Partida Rol por web

Metes un buen tirón y consigues desenganchar el remo, pero tiras tan fuerte que desestabilizas la barcaza un segundo y Thorgrim grita como una nenaza al pensar que se iba a caer. Por suerte la barca sigue a flote y nadie cae al agua. Observas el remo y ves que unas algas y algo musgo cubren parte del trozo de madera.

Continuáis remando hasta cubrir más de la mitad de la distancia que separa ambas orillas cuando el burbujeo del agua capta tu atención. Casi no te da tiempo a reaccionar cuando ves como un bulto enorme se dirige al bote y choca contra vosotros. La madera cruje y se agrieta, el agua empieza a entrar en el bote y un rugido procedente de debajo del agua perfora vuestros oídos cuando varios tentáculos gigantes salen del agua y caen pesadamente sobre la barca...

- ¿Estás seguro de que quieres ir a la armería, chico? - pregunta el anciano algo confundido - La armería se encuentra dentro del Bastión del Maestro. Es una torre de dos pisos cavada en la roca, pasasteis por delante cuando os trajeron aquí. Ahí es donde se encuentra el líder de los enanos, lo llaman el Maestro de las Runas. Bueno, de todas formas hay que pasar por delante del Bastión para salir de este lugar. 

El anciano comienza a guiaros por las galerías hasta que salís a una gran caverna. Podéis ver varios edificios de piedra, unos construidos en la misma roca de la caverna y otros levantados artificialmente. Desde el fondo, dominando toda la caverna, se ve la enorme estatua de un enano apoyado sobre un gigantesco martillo de guerra. El lugar es un poco caótico. De fondo se escuchan gritos y se ve el resplandor de antorchas moverse de aquí para allá. Hay escombros por todas partes y algunos de los edificios están medio derruidos.

- Debemos movernos con precaución - comenta Garret - seguramente los enanos estén buscando prisioneros fugados. No creo que seamos los únicos que estén intentando salir de este infierno.

¡Padre! Grita Kahvi tratando de apartar a su padre de la trayectoria de los tentáculos. Todo sucede muy deprisa, y Kahvi intenta evitar ser capturado dando bandazos al aire con su hacha.

¡Nadad hacia la orilla lo más rápido que podáis mientras el monstruo se entretiene con la barca! Insta el enano a sus compañeros.

Te abalanzas sobre tu padre y ambos os vais directos al agua. Los tentáculos caen sobre la barcaza, destrozándola en pedazos mientras Brann y Thravok también caen al agua. Todo sucede rápido, las aguas negras se agitan con fuerza y comienzas a nadar hacia la orilla, al igual que los demás enanos...

-Pongamonos en marcha. Necesitamos nuestras armas y sobre todo provisiones si queremos salir de este infierno- Digo mientras intento caminar en silencio sin demasiado exito moviendome entre los cascotes y grandes piedras derruidas que se ven por todo el lugar

Al ver los enormes tentáculos destrozar la barca y hacerla desaparecer en la oscura agua del lago, Kahvi intentó nadar hacia la orilla lo más rápido que le permitían sus cortas extremidades, pero la orilla parecía no llegar nunca.

¡Vamos Kahvi, nada, nada! Se decía a sí mismo el enano mientras braceaba.

Tal vez fuera por la pesada armadura de mallas que llevas cubriendo tu cuerpo, o por que las aguas se agitan salvajemente, pero te cuesta permanecer a flote y avanzar hacia la orilla. Notas cómo no eres el único y Thorgrim también parece ir rezagado con respecto a tu lobo, Brann y Kohta.

Sientes cómo varios tentáculos se ciernen sobre tu cabeza y golpean fuerte en el agua, hundiéndote varios metros y haciendo que gires como una peonza bajo el agua. El golpe no ha sido doloroso y consigues salir a flote a un par de metros de la orilla. Sigues nadando los últimos metros y pones pie en tierra, pero al girarte lo que ven tus ojos es peor aún que haber sido golpeado por el tentáculo gigante. Una enorme cabeza viscosa, negra como la noche más oscura, emerge a la superficie, con una boca gigantesca y coronada por cientos de afilados dientes. Los gritos de desesperación de Thorgrim llaman tu atención y miras hacia arriba. El enano está colgado a un par de metros sobre el agua, agarrado con fuerza por uno de los tentáculos. 

La boca gigante se abre de par en par y el tentáculo afloja su potente agarre, haciendo que Thorgrim caiga en picado hacia el centro de la boca abierta. Los enormes dientes se cierran sobre el enano una y otra vez, perforando armadura, carne y huesos por igual. Thorgrim muere masticado por la bestia mientras oyes perfectamente como los huesos y el metal se rompen y la sangre y las entrañas quedan desparramadas y tiñen las oscuras aguas de rojo.

Con un rugido que hace retumbar la caverna entera, la bestia se vuelve a sumergir...

Os movéis entre las ruinas intentando no hacer ruido pero resulta imposible. Los cascotes sueltos crujen y se deslizan a vuestro paso. Al girar por detrás de un edificio os encontráis de sopetón con un enano que porta una antorcha en una mano y un hacha desenfundada en la otra. - Humanos! - grita el enano en la lengua común. Seguidamente un estruendo, como un rugido surgido de las mismísimas entrañas de la tierra, surge y se propaga por toda la caverna. El enano mira para otro lado, asustado, con los ojos abiertos, y su cara palidece en un momento...

Por fin en tierra. Piensa el enano suspirando ante el revolcón que acababa de sufrir, aunque afortunadamente, le había hecho alcanzar la orilla antes.

Mientras intentaba coger algo de aire, los gritos de Thorgrim le hacen girarse y mirar hacia arriba. Aquella enorme bestia marina había capturado a uno de sus compañeros.

¡Thorgrim! Gritó Kahvi con impotencia al observar cómo la bestia engullía a su compañero. ¡Maldita seas bestia inmunda, te haré pedazos! El enano intentaba volver al agua, pero su fiel compañero animal le agarró de las ropas mientras tiraba de él hacia atrás.

Levanto mi arma para atacar al enano que nos ha descubierto cuando me percato de que ha visto algo que le ha dejado el rostro palido como si hubiera visto a un espectro asi que miro en su misma dirección con las piernas preparadas para huir por si es algo a lo que no podemos enfrentarnos

Un par de edificios te tapan la visión pero jurarías que por esa dirección, y atendiendo a las indicaciones que te ha dado el viejo, está la armería y la salida de las minas.

El enano se recompone del susto que se ha llevado y se encara contra ti otra vez, mostrando su dentadura semi podrida - Humanos no escaparrr - blande su hacha en un tajo diagonal ascendente, describiendo una peligrosa trayectoria que se acerca a tu pecho...

Viendo que solo con el estirón de Volk no es suficiente, tu padre ayuda al lobo agarrándote de los hombros para evitar que te adentres otra vez en el agua. - ¡Dejalo, Kahvi! - grita alarmado - Ya es demasiado tarde para Thorgrim - De un fuerte empujón ambos caéis al suelo y Volk se aparta de vuestra trayectoria para no quedar aplastado. 

Tras unos segundos la calma vuelve a reinar en las aguas oscuras y la bestia no parece dar más señales de estar cerca de la superficie. El desconsuelo y la rabia se reflejan en las caras de Brann y Kohta. Es el explorador el que saca fuerzas de flaqueza - Debemos seguir nuestro camino - da media vuelta, dejando atrás el lago para encarar una pendiente que se eleva varios metros hasta la cima de una colina, de donde proceden las luces que visteis desde la otra orilla del lago. La subida por la pendiente resulta pesada debido al camino escarpado, pero las luces en la cima alumbran más o menos el camino y no tenéis problemas en subir.

Cuando llegáis arriba del todo, una pequeña ciudad cavada en una caverna se abre ante vuestros ojos. Podéis ver varios edificios de piedra, unos construidos en la misma roca de la caverna y otros levantados artificialmente. Desde el fondo, dominando toda la caverna, se ve la enorme estatua de un enano apoyado sobre un gigantesco martillo de guerra. El lugar es un poco caótico. De fondo se escuchan gritos y se ve el resplandor de antorchas moverse de aquí para allá, arrojando sombras danzarinas. Hay escombros por todas partes y algunos de los edificios están medio derruidos.

Había que proseguir la marcha, la pérdida de Thorgrim había sido dura, a pesar de no llevarse del todo bien, no dejaba de ser un compañero, un compañero al que no volverían a ver más.

Mientras avanzaban por la pendiente, Kahvi esperaba que lo que encontrasen arriba fuese por fin lo que andaban buscando, pero no fue así. El enano miraba asombrado aquella ciudad bajo la montaña, que, a pesar de estar en ruinas, era realmente digna de ver.

No creo que los que portan aquellas lucecitas sean muy amigables. Comentó Kahvi pensando que quizá se trataría de trasgos.

Desde vuestra posición os llegan sonidos, gritos dados en forma de ordenes, mezclados con chasquidos y alaridos de dolor. Aún estáis en lo que se podría considerar las puertas de la ciudad en ruinas, pero consigues identificar un par de cosas. Lo primero son los gritos, emitidos en un idioma que comprendes a la perfección por tratarse de tu lengua materna, el idioma rúnico de los enanos aunque con un sutil acento, no tan marcado como el que habláis vosotros. - ... prisioneros... escapen... revisar... galerías... - son solo algunas de las palabras que llegan hasta tus oídos.

Lo segundo que identificas es un blasón en lo alto del edificio más grande. Una bandera con el símbolo de un guantelete con el puño cerrado, de color negro.

- Los Acero Oscuro - ruge tu padre y escupe al suelo con desprecio.

- Así que el reino bajo la montaña ha mandado a sus perros hasta esta región - comenta Brann, visiblemente molesto - y esos chasquidos... no me cabe duda, son latigazos. Parece que nuestros primos se lo están pasando en grande. Seguro que están explotando esas galerías.

- Joder, este es nuestro territorio! - vuelve a rugir Kohta - Si aquí hay algún yacimiento minero, tendría que ser de los Hierro Frío!

- Mi hermano no nos dio muchos detalles, aunque tampoco es que se conservan mapas ni nada relacionado con Khaz-Shirol más allá de un documento que menciona el yacimiento de diamantes, pero dada su ubicación podríamos haber llegado a nuestro destino - dice Brann, con un atisbo de esperanza en sus ojos - Tenemos que acercarnos más

Intento esquivar el ataque del enano pero distraido como estaba su acometida me da de lleno abriendome una herida que comienza a sangrar mientras me retiro y me preparo para atacar yo

Hago una finta mientras disimulo que me agarro la herida y descargo toda la fuerza de mi brazo sobre el enano para intentar abrirle la cabeza

Tu herida no es nada en comparación al tremendo golpe que asestas al enano en la cabeza, aplastandosela como si se tratase de una calabaza.

- Puagh! - escupe Garret con asco al ver el dantesco espectáculo de los sesos y la sangre del enano tiñendo el suelo. Había acomodado al anciano contra una pared para unirse a la refriega, pero tu ataque lo deja sin ninguna oportunidad. Garret se adelanta unos pasos, pegado a la pared del edificio que os cubre, y mira con precaución en la dirección de la que venía el enano - No me cabe la menor duda de que estamos en el camino correcto. Puedo ver la armería desde aquí, a parte de a otros dos enanos repartiendo latigazos a varios prisioneros - comenta con los chasquidos del látigo escuchándose de fondo.

Las palabras de Brann de que podrían haber llegado a su destino retumbaron en la cabeza de Kahvi, que abría los ojos como platos mirando la enorme sala.

Bien, a que esperamos. ¡Recuperemos lo que nos pertenece! La idea de que aquellos miserables Acero oscuro se estuviesen llevando los tesoros de aquel lugar que no les pertenecía incendió al enano.

Brann y tu padre asienten a tus palabras y acto seguido desenvainan sus ballestas y se adelantan en silencio, pisando suavemente y sin hacer ruido, tratando de ocultarse en las sombras y los recovecos de la caverna donde el asentamiento enano fue construido. 

Avanzáis varios metros y os parapetáis en una pared de roca, tras la cual se ve una pequeña plaza. Varios enanos armados con látigos, mazas y petos de cuero, repartiendo latigazos a un grupo de personas desnutridas, vestidas con harapos, humanos en su totalidad. Cuatro enanos están encadenando a los prisioneros, poniendo grilletes en sus tobillos, mientras otro grita ordenes sin cesar. 

- Aún faltan los prisioneros del sector C. ¿Dónde coño se han metido Diente Negro y Carapiedra? - pregunta a gritos el enano en vuestro lenguaje materno, restallando el látigo contra el suelo en un arranque de furia. Los prisioneros miran aterrados al enano, con cara de no comprender ni una sola palabra de lo que dice - Como esos dos no aparezcan con el resto de prisioneros, ¡los arrojaré al lago! Ahora que ese maldito kraken se ha despertado seguro que estará hambriento, ja!

Recogiendo el hacha del enano muerto comienzo a correr hacia los dos enanos esclavistas para rescatar a los prisioneros -¡Vamos Garret! ¡Si los liberamos tendremos más aliados!- Digo mientras me lanzo a por ellos y lanzo la maza hacia el enano de la derecha mientras me acerco al de la izquierda con el hacha ya preparada para el combate que se avecina

La maza vuelta veloz e inexorable y se estrella contra el pecho del enano, generando un sonido sordo de los huesos al romperse. El enano se queda sin aliento y cae al suelo, muerto de un golpe certero.

Su compañero se gira y grita horrorizado cuando te ve acercarte con el hacha desenvainada. Comienza a gritar en su idioma natal al tiempo que agita su látigo para azotarte antes de que llegues a él. El alcance que le proporciona el arma es suficiente como parar tu avance. El látigo amenaza con enrollarse en tu cuello y tirarte al suelo...