Partida Rol por web

-Hay gente para todo.

Tu padre miró al huevo durante largos momentos, ceñudo.

-Hmm...lo tengo en la punta de la lengua....argh, no...se me fue. Estoy seguro de conocer que es, solo que no recuerdo...

Refunfuño.

Se termina de comer el cupcake y se cruza de brazos mirando a su padre y luego el huevo de nuevo.

-Bueno, no pasa nada si no te sale. -Coge el huevo y lo abraza- Ya veremos que es cuando nazca -Sonríe y lo vuelve a dejar encima de la mesa rodeado por el paño para que no se caiga y se levanta de la silla.- Bueno, debería de ir a preparar mis cosas, que si no me va a coger el toro.

Pasaron algunas horas entre que acomodabas tu equipaje, le hacías entender con dificultad a Zunder que debía pasar un día o dos dentro de la pokeball y escuchabas a tu madre diciéndote que no olvidaras tal o cual cosa. Tu padre pasó el día en el jardín con sus propios pokemon dándoles las vitaminas con paciencia. Luego de dar varios repasos y vueltas por la casa, decidiste que estabas lista en cuanto a tu bolsa de viaje.

-Llévate esto -interrumpió (de nuevo) tu madre. Te dio una bolsa pequeña de lana negra, que podías llevar cruzada al cuerpo con comodidad- Será mas cómodo llevar ese huevo ahí, especialmente si hace frío allá o en las noches.

Miró el reloj, atenta.

-¿Lista? Si quieres ir sin prisas deberías salir en breves...

Está cansada, pero a la vez emocionada, por fin ha llegado el día en el que va a viajar sola en busca de aventuras Pokemon. Así que se pasa el día entero preparando mil y una cosas, sacando cosas en la mochila y luego volviendo a sacarlas por encontrarlas absurdas. Al final, viene su madre y le da la bolsita de lana, que la acepta gustosamente.

-Si, creo que ya lo tengo todo preparado. -mira a su madre y la abraza- Os voy a echar de menos. 

Tu madre te abrazó con fuerza y tu padre te acarició la cabeza, sonriente. Y tus dos pokemon se colocaron al lado, queriendo participar del asunto.

-Llama regularmente ¿eh? ¡Para algo pagamos la cuenta de teléfono!

A lo que tu padre añadió.

-Recuerda que no dejar sin vigilar a este par, mucha gente puede querer robartelos si están sin cuidado.

Abraza a ambos con fuerza y luego a sus Pokemon. Luego les mira y sonrie.

-Claro que si, os llamaré todos los días antes de ir a dormir. -mira a sus Pokemon tras la advertencia de sus padre y asiente- Lo se, se que unos Pokemon así son muy preciados, por eso, pese a que no les guste, les meteré a menudo en sus Pokeball, no quiero que les pase nada.

Mira el reloj.

-Bueno, voy a salir antes de que llegue tarde. -Coge la mochila con todas sus cosas, la bolsita de lana y baja a la cocina para coger el huevo y meterlo en la bolsita para que esté seguro. Después mira sus Pokemon.- Chicos, hasta la parada de autobus podeis acompañarme, pero luego os meteré en las Pokeball, que soys demasiado grandes para acompañarme en el bus.

Tus pokemon se quejaron un poco, pero sabían que era necesario así que no protestaron demasiado. Tus padres cerraron la casa y te acompañaron también hasta la parada del bus, dándote recomendaciones a ti y a tus pokemon también. Esperaron contigo en la parada hasta que te vieron subir al bus sin problemas, y se pararon junto a tu ventana antes de que este emprendiera viaje.

-Cuando uno se marcha con sus pokemon, aprende muchas cosas, y crece como persona. Diviértete en el proceso -tu padre te volvió a sonreír una última vez.

-Cuídate mucho -reiteró tu madre.

Abraza por última vez a sus padres antes de subir, y luego a sus Pokemon, a los que en seguida mete en sus respectivas Pokeball y las guarda en la mochilita de lana, junto al huevo. Entonces sube al bus y se sienta. Una vez acomodada, se asoma por la ventanilla y vuelve a despedirse de sus padres.

-Tendré mucho cuidado, y seguro que cuando vuelva tendré muchas cosas que contaros y enseñaros. ¡Y dibujos! Que he cogido el bloc para poder dibujar mucho. ¡Ya veréis que de cosas os enseño!

Una vez dicho, se acomoda de nuevo en el asiento y se abraza al huevo para darle calor. 

-Ya veréis lo bien que nos lo pasamos. -le dice al huevo y a las Pokeball.

El autobus encendió el motor, y tus padres se alejaron de la ventanilla, mirándote emotivos. Estabas segura de que si hubieses salido a menos edad tu madre se habría quebrado a llorar, ya que en ese momento le costaba no hacerlo. El bus se alejó pronto dejando atrás sus rostros, tu casa, y el Pueblo Vánitas...tu viaje había comenzado.