Partida Rol por web

-!!!SACADME DE AQUI¡¡¡

Grito durante unos minutos aunque pienso que es algo inutil, pero la situación requiere dejar que mis sentimientos de rabia de desboquen mientras lloro y caigo al suelo una y otra vez en cada griro de la furgoneta.

La oscuridad me agobia y el acolchado de la furgoneta al principio me da panico, aunque luego empiezo a preguntarme, por qué alguien acolcharia una furgoneta pra secuestrar a alguien.

-Soy...valioso para ellos.

Palpo la tela acolchada y tras caerme un par de veces mas y darme un golpe en la cabeza, encuentro una de las esquinas donde acoplarme mejor a la furgoneta y así no golpearme mas.

-Maldita sea...estoy sengrando por la narid...

Que cosa tan estupida...me estan secuestrando y pienso que sangro por la narid.

Por alguna extraña razón, me tranquilizo un poco, pensando que preocuparme por algo que desconozco no me va a ayudar mucho.

Tras unos pocos instantes vuelvo a ponerme nervioso, me es imposible evadirme...y lloro...

Durante lo que te parece una eternidad, la furgoneta avanza por la carretera. Los sonidos te llegan amortiguados, pero hay veces en la que escuchas mucho coches, y otras en la que solo hay silencio.

Te parece escuchar un avión despegando cerca.

Al cabo de mucho tiempo, el auto por fin se detiene. La puerta se abre y la luz entra a raudales.

Dos matones, con la cara aún cubierta, te apuntan con sendos M-16.

-Bájate despacio, con la manos en alto.- te dice uno de ellos con voz autoritaria.

Levanto las manos mientras cierro los ojos, sufriendo aun así el efecto de la luminosidad. Es realmente incomodo.

-Tranquilos...no voy a intentar nada.

Me muestro docil. Tras haber pasado todo el viaje sufriendo estados de tranquilidad y locura, ahora me encuentro agotado y dispuesto a cooperar para no complicarme mas las cosas.

Si no estubieramos en esta situación.

Algo me quema en mi interior...deseos de ser tan fuerte que sus armas no les sirvan de nada. Me imagino en cualquier clase de esgrima o torneo y me veo lo suficientemente agil como para vencerles, pero no tengo ni filo cortante y aún con los ojos cerrados y la boca reseca permanezco en espera para ver lo que me depara el futuro.

-Venga tío, cúbrelo ya.- dice impaciente el hombre que está a tu derecha.

Una vez tus ojos se acostumbran, observas un parque industrial, casi desierto, lleno de naves. Hay muchas grúas a tu alrededor, como si estuviese aún en construcción.

El hombre de la izquierda se acerca a tí con algo negro entre las manos.

-Y ahora quietiño, ¿eh?.-

Te pone una especie de pasamontañas que te cubre toda la cabeza y que no te deja ver nada. Caminais un rato por un camino de tierra, hasta que escuchas como se abre una puerta.

-LLevarlo para dentro.- dice una voz femenina.

Notas un pinchazo en el cuello, y todo se desvanece.

Acompaño sin ningún tipo de reticencia a los hombres que "amablemente" me llevan con todo el "cuidado" que tienen por ese lugar en construcción.

¿¿Que es lo que quieren de mi??

Escucho la voz femenina y antes de que pueda preguntarle nada, siento como mi mente sale despedida de mi cuerpo y caigo sin apenas sentir el pinchazo.

-¿Que...........

?

Te despiertas en un lugar frío y húmedo. Está oscuro, no puedes ver nada, no puedes oir nada. Tienes frío. Te duele la cabeza y estas helado, los músculos de tu cuerpo están adormecidos.

El techo es más bajo que tú. por lo que no puedes levantarte del todo.

Estas encerrado.

Pestañeo con fuerza una y otra vez incredulo de mi situación y al comprovar el reducido espacio en el que me encuentro...me comienza a faltar el aire.

¿Pero como puede ser posible?¿por que me hacen esto?

!!!!SACADME DE AQUI¡¡¡¡

Desesperación que hace que la respiración aumente hasta la extenuación, momento en el cual el llanto llega. Lloro como un niño pequeño mientras golpeo la dureza de mi carcel, me desespero y respiro con violencia, lloro, las manos me duelen de golpear aquí y alla, me revuelvo, me estiro todo lo que puedo y me encojo en la protectora posición fetal. Grito, me cabreo conmigo mismo, odio a los que me capturaron, odio a Jürgen porque casi le capturan y por salvarle estoy en esa situación, odio a quien me ha hecho esto preguntandome quien me lo ha hecho.

Me digo que no es culpa de Jürgen. Me preocupo por mis padres y por la gente que no sabe donde estoy. Me pregunto que pensará Freire, que le habran dicho...¿habre desaparecido sin mas?...Mil preguntas sin respuesta.

Golpeo mi celda, grito sin voz y lloro sin lagrimas hasta la extenuación...

-Pero...no me han matado sin mas...asi que...puede que esto dure...mucho...

Las horas van pasado, sin niinguna novedad. No te llega ningún ruido del exterior.

Cuando ya has perdido completamente la noción del tiempo, se abre una especie de trampilla en frente a tí que deja entrar algo de luz. Está en una especie de zulo excavado en la tierra.

Deslizan una bandeja con comida, una botella de agua y una vacenilla para que puedas hacer tus necesidades.

Quiero hacer mil y una preguntas...pero no puedo, mi mente se bloquea al ver por primera vez mi prisión con mis propios ojos.

Observo la comida, tengo hambre y no sale ninguna pregunta, por lo que me maldigo. La garganta me molesta, la tengo muy irritada de tanto gritar, pero pienso detenidamente y me doy cuenta que es una tonteria...todo me duele.

Cojo la bandeja de la comida que mantengo con cuidado y antes de probar nada, me digo que por muy mal que sepa, me lo tengo que comer...hay que sobrevivir a cualquier precio y esas palabras de aliento me tienen que mantener cuerdo en esta locura.

Preparado para ingerir cualquier veneno o droga...vamos alla.

Como lo que me han puesto...

El agua y el pan que te dan parecen frescos. En cuanto das la primera cucharada, te das cuenta de que estás comiendo fabada de bote. Está un poco fría, pero sabe bien.

El tiempo pasa hasta que a puerta se abre. Uno de los hombres encapuchados entra. En cuanto tus ojos se acostumbran a la luz, ves que te está apuntando con una pistola.

-A ver,vete al fondo.- dice mientras guarda el arma. Se agacha y entra en la sala dos cubos y una toalla. Te deja tambien una esponja y jabón.

-Para que te asees.- te dice fruscamente.

Sigo sus instrucciones al pie de la letra, apartandome y observandole.

Todo resulta muy misterioso, ahora quieren que me asee un poco, pero eso no tiene sentido para mi, aun así le hago caso y me dirijo a los cubos con tranquilidad, sin muestras de intentar hacer nada mas que "ducharme"

-¿Puedo hacer una pregunta?

Mis palabras son breves, no quiero cabrearle, mejor que todo siga almenos como está y todo llegará.

Desde el pasamontañas te miran unos fríos ojos negros.

-Si te quedas quietecito y no intentas jugárnosla, si. Te aviso de que mi compañero está al final del pasillo con un arma, y arriba hay más gente. Nunca saldrías vivo de aquí.-

Su tono de voz suena tan tranquilo como amenazador.

-No tengo intenciones de daros problemas...¿por qué me habeis metido aquí?

Una sola pregunta que espero que no les cabree demasiado. Mi actitud es totalmente sumisa, en pie a unos pasos del hombre del pasamontañas. No quiero parecer amenazados, no me muevo, no quiero ni pestañear. No se como va esto, pero presiento que si hago lo que me dicen, mis dias no seran peores de lo que van a ser.

Trago con fuerza.

Susurro con unas pocas palabra casi inaudibles.

-¿Quien me ha hecho esto?...

Sus ojos, lo poco que ves de su rostro, refleja sorpresa.

-¿Por qué? ¿Tienes idea de lo que la iglesia está dispuesta a pagar por recuperarte?. Somos secuestradores, Einstein. Pero tranquilo, la Iglesia no quiere escándalos. En cuanto nos den el dinero estarás libre y sin ningún daño. Si no haces ninguna tontería claro.-

En cuanto acaba de hablar, sale del zulo dando un portazo. Vuelve la oscuridad y la desorientación.

Asi que voy a salir realmente caro...y luego trabajaré bajo esa presión...eso si salgo de aquí ¿la iglesia realmente estará dispuest a pagar una fortuna por alguien como yo? Solo soy uno de tres...

Mi oscuridad...mi casa para los proximos dias y no se cuantos van a ser. Por eso procuran cuidarme, no quieren que me muera ni nada parecido, no quieren que acabe muy debil y no valga nada.

Reflexiono en mi oscuidad.

Siento rabia e mi oscuridad.

Ya no grito.

Pero mis deseos de venganza nacen...y crecen...en mi oscuridad...

El tiempo pasa, y sigues encerrado. Te dan comida y agua para lavarte, pero no te dicen nada más de tu estado, ni lo que pasa con el pago del rescate. Te han quitado todo objeto personal, sólo te queda la ropa, que se va ensuciando día a día.

Al cabo del tiempo, estás completamente deshorientado, es imposible saber cuantos días han pasado. No hay luz y la ventilación es escasa, haciendo el aire cada vez mas viciado.

El tiempo pasa y sigues solo, hasta que la puerta se abre de par en par y una voz femenina te llama por tu nombre.

-Jonh, ¿estás ahí?.-

Mis ojos claros se cierran dañados por la repentina luz. Intento ocultar mi rostro con la mano, para acostumbrarme a tanta luz.

Mi voz sale desgarrada, ultimamente no gritaba mucho, pero no tengo muchas fuerzas ni impetu, aunque esto pueda ser mi liberación.

-Si...

Apenas es un susurro, asi que carraspeo un par de veces.

-Si, soy John.

Mi voz ha sonado un poco mas decidida, pero en mis oidos ha sonado igualde desoladora.

A través de las sombras ves como una figura pequeña, bastante menuda se acerca a tí. Sus pasos son rápidos y ágiles, como los de un felino. No parece tener intención de atacarte.Trae con ella un poco de brisa que te despeja los sentidos. El aire tiene un ligero aroma a hierba recién cortada y tierra mojada. Se agacha a tu lado, tocándote suavemente tu piel con una mano helada.

-Jonh, hay que salir de aquí. Vámonos.- dice la voz con un tono preocupado.

Intenta ayudarte a que te pongas en pié. Tus piernas están ateridas por el pequeño tamaño del zulo, y tropiezas un poco al incorporarte. Los ojos empiezan a acostumbrarse a la luz, dejando ver una espesa melena morena a tu lado.

Las rodillas duelen, los tobillos y la cadera duelen.

La espalda duele, los brazos duelen.

Los ojos duelen con la luz del exterior.

Pero es increible la fortaleza con la que uno lucha al sentir que puede escapar de la boca del lobo, porque tdo parece disiparse para centrarse en correr.

Y corro.

Corro detras de esa fragancia, de esa oscuridad hondulante de cabellos atrayentes que aunque no me paro a pensar, me recuerdan lo suficientemente familiares como para pensar que todo va a cambiar, que alguien, que un angel oscuro me va a sacar de esa pesadilla que podia haber acabado conmigo.

Corro, sin pensar en que nos pueden capturar, en que me pueden matar igual que a la chica que acaba de pronunciar mi nombre.

Corro...y pienso que si vivo, me las van a pagar...

...porque cuando se rompen ciertas barreras...un sentimiento oscuro te invade.

Corres detrás de ella subiendo unas escaleras que no recuerdas haber bajado. Notas como, de vez en cuando, disminuye su velocidad para que puedas seguirla. La adrenalina que corre por tus venas contrarresta el efecto de los días de encierro.

Llegais a una nave industrial bien iluminada y casi vacía, exceptuando unas cuantas cajas polvorientas y una grúa oxidada. A través de las ventanas os saluda la luna.

Rebecka entra con prudencia, manteniendote atrás con un gesto protector de su brazo. Ahora que tus ojos se han acostumbrado a la luz, ante tí se ofrece un desagradable espectáculo. Hay sangre y miembros de personas por el suelo. Uno de tus secuestradores está tirado en el suelo, con el pasamosntañas aún puesto, y con un gesto de horror en sus ojos. Le falta la parte inferior del cuerpo y en su mano empuña una pistola que, obviamente, no le ha dado tiempo a disparar.

-Vámonos de aquí, no se si aún queda alguno.- dice tu acompañante volviendo a correr.