Partida Rol por web

Avanzas junto a tus camaradas mercenarios abriendo una brecha hacia el grupo de castellanos que parece flanquearos. Por el camino un pequeño grupo de miembros de la Compañía del Toisón parecen tratar de cortaros el paso ¿por que tanto valor incluso frente a una derrota segura? ¿Por que tanto sacrificio para proteger a sus compañeros?

En el caos y el tumulto del combate cuerpo a cuerpo acabas frente a frente de un teniente castellano. Este parece estar ya herido pero aún así se apresta a atacarte. Porta un estoque en la diestra y, más amenazante, una pistola en la izquierda.

Sin perder un segundo el castellano te apunta a bocajarro con la pistola que lleva y preme el gatillo. Aun en el fragor de la batalla el ruido de la explosión te ensordece momentaneamente pero no por ello pierdes tus reflejos y logras agacharte en el último segundo esquivando el disparo.
 

Por fin llegamos a la batalla, en ese instante siento como los nervios empiezan a aumentar el ritmo de mi corazón, pero cojo aire y me concentro totalmente en cada rival.

Uno de ellos, justo frente a mi, saca su pistola y me dispara, rozándome casi, pero mi justo movimiento me salva la vida.

Suelto mis dos pistolas y desenvaino mi espada y el gauche para acabar con estos cerdos eisenos, aunque tanto alvaro como rodrigo, les estaban demostrando como se las gastaban los espaderos de esta compañia, cuando se nos intenta desonhonrar y tildar de traidores.
Se que abandonar al resto de nuestra gente se podria considerar de cobardes pero nuestra promesa para defender al niño, se juntaba con la de acabar con estos perros donde los hayaramos.
Pero este pensar en venganza y contemplar como mis compañeros danzan con sus armas, me hacen reaccionar por los pelos cuando la hoja de un eiseno va dirigida hacia mi cabeza, pero aunque falla veo como la pluma negra de mi sombrero cae con un suave vaivén hasta que acaba posandose en el suelo y ahi se acaba la suavidad y empieza la furia, el sombrero de mi santo padre no se toca, miro al cerdo que ha manchado la santidad del ultimo legado de mi maestro.

Préparez-vous à mourir bâtard, no sabes que has hecho
Je vais faire une ceinture avec votre tube digestif

El castellano esquivó dos veces los golpes de Mallory. Luego descartando su pistola se lanzó al ataque con su estoque. La fina hoja era mucho más maniobrable que el letal acero de la eisena y logró colarse entre sus defensas pero lo que hubiese sido un peligroso corte resbaló sin demasiado daño contra el panzerhand de la eisena. 

Ambos combatientes se destrabaron listos para volverse a acometer.

La espada del castellano, pasa contra mi brazo, cortando este levemente, pero si no fuera por mi panzerhand, probablemente me lo hubiera dejado inutilizado.

Escupo al suelo y lo observo a los ojos, desafiante. 

Du wirst sterben, Abschaum.

De nuevo me lanzo a por el, pero es capaz de defenderse sin inmutarse apenas.

Hans avanzó colocandose al lado de su compañero montaignes. Hervía el eiseno en silenciosa colera ¿cuan bajo iban a caer sus compatriotas? Sonrió por un momento, por lo menos él estaba ahí para redimir el honor de la cuna del Imperio. Con una pistola en una mano y el estoque en la otra atacó con furia a los dos que quedaban del primer grupo de mercenarios.

Golpeó con furia y ahí su espada corto un rostro, ahí pinchó un abdomen y al tercero que ya retrocedía un corte transversal le hizo un corte a la altura de los ojos. Jadeando Hans quedó en pie junto a los inobles eisenos caidos. Con la pistola señaló hacia el pozo y bramó a sus compañeros ¿Vais a quedaros ahí quietos? ¡Adelante!

El segundo grupo de matones gritaron con odio al ver como Hans ¡un compatriota! despachaba a sus compañeros. Con un grito de ira se lanzaron sobre él. Paró el primer golpe vuestro camarada pero eran demasiados y aunque usó también la pistola para detener los golpes fueron demasiados y uno de los enemigos le dió un tajo en la frente. Dió un paso atrás Hans pero no trastabilló si no que una sonrisa malevola se dibujó en su cara por donde ahora corria la sangre.

Por un segundo el castellano miró fascinado ese extraño metal que cubría la mano de Mallory. Muchos han oido hablar del Dracheneisen pero pocos lo han visto, y pocos lo han descubierto en peor momento que tu adversario. Desesperado acuchilla tratando de sobrepasar la defensa de tu guantelete pero las dos veces logras desviar sus ataques. Y te das cuenta, como buena estudiante de la esgrima de tu tierra, que en su desesperación tu enemigo ha dejado abierta una brecha en su defensa.

El castellano se queda mirando mi panzarhand, y se lanza a por el, pero no es consciente de lo realmente duro que es el material que lo compone, rebotando las dos veces contra el.

Si sigues golpeando directamente, vas a partir el filo de la espada, imbécil.

Viendo que su arma se centraba en destrozar mi guantelete, rápidamente muevo mi espada hacia el centro de su cuerpo, golpeandole de una forma brutal, con toda mi fuerza intentando acabar con el de la forma más sencilla posible.

Spanisch verdammte Ratte, verbinden sich mit Ihren Kollegen in der Hölle.

Tras eso saco la espada ancha de su torso, esperando que no sea capaz de levantarse.

Tu espada se clava con fuerza en el castellano practicamente levantadolo del suelo con ese golpe. Su jubón se empapa de sangre y queda tendido en el suelo con los ojos vidiriosos mientras boquea tratando de coger algo de aire.

El resto del pelotón eiseno ha liquidado a sus enemigos y Schamrre, con el zweihander goteando sangre, se te acerca. Lanza una mirada al soldado herido a tus pies Rematalo, no nos interesa hacer prisioneros.

Te mira fijamente con una sonrisita sardónica como si creyese que no eres capaz de rematar a un hombre herido e indefenso en el suelo.

Sin perder tiempo Hans se puso a la altura de Alvaro, el grupo de aventureros estaba, contra todo pronóstico, logrando abrirse paso a través de los Perros de la Guerra hacia su ruta de huida. Apenas cuatro hombres y una breve carrera los separaban ya de la boca del pozo. 

Sin detenerse Hans dió un empujón a un mercenario con el pomo de la espada y cuando este se giró para encararsele le vació la pistola de un disparo apenas a un palmo de la cara del desgraciado. Este se desplomó sin ni tan siquiera un quejido mientras imperterrito Hans le pasaba por encima de una zancada.

Los mercenarios se habían visto obligados a ceder pasos ante el empuje de los Compañeros. Pero eran hombres curtidos en la batalla y esa retirada no significaba que fuesen a echar a correr. Se miraron y con una seña se dividieron para atacar a Pierre y a Alvaro que estaban cada uno a un flanco de Hans. Primero acabarían con ellos y luego contra ese perro falso eiseno.

El montaignes encontrandose en un uno contra uno frente a su enemigo paro con su main gauche el golpe del espadón pero Alvaro, cansado por sus muchos lances y resitiendose de su herida, no pudo esquivar a tiempo.

Esta vez cogieron por la espalda a Álvaro sin darle tiempo a girarse para evitar el golpe del todo, lo que hizo que la herida fuese más profunda de lo que se habría podido esperar en un primer momento.

Quizás las heridas sufridas por los perros le hicieran aprender cautela en el futuro al bravo Bachiller que mostraba tan poca precaución como tanto arrojo.

Estabamos cada vez mas cerca del pozo, pero a la vez veia como mis compañeros estaban sufriendo con valentia el duro y desesperado ataque de los eisenos, en cuanto tuviesemos un momento de tranquilidad tendria que volcarme con sus heridas y evitar que perdida de sangre y la infeccion hicieran mella en su salud.
Pero para llegar a eso primero teniamos que llegar a nuestro destino y acabar con la poca écume sacrément que deseaba nuestra muerte.
Observo como en la cara de mi atacante aparece la sorpresa al ver como con mi main gauche paro la embestida de su espadon, asi que aprovecho estos segundos de incertidumbre y ayudandome de mi espada, empujo hacia arriba el mandoble de mi contrincante y al dejarle con la guardia abierta clavo primero una y luego la otra, mis dos armas en el pecho y en ese preciso momento una sonrisa se dibuja en mi cara, al ver como empieza a sangrar su pecho y despues de escupirle...
l'enfer attend, mes salutations