Partida Rol por web

Yngwe no tardó en encontrarlas, pues estaban con otras mujeres de la aldea que les trataban de enseñar, con dificultad, las labores cotidianas. Tras un intercambio de palabras las dos muchachas siguieron a Yngwe hasta la gran cabaña del Jarl.

Cuando Yngwe volvió levantó la mano frente a las suecas para que se detuvieran, algunas señas habían aprendido con el resto de criadas. - Jorunn, Hild, son las esclavas suecas que entregaron en presente al Jarl, Vessa y Taimi, decían que eran volvas de su tribu, aunque no sabemos mucho de ellas aún, tal vez puedan ser útiles a nuestro jarl

A la völva no le hacía ninguna gracia que mujeres llegadas de otras tierras metieran las narices en sus asuntos, pero procuró no mostrar públicamente su malestar y su preocupación. ¿Por qué no iban a estar ellas involucradas en todo aquel asunto?

- El jarl sólo tiene una indisposición y ya le he suministrado hierbas calmante. Pero si queréis que ellas digan algo más... no me opondré. Sólo espero que el mal que se cierne sobre nosotros no haya venido acompañado de su mano.

Jorunn había estado sentada mientras el scalda y la völva hablaban. La joven estaba con las rodillas dobladas y las manos formando una piramide sobre estas pensando y ausente a la conversación.

Padre está bien...Gudrid está bien...yo también estoy bien...aquí falla algo...y no me gusta. Ynwge—Jorunn se levantó decidida.La joven mostraba un porte noble que normalmente no exhibía,pero aquellos momentos lo requerían.— Ve a investigar. Habla con los esclavos que anoche sirvieron la cena,para ver si vieron algo inusual.Trata de averiguar tambien algo sobre aquel grupo de hombres que no quería brindar. Klemet y Sigurd. Investigad con discrección a los invitados.

Jorunn se pasó la mano por el cabello mientras miraba a su padre.Nadie debía permanecer en esa sala viendo a su padre en una posición tan devastadora. Hild. Habla con las brujas,a ver si sacas algo en claro,aunque solo son esclavas. Habla también con Stigandi, es posible que pueda ayudarnos...pero no le cuentes todo. Quizás sepa algo... Thorgrimm— aquí Jorunn dudó.Thorgrimm era miembro del"equipo"que había descubierto el malvado plan, pero dudaba que fuese capaz de hacer algo con discrección.—Vigila que nadie intente abandonar la ciudad. Sería bastante sospechoso. Yo iré con Gudrid y su marido.

La joven abrió la puerta de la habitación y llamó auno de los esclavos.¡Eh!Vigila al jarl y que nada le falte.Haz que se beba la infusión y dale de comer cosas blandas.

Jorunn había asumido un rol de lider pero ¿Cómo funcionaría?

Yngwe contuvo la sonrisa ante la gravedad de la situación - No estuve presente en el brindis, me escamó la presencia de las esclavas usuarias de Sejdr al mismo día de la cazería.... emm, ¿Quienes fueron quien no brindaron? - Cuando Jorunn se lo indicó Yngwe hizo una leve reverencia y se retiró - Tus deseos....

Empezaría por las camareras de la aldea, conocía a alguna que otra... ejemm.. y tal vez no pudiera verlas por separado en esta ocasión, esperaba no surgiera ninguna situación de desaprobación... como aquella en que Ulya y Medra quisieron servirle a la vez... terminaron tirándose de los pelos... mujeres...

Pero las camareras habían llevado la comida de un lado a otro, quizá alguna indecorosa había probado lo que no debía y se encontraba en la misma situación que el Jarl,  o tal vez vieran algo, lo que es seguro es que sabrían donde se encontraban el resto de invitados del brindis.

El berserk bajó a la cocina, donde un par de esclavas estaban preparando el desayuno.

Por suerte, aún quedaba un barril de hidromiel a medio terminar, un cuerno seguro le ayudaría a quitarse el insoportable dolor de cabeza que tenía en esos momentos. En cuanto lo término, empezó a encontrarse mejor y les pidió algo de carne con la que acompañar un segundo cuerno.

Ya bastante mejor de la resaca subió a la habitación con tiempo de escuchar las palabras de Jorunn. - El marido de tu hermana también es de vuestra familia. - apuntó Thorgrím. Una vez que lo habían descartado como envenenador y sin la resaca golpeando en sus sienes.- aunque él también se encuentra bien.

Cuando escuchó su cometido preguntó. - ¿deseas que Thorgrim impida el paso a quien quiera salir o solo que informe? 

Sigurd asintió con la cabeza y se dispuso a salir. Esperó tan solo a que el thurl saliese con él. Prefería hacer algo mas activo que hablar con los borrachos que pululaban por la aldea, pero quizás así descubriesen al culpable.

-Los hombres del hermando del marido de tu hermana parecían mas distraidos en sus propias copas que en brindar por Herjolf-dijo Klemet aclarando la pregunta del bardo-pero son hombres de armas, no hechiceros. Aún así tened cuidado por que el traidor podría no estar trabajando solo y puede que haya mas mercenarios además de los que ya nos encontramos en el bosque-y tras decir esto salió de la casa comunal con Sigurd.

Debemos trabajar rápidoy con discrección, así que no les impidas la sálida...Si alguno te resulta sospechoso sigueló, y mantenos informados también. Puedes avisar a los guardianes para que estén alerta pero no les hables de la salud del jarl. Dicho esto, Jorunn salió de la habitación con la melena ondeando. Su inexperiencia era suplida por su decisión y su terquedaz. Descubrirían lo que había ocurrido con la maldición ya quién iba dirigida.Si o si.

A pesar de la poca gracia que le hacía tener que hablar con aquellas dos esclavas, Hild asintió a las palabras de Jorunn. En aquellos momentos era ella la que mandaba y la völva no tenía ninguna intención de cotradecirla.

- De acuerdo, intentaré sonsacarles algo. Aunque... si de alguna forma saben algo que las incrimine no creo que consiga mucho.

Se despidió de su amiga y salió en busca de Strigandi. Quizás con él a su lado las dos extranjeras se amedrentaran un poco y así conseguir sacarles algo de información.

Comprendido. - Con esa palabra Thorgrim salió de la habitación para irse directamente a la entrada del pueblo, aunque con el hombretón uno nunca podía estar seguro de si era completamente cierta.

Asi, poco a poco el grupo se disolvió dejando al cuidado de los esclavos al jarl Knudson. Siguiendo las ordenes de la hija mayor del jarl cada uno se dirigió con premura a hacer su cometido y de esa manera descubrir quien demonios era el culpable de aquella maldición fuese quien fuese la victima, antes de que fuera tarde.

Cruzas el pasillo en direción a la habitación donde se hospedas Herjolf y tu hermana. Llamas para que te abran la puerta y tras unos segundos se abre lentamente. La cabeza de Herjolf se asoma y te habla.

-¿Está el jarl mejor? ¿Qué ocurre?-pregunta sin abrir la puerta del todo.

Caminas apresurada por la calle. Te diriges a tu cabaña aunque estás casi segura de que él ya no se encuentra allí. Hace frío en la mañana y al contrario que el día anterior tan solo unos pocos pululan, medio dormidos por las calles. Al llegar a tu cabaña te la encuentras vacia, seguramente Strigandi se haya ido a reunirse con sus hombres.

Caminas a grandes zancadas por la calle. Te diriges a la puerta principal. Hace frío en la mañana y al contrario que el día anterior tan solo unos pocos pululan, medio dormidos por las calles. La puerta está abierta ya aunque los mercaderes aún yacen dormidos y están recogiendo las cosas antes de marcharse. No tardará en haber una gran afluencia de gente regresando a sus respectivas aldeas. Un par de guardias custodian la puerta mientras bostezan.

Bajas los escalones de madera y llegas de nuevo al gran salón. Varias mujeres van de aqui para allá limpiando como pueden los restos de la noche anterior, varios perros caminan por debajo de las mesas comiéndose los restos que encuentran. También hay algunos hombres que, dormidos por el efecto del alcohol, no lograron llegar hasta la puerta y se durmieron allí donde cayeron. Las mujeres ni siquiera les mueven para sacar sus pelos de los charcos de bebida que hay en las mesas.

Sigue con dolores. Pero ya se le pasará ¿está Gudrid despierta? me gustaría charlar con ella un rato, no hemos tenido oportunidad desde que llegó...

Jorunn no tenía muchas ganas de hablar con su cuñado, no dudaba que era buena persona pero la paranoia era demasiado grande y temía meter mas gente en la conjura si no había necesidad. Primero intentaría sonsacar la información charlando, luego si no podía contaría a Herjorlf lo que ocurría.

Como se imaginaba Strigandi ya se había ido de su cabaña y seguramente ya estaría reunido con sus hombres, pero ¿dónde? Hild no sabía muy bien qué hacer, si iba a buscarlo quizás no le sentara bien que una mujer, con la que se había divertido la noche anterior, fuera a interrumpirlo.

De todas formas, antes de ir a hablar con las dos esclavas, dio una vuelta para ver si lo encontraba.

Yngwe busca reconocer a alguna de las camareras del día anterior, a ser posible, hermosa

eh , hola, buen día tenga señorita.  ¿Sabe por donde están las mozas que sirvieran en la mesa del Jarl? *

La orden de Jorunn no había sido del todo acertada y el hombretón lo sabia. Mucha gente abandonaría el pueblo una vez terminada la fiesta. De hecho, si no fuera porque estaba de guardía hasta él mismo habría salido del pueblo a bañarse en el rio y pescar un rato.

Buenos días.- les dice a los guardias de la puerta a la vez que les saluda estrechando sus antebrazos.- Por orden del Jarl debemos controlar discretamente la salida del pueblo.