Partida Rol por web

Aidana frunció el ceño.

-Así que, planeas improvisar como escalar una montaña y cruzar un río profundo. Aunque tu Ditto sea muy versátil, improvisar cosas de esa forma puede resultar peligroso, mas en un sitio como este que carece de demasiadas comodidades para el camino. Dudo que si pasa un accidente puedas llamar a alguien que te ayude.

Tenía un tono de regaño implacable, pero calmado. Entonces suspiró, resignada.

-Entonces, supongo que no puede evitarse. Si de todas formas estaré en esta región yendo de un lado a otro, no veo nada de malo en acompañarles. No, de hecho, no estaría tranquila sabiendo que alguien tan irremediablemente ingenuo está corriendo por ahí sin un plan firme. Pero, me uniré a la petición de no ser tratada diferente si vamos a ser compañeros de viaje.

Aisha recuperó sus lentes y volvió a colocarselos, apretándolos mucho contra el rostro de los nervios.

-¿De verdad...esta bien? -preguntó bajando la cara a sus apuntes. No eran mas que tachones ahora mismo, había descartado cada palabra escrita y la hoja se componía solo de borrones negros.

El rostro de Kaouru estaba del mismo color que su cabello, avergonzado por las palabras de Aidana. Le habían llamado ingenuo muchas veces en el pasado pero nunca como aquella vez, le estaban regañando, aunque de buen modo, por ser descuidado y despreocupado. Intentó responderle pero el nerviosismo le hizo tartamudear sin llegar a emitir mucho sonido.

¡Gracias por unirte a nosotros! Sin dudas con tu ayuda será mucho mas fácil viajar y afrontar las dificultades del territorio desconocido. El nerviosismo de Aisha le había devuelto a su posición de siempre. Por unos instantes su mente divagó en cruzar el río sobre Drake y sus ojos brillaron de la emoción. Esto... Aisha yo armamos una ruta de viaje en función de lo que nos interesaba conocer, deberíamos rearmarla ahora con los intereses de los 3. ¿Tenías pensada alguna ruta en particular? Atrajo su mochila, cuando la mesa estuviera libre, estiraría el mapa para marcar la nueva ruta.

-Tiendo a tener un destino fijo cada vez, en esta ocasión he marcado el Laboratorio. Supongo que Samuel Oak tiene tanto renombre como para tener otros laboratorios llamados en su honor. Sería bueno conseguir una actualización a la Pokedex con los datos de esta región, por si hay especies nuevas.

Bebió haciendo un alto tras su breve pero precisa idea, con pequeños sorbos, de forma elegante.

-Esto...Flor de Sinnoh...no...mejor hago una suerte de diario.

Aisha parecía bastante metida en sus anotaciones comiendo de a poco cuando recordaba que debía hacerlo. Dio vuelta la página llena de garabatos de antes a una nueva, respiró hondo y se ajustó las gafas, frunciendo el ceño. Aquellos gestos simples le dieron un aspecto algo mas serio por momentos, como quien se toma a pecho su trabajo.

-El día comenzó con... -murmuró cosas para si misma, y parecía que iba anotando lo que dictaba pues escribía fluido- Y por el camino...

Aparentemente había tomado vuelo en lo que escribía, pues ya no se estaba cortando. Aunque, también estaba algo desconectada de la charla.

¿Llamados en su honor? La palma se estampó contra su cara. ¡Ni siquiera había pensado en esa posibilidad. Había dado por sentado que si el laboratorio llevaba su nombre, él debía estar allí. Y yo que pensé que volvería a ver al Profesor Oak luego de tanto tiempo. Me había hecho ilusión saber que aquí había un laboratorio con su nombre y pensé en pasar a visitarlo, pero ahora que lo dices, es probable que solo sea el nombre. Suspiró levemente desanimado. De todos modos pensábamos dirigirnos hacia allí como primer parada importante, aunque no esté el Profesor, la actualización de la Pokedex es muy útil.

Miró a Aisha. La pelirrosa estaba demasiado involucrada en su texto y probablemente ya había perdido noción de que estaba acompañada y hablando en voz alta. Aisha quiere ir a la zona Skittys, le gustan los pokémon rosados y allí hay montones. Podemos ir a donde tu quieras, mientras pasemos por allí, ella estará feliz. Yo he venido para conocer especies nuevas y poder aprender mas de los pokémon en su estado natural, así que sin importar hacia donde vayamos, yo seré feliz. Sonrió con algo mas de alegría, al fin y al cabo, estaba siendo sincero, como siempre. Él solo deseaba conocer mas de los pokémon y poder vivir junto a ellos.

Conforme la charla avanzaba, algunos pokemon había terminado de comer y estaban acomodándose para dormir. En general, la mayoría de los de tamaño similar había optado por acomodarse juntos, y algunos ya estaban dormidos. De los tuyos, solo Magnus estaba despierto, aunque también buscando un lugar en el grupo de durmientes. Drake se había enroscado en su sitio, y Gawain había ido junto a este dejando sus lanzas de lado, y apoyándose en el enorme cuerpo para pasar la noche. Tellus no se había movido de su sitio, y parecía que no iba a hacerlo.

Aisha levantó la vista cuando fue nombrada, y volvió a tener una mirada nerviosa, como si estuviera acostumbrada a que le llamaran la atención.

-¡S-si! Si no es mucha molestia quiero ir a ese sitio...siempre quise tener un Skitty, pero son muy difíciles de encontrar...

Aidana sonrió levemente en respuesta.

-No solo son de un aspecto fino, sino que además pueden ser fuertes. Yo tengo uno, actualmente un Delcatty, pero está en el laboratorio del profesor Serbal en Sinnoh. Quizá al arribar a algún pueblo que cuente con acceso al sistema de almacenamiento pueda pedirle que me lo envié de vuelta para que le conozcas, si quieres.

Esto capturó el interés de Aisha, que le miró con ojos brillantes.

-¿Enserio? ¡Me encantaría!

La chica de cabellos rojos asintió y pasó su atención a ti.

-Donde haya pokemon...estarás bien en todos lados, en tal caso. Entonces, tenemos una ruta decidida, por ahora, sería prudente descansar. No hay necesidad de vigilancia, Tellus estará al pendiente de eso.

Le alegro ver que Aidana y Aisha se llevaban bien, mas aún que la pelirrosa iba perdiendo poco a poco su nerviosismo y que podían llegar a encontrar puntos en común para charlar. Le sonrió ampliamente a Aidana.

Soy un criador que está investigando formas de perfeccionar sus habilidades, en nuestra familia nos basamos en que el mejor método de crianza es el que recrea con mayor eficacia los métodos y medios naturales del pokémon, la única forma de mejorar eso es viéndolos en su propio hábitat y conocer sus costumbres. Así que si, en donde sea que esté, yo seré feliz.

Cuando mencionó la guardia, rió algo nervioso. ¿Guardia? Ni siquiera había pensado en esa posibilidad, su idea era dormir tranquilamente toda la noche confiando en que nada le pasaría. En muchas viejas oportunidades le había salido bien y en alguna que otra había tenido problemas menores que siempre logró solucionar con sus amigos. Que bueno que Tellus cuide de nosotros.

Limpió y ordenó todo lo utilizado para la cena, guardó todo lo que había sacado de su bolso y preparó la bolsa de dormir, dispuesto a pasar su primera noche en la región de Arcadia junto a sus dos bellas acompañantes. Una vez estuvo todo listo, les deseó buenas noches a sus compañeras y antes de meterse en la bolsa se quitó los pantalones para descansar mas cómodo.

La noche pasó tranquila, aunque nunca te había sucedido nada extremadamente desagradable por las noches, era bastante agradable saber que un gigante de metal estaba cuidando tu sueño. Te despertaste con Magnus en la cara, tirándote un poco de las mejillas para que te levantaras. Varios pokemon estaban despiertos ya y otros faltaban. Gawain estaba un tanto en la distancia dando estocadas al aire como entrenamiento, siendo acechado a un espacio prudencial por Puff y Ángel. Hanshi hacía unas flexiones, y Vin estaba colgado de una rama con su cola. Aparentemente tenían la costumbre de entrenamiento matinal. Los demás aún estaban durmiendo, menos Tellus por supuesto que seguía en la misma postura de ayer. Jurabas que no se había movido ni un centímetro siquiera.

Todos estaban a la vista, excepto por tus dos acompañantes, Hitch y Drake. Por las huellas de pisadas humanas, podías decir que ambas habían marchado al bosque, aunque por diferentes caminos. Quizá podrías ir a buscarles, o podías aprovechar a relacionarte con los pokemon de ambas de cerca.

Al despertarse estiró todo el cuerpo para darle movimiento y tardó algunos instantes en levantarse, previo abrazar a Magnus y molestarle con seguir durmiendo sin soltarlo. Cerró su bolsa de dormir y guardó el equipo, se había acostumbrado a ser metódico en esos asuntos desde que había tenido un incidente con traviesos pokémon que se habían puesto a jugar con sus cosas mientras él no estaba y tuvo que perder un día persiguiéndolos a todos y recuperando sus objetos "prestados sin su permiso". 

Con todo guardado, se sorprendió de ver que había sido el último en levantarse, acostumbrado a levantarse temprano para ocuparse de los pokémon antes de comenzar el día, parecía que todos ya estaba despiertos y entretenidos. Se justificó por haber dormido mal en el último día de barco por la emoción de llegar a Arcadia y a los trajines de la noche anterior. 

Se acercó a los pokémon para hacerles algún cariño y les dijo a los compañeros de Aidana que haría lo posible por cocinarles algo a ellos también la próxima vez que tenga oportunidad de abastecerse con los alimentos adecuados para todos ellos. Se paseó entre ellos, ocasionalmente elogiando sus habilidades y la disciplina que tenían de entrenamiento. Sabía que sus propios compañeros y los de Aisha no lo necesitaban: No se especializaban en el combate y no era de su interés hacerlo. 

Se acercó finalmente a Puff y Ángel. Parece que ustedes están mejorando su relación de a poco, me alegra que socialices un poco mas Puff, ¿No es bueno cuando viajamos con amigos? Se sentó cerca de ellos para poder estar mas o menos en el centro de todos los pokémon, acariciando y mimando a los que se acercaban, sean compañeros o salvajes. Magnus había recolectado algunas bayas la noche anterior, por lo que con un cuchillo, Kaoru se puso a cortarlas y comer un bocado él y otro al pokémon mas próximo que tuviera, siempre dándole un trozo a cada uno para que todos los que se acercaran por comida, comieran algo.

Puff se hinchó un poco en respuesta y te miró señalando su moño de forma altiva, como esperando que lo arreglaras correctamente. Su relación con Ángel se te hacía extraña, aparentemente la había aceptado como amiga, pero el papel de esta era mas bien el de la amiga abusada bajo el yugo de una fémina abusiva y segura de si misma. Aunque por lo pasiva que era, Ángel no parecía molesta por esto, estaba acostumbrada a seguir. Ambas reclamaron bayas, al igual que Magnus. Ese último le dio algunas de las que había recibido a Puff con una sonrisa, aunque esta las tomó sin decir nada, comiendo aparentemente complacida por la atención extra. Los Jigglypuff en general tenían un encanto natural que parecía coaccionar a otros pokemon a ser amables y estar pendientes, y Puff no era para nada la excepción.

Pasando un rato, los que entrenaban dejaron de hacerlo. Gawain era bastante marcial en este aspecto, al terminar su entrenamiento se acercó a saludar cruzando las lanzas e inclinándose un poco. Hanshi, por su parte, se echó a descansar de lado, cerca. Era bastante un reflejo de sus personalidades y estilos de lucha, todo estaba acompasado. No viste cuando volvió Hitch, pero también quiso comer bayas, y se veía extrañamente animado, con una mirada pícara un tanto mas acentuada de lo normal. 

Aidana volvió por su cuenta a pie, y sin Drake que obviamente estaría guardado. Tenía el cabello húmedo y un atuendo bastante distinto al elegante y formal de ayer. Le hacía ver mas normal y menos "campeona". En base, llevaba pantalón corto y botas altas con tacones, chaqueta roja y una camiseta sin mangas negra con algo de escarlata que eran un tanto extra excepto por el valor que podían tener a la hora de proteger las articulaciones en caso de alguna caída. La prenda superior era corta, y dejaba expuesto un bonito y femenino abdomen, aunque casi como pago por esto su escote había sido ocultado. También llevaba guantes, y accesorios naranja

-Buenos días, Kaoru, todos. -dijo con tranquilidad, y miró a sus pokemon- Veo que aquí ya han terminado el entrenamiento. Sería hora de movilizarnos.

Hanshi inclinó la cabeza, y Gawain recobró la postura marcial al verla como saludo. Vin no daba señas de querer bajar del árbol aún. Aidana miró alrededor ahora.

-Hm, ¿Donde está Aisha?

Acomodó el moño de Puff y le acarició los redondos cachetes. Aunque la relación entre ella y Ángel le resultaba extraña, no intervino. Los pokémon tenían sus propias costumbres y formas de relacionarse que, en muchos casos, era distinta a la de los humanos y por tanto no podían siempre juzgarlas con el mismo calibre. Además, no le parecía del todo mala la relación, Ángel siempre había sido tranquila y servicial, quizá hasta podía llegar a hacerle bien a Puff relacionarse  con alguien que se preocupe genuinamente por ella.

Ante la llegada del animado Hitch, se imagino que este había estado flirteando con algún pokemon salvaje de la zona y lo mantuvo en el lado opuesto a Ángel. Sabía de sombra que esos dos tenían una relación de amor incomprendida, posiblemente por ellos mismos también. Si Ángel sospechaba que Hitch había estado de amoríos, posiblemente le hiciera una escena de celos en función del tiempo que no estuviera pasando con ella y por eso mismo los mantuvo separados a base de repartir bayas en todas direcciones a los pokémon cercanos.

Aidana, buen día. Le sonrió amable. No se donde esté Aisha, cuando desperté ya no estaba ninguna de las dos. Pero imagino que ha de haberse ido en aquella dirección. Dijo señalando las huellas de las que se había percatado anteriormente. Se levantó y estiró sus extremidades, desperezándose. Si ya estamos listos para seguir, será mejor que la vaya a buscar. Si Aidana no tenía una propuesta mejor, entonces se encaminaría a seguir las huellas de Aisha junto a Magnus para encontrarla.

Apenas echaste a andar para seguir el rastro, la viste acercándose por su propio pie. Ya estaba arreglada, aunque se veía un tanto nerviosa y sonrojada. Al ver que estaba siendo observada, se acercó al trote, tornándose aún mas roja conforme se acercaba.

-Ya...ya volví, lamento haber tardado -dijo con un hilo de voz. Sus pokemon se acercaron, contentos por igual. Coral dio unos brinquitos queriendo que le cargara, y así lo hizo, y Puff le miró desde abajo un tanto disconforme, pero recibió una caricia en la cabeza que le dejó satisfecha.

-Buenos días, Aidana. -le miró con cierta curiosidad- Bo-bonito atuendo, te queda muy bien...

Notaste que cuando iba a encontrar tu mirada evitó hacerlo, y en general su vista huía de la tuya, apenada en extremo...

-Recogeré mis cosas para poder marcharnos -dijo, e inmediatamente se puso a ello.

Le resulto extraña la actitud de Aisha. ¿Acaso había hecho algo para molestarle? Repasó los últimos acontecimientos de la noche pasada, luego de la cena había limpiado y guardado todo, les deseó buenas noches a ambas y se fueron a dormir. Se rascó la mejilla extrañado y cuando ella se inclinó para recoger sus cosas, él aprovechó la oportunidad para hacer lo mismo, inclinarse junto a ella y hablarle en voz baja, para no llamar la atención de Aidana.

Aisha... ¿Sucede algo? Siento como si estuvieras evitándome. ¿Hice algo para molestarte? Aunque susurraba, se notaba el tono de preocupación en su voz.

Aisha casi se cae hacia atrás cuando te percibió cerca, totalmente roja.

-¡N-no pasa nada! ¡N-no dire nada al respecto! ¡¡P-pero es muy pronto!! ¡¡Necesito mi espacio por un rato!! -dijo algo extraño, que desencajaba en cuanto a temática. De hecho, no venía a cuento en absoluto con nada.

Sin mas, recogió las cosas en un destello y se adelantó en una carrera a toda velocidad donde el resto de los pokemon para tomar distancia y esperar a que tu y Aidana estuviesen listos. Esta última lucía una expresión consternada. No parecía tener pista de lo que estaba pasando, por lo cual lo dejó ser.

Miró a Aisha extrañado y tardó unos instantes en incorporarse, sin comprender lo que había pasado, ni lo que ella había dicho. Observó a Aidana, quien parecía tampoco comprender nada de la situación y se encogió de hombros, terminando de guardar sus cosas y enlistarse para el viaje.

Muy bien amigos, hora de volver a sus pokeballs. Resguardó a Magnus, Hitch y Ángel en las pokebolas y se colocó la mochila. Continuamos entonces hacia el  norte, ¿Verdad? Rumbo al Pueblo Emperatriz. 

Y, comenzó el viaje a pie. Por suerte, el terreno en general era llano, una pradera hasta donde alcanzaba la vista, llena de pastizales de diversos tamaños. Los mas altos llegaban a mas de un metro de altura, y se agitaban eventualmente delatando que estaban llenos de vida de pokemon. Para un viajero, ver distintos tipos rondando era natural, por lo cual la única que parecía prestar mayor atención al asunto. No hubo necesidad de desviar por problemas, mas que algunos pokemon salvajes saliendo al paso, ya fuera por agresividad (un par de Nidorinos macho), o simple curiosidad y ganas de molestar humanos, de parte de algunos Zigzagoon, que fueron despachados Magnus y Coral sin muchos problemas. De este último, apreciaste los movimientos Clavo Cañón desde su espalda, y Rayo Burbuja.

La mañana y el sol del mediodía quedaron atrás para dar paso a la tarde temprana. El cielo estaba aún soleado pero unas nubes grises manchaban el cielo azul, y avanzaban lenta e inexorablemente. Aisha tras el combate se había relajado un poco mas, pero seguía nerviosa a tu alrededor. Aidana estaba impasible, y quitando su máscara de seriedad, era bastante agradable de tratar y no le molestaba hacer charla de lo que se le preguntara, ya fuese su vida personal, o los temas relacionados con su título de Campeona Regional de Sinnoh. El Gran Maestro* era el único que caminaba el paso por su propio pie, cargando el equipaje de Aidana con aire relajado, en un brazo y aparentemente sin molestarse por el peso. Eventualmente cambiaba el peso de un hombro a otro y acomodaba la ramita entre sus dientes casi con un aire campirano.

-Según el mapa, no hay mucho que ver por aquí. -dijo Aidana- Una zona boscosa menor y un local marcado como un bar para viajeros. Aún no estoy tan cansada como para pedir una parada, pero quizá sea una buena idea adelantar un poco el almuerzo. Además escuchar a la gente local siempre es buena idea.

Aisha miró el mapa con curiosidad.

-Al que hizo esto debe gustarle mucho el sitio, tiene una nota que lo recomienda especialmente. ¿Lo conociste también, verdad? Alguien nervioso que tendía a elevar la voz como si se asustara por todo.

Desistió de entender lo que sucedía con Aisha, cada vez que se acercaba ella buscaba alguna forma de alejarse. Aidana probablemente tampoco le entendiera y lo mejor era dejar que el tiempo pasara, las cosas decantaran por si mismas y, eventualmente, comprendería la situación en la que se había metido sin siquiera saberlo.

Le he comprado mi mapa a ese mismo chico... también me traje una hoja de calcar, para poder hacer anotaciones sobre el mapa sin arruinarlo. Así podre anotar cosas de interés o puntos importantes. Sonrió a Aidana, como si estuviera buscando su aprobación al demostrar, lo que para él era, ser un campista preparado. No tardó en reírse al darse cuenta de que solo estaba haciéndo el ridículo.

No estoy cansado, pero si tengo hambre, así que apoyo la idea de ir a comprobar que tan buena es la comida en ese lugar y ver si los lugareños tienen algo interesante que contar.

Tal cual estaba señalado, el bar apareció a un lado del camino tras un rato mas de caminar. Estaba pegado a una casa de tamaño medio y dos pisos, construida en madera y de aspecto afable y cuidado en general, aunque un tanto rústico.

Pero por otro lado, el local en si se veía sencillo y limpio, no habría ningún remordimiento en una parada en un lugar así. Era algo pequeño, ya que naturalmente no debían tener una afluencia extrema. Con suerte una decena de mesas, aunque bastantes mas asientos en la barra. Listas con precios y diferentes comidas estaban anotadas de forma visible a quien se detuviera a observarlos, una vidriera guardaba algunos postres listos y algo de comida que naturalmente necesitaba refrigeración. Una mujer sonriente de edad un tanto avanzada estaba tras la barra mirando una tele pequeña y antigua que sintonizaba con mala calidad en si, pero se reconocía que el programa era extranjero de ese sitio. Por aquel momento el sitio estaba vacío y apacible, aunque había una mesa sin limpiar lo cual indicaba que alguien mas había comido ahí hace poco.

-Oh, buenas tardes jovencitos -saludó la mujer con voz cálida, prestando menos atención a la tele ahora, dispuesta a atender pedidos. Hanshi se sentó a un lado de la puerta, afuera, ya que por cosas de tamaño no entraba ahí.

Tus acompañantes saludaron de vuelta, y eligieron una de las  mesas cercanas a la sección de postres refrigerados.

-Aisha dice que no le importa lo que pidamos y yo tampoco tengo demasiadas preferencias ahora mismo, pide de lo mismo para los tres -Aidana te hablaba desde la mesa, ya habiéndose sentado y todo, contenta de poder descansar las piernas un poco. Los precios no eran extremadamente caros, aunque si un poco por encima de las expectativas, y tenían platos en general sencillos consistentes en carne roja y algunas guarniciones. Las bebidas iban en normales (jugos, alcohol de los mas comunes) a leche mu-mu (¡aquí había una granja de Mu-mu también!) y zumo de baya de Shuckle.

-Eh...yo quiero jugo de naranja.

-Si, yo prefiero mu-mu -¿con comida? aparentemente Aidana tenía algún que otro gusto extraño para comer.

Devolvió el saludo amable y se sentó junto a sus acompañantes, observando la carta. La situación con Aisha no le pasaba desapercibida, no solamente no le hablaba, sino que Aidana había quedado en el medio, como una interlocutora intermedia. Se preguntó internamente cuanto tiempo pasaría hasta que Aisha se vuelva a dirigir a él o, en su defecto, cuanto tiempo lo soportaría Aidana. Suspiró, deseando que aquello no se convirtiera en un problema en su, recientemente formado, grupo de viaje.

Aquel día se había levantado con ganas de un plato caliente, que les diera fuerzas para continuar la marcha hasta la noche, por lo que pidió un plato de pasta con salsa y albóndigas. Cuando todos pidieron las bebidas él pidió un refresco, le encantaba la sensación de las burbujas en su lengua.

Cuando era chico acostumbraba a tomar leche mu-mu con la comida, luego empecé a tomar jugos frutales, al ver que era lo que todos los adultos tomaban. Se rió un poco. No pensé que iba a encontrar a alguien que tomara leche mu-mu en su almuerzo. ¿Es algo común en Shinto o es parte de la dieta de los campeones? Bromeó El lugar se ve bastante agradable, hicimos bien en detenernos aquí, la comida nos dará fuerzas para seguir camino.

-Sinnoh -corrigió- Y no, es costumbre personal mía. Me gusta mucho su sabor, creo que va bien con todo. Por lo demás los campeones somos gente, y los hay muy diferentes.

Suspiró.

-Actualmente tengo vacaciones de eso, pero usualmente debes estar en la región, disponible para cualquier retador.