Partida Rol por web

Mialee desayuna callada pensando en las voces que se han oído por la noche. Cada vez le parece peor idea llevar al viejo con ellos pero ya lo han decidido....

- Cuando queráis podemos seguir ¿sabéis de qué eran los pasos y las voces?

No tengo la menor idea pero me apetece averiguarlo.

Roerkas blande su martillo con cuidado, durante la noche la maza le había dado un susto al envolverse en llamas inesperadamente. El fuego mágico no podía dañar a su dueño pero eso no lo sabía el semielfo hasta que Galid se molestó en explicárselo. Refunfuñando, de mal humor desde entonces, el guerrero solo murmuraba que él no la había activado de ninguna forma, que ese martillo estaba maldito. Aún así se resistía a abandonar la poderosa arma.

Tras pasar los últimos minutos de su guardia haciendo sus ejercicios-oración, pues es así como le gusta a Kord que se le ore, Morgran asiente a lo dicho por su compañero pero inmediatamente le advierte:

Ten cuidado, jovencito. Esos gritos que escuchamos no me gustan nada de nada.

Tras comer algo en el más absoluto silencio, Galid se prepara para continuar con la expedición. El sueño le había venido muy bien para aclarar su mente, y para aliviar sus cansadas piernas.

Fuesen lo que fuesen esos pasos, debemos continuar. De nada nos sirve hacer conjeturas.

Salis de la habitación después de que el mediano compruebe que no hayan colocado ninguna sorpresita, atravesáis el pasillo hasta la sala 5 sin problemas y con tanto sigilo como las armaduras del enano y el semielfo permiten. Empezáis a subir las escaleras y cuando estáis en los últimos peldaños contemplais...

Una sala llena de telarañas por todas partes, pero no de las que tejería una arañita no, sino enormes. Enfrente vuestro se encuentran un par de criaturas de lo más repugnantes que habéis visto en vuestra corta carrera como aventureros. Al fondo oculto entre las telarañas otro bicho que parece ser el responsable de que la sala esté llena de ellas.

La pareja de fortachones os cierra el paso, han reaccionado rápido nada más veros llegar, pero Neblin ha sido más rápido todavía y sus dedos ya se cierran en torno al frio acero antes de que tengan tiempo de moverse....

Con gran rapidez el mediano se adelanta y con una finta consigue desequilibrar al monstruo frente a él, que de recuerdo se lleva un buen espadazo en el costado que le hace tambalearse hacia donde se encuentran los compañeros del mediano, quedando casi completamente rodeado: Ahí os dejo eso... comenta con una pícara sonrisa que no suele presagiar nada bueno para sus enemigos.

Los guardas se deslizan para rodear al mediano que logra esquivar la hacha del de su derecha, pero no así el mordisco del otro. Por un momento toda la habitación da vueltas y se siente atontado, además la sangre le arde en las venas.

El resto no tenéis tiempo de socorrer a vuestro compañero, pues el monstruo que está oculto entre las telarañas de la esquina lanza más justo donde estaba Neblin y os véis todos enmarañados en ellas. Os dejan inmovilizados y el terreno queda lleno de ellas, lo que hace dificil transitar por él. Vuestros adversarios no parecen afectados por las telarañas.

Galid nota el tacto pegajoso de las telarañas alrededor de sus pies. No puede moverse, pero eso no significa que esté indefenso. Algo al fondo de la sala, que no alcanza a ver con mucha claridad parece ser el causante de las telarañas. Rápidamente traslada la luz mágica, acercándola más a la criatura del fondo.

Malditas criaturas... Mierda telarañas... - rezonga Morgran con problemas para alzar su símbolo sagrado.

El enano apunta a una de las criaturas pero su lanza de fe sale muy desviada.

Galid alza el bastón, sin poder moverse de donde está, y conjura un proyectil que sale disparado hacia la repugnante criatura más cercana a el. El proyectil pasa por encima del enano, para dirigirse hacia el enemigo.

Mialee aprovecha el poco espacio para clavar ambas espadas en el grand cuerpo de su enemigo.

- No vas a salir de ésta

La maza de Roerkas se balancea, más para mantener a distancia prudencial al engendro - sobre todo de sus amigos - que para acabar con él. Las espadas de Mialee se mueven con soltura y velocidad, las telarañas son un impedimiento para todos, en cualquier caso.

Pero unos pegotes grises no iban a dificultar al guerrero. Con rabia, se concentró en avanzar paso a paso y, justo cuando su martillo rozaba carne de la fangosa criatura, Roerkas rasgó la pegajosa seda. El medio elfo se acercaba imparable a los asquerosos bichos.

El guardia está a punto de esquivar los misiles del mago, pero es un pelín demasiado lento y le alcanzan distrayendolo lo suficiente como para que la elfa le atraviese con sus espadas dejandolo malherido.

Roerkas aprovecha la oportunidad y le lanza un mazazo que esquiva con facilidad, pero el golpe acaba impactándole en el pié. Está al borde de la muerte.

Con lo bien que parecía haber empezado el combate y ahora Neblin se veia rodeado de enemigos e inmovilizado por las mágicas telarañas que le habían pegado los pies al suelo. Aunque ni aún así su ánimo había decaído, no puede evitar soltar un: Chicos, si no es mucho pedir, ¿podeis quitármelos de encima?

Aunque sin esperar respuesta él mismo se pone a ello intentando apuñalar por la espalda al que sus compañeros habían dejado casi moribundo...