Partida Rol por web

Todo aquello me pilló por sorpresa y antes de poder desenfundar mi bláster Kuroe ya estaba escapándose y tras unos tiros fallados lo perdimos de vista.

- Mierda... Decirme que podrán precio a su cabeza y así podré cazarlo... 

Declann observó perpleja la huida de Kuroe. 

—«Bueno supongo que esto lo hace oficial. Soy vuestra piloto —se encogió de hombros—. Aquí Declann, suerte ahí fuera, cierro».

Con un suspiró se afanó con R5 en la tarea de hacer balance de daños y ver que piezas necesitaban reponer. 

Una luz verde en el tablero se enciende intermitente señalando la entrada de una transmisión en un canal ultra seguro. 

«Amigo Nobbo... Nobbo... responde...»

De vuelta al interior de la nave, me fijo en el panel de comunicaciones. Está activo, el canal ultra seguro está activo y sólo puedo pensar en una persona para que sea eso y en cuanto escucho su voz, de dos zancadas me planto frente al comunicador:-Koth. Aquí Nobbo. Qué ocurre?-le dije, estaba preocupado. Era raro que me contactara a menos que fuera algo muy urgente. 

Me quedo sin palabras al descubrir que en verdad si nos había vendido, bueno solamente a Maese Thur, pero indirectamente lo que le ocurriera a él nos salpicaría a nosotros y eso no era para nada bueno.
Lamentablemente antes de poder hacer nada me quita de en medio con un puntapié y vuelvo a rodar por el suelo del carguero... cosa que suele ser muy habitual ultimamente, dicho sea de paso.

Los rayos de plasma zumban alrededor de la figura de Kuroe mientras este se aleja en el acelerador hasta que finalmente desaparece en uno de los recodos del tunel.

"-¡Por los tornillos del primera unidad protocolaria, se ha escapado!"

Me incorporo mientras reajusto el giro-estabilizador de mi cintura para evaluar el alcance de los daños del golpe. Parecen ser mínimos y además no podría distinguir las nueva abolladura de otras que ya cubren mi placa pectoral.

"-Estamos perdidos si el señor White ofrece nuestra localización a los agentes imperiales. A estas alturas ya deben estar poniendo precio a vuestras cabezas."

—Tienes razón Roch, hay que moverse —dijo Declann mientras caminaba hasta la carlinga para atender el indicador luminoso de comunicación entrante.

Cuando la familiar voz preguntó por Nobbo entre la estática y este se abalanzó sobre el panel para responder, Declann se cruzó de brazos y se apoyó en la pared de la cabina de navegación. Dejó espacio a los dos amigos, pero no perdía detalle de la conversación. Nobbo está demasiado implicado emocionalmente con el tal Koth y aunque me fío del aguerrido weequay, no conocemos de nada a su contacto.

Me aseguré que todo estaba en orden para dirigirme junto a Declann y apoyarme con ella mientras observábamos a Nobbo.

- ¿Cómo estás, capitana? 

Le dio un ligero codazo en el brazo con una sonrisa. 

Declann devolvió la sonrisa a Andra y asintió por respuesta.

—Buen disparo en el hangar antes por cierto —susurró a la joven mercenaria—, no tuve ocasión de decírtelo antes.

Apreciaba el gesto de Andra, era sin duda el corazón de este grupo de descarriados. Ahora eran su familia. Esperaba que conservara ese calor juvenil por mucho tiempo, la galaxia era un lugar muy frío. Declann cambió el peso de su cuerpo a la otra pierna y siguió atenta a la conversación de Nobbo.

Todos se reunieron en la cabina así que aproveché para visitar al droide astromecánico.

"-Hola R5, ¿como te va? Toda esta tensión está pasando factura a mis delicados componentes, me vendría bien entretenerme con algo más rutinario, ¿no te importará si te ayudo con algunas reparaciones menores?"

«La Alianza Rebelde a aceptado ayudarte a recuperar el artefacto que me haz mencionado, han tenido un primer contacto con dos agentes que manejan sables de luz con los que trabajas a los cuáles les proporcionarán una lanzadera Lambda clase imperial que han solicitado, la Alianza ha triangulado las comunicaciones para evitar al imperio galáctico, yo seré su tercer contacto. El planeta Eriadú ya no es seguro, hemos enviado a tus compañeros al planeta Takodana para la entrega de la nave, te sugiero amigo mío que salgan lo más rápido posible de ese sector de la galaxia y se dirijan al borde medio del núcleo para que se reúnan con ellos en el Castillo de Maz Kanata, en Takodana, mucha suerte y que la fuerza te acompañe.» La luz del comunicador en el tablero se vuelve roja y queda fija indicando que la transmisión se ha perdido.

 Me extrañó aquel gesto. Su comunicador y el mío habían salido de la tienda de Watto, así que eran igual de seguros el uno que el otro. Mientras caminaban hacia el espacio puerto comunicaron con Declann, que al parecer podía cifrar las comunicaciones con la ayuda de R5, era todo un alivio. Sin embargo ella se dirigía a interrogar a Kuroe. Cuando ya estaban a bordo del transbordador supieron también por ella que Kuroe había escapado. Esas no eran buenas notícias.

 Declann, recibimos tus comunicaciones sólo a medias, ¿estamos seguros de que no las pueden interceptar? dije una vez sentados en el ferry, con Aran, a través del comunicador Salimos del planeta para ir a buscar el nuevo vehículo que debíamos comprar.

 Le informé que abandonabamos Eriadu. La compra de la lanzadera imperial parecía haberse resuelto, pero aún no la teníamos con nosotros. Nunca se sabía lo que podía pasar.

 Cualquier duda, pregunta a nuestro pirata favorito, al parecer son sus contactos. tenía claro que no iba a pronunciar la palabra "Alianza" o "Rebelde" a través de un comunicador por muy seguro que fuese ¿Qué ha pasado con el anterior capitán? ¿Dónde ha huido?

 No me esperaba que Kuroe nos traicionase y me había dolido. Era un borracho, como yo mismo había sido en el pasado, pero pensaba que era uno con buen corazón como yo. Que además hubiese atacado a sus compañeros para huir, me parecía el colmo. Si llegaba a contactar con nuestros contratadores, podría ser nuestro final. 

 Todo acabaría antes de poder poner un pie en el Guardia Negra.

Miró de nuevo a Declann con una sonrisa mientras se encogía de hombros.

- Capitana, creo que ya tenemos destino... 

Escuché la voz de Umbael y sonreí.

- Me alegra escuchar tu voz Umbael... Aún me debes una copa... - Suspiró - Ha desaparecido... No sabemos a dónde ha huido pero... No podemos fiarnos de él, ya no... Estamos todos bien, por suerte no hirió a nadie, aunque tampoco tuvo mucha intención de ello... 

-Vaya eso no me lo esperaba.- Dice el capitán Sait después de observar todo lo ocurrido con Kuroe White. Permanece atento escuchando la conversación con aquel agente encubierto sabiendo que tarde o temprano tendrá que decidir que hacer para evitar ser capturado por el Imperio Galáctico o por la Alianza Rebelde.

Me sorprende lo que escucho sobre Kuroe White, ha donde quiera que haya escapado será una posible amenaza para nosotros si en realidad concretó algún trato con los pagadores por el holocrón.

Una vez que Umbael finaliza la comunicación con el resto de la compañía me dirijo a mi compañero jedi ya más relajado.

-Deje abierta la señal de mi intercomunicador en el planeta Eriadu para que sus ondas de radio desvíen al Imperio temporalmente, menuda sorpresa se llevarán al encontrar mi comunicador en medio de aquel callejón lleno de basura.- Recargo mi cabeza en el respaldo del asiento y cierro los ojos para descansar mi mente. -Deberías descansar un poco amigo Umbael, no tardaremos mucho en llegar a Takodana.-

Me quedé perplejo ante el mensaje de Koth y tan sólo pude decir:-Recibido, Gracias amigo, si te veo en Takodana te invito a la primera. Corto y cierro.-le dije a Koth antes de ver que se cortara la transmisión:-Capitana, ya has oído donde están Thur y Umbael, podremos llegar o necesitamos más reparaciones antes de poder salir de esta roca?-le pregunté para saber si podía echar una mano para poner la nave a punto para salir de Eriadu. 

Declann se incorporó, asintió a Andra y se dirigió al asiento del piloto.

—Esta preciosidad aguantará hasta Takodana —respondió a Nobbo poniendo en marcha el aparato—, mas nos vale, quedarnos en Eriadu es demasiado peligroso. Prefiero no subestimar a esos inquisidores. ¿R5 nos consigues un salto seguro en cuanto salgamos de la atmósfera, por favor? Gracias.

La capitana activó el Phantom y comprobó todos los sistemas por última vez

—Roch quizá puedas encontrar la salida más cercana en el databak de la ciudad. Ahora que tenemos unos minutos preferiría no dar más vueltas por aquí de las necesarias. Gracias —asintió al droide mientras activaba algunos relés y la Phantom White rugía de nuevo lista para despegar— Debe estar anocheciendo. Andra, a la torreta, por si acaso, ya conoces el camino. Nobbo el laser de estribor es tuyo. Esperemos que no tengáis que disparar. Abrochaos los cinturones, próxima parada Takodana.

- ¡A la orden capitana! 

Dijo con una sonrisa mientras se dirigía hacia la torreta, aunque antes miró a Nobbo.

- Nobbo, si hay que disparar... Te apuesto una botella de whisly coreliano a que hago más blancos que tu

Le guiñó un ojo y se metió en la cabina de la torreta, abrochándose el cinturón. 

"-Afirmativo capitana me pondré con ello."

Dejo lo que estoy haciendo y me conecto a la base de datos imperial de la ciudad. Trato de encontrar los puntos de salida del entramado subterraneo, de forma que podamos evitar la mayor parte de las patrullas que en estos instantes tienen que estar buscando nuestra ubicación.

Después de que el White Phantom lograra despegar sin ningún problema y recorriera varios túneles que el databank intergaláctico sugiriera a los cálculos de Roch B05 la nave y su tripulación logran salir a la primera superficie de la inmensa ciudad de Eriadu la cuál para esas horas ha sido ilumminada en su totalidad por millones de luces artificiales que contrastan con la segunda capa de edificios la cuál mediante enormes bahía de despegue conectan con la estratosfera del planeta.

Los datos recibidos por Roch B05 arrojan varias salidas que aún no han sido controladas por el imperio pero que seguramente será cuestión de tiempo para que Eriadu cierre sus fronteras para tratar de localizar y detener a los fugitivos y al traidor capitán imperial Andal Sait.

El pequeño droide se conecta al sistema ante las órdenes de su capitana Declan Lynn para realizar los pertinentes cálculos astrográficos para concretar el viaje hasta el planeta Takodana.

«Realizando cálculos hacia el Borde medio, sector Tashtor, región  extensiones occidentales, coordenadas J-21, iniciando salto.»

El Phantom White realiza el salto sin ningún contratiempo entrando en el tubo de luz azul sin señales de que el imperio se haya percatado de su escape.