Partida Rol por web

Habían pasado dos meses desde el enfrentamiento en la iglesia contra los hombres de Sancho, capitaneados por su escudero, Isidro Membrillo, que estaba ya criando malvas después de su último intento, fallido por suerte, de acabar con la vida del barón don Pedro y convertir a su amo en el nuevo barón.

Nada se sabía de Ruperto, ni del cura, y de pronto vinieron, un buen día, los dos juntos por el camino de Toledo. Monseñor Luis se reunió con Xoan Manoel y le contó lo acontecido los últimos meses, avisando antes a Ruperto de que iba a proceder de ese modo. Se encontraron ambos con la sorpresa de que Xoan Manoel era el nuevo castellano del castillo y de que Sancho, que había traicionado a su hermanastro, había huido, salvándole la vida en el último momento cuando iba a ser atacado por unos hombres que él mismo había contratado para darle muerte.

El cura le contó a Xoan Manoel que Ruperto, culpable del asalto sufrido por él en la propia iglesia, tras el cual había desaparecido su diario, le había seguido hasta el monasterio de San Gabriel, donde pensaba esconderse una temporada, y había intentado matarle, acusándole de la muerte de su padre, que había servido a la Fraternitas. Pero Ruperto fue descubierto antes de que eso sucediera y, tras esquivar ambos las preguntas del abad, le contó lo sucedido, y es que Narciso, su padre, había sido uno de los frateres miles* que le habían asignado para averiguar lo que estaba pasando en Rincón, y que justo cuando se disponían a intervenir en un aquelarre convocado por la bruja de Estañedo, Inés, Alvar el Sanguinario y sus bandidos lo asaltaron y lo asesinaron junto con los demás fráteres, que se habían hecho pasar por soldados del barón don Ramiro.

Conocido el triste destino de su padre, Ruperto aceptó ir a Toledo para prestar juramento al Pater Toleti y convertirse así en frater miles y miembro de pleno derecho de la hermandad. Junto con él vendrían además otros tres fráteres milites**, necesarios para actuar cuando se convoque otro nuevo aquelarre. Ahora Luis va a dedicarse enteramente a averiguarlo, y os pide a ti y a Ruperto que estéis atentos para cuando necesite vuestra ayuda.

A la semana siguiente llegaron los tres hombres fingiendo ser resto de una tropa derrotada en la guerra, igual que vosotros.

Estos acontecimientos requerían de un encuentro entre vosotros sin Luis de por medio. Sois compañeros desde hace mucho tiempo, y sin embargo había muchas cosas que desconocíais el uno del otro...

Observo a Ruperto mientras cierro puertas y ventanas asegurándome que los oídos y ojos ajenos no nos estorbasen para nada:

-Ruperto, fillo, ¿sabes que significa el emblema que portas agora? antes non se si ho tenias claro. ¿ques para ti na fraternidad? Has de ser moito cuidadoso, et non mentirme.

—No estoy seguro —respondo a Xoan Manoel—. De momento, sólo sé que es la hermandad que me arrebató a mi padre, y que promulgan que la mujer que me curó, la abuela Inés, es una malvada bruja. Aparte de eso, no sé más cosas, o no me las han querido mostrar.

Dicho esto, miro al noble, para preguntar—. ¿Y vos, podéis decirme lo que es?

-Eu non he veñido para ilustrar ni para contestar cuestiones, simplemente como germá teu.

Contesté y preoseguí:

-La germandad non matou a tu padre, sino Alvar. Vera Lucis diou toudo a ello. Et Inés, la bruxa, ¿qué farás cando al tengas delante? Non te pregunto que deberías, sin lo que farás.

-No he venido a enseñarte ni a contestar, sino como hermano tuyo

Contesté y preoseguí:

-La hermandad no mató a tu padre, sino Alvar. Vera Lucis le dio todo a el. Inés la brujaa, ¿qué harás cuando la tengas delante? No te pregunto que deberías, sin lo que harás.

Ante la respuesta del santiaguista, sólo puedo mirarle de arriba a abajo, para decirle—. Sois demasiado desagradecido con quien os salvó la vida. Yo no.

—Si es cierto que la fraternidad salvó a mi padre, y que a su vez esto salvo mi vida, y veo con mis propios ojos que la abuela Inés es una malvada bruja, acabaré con ella —respondo a Xoan Manoel, para añadir—. Pero si me cruzo con ella, sin pruebas, no haré nada. Le debo la vida y ella me debe una explicación también.

-Y además arrogante. -repliqué-

Desenvainé el montante con un rápido movimiento y sin mirarle le dije:

-Tengo un amigo que cometió errores con Fraternitas, y el filo de uno muy parecido a este le hizo cambiar de parecer. - me golpeé en la mano con le filo por la parte plana - Lo conozco desde pequeño y es muy buen amigo mio. No cometas errores tu. -envainé y me dirigí hacia la puerta de salida- Te recomiendo que no vayas contando a nadie a la hermandad que ahora perteneces.

—Desde luego, no tenía pensado hacerlo —respondo al caballero antes de que salga—. Pero una cosa me parece clara, y es los que dicen y han dicho ser mis aliados serán los primeros en condenarme en cuanto tengan la oportunidad. Más que hermanos, parecen lobos. Y aún nadie me ha demostrado lo contrario.

Tras esto, no añado nada más. La negativa de Xoan Manoel de hablar demuestra mucho más de lo que podría decir. Por primera vez, comienzo a ver claro lo que pasó trás el asalto fallido de Pierre.

Antes de salir le informé:

-Ventura sabe algo, no tengo claro si es sobre el diario o sobre Fraternitas, pero algo sabe. A mi no me lo ha querido decir hasta hablar contigo. Si te enteras de algo te agradecería me lo comunicases.

Sólo pude asentir ante la petición.

Por supuesto, y en vista de las circunstancias, ya veríamos que ocurría con Ventura. Después de los sacrificios de ese hombre, no pensaba ponerle más en peligro.

-Y no vuelvas a escapar de nosotros, que nos haces perder el tiempo.

Abandoné la sala.