Partida Rol por web

Annis sonrio con calidez cuando el ninja abrio los ojos. Eran compañeros de vanguardia y habia empezado a apreciar al escurridizo humano. Se puso de pie y le ofreció la mano para ayudarlo a levantarse.

Tengo que reconocer que esta vez la alimaña si que ha colaborado pero sigo sin fiarme del todo.

El espadachín tendió una poción al ninja que éste no dudó en ingerir. El combate se había resuelto satisfactoriamente, a pesar de que el bueno de Hatake estuviera a punto de morir. Annis agradeció la ayuda de Ekkie, con su forma tan peculiar de hacerlo. Estaba claro que la calidez no era una de las virtudes de la intrépida magus. Aun así, había destalles que mostraban cierto apego de la mestiza infernal hacia sus compañeros, aunque ella tratara de suavizarlos e incluso camuflarlos.

Hatake se puso en pie mientras Vors e Isobel registraban los cuerpos de los caídos. Habían vencido a Versevosh, la mano derecha de Inoklar, el gran goblin que dirigía a aquella banda de trasgos carroñeros, ladrones y asesinos. El cansancio comenzaba a pesar en todos ellos, pero la situación no tenía visos de mejorar...

Revisando las pertenencias reunieron un par de fuegos de alquimista, una poción que desprendía magia al igual que un broche de plata que el goblin portaba a su cuello. Tras unos segundos donde la bruja estuvo escudriñando en las energías mágicas de tales objetos afirmó completamente convencida de que se trataba de una poción para resistir el fuego y un broche defensivo contra conjuros de proyectiles de fuerza.

- Gracias. - Le dije a Vors. Debido a la segunda pocion ya me encontraba bastante mejor, aunque aun no recuperado del todo. Tras pensarlo unos instantes me disculpé con todos ellos. - De no ser por mi torpeza no tendriais que gastar estos valiosos recursos en mi... Os devolveré las pociones en cuanto nos recompensen por el trabajo. Por cierto... No habrá dicho el Oyabun* goblin el porque de los robos, no?

Vors miro al pasillo. 

- Creo que lo prudente es que yo vaya delante Hatake.

Ya has asumido demasiados riesgos. Tengo otras dos pociones, toma otra, sigues muy palido y nos has dado un gran susto.

Annis palmeó la poción curativa que le quedaba en el bolsillo. 

-Yo aún tengo una -dijo más como recordatorio que como ofrecimiento. Me gusta llevar siempre una de más encima.

Me temo que yo no soy muy buena descubriendo trampas, sólo moviéndome en silencio, pero me ofrezco voluntaria para ir de exploradora si Hatake no se recupera.

Una vez acabado el combate el grupo decidió marchar por el oscuro pasillo del norte. El espadachín andorano, decidió tomar la iniciativa del grupo y abrir él mismo la marcha. Vors "El Honrado" sabía que Hatake se había expuesto hasta el momento a multitud de situaciones de riesgo y era conocedor de que el ninja no se encontraba completamente recuperado. Ese gesto destilaba compañerismo y era capaz de tender los lazos de amistad entre el tianés y el esgrimista.

Ante dicha decisión, Annis -la magus seca y arisca- decidió caminar junto al andorano. No permitiría que Vors se enfrascara en reyertas desequilibradas. Si debían batirse y cruzar aceros, la mestiza infernal estaría allí, dispuesta a hecerle pagar a sus enemigos la osadía de anteponerse no solo a los designios de la Sociedad de Exploradores, si no a la vida de las gentes de aquella magnífica urbe que era Magnimar. 

Prosiguieron sus paso tras la loca Ekkie, goblin que se había ganado su confianza, pues quedaba claro que no comulgaba con las ideas de los líderes de aquella banda de carroñeros.

Caminaron unos minutos más, oyendo en la distancia el aullido de algo similar a perros, pero de todos era conocido la aprensión que mostraban los trasgos por los cánidos... ¡¿Cómo podía ser?!

- Ser perros-goblin- aclaró Ekkie.

En varisia, lugar donde los trasgos eran una verdadera plaga, tales alimañas vivían junto a una especie híbrida entre perro y rata. Tales aberraciones eran usadas para cazar e incluso proteger sus poblados, con lo que no resultaría raro que en aquel lugar hubiera varios individuos de tan repulsivo can.

Pasaron por un puesto abandonado de guardia, en el cual, lo único destacable era un rastrillo que conducía a pasillos malolientes, oscuros y humedecidos de alcantarillado que se introducían en le corazón de la ciudad. Ekkie comentó desconocer hacia donde llevaban tales pasillos y que un elevado riesgo de perderse. 

Tras dicho comentario, el grupo de pathfinders decidieron continuar por el pasillo norte dirigiéndose hacia el punto donde gruñidos y aullidos eran más frecuentes.

Después de unos segundos, toparon con la criatura a la que Ekkie había hecho referencia... un perro-goblin.

Vors vio a la abyecta criatura.

- Que asco da eso.

- Cegadora! - Grité avisando al resto de que se cubrieran los ojos y arrojé la bomba cegadora a los pies del perro-goblin. dudaba que supiese que era y de que me entendiese, por lo que tendria mas curiosidad que otra cosa y estaba seguro de que miraria directamente a la bomba. Despues podriamos acercarnos y acabar con el engendro con calma. 

El grupo de aventureros reaccionó con la celeridad propia de la mordida de una serpiente. El repugnante cánido rugía al final del pasillo, pero los pathfinders ya estaban preparados para responder. En el tiempo que el perro-goblin decidía en cargarles, Annis ya había convocado ñas energías mágicas para rodear su cuerpo en una barrera de fuerza infranqueable...

La bolsa de polvo deflagrante golpeó en la cara del feo bicho. Acto seguido, el principio que se almacenaba reaccionó y se consumió con un terrible fogonazo. La criatura quedo estupefacta sin poder ver lo que sucedía alrededor mientras ladraba atronadoramente...

Vors se lanzo al ataque confiando en acabar pronto con el perro-rata.

Su estoque alcanzo a la criatura, haciendo sangre.

Isobel hizo su primer mal de ojo con el fin de que los perros mordieran solo tela y nunca carne.

La criatura, que era incapaz de ver a su alrededor debido al estallido de la bolsita polvo de Hatake, resultó afectada por la letanía de Isobel. El repugnante cánido lanzó una mordida, pero resbaló cayendo de culo tras fallar su ataque.