Partida Rol por web

El elfo miró a su alrededor frustrado por no encontrar más tesoros en lo que parecía un lugar apropiado para ello. Chequeó si había más salidas por las que seguir explorando el lugar antes de recoger la maza y ofrecérsela al enano y al clérigo.

- ¿Alguno de vosotros la quiere? Creo que sois quien mejor puede hacer uso de ella.

Dijo pragmático sin dejarse vencer por el desánimo.

- Yo creo que podríamos continuar explorando un poco más antes de descansar.

Aparte del arco por el que habéis entrado, justo en la pared contraria (oeste) se abre otro exactamente igual hacia la negrura. Además, los esqueletos parecen haberse marchado tras el sarcófago hacia el norte, pero no parece haber ninguna abertura ahí.

Solomon se sobresaltó justamente en el momento en el que las paredes se movieron mostrando un pasillo oculto completamente oscuro. Se quedó esperando por unos momentos a que algo apareciera, sin embargo nada se movía ni se oía con lo que parece ser que la cripta les estaba invitando a entrar.

-Parece ser que esto no es todavía el final.- dijo a sus compañeros con un nerviosismo que había vuelto a crecer de nuevo en el. Había pensado que todo había terminado, aunque no hubieran encontrado nada. Sin embargo parece ser que ahora nuevos peligros les acechaban y por consiguiente, su vida continuaba en riesgo.

Sabía que sus compañeros iban a querer entrar ahí dentro. "Maldita sea, si ya tenemos algo de botín y no tenemos las manos vacías." pensó. 

Al final fue él, el que habló primero: -¿Qué os parece si volvemos otro día? Tenemos algo de botín y podremos reponernos para volver con más fuerzas.-.

Es frustrante encontrar solo esto, pero Solomon tiene razón. Casi no tenemos antorchas ya, y ahíno parece haber nada de luz...

digo mientras señalo el otro arco.

...tal vez podemos volver otro día con mas provisiones y adentrarnos mas.

- A mí aún me quedan 3 velas...

Dijo el elfo insistiendo en continuar la exploración. No le apetecía volver otro día, quién sabe si tendrían que enfrentarse de nuevo a los esqueletos, y además sentía que se acercaban al final del lugar.

Esperó a que se pronunciaran el enano y el clérigo, tanto sobre si querían continuar como si querían la maza que habían encontrado.

Picado en mi orgullo no acepto el exiguo tesoro que tras tantas desdichas se nos presenta.

- Antes quería irme de estas estancias y buscar refugio en el poblado, pero esta birria no puede ser todo lo que nos llevemos de aquí. Bastante sangre hemos derramado y peligros enfrentado como para volver con esto.

Doy un paso al frente y cojo la maza, buscando el equilibrio, sopesando su manufactura.

- Mi voto es quedarnos hasta exprimir estas catacumbas, tanto guardián debe estar guardando algo valioso.

Una tibia sonrisa de victoria se dibujó en el rostro del elfo al oír que el sacerdote también apoyaba la idea de acabar de explorar este lugar. En la mente del elfo no solo pululaba en exiguo tesoro pero también sentía la inquietud de descubrir lo que encerraba aquel subterráneo y acabar con el mal que en él acechaba.

Se volvió hacia el enano quien debía decidir si apoyaba la idea de continuar o prefería marcharse al pueblo a lamerse las heridas y volver vencidos y fracasados de su incursión en la mazmorra.

Estaban empatados. El enano guerrero tenía que decidir si continuar o si salir de este lugar.

Solomon miraba con impaciencia al guerrero, esperando su respuesta y pensando que ojalá decidiera salir de aquel lugar... aunque dudaba mucho que dijera eso.

Deberíamos continuar.

Así de parco fue en sus palabras, había adquirido cierto aprecio por Rongar, quien se manejaba bien por las mazmorras.

Todos los días son buenos para morir.

Tal y como Solomon había esperado, el guerrero se decantó por continuar explorando la maldita cripta.

Solomon soltó un pequeño gruñido de desaprobación y aceptó a regañadientes el destino del que tanto tiempo llevaba intentando librarse. -Muy bien, continuemos explorando este lugar. Parece ser que estáis muy interesados en convertiros en huéspedes de por vida de esta cripta.- dijo mientras se movía por la sala en dirección a la apertura que se había descubierto.

El elfo no tenía intención de morir, ni este día ni en muchos años, pero agradeció con un asentimiento la voluntad del enano  de continuar a la siguiente estancia.

- Entonces, ¿Estamos todos listos? - Dijo mirando a cada uno de los participantes. Cuando se aseguró de que estaban preparados tomó la iniciativa y se asomó por la siguiente puerta para ver lo que ocultaba la sala anexa.

- Adelante pues, y que Mielikki nos guarde.

Dije con toda la seguridad de la que pude hacer acopio.

-Muy bien, ¿alguno de los valientes puede pasar primero? No me apetece encontrarme una trampa y quedar ensartado en la pared por unas lanzas o vete a saber que...- dijo Solomon dirigiéndose a aquellos que habían aceptado el continuar, mostrando así su valentía... o su insensatez. 

El elfo se dirige hacia el oeste, atravesando el oscuro umbral y penetrando en una nueva habitación.

Una pila de piedra poco profunda y a la altura de la cintura, domina esta cámara. El agua gotea en ella desde un caño con forma de cabeza de caballo y se derrama por el borde un suelo lleno de limo. Un sencillo aguamanil metálico descansa en el borde de la pila. Unas estatuas, algunas de ellas enteras, otras rotas y derribadas, permanecen en unos nichos de las paredes. Otro receso más grande en el muro oeste contiene una tina con intrincados grabados extraños y perturbadores. Un pequeño nicho en la esquina sureste del muro este contiene lo que parece ser un ennegrecido y agujereado brasero, grabado del mismo modo.

Una arcada en la pared del sur parece ser la única salida (aparte de por la que habéis entrado).

El elfo se detuvo un segundo en la puerta antes de pasar. Ya habían probado lo mortíferas que podían ser estas salas y no quería cometer ningún error. Con la tenue luz de la vela iluminando en frente suyo observó la habitación, las siniestras estatuas y las extrasñas piedras y braseros en decrépito estado que adornaban el lugar.

Trago aire antes de dar un paso y comenzó a explorar el lugar, buscando principalmente trampas que pudieran detonarse.

Solomon se acerca poco a poco a la puerta por la que unos momentos antes se ha adentrado el elfo. No tiene ninguna intención de pasar hasta que el elfo se haya medio asegurado de que el lugar es seguro.

-¿Qué veis Rongar? ¿Algo de lo que preocuparse?- le pregunta al elfo, el cual parece moverse de forma totalmente cautelosa buscando cualquier trampa que hubiera en el camino.

Me acerco con decisión a la habitación por la que acaba de entrar el elfo. Está tardando mucho en contestar o dar nuevas de lo que haya dentro, así que entro tras él con la maza recién descubierta en la mano, dispuesto a usarla contra lo que quiera que haya dentro.