Partida Rol por web

9-1-1: Love Emergency

Flashbacks

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05/04/2024, 01:37
Camila Vega

28 de Septiembre, 20.12 horas, Sunset Haven Motel


Al ver el trozo de carne aterrizar en la boca de Asha, Camila sonrió. Esa habría sido su alternativa si resultaba que Fred era realmente vegano. Al parecer, tanto ella como Freedom se tendrían que conformar con las sobras. Un alivio culpable le recorrió la espina dorsal, satisfecha por haber acertado con sus conclusiones. 

El intercambio de miradas que vino después, mientras enumeraba sus afirmaciones, terminó con Camila mordiéndose el labio para no reírse cuando Fred casi escupe el vino. Tratando de mantener la compostura, se sirvió un trozo de tortilla y aprovechó para masticar mientras que él sacaba sus propias deducciones. Asintió a la primera, con un leve sonido de confirmación, y terminó sonriendo mientras tragaba con la segunda. 

Por suerte era verano - confirmó con cierta picardía buscando sus ojos. Hizo una pequeña pausa, lucrándose en sus sensaciones antes de continuar - Así que sí, fue una noche estrellada bastante memorable. Quién sabe, quizás debería añadir "superviviente de montaña" a mi currículum - bromeó, con un destello de humor en la mirada. Se inclinó ligeramente hacia adelante, como compartiendo un secreto. -  ¿qué te parece si hacemos la próxima ronda un poco más... interesante? - propuso, con cierto tono sugerente. El vino comenzaba a hacer efecto, y se notaba más distendida - Dos mentiras y una verdad sobre lo que pensamos de cada uno - su mirada chispeaba con una mezcla de desafío y diversión - Te daré ventaja, empezaré yo esta vez - añadió, apoyándose ligeramente en la mesa, con una expresión claramente provocadora - Primero, no me gustó tu perfume. Segundo, me encanta tu sonrisa. Y tercero... - hizo una pausa llevándose un dedo a los labios - creo que tienes una voz que podría hacer que cualquiera se derrita - Camila dejó que las palabras flotaran en el aire por un momento dando otro bocado  - ¿Cuál crees que es la mentira?

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05/04/2024, 03:17
Gregor McDuncan

1 de Agosto, Zona de Urgencias, turno de tarde


La verdad era que Mills estaba muy buena. Lo único malo es que con la última jefa que salí, acabé empotrando mi coche en el salón de su casa por celos y acabé en la cárcel. Así que no era buena idea tirarle los trastos, pero mirar no era pecado y eso hacía a veces con descaro. Y es que al ser tan joven se me olvidaba que era ella la que mandaba. Noté que sonreía levemente con mi comentario sobre la plaza de minusválidos, así que no era de piedra como quería hacer ver. Perfecto.

Eso era un punto a mi favor.

- No se preocupe. Salvo cuando me machacan mucho el tema, ya lo tengo bastante superado. - Y bueno, así era más o menos. Si me hablaban de mi mujer fallecida y alguna cosa que contar pues no pasaba nada. Si insistían recordaba que "esa mujer" había sido mi mejor amigo y todo aquello cambiaba.

- Sinceridad, adoraba la sinceridad. A ver cuantas mentiras salían en esta.

Escuché atento las palabras de mi jefa. Tan atento que no dejaba de preguntarme por la edad que tendría, el tiempo que llevaría allí y si se tuvo que arrodillar mucho para que la diesen el puesto. El caso era que no sabía nada de ella y todo era posible. Me lo ponía complicado, pero no imposible.

- Por partes, ¿quiere? Yo tengo mis métodos, mi forma de trabajar. Puede que para algunos no sea una manera ortodoxa de resolver situaciones según el caso, otras simplemente es poner una tirita y a casa, pero no espere que sea mister simpatía con los pacientes. No vengo a hacer amigos que cada poco me pidan consulta para que les recete cosas que no deba. - Mentí en el punto final, pero quedó muy convincente, al menos a mí.

- En cuanto a eso de que si no estoy conforme con lo que hay, coja la puerta y me marche, lo tengo complicado. ¿Cómo uso el bastón? Porque no creo que pesen poco... - De nuevo un poco más de mi humor, ese que iba caldeando el ambiente y según pudiese subiría más aún.

Pero ahí acabó todo. Alguien pasó y quiso ver mis facultades médicas. Seguí a la doctora con la taza de café en una mano mientras me apoyaba en el bastón. Revisar a un crío que casi muere asfixiado no era demasiado problema...

Una vez en consulta me puse el estetoscopio. - ¿Cómo te llamas, chaval? - Parecía que el trato con el crío era mejor que con los adultos. - Así que... estabas jugando en el parque y dejaste de respirar... ¿a qué jugabas? ¿O con qué jugabas?

El crío me dio su nombre a penas, asintió con que jugaba en el parque y no dijo más. Miré a los padres. - ¿Les importa salir un rato? Me gustaría tener una conversación seria con el muchacho y ustedes no me dejan. - Los padres no cedían. Lo de siempre: es mi hijo, que le van a hacer, que le va a pasar... - Lo voy a poner mucho más claro. ¿Alguno de los dos ha intentado matar a su hijo o abusa sexualmente de él? ¿No? Pues salvo que la respuesta sea correcta, se pueden quedar y así esperamos todos a la policía, sino, salgan de aquí dado que no encontraré nada de eso en el chico.

Ni miré a Mills. Yo era así y, joder, me gustaba ser así. Y mejor que viese la parte divertida de mí antes de decidirse porque me quedara o me fuera. Sin los padres delante, esperé las respuestas del chico, no sin antes, examinarle la garganta y auscultale el pecho, tomarle la tensión y esperar su respuesta.

 

Notas de juego

Lo tengo resuelto a mi manera, pero no sé si quieres que le pregunte al crío mil cosas y le haga otras mil pruebas o haga de House directamente, así que lo corto ahí. Si me dices que quieres hablar por los padres ya tienes las preguntas y respuestas, así nos centramos más en el crío.

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05/04/2024, 07:48
Maddie Davis

13 de Septiembre de 2024. 00:47h
1ª planta del Aphrodite's Sigh. Despacho de Red


Maddie solo se había pegado a su espalda, pero cuando él la cogió firmemente de los muslos haciendo el gesto de que se subiera, ella no lo dudó y pegó un salto para enroscar las pienas en su cintura. Era una locura y le encantaba hacer locuras. Menos mal que él tenía las manos grandes y estaba cuidando de que no se le viera demasiado, aunque seguramente no hubiera importado mucho ya que había chicas y chicos allí con mucha menos ropa. Rio alegre mientras se sujetaba a su cuello y hombros para no caerse, viendo como la gente se iba apartando a su paso y los trabajadores del local echaban miradas disimuladas. No le importaba lo que pensaran de ella pero se supuso que algunos sentirían envidia y otros desprecio; no le cabia duda que Red debía llevarse chicas a su despacho bastante a menudo como para que sus empleados estuvieran más que acostumbrados.

Le llevó a lo que parecían las oficinas de la discoteca; aquella cristalera era impresionante y una vez que se cerró la puerta tras ellos y el estruendo de la música quedó relevado a un nimio ruido de fondo, se dio cuenta que también debía estar insonorizada. Un lugar de trabajo agradable, sin duda.

- ¿Es aquí? - preguntó antes de darle un mordisco juguetón en el cuello. La respuesta de Red fue seguir hasta la puerta del fondo donde, después de leer lo que ponía, Maddie intuyó que era su despacho privado. Pasaron y entonces sí que la dejó en el suelo. Por un momento sintió que podría haberse metido en problemas. No conocía de nada a ese tipo y tenía pinta de mafioso. Podría hacer lo que quisiera con ella y seguro que sus empleados no levantaban ni un dedo por ayudarla. Pero eran esas situaciones de peligro lo que a la paramédico le daban la vida. Red tenía aspecto de peligroso y quizá por eso la atraía tanto. Él la tenía arrinconada como si ella fuera un ratón y él un gato, no había mucho más que hacer que dejarse llevar.

- Ahora sí, ¿verdad? Esta es tu guarida...- no miraba a la habitación sino que mantenía su mirada fija en la de él. Cuando él rozó sus labios ella se los relamió haciendo que brillaran por la humedad para que resultaran más apetitosos.

Como la tenía sujeta contra la puerta ella no podía más que contonearse para provocarle con sus curvas y sus labios. - Y ahora ¿qué piensas hacer conmigo?-

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05/04/2024, 11:10
Richard Redmoon

13 de Septiembre de 2024. 00:48h
1ª planta del Aphrodite's Sigh. Despacho de Red


 

Inhalé de manera descarada el delicioso y provocativo aroma que desprendía la cálida y suave piel de Maddie, asintiendo con suavidad un par de veces en respuesta a su segunda pregunta.

—Ahá. Ahora mismo estás en la guarida del lobo. —susurré seductor, no perdiendo detalle de cómo la chica se relamió los labios. Arrancándome una traviesa sonrisa en el proceso. Me resultó imposible contener las ganas de besarla apasionadamente tras aquel provocativo gesto. Secuestrando sus labios entre los míos con ansia, pasión y necesidad. Buscando su lengua con la mía y fundiéndome con ella en un baile de lo más obsceno y sugerente. Intentando demostrarle a la muchacha lo que era capaz de hacer con aquel músculo y los diversos usos que podríamos darle.

—Devorarte. —respondí tras alargar el beso todo cuanto me fue posible— Devorarte hasta el punto en el que cada vez que estés juguetona recuerdes lo que has vivido aquí y se te erice hasta la última parte de tu cuerpo. —insinué con una pícara sonrisa, pasando la lengua por los labios de la joven antes de llevar mi boca a su cuello. Besándolo de manera lenta, y suave al tiempo que lo acariciaba con la punta de la nariz.
Era la primera vez que coincidía con ella. Por lo que para que el encuentre le resultase lo más intenso y explosivo posible primero tenía que averiguar sus zonas más erógenas. Para, posteriormente, exprimirlas al máximo.

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05/04/2024, 11:35
Maddie Davis

13 de Septiembre de 2024. 00:48h
1ª planta del Aphrodite's Sigh. Despacho de Red


Había que admitir que, aunque el masaje que le habían hecho era excitante, lo era mucho más el sentirse deseada de aquella forma. Red consiguió con aquel beso mucho más que J. tocándole sus partes erógenas, y es que, para una mujer, era más importante el "cómo" que el "qué". Muchos hombres no entendian eso y se pensaban que con sus cuerpos esculturales y grandes miembros podían satisfacer a una mujer, pero no era así. Claro que cada mujer tenía su fibra sensible. La de Maddie era la sensación de peligro y aventura, y Red tenía de eso en grandes cantidades.

La chica luchaba por soltar sus manos mientras deboraba los labios del hombre, no la importaba hacerse algo de daño en el intento, es más parecía disfrutarlo. Cuando él separó su boca, ella respiró profundamente porque hacía un rato que se había quedado sin aire pero no había querido interrumpir el beso.

-¿Es que no me vas a dejar tocarte?- preguntó cuando por fin consiguió recuperar el aliento mientras él la besaba el cuello. Se notaba que no lo decía enfadada, solo curiosa.

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05/04/2024, 17:33
Richard Redmoon

13 de Septiembre de 2024. 00:49h
1ª planta del Aphrodite's Sigh. Despacho de Red


 

Sonreí cuando la muchacha, sin éxito, intentó zafarse de mis manos. Sintiéndome como un depredador que juega con su presa antes de devorarla.

Aflojé momentáneamente el agarre para, posteriormente, volver a apretar con firmeza. Deleitándome con la sensación de arrebatarle la esperanza de poder liberarse de mí. Ocasionando que un agradable calor comenzase a extenderse por todo mi cuerpo.

—Por supuesto que sí. —respondí con una amplia y seductora sonrisa. Guardando silencio unos instantes. Los justos y necesarios para llevar mis labios a capturar el lóbulo de su oreja con estos. Estimulándolo de forma suave y provocativa— Pero sólo cuando yo —remarqué mucho la última palabra— te de permiso... —le susurré al oído de forma lasciva antes de morderle con cierta presión el lóbulo.

Mientras atacaba su cuello y su oreja, elevé y junté las manos de la chica sobre su cabeza. Sujetando ambas muñecas de la joven con una sola de mis manos. Empezando a desabrocharme, y posteriormente retirarme, el cinturón con la mano que ahora me quedaba libre.

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05/04/2024, 18:32
Maddie Davis

13 de Septiembre de 2024. 00:49h
1ª planta del Aphrodite's Sigh. Despacho de Red


Cuando él hizo el amago de soltarla pero luego la apretó con más fuerza, sintió como si una corriente eléctrica le recorriera el cuerpo lo que provocó que se le pusiera la carne de gallina y se le endurecieran los pezones. Con aquella tela que llevaba, su reacción era muy visible.

Seguía contorsionandose y resistiéndose, pero levemente. El dolor que empezaba a sentir en las muñecas y el picor en el lóbulo de su oreja cuando él mordió, eran vigorizantes. Nunca había tenido miedo al dolor, era una forma de sentirse viva, hasta cierto punto claro. Pero lo que nunca hecho era mezclar dolor y sexo. Sus parejas siempre habían sido cuidadosas y a ella nunca se le ocurrió pensar que quizás terminaba aburriéndose de ellos precisamente por ser demasiado suaves. Aquella sensación era nueva y no podía decir que la desagradara en absoluto.

Aunque el hecho de que se quitase el cinturón la hizo replantearse al situación. Una cosa era sentir algo de dolor pero no creía que le gustase que le pegasen latigazos o cosas por el estilo ¿De qué sería capaz aquel hombre? -¿Qué, qué vas a hacer?- en su voz se notaba algo de preocupación mezclado con excitación.

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05/04/2024, 23:36
Cristine (Cristy) Levine

25 de Julio. Hospital. Por la tarde.

-Bueno Gregor tampoco seas tan husmia, además, el aparato te lo llevas en el bolsillo cuando no lo estés utilizando, no hay que dejarlo por ahí ni nada...y aunque se te olvide...no se, no es tan importante ¿no?- se encoge de hombros pasivamente, llevando sus manos por encima de su cabeza para entrelazar los dedos sobre ella y descansar así la postura.

Pasan a temas mucho más sombríos mientras llegan los anuncios de los patrocinadores, Cristy se gira más para mirarle directamente, serenando su rostro a medida que Gregor iba desgranando la historia. Cuando termina, nota que la boca se le ha quedado seca y toma un poco de agua de una botella que lleva en un bolsillo del pantalón, tomándose su tiempo para encontrar las palabras adecuadas.

Pero no había palabras correctas.

-Lo siento, tío, es una putada.- es lo único que se le ocurre, tampoco quiere hacer drama, el propio Gregor no lo hacía aunque la historia bien lo merecía- Pero me alegra que hayas llegado a este puerto. Aún no es tu hora, seguro que tienes mucho que aportar a este hospital. A veces el destino habla de formas...curiosas.- se nota que esta un poco nerviosa, no incómoda pero le cuesta levantar el ánimo después de hablar de algo tan turbio.

El comentarista da la bienvenida a los espectadores y su tono llama la atención de la cirujana.

-Mi historia es más simple, estaba en Montgomery, pero ya sentía que necesitaba un cambio de aires, algunas malas relaciones y esas cosas, me dijeron que iban a necesitar personal aquí y...fin de la historia. Es la versión extendida.- añade guiñando un ojo- Ah, empieza el partido ¿apuestas? Veinte pavos por los Crimson de Alabama, van perdiendo pero van a sacar ahora a Jonhnsson, es un máquina.

Notas de juego

podríamos ir dejándolo por aquí, uno o dos post más si quieres, pero tengo poco tiempo y prefiero centrarme en los roles del presente

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06/04/2024, 00:15
Cristine (Cristy) Levine

30 de Septiembre, por la mañana, en el hospital

-¿Flamenco eh? Nunca oí nada parecido.- comenta sorprendida pero muy curiosa, tal vez se pensaba que Vega le estaba tomando el pelo pero decidió picar el anzuelo.- Eso del intercambio cultural suena muy bien pero para llegar a eso, antes tendríamos que intercambiarnos los teléfonos ¿no?- suelta directa, tomando un trago de su gran taza de café, provocando que la cerámica le ocultase parcialmente el rostro, en un gesto ensayado, por supuesto, para denotar que no le daba mucha importancia a su "incursión".

Notas de juego

perdona que sea tan corto, voy fatal de tiempo -.-"

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06/04/2024, 00:21
Cristine (Cristy) Levine

20 de Agosto. Restaurante Garofalo

El gesto fue recibido por Cristy sin reparo alguno, cuando Tabitha acarició su labio inferior con la yema del dedo, la cirujana abrió los labios y atrapó con delicadeza el dedo de la mujer, rozándolo con el filo de los dientes y la punta de la lengua. Mientras sus piernas, ya sin sutileza, se cruzaban con las de la doctora, sin recatamiento, buscando el contacto.

-Vivo muy cerca de aquí...-aventura, sin separar la vista de la suya, alzando una mano para tomar la que tiene en la barbilla, enredar sus dedos con los suyos y deslizarlos para bajar sus manos a la mesa, concretamente debajo de esta, sin soltarla, pretendiendo guardar cierta discreción, más por ella que por otra cosa, puesto que era una mujer casada en un estado conservador.- Seguro que tengo algo para...probar. 

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05/04/2024, 23:47
Fred Stewart

28 de Septiembre, 20.15 horas, Sunset Haven Motel


Para no ser menos se apartó un trozo de tortilla y la probó. Se le notó al instante que le encantaba y agradeció con la mirada el hecho de haberla cocinado para él. Mientras masticaba fue escuchando sus contestaciones. La aventura en la montaña lo hizo sonreír. 

Es bonito mirar al cielo por la noche—contestó risueño antes de decir en tono irónico —Una pena que no apareciera un rescatador misterioso y con un corazón de oro para poder verlo acompañada.

No sabía si era el vino, las sorpresas o por verla morderse el labio pero Fred empezó a sentir demasiado calor como para seguir llevando la chaqueta. Se la quito dejando al aire una camisa, también negra, de mangas cortas que dejaba sus brazos totalmente ilustrados al aire. Apoyó los codos sobre la mesa y uno de sus puños sobre la mejilla, acortando la distancia entre los dos y fijando sus ojos en ella. Su rostro se mostraba por alguna razón más sereno y ufano.

Soy todo oídos —contestó a su propuesta—. Te cedo la palabra encantado.

Escuchó con suma atención cada una de las respuesta, luego arqueó los ojos. Hubiera descartado el del perfume, pero no terminaba de decantarse por ninguna otra como mentira, o al menos eso es lo que esperaba. El vino seguía haciendo su efecto y pensó que tal vez no había oído bien así que respondió literalmente a la pregunta que le pareció más conflictiva.

A menos que te resistas a derretirte —dijo con tranquilidad, soltando la mano del vaso y jugueteando con los dedos sobre el mantel buscando rozar los dedos de Camila —La primera huele a mentira.

Alargó su cuello inclinándose sobre la mesa para acercarse todo lo posible a ella esperando que el perfume volviera a invadir su nariz.

O tal vez deberías volver a darle una oportunidad.

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06/04/2024, 01:41
Camila Vega

28 de Septiembre, 20.18 horas, Sunset Haven Motel


La proximidad de Fred, la forma en que sus dedos la rozaron, la intensidad de su mirada, el aroma de su perfume acariciándola tímidamente. Camila estaba al borde del colapso, de hacer algo impulsivo. El movimiento de su pecho se intensificó, delatando el nerviosismo que sentía mientras que su corazón latía con fuerza, como si se le fuera a salir del pecho. Sonrió, medio mordiéndose el labio, y correspondió el gesto de Stewart con una roce en espejo. Entonces se inclinó sobre la mesa, acortando la distancia entre ambos hasta colocarse peligrosamente cerca de él. Cerrando los ojos inspiró su aroma, volviendo a sentir la misma sensación de vértigo que la primera vez.

Claramente, esa era la mentira - murmuró con una media sonrisa, retrocediendo suavemente para mirarlo a los ojos sin llegar a separarse del todo - Y ahora, creo que es tu turno - añadió, hipnotizada por un magnetismo que parecía retenerla ahí, a unos centímetros de su rostro. 

 

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06/04/2024, 03:06
Camila Vega

27 de Septiembre, por la mañana, Sunset Haven Motel


La luz del sol se colaba perezosamente a través de las persianas, marcando el inicio de otro día en Houston para Camila. Sin novedades del taller, decidió mandar un mensaje a Nick, recordando su encuentro del día anterior.

Buenos días, Nick. ¿Qué tal va todo? Aún atrapada en Houston, vivita y coleando. Mi moto sigue en el taller. ¿Alguna novedad sobre el caso?

Mientras tecleaba el mensaje, Camila se preguntaba cómo estaría progresando la investigación. No estaba segura de qué esperar, pero sentía cierta curiosidad por la dinámica de su nuevo conocido en la ciudad.

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06/04/2024, 19:39
Richard Redmoon

13 de Septiembre de 2024. 00:50h
1ª planta del Aphrodite's Sigh. Despacho de Red


 

No pasé por alto el relieve que sus apetecibles pezones dejaron sobre la fina prenda que vestía. Dándome a entender que aquel juego de dominación le estaba gustando tanto como a mí. Por lo que sin ningún atisbo de culpa me deleité con las contorsiones y los vanos intentos de resistencia de la chica. Prosiguiendo con mis atenciones sobre su cuello y su oreja.

—Atarte. —respondí lobuno muy cerca de su oído— Y una vez lo haga... harás lo que yo te diga, cuando yo te lo diga y como yo te lo diga. —afirmé autoritario. Guardando silencio unos instantes antes de buscar los labios de la joven con los míos. Los cual besé de forma apasionada y algo ruda. Terminando por fundir de nuevo nuestras lenguas de manera obscena.

—El no hacerme caso... tendrá sus consecuencias, Maddie. —le advertí con una depredadora sonrisa. Enrollando el cinturón entre las muñecas de la chica; que, al ser de tela, se adaptaría mucho mejor a estas.

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06/04/2024, 20:24
Maddie Davis

13 de Septiembre de 2024. 00:50h
1ª planta del Aphrodite's Sigh. Despacho de Red


-Bueno hasta ahora te he hecho caso ¿no?- musitó mientras intentaba recobrar la respiración después del apasionado beso. Ella tampoco se había quedado atrás y había explorado la cabidad bucal de Red con gran maestría, lamiendo su labios para recoger fluídos y mordiendo levemente la carne que pasaba por sus dientes.

-Claro que a veces soy algo traviesa...- levantó una rodilla para meterla entre los muslos del hombre y subir de forma lenta y sensual hasta presionarle con sutileza los genitales. Luego balanceó sus caderas para fortar con el muslo la zona donde había llegado. Maddie demostró que no estaba tan desvalida como parecía.

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07/04/2024, 19:12
Fred Stewart

28 de Septiembre, 20.18 horas, Sunset Haven Motel


Pero haberse quitado la chaqueta no iba a solucionar del todo el aumento de calor que Fred estaba experimentando. Si fuera demasiado racional diría que alguna fuente de calor cercana había empezado a despedir calor hacia él. Pero Fred, más aficionado a paradigmas más sensitivos pudo dilucidar que la expectación de su compañera y sus propias expectativas estaban aumentando a medida que sus pieles entraban en contacto. La fricción era un hecho que podía ser capaz de combustionar cualquier cuerpo y eso era fácilmente perceptible en como los pelos del antebrazo se erizaban por una suerte de corriente electromagnética que provenía directamente de la yema de los dedos de Camila.

Sostuvo su mirada mientras la actriz se acercaba, retando con dulzura su cercanía, solo desvió en un par de ocasiones la mirada de sus ojos para caer a sus labios, primero cuando los mordió y luego cuando le susurró embelesándose en su movimiento hasta que su cercanía lo hizo perderse en su fragancia fresca y en la línea de su cuello que iba a perderse en los pliegues de su vestido negro.

Sonrió al escuchar como Camilo dictaminaba su victoria y suspiró cuando le instó a tomar él de nuevo la iniciativa. Volvió a entrar entonces en contacto con sus ojos y entonces asintió con un gesto calmado.

Así es... me toca a mí—dijo con seguridad acercando su cara hasta la de Camila hasta que la punta de su nariz rozó la de la actriz como una caricia de izquierda a derecha al tiempo que giraba el cuello en busca de un beso que se volviera único, eterno, como si sin siquiera saberlo aquella fuera la última noche de ambos antes de un apocalipsis que terminaría días más tarde en un terrible terremoto.

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08/04/2024, 00:05
Camila Vega

28 de Septiembre, 20.21 horas, Sunset Haven Motel


Si cuando la besó en la mejilla Camila sintió una descarga que le puso la piel de gallina, cuando lo hizo sobre sus labios simplemente se deshizo. El mundo exterior se desvaneció, dejándolos suspendidos en una burbuja en la que el tiempo se había ralentizado. Incapaz de reprimirse, alargó la mano para agarrarle el rostro, como si de alguna manera pudiera atraerlo aún más hacia sí, y se dejó caer cuesta abajo y sin frenos. Lo besó, sin contención,disfrutando de la suavidad de sus labios, la calidez de su lengua y la electricidad de su piel. Para cuando se separaron, el pecho de Camila subía y bajaba a un ritmo frenético mientras trataba de recuperar el aliento. Un silencio palpable se instauró entre ambos, como la antesala de un estallido que estaba a punto de producirse. Si volvía a besarlo no sabía si podría parar hasta saciarse. Le sonrió, perdiéndose en su mirada.

Creo que ya tenemos un ganador, damas y señores - bromeó, volviendo a acortar la distancia entre ambos. Definitivamente el turno de Fred había determinado el final del juego. O más bien, el principio de otro mucho mejor.