Partida Rol por web

Tras aprovisionaros y descansar un poco volvéis a poneros en camino haciendo padecer de nuevo a vuestros castigados traseros con otros cinco días de marcha a caballo a buen ritmo. El quinto día tras comer divisáis en la ladera de la montaña la ciudad enana. Ciertamente es impresionante vista así de lejos.

Morgran sonrie orgulloso ante la exhibición de las habilidades de construcción de su raza.

Entráis por el este donde la ciudad ha crecido rebosando las murallas. El camino es de tierra y las casuchas se apretujan alrededor junto a las tiendas con toda clase de baratijas. Al preguntar por la autoridad os señalan al interior de la ciudad, al parecer se están reuniendo para planear los siguientes pasos, como llevan haciendo los últimos días. Quizás esperando nueva información con la que tomar o cambiar decisiones.

Os dan unas apresuradas direcciónes al edificio del gobierno [21] y enseguida pasan a explicar las bondades de los productos que venden. En este caso, carne asada en un pincho para ir comiendo por el camino.

Mialee agradece las indicaciones y a modo de agradecimiento compra uno de los pinchos y mira inquisitiva a sus compañeros por si alguno quiere.

Gracias, eres muy amable invitándome a comer algo distinto a esas insípidas raciones de viaje... dice el mediano mientras arrebata a Mialee el pincho con un rápido movimiento y le da un gran mordisco. No cocinan mal estos enanos, ¿de qué será esta carne? Añade mientras la estudia con atención.

Aunque no es la comida lo que preocupa a Neblin, sino el callo que le ha empezado a salir en el trasero de tanto cabalgar, y no hace otra cosa que preguntarse si no le dejará alguna marca que resulte desagradable a las hembras y estas empiecen a rechazarle. Estoy deseando bajarme de este bicho, ya no me divierte, prefiero pelear, al menos las cicatrices de batalla resultan interesantes a las mujeres...

La elfa reparte a los que quieren y paga al enano....el mediano no se había dado cuenta de que los estaba invitando.

Por lo que parece, no hay mucha sensación de problemas a primera vista. - comenta Morgran aliviado.

El enano agradece con un gesto la carne de su amiga.

Gracias, Mialee.

Siempre me ha impresionado la arquitectura enana...

Dice Roerkas mirando a su alrededor, y su exclamación solo es un cumplido para Morgran a medias, pues es cierto que el guerrero está fascinado con la ciudad. Siempre le había parecido digno de elogio lo hecho con esfuerzo y sudor, más que las creaciones mágicas de las que presumen razas más dadas a lo arcano.

Distraidamente come su parte de lo ofrecido amablemente por Mialee, y se deja guiar por el enano pues, aunque haya escuchado las indicaciones para ir hasta el edificio del gobierno, lo cierto es que bien podría perderse en una urbe tan compleja y grande como en la que están.

Ciertamente la manufactura de aquella ciudad era impresionante, pero Galid no era muy dado a los cumplidos, por lo que se queda callado, mirando a su alrededor con gesto impasible. Acepta el ofrecimiento de Mialee, sin agradecerlo demasiado, y aprovecha para bajar del caballo y comerse el pincho tranquilamente.

Llegais al edificio sin dificultad, apenas unos retrasos con los guardias cuando habéis de pasar por alguna entrada custodiada. Los de la puerta del edificio gubernamental os instan a apresuraros, al parecer en el hall han reunido a varias partidas de aventureros y además de reunir discutir sobre los movimientos orcos, se rumorea que ha llegado el tiempo de tomar decisiones.

El interior del edificio parece un laberinto de corredores hasta que lográis llegar al hall. Por suerte uno de los guardias os ha acompañado. Cuando hacéis algún comentario al respecto Morgran os mira como diciendo, pero si era muy sencillo...

En un estrado a 20 pies de altura, hay cinco enanos, tres hombres con barbas que cuelgan hasta los pies y dos mujeres, ambas atractivas, una pelirroja y otra de pelo castaño. A dos de los hombres se les ve mayores, de pelo gris y piel llena de arrugas, pero el otro es algo más joven, de pelo negro y facciones duras. Los cinco visten con tunicas lujosas de colores morados y plateados.

A los pies del estrado, el salón está lleno de partidas de aventureros, soldados comunes y milicia. En su mayoría gente bisoña y con poca experiencia, facilmente debe haber algo más de 70 personas allí. La mayoría de los grupos tienen una actitud amable. Hay representantes de prácticamente todas las razas y ocupaciones. La mayoría se mantiene en pequeños grupos, pero algunos tratan de mezclarse.

Neblin le da un ligero codazo a Morgran para llamar su atención y dice: Creo que deberías contarle a tus congéneres las noticias que traemos de Brindol, seguro que a tí te hacen más caso... yo mientras voy a mezclarme con la gente a ver que consigo... de información, quiero decir. Aunque está claro que si alguna chuchería apetecible se pone a su alcance no piensa dejar pasar la oportunidad de satisfacer su curiosidad al respecto.

Escuchemos lo que tienen que decir. Luego intentaré que nos concedan una audiencia.

Hay bastante gente novata, que te comenta lo nerviosa o excitada que está. Sueñan con la gloria. Vas moviendote de grupo en grupo: Farstriders (unos tipos algo soberbios), the Green Hand, the Company of Wolves, the Slayers. Hasta que te topas con un picaro de tu altura, vestido con armadura de cuero dagas a la cintura y pinta de pillo. En seguida hacéis buenas migas, se llama Madrick y te presenta al resto de su grupo, además de Madrick, los Freeriders se componen de: Megan Swiftblade (guerrera humana), Ragnum Dourstone (clerigo enano de Moradin), sylen leafrunner (explorador elfo), Ghena Tenson (maga humana).

Al hacer algún comentario sobre ese grupo llamado Farstriders, te confirman que son bastante orgullosos. Los lidera Edgar Sommerfield y se les conoce por haber matado a un dragón negro, en un nido de kobolds, e incluso haber hecho una expedición al paramo sombrío. Además de Sommerfield, el resto del grupo incluye a dos gemelos elfos exploradores, Uulath y Reiner, un brujo semielfo llamado Jen, y a Corben, un guerrero humano.

La charla no da para mucho más, pues el continuo murmullo de la sala se va apagando y ves como en el estrado uno de los enanos ha levantado las manos pidiendo silencio.

Veis como Neblin salta de un grupo a otro con una sonrisa en la cara hasta dar a parar con otro picaro de su altura y que tras unas risas, le presenta al resto de su grupo. Tienen una conversación algo animada durante unos pocos minutos hasta que notas como el continuo murmullo de la sala se va apagando y ven en el estrado uno de los enanos ha levantado las manos pidiendo silencio.

Cuando se hace más o menos el silencio, el enano más joven baja los brazos y habla, su voz denota autoridad.

Bienvenidos al gran salón amigos. Soy el anciano Cadrick. No veo motivos para andar con rodeos, así que iré directamente al grano. La guerra se nos echa encima. Una gran horda de orcos viene del oeste. Su intención es clara. Atravesarán las montañas para masacrar. Aquellos que sobrevivan solo tendrán la perspectiva de una corta vida de esclavitud. Overlook y la fortaleza de Bodrin en el paso de las montañas han resistido estos ataques en el pasado, pero nuestros exploradores dicen que nunca han visto un ejercito de tal tamaño. Así, que hemos decidido confiar en vuestros bravos corazones para defender junto a los enanos no solo Overlook, sino también todo el valle de Elsir.

Cuando los orcos lleguen, estamos seguros que lo harán a través del paso. Sabemos esto, porque ya nos hemos enfrentado a las primeras escaramuzas. Los defensores los han repelido, pero esta claro que más vendrán, y vendrán rápido.

Así que este es el plan. Durkik Forgeheart liderará la milicia y a la mayoría de vosotros reforzando así la fortaleza de Bordrin. Algunos orcos han sido vistos en los tuneles inferiores, así que hemos decidido encomendar la seguridad de los mismos a los Farstriders. Otra misión más falta. Necesitamos un grupo que de aviso y ayude a evacuar el monasterio en el otro lado de las montañas. Es trabajo peligroso, con los orcos y todo eso, pero los clerigos necesitan que les avisen de lo que se les viene encima si aún no lo saben.

¿Algún voluntario?

Al escuchar lo que acaba de decir me giro a mis compañeros.

¿Creo que podríamos embarcarnos en esa misión? Somos más que capaces y necesitan nuestra ayuda.

Lo principal es que nos necesitan. Contad conmigo.

Dice Roerkas, y cualquiera que le conociera no podría esperar una respuesta distinta. De hecho, el semielfo tampoco tiene dudas sobre las respuestas de sus compañeros... excepto de Galid. Con el mago, Roerkas nunca sabe qué esperar.

Si conozco un poco a mis compañeros, ya estarán levantando la mano para presentarse voluntarios. Comenta Neblin a Madrick bromeando. Será mejor que vuelva con ellos antes de que acepten hacerlo gratis... si queréis venir os presento, si no, os deseo mucha suerte y que encontréis grandes recompensas. Hasta la vista. Se despido en caso de no ser acompañado.

El mediano vuelve dando brincos hasta sus compañeros, acompañado o no, y les dice: Iremos nosotros ¿verdad? ¿O pensabas dejar a tus hermanos clérigos en la estacada Morgran? Jeje, no, seguro que no. Acto seguido presenta a sus acompañantes de tenerlos. Si no simplemente dice:

Esos Farstriders se lo tienen muy creído solo porque acabaron con un dragón negro... bah, nosotros matamos a uno blanco y no vamos pavoneándonos por ahí, e incluso acabamos con un pequeño ejercito de grandes trasgos... bueno, acabemos rápido con esta misión y vayamos a la fortaleza de Bodrin, donde está la acción, para enseñarles a esos novatos como lo hacen los verdaderos héroes.

Mialee asiente al ofrecimiento de sus compañeros mientras posa la mano en la espada de platino.

Galid se encontraba cruzado de brazos, apoyado contra una columna, escuchando hablar al enano sin demasiado interés. Al parecer su grupo quería volver a verse implicado en una batalla que ni les iba ni les venía. Galid ignora al grupo que acababa de conocer Neblin.

¿Y que sacaremos nosotros de todo esto?- comenta dirigiéndose a su grupo, sin molestarse porque gente a su alrededor pudiese escucharlo- ¿Acaso queréis volver a jugaros la vida por gente a la que ni conocéis? Si nos ofrecemos deberíamos de exigir un honorario como mercenarios.