Partida Rol por web

A toda prisa me levanto al ver caer al dios de los mares, y corro para tomar el Orbe y el Tridente. El primero se lo aviento a Vreist, y la segunda a Dante.  Tras ello, me arrodillo junto a Poseidon.

-Qué el señor perdone tus pecados, y te conceda una mejor vida que está.

Me levanto, y me aproximo a mis compañeros. Debemos irnos.

Eilish se gira frotándose los ojos algo... Y se acerca a sus compañeros con rostro sumamente serio, grave, y la cabeza baja. Mira a Poseidón y dice: - Se acabó, su destino ya lo decidió él mismo... Vámonos de aquí.

Se va alejando del grupo mientras añade: - Voy a buscar a Neithan... Al menos que tenga una sepultura digna, donde le puedan llorar aquellos que le echen de menos. 

Por dentro, entre el dolor y la rabia, no sentía que hubiesen ganado absolutamente nada. El hermano de Neithan había muerto, pero... ¿realmente había pagado por el asesinato de la sangre de su sangre?... ¿Por qué él había estado al servicio de Zeus? Demasiadas preguntas... que nunca tendrían respuesta. Al final ella había perdido a un compañero, pero probablemente se habían salvado muchas vidas, y se habían vengado muchas otras. Y aun así, la tristeza no se marcharía por eso.

¿Ese orbe sera la llave que buscamos?

Comenta Cain, mientras se acerca al resto de sus compañeros, mirando alrededor preocupado por no quedar abajo de alguna roca o algo peor. Me acerco al cadaver del dios del mar, y reviso en sus poseciones. Luego trato de conseguir un poco de la sangre divina que segun dice tiene propiedades milagrosas.

Tras liberar mi ataque apenas puedo permanecer de pie. Todo se nubla y el lugar comienza a girar sin control. Mi atuendo sagrado de la reliquia del Arca de Noe se desvanece en el aire con el último rastro de mis cosmos. Todo mi ser se fue en aquel ataque pero había valido la pena ya que Poseidón había sido derrotado. Mi visión se nubla pero antes de caer veo que una figura familiar para mi arroja algo para que lo tome. Mi intención queda truncada en mitad de mi acción porque me desplomo sin remedio…en ese momento mis sentidos se pierden en los abismos del océano…

Al ver que el tridente cae, lo tomo entre mis manos, y lo acomodo en mi espalda, junto con el arco de Paris.

Eilish, se gira un último momento y va junto a un desmayado Dante, para auxiliarle. Sin embargo, no dice nada... Recorta algo más de su vestido unas tiras a modo de vendas como hiciera con Mateo, y con ellas cubre sus heridas. A la vez cauteriza aquellas que pueden ser más problemáticas. 

Cuando termina se queda un momento arrodillada al lado de Dante, pensativa, con rostro entristecido.

La sangre divina tiene propiedades curativas.

Menciono mirando a Elish. Despues de revisar a poseidon y no encontrar nada parecido a una llave, asumo que o el tridente o el orbe cumplirian dicha función. Despejo mi mente de preocupaciones y me concentro en mi propio poder. Mi cosmos aumenta al igual que mi percepción abarcando las ruinas del lugar. Si hubiera mas personas confiaba poder detectarlas.

Feuer busca a sus compañeros, sus hermanos de armas perdidos entre el derrumbe del que fuera gran morada del dios de los mares.

-¿Donde estan nuestros un compañeros caídos? - grita Vreist - No hay vigilia ni derecho a no auxiliarles

Después, observa a Mateo, su lanza brillante y a su espalda, luciendo como destello estelar en una oscura noche, el tridente de Poseidón.

-¿Y nuestros compañeros?

Me acerco a nuestra compañera, y me arrodillo junto a ella.

-Yo lo llevare. Ahora debemos ir por nuestro caído, y salir de aquí.

El cuerpo de Poseidón cuando queréis acercaros a él empieza a arder y a consumirse rápidamente, como si la muerte le reclamase todo el tiempo que ha vivido de más... y junto con él, tanto su Kamui como su tridente desaparecen al carecer de poder sin su creador...

Caín consigue llenar un vial con la sangre de Poseidón mientras Eilish sigue tratando a Dante hasta que Mateo lo coge y lo pone en su espalda mientras os dirigís hacia la salida...

De las 6 puertas por las que habíais llegado solo había una abierta... y el templo seguía derrumbándose debido a que el cosmos de Poseidón que lo mantenía en pie había desaparecido...

Al cruzar la puerta... veis lo que algunos temíais ya... el pecado de la sangre contra la sangre... allí en medio de una sala parecida a la que os habíais tenido que enfrentar a los dioses menores del Olimpo estaba el cuerpo de Neithan... crucificado boca abajo en una improvisada cruz hecha con restos del templo...

Al ver al cuerpo de aquel pobre hombre, no puedo menos que bajar el rostro a tierra, y avanzar.

Eilish había tratado antes a Dante con la sangre de Poseidón, siguiendo el consejo de Caín. Lo hizo con mucho cuidado y con la esperanza de que su compañero se recuperase cuanto antes.

Después, cuando empezaron a avanzar para escapar de aquel lugar, iba cada vez más nerviosa pero disimulando su ansiedad. Y es que quería salir pronto de allí y a la vez quería encontrar a Neithan... Y cuando eso último ocurrió, la joven no pudo evitar quedarse de piedra y poco a poco fue palideciendo. Con un hilo de voz susurró a la vez que se acercaba al cadáver del pobre chico: - Neithan... ¿Cómo... pudo hacerte esto... tu propio hermano? Dios mío...

Luego se giró hacia sus compañeros y tratando de contener las lágrimas: -Tenemos que sacarle de aquí, no podemos dejarle... Por favor...

Me encontraba lejos de mi cuerpo, lejos de aquel tempo del dios marino. Me hallaba perdido en mis pesadillas de mi niñez, cuando aquel naufragio me dejo huérfano…

El transbordador ferri nos llevaba desde Sicilia hasta el continente y la noche era tranquila, incluso el cielo mostraba todas sus estrellas y la luna cubría la noche con su luz.  No había mala predicción del clima pero en tan solo un minuto las nubes aparecieron y con ello la peor tormenta que jamás pudiese suponer pero lo inimaginable estaba por suceder. En medio de la tormenta un gigantesco iceberg golpeo con toda su fuerza al ferri y este volcó sin posibilidad de salvación. Los recuerdos luego de eso fueron muy confusos pero nada importa ahora porque me siento jalado de regreso a mi cuerpo…

Abro mis ojos para verme cargado por uno de mis compañeros. Golpeo su hombro para llamar su atención y que me permita bajar, luego de ello pregunto a todos. - ¿Uff… que sueño? ¿Me he pedido de algo? – luego veo el cadáver de Neithan. ¡Maldicion…!

Esto se esta desmoronando. No pierdan tiempo a menos que quieran quedar sepultados aca.

A veces alguien tiene que ser practico, en especial en tiempos como estos, en donde la humanidad no estaba tan comoda como en el pasado. Apresure a los otros para que salgamos y yo encabece la marcha. No podiamos hacer nada por Neithan ya, era tarde pero podia prometer justicia y tomarlo como mi propia causa personal.

Observando como las mareas amenazaban con tragarse y engullir el templo, Vreist ignoró el dolor y continuó su camino hacia la salida al lado de Mateo. El noble guerrero que lo había auxiliado se detuvo en seco, y ambos observaron junto con el resto de sus compañeros a su hermano de armas caído, crucificado de forma horrenda a modo de burla y mofa ante un guerrero caído.

-Maldita sea – masculló Feuer – Nosotros no humillaríamos así a un oponente caído ante nosotros. Esto es despreciable.