado, atraído por el olor a sangre. Ve a Wen antes de que Wen lo vea a él, rugiendole suavemente como amenaza. Parece que se está preparando para el ataque...

Lo único que tenía en la cabeza era correr, correr tan rápido como pudiera para que los que ya habían empezado no me cogieran demasiada ventaja. Miraba hacia el frente, sin hacer demasiado caso a cualquier cosa que estuviera por la zona. Ya había comprobado de qué pasta eran los bandidos que habitaban este bosque y no les tenía miedo, no habían estado a la altura.

Pero claro, no había tenido en consideración las posibles criaturas que habitaban en el bosque. Me había vuelto a confiar demasiado porque no las vi en mi anterior visita. Ya era tarde cuando un rugido hizo que me frenara en seco, viendo la escena con más claridad. Había interrumpido el banquete de aquella criatura, yo también estaría enfadado si alguien me hiciera eso.

Recuerdo una historia que habían contado en la aldea, de cómo espantar a criaturas como estas. No tenía mucho tiempo que perder y no quería transformarme aquí y ahora. Agarro las solapas de la chaqueta y tiro de la tela hacia los lados todo cuanto me da, la intención era parecer mucho más grande por si aquello podía asustarla. Al tiempo que hago ruidos varios, como gruñidos y cortos gritos guturales.

Mientras corren en dirección a la cueva, tanto Zak como Jennifer pueden notar que un animal (que parece un intermedio entre un león y un tigre con dos dientes bastante grandes) se acerca lentamente a la zona del combate, atraído por el olor. ¡Eso será una buena distracción para quien se atreva a seguirles! O ir por su mismo camino, al menos...

Zak y Jennifer llegan a la entrada de la cueva, donde se encuentran con que alguien llegó antes que ellos...

-... Vaya. Era de esperar que vengas por aquí.-, dice Ériu, la rival de Jennifer. Está jugando con algunas dagas. -¿Por qué no os vais a buscar algún otro animal que esté a vuestro nivel? El Dracorín es nuestro.

¿Quien es la persona que la acompaña? Pues el tio que fue fundido por Flay, Ruko.

-... No tengo intenciones de perder tiempo en darle una paliza a un pescado de primer curso y a una repetidora...

-Id a cazár otra cosa. Las escamas serán nuestras. Todas.

Zak suponía que esto podía pasar, pero no por ello se siente preocupado en absoluto. Antes al contrario, estaría decepcionado si hubiera sido de otra manera. Alzando una de las piernas de jabalí aún goteantes de sangre apunta a los dos chicos que se interponen en su camino.

- Hé... Hacéis feliz a mi. Buen momento para demuestra... ¡Zak es el más fuerte! - dice estampando con violencia su pie contra el suelo mientras ruge su amenaza. - Yo pide chico perro. - le dice a Jennifer con una sonrisa. Se acuerda de que ella tuvo algún tipo de altercado con la chica, y seguro que agradece la oportunidad para darse de leches con ella. - ¡Tú viene, perrito! Zak tiene hueso - dice lanzando y cogiendo una de las patas solo un par de centímetros sobre su mano derecha un par de veces - y lo va partir en tu cara. - termina con un gruñido grave amenazador mientras separa las piernas y se coloca en instancia de batalla.

Zak comienza a acumular su Ki.

Cuando llegan delante de la cueva la felicidad de Jennifer no podría haber llegado hasta límites más altos. No solo iban a ganar, sino que podía darle una paliza a la estirada de Ériu sin que nadie le dijese nada. Era un buen día sin duda. Cuando Zak la anima a que peleen cada uno contra ella, su decisión es firme y no tiene vuelta de hoja. -¡Pendulum!- Exclama al cielo señalando a Ériu.

Se lanza encima de ella, tras haber andado unos segundos manos en los bolsillos y cabeza agachada. Su repentino asalto era algo previsible pero fugaz. -¡Espero que ese perro sarnoso no te gane Zak!- Y sonríe, intentando tentar a Zak lo suficiente como para que se motive. Ella por su parte tiene claro lo que va a hacer contra Ériu. Ha llegado la ORA de las tortas.

Por cierto, quiero activar a Stratovarius de momento. -Es mi gorro- Por si noto que Eriu va a hacer algun tipo de magia o hechizo en respuesta. Pero subterfugialmente. (?)

Ériu alzó la mano hacia Jennifer, palma abierta.

-¡Time Breaker!-, eso de las palabras mágicas realmente no importa en el idioma que uno lo diga siempre y cuando se puedan concentrar en ellas de la misma manera. A algunos, como por ejemplo Ériu, les gusta chulear.

Jennifer, sin embargo, no pierde un solo segundo: Repentinamente incrementa su velocidad, casi teleportándose frente a Ériu y soltandole una ráfaga de puñetazos antes de que pueda aprovechar el hechizo.

Ériu es lanzada hacia atrás con el último ataque de Jennifer, golpeando su espalda contra la pared de la cueva. Parece estar dispuesta a luchar aún, aunque jadea algo cansada. Parece que tenía una barrera de energía protegiéndola, más no llegó a cubrir lo suficiente.

El perro chasquea los dedos y estira la mano hacia el cielo.

-¡Uroboros! ¡Glaive del Infinito!-, brama, invocando su arma de asta. Carga contra Zak, -¡Voy a dejarte hecho sushi!-

Su arma parece acelerar sus ataques. ¡Es bastante veloz! Quizás no sea de los más fuertes pero la cantidad de cortes que ejecuta obligan a Zak a ir a la defensiva, haciéndolo retroceder salto tras salto. El perro sigue avanzando, persiguiéndole.

Consigue impactar un golpe con la parte roma del bastón para luego dar un giro y efectuar un corte superficial sobre el torso de Zak, haciéndole sangrar un poco. Es una herida muy leve pero escuece.

Hace tiempo que Zak no tenía un oponente que consiga hacerle algo de daño... Se siente cargado de energía. Y muy molesto.