Partida Rol por web

No hace falta que me empuje, será un placer acompañarles. - jack dejo de mirar al soldado para fijarla en el jefe de la guardia .- ¿ De que se me acusa? Por que es obvio que no tengo ninguna relación con esa escoria

Veremos jovencito, eso ya lo veremos.

Realmente disfrutaba con su trabajo.

A Jack se le permitió acompañar a la semi inconsciente Jazzminne por todo el camino hasta el castillo de Tashlutta, allí dos peludos y nada simpaticos soldados pasaron a desvestirlo y registrarlo bajo la atenta mirada de la media docena de ballesteros que le habían acompañado en todo el periplo hasta las mazmorras, mientras en una sala contigua Jazzminne era atendida por los médicos de servicio. A Sparro le despojaron de la armadura y hasta de las botas. Ni siquiera le permitieron guardar las cartas que había conseguido en los aposentos de la Dama del Loto.

Al cabo de unas horas Jack estaba tumbado en la misma celda que una decana antes, con la misma peste a excrementos y las mismas ratas para hacerle compañía. Jazzminne estaba con él aunque al menos aquel viejo jefe de la guardia había permitido que la pusieran sobre una camilla y no sobre el sucio suelo. Jack y Jazzminne compartieron una mirada, recordaban que la última vez habían compartido celda con compañeros que no volverían a ver y esta vez Lavinia si aparecía no podría hacerlo con Finwë.

Bien, el final de una historia y el principio de otra, me alegro de verte en el mundo de los vivos. -en sus palabras quizás se vislumbraba algo mas, quizás dolor por la perdida de su compañero, pero el capitán no dio tiempo a que se le notara, y con una nueva mascara , intentó tapar el dolor que le embargaba.

Ahora toca esperar, será mejor que aproveches para descansar, y aunque este no es el mejor sitio del mundo, es infinitamente mejor que la situación en la que estabamos

Lucho entre la consciencia y la inconsciencia. Intento mantenerme despierta, pero un sopor se apodera continuamente de mi, haciendo que me olvide del mundo de los vivos y devorándome en la más negrura de las capas del subconsciente.

Cada vez que abro los ojos, veo a Jack, con cara abatida, esperando alguna respuesta, que alguien venga a sacarnos de esta situación. Sin fuerzas para hablarle, poder consolarle o recordar a nuestros compañeros caídos, vuelvo a caer en los sueños más profundos. Siento como dormida lágrimas silenciosas humedecen mis ojos. Me despierto con las mejillas mojadas, me doy la vuelta como puedo, apretando los dientes al sentir el dolor que me recuerda mi estado, y cubro mi rostro para que Jack no pueda ver mis debilidades y sufrimientos, vuelvo a caer en un estado comatoso contínuamente...

Recuerdo palabras vagas de Jack, pero no soy capaz de analizarlas. Mi lucha entre el mundo de los vivos y de los muertos es dura, pero en mi se encuentra una resolución muy fuerte en ganar. Siento en mi interior unas ganas muy fuertes de poder continuar respirando y lucho...

Jazzminne desacansaba tras la limpieza de su herida mirando el techo y tratando de ignorar el vacío que sentía sin las constantes chanzas de Finwë, a su lado Jack esperaba tranquilamente que la situación evolucionase en un sentido u otro tirando piedrecitas a la ocasional rata que se asomaba por la zona. Unos pasos que se dirigían directamente a ellos les sacó de su embelese. Cuatro figuras se plantaron delante suyo. Lavinia, un soldado, Misha y una extraña figura con ropajes escarlatas que se mantenía un poco apartada. Lavinia flanqueada por uno de los soldados abría la marcha. Ambos, humano y elfa se fijaron en que el rostro de LAvinia era de aquel que había visto un fantasma, estaba totalmente pálida y entre sus manos mantenía fuertemente agarrados unos papeles manuscritos, los mismos que Jack había recuperado de la guarida del Dragón de Loto.

Vosotros dos. Estais libres -dijo mientras abría la puerta de la celda-.

Podeis largaros. Os devolvaran vuestras cosas a la salida. Dicho aquello el soldado se puso a un lado de la puerta y se limitó a ignorar a los allí presentes hasta que le pidieran que les escoltara fuera de las mazmorras.

No sé cuanto tiempo he pasado, aquí, encerrada, convalesciente de las múltiples heridas que he sufrido. Durante este tiempo me he mantenido en mi mutismo, sin saber qué puedo decirle a Jack. Hasta ahora no había sido consciente del cariño que le había cogido a Finwë, ese elfo pesado que murió valiente y neciamente. Por mi cabeza no paran de pasar imágenes de las últimas horas vividas en la cofradía. Si me hubiese hecho caso y no hubiese sido tan necio, seguiría con vida... No paro de repetirme, quizás para evitar que el dolor profundice más...

Escucho unos pasos y levanto la cabeza, pudiendo observar como Lavinia ha venido a buscarnos. Junto a ella se encuentra Misha, no llegué a hablar con ella, pero la reconozco como la, llamémosla compañera, de Jack. Junto a ellas, a parte del soldado que nos abre la puerta se encuentra una figura que no reconozco. Levanto una ceja extrañada, y éste, quién será?

Me encojo de hombros, quién sea parece acompañarles, supongo que las presentaciones vendrán después. Puedo observar como el rostro de Lavinia se encuentra pálido. Bajo la mirada y veo unos manuscritos... Seguro que son los mismos que Jack sacó de la cofradía.

Dicen que somos libres, una sonrisa cansada acude a mi demacrado rostro, donde todavía se puede apreciar los restos de mi convalescencia. Me dispongo a levantarme cuando recuerdo que bajo la raída manta me encuentro tal y como mi madre me trajo al mundo. Con ganas de salir de este apestoso lugar, y sin pensar las consecuencias dos veces, me levanto de la camilla con un poco de dificultad. Mantengo la manta pegada a mi cuerpo, envolviéndome y tapando así mi desnudez. Doy dos pasos tambaleantes, todavía me encuentro débil... Poco a poco recupero la estabilidad y sonrío al soldado... Disculpad, necesito mis ropas...

Jack andaba haciendo lo que mejor se podía hacer en aquellos casos, tomarse las cosas con calma y perder el tiempo. Ahí estaba jack jugando a tirarle pidrecitas a  Angus, la rata, cuando esta asomaba la cabeza, cuando de repente algo vino a romper la monotonía. Siempre acababa pasando lo mismo, es algo que el había llegado a aprender. A veces tienes que dejar que las cosas se te presenten, y si les das tiempo el propio destino te muestra el camino.Es como la mar, si le das tiempo  acaba devolviendo a tus costas aquello que se le ha arrojado.

Cuando las cuatro figuras vinieron a interrumpirle, solo tuvo ojos para tres de ellas, aunque por la cuenta que le tuvo se centro en una de ellas . Jack se puso de pié de un salto y caminando como si no hubiera nada mas en el mundo se encamino hacia su pelirroja favorita, la verdad es que no se había dado cuenta como la echaba de menos hasta que al verla se le había puesto dura como una piedra.

Si ser sexy fuese un delito, te pasarías la vida en la carcel.- le susurró al oído.  Luego la beso como si  fuera la única chica sobre la faz de la tierra

Misha recibió el beso de Sparrow completamente livida, dio un paso hacia atras y en tono seco le contestó. Luego hablamos.

En el interior de una pequeña celda habia un hombre que enseguida pude deducir que era el tal capitan Jack, mire al suelo fijandome que en el se encontraba una ELfa acostada en una camilla.

Permaneci en silencio en todo momento, parecia no ser necesarias demasiadas palabras, era mejor salir de aquellas asquerosas mazmorras lo antes posible no me sentia comodo en un lugar como aquel.

Mire aquel panorama intentando imaginar que es lo que les a ocurrido para terminar en aquel lugar.

La Elfa se levanto con dificultad quedo claro que estaba heriday un tanto demacrada, la cual pidio su ropa preferi no imaginarme nada ni hecerme conclusiones precipitadas.

Me centre nuevamente en el capitan que se levanto y se diriguio a Misha a la cual beso, Misha ni se inmuto y tan solo ledijo que luego hablarian, a lo cual continue expectante.

Lo unico que queria en aquel instante es salir de aquel horrendo lugar, ya que empezaba a necesitar aire fresco.

Vamonos cuanto antes pense mientras me tocaba el cuello.

Ya nos presntaremos en otro lugar. Intentando disimular un ligero nerviosismo que empezaba a hacerse patente y que intentaba dominar.

Nos vamos? tenemos muchas cosas que hablar.- Habia sido escueto, pero la verdad es que quería largarse de aqui. El destino se había pronunciado. - Se le ocurrieron un par de comentarios bastante ocurrentes peor después de echar un vistazo a misha sabía que tenía otro de " sus dias  raros". Mientras salía de allí recordó a su compañero que había muerto en esas frias aguas, se llevo uina mano a la herida que le cubría el pecho y aunque sabía que ahora mismo no notaba su proio olor, estaba convencido de que era por que el dulce aroma de este lugar lo encubría.

El quinteto salió a todas prisas de las dependencias de la guardia de Tashlutta tras haber recibido Jack y Jazzminne los objetos confisacados. Incluso el anciano jefe de la guardia fue a despedirles, más por deferencia a Lavinia que por cualquier otra cosa. Se despidió con una reverencia a ambas damas, ignoró al elfo y a Sparrow le dirigió un sonoro hasta la proxima dejandole claro a Jack que esperaba arrestarlo de nuevo en breve.

Lavinia, completamente silenciosa subió al coche de caballos que les esperaba. No dijo absolutamente nada a nadie ni se molestó en presentar el elfo que la acompañaba a los demás. A su llegada a la Mansión Vanderboren ordenó a Kora que avisase a Urol y que lo tuviese todo dispuesto todo para el día siguiente, debía hablar con ellos. Dicho aquello Lavinia se retiró a sus aposentos encerrandose bajo llave y llevanto los papeles manuscritos con ella.

Tras salir de las mazmorras segui en silencio, la expresion  de los ojos de Liviana y el comentario que hizo Misha a Jack, me decian que no era momento para presentaciones y prosiguiendo el camino de vuelta a la mansion de la señorita Liviana en silencio, sumido en mis pensamientos y haciendo balance de todo lo que me habia ocurrido hasta que salimos de las mazmorras.

"El viejo" parece que sus modales estan tan oxidados como su armadura. Tipico de Humanos.

Cuando llegamos a la mansion y la señorita Liviana se retiró a sus aposentos, rompi el silencio que estaba guardando:

Disculpen mis modales y que anteriormente no me presentase, pero el momento no era propicio, mi nombre es Uldrich, soy un elfo hechicero que busca fortuna, he sido contratado por la señorita Liviana Vanderboren.

Me inclino efectuando una reverencia, volviendo a levantarme tras esta.

¿ diganme ustedes tambien han sido contratados por la señorita Liviana?

Miro sorprendida al elfo que por fin se ha presentado. Intento aguantar la risa escuchando como llama a la Vanderboren. Llevo una de mis manos a los labios, disimulando de esta manera la sonrisa que se ha formado en ellos. Liviana??? Bueno, delgadita está, pero llamarla Liviana... Shhh... Jazzminne, controlate...

Bueno, a nosotros nos ha contratado la señorita Lavinia Vanderboren, a esa tal Liviana no la conozco... Termino diciendo cuando ya estoy segura de que no se me va a escapar la risa. Un brillo travieso ilumina mis hasta ahora apagados ojos. Bueno, supongo que ya lo sabras, mi nombre es Jazzminne... Termino diciendo de manera cortés, alargando mi mano para chocarla con la suya...

Pido disculpas por mi error, pero estos nombres humanos son un tanto extraños. Alargo la mano cuando veo la suya estrechándola intentando ser cortés, la igual que ella aun que ignorando el resto.

Empezamos bien...

Se que no es de mi incumbencia y no pretendo parecer osado, pero esa herida no tiene buena pinta, debería curarse e intentar descansar de lo contrario podría volverse abrir, ademas seguro que no nos han contratado para dar un paseo y ya que vamos a formar equipo y depender los unos de los otros, seria bueno intentar estar lo mas descansado posible para ese momento.

Tenemos tiempo de hablar todo lo que queramos durante la travesía.

¿No le parece capitán Jack?

Tras decir esto permanezco mirando Jack.

Sera mejor que me retire, parece que Misha y Jack tiene de que hablar al juzgar lo de antes y la expresión que mantiene Misha.

Como si el comentario de Uldrich hubiera servido para recordarme mi estado, el dolor y agotamiento vuelven a mi. Me llevo una mano a la zona del abdomen, donde la herida reciente todavía late con un sordo dolor...

Si, quizás debería descansar. Ummh!! Travesía has dicho? A donde nos vamos a dirigir? Siento un repentino mareo y llevándome una mano a la frente busco una silla donde poder sentarme y relajarme un poco. Tendría que ir al Hostal... Ya hace un par de días que no paso por allí... Siento un fuerte deseo de poder volver, aunque en mi estado soy consciente de que no puedo ir paseandome por las calles de Tashluta. Intento mantenerme centrada en la respuesta de Uldrich, aunque mi rostro demacrado demuestra a gritos que necesito una cama y cuidados profesionales...

Es un placer conocerle y tenerle a bordo marinero. Luego tendremos tiempo para hablar, pero ahora mismo hay algunos asuntos que requieren mi atención. - Jack tenía en estos momentos demasiadas cosas en la cabeza.

Lavinia continuó sin decir una palabra y desapareció escaleras arriba de la mansión. Kora habrió la puerta y nada más ver el espectáculo les abandonó allí y subió corriendo las escaleras detrás de la joven Señora de la casa. Ambos hombres se miraron sin saber que hacer acomodando a la elfa como pudieron en uno de los butacones del recibidor. Al cabo de unos minutos Kora, con semblante tambien turbado apareció bajando las escaleras. Bajo sus ordenes trasladaron a Jazzminne a una de las habitaciones de la planta baja.

Al cabo de pocas horas llegó un excentrico enano vestido con una túnica verde y un horrible sobrero verde, se presentó ante Uldrich como Urol y tras hechar a todo el mundo de la habitación se puso a trabajar en las heridas de Jazzminne cantando un canción que según él aprendió de aprendiz en el matadero.

Vaya, vaya, vaya... ultimamente jamás dejais de darme alegrías en esta casa!! El enano entonando una cancioncilla que trataba de reses muertas e higados colgando examinó a la elfa. Sacó del zurrón unos polvos blancos (Jazzminne ya había visto a Jack completamente embadurnados de aquella cosa y realmente apestaban) y la espolvoreó como si fuese un pastel, tras aquello le hizo tragar un brebaje a base de cortezas hervidas en un fogoncillo que llevaba con él y al que añadió unas cosas del tamaño de su pulgar que Jazzminne diría que se movían antes de arrojarlas al agua.

Débil como estaba la elfa no pudo evitar que el enano la obligara a tragar aquel asqueroso brebaje, le sobrevinieron arcadas al notar como algo vivo y medio achicharrado se deslizaba por su garganta pero las amenazas del enano en repetir la pócima la hicieron aguantar.

Satisfecho Urol la volvió a embadurnar y luego la tranquilizó, tranquila niña, mañana podrás levantarte... si no me he equivocado en la receta en tal caso... Bah!! Dejalo!! Supongo que mañana nos veremos a ver que tal estás!!