Partida Rol por web

CAPITULO 1 : La orientación

Esta aventura comienza cuando los héroes llegan juntos a la Academia Magaambya como iniciados. El Magaambya tiene un hermoso campus con enormes mosaicos de los Diez Guerreros Mágicos de Jatembe con vistas a los jardines en terrazas de la escuela y la ciudad circundante de Nantambu, una hermosa vista solo ligeramente estropeada en este momento por una poderosa tormenta. Se supone que los héroes de esta aventura son adultos jóvenes o mayores, que han obtenido un patrocinador para su asistencia a la academia y que acaban de embarcarse en su requerimiento, un período de servicio público (que suele durar un año) que da derecho a los nuevos iniciados, para asistir a clases, así como recibir alojamiento escolar y estipendios.

El instructor Takulu Ot, un humano varón con ropa colorida y ojos cálidos, se encuentra con el grupo reunido de héroes. Una vez que todos los héroes se han juntado, Takulu llega para dirigirse a ellos. El maestro habla con un timbre suave y relajante. “Bienvenidos, y un cordial saludo, nuevos estudiantes. Es un placer, instruiros. Puedes llamarme Maestro Ot. Os estás embarcando ahora en una vida de estudio y servicio. Vemos dentro de vosotros el intelecto, la pasión y el juicio; en resumen, las virtudes para construir sobre las fortalezas de los miles que te han precedido. Seguimos los pasos del viejo mago Jatembe, quien nos mostró que el precio de la magia es la responsabilidad de mejorar el mundo”.

Grumpylumpy estaba acostumbrado a las construcciones humanas, y para el siempre eran enormes, pero hubo de reconocer que la escuela era especialmente impresionante.

La tormenta arreciaba, pero para el pequeño gnomo, los espectáculos de la naturaleza sólo eran otra forma de la tierra de demostrarnos lo insignificantes que éramos para ella. Los gnomos estaban acostumbrados a sentirse pequeños, pero para las otras especies esa sensación era normalmente novedosa. 

El gnomo vestía una colorida capa púrpura, tejida por su propia madre hace años. Nunca había conocido a su padre, aunque su madre siempre dijo que era "brillante". Su vida no había sido fácil, pues el pequeño Grumpy era pequeño incluso para los estándares de su raza, y en su cuerpo se notaba más de lo habitual la herencia feerica.

Desde joven había visto la magia, y por fin había conseguido llegar a la academia, aunque para eso había tenido que frecuentar tabernas y ganarse unas monedas jugando, no siempre con los mejores resultados... Pero ahí estaba.

A ver ahora qué le de paraba el futuro... 

Kitafuta daba saltitos de alegría mientras se maravillaba de la arquitectura de aquella academia, había estado en sus puertas miles de veces, soñando que algún día podría ingresar en ella, para ella aquello era una simple ilusión, una hija de unos mercaderes nunca podría ingresar en una institución como aquella, lo único que le quedaba era colectar las perlas de sabiduría que podia obtener mediante sus trucos.

Pero todo cambio el día que le dijeron que la habían patrocinado para entrar, ¡No podía creerlo! aunque ahora podría decirse que había logrado su sueño, lo cierto es que aquello solo era el principio, ahora tenia que estudiar como nadie para poder transformarse en la erudita que soñaba ser.

La joven llevaba sus mejores galas que acompañaba con una sonrisa radiante, aunque contrastaba con una bolsa de rafia algo ajada que llevaba sobre el hombro y un tomo algo maltrecho que abrazaba como un tesoro.

-Señor Ot, es todo un honor formar parte de esta institución, ojala pueda en el futuro ser una infima parte de sabia como lo fue el gran Jatembe o al menos, como uno de los diez guerreros magicos.

Diria con su gran sonrisa mientras su colas se movian de un lado a otro demostrando lo contenta que estaba.

Había recorrido cientos de kilómetros, primero por las planicies del sur, después siguiendo el Pequeño Vanji, y por último el propio río Vanji. Allí, en Nantambu, se sentía completamente fuera de lugar, en otro mundo distinto. Magaambya era aún peor. Sin embargo, aguantaría. Estaba allí para aprender y eso haría, no tenía miedo.

La cada vez más cercana tormenta parecía hacer juego con su rostro serio y mustio, tensado en una mueca obstinada de rabia y desprecio, casi como si estuviera obligándose a reprimir cualquier mínima admiración que pudiera tener hacia la impresionante academia. Estaba allí para aprender a luchar contra los magos y lo que representaban, no para sentir asombro ni estupor. Empero, la rigidez de sus movimientos, nada propio de él, traicionaban lo que sentía que debía ser y lo que era en realidad; se hacía imposible negar la grandiosidad de aquél lugar, por mucho que uno se empeñara.

Aún así, hacía un buen trabajo intentándolo, y también en demostrar que ese no era su sitio. Mientras la mayoría de gente con la que se había cruzado vestía coloridos ropajes, bordados y estampados. La ropa, fabricada principalmente de algodón —transpirable a la par que mantenía el calor a raya— consistía en camisas anchas, pantalones largos o faldas amplias, blusas, pañuelos y sombreros sin ala. Había quienes usaban llamativos vestidos y caftanes que cubrían más, pero pocos había como él, que destacaba por las pocas prendas que portaba: el pecho desnudo, mostrando un torso perfectamente torneado de músculos marcados, las musculosas piernas y los fuertes brazos al aire, y apenas lo que se podía considerar un taparrabos elaborado para cubrir aquello que habría sido de mal en otro caso. Calzaba unas desgastadas sandalias que se ajustaban perfectamente a sus pies, y algunos abalorios aquí y allá, que destacaban sobre su oscura piel pero no tenían ningún valor material. Sin tatuajes ni cicatrices por su cuerpo brillante por una fina capa de sudor, la cabeza afeitada y una pose orgullosa, parecía una escultura de ébano, pero para nada un futuro iniciado. El escudo de metal que colgaba a su espalda —prácticamente su única pertenencia además de una bolsita de dinero— terminaba por romper aquella fachada del estudiante típico que debía de acudir allí habitualmente. No se parecía en nada a los presentes.

Cuando el maestro Ot, quién al parecer estaba a cargo de darles la bienvenida, les saludó con palabras rimbombantes y frases hechas que debían de haber sido ensayadas una y mil veces frente al espejo para dar una sensación de grandiosidad a la etapa que iniciaba allí, Kinabi se limitó a mirar fijamente al hombre sin denotar ningún cambio en su fría actitud. Si esperaba convencerle de algo, todavía no lo había logrado.

Lynch llegaba tarde a la reunión. Se había entretenido en un puesto de fruta seca en el que tras no decidirse por una concreta acabó comprando una bolsa llena con casi todas las variedades, era bajito y delgado (pese al evidente gusto que le producía comer), y su menuda figura contrastaba enormemente con la de la espigada mujer que le acompañaba cubriéndose con una pequeña sombrilla de mano. Tan feliz iba comiendo que se estaba pasando de largo la reunión hasta que su acompañante le agarró de la manga impidiéndole continuar. 

¿Que...? ¡Ah...! Con una sonrisa se acercó al grupo Siento llegar tarde. Dijo con una sonrisa. Me perdí.

Lejos de despedirse, la elfa que le acompañaba permaneció a su lado. Pese a que los rasgos de Lynch eran humanos podía apreciarse una clara semejanza entre ambos.

El lugar es el templo. En el oscuro y lóbrego principado de Ustalav.

Año tras año, mes tras mes y dia tras día, las Brujas de Huinë, moradoras de las sombr

> Brujas contra Místicos. Mural en la catedral de Nethyss en  Thrushmoor

uchaban en su incesante feudo contra los Místicos de Zon, contempladores del Sol ¿Por qué lo seguian haciendo? ¿Que inició el conflicto y por qué seguía existiendo? Eso nadie lo sabe ya. Y si alguien aun lo sabía, bien hizo en guardar el secreto.

Recientemente, un incremento en el poder de las sombras permitió a las brujas, a mi grupo, aumentar su fuerza, y poco a poco fuimos oprimiendo a los Místicos que me enseñaron a odiar.

Como si eso importase ahora ¿Verdad?

Tar-Baphon, el Gran Liche, se alzó de su tumba donde había sido recluido durante tantísimo tiempo, y ahora Ustalav no es un lugar seguro. Sus secuaces, los seguidores del Camino Susurrante, consiguieron oprimir a los dos bandos, debilitados por nuestras rencillas.

En el último concilio, la Gran Bruja decidió disolver el cónclave. Se formarían compañías de brujas que viajarían por el mundo buscando poder, del tipo que fuese, y traerlo a Ustalav para restaurar la orden a su vieja gloria.

En mi compañía eramos ocho brujas, una por cada escuela arcana. Pero ahora sólo queda una.
Sólo quedo yo.

Es en esto que un golpe me despierta de mis ensoñaciones, de recordar mi pasado. De un futuro desconocido y una misión dificil para una Neófita como yo.
Pero no se trata sólo de ser poderosa y capaz, sino de aparentar serlo. De convencer a los demás de que lo eres.

"Jambo, mwalimu" Le digo al profesor, en el idioma nativo del local.

Con una mirada voy examinando a los demás. Grumpy, un hechicero. Kinabi, un monje nudista (¡Interesante!) Lynch, un clerigo (Poco interesante) y sobre todo, Maarifa. La misteriosa Kitsuné.

"¿Somos todos nosotros la clase?"

Takulu no solo ha venido a dar la bienvenida a los nuevos estudiantes, también está aquí para realizar las entrevistas habituales que reciben los iniciados antes de ser aceptados en el Magaambya. Durante su historia de fondo, algunos héroes podrían haber tenido entrevistas individuales con el patrocinador que los recomendó a la universidad, lo que puede haber incluido elegir sus escuelas. Se supone que se han distinguido lo suficiente durante esas entrevistas para ganarse inicialmente su lugar en Magaambya, pero deben hacer la entrevista introductoria con Takulu de todos modos.

No importa cómo llegaron los héroes a Magaambya, Takulu comienza una entrevista grupal con todos ellos. Además del propósito en el mundo de permitir que Takulu aprenda más sobre los nuevos estudiantes, esta entrevista es un buen momento para que los jugadores aprendan más unos de otros, establezcan relaciones o conexiones previas a la aventura en función de las respuestas dadas. , y adopten la mentalidad de trabajar juntos

Takulu comienza la evaluación con preguntas muy básicas, aunque importantes, para cada nuevo estudiante. La entrevista debe sentirse más como una conversación que como un interrogatorio. Takulu no espera respuestas profundas a estas preguntas, ya que sabe que es posible que algunos héroes no hayan considerado profundamente estos asuntos, pero espera ver cómo enmarcan sus respuestas.

• "¿Quién eres?" • “¿Qué es lo que más te interesa?” • "¿Cuál consideras que es tu mayor fortaleza?" • “¿Qué trabajo has hecho para reforzar a aquellos en alrededor del Magaambya antes de ahora? • “¿Qué buscas en el Magaambya?” • “Una vez que haya alcanzado lo que busca, ¿qué objetivos desea lograr?”

Junto con estas sencillas preguntas, la entrevista incluye una breve serie de pruebas de aptitud para los héroes, que presentan desafíos para que los estudiantes los superen con sus habilidades. Takulu no lo hace y si un estudiante rechaza un desafío; él entiende que los nuevos estudiantes pueden carecer razonablemente de la magia o las habilidades para realizar cada tarea.

Estas pruebas podrían tener muchas soluciones dependiendo de las habilidades de un personaje específico. Aunque la solución más fácil para cada prueba implica la magia, Takulu también fomenta el uso creativo de las habilidades mundanas: él cree firmemente (y recuerda amablemente a los héroes reacios o frustrados) que también hay magia en las soluciones cotidianas. También se complace cuando los estudiantes resuelven un problema trabajando juntos. Los jugadores se pueden animar para que encuentren soluciones creativas a estas tareas fuera de las sugerencias indicadas a continuación, tal vez incluyendo una prueba de habilidad que tenga un DC similar a los que se dan aquí.

"¿Puedes encender esta vela sin pedernal ni fósforos?”

"¿Puedes calmar el alma de este hueso?"

"¿Puedes obtener un secreto de esta serpiente?"

"¿Puedes hacer que esta piedra baile sola?"

*NINJA EDIT: -¿Puedes obtener una pluma de este pájaro sin arrancarle una?<<< quinta prueba

Kinabi escuchó las preguntas y, si cabía, se estiró un poco más, cruzando los brazos sobre el pecho. Fue el primero en hablar, en un tono que denotaba orgullo.

—Soy Kinabi, de los Daasa, y estoy aquí para aprender de vosotros, como mi padre antes que yo, el suyo antes que él, y mis ancestros de cada generación. No me interesa vuestra magia. Un guerrero, un escudo y un arma. Descubriré vuestros puntos débiles para saber combatiros, para proteger a mi tribu. Cuando sepa todo lo necesario para poder enfrentarme a gente como vosotros, regresaré con mi pueblo para seguir haciendo lo que hacía hasta ahora: ser el guardián de mi tierra. Si algún día se alza un enemigo que enarbole vuestro arte contra mi gente, habrá quién le pare, como siempre ha sido y siempre ha de ser. Ese es mi cometido y, como tal, mi fortaleza.

Directo y sincero, no temía decir la verdad de su propósito allí. Puede que muchos de los que viajaban a la academia se considerasen simples eruditos, académicos u otra variedad de cosas inofensivas, pero no todos en Magaambya acabarían siendo eso. Los habría que se verían henchidos y corrompidos por el poder, y a esos habría que detenerlos. Para hacerlo, había que saber sus debilidades, como vencerlos, y para eso estaba él allí. No se atreverían a rechazarle.

—Puedes probarme como desees, Maestro Ot —añadió para acabar, seguro de sí mismo.

El instructor no tardó en hacer esto último, aunque su examen no tardó en hacer que frunciera el ceño. Les había invitado a usar la imaginación, pero estaba claro que aquello, haciendo uso de la artes arcanas o primordiales era un juego de niños. Gruñó, pero no se dio por vencido.

Empezó por la serpiente que no sabía de dónde la había sacado, pero allí estaba. Había visto a chamanes de su pueblo hablar con animales, y eso habría sido bastante útil en ese caso, pero como no podía, optó por dejar que fuera su propio ojo el que descubriera los secretos del reptil.¹

Cuando creyó tener suficiente con la culebra, cogió la piedra e intentó hacerla girar con destreza sobre sí misma, como si de un zangbeto² se tratara.^2.5

Mientras los demás trabajaban en las mismas pruebas, tuvo una idea respecto al fuego: nada de acero y pedernal, pero nada le impedía utilizar otro fuego. Bien una antorcha o linterna que hubiera por allí (con la tormenta próxima, la ciudad tendría que estar iluminada mediante algo así) o con la misma llama que utilizara alguno de los otros estudiantes, podía encender su propia tea y, con eso, la vela. Si no, siempre le quedaba intentarlo con algún otro material, como utilizando ramas para que la fricción hiciera efecto.³

Solo le quedaba el hueso, a lo cuál no le veía ni pies ni cabeza. Lo que si sabía es que esas cosas debían estar enterradas, así que pensó en como y eso hizo.⁴

Y pese a todo, cuando ya creía haber terminado, el hombre se sacó una quinta pregunta. ¿Una pluma sin arrancarle una? Hizo una mueca. Eso parecía fácil, había visto a muchos niños jugando de pequeños a asustar a animalillos como aquél, y siempre escapaban con un aleteo despavorido, dejando algunas plumas atrás. Él, sin embargo, nunca había sido de esos, y cuando lo intentó dando un grito, el ave simplemente ladeó la cabeza y le miró con aquellos ojillos brillantes, sin entender nada. Como fuera, no se dio por vencido, y decidió usar sus rápidos reflejos para llevarse una si otro conseguía hacerle perder varias.⁵

El joven oriental miraba con tranquilidad a Takulu, mientras seguía comiendo fruta seca de la bolsa.

Mi nombre es Lynch. Contestó a la primera pregunta. Lo que más me gusta es contemplar y disfrutar la vida.

复仇 Interrumpió la elfa de detrás sin que Lynch se interrumpiera. Casi como si no la hubiera oído.

Mi mayor fortaleza es mi hermana. Señaló a la joven (pues ya cerca no parecía tan mayor como estando lejos) que se encontraba tras de el. Me anima, y me da fuerzas para continuar. Una ligera sonrisa apareció en la mencionada, aunque fué rápida en suprimirla.

Ante la siguiente pregunta, miró unos instantes al profesor. 

他这是什么意思？Preguntó a su hermana.

我不知道。我现在可以吃他吗？Contestó ella.

Lynch se volvió al grupo. Pues... He trabajado en varias cosas... El joven estaba perdido, sin saber qué le habían preguntado exactamente. Trato de ayudar a los que veo que lo pasan mal.

Lo que busco en la escuela es conocimiento. Continuó ante las preguntas. El conocimiento nos da fuerza y nos libera.

Mi objetivo en el futuro es extender la palabra de la diosa. Creo que la gente no acaba de entender lo que busca, pero solo quiere que nos libremos de lo que nos ata, y busquemos lo que nos hace felices en la vida.

我至少可以吃掉那个说他想杀了我们的人吗？Preguntó finalmente la elfa a Lynch al ver que éste la ignoraba.

Tras escuchar las preguntas, Grumpylumpy respondió:

- Mi nombre es Grumpylumpy, pero si me preguntas quién soy, sólo podré decirte que no soy más que un pequeño ser en la inmensidad del mundo. No sé quién soy aún, pero si sé en lo que aspiro a convertirme.

Lo que más me interesa es la magia y sus secretos, aunque he de reconocer que la gente y los insectos también me parecen fascinantes. Y, normalmente, parecidos en sus conocimientos.

Mi mayor fortaleza es que sé cuál es mi lugar. No suelo precipitarme, ni juzgo a nadie, antes de estar seguro.

Aún no se lo que he hecho para reforzar a aquellos alrededor del Magaambya, dado que mi conocimiento sobre el mismo no alcanza sino a arañar la superficie de lo que esta escuela supone.

Y eso dice lo mismo de lo que busco. Busco el conocimiento y la sabiduría necesarios para apreciar este regalo como lo que es.

Y una vez lo tenga, busco ser capaz de transmitirlo a todos aquellos con los que me encuentre. -

Siempre se le habían dado bien las palabras, y llevaba tiempo pensando en el por qué del Magaambya, especialmente después de aquella conversación que le había servido de inspiración para venir a la escuela.

Una vez hubo dado sus respuestas, vio la prueba que le planteaban, e intentó lograr todo lo que le proponían.

"¿Puedes encender esta vela sin pedernal ni fósforos?” Pruebo con el truco de "producir llama", que tiene un alcance de 30 pies. 1d20+7. Hago tirada aunque no se si tengo que tirar contra alguna dificultad. Si no igual le pego fuego a alguien que esté a mi lado.

"¿Puedes calmar el alma de este hueso?" Lo intento con un "Daze", porque entiendo que un hueso, si tiene alma, es un espíritu, y por tanto podría intentar aturdirlo. En caso de que no sea posible, puedo hacer una tirada de religión a ver si se algo. No la tengo entrenada pero podría intentarlo con ancestral memories, que me da entrenada en cualquier habilidad que no sea de lore. Entiendo que para eso tendría que gastar un focus point, que no se cómo va, así que dejo la tirada sin el +3 y si me explicáis como se haría o si es lógico, lo gasto. 

"¿Puedes obtener un secreto de esta serpiente?" Para esto no tengo ningún hechizo, pero le tiro un "Detect magic" por si las moscas. O una prueba de nature

"¿Puedes hacer que esta piedra baile sola?" Lo intento con el proyectil telekinético

-¿Puedes obtener una pluma de este pájaro sin arrancarle una? Le lanzó un "agitar" para que se ponga nervioso y se mueva con mucha fuerza, con la esperanza de que pierda alguna pluma que pueda coger

- No me negaré a una prueba, aunque aún no sepa la solución, maestro.- Responde el Gnomo con su mejor sonrisa.

Edit>>> añado l última prueba

Sildar contemplo con curiosidad todo lo que le rodeaba: La habitación, el hombre que se habia presentado como profesor, los otros individuos que, aparentemente serian sus compañeros... Desde que habia llegado a aquella espectacular academia sus sentido habian recibido tal cantidad de estimulos como no recordaba en mucho tiempo, solo comparable al breve tiempo que paso en Absolom. Aquel era un sitio realmente exotico y cosmopolita, y presentia que no se iba a arrepentir de haber aceptado la sugerencia de aquel extraño.

Al observar las indumentarias de los demas, Sildar no pudo evitar torcer un poco la boca, ya que el se habia presentado con el mismo peto de metal ligeramente deslucido y la ropa de viaje azulada con la que habia llegado a Magaambya, pero la realidad era que no tenia nada mas que ponerse. Confiaba en que no se viera con malos ojos su indumentaria, o el cuchillo estrella que colgaba en mi cinto, pero la constumbre de llevar todo encima, despues de tantos años, era dificil de ignorar.

Cuando Takulu dio paso a las presentaciones, Sildar espero pacientemente a que terminaran los dos humanos, para proceder el tambien. - Saludos, mi nombre es Sildar Aenelis, y soy un seguidor errante de Desna cuyo porvenir le ha llevado hasta esta academia. No llevo mucho en estas tierras, ya que vengo de muy al norte, por lo que aparte de dar bendiciones y asistir a otros viajeros no he podido aportar mucho, pero este seguro que lo compensare. ¿Que busco de Magaambya? lo que esta tenga que ofrecerme, y una vez mi estancia termine, llevare todo lo aprendido conmigo en mi interminable viaje.

El elfo dio un paso atras tras su pequeño monologo, con una sonrisa cordial. No le gustaba ser el centro de atención y era momento de dejar que otros se presentaran. Ademas, tenia la cabeza ya en los retos que el humano les habia propuesto

Kitafuta daba saltos alrededor de los nuevos estudiantes, los estudiaba de arriba a abajo con los ojos bien abiertos, ignorando bastante el termino "espacio personal", afirmaba con la cabeza mientras revisaba su maltrecho tomo una y otra vez, tomando algunas anotaciones de vez en cuando.

-Si...si...claro...eso es lo que debe ser....

Comentaría mientras parecía olisquear a la elfa desde algo mas de distancia que al resto de los estudiantes.

Continuaba con su paseo y solo se detuvo, haciendo un gran uso de su fuerza de voluntad, cuando el profesor comenzó a hacer aquellas preguntas.

-YO...Yo... VOY YO.

Diría dando saltitos con la mano arriba tratando de llamar la atención.

-MI NOMBRE ES KITAFUTA MAARIFA.

Grito mientras daba un giro sobre si misma, tratando de atraer la atención de todos.

-Soy una futura Erudita, lo que mas me interesa es el conocimiento, aprender todo sobre todo, y así poder crecer como persona, y poder ser alguien tan grande como lo fue el viejo mago Jatembe, sobre mi mayor fortaleza es... mi fabulosa personalidad.

Dio un par de saltitos y luego saco la lengua mientras reia.

-Solo bromeo, mi mayor fortaleza es mi ansia de aprender, si hay alguna cosa que quiero saber nada me detendrá hasta que lo averigue. Que llegase aqui lo demuestra.

Comento con orgullo mientras se cruzaba de brazos.

-Mmmm, creo... que igual sabe a que me dedicaba antes, ya que solía estar en las puertas de la academia, discutiendo con los estudiantes sobre diversos temas, aunque esto en un principio, puede parecer que no ayuda en nada, lo cierto es que un gran hombre dijo una vez, "Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñas", al obligarlos a dudar, ellos buscaban mas información, motivados por la curiosidad, e incluso algunas veces trataban de corroborar las cosas que habían estudiado solo para mostrármelas en la cara y demostrarme que estaba equivocada, con lo que todos ganábamos, ellos aprendían mas sobre lo que estudiaban y yo conseguía mis perlitas de conocimiento.

Ahora podía desvelar su truco, después de todo, ya no hacia falta conformarse con las migajas, podía beber directamente de la fuente.

-Lo que busco aquí es claro, aprender, aprender y aprender, sobre todo lo que esta institución pueda ofrecerme, y poder así ser una gran Erudita, una vez lógre eso, me gustaria seguir los pasos del viejo mago y poner todo ese conocimiento en manos de la sociedad, de todo aquel que quiera aprender. 

Se cruzo de brazos al escuchar la primera de las pruebas.

"¿Puedes encender esta vela sin pedernal ni fósforos?” 

Repitio en su mente

-Ah, esa es facil.

Chasqueo sus colas y una llama azulada salió de ellas, dando a la vela y prendiéndola.

-Soy una Kitsune, algunos de nosotros somos capaces de crear fuego o electricidad e incluso hielo con nuestra magia, en mi caso, puedo crear fuego, esta habilidad es conocida comúnmente como "Fuego de Zorro"

Luego se paro a escuchar lo siguiente.

¿Puedes calmar el alma de este hueso?

-Mmm, esto es mas complicado, conozco teorías y he escuchado sobre ello, pero no podría asegurarlo... aun asi.

Miro alrededor en busca de un posible estudiante capaz de eso¹

-Mmmm, seguro que tu si podrias, ¿me podrias enseñar como lo haces?

Diría con una gran sonrisa esperando que hiciese algo así.

Con el resto de pruebas tendría en mismo problema, por si misma no seria capaz, pero seguro que era capaz de identificar a alguien capaz de lograrlo. Asi que buscaria a alguien para que le solucionase la papeleta para cada prueba.

Para el pajaro, lo unico que se le ocurrio es usar su aura intimidante para asustarlo, intentando que con el aleteo se le cayese alguna, técnicamente, no le arrancaría ninguna pluma se le caería a el.²

-Supongo que no es lo que esperaba, pero, realmente he logrado lo que me ha pedido, pese a que no sean los medios casuales, mi conocimiento y mi labia ha logrado conseguir los objetivos que me ha pedido.

Finalizaría con una gran sonrisa y una pequeña reverencia, acabando su expectaculo.

Vuestro maestro resulta ser un hombre de muchísima paciencia, de inmensa amabilidad, que raya lo inconmensurable, tal vez su carácter, fruto de un carácter forjado de haber tratado con tantos alumnos, y destilando un espíritu ecuánime, tolerante , con una proyección paterna solo exhibida y encontrada en tal vez también en los jueces de corte y por supuesto y sobre todo en la antiquísima y venerable , a la vez de venerado, oficio de profesor del que todos hemos tenido y conocemos a alguno.

Un primer contacto inicial en que, los héroes dicen y explican sus nombres, puntos fuertes, y motivos de estar del alumno en esta región de las estepas, y en esta antiquísima escuela, ves que escucha, atentamente a todos, complacido y sonriente con ello. Denota un interés especial por el primero en intervenir (el monje) y el más activo de ellos, aunque de carácter reservado y estoico en principio, este no repara en detalles lo que aumenta más su interés por él, su semejanza étnica también es algo en común y aunque no denota potencial mágico, su le sorprende el cambio de parecer cerrado, a un discurso elocuente. También percibís que se le ilumina la cara y los ojos con un gesto de afirmación que muestra que le congratula los motivos de estar en esta escuela de dos de ellos, en particular, el pequeño hechicero gnomo y el elfo de los bosques druida, asintiendo complacido a sus exposiciones, complacido, y apostillando sus palabras con una frase a cada uno, “Si buscáis conocimiento habéis llegado al lugar idóneo”, o “que la sabiduría del gran Jatembe te ilumine”. Con la Kistune taumaturga también está contento, pues su jovialidad e ilusión, le hace una carcajada cómplice, que no puede evitar de alegría que es difícil de disimular. Los otros dos, el invocador, con un aire siniestro, parece algo más disperso en sus respuestas, pero el quinto, por parecer, parece desaparecido pero tal vez se incorpore luego más tarde; para poder cerrar en común este nuevo grupo de estudio en la escuela más importante de los planos habidos y por haber.

A todo esto, en la segunda fase de la entrevista os fijáis más en el aspecto de este nativo de las estepas de Magambia, pues, aunque de clima cálido, se acerca unas nubes y viento que mueven sus túnicas, que son claramente las de un usuario de magia al más puro estilo tribal, pero que no deja de estar hecho de una seda satinada fina y de calidad que ni la más impoluta y cara vestimenta de la gran ciudad podría igualar. Llama la atención su turbante, en su coronilla reluciente, a juego con el resto de indumentaria y zapato de sandalia que, aunque cerrados, no deja de ser cómodos.

Es en esta segunda fase, cuando el maestro Ot (ya que prefiere que le llamen así, para abreviar) pone los objetos del segundo desafío delante de los nuevos alumnos y es cuando que el alumno de raza negra como el ónix , se afana en inspeccionar de arriba abajo y someter a numerosas pruebas a cada uno , con una acción trepidante como una mezcla de científico inquieto y frenesí típica de un demonio de Tasmania y así también aunque no tan intensidad del resto , pero también se lo toman en serio,  de las cuales el resultado es el siguiente….  

Al ver las pruebas, Lynch se quedó algo perplejo, había poco que pudiera hacer con ninguno de esos elementos. Sin embargo, tras pensarlo un poco se acercó a la vela, y comenzando a ejecutar gestos arcanos entonó un ensalmo 點燃蠟燭，用那張紙從火炬中引出火焰 *

Mientras ejecutaba el ritual, su hermana pasó junto a el con un trozo de pergamino enrollado que había encendido en una lámpara cercana, y encendió la vela. Mirandola con satisfacción, el joven la señaló conteniéndose por los pelos de decir ¡Tachán!

Acercándose al hueso miró al profesor. La única opción que se me ocurre es enterrarlo... Mi diosa no es partidaria de calmar a los muertos, ella misma no se mantuvo muerta mucho tiempo. Hay mucho por lo que disfrutar en la vida.

En la siguiente prueba se quedó pensando un instante. Puedo sin duda hablar con la serpiente. Dijo. Pero no lo haré por que requiere matarla. Una vez muerta podría hablar con su espíritu mientras este abandonaba su cuerpo.

La prueba de la piedra era más sencilla, pues había hecho con anterioridad algo similar. Puso la pueda sobre un jarro de cristal, algo sensible a las vibraciones, se separó unos pasos y pidió a los que estaban cerca que se separaran también. Sacando un violín de la funda que tenía en un lateral de la mochila comenzó a entonar una ligera melodía, y en cierto punto una nota disonante rompió la cadencia. El sonido de la nota era taladrante, y aumentó en volumen, todo lo que estaba frente al pequeño músico comenzó a temblar, y la piedra sobre el cristal botaba y se movía con rapidez por la vibración del cristal.**

Finalmente se acercó al pájaro, dispuesto a hacer el mismo truco que con la piedra, acercándose el violín al hombro para volver a tocar. Sometido al conjuro, el ave perdería la mayoría de las plumas... sin embargo se quedó mirando al pobre animal y decidió que no quería hacerle daño. No puedo quitarle una pluma, lo siento.

如果你不把鳥身上的羽毛拔掉，我們就進不了學校。我已經把它取下來了。Dijo la hermana con un tono seco y cortante. mientras avanzaba hacia el pájaro.

不是。La detuvo Lynch con una sola palabra. Por primera vez la sonrisa abandonó la cara del joven, sustituída por una de ira que hacía pensar que quizá no era tan joven como parecía.

Con un gruñido bajo, la chica volvió a su posición tras el.

Sildar agradecio las palabras de animo de aquel sabio con una ligera inclinación, y tras desviar un segundo la mirada a los nubarrones (su experiencia le decia estaria lloviendo bien pronto, suerte que no le fuese a coger sin refugio), volvio a centrar su atencion en las curiosas pruebas.

Ante la prueba del hueso, Sildar se encogio de hombros y rezo una breve oración, como si se encontrara ante un recien fallecido. Acto seguido miro alrededor con una sonrisa y dijo.- Es lo que yo haria para calmar un alma, jaja!

Ante la prueba de la piedra, el elfo asintio, y sujeto con una mano su colgante mientras se concentraba, pidiendo la asistencia de Desna para esta pequeña tarea. Era algo que habia hecho otras veces, y por lo que habia entendido aqui se valoraba todo tipo de magia, incluido la divina.

Respecto al asunto del pajaro, Sildar le pidio perdon al pequeño animal (seguia siendo un elfo, y no gustaba de importuar a animales inocentes) para acto seguido echar mano de su cantimplora, y dejar caer unas gotas encima suya, en la zona donde las plumas fuesen mas largas. Confiaba en que el animal, al querer secarse, desprendiese algun pluma sin querer.

La cuestion de la serpiente dejo al elfo bastante confundido, sin duda habia alguna forma de lograr lo que aquel humano pedia, pero desde luego no entraba entre sus conocimientos, por lo que decidio dejar esa parte para la ultima. - Supongo que no se puede tener respuestas para todo...- Murmuro mientras se tocaba la barbilla pensativo.

Cuando llego a la vela, Sildar penso en su experiencia de campo, saber hacer fuego era una habilidad esencial en la intemperie. Por desgracia las condiciones impuestas eran bastante restrictivas. Tras darle varias vueltas, el elfo tuvo una idea un poco rocambolesca. Echando mano a su arma, el elfo anuncio con tono conciliador, para tranquilizar a los presentes.- Tranquilos, solo quiero probar una cosa con el metal. No voy a empezar a dar tajos. - Y procedio a repetir la invocación de hace unos minutos, solo que esta vez buscando calentar la hoja del cuchillo de estrella, con suerte se pondria lo suficientemente caliente como para que prendiese la vela.

Takulu, el maestro, hace que me siente frente a él y empieza su entrevista.

Se de sobra que no es una mera entrevista, sino que es un examen.

"Bueno, por lo que veo te llamas Cherry y vienes nada menos que desde Ustalav ¿Que puedes decirme de tí?" dice el pobre profesor, malpagado y que trata de mantener la calma

"¿Yo? Bueno, supongo que la Academia tiene buenos ojos y oidos para saber quien es quien, Maestro Ot. Y mi acento de Ustalav es sin duda inconfundible. Soy una bruja del desaparecido Clan Huinë, Estudiante de los misterios de la Noche, y la única en conseguir sobrevivir el viaje hasta Magaambia"

Veo al profesor tomando apuntes ¿De que va? ¡Seguro que ya sabia todo eso! Al fin y al cabo, ya me habian aceptado.

"Has viajado desde muy lejos, Cherry. Pero nadie se separa de su hogar ni de su gente por un motivo ¿Qué es lo que más te interesa para venir hasta aquí?" continúa el muy merluzo

Este tio, o bien se está haciendo el tonto, o su madre ya lo hizo tonto al nacer ¿Que interés puede tener alguien que venga a una academia de magia? ¿Aprender ganchillo?

"Pues he venido aquí a mejorar mis conocimientos." le digo con mi mejor sonrisa de revista
"He aprendido sólo lo básico de la magia ocultista, pero si quiero que Ustalav no se hunda bajo la crueldad del tirano susurrante que la amenaza, eso no se conseguirá sólo con espadas y evocaciones.

"Hará falta algo más para sobrevivir. Necesitaremos Conocimiento, Cultura, Intelecto. Cosas que Magaambia suele repartir con generosidad a los estudiantes"

Una respuesta ensayada. Ya conozco la filosofía de la Academia al fin y al cabo, y de que palo van.

"Ya veo, es interesante, y nos enorgullecemos de entrenar a los magos que liderarán el futuro" dice con la respuesta genérica de todo comercial "¿Cuál consideras que es tu mayor fortaleza, joven bruja?"

Me reclino un poco. La verdad ¿Fortaleza? Soy la más débil de mi grupo. Si no me dieron caza, sería porque no era importante. Así que, acorralada, no puedo sino decir la verdad.

"Pues... eso no lo se. Las demas brujas eran muchisimo más poderosas que yo. Ellas sabian volar, hacerse invisibles ¡Hasta luchaban con gran habilidad en las artes balísticas! Yo sólo soy la más neófita de las neófitas"

Me parece ver una sonrisa en la comisura del labio del tipo calvo este ¿Es que le gusta oir confesar a la gente que es débil? ¿Quiere reforzar su ego así?

"Lo cierto es que aunque parece que somos generosos con todos, tambien tenemos nuestro chauvinismo, nuestro orgullo racista y esperamos que nuestros estudiantes honren a nuestra grandiosa patria y honrada bandera
¿Qué trabajo has hecho para reforzar a aquellos en alrededor del Magaambya antes de ahora?"

Ole. Ya está pidiendo y apenas he pisado su ciudad con mis tacones

"Bueno, he ayudado a la gente viniendo hasta aquí con un poco de talento que tengo para las manualidades. Poca cosa, reparando unas barricas, engrasando un carromato... nada importante, la verdad"
(Bueno, eso y meter a unos adolescentes en el vicio de la cerveza, divertirme con unos marinos, reirme de la guardia, y cosas así)

"¿Qué buscas en el Magaambya? Esto es lo más importante. De lo que me respondas depende de si vas a aprovechar el tiempo aquí, o si simplemente saldrás más vieja y con tu juventud perdida"

¡Ja! Las brujas no envejecemos
Este no ha visto a la "Anciana" de la orden ¡Ella cuenta historias acerca de como ayudó a la primera derrota de Tar-Baphon! ¡Hace mil años!

"Ya se lo dije, buscaba un medio para ayudar a mi gente contra el Tirano Susurrante y sus insidiosos planes. Baphon puede tener muchos peones, pero si aprendo a ser una gran maestra, podré convertir a todos en Ustalav en Torres, Caballos y Alfiles."

"El Tirano no querría ni acercarse. Ganariamos sin derramar sangre, aterrando al terror"

Veo como este tipo abre mucho los ojos, casi sorprendido de mi ambición

"Una vez que haya alcanzado lo que busca, ¿qué objetivos desea lograr?”

  
"¡Oh! ¡Casarme con un buen marido! ¡Cuidar su hogar, y criar a los niños más hermosos del mundo!"

No te fastidia... Soy una BRUJA. Me debo a mi cónclave, me debo a mi Patrón, el Señor de la Noche. Y me debo a mi patria ¿Este tipo me está escuchando acaso?

"Muy bien, es muy interesante. Por cierto, he oido acerca de unos asuntos sobre una culebrilla con brazos, que está causando estragos en el casino local”

  
"Mi familiar es mi compañera, pero también es un espíritu libre y tiene derecho a divertirse"

"¡Dicen que ha ARRUINADO al casino local con sus apuestas!”

  
"¡Si! ¡Esa es mi culebrilla!"

"¿Puedes encender esta vela sin pedernal ni fósforos?”

Miro la vela. ¿Sin pedernal ni fósforos? Eso está hecho

"Tápese los oidos, profesor!"
Sin dudarlo, saco mi pistola. Es una elegante . Primero unto la mecha con un poco de aceite, para que prenda fácil. Luego con mi arma apunto a la mecha, disparo y espero que el proyectil prenda la vela al pasar acelerado.

"¿Puedes calmar el alma de este hueso?"

¿El alma de un hueso? ¡Nada menos!
"Usar la nigromancia para perturbar el descanso de los muertos está mal. Creo que debería de descansar en paz. Y las almas descansan en paz o bien enterrandolas, o cremándolas"

Si el Maestro Ot da permiso, hago eso mismo: Enterrar o cremar
Y si no, lo tengo claro: Llevarlo al clérigo local. Si ni mi conocimiento ni mi magia pueden, la de los sacerdotes sí.
 

"¿Puedes obtener un secreto de esta serpiente?"

Pongo los ojos en blanco. ¿Me pueden poner un reto, por favor? Así que simplemente llamo a mi familiar, Cheshire, y le pido que hable un momento con la serpiente. De reptil a reptil

"Tu serpiente dice que se llama , y que tu mayor secreto es que cuando las chicas de educación física están estirandose, tu las..."
"¡YA VALE! ¡YAAAA!" exclama preocupado Ot, mientras que el profesor negro como una Onix pasa de todo

"¿Puedes hacer que esta piedra baile sola?"

"NO. Así no"
Veo la cara del profesor negro, negando con la cabeza y dispuesto a suspenderme
"Porque no se puede bailar SIN MUSICA"

Dicho esto, uso un Cantrip, Ghost Sound, para hacer una melodía sencillita, como de piedras chocando y de viento ululando.
Luego, con el simple Prestidigitation, hago que la piedra se levante y empiece a bailar y danzar.
Y de paso, me pongo a bailar a su lado, como si fuese un caballero sacándome a la pista.

"¿Puedes obtener una pluma de este pájaro sin arrancarle una?"

Miro al pajarito.
La verdad es que podría pedirle a mi serpiente, Cheshire, que le arranque una, o asustarla incluso. Pero se me ocurre algo mejor. Algo más humano.

La miro a los ojos, y me comunico con ella, usando el hechizo MindLink. En menos de un segundo ya le he transmitido al pájaro lo que necesitaba.

"Hola, me llamo Cherry" le digo comunicandome mentalmente "Necesito que me des una de tus plumas ¿Se te ha caido alguna, por un casual? ¿Tienes alguna suelta que puedas darme? No te quiero hacer daño. No te haré daño"

"Toma, gracias por tu pluma" le digo ahora de viva voz, y le doy un trozo de pan, de una de mis raciones