Partida Rol por web

Arthur se cabreó, los malditos idiotas que saltaban las llamas se dedicaban a matarse entre ellos y no venían para que pudiera partirles en los apropiados trozos, en los que quedarían mucho más monos.

Así que tuvo que moverse hacia los monjes que protegían al incendiado, en su mano tenía la espada de plata que encontró en un túmulo hacía mucho tiempo y en la otra el hacha de hierro frío.

No tardó en estar la lado de Alyanna, que acababa de destrozar las costillas a uno de los monjes.

- ¡Cariño, como me gustas cuando revientas a estos ceporros! ¡Estás tan guapa llena de sangre...! - dijo a la clériga.- ¡Tú!- gritó al que tenía delante! - ¡Estate quieto y muere! - Y diciendo ésto consiguió clavarle la espada en todas las tripas, provodando un horrible grito de dolor de su enemigo...

Viendo como algunos monjes esperaban que a que les atacáramos. Aproveche lo que Alyanna hacía y Arthur a su lado se cargaba algunos, para ir por detrás de aquellos monjes para atacarles.

Le agarro por detrás a uno de aquellos monjes rodeandole con mis brazos su cuello y le pego un puñetazo en el estomago, clavandole mi espadón en su abdomen.

- ¡Cuidado con la puerta! - dijo Alek - Si llegan esos malditos bichos, nos atacarán desde dos frentes. Eso sería malo, muy malo - el hechicero se dió la vuelta de nuevo hacia adelante. Habia cuatro monjes delante de ellos.

Viendo que Arthur y Evadne podían encargarse de ellos perfectamente, decidió seguir con su ataque. Y un nuevo rayo cruzó la estancia para impactar de nuevo en el que parecía el jefe.

Le guiño un ojo y sonrio mientras me preparo para lo siguiente.
Arthur mi amor, me ves con muy buenos ojos siempre, aunque creo que lo que mas te gusta es quitarmela luego. Tengo que moverme hacia donde esta esa guadaña y parar el ritual.

Busco el lugar mas probable para pasar, sin que me toquen.

Abridme sitio, voy a ver si puedo parar lo que estan provocando.

Evadne os grita:- ¡Venga os cubro la retaguardia! ¡Pero dejaos de echaros puyas como niños!- Y carga su ballesta en tanto que deja a mano su espada por si se acercan demasiado. 

El monje que se esta enfrentado a Eleyna golpea su pecho reventando las protecciones como si fuese mantequilla, las nauseas llenan la boca de la barbara. En tanto que el golpe del monje enfrentado a Arthur es esquivado con facilidad y pronto reciben los dos monjes su merecido, pues los golpes tanto de Arthur como de Eleyna hace que queden muy mal heridos cortandoles sendos brazos, a pesar de ello siguen luchando.

En tanto Alek lanza su hechizo sobre el monje jefe que es envuelto por completo por el fuego, a pesar de su muerte segura, empieza a reirse y dice señalando con sus dedos consumidos por el fuego:- Ya ... esta... hecho.- Un impresionante relampago ilumina la sala con una luz verde y se escuchan los gritos del exterior.

Alyanna consigue defenderse con facilidad de los dos monjes que intentan pararla, al parecer nerviosos de la visión de la luz verde...

¿Qué puyas menciona Evadne? Si yo solo insulto a los enemigos... no debe ni escucharme y piensa que siempre me meto con Alek, ahora que lo pienso, debo pensar una buena que hace mucho que no me meto con él...

- ¡Apartad, jodidos idiotas, caed muertos de una vez y dejadme en paz! - gritó Artur tratando de liquidar de una vez a su monje herido y al de Elenya... la espada y el hacha giraron en arcos salvajes, pero los dos religiosos lograron evitar los golpes del guerrero.

- ¡Maldita sea! ¡Agarrad el maldito diente de Kraken cuanto antes y llevémonoslo de aqui!

- El hechicero desenvainó con un rápido movimiento su lanza y trató de empalar al enemigo más cercano que tenía al alcance. Una vez caido el jefe, que además prendía en una bonita fogata, podía centrarse en los enemigos menores.

Con algunas nauseas tras el golpe recibido por aquel monje. Me quedé parada unos segundos, cogí fuerzas y apreté con rabia mi mano el espadón. Volví atacar aquellos monjes con toda mi ira y poder así acabar de una vez con aquellos, que nos estorbaban en nuestro camino.

Podía escuchar al resto de compañeros como cada uno se ocupaba de alguno o de algo para seguir el camino y salir de aquí con todos ellos muertos.

Dos menos, simplemente esto se esta saliendo y encima esa luz Parece que mi dios me ha abandonado. NO, no lo ha echo nos esta mostrando algo que podemos usar para ayudar en el futuro.

-Sigo decidida hacia delante esquivando a los monjes que puedan haber delante, tengo que impedir que ocurra algo que no deba en este lugar. La locura de los monjes no debe contagiar a nadie

- Vamoooos.- espoleó la pelirroja mientras descargaba los pivotes de su ballesta automatica sobre un par de figuras descolgadas del grupo entre aulladores y monjes.  Los hechizos de fuego del  puñetero mago habían cargado el ambiente con un insoportable olor a carne podrida quemada. Aquello se estaba convirtiendo en una carniceria en toda regla.

Eleyna acaba de un golpe con el monje con el que se esta enfrentando y ahora puede ayudar a Arthur o distraer a los monjes que están atacando a Alyanna que intenta esquivar los palos de los monjes y uno de ellos le acierta en la espalda dejandola caer justo enfrente de la guadaña que sigue flotando. El resto de vuestros compañeros sufren una desigual suerte en su combate, Alek y Arthur no aciertan, en tanto Evadne dispara contra el primero que aparece a traves del humo un monje que recibe el virote en su pecho y que desparece en la niebla de donde empiezan a escucharse aullidos...

Por suerte para vosotros los monjes fallan todos sus ataques, estáis mejor preparados para el combate, en tanto los cristales revientan y el arma coge un color verduzco algo desagradable.

Sin apenas limpiar del todo mi espadón, me dirijo a donde está Arthur para ayudarle con aquellos monjes. Así Alyanna podía seguir con lo que le ocupa.

Miro a Arthur y le digo.

Vamos acabar con ellos!!!