Partida Rol por web

En mitad del sendero, a escasos cinco metros de vosotros, se forma un remolino de luz. En medio de la nada brotan dos formas mareadas y aturdidas. Una de ellas es familiar, es Sir Erik, mientras que la otra es un hombre de piel oscura y bajito. El mago, el explorador, el bárbaro y Jimmy el perro quedan sorprendidos por la repentina aparición de los dos sujetos. Los goblin parecen no haber escuchado nada.

El campamento Goblin del Paso de las Liafdag

Cáledan estaba contemplando el puesto de la montaña, pensando en el mejor plan para atravesarlo. Cuando de pronto, un remolino luminoso apareció ante ellos, y el explorador acostumbrado al constante peligro del que gozaban desde los últimos días, desenfundó rápidamente su arma y se dispuso a disparar a aquella forma que aparecía ante ellos. Pero en el último instante se detuvo, por fortuna, y dijo realmente extrañado:

- ¿Pero qué cojones?¿Erik? - y mientras dirigía su vista al nuevo miembro continuó diciendo - ¿Y quién es tu nuevo amigo? - decía mirándolo extrañado - Bueno da igual, mientras esté para ayudar no hay problema, vamos a necesitar mucha ayuda ante lo que tenemos delante - dijo mientras señalaba con la barbilla la construcción plagada de trasgos que tenían enfrente.

Luego dándose cuenta de el hechizo que los había traído hasta allí, dijo con una voz un poco molesta e intrigado:

- ¿Y cómo habéis llegado aquí tan rápido? Si esos cabrones de la Aldea dela Roca Blanca os han traído en el portal, ya podrían haberlo hecho antes con todos nosotros y nos habríamos ahorrado toda esta caminata, pfff - dijo mientras resoplaba hastiado de que al final resultara que había un camino más fácil.

- Me llamo Yusuf y me uno al grupo por la misma causa que vosotros - hace una reverencia inclinando la cabeza clavando la rodilla izquierda en el suelo - Espero que llevemos a buen puerto nuestra misión.
el recién llegado observa y estudia a los tres extraños. parecen pertenecer a distintas culturas.
- Es un orgullo poder contribuir a la buena causa, espero que mis habilidades estén a la altura de las circunstancias.

- ¿También quemaste una taberna? ¡Ja! Parece que estamos creando tendencia compañeros jaja - dijo mientras miraba sonriente a sus amigos y luego mirando nuevamente al nuevo miembro dijo con una expresión de disculpa - Pero perdonad mi falta de modales, unos días en el campo y nos volvemos unos salvajes, ahora mismo os presento: el fornido bárbaro es Blür ghun Dhür (Blür para los amigos) - dijo para facilitarle la comprensión a Yusuf - el mago de la túnica se llama Baern, yo soy Cáledan y mi fiel can se llama Jimmy, él es el auténtico cerebro del grupo jaja - dijo volviendo a reír esperando que el nuevo miembro se sintiera más agusto con el trato cómico que le dispensaba el explorador.

Realmente estaba animado tras ver aparecer de nuevo al paladín y saber que encima venía con refuerzos, era la primera buena noticia que tenían en semanas y levantó un poco la moral del grupo. Y acto seguido prosiguió diciendo:

- Me alegra saber que estáis aquí para ayudar, realmente necesitaremos todas las manos posibles para pasar por ahí - luego dirigiéndose a Sir Erik dijo - ¿traéis alguna noticia más de la ciudad? ¿Informasteis de todo cuanto vimos en el camino?, nosotros hemos visto el gigantesco campamento enemigo, y son unos 8000 pieles verdes, según una fuente "fiable" - dijo fiable con un tono extraño que sólo entendieron Blür y Baern - si no tenemos éxito, la cosa se va a poner muy difícil para nuestros congéneres.

Un trueno interrumpe la conversación. Las gotas empiezan a caer de forma espaciada, hasta convertirse en un continuo chaparrón. La caida de agua es tan intensa que se ha formado una capa neblinosa, apenas se puede ver lo que hay a mas de veinte metros. Se acerca el invierno.

Un terrible escalofrío recorre los huesos del bárbaro, al vislumbrar la antinatural aparición de Erik y su acompañante. Antes que el fornido norteño pudiera abrir la boca, Cáledan hizo las presentaciones.

_ Mi nombre es Blür ghun Dhür, no Blür, Blür ghun Dhür. Dijo rudamente, mientras el explorador sin inmutarse seguía con su palabrería habitual. Pero antes de que éste pudiera terminar con su exposición, un brutal trueno rugió en el firmamento dando paso a la lluvia. Una gran tormenta deshizo la calma.

_ MIRAD QUE HABÉIS HECHO, ESTÚPIDOS!!! HABÉIS DESATADO LA FURIA DE TARANIS!!_ El rostro de Blür estaba desencajado, pronunciando las palabras con las mandíbulas hasta su máximo, escupiendo y gritando._ No nos gusta la magia, mi pueblo respeta los dioses, no uséis la magia... Sólo los dioses tienen ese poder...Por qué lo habéis hecho? a Taranis no le gusta, no le gusta. 

El gigantón nómada, con los ojos fuera de sus órbitas, no deja de moverse. Hacia adelante, luego atrás, después a los lados. Se abraza así mismo mientras atónito contempla el firmamento._ Perdónanos, Taranis. No conocen las reglas, no conocen las leyes, no escuchan a Blür ghun Dhür, nada de magia...Tenía que haberle cortado las manos y la lengua a ese maldito mago pretencioso... Si, debí hacerlo...Ahora su furia caerá sobre nosotros...Quién mantendrá el cielo sobre nuestras cabezas? QUIÉN?!!_ El bárbaro no deja de balbucear, mientras mira a un lado y a otro, sólo para fijar su mirada en Baern y en el nuevo miembro del grupo.

_Quién es ese? muy pequeño para ser un guerrero, otro mago, otro mago...Debo aplacar su enfado. Oh Taranis, oh Dioses de la luz, perdonadnos. rezaré, sacrificaré...sólo necesito una señal, decidme qué debo sacrificar!!

El balbuceo es interrumpido por un rayo, que simultáneamente con un terrible trueno, cayó al unisono sobre la montaña. El sonido fue tan fuerte, que pareciera que los mismísimos dioses estuvieran luchando. Se sintió como si la montaña fuera ha ser convertida en meros guijarros. No pudiéndolo resistir mas, el que fuera un renombrado guerrero en la tundra del norte. Soltó su espada, corrió hacia el carro y lanzándose de bruces sobre el barro, se quedó bajo el mismo. Sentado con las piernas encogidas, abrazando sus rodillas con la cabeza entre las piernas y balanceándose como una mecedora, mientras de su boca brotaban ininteligibles palabras.

Cáledan se llevó la mano a la cara en actitud de incredulidad, y le dijo a su perro:

- Jimmy, ve a ver que le pasa y consuélalo anda - decía con un tono suplicante, mientras le señalaba con la mano al bárbaro.

El explorador conocía la buena relación que tenía Blür con su mascota, y si había alguien que pudiera tranquilizarlo, ese era su amigo de cuatro patas. Por lo que Jimmy, con la agudeza mental que siempre demostraba, se coló debajo del carro, en pos del bárbaro y colando su cabeza por debajo de las axilas del mismo, esperando que su roce lo tranquilizara; le lamió repetidamente su rostro en señal de preocupación y afecto, mientras realizaba unos leves gemidos de sollozo. Realmente el can percibía lo mal que se sentía Blür y se esforzaba como buenamente podía en consolarlo;en realidad era una escena bastante entrañable, si no fuera por lo extraño que era todo aquello.

Luego volvió a dirigirse a los recién llegados, e intentó pedir disculpas en nombre de su compañero:

- Tranuilo Yusuf, en el fondo no quiere sacrificar a nadie, además esta vez parece que se lo ha tomado bien, si vieras la paliza que le metió a Baern en cuanto supo de sus errores con el fuego, entenderías que no es para tanto. Pronto se le pasará - dijo en un tono tranquilo, mientras el mismo esperaba que fueran ciertas sus palabras.

Realmente a estas alturas ya pocas cosas le sorprendían, pero por cada día que pasaban, parecía que estaban peor de la cabeza, "Ahora entiendo la locura de Svein, demasiado bien ha acabado me parece a mí", pensó con algo de nostalgia, y se quedó esperando la respuesta de sus interlocutores.

Había pensado en ir a consolar al bárbaro, pero lo más probable es que me volviera a partir las costillas, asi que simplemente deje que Jimmy se encargara. Pero antes de eso Sir Erik vino con un nuevo compañero

Sir Erik! Bienvenido de nuevo, como has podido venir tan rápido?

Y tras preguntarle eso, me dirijo a Yosuf

Encantado Yusuf, yo soy el mago quematabernas y asesino de necrofagos a bastonazos, pero me llaman Baern, como prefieras le digo, mientras rio un poco

Vamos a morir... El cielo caerá sobre nosotros y no habrá refugio en el que guarecerse. Moriremos todos...

Algo húmedo y frío rozó su brazo, pero no se inmutó. Algo cálido secó su rostro, y no pudo más que entrecerrar sus ojos.

En su mente, antiguos recuerdos lo atormentaban. Con cada relámpago, con cada trueno, rememoraba la muerte de su padre. También en aquella noche se desató una terrible tempestad, tan fuerte que ninguno de los ancianos pudo recordar otra igual. Una y otra vez, el cuerpo inerte y decapitado yacía en el barro.

_ No Jimmy, aquella noche tampoco Taranis estuvo contento con la decisión, con el cambio de canciller. El bárbaro había dejado de balancearse, fijando su mirada en los ojos del perro. Pero en su reflejo, observaba algo que estaba mas allá del tiempo y del espacio.

_ Las leyes eran claras, el desafío fue tomado, el acero había hablado... Pero Taranis no estaba contento. Arrojó su jabalina eléctrica, destruyendo la Etxearth (choza del jefe). Su poder fue tan grande que varios guerreros cayeron fulminados. Incluso yo, Jimmy. Pero tuve mas suerte o quizá no quiso que aquel fuera mi final. _Dijo mientras le mostraba las quemaduras en sus piernas.

Lo que en un principio eran balbuceos incoherentes, finalizó en una extraña conversación entre el nómada y el cánido. Que mediante tiernos gemidos. lametones y suaves caricias con el hocico, iba calmando el terror del bárbaro. Las viejas pesadillas se fueron difuminando. Y en la psique bárbara, comenzaron a surgir escenas recientes de cacería y rastreo.

Durante los últimos días, el cuadrúpedo integrante del grupo, se había convertido en su compañero. Mientras se adelantaban para comprobar si el camino estaba despejado de enemigos, sólo se tenían el uno al otro.

_ Tu no tienes miedo, verdad... Seguirías a Cáledan donde quiera que el fuese. Obedeciéndole sin dudar... Me falta coraje... Y ya no poseo el tottem de Groord, puedo sentir su ausencia. Poco a poco su estado de ánimo estaba cambiando, y Jimmy podía sentirlo.

El fiel compañero del explorador, salió muy despacio situándose bajo la lluvia torrencial. Sin dejar de mover el rabo, y mirando fijamente a Blür, le soltó dos fuertes ladridos.

_ Tienes razón, tu no tienes miedo y no portas ningún amuleto... Muy despacio fue saliendo de su escondrijo. Y poco a poco se irguió mostrando su poderosa envergadura.

Los brazos extendidos en cruz, el cabello empapado le cubría el rostro y mirando al cielo gritó. Gritó con todas sus fuerzas y con algo más. Algo que empezaba a renacer en su interior. Expulsando el miedo que lo había enloquecido y encadenado, en una jaula mental.

Avanzó en dirección al grupo, recogiendo el espadón por el camino. Y cuando llegó a su par, mientras envainaba su arma, se dirigió a sus camaradas. _ No me gustan las tormentas. _ Espetó bajo un rostro aún cubierto por su pelo, en el que solamente se vislumbraba una siniestra sonrisa.

_ ¿Quién es tu amigo Erik? Y ¿cómo demonios habéis venido tan rápido?_ aparentemente no recordaba lo que minutos antes había sucedido.

El explorador sonrió contento al ver como Jimmy cumplía con eficacia su misión, y acercándose a la extraña pareja, le dijo a Blür:

- ¿Estás ya mejor? Te necesitamos al 100% para luchar contra esos tragos - le dijo con una mirada seria pero que denotaba algo de preocupación por su amigo también.

Luego acariciando a Jimmy detrás de la oreja como tanto le gustaba le dijo:

- Buen chico, te has ganado tu ración sin duda - dijo dándole parte del pienso que llevaba. Y luego girándose hacia Yusuf le dijo:

- ¿Entiendes ahora porque Jimmy es el cerebro del grupo? Jajaja - dijo riendo tranquilamente ante la sorprendida cara del nuevo miembro, esperando que sus amigos le acompañaran en su risa.

El remolino me había dejado atontado, pero parecía que en realidad los que estaban despistados eran mis compañeros.

Todos saludaban al pequeño ser de piel oscura como si fuese su más grande amigo. Cuando en realidad era una maldita rata traicionera.

- ¿Porqué saludan tan amistosamente a quien nos metió en toda esta cruzada ajena a nosotros? ¿Acaso no recuerdan las viles mentiras de este.... ser? - las palabras salían de mi boca de la forma más tranquila posible, no cabía en mi código tener que insultar a nade más allá de que realmente se lo merezca.

Después de esas preguntas procedo a informar a Celedán sobre las novedades de la ciudad.

- Todo ha sido notificado y nombrado, nos han enviado a buscar a un tal xxxxxx, el cual debemos encontrar antes de que se cierre el paso y nos sea imposible llegar a él. 

En ese momento comienza la lluvia y escucho las palabras del bárbaro hacia los dioses y la magia, no mucho a lo cual deba prestarle atención. Más allá de que la lluvia nos daba la cobertura perfecta para poder movilizarnos sin preocuparnos por hacer ruido, ya que los truenos aminorarían significativamente el roce del metal. 

- Esto es ideal para rodear el campamento sin que nos noten, entre la lluvia y el repiqueteo, podremos pasar inadvertidos y no tener que enfrentarnos innecesariamente contra lo que haya allí dentro. ¿no les parece?

Yusuf estaba extrañado por la actitud del bárbaro, el enorme humano se comportaba de una manera extraña.
- Hola Caledán y su fiel Jimmy, Baern el quematabernas
Un grupo un poco alocado. En su tierra eran más serios y no entendían las ironías. Un perro el cerebro del grupo...madre mía donde me he metido. Esperaba que las cosas fueran bien por el bien de todos. Su semblante era serio y no dejaba traslucir atisbo alguno de su perplejidaz.
- ¿Que le ocurre a este gigante, un personaje muy curioso, no entiendo que le pasa.

Cáledan escuchó con atención las palabras de sus compañeros, y dirigiéndose a Yusuf le dijo:

- Tranquilo amigo, mientras no hagáis magia no tenéis nada que temer de él.

Y aprovechando que estaban ya por fin centrados y reunidos, se dispuso a decir cual era su plan. Se puso en el centro de ellos, y sacando su espada para dibujar en la arena los movimientos que tenía en mente, empezó diciendo:

- Yo estoy con Sir Erik, creo que deberíamos actuar esta noche; pero no creo que nos resulte tan fácil cruzar sin ser vistos ni oídos, aunque se puede intentar. Yo creo que lo mejor será dividirnos en dos grupos; Blür y Erik por la derecha, y nosotros por la izquierda. Si detectan a alguno de los grupos, el otro podrá atacar por detrás y causar mayores estragos que si vamos todos juntos. Además, si Baern consigue acercarse lo suficiente como para dormir a los de la atalaya, puedo intentar llegar hasta ella usando mi cuerda y una flecha, y gozar de una posición de ventaja. Yo personalmente prefiero no pasar de largo, y ser nosotros los que ataquemos primero, si nos descubrieran mientras avanzamos perderíamos el factor sorpresa. No obstante, si la mayoría queréis pasar de largo que así sea.

Estoy de acuerdo con el plan, a pesar de que no me gusta mucho que el grupo se separe, pero en fin, que pase lo que tenga que pasar

- A mi me parece bien el plan, aunque de día son más vulnerables pero entiendo que no podemos  esperar tanto y desperdiciar  las horas nocturnas.

En el campamento hay poca actividad. Seis goblins vigilan desde la atalaya con poco interés. No hay vigilantes visibles en las puertas que están cerradas.