Partida Rol por web

Tuviste que guardar a Scyther como antes para algún que otro punto del trayecto. La bajada había sido agradable, pero...la subida fue mortal en cuanto a esfuerzo. Contigo avanzaban los Excadrill y Iron, todos acompañados de tintineos y rechinidos metálicos al moverse producto de sus aditamentos de metal, que retumbaban en las paredes. Algún que otro Spinda bajaba rodando de cuando en cuando y su caída no era detenida, parecía moneda corriente y dentro de todo al final de la bajada torpe estaba la pila de almohadones para que no tuvieran daño aparte del mareo y cualquier arañazo durante el descenso precipitado. Algún "humano" pasaba con cubos de agua, vacíos o llenos dependiendo de en que sentido transitaban.

El exterior te encandiló al llegar, luego de la extenuante subida. La tarde estaba cayendo y el sol no estaba tan fuerte, pero aún así habías pasado un buen tiempo sin luz solar. Todos los demás, incluyendo a Iron, estuvieron un par de momentos quietos, parpadeando y arreglando el acero en la cabeza para proteger sus ojos acostumbrados al subsuelo. El oceano de hierba alta se movía apenas por una brisa leve, ahora bañado de los rayos dorados del sol de la tarde.

-Hm, ¿hacia donde viste que estaba? -te preguntó Iron.

Antes de comenzar la escalada Zek guardó a Kenpachi en su pokéball correspondiente, no iba a poder pasar por aquel lugar al igual que le pasó en la bajada, por eso lo hizo, no quería que le pasara nada. Con pocas ganas y cargado con todo su equipaje comenzó a subir junto al resto del grupo, le costaba la subida, sobretodo porque los esfuerzos físicos no eran una especialidad suya, pero no le quedaba otra si quería salir al exterior, ese era el único camino para salir para su desgracia.

Nada más poner un pie en el exterior lo primero que hizo un exhausto Zek fue protegerse los ojos con las manos, el sol le molestaba al igual que al resto. Se tomó el tiempo necesario para volverse a encontrarse cómodo con la luz solar, aunque entremedias tuvo lugar una pregunta de Iron acerca de la última vez que vio a aquel supuesto árbol gigante, tras hacer memoria Zek comenzó a buscar el bosque por el que el mismo se metió el día anterior, se ayudó con las manos y al encontrarlo señaló el lugar.

Señalaste el bosquecillo lejano, de antes, y hacia allí se dirigió la cuadrilla. La caminata ahora se hizo bastante mas ligera, con brisa fresca, el sol bajo y terreno llano, incluso los Excadrill parecían con mejor ánimo. Te parecía percibir una activa charla entre ellos, pero en su propio idioma por lo cual para ti no eran mas que ruidos de pokemon. Igual que durante la mañana, el viaje iba a tomar tiempo...pero había algo distinto en el océano de hierba: ciertas secciones bastante espaciadas estaban muy, muy aplastadas, evidenciando que algo pesado se había apoyado ahí.

-Espero que se mueva brincando o algo, si estas son huellas...no se si será bueno que encontremos al dueño -comentó Iron, y los otros Excadrill hablaron de forma mas ruidosa sobre esta posibilidad. Estas irregularidades también hacían camino el bosque lejano, y llegando al mismo encontraste el panorama de hoy, algún árbol caído y aquel hueco de antes, que quienes te acompañaban se pusieron a examinar.

Había pasado más tiempo del que Zek hubiera creído bajo tierra, pues ya estaba atardeciendo y el tiempo era agradable, todo lo contrario que horas antes cuando él estaba cruzando aquella zona hasta encontrarse a los Spinda, pero no se iba a quejar, estaba en una región nueva para explorarla y eso estaba haciendo.

Cualquier intento por entender a Iron y los suyos por parte del entrenador era inútil, ellos hablaban en su lengua y le era imposible descifrar algo de lo que decían, así que su único entretenimiento era contemplar el paisaje por el que estaban pasando en busca de algo inusual como el árbol gigante. Hicieron un alto al encontrarse con unas huellas de un tamaño gigantesco, estas impresionaron a Zek a la par que le asustaron, eran demasiado grandes, incluso para lo que él vio horas atrás, al menos no le pareció tan grande cuando lo vio, si es que se trataba de la misma cosa, ¿podrían ser más de uno? Solo de pensarlo a Zek se le iban las ganas de ayudar a los Excadrill, pero ya se había comprometido a ayudar, tenía que cumplir con su palabra.

–A mí no me pareció tan grande, será su manera de caminar– dijo después de Iron para tranquilizar al grupo y también a él mismo. Finalmente, llegaron hasta el bosque, el cuál estaba prácticamente igual que antes, para no quedarse solo Zek se puso a examinar los restos junto a los Excadrill por si veía algo interesante. –Antes avancé un poco más, y encontré lo mismo, más árboles caídos– les contó por si no querían perder mucho tiempo en ese sitio y preferían avanzar.

-El sendero sigue hacia...

Iron calló. Todos callaron. Y esto fue porque el suelo tembló levemente bajo los pies, apenas. Algo muy pesado se estaba moviendo, lejos, pero a la vez cerca como para poder percibir sus pisadas de esa forma. La dirección de la que venía estaba muy clara, las huellas apuntaban hacia ella. Debido al los árboles y sus copas, realmente divisar que era no estaba entre las opciones desde tierra. Iron se sacudió esta aparente parálisis, por lo torcido de sus labios no parecía muy feliz.

-Ya estamos aquí, no nos echemos hacia atrás -dijo, con tono inflexible como si tratara de dar valor al resto, incluyendose a si mismo también. Siendo que ellos comprendían la tierra, quizá el quedarse quietos ante los movimientos de esta había significado algo mas que mera impresión.

Al callarse Iron de golpe Zek no entendió porqué, hasta que notó como la tierra se sacudía bajo sus pies muy suavemente, y entonces creyó entender porqué se acaba de callar, ¿tendría miedo? Si era eso no era ninguna buena señal, ellos no podían tener miedo también, así no llegarían lejos si fuera lo que fuera lo que estaban buscando resultaba ser peligroso, tenían que tranquilizarse, él el primero, para intentar conseguirlo sacó a Kenpachi nuevamente, con su Schyter al lado siempre estaba mucho más seguro.

–Si resulta ser un árbol y tenemos que combatir contra él ganaremos– añadió justo después de Iron para intentar animarles, acababa de caer en la cuenta, un árbol debía de ser de tipo planta y él tenía a Inferno, el plan era arriesgado, pero si le daba por obedecer a su pokémon podrían ganar, el fuego gana a la planta, eso siempre había sido así y esperaba que en esta región eso no cambiara. Cuando se pusieron todos en marcha Zek hizo lo mismo y comenzó a seguirles para continuar la búsqueda en la que estaban metidos.

Y así, decidieron continuar tras las huellas de la bestia, sea lo que fuere. El ligero temblor, pausado, iba en aumento. Algunos pokemon cruzaron por su camino, pero en dirección opuesta y a toda velocidad. Habían varias especies, desde pequeñas como Pikachu y Bidoof y lo mas grande que viste fue un Ursaring y un Dodrio, que de por si eran bastante inmensos y de mal carácter. Normalmente esos encuentros habrían traído problemas debido a su carácter y poder, pero estaban en lo mismo que el resto: abandonar la zona. Ni se frenaron a mirarte o a tu comitiva. Algunos de los que pasaban emitían algunos sonidos fuertes, que algún que otro Excadrill respondía. Para ese entonces, los árboles eran realmente altos, aproximadamente 6 metros de tronco, en la profundidad de ese bosque.

Una bandada de Pidgey y Pidgeotto salió volando desde las copas de los árboles. 

-¿Que dijo el último? ¿"Muy grande, que hace aquí"? -Para ese momento, los temblores se volvieron mas intensos y menos espaciados. Lo que fuera, acababa de iniciar carrera, y se acercaba a gran velocidad. No demasiado lejos, caía algún a su paso. De uno de los laterales del bosque y un poco por delante, salió algo rodando a gran velocidad: un Donphan enrollado. La velocidad que traía era buena, pero apenas tocó el suelo, algo monstruosamente mas grande y veloz le dio alcance. 

Concretamente, unas enormes fauces de de dentadura puntiaguda y letal. Tan grandes como para atrapar un pokemon de mas de un metro, y tan fuertes como para hacer crujir la armadura natural y hundir los colmillos en la desafortunada existencia, triturando y consumiendo con poderosos mordiscos. La presa no había tenido tiempo ni siquiera de completar un grito. Ni siquiera le habían atacado con algún movimiento o similar: simplemente había sido engullida por esa enormidad de al menos cinco metros de altura que caminaba en dos patas, de cuerpo escamado, fuertes patas y cortos brazos. El festín demoró segundos, dejando la mandíbula roja y salpicaduras del mismo color en el suelo. Ahora se enderezaba, mirando en tu dirección, y la de tus acompañantes. O mejor dicho, de sus próximas presas, como anunció un rugido bestial que hizo retumbar el bosque entero.

Conforme más se acercaban a lo que fuera que estuvieran siguiendo más intranquilo estaba Zek y eso se lo hacía saber a Kenpachi por las miradas de preocupación que le dedicaba, ni su presencia había conseguido calmarle, y mucho menos cuando escuchó la traducción de la bandada de Pidgey y Pidgeotto, muy grande y viene hacía aquí, ya estaba cerca, la hora de la verdad llegaba, Zek tragó saliva, a saber que se iban a encontrar.

Un Donphan hizo acto de presencia, pero lo peor apareció pocos segundos después y le dio alcance, una especie de dinosaurio, no un árbol como él creyó, un maldito dinosaurio gigante, esa era la causa de los temblores y lo que estaban persiguiendo, algo muy peligroso como se podía ver, y ahora lo tenían enfrente y pensaba atacarles como anunció con su rugido, la sangre se le congeló a Zek, tenía que hacer algo ya.

Miró al grupo, necesitaba saber que iban a hacer todos, pues su primera opción era salir corriendo, la más sensata desde luego, pero no podía dejarles tirados, al menos aún. Mientras esperaba miró a su compañero. –Prepárate, te necesito– dijo con la voz temblorosa. –Agilidad– le ordenó, si era más rápido él estaría a salvo, por ahí podría tener una mínima opción de victoria si al final terminaban peleando contra esa cosa.

Kenpachi agitó las alas con fuerza y su postura cambio a una mas aereodinámica, estando listo y acelerado por su habilidad de Agilidad.

-Si, agilidad...¡para largarse de aquí!

Iron se hallaba tenso, pero sus manos se movían. Mas bien, los guanteletes afilados en los dedos, frotándose entre si. Mas que un gesto de nerviosismo, percibiste que levantaban una luminiscencia antinatural unos instantes, tras lo cual se veían mas relucientes y afilados*.

-Este grandulón puede ser vencido pero se comió un Donphan de un bocado, y probablemente haga lo mismo con nosotros. Los que pasaban tenían razón, este ni debería estar aquí, ni debería ser tan grande. Probablemente sea mucho mas fuerte de lo que de por si ya son estos, y no podemos arriesgarnos a perder la poca gente que tenemos. ¡Váyanse! Puedo ganarles tiempo y volver por mi cuenta.

Parecía saber de lo que hablaba. Uno de los gigantescos pasos sacudió levemente el suelo, seguido de otros mucho mas violentos cuando el colosal pokemon comenzó su carga. La respuesta a esto fue el tintineo del metal de la armadura de Iron, que se desplazó de su sitio a una velocidad sorprendente para alguien tan "humano". Estarías mas estupefacto si no supieras su verdadera naturaleza, claro. A media carrera, una nube de humo de apenas un segundo bloqueó su visión, y lo que siguió avanzando era un Excadrill en toda regla, algo mas grande que los otros que te acompañaban y con las garras cruzadas mientras estas adquirían brillo. El primer choque fue duro, y aunque notabas que él tenía la capacidad de evadirlo, fue intencional para frenar su carga hacia el resto del grupo. Las fuerzas no tenían comparación, y como era de esperar el perjudicado fue Iron, que fue repelido de un coletazo, pero al vuelo consiguió dejar un trazo de tres marcas en un lado del torso, y en el suelo pudo arreglarse para saltar y evadir el bocado que trató de engullirlo.

Seguidamente como saliendo de un trance, el grupo a tu lado se agitó, y algunos resueltos y otros aún temerosos y a menos ritmo, todos se adelantaron desoyendo el aviso por completo. Ni uno solo se retiró a pesar de las consecuencias que esto podía traerles, la situación era claramente de peligro mortal para lo que estuviera cerca de esas mandíbulas gigantescas.

Tyrantrum, el tirano antiguo. Actualmente, extinto, pero sus fósiles han sido hallados en la región de Kalos.

Tipo: Roca/Dragón
Región de origen: Kalos
Alimentación: Carnívoro

Información expandida: Es un Pokémon que vivía hace más de 100 millones de años. En ese tiempo no había nadie que pudiera hacerle frente, y es por eso que vivía como un rey. Tiene unas potentes mandíbulas con las que puede triturar metales y destruir lo que sea.

Lo dicho por Iron no ayudó para nada a la tranquilidad de Zek, si el líder del grupo decía eso estaba claro que la idea de quedarse a combatir no era nada buena, pero él no quería huir, aún, al menos si el resto lo hacía les seguiría, pero no fue así y tras un leve intercambio de golpes el resto se unió al combate. Locos... A pesar de pensar eso Zek no salió corriendo, lo que hizo fue sacar la pokédex, al mismo tiempo intentaba mirar al dinosaurio, no quería perderle de vista.

La información dada por la pokédex no era nada halagadora, y mucho menos por el tipo del pokémon, combatir contra un dragón siempre era complicado, si a eso le añadía el tipo roca tenía bastante claro que iba a ser difícil. Miró a Kenpachi, tragó saliva una vez más, eran más, quizás gracias a ello podrían ganar, y si no... Se le acababa de ocurrir un posible plan para garantizarles la victoria, tenía que intentarlo, si no le salía y el Tyrantrum no perdía fuerzas echaría a correr, tampoco quería perder la vida aquí.

–Kenpachi– miró decido a su compañero. –Tienes que alcanzar sus ojos con una cuchillada, si le cegamos podremos ganar, confío en ti, a por él– le dio la orden y acto seguido buscó un lugar seguro dónde poder aguantar mínimo una de las embestidas del dinosaurio.

Te ocultaste tras unos árboles un tanto en la distancia mientras observabas. El Excadrill que reconocías como Iron, y los otros parecían estar discutiendo en el caos. Un coletazo mandó unos 4 a volar un tanto lejos, y los que consiguieron acercarse atacaban lo mejor que podían, pero se notaba porque Iron era al que hacían caso: se notaba como el más experimentado.

Kenpachi se acercó con la velocidad que traía, agitando las alas para tomar vuelo y elevarse hasta la altura del rostro, con las cuchillas en alto. No supiste si fue por el sonido, por ser el único desentonante, o porque estaba dirigiéndose a un punto delicado, pero viste casi en cámara lenta como el enorme pokemon fijaba la vista en tu Scyther. La estrategia de tu pokemon era simple: pasar de forma veloz, cortar y salir. La guadaña pasó y rasgó la cara, alcanzando uno de los ojos y dejando un arañado largo por la ruta que raspó. Algo de sangre saltó de la zona blanda, no sabías si de forma permanente o temporal, pero esto le forzó a tener un ojo cerrado, dejándolo tuerto. Pero el precio por esto fue, quizá, demasiado. En su retirada, un movimiento rápido de la cabeza colosal siguió su propio movimiento, las mandíbulas se abrieron, y los dientes se cerraron en la parte que estaba mas cercana a los dientes: las alas frágiles y poco desarrolladas. No hubo ningún retraso en que Kenpachi cayera al suelo, al no tener mas la mayor parte de su órgano volador. Cuando iba a recibir además un pisotón mientras se ponía de pie, tuvo que dejar esto para continuar siendo hostigado por los Excadrill. De forma débil en general, pero continua, no cesaban de atacarlo. Un par se separaron sin embargo, para apartar a tu pokemon de forma veloz del rango de ser pisado por esa enormidad. Y gradualmente, otros se iban apartando, intimidados por lo sucedido o quizá comenzando a hacer caso de Iron. Seguían prestando apoyo, pero se veían muy poco reticentes a emprender retirada en cualquier momento.

Desde la tranquilidad que le dio esconderse en unos árboles cercanos Zek observó aterrado la escena que se dibujó frente a él, Kenpachi a pesar de lo bien que había cumplido las ordenes dadas no salió para nada bien parado y se llevó un mordisco por parte de su rival que le dejó sin alas. Quiso gritar, pero no se dejó llevar y lo que hizo fue cerrar el puño de su mano izquierda y golpear el árbol, necesitaba desahogarse, y esa reacción tan poco típica en él le sirvió.

Sin perder más tiempo salió de su escondite con la pokéball de su Schyter en la mano, lo buscó y apretó el botón para que volviera a su lugar antes de que el dinosaurio terminara matándolo, eso era lo último que quería que pasara, no podía perderle, bastante había pasado ya, demasiado. Con su otra mano algo ensangrentada acariciando las otras tres pokéball restantes observó desde una distancia prudencial la escena esperando que todos decidieran correr de una vez, eso era lo único que quería hacer él en ese momento, pues su plan ya había fallado.

Cada paso de el enorme pokemon hacía temblar levemente el suelo, y cuando estuvo en carrera mas aún. Sin embargo, el tirano estaba recibiendo heridas de a poco, y probablemente terminara cayendo si las cosas seguían así, pero...¿a que costo? En el momento en que retiraste a Kenpachi, sentiste un crujido metálico tras que las fauces golpearan el suelo. El crujido era de uno de los yelmos metálicos de Excadrill al ser triturado. Como inevitablemente iba a terminar sucediendo, uno fue atrapado por esas mandíbulas, y un trozo de metal sangriento cayó a unos pocos metros de ti tras que sacudiera y tragara su nuevo bocado, entero. Lo que probablemente estuvo a centímetros de pasarle también a tu Scyther. El problema ahora era que el devorado se estaba retirando antes de ser atrapado, como casi todos. Tyrantrum no era solo enorme, sino que además, esta enormidad le daba velocidad. No podrían escapar de él, o al menos no todos.

Y entonces, sentiste un temblor y un impacto fuerte en el suelo. Y un sonido de quiebre. Una grieta avanzaba a toda velocidad desde las garras en el suelo de un Excadrill, mas bien, de Iron por su tamaño, hacia los pies de la amenaza. Esta vez, el tamaño y el peso jugaron en contra, ya que antes de que pudiera dar un paso para retirarse el suelo cedió bajo sus pies. La grieta se había vuelto mucho mayor, y la mitad de su cuerpo había quedado dentro de ella, impidiéndole moverse, un movimiento de Fisura perfecta que a cualquier pokemon (que entrara) en ella le habría sido mucho mas perjudicial que eso. Pero...el tirano no iba a quedarse tranquilamente con esta situación. Rugió con furia, y ante este sonido ensordecedor la tierra reaccionó. El temblor pequeño provocado por la Fisura dio paso a una sacudida violenta y desconsiderada, un Terremoto en toda regla que amenazaba con liberarle de su prisión en cuestión de tiempo. Iron no esperó ni un segundo, y de forma mas lenta para no caer al suelo y tratando de esquivar múltiples grietas que se abrían en el suelo y árboles que caían, el mismo comenzó la retirada. De hecho, todos lo hacían de la forma que podían y sin perder tiempo alguno, de forma desordenada y en diferentes direcciones, la prioridad era alejarse de ese monstruo.

Lo sucedido después de que lograra meter en su pokéball a Kenpachi no hacía presagiar nada bueno, uno de los Excadrill que estaban plantando cara al temible Tyrantrum acababa de ser devorado delante de todos, al ver aquello automáticamente Zek comenzó a retroceder varios pasos sin perder de vista a su rival que más bien estaba siendo su pesadilla en estos momentos, su cara reflejaba el miedo que sentía.

En medio de su debate entre corazón y cabeza por salir corriendo o continuar batallando contra el tirano llegó el movimiento de Iron, nada más y nada menos que Fisura, un ataque que a casi cualquier otro pokémon le hubiera resultado demoledor y lo habría dejado debilitado o incluso algo peor, pero no tuvieron esa suerte y lo único que consiguió fue que el Tyrantrum quedara atrapado, dada las circunstancias ya era todo un logro. Ahora es el momento de contratacar, pensó envalentonado Zek.

Ya tenía una mano en la pokéball de su Staryu, estaba listo para ordenarle que usara su potente hidrobomba, eso le dejaría muy tocado al ya malerido tirano, pero el momento de sacar a Starmie no llegó, pues antes hubo un rugido y seguido de ese rugido el suelo comenzó a temblar, mierda, en esta situación y con los excadrill en retirada llegó a la fácil conclusión de que no era el momento de atacar, si no de correr, y eso hizo, intentando mantener el equilibrio y esquivando lo que se cruzaba en su camino, comenzó a alejarse del Tyrantrum, de poder seguiría a los Excadrill, si no iría solo, cosa que no le importaba, la prioridad era salvarse.

Sabiamente, y al igual que el resto de los pokemon de la zona, decidiste huír de la bestia mientras esta luchaba por liberarse, y estabas seguro de que lo conseguiría en poco. Entre los árboles, los temblores y los movimientos de varios tipos de pokemon también huyendo, perdiste bastante el rumbo del resto de los Excadrill pero tampoco importaba mucho. Un estruendo y el sonido no tan distante de pasos colosales y pesados te indicaron que la ventaja acababa de expirar y Tyrantrum estaba libre de nuevo y en busca de mas presas para mantener ese gigantesco organismo suyo. El bosque se había quedado bastante silencioso a tu alrededor. O todos se habían marchado ya o simplemente habían optado por esconderse en un silencio mortal, para no llamar la atención de los agudos sentidos del predador.

-¡Psst!

Un sonido tenue, pero reconocible, te hizo observar una mano robusta que se estaba agitando desde detrás de un árbol, haciéndote señas para que te acercaras.

-¡Por aquí!

Corría con toda la velocidad que podía sin mirar hacia atrás, no debía perder el tiempo en ello, lo sabía bien, lo único que le importaba era alejarse todo lo que pudiera del lugar que intentaba dejar, debían salvarse, y junto a él su equipo. Un gran golpe no pasó desapercibido para Zek, tampoco lo que siguió a ese golpe, enseguida las identificó como las pisadas del maldito Tyrantrum, tragó saliva en medio de su carrera y aceleró más su ritmo, no podía pillarle esa cosa.

Quiso evitarlo, pero al final le fue imposible, le tocó hacer una breve parada para reponer fuerzas, el ejercicio físico no era lo suyo y lo estaba notando. Solo unos segundos, se dijo mientras rebuscaba su cantimplora, necesitaba un trago. Bebiendo cayó en la cuenta de que había perdido a los Excadrill, también de lo silencioso que se había quedado el bosque, un silencio solo interrumpido por el tyrano, el escucharlo le devolvió parte de las fuerzas a Zek, debía seguir corriendo.

Y eso iba a hacer, hasta que algo le interrumpió algo, o mejor dicho, alguien, logró ver la mano de aquel que le llamaba, nada más, pero no se hizo de rogar, cualquier ayuda era bien recibida en el momento en el que se encontraba, y por supuesto quería aprovecharla, así que cambió su rumbo y se acercó hasta el árbol.