Partida Rol por web

Dejando atrás todo el enredo de la tienda de mapas, comenzaste a pasear por las calles. Mucho atractivo turístico no había, pero pudiste apreciar la calma y tranquilidad del pueblo, y el día a día de sus habitantes. Lavar, tender, y los pokemon aparentemente salvajes conviviendo en calma. Los extranjeros parecían poco interesados en capturar ninguno de ellos, al ser tan normales y poco raros, aunque algunos se dedicaban a seguir los pasos de los extranjeros con curiosidad. De hecho, un furret estaba avanzando a prudente distancia tuya viendo que hacías.

De los viajantes, veías que algunos se aprovisionaban y comenzaban a andar hacia el bosque, sedientos de aventura. Otros seguían por el camino para alejarse.

¡Que grito tan molesto! Te ha dejado los oídos dolidos, y te sientes algo desorientado, y las palabras te llegan de forma algo confusa.

Ladea la cabeza al ver el nuevo cliente que entra, el joven de pelo verde y le dice en voz baja.

-Mejor déjalos fuera, así no molestamos a este pobre hombre -se gira y sonríe al cartógrafo. Saca el dinero y se lo da a cambio del mapa.- Vaya, pues que mal escuchar tanto, debe de ser muy duro y doloroso... Es lógico que se enfade, vaya dolor de cabeza debe de tener. Intente relajarse todo lo que pueda. He llegado en el barco de hace un rato, es posible que aún lleguen mas entrenadores -le sonríe de medio lado.

Me tapo los oídos con la estridente voz de aquel sujeto y Andrew pone la cabeza entre mis piernas para escapar del penetrante ruido; fue tan aturdidor que por un momento olvidé lo que me estaba perturbando momentos antes de entrar.

-Ok, ok, ok... Lo siento, vale? Y si, quisiera un mapa por favor- Hablé en voz baja después de escuchar la explicación del sujeto -Andrew, monta guardia afuera porfa, saldré luego, ah! Y no hagas ruído, ca-mi-na- Le digo haciendo caso a lo que me dice la chica no porque le tenga lastima al cartógrafo, sino más bien de los pobres tímpanos de mi Sandslash y no quería que la costumbre de mi pokemon de hacerse notar siempre vaya hacer que el sujeto grite de nuevo.

-Oye, "oídos sensibles"- le digo a la chica señalando al cartógrafo -Seguro ya sabe lo del barco. ¿Cuánto por un mapa?- Digo mientras saco mi billetera -Por cierto, ¿puedes escuchar los colores? O quizás... Las miradas? jeje- digo en tono de chiste para mi mismo.

Aparte de que el chico habla cosas extrañas, esta hablándole aparentemente a uno de los tapices de la pared.

-N-no contestaré eso -dijo acomodandose los lentes, no se veía enojado o molesto, solo cauteloso. Sacó un nuevo mapa para Ryder del mostrador, al igual al de Karu estaba hecho en cuero durable e ideal para viajar. El dibujo y detalle del terreno eran increíbles, pero la letra...parecía, aún siendo solo tinta, totalmente histérica y bastante desprolija, Pero se entendía y era clara, el trabajo era de buena calidad.

Guardó el dinero depositado en el mostrador de los anteriores compradores al recibir el de Karu y comió las últimas uvas del racimo, enteras. De hecho, no dejaba el esqueleto de ninguna fruta, ni sus semillas, el único resto era el tallo de lo que había sido el racimo.

-¡Eck! Son 500 -parpadeó de su forma particular y aparentemente, habitual.

-Ah, ok... Gracias- Digo en tono normal dándole los 500 que costaba al tiempo que lo recibía y revisaba; era costoso pero por como estaba hecho, se veía que valía lo que costaba.

-Disculpa- susurro nuevamente al recordar la audición del -¿Sabes dónde puedo conseguir algo como esto, pero con pokes de ésta región?- saco de un bolsillo bastante accesible de mi mochila una especie de catálogo todo desgastado que cuando abro, muestra todos y cada uno de los 150 Pokemons que se encontrarían en la pokedex de Kanto con todo y descripciones detalladas. -Es que, no me alcanza para una pokedex- añado al final con una mirada seria para que no me tomaran a chiste.

Arquea una ceja y frunce ligeramente el ceño ante lo que dice el chico de pelo verde. Meh meh meh, seguro que ya sabe lo del barco, piensa para si misma, ¿pero de que va? Encima haciendo esas preguntas... Niega con la cabeza.

-Muchísimas gracias por el mapa, espero que no le molesten mucho más y pueda pasar el resto del día tranquilo. -hace una pequeña reverencia al cartógrafo, echa una mirada furiosa al chico de pelo verde y se dirige a la salida de la tienda.

Aparte de estar mareadillo, sacudiendo levemente la cabeza notas que estas ofreciendo el dinero y mostrando la enciclopedia al aire entre tu y una pared con un tapiz.

Tras salir de la tienda de mapas, Leo le echó un vistazo al que había comprado, y emprendió el rumbo hacia el siguiente pueblo más cercano.

Una vez estuvo a unos cuantos metros de la casa del cartógrafo, le pareció que ya estaba lo bastante apartada del centro del pueblo, así que finalmente decidió liberar a sus pokemon para que tomaran algo de aire. Tomó las pokebolas de Gaspar y Luna, quienes aparecieron en un haz de luz frente a ella. La alakazam estiró los brazos para aliviarlos luego del largo viaje, mientras el haunter se dedicó a volar en rápidos círculos sobre sus cabezas, muy sonriente. Leo tomó también la pokebola de su eevee Silver, pero al ver que éste estaba acurrucado, obviamente aún asustado, decidió que era mejor que se quedara ahí. Se sentiría más seguro en su bola, y además, había estado fuera de ésta durante todo el viaje en el ferry, asi que no necesitaba salir a estirar las piernas.

-Bueno, chicos, ya es hora de...

Se interrumpió al escuchar un sonoro grito proveniente de... pues de dónde si no. De la casa del cartógrafo.

-Que tipo más loco- dijo la chica frunciendo el ceño. Al volver la vista hacia adelante, vio que Luna observaba atenta la casa con las orejas en alto, pero una expresión extraña en los ojos. -Tranquila Luna, sólo es el histérico vendedor de mapas... Ya, vamos. Gaspar, ¡vuelve aquí! ¡Es hora de irnos!

El haunter se había ido acercando a la tienda del cartógrafo, aparentemente llamado por el caos que había adentro. El dueño del negocio asustaba a todo el mundo con sus gritos, y a Gaspar, como todo buen fantasma, le encantaban los sustos. Ante la orden de Leo, sin embargo, dio la vuelta sin protestar. Por el contrario, parecía feliz de emprender el viaje. Luna, por otra parte, aún se veía preocupada, y Leo dudaba de que fuera por causa del loco de los mapas.

Después de todo, ella sentía la misma inquietud.

Antes de iniciar el paseo Zek se paró un momento para observar al Arcanine y después al Ninetales, sus colores eran extraños para él por lo que sacó su bloc de notas y apuntó los nombres de los dos pokémon y del color que eran, cerró el bloc cuando acabó y lo volvió a guardar en su mochila.

En ese momento vio pasar a un chico que llevaba el pelo de un extraño color verde, Zek no entendía esas absurdas modas de tintarse el pelo de colores llamativos, por lo que hizo un gesto de desaprobación, después comenzó a caminar y escuchó un grito ahogado, del extraño cartógrafo como no, hizo caso omiso y siguió caminando.

Mientras caminaba por el pueblo sacó en claro que el pueblo era uno de lo más tranquilos en los que había estado, sino el que más, no hubo nada que llamara su atención, salvo un Furret que curioso le observaba desde la distancia y Zek se dio cuenta, pasó por su cabeza la idea de acercarse y acariciarlo, pero enseguida la desestimó no sabría cómo podría reaccionar. Sin mucho más que hacer se dirigió al hostal de nuevo, por el camino miró uno por uno a sus pokémon sin sacarlos de su pokéball, Kenpachi y Inferno estaban deseosos por salir, pero no los iba a dejar, quizá luego.

-He vuelto- dijo en forma de saludo cuando entró al hostal -el hambre acecha, ¿falta mucho para la merienda?- mientras formulaba la pregunta se sentó en una de las mesas.

-Mierda- Exclamo al darme cuenta que estoy hablando con una pared. Estaba aún aturdido por el tremendo grito del hombre -Joder, menuda voz tienes señor cartero- hablo en tono normal a modo de mini-venganza con el sujeto de los oídos sensibles. Me aseguro de que en la mano tengo solo 500 exactos y se los pongo en el mostrador y le agradezco nuevamente por la venta del mapa y pregunto nuevamente -Ehmm.. Que pena pero, sabes donde puedo conseguir uno de estas? Más actualizada claro está- digo mostrando mi enciclopedia impresa de los pokemons de Kanto.

El chico momentos antes le estuvo ofreciendo el dinero y mostrando la enciclopedia al aire entre él y una pared con un tapiz.

-Aqui noo, deberías probar en alguna ciudad...o agruparte en el viaje con alguien que tenga pokedex. A-ademas, aqui en Arcadia convi...ven  muchos sin importar su procedencia regional.

Guardó el dinero, parecía habituado al tono normal de habla por lo cual no se molestó, pero se notó que se sintió mas cómodo con los susurros de Karu antes. Miró a esta al marcharse algo apenado, después de todo había sido amable con él cosa que era extraña en los extranjeros.

-Ten mucho cuidado y vuelve si necesitas algo mas, aunque no sea un mapa.

-Casi -la encargada estaba donde la habías visto la última vez, detrás del mostrador con tranquilidad esperando clientes. Se fijó en ti nada mas entrar.

-Bienvenido de vuelta. Puedes ir pasando al comedor -te lo señaló, aunque ya lo tenías ubicado. Sentías un aroma dulce en el aire- Hoy hay hotcackes o sandwich caliente, depende de si tu preferencia es dulce o salado.

Ya sentado dudó entre que elegir pero enseguida se decantó por el dulce –prefiero unas hotcakes, dos para ser exacto, muchas gracias– bajó la cabeza y rebuscó entre su mochila para repasar todo lo escrito desde su llegada al pueblo, que aunque llevaba poco tiempo en él ya había escrito bastante.