Partida Rol por web

Rincón

INTERLUDIO: XOAN MANOEL

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28/08/2013, 00:38
Abu Sumadih

-Que non querades revelarme al "pecador" quiere dezir que algo vos une o vos obliga con él... -dijo Abu, pensativo, atusándose la barba con los dedos.

El moro demostraba tener muy buena intuición siempre, como cuando tomó partido por vosotros en el conflicto con Mateo de Antequera, gracias a lo cual, a la postre, el lance terminó bien para el pueblo de Rincón. Ahora volvía a hacer gala de esta intuición, aunque, si había pensado en alguien concreto, no lo dijo; pero, desde luego, al decirle que era extranjero, le habías dado bastantes pistas. Usando la lógica, como él solia decir, se llega más lejos de lo que uno puede imaginar; y él sabía que tú no salías de Rincón, y que los únicos extranjeros que había en el pueblo eran él mismo, el Catalán, y el párroco; y teniendo en cuenta que monseñor Luis había venido a visitaros varias veces al castillo, casi se lo habías confesado sin querer.

-Comprobaldo por vos mesmo si es menester -prosiguió-, mas veredes que esas acusaciones solo pueden nascer del odio. Por desgracia, el hábito que debiera emblandecer el corazón de quien lo lleva por el prójimo, a veces causa effeto contrario et endurece la mollera. Mas vos sodes persona íntegra et por cierto he que habredes de actuar con buen seso.

Con lo del "hábito" no te pareció que, aunque no quisiera dejarlo claro, se refiriera a ti precisamente...

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28/08/2013, 08:52
Xoan Manoel

-Ai , infiel -dije socarronamente, como cuando quería molestarle con alguna brutalidad de estos tiempos- A ignorancia está faciendo estragos nesta época, confundindo os desesperados, et el no saber les da miedo a aquesta xente.

Dando un poequeño sorbo a la copa:

-Vou con moito coidado, et intentaré ir solo sen que me siga nadie para poder aclarar toudo.

Luego la dejé encima de la mesa sin hacer apenas ruido apoyando el canto de la base y dejándola posarse despacio.

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31/08/2013, 01:16
Director

Los días siguientes, el pueblo de Estañedo ocupó por completo tus pensamientos. Sin embargo, tus obligaciones en el castillo te impidieron hacer una visita a la supuesta bruja. Cosa que, por otra parte, agradecías, pues así quedaba estancado ese punto de tu relación con monseñor Luis, y mientras no se resolviera, en su contra obviamente, no albergaría sospechas sobre ti.

Por otra parte, días después Ruperto cayó gravemente enfermo y Luis no pudo hacer lo que habíais acordado. Le subieron unas terribles fiebres y volvió a resentirse de la terrible herida recibida durante vuestro enfrentamiento con Mateo de Antequera. El Catalán, el médico del pueblo, no pudo hacer nada por él, y todos temíais que fuera a morir en poco tiempo. Un día, para tu sorpresa, viste vacía la cama donde estaba postrado desde hacía tiempo, y en la cuadra faltaba el corcel que rapiñasteis a los Antequera. Te resultaba increíble que Ruperto se hubiera marchado, pues en el estado en el que se encontraba no podía dar un paso; pero al día siguiente regresó a Rincón en compañía Simplicio y Ventura, completamente restablecido... venían de ver a la abuela Inés en el pueblo de Estañedo, y ella era la que le había curado; era increíble vele tan radiante, cuando el día anterior estaba a un paso de la muerte. Pronto se correría la voz por el pueblo, ya que era el Catalán el que les había recomendado visitarla como último recurso; pronto, Luis sabría que Ruperto había aceptado ponerse en manos de la que él consideraba una bruja...

Notas de juego

FIN DEL INTERLUDIO