Partida Rol por web

Tras la puesta en escena, Hos arrebata con poca ceremonia el Brazo de las garras de Ojan y lo alza sobre la cabeza. Todos, o al menos muchos de los Hombres vitorean con fuerza al caudillo, ya sea por que lo veneran o por que desean romper el temeroso silencio impuesto por el milagro obrado por el Brazo.

Ojan desciende de la tribuna mientras Hos cede el Brazo a uno de sus primos, que coge a dos de los guardianes de Horgan Hos para que le escolten a la tienda del líder Lago, donde Arodio se hará con él para alejarlo lo más posible del previsible jaleo de esta noche...

Hos se adelanta hasta el borde mismo de la tarima y allí invita a los Hombres ante el éxito de la partida de guerra a presentar sus peticiones y alegaciones sobre repartos de saqueo, tierras de caza y cualquier feudo originado en la contienda. Mientras los Arrar comienzan a calentar a los asistentes con sus poco ortodoxas peticiones, como quedarse con toda la plata y oro del tesoro de Feleppo "parra fundirrrlo en algún lugarr aparrtado de la vista de los rrrectos Hombres", tú te dedicas a vigilar los movimientos entre las filas de los Perto. No se te escapa que Galos, un sobrino de Horgan Aros, no para de ir y venir a donde los Argar. Es una lástima que no puedas escuchar qué términos están negociando, por que quizás conveniera a Hos hacer una contraoferta a alguno de los dos aunque sólo fuera por sembrar la duda entre ellos.

Te vuelve a escuchar cómo van las peticiones. Es Horgan Horum el que ahora se encuentra en pie, rodeado de cuatro de sus más fuertes hermanos, recordando a Hos que entraron a la horda "No porr la caza, ni porr las mujjerres, ni siquierrra porrr el saqueo. Trrajjimos la muerrte a los come-hierrbas desde nuestrros cuatrropatas parrra honrrarrr a nuestrros ancestrros. Y nuestrra forrma de hacerrlo es destrrruyendo y alejjjando el sucio metal del rresto de los Hombres parra que no se perrvierrtan con su tacto frrrío e inhumano. Si no nos dejjas cumplirrr con nuestrra misión, no nos quedó más rrremedio que abandonarrr la horrda." Sabes perfectamente que los Arrar usarán el dinero para comerciar con los comehierbas más cercanos a sus tierras, los banqueros de Entrerríos. Y también lo sospechan muchos de los bárbaros. Pero Hos necesita a los mejores jinetes de la horda a su lado. El caudillo te mira de reojo, esperando quizás algo de ayuda por tu parte ante el dilema de ceder ante los Arrar y dar alas a los Argar que lo acusan de poco piadoso, o de mostrarse duro con ellos y perder un apoyo vital en caso de conflicto con los Perto. ¿Habrá acaso una tercera vía para salir del entuerto?

Verom llama a uno de los hombres de Horgan Hos.

- Ve a donnnnde Horgan Aros y dile que Horgan Hos podrrrría olvidarrrr su avance sin perrrmisssso y negociarrr un mejorrrr rrreparrrto de los botinesss obtenidosss, mira de nuevo a Horgan Aros hablando con su primo.

- Dile que losssss Argar no sssson de fiarrr y que serrría un muñeco en sussss manos del que sssse desssarrrían cuando no lo necessssiten como del prrrrrimo de Horgan Hos.

El bárbaro al que escoges para la tarea, un pequeño y rudo hombre del Lago Velón llamado Golar, asiente ante tus instrucciones y desciende de la tarima por la parte trasera para no llamar la atención.

Verom se levanta y hace una inclinacion a Horgan Hos pidiendo su consentimiento para hablar. Cuando se lo concede habla desde sus sitio para quedar por debajo de Horgan Hos y evitar que lo vean a su mismo nivel.

- El grrrran Horgan Hos me ha comentado su prrrreocupacion ante esssste tema e intentarrrre exponerrr las conclusionesss y mi humilde opinnnion.

Comprrrrrende, rrrrecuerrrrda y rrrrrespeta el pacto hecho con Horgam Horum. Cierrrrto es que el hierro puede perrrvertirrrr a los Hombres y que debe evitarrrrse su uso.

Porrrr otrrrro lado, añade antes de que los Arrar puedan disgustarse, la unica manerrra de trrratarrr con los come-hierbas es con el hierro... y quien mejorrrrr que Arrar.

Deja un momento de silencio para mirar a Hos como si le pidiera permiso para continuar. Intenta dejar claro en todo momento que no habla por si mismo ni intenta suplantarlo.

- El grrrrran Hos crrrrree que existe una posible solucion parrra ambos. Los Arrar seran encargados de fundirrrr y destrrruirrr todo el hierrro y usarrrrrlo solo para comerrrrciar con los come-hierbas perrrro sera el sabio Horgan Horum y sus Hombres los que velen parrrra que esto se cumpla y los que castiguen a cualquierrrr Hombre que haga uso del hierrrrro, como guarrrrdianes de las tradiciones.

Mira de reojo a los Argar y luego a Horgan Hos esperando una seÃ+/-al que le indique si debe sentarse y el se hace cargo de la situaciÃ^3n.

Un leve amago de protesta recorre las filas de los hombres, pero se ve silenciado por los gestos perentorios de los Hor y los Horgan, interesados ante el nuevo giro de la política para con los come-hierbas. Todos esperaban el incumplimiento del pacto con los Arrar, o que se cediera ante sus peticiones y se les permitiera seguir pervirtiéndose con el uso del metal. Pero usarlos como agentes comerciales con los que tratar con los come-hierbas y obtener mayores beneficios de los saqueos es una idea que complace incluso al pío Horgan Horum. Sólo los Argar parecen descontentos con la situación; saben que el libre comercio traerá costumbres sureñas a sus rebaños.

Horgan Hos asiente ante tus palabras haciéndolas suyas. Horum acepta ser el custodio de que dichas transacciones sean correctas para las costumbres de los Hombres, y el líder de los Arrar intenta imponer una elevada renta sobre todo el dinero que pase por sus manos, pero Hos lo acalla con uno de sus pesados chistes sobre mujeres y regateos. Te dispones a sentarte satisfecho por tu aportación cuando Ojan Argar se adelanta. Sus luminosos ojos se mueven de un lado a otro como si fueran un alocado faro de la Bahía de Estoralia. Ni siquiera necesita pedir permiso a Hos para hablar.

-Si aceptáis lo que el hace-palabrras os prrropone, fuísteis como niños a los que se les dio a comerr una caña dulce antes de llevarrlo a sacarrle una muela podrrrida. Sólo que la muela podrrrida fuerrron vuestrras rriquezas. ¿Sabéis qué es el comerrcio parra los come-hierrbas? El trrriunfo del débil sobrrre el fuerrrte, imponiendo su voluntad no por la astucia ni porr el valorr, si no porr el metal que apilarrron durrante años sus ancestrrros. Mirrrad cómo viven los come-hierrrbas de estas tierrras; los más fuerrrtes se desloman trrrabajjando la tierrra mientrras los enferrmizos y débiles viven encerrrados en casas de piedrrra amontando trrrozos de hierrro con los que doblegan la voluntad de los pocos lucha-fuerrtes que empuñan arrrmas parra que mantengan a rraya a los come-hierrrbas, que son tan cobarrrdes y estúpidos que con su trrrabajjo hacen más rrricos a los gorrrdos enferrmos que los mandan.

Os dirrré lo que pasó si seguís adelante con esto. Cuando comprréis con metal un buey de los come-hierrbas, prronto pensásteis ¿porr qué no vendo mis pieles porrr más metal y así conseguí carrne sin cazarr? Y vendísteis vuestrrras pieles parra no tenerr que irr a cazarr en el frrío invierrno y que vuestrros niños no pasen hambrre esperrrando. Y cuando las nieves ceden, el mismo come-hierrba que os comprró las pieles os pidió que le déis el doble porr el mismo metal que antes, porr que según él ya tiene muchas pieles. Y cuando rregrese el invierrrno, porrr la piel de un Tigre de las nieves os dió una mula, y al siguiente invierrrno invitásteis a comerr al come-hierrba a vuestrrra tienda parra que os comprre a vosotrros y no a vuestrrro herrrmano. Y al otrro vendísteis vuestrras mujjerres para que el come-hierrbas fofo les haga hijjos con tal de conseguirrr un poco de su metal.

¿Acaso no es así como funciona vuestrro mundo, hace-palabrras?

Todos los hombres guardan silencio, esperando la respuesta de Verom.

Verom asiente ante el discurso de Ojan Argar.

- Es cierrrrto, asi es mi mundo.

Espera unos segundos a que los murmullos callen de nuevo.

- Y essss porrrr essso mismo porrrrr lo que el grrrran Horgan Hos no perrrrrmitio que cualquierrrrra comerrrcie con los come-hierbas, solo los Arrar. Y es porrrr eso por lo que Horgan Horum vigilo que el hierrro no fue usado porrrrr cualquierrra.

Se vuelve a mirar a los Horgan y a los Hos.

- Mantuvisteisssss vuestrrro estilo de vida y las trrradicionesss parrrra orrrrrgullo de los Ancestros. Perrrrro inclusos los Hombres necesitan descanso entre combates y la manerrra de conseguirrrrrlo es que los come-hierbas crrrean que comerrrciais como ellos.

Hos da por zanjada la discusión incorporándose y preguntando a viva voz quién formulará la siguiente petición. Varios Hor de los clanes aliados se adelantan y discuten por pequeños saqueos que según ellos otros hombres les han arrebatado ilegalmente. Horgan Hos se vale por sí sólo para impartir justicia en esas mezquinas disputas. Eso te da tiempo para meditar sobre el primer encontronazo con el gran Shamán. Los Hor de buen seguro que aceptarán el comercio como otra vía de enriquecerse, pero los cuchicheos entre tu público tras terminar tu alocución te hacen dudar de que tu cháchara haya convencido a los hombres de a pie.
Te vuelves algo enfurruñado cuando alguien te toca por la espalda. Es Golar, que con una rígida máscara de seriedad te transmite confidencialmente la respuesta de Horgan Aros.

-Aros de los Perto dijjo que si ni siquierra con la lengua puedes vencerr a Ojan, no ve cómo pudo sirrrviendo a un Hombre débil como Hos mejjorrrarrr su caza. A pesarrr de eso, apoyó a Hos frrente a los Argar si nuestrrro jjefe le nombrrra como su Herrmano a carrgo de la Horda. Hos y Aros se turrnarron cada estación como Horgan de todos los Hombres.

Maldices en silencio no haber estado más clarividente en tu intervención y así impresionar al maldito Perto. La petición de Aros es imposible de contentar, pero al menos has conseguido abrir con él un canal de comunicación. Por el rabillo del ojo ves cómo el Horgan de los Maco se coloca en la fila de peticionarios. Con él llegará el segundo de los tres nudos que Hos debe resolver antes de declarar el regreso a casa. Debes despachar rápido a Golar para poder centrarte en la siguiente batalla dialéctica que sin duda planteará Ojan.

Verom esta a punto de devolverle la pulla a Aros pero se contiene. Hay muchas cosas en juego y a estas alturas el orgullo del embajador no está en su mejor momento.

- Dile a Horgan Aros que sssi tannnto le gussssta como habla Ojan Argar que se arrrriesssgue con el. Lo que pide es imposible, si tiene otrrrra peticion Horgan Hos la estudio.

Luego presta atención al resto de peticiones.

Golar parte con un gruñido. Te giras hacia el árbol bajo el cual Hos atiende las peticiones. Felchos, el largilucho Horgan de los Maco, es el siguiente de la fila. Mientras se acaricia insistentemente las patillas, el bárbaro aprovecha que Hos le da voz para recordar a todos los presentes "el continuo sacrrrificio de sus niños, que han mantenido quietos a los rrevoltosos come-hierrbas, trrajjerron la rrica carrne de caza a todos los Hombres y vigilarrron que los saqueos de todos los Hombres se mantengan a salvo al coste de su sangrre". Tras eso, enumera las (escasas) gestas de sus hombres en la conquista de Vallealto, y las contrapone al notoriamente menor saqueo recibido. Acaba "Pidiendo que nuestrros ancestrrros sean honrrados de la única forrrma posible: se nos adelantó en la Horda parra irr en el orrden de batalla, donde los demás Hombres no pudierron llamarr niños-escoba a los Maco". Felchos mira enfurecido a los Viento que, entre el jolgorio general, hacen chanzas simulando hacer tareas domésticas con amanerados ademanes. Espera cruzado de brazos las réplicas de Hos o de otros Horgan.

Es el líder de los Guja el que pide la voz para protestar ante la petición de Felchos. El curtido Horgan defiende que a la batalla deben ir las más fuertes, experimentadas y cohesionadas tribus, y los Maco no reúnen dos de esas tres condiciones. No son aptos para las tácticas de ataques relámpago en terreno cubierto ni sirven para la combinación de flanqueo y cargas suicidas que los Duchodri han venido usando en su brillante campaña en Vallealto. "Los Maco deben aceptarrrr el orrrden de la Horda. Ocuparrrron la plaza en prrrimerrra línea de los clanes que fuerron diezmados, y mientrras adquirrierron experiencia en la caza y las laborres de vigilancia". Sabes que el experimentado Horgan que habla es el auténtico general en combate de la horda y es respetado por todas las facciones Duchodri. Pero también sabes que las labores logísticas que llevan a cabo los Maco son esenciales tanto si la Duchodri siguen adelante como si se repliegan a sus tierras natales. Si los Maco deciden abandonar tales labores, la hambruna pronto cundirá entre los clanes. El problema es doble por que si los Maco pasan al frente de batalla, otro clan deberá aceptar las ingratas labores que desempeñan en estos momentos. E incluso el descontento los hace presa fáciles de los canto de sirena de Aros, que bien podría sacrificar el apoyo de los minoritarios Guja por el de los numerosísimos Maco. Sin lugar a dudas, Hos necesitará una buena dosis de diplomacia para salir del embrollo...

Verom vuelve a pedir permiso a Horgan Hos y se pone de pie.

- Ni porrrrr un momennnnnto se me ha passsado porrrr la cabeza llevarle la contraria a Horgan de los Guja en temas de guerrrrra y ssssaqueo en los que no estoy tannnn experrrimentado como los Hombres. Pero si me aceptarrrrra un sugerrrencia quizá podrrría sacarrrr parrrtido de los Maco.

Es cierrrrto que debennnn coger experrrrriencia pero puede que un grupo rrrrducido de sus mejorrres guerrreros puedan incorporarrrrssse a primera línea parrrrrra aprenderrrr y enseñarrrrr a sus herrrrmanos.

Por otrrrrrro lado la laborrr que realizannnn los Maco es necesarrrria y no puede quedarrr desatendida y habrrría que cubrirrr esos huecos. Pero seguro que los Hombres de otrrrrros que hayan sido herrrrridos pueden ayudarrrr en esas laborrrrres mientrrrras se rrrestablecen parrra volverrrr al combate. Incluso aquellos que se hayan deshonrado podrían ser desssstinados a ayudarrr a los Maco como prrrueba de arrrepentimiento.

Hasta Hos se vuelve con una mueca de sorpresa en el rostro cuando te ve dispuesto a inmiscuirte en asuntos internos de la horda, pero aún así te da un voto de confianza concediéndote la palabra ante el molesto murmullo entre los Hombres. Cuando terminas de hablar, los graves murmullos del principio han cambiado de registro hacia los agudos de aprobación y admiración ante tus palabras. Un Hor de los Guja pide la palabra y afianza tus palabras ante la importancia de los Maco en la horda. Cuenta fragmentadamente la anterior invasión de Vallealto, en la que los Hombres Guja por razones de movilidad y sigilo no portaban más que las armas, lo que a la larga los obligaba a cazar y saquear en territorio enemigo, retrasándolos, desviando hombres fuertes a tareas ingratas e impidiéndoles una mayor penetración en el valle por no poder alejarse más de un día de su actual base por la falta de vituallas. Horgan Latros concede en el punto sobre llevar a alguna tribu de los Maco a la batalla e incluso Horgan Aros toma la palabra por primera vez para recomendar que sea la tribu de Hor Boler (que casualmente es vecina al territorio Perto, anotas mentalmente) la primera que reciba el honor, y el pequeño clan de arqueros Lezudri se ofrece a pasar a las labores logísticas "porr haberr caído en deshonrra en la batalla del Rrío Serrpiente".

Sorprendentemente, el único que se muestra en contra es Felchos, el Horgan de los Maco. Al tomar la palabra, se dirige directamente hacia ti, en lugar de lanzar su protesta ante todos los Hombres.
-Si hicimos lo que dijjjiste, la trrribu que fue a la batalla honrrró a sus ancestrrros porr encima de los demás, y entrre los Hombres Maco fue vista con admirración porr unos y con envidia porr otrros. Los Maco somos cientos y uno, perro algo así hizo que seamos decenas y dos. No hubo diferrencias entrre una trribu y otrra de los Maco, porr que eso rrrompió nuestrra herrmandad. Si sólo unos Maco pudierrón ir a la batalla, ningún Maco fue. Si sólo unos Maco debierron acarrear comida y saqueo de los demás Hombres, ninguno llevó.

...?es que nada le va a parecer bien a nadie?....

El embajador intenta lucir un semblante tranquilo que no muestre sus pensamientos.

- Igual que los Maco aprrrrendierrrron a lucharrrr los otrrrrros clanes aprrrendierrrron lo imporrrtante de la laborrrrr de los Maco pues estos les ensenyarrrrron. Cuando hubo suficientes Hombres de otrrrrros clanes todos los Maco lucharrrrrron con honorrrr y enorrrrgullecierrrron a sus ancestrrrossss.

Como punto y final, Horgan Hos toma la palabra y anuncia que los hijos menores del Lago irán con los Maco a aprender "su forrrrma de honrrarr a los ancestrros". A pesar de alguna protesta entre los vuestros, el auditorio parece notoriamente complacido con la solución. Horgan Felchos avanza silencioso hasta los pies de la plataforma y allí desenvaina su famoso cuchillo de hueso Gitzul. Mientras ahogas un grito, Horgan Hos se arrodilla y Felchos le entrega la hoja por la empuñadura. La muestra de total adhesión a los Lago es recibida entre vitores por los Maco, los Lago, Guja, parte de los Viento y demás aliados de Hos. Al otro lado del claro, los Perto celebran apagadamente el resultado junto a los Uro y sus ya escasos partidarios, y los Argar se muestran hoscos ante el insólito gesto de Felchos. Cuando tus ojos vagan satisfechos entre los emplumados shamanes, una helada mirada te los congela y hace que tragues saliva. Los feroces ojos de Ojan Argar prometen problemas muy pronto...

Mientras los hombres vuelven a sus puestos, Golar vuelve hasta ti. El curtido Lago porta una satisfecha sonrisa que anuncia buenas noticias.
"El Perto mete el rrabo entrre las pierrrnas. Dice que no pidió un combate singularr con Hos si él le nombrra su hacepalabrras y mano derrecha de la Horda. Dice que si aceptamos, envió a uno de los suyos con el rresto de las condiciones parra mantenerrr su apoyo y prrometió no llevarr la sangrre al rrío en esta rreunión."
Aros comienza a rebajar sus peticiones, aunque sigue tirando muy por lo alto. Piensas que si Hos sigue mostrándose fuerte y sin contestación, seguramente no necesite ni ceder en ese punto. Te planteas si enviar ya a Golar aceptando tal trato y neutralizar la mitad de la amenaza o si, por el contrario, sería mejor arriegarse y esperar a que Horgan Hos resuelva todas las peticiones favorablemente y Aros no tenga más remedio que claudicar.
Para salir de dudas evalúas la cola de peticionarios. Por lo que ves, siguen llegando algunos Hombres reclamando derechos de caza sobre algunos territorios, varias acusaciones de prácticas paganas que son despachadas a los Argar y un par de Hor pidiendo una danza por la muerte de sus niños no son obstáculo para el carisma de Hos. Pero al final de la fila ves a un Valwochi, y algunos guerreros Guja se apartan para dejar pasar al escamado Draconio que acude como un Hombre más a pedir voz ante Horgan Hos...

Mandas a Golar que espere unos instantes mientras te deslizas hasta al lado de Hos. Éste hace caso omiso de tu presencia mientras sentencia que un Azur herido de quemaduras por el innecesario incendio provocado por los Uro en el asalto de Quinoscura sea compensado con cuatro pieles de oso pardo. Te vuelves hacia uno de los Hor Lago y le susurras al oído unas palabras. El Hor asiente y pide la palabra para replicar al Azur, preguntándole detalles sobre su accidente para que "sólo se castigue a la trrribu culpable, y no a todos los Uros". Mientras el Azur se explica con ese Hor, te acercas a Horgan Hos y le explicas lo sucedido.

Hos responde con rapidez y contundencia.

"Dile a Golar que se quede aquí. Vamos a terrminarr de ¿despacharrr? al rrresto de los Hombres con la misma habilidad que llevamos mostrrando toda la noche, así le rrestamos a los Perto todos los apoyos posibles. No quierrro negociarrr con Aros nada; lo que sea que me pida fue un prroblema cuando volvimos a casa y yo quise... ¿instaurrarrr? mi gobierrno sobrrre todos los Hombres. Quierro que regrrese a Kar Duchodri como un Horgan más de mi Horda. Además, con Aros cazado, sólo tuve que prreocuparrme de lo que los Argar puedan rresponderr a mi orrden de volverr a nuestrras tierrras."