Partida Rol por web

Le tomó menos de un minuto decidir qué llevaría: un kilo de galletas y medio de carne seca. Todo entró cómodamente en su mochila, y aún le quedaba espacio libre. Sin embargo, no consideraba que había empacado de menos, sobre todo considerando las circunstancias de su partida.

Se tomó unos momentos para elegir también algunas frutas. A Luna le gustaban las manzanas, y a Silver las peras. A ella le daba igual, y al final se decidió por un par de naranjas. No fue hasta que levantó la mirada que se encontró con la de un joven que la observaba atentamente. Se paralizó por un momento. Aquel chico probablemente venía en alguno de los barcos, pues compraba provisiones para viaje al igual que ella. ¿Acaso vendría también de Sinnoh? ¿La habría reconocido? 

El chico rompió el contacto visual cuando so Blaziken le llamó la atención, y Leo dejó escapar un leve suspiro de alivio. No parecía haberla reconocido en lo absoluto; probablemente solo había sido curiosidad. De todas formas, acomodó un poco su cabello para que le cubriera mejor el lado izquierdo de la cara, dónde estaba su rasgo más distintivo, y luego le entregó las frutas al dueño de la tienda para que las pesara.

Una vez terminadas las compras, se dirigió a la salida de la tienda, pero antes se volvió hacia el vendedor una vez más.

-Disculpe, ¿cuál dijo que era la casa del cartógrafo? ¿La última?

El muchacho tardó algo en contestar, pues estaba ocupado con Yuki, que había pedido mucho mas que Leonnora: Como dos kilos y medio de galletas con cereales y unos 2 kilos de carne, el encargado lo acomodó en dos sacos grandes, cobró encantado de vender tantas cosas como era de esperarse.

-Si, final de la calle. Es un tipo excéntrico, ha vivido unas cuantas cosas...pero no es malo.

Una reverencia educada fue lo que uso para despedirse del vendedor, y tras mirar nuevamente a la chica se dirigió hacia su nuevo destino: La tienda del cartógrafo.Si, prácticamente había matado dos pájaros de un tiro en ese lugar, gracias a que aparentemente ella también estaba buscando comprar un mapa.A veces se tiene ese tipo de suerte, a veces simplemente se esta en el lugar indicado en el momento correcto.Otras veces, se esta en el lugar equivocado y en el peor momento, el tomaba su propio pasado como claro ejemplo para estas ocasiones.Pero la cosa que mas nos duele es la verdad, y Yuki agradecía poder verla, agradecía haber visto como era el mundo en realidad antes de que fuese demasiado tarde.

Tras guardar sus cosas en la mochila, busco la casa al final de la calle.En ese instante Edén y Auron se habían quedado por un segundo mirando a esa chica, observándola de arriba a abajo, ambos habían notado que también entrenaba Pokemon. -Blaziken...- -Gross..- Ambos pronunciaron unas palabras, pero entonces Yuki levanto su mano e hizo un movimiento para que lo siguieran, a lo que ambos contestaron inmediatamente y se colocaron detrás de su entrenador cuando este comenzó a caminar. -Impacientes.-

Al pasar junto al Blaziken y el Metagross, Leonnora les dedicó una amable sonrisa para corresponder a sus atentas miradas. Pensó que Luna y Gaspar también merecían salir a estirar las piernas (metafóricamente en el caso del último), pero decidió esperar hasta que estuviesen más lejos del centro del pueblo. Aún había muchos viajeros ahí cerca y no sabía cuantos de ellos podrían reconocer a sus pokemon (sobre todo a Luna, que no podía ocultar su peculiar apariencia tan fácilmente como su entrenadora)

Durante la caminata no pudo evitar notar que el joven de la tienda iba en su misma dirección, y supuso que al igual que ella iría en busca de un mapa. Sin embargo, no hizo ningún esfuerzo por entablar conversación con él. Al igual que ella, se veía enfrascado en sus propios asuntos.

Llegó a la última casa de la calle y tocó a la puerta.

La casa indicada tenía un cartel afuera. "Mapas". Simple, pero eficiente. Un aviso algo mas pequeño bajo este indicaba entrar sin hacer mucho ruido, y ambos se aseguraron de entrar en silencio...por dentro, el lugar, de madera y piedra, no tenía mucho adornos o sitios a destacar aparte de vitrinas con mapas y algunos tapices de muchos Swablu. Un solitario mostrador de madera esperaba al final de la sala, con un tazón grande de frutas variadas y un mapa a medio hacer, con pintura y lápiz alrededor.

-¡GAHHH!

Ambos escucharon un chillido y que alguien se golpeaba con algo tras el mostrador. La persona se levantó tras unos momentos, en pánico.

-¡ARCEUS BENDITO! ¡NGH! ¡¿QUÉ HACEN DÁNDOME ESTOS SUSTOS DE MUERTE?! CASI ME MATAN DE UN INFARTO. ARCEUS, ARCEUS Y SUS BRAZOS ¡¡¡AGH!!! BENDITOS, ¿¡CÓMO PUEDEN HACERME ESTO!? 

Se colocó la capucha que traía, iba vestido de forma bastante dispar en cuanto a color, mirando hacia todos lados.

Educadamente dejo pasar a la otra chica antes que el en la tienda, ordenando a ambos de sus Pokemon que se quedaran afuera.Una vez dentro de la tienda observo el lugar tranquilamente contemplando los diversos objetos que se podían encontrar.Ante el griterío de el vendedor o vendedora de mapas(No estaba muy seguro) Yuki mostró un semblante neutral y frió, quiza algo en sus ojos denoto molestia y quizá daba un poco de miedo verlos.Sin embargo su rostro ni el jamas perdieron la compostura.

-Mapas.- Dijo mientras acomodaba el cuello de su camisa -¿Tu vendes mapas de Arcadia verdad?.- El control de Yuki le permitía mirar a cualquier persona a los ojos por el tiempo que deseara, y uno de sus pasatiempos era ver cuanto podían mantener la mirada las otras personas.Y eso estaba haciendo ahora mismo con aquella persona -Queremos comprar uno.- Incluyo a aquella chica en sus palabras, por obvias razones. "Heterocromia, interesante."

-Un momento- le dijo a la recepcionista antes de que le diera las indicaciones para ir al Cartógrafo, sacó su bloc de notas y el bolígrafo para apuntar todo lo que decía sin perder un detalle, no tenía mala memoria, pero tenerlo escrito le daba seguridad.

-¿Qué quiero saber?- se preguntó para sí mismo dudando mientras se rascaba la barbilla -soy nuevo aquí, cualquier información que creas importante me sería de gran ayuda, pero si prefieres empezar por algún sitio, conocer este pueblo será útil- con el bloc de notas aún en mano se preparó para apuntar lo que le dijera.

-Los pueblos están algo lejos unos de los otros, deberías llevar una buena dosis de provisiones para ti y tus amigos. El mas cercano es el Pueblo Emperatriz, pero tendrás una semana de viaje a paso lento, y a pie. Hmm, de este Pueblo no hay mucho que decir, somos el único puerto oficial y aquí tienden a encontrarse muchos pokemon normales sueltos, usualmente no molestan a nadie. Y sobre el cartógrafo...es un poco especial. Ha vivido muchas cosas, y tiene oídos demasiado sensibles. Intenta entrar en el mayor silencio posible a su tienda, pero igual es probable que se asuste y grite un poco. Él es así.

Apoyado en la barra de la recepción comenzó a escribir cuando la encargada hablaba, escribía a la vez que repetía ciertas palabras inconscientemente, provisiones, Pueblo Emperatriz estaban entre ellas.

-Entrar en silencio- repitió -me será fácil entonces, creo que tengo decidido mi primer destino, visitaré al cartógrafo- dijo más para sí mismo que informando a la encargada, pero antes de marcharse le quedaba una pregunta más -¿a qué hora servís la cena?- las tripas comenzaban a rugirle levemente y eso le hizo preguntar.

Un grito ahogado fue cuanto escapó de su boca ante la aparición del cartógrafo. Sus nervios, que habían experimentado subidas y bajadas durante todo su viaje, ahora volvían a estar a pico.

Por un simple tipo gritón.

Suspiró irritada mientras el sujeto daba una perorata. ¿Que ellos le habían dado un susto? ¡Pero mira quién habla! Retuvo el impulso de gritarle una respuesta muy grosera a la cara, parcialmente por la presencia de aquel chico, pero sobre todo porque no le gustaba mostrarse muy violenta en presencia de sus pokemon (aún estando dentro de sus pokebolas), sobre todo en consideración del impresionable Silver.

La reacción del joven que había entrado junto con ella a la tienda le impresionó un poco, aunque ya sentía que se estaba acostumbrando a esa actitud tan fría. Sin embargo, no pudo evitar sentir un pequeño escalofrío ante la forma en que miraba al vendedor. 'No quisiera ser el objeto de esos ojos en este momento' pensó.

Se acercó un poco más al mostrador, como para afianzar lo último dicho por el joven.

La mujer se giró a ver el reloj, y luego volvió a verte a ti.

-La cena como en 4 horas. La merienda, en 1. Si quieres ambas comidas y la habitación para esta noche, será un total de 300. Todas son buenas, pero hay una especial para quienes busquen algún lujo extra por 500. En base, es mas grande y tiene mas comodidades, como televisor y eso que capta canales extranjeros.

El joven tomó del tazón sobre el mostrador unas cuantas uvas, y fue comiéndolas rápidamente, con semillas y cáscara, enteras. Conforme masticaba, parecía que se tranquilizaba, y al mirarle unos momentos pudieron notar que parpadeaba a tiempos distintos y con fuerza, primero un ojo, y luego otro.

-¿Mapas? Mapas! ¡Ack! Si si, tengo mapas. -hablaba rápido y de forma nerviosa, mientras les miraba- ¿¿De la región completa??

"No es solo Heterocromia, la forma en que viste y como actuá, pareciera dar a entender que son dos personas en un mismo cuerpo." A pesar de que la conducta de la persona que tenia delante era peculiar, Yuki solo mostró un pequeño interés en su mente.Su semblante taciturno no parecía ser algo difícil de romper.Sus ojos ahora se movieron a la chica que estaba allí también, fue una mirada tranquila muy distinta a la que había mostrado cuando el cartógrafo había decidido hacer su aparición gritando. -Es lo que yo busco.- Ahora solo hablaba por su cuenta, dejando con sus palabras que ella aclarara si también quería lo mismo -¿Cual es el grado de precisión de estos mapas?.- La mirada fija volvió a ponerse sobre el rostro del cartógrafo, parecía desconfiado de que este sujeto conociera la región entera de Arcadia.

Miró a la vez que la mujer el reloj para saber en que hora vivía, cuando se giró y le dijo los precios se quedó pensando. Se mordió el labio inferior sin saber muy bien que elegir, desde luego que le apetecía merendar pero quizás le convendría ahorrar, ya que como le había dicho antes la encargada el pueblo más cercano estaba lejos y eso era mucho dinero que tendría que gastar en provisiones.

Al fin se decidió y dejó de morderse el labio para hablar -pagaré los 300, no me interesa nada más, estaré de vuelta en una hora- ya estaba dispuesto a marcharse pero le quedaba una última cosa por decir -gracias por la ayuda- esas palabras le sirvieron también de despedida. Salió del hostal con las manos en los bolsillos rumbo al lugar donde se encontraba el cartógrafo.

No tardaste mucho en dar con la tienda, y entraste silenciosamente a la misma.

La casa indicada tenía un cartel afuera. "Mapas". Simple, pero eficiente. Un aviso algo mas pequeño bajo este indicaba entrar sin hacer mucho ruido, notaste que un Blaziken estaba sentado sobre un Metagross, esperando, y los reconociste de antes ya que alguien los liberó cerca de ti para caminar...por dentro, el lugar, de madera y piedra, no tenía mucho adornos o sitios a destacar aparte de vitrinas con mapas y algunos tapices de muchos Swablu. Un solitario mostrador de madera esperaba al final de la sala, con un tazón grande de frutas variadas y un mapa a medio hacer, con pintura y lápiz alrededor. En la tienda, cerca de la entrada, estaba una jovencita alta y delgada, a la que ya habías visto afuera entre tantos desembarcantes. También el chico dueño de los pokemon estaba mas cerca del mostrador....y detrás del mismo...

-Mucha, mucha, he estado por toda la...¡AAAACK! -el joven dió un salto hacia atras, volviendo a chillar sonoramente- ¡ARCEUS! -tomó una manzana con rapidez del tazón le dió varios mordiscos voraces, terminandola en nada y tragando los pedazos enteros. Tras esto, pareció volver a estar algo mas calmado, pero temblaba ocasionalmente.

Pudiste notar que quien parecía ser el dueño de la tienda parpadeaba a tiempos distintos y con fuerza, primero un ojo, y luego otro, además de tener los ojos distintos y ropas muy extrañas y poco combinadas.

Leyendo las indicaciones que tenía escritas llegué rápidamente a la tienda que fácilmente se podía reconocer por el claro cartel. Por los pokémon que vio supo que no estaría solo con el cartógrafo, parecía que alguien más había tenido la misma idea que él.

Entró en la tienda despacio y cuidando sus movimientos para no hacer casi ningún ruido, aprovechando que iba a un ritmo lento no perdió detalle del interior del lugar, aún así apenas tardó en llegar hasta el mostrados dónde se encontraban dos personas con las que ya coincidió en el ferry, pero su objetivo no eran ellos, era el asustado cartógrafo que se encontraba comiendo una manzana esta vez.

-Buenas- saludó casi susurrando, después fijó su mirada en el dueño de la tienda -quiero un mapa de la región si puede ser- esperaba que aquel extraño cartógrafo le sirviera de gran ayuda.

Apenas pusiste un pie en tierra, por solo unos momentos, una presión abrumadora te invadió casi al punto de asfixiarte, al igual que una imagen en tu mente se dibujó sin venir a cuento. No sabías como podías asegurarlo, pero tenías la convicción de que en algún sitio lejano, alguien había posado su mirada en ti, vigilandote. Durante esos escasos segundos, pudiste escuchar claramente tu corazón, y todo el ruido exterior se desvaneció de tu mente. No solamente era una mirada física, iba mucho mas allá...

-¡Vaya! Que bonito es todo -Karu no podía evitar sonreír al ver el paisaje desde el barco, como aún quedaba un rato para llegar, decide sacar su libreta y hacer un esbozo rápido del paisaje para que quedara plasmado, y luego hace una foto con el móvil, para poder terminar luego el dibujo. 

Como no queda mucho para bajar, guarda la libreta y va a por sus cosas, para ser de las primeras en bajar del barco. Así que, una vez el barco atraca, Karu es de las primeras en salir corriendo y baja casi de un salto.

Respira hondo y impregnandose de los olores que la rodeaban. Una vez se da por satisfecha, saca las Pokeball de la bolsa y decide sacar a sus Pokemon, pero justo cuando ambos Pokemon salen de sus Pokeball, lo nota, esa presencia, esa imagen que se le dibuja en la mente, ese alguien, o algo, que la está mirando. Durante unos segundos se queda callada, sin escuchar nada, casi sin respirar, ignorando totalmente a sus Pokemon los cuales lleva días sin ver. Entonces sale de su trance al recibir un lametazo de Zunder, parpadea y mira a todos lados, incluso girando sobre si misma intentando descubrir que ha sido eso. Pero no ve nada. Luego mira a Zunder y Feuer.

-No... no se que ha sido eso, pero estad atentos por cualquier cosa, ya escuchasteis a papá, no quiero que os roben. -frunce el ceño mirando a ambos Pokemon.