Partida Rol por web

05 de Octubre, 18:30 Sala de Reuniones

- Suena interesante lo del calendario, tengo buenas amistades en el negocio de la fotografía y aquí, en esta hermosa ciudad, vive Claudia Ramos, la fotógrafa que me hizo mi último book y que a veces me asesora para subir imágenes a redes sociales y a mi OnlyFans, en el que suelo cocinar platillos de todo el mundo, a veces con algo de ropa y a veces solo - hago una pausa breve para cambiar de tema, sonriendo.- Shelby y Maddie se verían muy bien en traje de baño, más que el resto - río por lo bajo.- Bueno, preferiría verlas a ellas y también están invitadas a cocinar algo delicioso en casa y así hablamos en redes sociales sobre el proyecto y le damos hype al mismo. Bueno, de momento voy con el señor - refiriéndome a Gris.- Quizás pase por allí más tarde para ultimar detalles, señoras, cuando termine las labores del día.      

- Only fans - me quedé pensando la idea del chico, había escuchado mucho sobre esa plataforma pero no me acababa de convencer - eso creo que nos podría dar problemas... Laborales - no creía que fuera a resultar muy tolerante por parte de los jefes que tuviéramos cuenta en aquel sitio.

- Mira, igual podemos hacer dos calendarios, en uno aparecéis vosotros ligeros de ropa y nosotras con la equipación de bomberos, y en el otro al revés - y así teníamos el ying y el yang mezclados, de modo que quien quisiera vernos podría elegir el sugerente o el formal, y con ellos igual - ¿Tú cómo lo ves, Maddie?

05 de Octubre, 18:30 Sala de Reuniones

Observo a mi alrededor casi completamente desubicado. Que si un calendario de bomberos donde quien más interés tiene en salir ni siquiera es bombero, el otro hablando de su OnlyFans y tirando fichas a la otras dos... ni siquiera parece haberse dado cuenta de que hay una bombera en el equipo. ¿Que se verían bien en traje de baño? Pero... ¿todo esto está pasando con el jefe delante?

Abro mucho los ojos ante los comentarios —sobre todo al de que "las tradiciones hay que respetarlas"—, frunciendo el ceño con completa incredulidad. Sí, hay que respetar las tradiciones y actualizarlas sólo para conveniencia propia, supongo. Miro a Balthazar, que parece desde luego apagado por completo, para luego lanzarle una mirada a Alejandro y terminar mirando directamente a Samantha con el mismo gesto incrédulo, dudando de si estoy realmente donde ahora mismo estoy. Se supone que estamos aquí para proteger y salvar vidas... ¿dónde se creen que se han metido? ¿En un pub a ligar con los habituales? Si es que en todo caso si hubiera calendario tendríamos que hacerlos nosotros, los cuatro bomberos, que las tradiciones hay que respetarlas... me imagino uno con escenas de películas donde los protagonistas somos nosotros dando manguerazos, por ejemplo esa escena de Pulp Fiction con John Travolta mirando sin tener ni idea a su alrededor... Balthazar vestido con traje y haciendo los mismos gestos con una manguera en la mano... también algo como los cuatro escondiéndonos detrás de un tronco de un hombre en llamas, como el Motorista Fantasma, en una foto a modo de parodia de esa escena de El Señor de los Anillos donde los cuatro hobbits se esconden de un Nazgûl... Ay. ¡Qué chulo!

Suspiro, finalmente, y me dirijo al jefe, mostrando una expresión abatida tras realizar un esfuerzo infructuoso por entender qué es lo que estaba pasando y enfrascarme en mis propias imaginaciones.

—Yo seguiré encargándome, como hasta ahora, de mantener los vehículos a punto. Por lo que veo tenemos varios pequeños nuevos y seguro que tienen muchas cosas interesantes que contar... ¡ya estaba deseando echarles mano!

05 de Octubre, 18:30 Sala de Reuniones

Maddie se había estado fijando en la cara de los presentes, y salvo Edoardo y Shelby, el resto estaban en modo "muermo". Jack parecía abiertamente disgustado, Balthazar se negaba en redondoa la diesta, aunque era comprensible en su caso, y los otros... Los otros ni siquiera se pronunciaban.

Parecía que no entendían que lo del calentario era para sacar fondos con los que podrían ayudar la las víctimas de los incendios entre otras cosas. Y lo de la fiesta... Eso era más que necesario. Con los horrores que veían cada día, con la de veces que se jugaban la vida, si no te esforzabas por compensarlo con alguna locura alegre por otro lado, terminabas hundiéndote. Como veía que le pasaría a Bal si seguía así. Pero bueno, ya hablaría con él a parte. Delante del jefe mejor no pasarse mucho.

- Chica- contestó a la pregunta de la rubia- tendremos que echarle un ojo a los costes y esas cosas. Pero no veo que nadie salvo Edoardo esté interesado en participar, así que no le veo sentido.- Se refería a las dos cosas, a la fiesta y al calendario. No era cuestión de obligar a nadie a participar.

-Bah, concentrémonos en montarte una buena fiesta de cumpleaños y que les den a esta panda de muermos-. Será lo mejor, una fiesta de cumple y así no estaría obligado a venir nadie, solo el que quisiera.

Lo de OnlyFans sabía que podía dar mucho dinero, pero no la gustaba mucho el tema de las redes. Había visto a muchas amigas quedar destruidas por subir imágenes inapropiadas o por comentarios, que podía ser realmente hirientes y crueles. No quería que su vida o su cuerpo quedasen grabados y expuestos a cualquier serpiente que estuviera escondida al otro lado de la pantalla.

-Oh, me encantaría ver alguno de esos videos tuyos Ed ¿te importa que te llame Ed?- en realidad no sabía muy bien cómo se pronunciaba su nombre-, pero eso de participar ya no tanto. Odio que me graben y me saquen fotos.

05 de Octubre, 18:30 Sala de Reuniones

- Eso es básico Jack, hay que tener los vehículos a punto siempre - desgraciadamente había gente que entendía el trabajo como una extensión de su aislamiento social, de modo que hablar de fiestas, calendario y otros asuntos era algo superfluo. Como si fuéramos robots, se fichaba de tal hora a tal hora, se hacía el trabajo y listo. Un compañerismo obligado por contrato - y la manguera, comprueba que funcione, no vaya ser... - añadí un comentario travieso, para provocarlo - creo que en el Afrodita también se encargan de la puesta a punto, no Maddie?

El chico nuevo al menos tenía ideas y se le veía con la intención de integrarse - despacito, que corres mucho, Ed - no me había quedado con la pronunciación de su nombre, de modo que usé lo más sencillo. 

Ya estaba Maddie desplegando sus artes jjjj

05 de Octubre, 18:35 Sala de Reuniones

Después de haber dejado la sala en cuanto el equipo me había hecho las preguntas de rigor, había salido de camino a mi despacho en donde recibí una llamada con respecto al puesto de uno de los compañeros que habíamos acogido en los últimos meses mientras organizábamos todo.

Volví a la sala de reuniones donde la gente parecía charlar animadamente, no me centré mucho en la conversación ya que la interrumpí súbitamente.- ¿Todavía estáis por aquí...? Bueno... mejor para mi, así no tengo que reuniros de nuevo. Tengo una noticia.- miré directamente a Shelby.- Shelby me acaban de llamar del hospital diciendo que ya no será necesario tu apoyo en las ambulancias así que puedes volver a tu puesto como médica de urgencias a partir de mañana.

Después de que hicieran sus comentarios en alto añadí.- ¡Y ahora todo el mundo a trabajar! - ordené mientras salía de la sala de reuniones.

10 de octubre, 10:15

Sala de descanso

Se había formado una pequeña reunión en la sala de descanso mientras varios miembros del equipo se habían sentado alrededor de la televisión para ver el famoso discurso del alcalde. El jefe Locket había dejado a cargo a Balthazar y a Samantha como jefes de equipo en los últimos días y sin poder llegar a ninguna conclusión decidió que era mejor que ambos cooperaran juntos en sus puestos como respectivos jefes, especialmente Balthazar se ocupara del equipo de rescates y Samantha de los bomberos. 

De un momento a otro comenzaron a sonar los teléfonos de todos saltando un mensaje de emergencia que indicaba que un terremoto golpearía la ciudad. Todos mirándose extrañados por aquella notificación, descubrieron al cabo de poco que la alerta era real por que todo comenzó a temblar, no era un simple terremoto, era un señor terremoto que hacía crujir los cimientos de aquel edificio que estaba preparado para soportar lo indecible.

10 de octubre, 10:15

Sala de descanso

Por suerte a Maddie no la había tocado ir a esa espantosa reunión delante del ayuntamiento. Escuchar el rollo de un político le amargaba el día a cualquiera. Se encontraba pues en la estación, preguntando, o más bien acosando a Balthazar con preguntas sobre cómo le estaba sentando ser el nuevo jefazo, qué tal había ido con el italiano, y sobre todo intentándole animar para que se viniera al cumple de Shelby que iba a ser en unos días.

-Venga Bal, no seas soso- no sabía cómo decírselo pero tenía que pasar página con Olivia. Quizás con unas cuantas copas de más se atreviera a contarle algunas cosas que le ayudarían a olvidarse de ella.

Entonces sonaron las alertas y si bien se quedó algo confusa de primeras ya que un terremoto de esa magnitud en Texas era algo que no había pasado nunca, pronto se empezó a sentir un temblor que hicieron que se le pusiera la piel de gallina ¿Cómo podía ser eso posible?

Lo primero que se le vino a la cabeza es que ellos no estaban preparado para algo así, y que iba a ser catastrófico. Gracias a su preparación y a su propia entereza, reaccionó pronto, salió de su estupor y feu a refugiarse debajo de la sólida mesa de reuniones.

- ¡A cubierto!- gritó a los demás para que no se hicieran los valientes. Primero tenían que esperar a que se pasara el temblor.

05 de Octubre, 18:35 Sala de Reuniones

Volvió el jefe y llegó con noticias. Ahora sí, me alcanzaban de lleno, se me acababa el turno de ambulancia. Al parecer habían comunicado desde el hospital que volvía a urgencias, no siendo necesario ya el refuerzo que estaba prestando a los paramédicos.

- Todo lo bueno se acaba.

Asentí y acepté el traslado, al fin y al cabo yo era médica y esto sólo había sido algo transitorio mientras se cubrían las plazas y no había mucha demanda en urgencia. Pero seguro que en el hospital estaban hasta arriba y ya habían contratado personal suficiente, así que, era lógico que volviera a mi trabajo habitual.

No había maleta que hacer, tan sólo recoger de la taquilla mis cosas y dejarla libre para mi sustituto. Había tenido la fortuna de coincidir con todo el personal de bomberos de aquella estación y eso que me llevaba, aparte de la suerte de tener dos nuevas amigas. Así que, al menos en mi caso, me había resultado muy positivo la estancia por aquí.

Eran las 18:35, apenas faltaban horas para terminar el servicio allí.

- Tranquilos, nos seguiremos viendo... Acordaros de la fiesta - eran dos fiestas, la del parque de bomberos y mi cumpleaños. Por si acaso, se lo recordé - invitadme, cabrones. No me dejéis fuera - lo de mi cumple aún no estaba fijado y menos mal, tendría que revisar previamente la agenda de los turnos de urgencia antes de organizar nada.

10 de octubre, 10:15

Garaje

Menudo rollazo lo del alcalde. Prácticamente ha empezado a hablar y entre unas cosas y otras me he aburrido, no me gustan los políticos ni la gente que habla con la intención de decir lo que el resto del mundo espera de ellos para luego no hacer nada. Que sí, que este parece que ha hecho cosas, pero tampoco es que lleve en Houston tanto tiempo como para preocuparme por lo que se hace o deja de hacer en una ciudad que ni siquiera siento como mía.

Estoy debajo de el último de los camiones que me quedaba. En realidad, ya he estado aquí, este es el segundo repaso que hago a lo largo de estos días porque ni siquiera nos han llamado para hacer nada, cosa también un poco extraña. Vuelvo a limpiar y ajustar todo lo que puedo en este pequeño tan grandote y brillante, escuchando Three Days Grace con los cascos que llevo puestos... el suelo empieza a temblar.

Al principio no le doy importancia, un temblor tampoco es que sea nada del otro mundo, pero empieza a crecer. En cuanto noto las bestiales sacudidas que empiezan a darse, los nervios hacen que el corazón me palpite a mil por hora. ¿Qué está pasando? Me meto por completo debajo del camión y me sujeto en la parte de abajo del mismo con las manos, empujándome hacia el suelo para no perder estabilidad y evitar salir despedido hacia el mismo y darme un golpe en la cabeza.

10 de octubre, 10:15

Sala de descanso

Aunque Balthazar seguía afectado en el ámbito anímico debido a la desaparición de Olivia, el cargo de responsabilidad depositado por el jefe Lockett al darle una asignación importante, le obligaba a esforzarse en luchar contra la depresión y demás demonios internos. A raíz de eso, pese a seguir sumido en una pena intensa, trataba de ocultar su tumultuoso fuero interno mediante sonrisas, bromas y exhibiciones de buen humor.

Se encontraba charlando con Maddie de manera amena, o más bien tratando de esquivar la celebración a la que su amiga buscaba llevarlo. Calibrando sus pensamientos y la forma apagada en la que se había comportado los pasados días, creía que terminaría siendo un aguafiestas.

—No es que sea soso, Maddie. Es que tengo mucho lío. Me toca hacer revisión de equipo, listado de lo que necesitamos y...

No llegó a terminar la evasiva, pues tras mirar el aviso de emergencia en la pantalla del teléfono, haciendo referencia a un seísmo de magnitud seis, cobró el mayor de los protagonismos en ese justo instante. 

Mantener la calma y evaluar la situación, las dos primeras lecciones del cuerpo ante un terremoto. Seguir dichos principios era imprescindible a la hora de actuar.

Gris corrió al lado de Davis para resguardarse bajo la mesa de reuniones, solo que usó su cuerpo para cubrir el de la paramédica en caso de que el mueble no fuera suficiente parapeto. 

—¡PONEOS A CUBIERTO! —replicó el grito dado por la técnica sanitaria.

10 de octubre, 10:15

Sala de descanso

Había estado esperando todo el día aquel momento. En la sala de descanso del parque de Bomberos el rescatador escuchaba la televisión mientras seguía con la mirada a sus compañeros, sentado en uno de los sillones con los pies encima de la mesa y con su ayudante Asha hecha un ovillo encima de él, como acostumbraba solo cuando estaban de descanso. 

Fred había sido de los últimos en llegar al equipo que el alcalde, que en esos momentos se dirigía a su pueblo, prometía el oro y el moro sin saber si sería capaz de cumplirlo. Por lo pronto él no podía discutir porque lo conocía por poco tiempo y por su proyecto él había vuelto a un equipo de rescate. Escuchó con atención todo lo que tenía que decir con el ceño fruncido por la atención, aplaudiendo con una sonrisa las palabras que le dedicaba a su jefe Ethan.

En su ausencia recaía sobre Balthazar toda la responsabilidad del equipo de rescate por lo que cuando lo escuchó hablar le contestó con una sonrisa.

—Si necesitas cualquier tipo de ayuda no tienes más que pedirla, Balthazar —dijo con disposición—. Tan solo espero que a nadie se le ocurra aprovechar el discurso del señor Cort para meterle fuego a cualquier edificio de Houston.

La ironía se dejaba sentir en las últimas palabras del rescatador cuando escuchó el sonido de su móvil al tiempo que sonaban el de sus compañeros, y extrañamente en la televisión tanto el alcalde como el resto de componentes del equipo de emergencias que lo acompañaban también lo sacaban. 

¿Sería un simulacro para abrir la veda? ¿Pero por qué no habían avisado de nada?

Su escepticismo duró lo que tardó Maddie en dar el aviso, momento en el que Fred saltó de su sillón y corrió rápidamente hacia la mesa bajo la que se refugió también Balthazar esperando que fuera lo suficiente resistente, aunque Fred a quién atrapó entre sus brazos fue a su Border collie antes de hacerse un ovillo buscando con la mirada que todos los demás estuvieran bien.

La verdad me sentía muy perdido: No estaba hablando con nadie, parecía que la reunión estaba ya terminada pero entre las chicas y Eduardo empezaron a decir un montón de cosas que se apilaban una encima de otra. No era mi conversación así que no tenía mucho qué decir, ni tampoco sabía si quería unirme, así que lo único que le pude ofrecer a Jack fue una mirada de desconcierto junto a encogerme de hombros. Aunque me llamaba la atención ese Bar en donde las chicas irían para celebrar el cumpleaños de Shelby, no me sentía tan amigo de ella como para ir así como así, aunque supongo que era una invitación para que cualquiera se presentara.

El jefe volvió, dio una noticia a la cumpleañera y entonces solo me acerqué a uno de los televisores para escuchar un poco del discurso del alcalde. Pero de pronto mi teléfono y el de todos sonó, y antes de que pudiera ver la notificación el suelo ya se estaba sacudiendo.

Mis ojos se abrieron como platos y rápidamente flexioné las rodillas una vez empezó a elevarse la magnitud, esperaba que fuera una sacudida rápida, pero por como iba escalando la intensidad era muy suicida el tratar de quedarme esperando a que simplemente terminara. En la mesa de reuniones parecía que había más que espacio suficiente, así que fui hacia ella mientras decía. -¡Colóquense debajo de mesas y los marcos de las puertas, ya saben que hacer!-  Una vez llegué hasta la mesa traté de esconderme rápido, solo para terminar con un ligero golpe al costado de la cabeza. No fue muy fuerte, no me sentí de momento mareado así que solo pensé que se formaría un chichón como mucho. -Coño de la... Ufff- Murmuré para mí mismo en español, sobando el golpe antes de moverme para hacer más espacio para el resto de bomberos.

10 de octubre, 10:15

Sala de descanso

Estaba en la sala de descanso buscando en los armarios superiores de la cocina algo con lo que picar y no encontraba nada de mi gusto cuando sucedió el terremoto y varias cajas con cereales se desparramaron encima de mi cabeza. Una vez en el suelo me cubrí la cabeza esperando que todo acabara en unos instantes y por suerte pasó todo con bastante rapidez en menos de un minuto parecía que todo se había calmado y saqué la cabeza de mis brazos mirando a mi alrededor.

Por suerte el edificio se había mantenido en pie, solo con algunas grietas en las paredes y algunas baldosas del suelo levantadas que con el temblor que hubo casi parecía un milagro que no hubiera muchos destrozos. Al parecer las reformas que se habían hecho en los últimos meses habían servido de algo y al menos no nos había venido todo encima.

Cuando me incorporé me acerqué a mis compañeros.- ¿Todos estáis bien? - todo estaba fuera de sitio y no podía creer el destrozo y desorden que se había formado en unos instantes. Miré la pantalla que estaba retransmitiendo anteriormente el discursos del alcalde y aquí todos parecían estar bien y no parecía haber nadie grave por lo que me dirigí a comprobar el resto de las instalaciones.

Por suerte, el resto de las estancias estaban mas o menos igual y los vehículos parecían estar perfectamente pero cuando dirigí la vista hacia la ciudad parecía que estábamos en un lugar completamente diferente. Se podían ver algunos edificios derrumbados, la carretera abierta por la mitad, columnas de humo a lo lejos... Iba a ser un día muy largo.

Oí el ruido de una radio cerca, en la oficina al lado del garaje y corrí hacia allí y que cogí sin dudar para saber si alguien sabía exactamente que había pasado. Al oír una voz familiar, respondí.- ¡¿Capitán Lockett?! - grité a través del aparato y se podía oír su voz distorsionada.- Jefe Lockett, ¿se encuentra bien...? - miré la radio como si pareciera que podía hablarme por su cuenta.- ¡Mierda...!

10 de octubre, 10:15

Para una yonki de la adrenalina como ella, aquellos segundos que duró el intenso temblor fueron apasionantes. Nunca había vivido algo semejante y la incertidumbre de lo que pudiera pasar sumado a la muestra feroz del poder de la naturaleza era algo que la entusiasmaba.

Balthazar la protegía con su cuarpo, al igual que el nuevo rescatista, que estaba a su lado, lo hacía con su fiel Asha. Maddie cruzó mirada con la Colie, la cual parecía completamente aterrorizada y no lo estaba disfrutando, como lo estaba haciendo ella. Pensó por lo que el pobre animal debía estar pasando sin entender qué ocurría, y aún así confiando ciegamente en su amo ni se movía.

Y de pronto todo paró y tan solo quedaron los ruidos de las sirenas de los coches fuera y la caída de algún objeto en precario equilibrio en algún lugar de la estación. Por lo demás todo era silencio. No se escuchaba el tráfico de las calles, ni las voces de sus compañeros.

Liam fue el primero en reaccionar, y en cuanto él lo hizo, Maddie se giró para comprobar que Balthazar no hubiera sufrido ningún daño. Por suerte la mesa era muy resistente y aguantó bien. Fred y Asha también estaban indemnes, y Alejandro que estaba al otro lado, igual. La paramédico apretó el brazo de Bal en un gesto de agradecimiento y salió de debajo de la mesa a comprobar que el resto estuviera bien. En breve comenzarían los avisos y ella quería asegurarse de que ninguno salía con heridas graves de la Estación.

La paramédico siguió los pasos de Liam. Se había dado cuenta que él no había estado debajo de la mesa y temía que hubiera recibido algún golpe. Cuando dio con él estaba corriendo hacia una radio y ella le siguió - ¡Espera! Deja que te mire- le oscultó mientras él hablaba por la radio.

- ¿Es el jefe? - preguntó preocupada. El bombero no tenía más que algún corte, seguramente de las cajas de cereales que se le habían caído encima - Tú no tienes nada ¿Dónde está él?- se preparó para ir con Liam a comprobar que su jefe estubiera bien.

10 de octubre, 10:15

Sala de descanso

Durante el tiempo que duró la sacudida, cobijado bajo aquella mesa de la sala de reuniones, Balthazar repasó uno por uno a todos los resguardados en el mismo mueble. Ante semejante retahíla de violentas sacudidas, al de Austin no le quedó ninguna duda de que, en breve, les competiría ponerse en acción. Un terremoto tan potente como semejaba ser el que estaban sufriendo iba a dejar una gran serie de problemas tras de sí.

—Vamos a necesitar esa ayuda mucho antes de lo que me gustaría, Fred —le comentó al experto en rescates justo antes de abandonar el improvisado refugio, en cuanto las vibraciones más abruptas cesaron. 

La voz de Liam, lanzando una muy buena pregunta, llegó a Gris mientras se reincorporaba. Por fortuna, Maddie, Alejandro, Fred y Asha, a simple vista, no parecían heridos. Es más, la paramédico tomaba la iniciativa a fin de procurar atender a cualquier lesionado.

—¡Aquí bien! —desvió la mirada hacia sus compañeros cercanos al expresar dicha afirmación—. ¿Es correcto? —preguntó a Rojas y Stewart, deseando no haber hablado por ellos de forma prematura.

Viendo que Davis y Reeves se dirigían en dirección al garaje, el del tatuaje de llamas fue a echar un vistazo a los dormitorios. Quizá algún compañero estuviera en ellos o en las duchas, y eso podía significar malas noticias.

—Toca comprobar si no hay heridos en las demás estancias. Me dirijo a las camas —comentó en general, para que el resto conociera cuáles eran sus intenciones al salir de la zona.

Después de dar tal información, corrió a toda prisa rumbo a donde había dicho.

10 de octubre, 10:15

Garaje

Trato de mantenerme fijo en la especie de carrito en el que estoy bajo el camión, haciendo un gran esfuerzo con los brazos por mantenerme separado de la base del mismo mientras noto como la camilla de taller rebota constantemente debido a las fuertes sacudidas. En un momento dado, uno de los brazos me falla y salgo despedido hacia la base del camión, dándome un fuerte golpe prácticamente en plancha contra el mismo. Al caer, la camilla no estaba, noto el frío del suelo casi impoluto del garaje.

Al menos ya no voy a rebotar tanto, pero el dolor me conmociona y no logro escuchar lo que dicen los demás. Cuando los temblores comienzan a amainar me mantengo quieto en el sitio como si hubiera sufrido un accidente de moto. Suerte que no me he dado en la cabeza...