Partida Rol por web

_-_Distopía_-_

II ¿El mundo de nuevo?

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09/07/2009, 16:20
Max "Machete" Aguirre

Machete escuchó ese

Cita:

¡Eh, colegas!, ¡Qué esto está averiguao! ¡Le doy pa que salgan!

y trató de no desviar sus atenciones para con la rubia,...pero no pudo. Eran sus hijos, y Maximiliano Aguirre reponde a la efusividad de los chamacos con la sequedad práctica de una loba que recupera a sus crías perdidas: los examina buscando marcas, heridas...y Max, mientras tanto, no pronuncia una sola palabra. Mantiene el rictus grave, el ceño fruncido y los músculos de la cara en contracción.
Con cierta rudeza, sujeta la barbilla del mayor y la levanta para comprobar que no hay arañazos en su cuello. La cabeza del chiquillo bascula a un lado y a otro antes de que su padre pose las enormes manos sobre los pequeños hombros para darle la vuelta y diagnosticar la espalda. El mejicano repite la operación, esta vez con su hijo menor, y escruta los ojos de ambos.

Los chicos no estaban en el patio del colegio. Tampoco era Jueves (el único puto día de la jodida semana que los abogados de Diane le habían regalado para ser Papá y no Machete). No era lugar ni momento para abrazos ni besos: Miguel y Daniel no estaban en su medio. Estaban en el trabajo de Papi,...un sitio chungo de cojones, en el que una sóla concesión a la ternura te distrae. Y si te distraes, te comen los gusanos. Así de claro.

Sólo cuando se sintió satisfecho de examen, Max respondió a la rubia. Y lo hizo siendo consciente de la ira que proyectaba la muchacha, y de que sus hijos habían visto algo tan repugnante como necesario.

- Me gustaría decirle algo...inteligente, señorita. Algo que le alivie y que le sirva para su propio bien de aquí en adelante.- Max traga saliva. ¿Cuánto hacía que no enlazaba tantas palabras seguidas?- Pero no me veo capaz.

Aguirre echa ahora un vistazo alrededor. Chasquea la lengua.
Si supieras quién soy...- dice evocando las palabras de Barbie. Alguien debería recordarle a la estirada ejecutiva que las personas no son corderos, y que no se conduce un rebaño con secretos, enigmas y silencio. Luego vienen las ostias y los llantos.- Dígamelo usted,...y así quizá pueda arrepentirme.

Max se incorpora, inquieto y feliz por dentro, sereno y circunspecto por fuera. Con un brazo rodea a sus hijos, protegiéndolos de todos, y extiende la mano libre justo delante de Winter.

-Muy amable, Jefe.

Notas de juego

Machete se lleva a los niños a un rincón de la estancia para, en petit comité, comentar un par de cosas.

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19/07/2009, 16:53

Cuando la puerta de cristal se abre y todos aquellos que había dentro quedan libres, me aparto hacia un rincón de la habitación. Nadie me espera dentro, nadie va a venir a abrazarme, este es el momento de mis compañeros y prefiero dejarlos disfrutar libremente de estos escasos momentos de felicidad.

Desde mi posición observo el reencuentro de los demás con sus familiares, una leve sonrisa se dibuja en mi rostro, no puedo evitar que cierta nostalgia me invada... ¿Hace cuanto tiempo perdí a todos aquellos a los que amaba?... demasiado... demasiado tiempo sola... Si McMord ha buscado a alguien significativo para mi para meterlo en esa urna de cristal es obvio que no lo ha encontrado... Una tarea difícil amigo mio... Lo único que me queda son unos cuantos "amigos", que normalmente acaban como Cairo ha acabado hoy...

Cansada de las "escenitas" de amor que protagonizan mis compañeros, vuelvo la vista de nuevo hacia la barbie. Su reacción ha sido mejor de lo que me esperaba, pero sus palabras crean una duda en mi... Si supieras quien soy y lo que he hecho por tus hijos... Con esas palabras en mi mente me acerco hasta ella. Está claro que no nos quieren matar, tiempo han tenido, y tampoco quieren chantajearnos, de lo contrario usarían a todos esos niños para hacerlo, pero entonces... ¿para qué nos quieren?

Con el gesto serio me siento al lado de la rubia. Hace rato que he dejado de estar cabreada, pero la situación está empezando a cansarme, tanto enigma y tanto secreto me tienen hasta las narices. Kylie... deberiamos dejarnos de gilipolleces y de secretitos... así no vamos a ninguna parte. Sería un buen momento para que nos dijeras quién eres y qué se supone que estas haciendo por nosotros... porque por ahora yo no he visto que hayas hecho nada por nadie... Guardo silencio unos segundos, con los ojos puestos en los de la rubia, intentando controlar mis palabras, nunca se me ha dado bien ser diplomatica... Está claro que no vais a matarnos, pero entonces... ¿qué cojones quieres de nosotros?, mejor dicho, ¿qué te ha mandado McMord que hagas con nosotros?

McMord... al decir su nombre aprieto los puños fuertemente, cada minuto que pasa odio más a ese hijo de puta...

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20/07/2009, 21:59
Zoe

Se hizo la luz.

La sonrisa se ensancha mientras desaparecen las barreras con mi roquero preferido, un suspiro de jodido alivio al verlo cruzar la salita de los huevos, el resto de la gente ha desaparecido por arte de magia. Es más, a la mayoría, que les den. Los niños no cuentan en esa apreciación, obviamente.

Siendo una tía que lo conozco como si lo hubiese parido, sin exagerar, la duda del rubiasco no pasa desapercibida, doy un paso hacia él, preocupada pero casi feliz ¿Qué coño importa lo que haya pasado? Estamos juntos, a tomar por culo todo...

Revuelvo su pelo con la mano derecha mientras me besa, mira que es sobón el cabrito, riéndome un poco sin poder evitarlo, y dándole un manotazo en el culo tan apañao que le ha dado la biología a modo de saludo tras nuestro abrazo, de buen rollo… por ahora -Joder Keith, ¿De qué va esta mierda?- La sombra de la duda, pues no tengo zorra idea de nada, es evidente en mis ojos, algo de mosqueo también, es la única persona de este putrefacto planeta que sabe lo que significa Mcmord (y su puta madre) para mí. Que basura es eso de la sensiblería y ñoñez por habernos vuelto a juntar... Lo que se merece es un buen puñetazo…

¿Algo para nosotros? ¿Un plan? No, eso sí que no, ya sí, lo miro mortalmente seria tras escuchar a Anna, con un nudo en la garganta, apretando los puños, mil preguntas en ellos. Suspiro profundamente y ladeo la cabeza al mirarlo, me cago en la mala leche que me está entrando… esa que tan bien conoces aunque no haya ido dirigida a ti antes… Que todo siga dependiendo de la rubia pija medio imbécil (o del todo) tampoco es que ayude precisamente a la calma.

Voy a tener que mentalizarme de que esto no ha acabado. Sólo espero que no esté empezando.

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21/07/2009, 17:29
Grasp Winter

La voz de Zoe, el sonido del mecanismo al abrirse, todo eso sucede a cámara lenta en mi cerebro, como si estuviera preparándose para quedarse en una imagen fija, como si fuera a extraer una captura de una película, y creo que eso es exactamente lo que hace, grabar aquella mirada perdida que tantas veces había visto en los grises ojos de Clay.

Ignoró el concurso de amenazas que había comenzado entre la rubia y Machete, al que entregué los cuchillos como un autómata, Anna también quería participar en la fiesta del conocimiento, pero yo únicamente podía caminar pesadamente hacia ellas. Al llegar, percibí el miedo a la reprimenda, pero yo no quería reñirle, no en ese momento, a pesar de que las ganas de golpearla por idiota iba en aumento.

Pero no hice eso, sino que coloqué mis manos en sus hombros, y la atraje hacía mí, abrazándola, Voy a sacaros de aquí, estoy a vuestro lado no quería expresar ahora mi frustración ni mi rabia, no, no debo hacerlo. Me separé de ella y me agaché delante de la pequeña, y acaricié sus mofletes, limpiando aún algún rastro de las lágrimas, Hola Ae, veo que tienes una nueva muñeca, supongo que ya tiene nombre ¿verdad? le sonreí, pero yo estaba distante, quería conocer la respuesta de la rubia, nunca me han puesto al límite, así que no sé como responderé ahora que se están acercando tanto.

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21/07/2009, 20:39

Los familiares no tienen mucho para decir, están tan estupefactos que no entienden del todo lo que ha pasado. Anna parece estar de más en todo aquel plan y su actitud para con Kylie no es mucho mejor que la de Machete, a excepción del buen golpe. Machete permanece junto a su hijos y es todo en general un buen reencuentro familiar, los demás, empiezan a desperdigarse como almar perdidas, las luces parpadean, afuera la noche debe estar en su mejor momento, no es que hayan pasado toda la vida allía.

Keith abraza a Zoe cómo si no la hubiera visto en años, ya tendrán tiempo de hablar pero ese no es el momento.

-Te lo diré en casa, ¿vale?

El rubio músico lo sabe y lo único que quiere es largarse de allí cuanto antes. La pequeña sobrina de Winter sonríe y le responde a su tío con esa bondad que tienen los pequeños de hacer de una gran desgracia, la mejor de las diversiones.

-Se llama Kylie, ella me la dio...

Mira a su mamá con aire orgulloso y la hermana del poli asiente mientras mira a su hermano a los ojos. Quizás es la primera vez que puede hacerlo desde que tiene uso de razón. Se le ha ocurrido que puede prometer cosas, pedir perdón y Dios sabe cuántas cosas más, lo cierto es que ya lo ha dicho tanto, que duda que Grasp le crea, aún así, se funde en un abrazo con él.

Booth busca con desesperación a aquel que fuera a buscar para pronto darse cuenta que no está allí, maldice por lo bajo y se rasca la cabeza con el cañón del arma que tiene empuñada y camina de un lado al otro, con ganas de encajarle un balazo a la tarada Kylie entre ceja y ceja. Se sienta en una esquina, mirando las salidas que las otras cuatro personas que estaban tras el vidrio, siguen pero la negra está segura: ninguna de aquellas es la salida.

De pronto un gemido largo se escucha en todo el salón, Viktor se deja caer sobre una silla su piel está muy blanca, sus ojos casi desorbitados y mantiene una sonrisa en el rostro mientras se lleva la mano a la herida que ha comenzado a sangrar nuevamente. Lo que sea que Cairo le dio, al menos le ha mantenido con la sonrisa hasta el último momento, quizás ni siquiera se da cuenta de que está muriendo.

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21/07/2009, 20:48

Nada, nada de lo hecho había servido por nada. Estaba furiosa, cansada, agobiada de haber pasado el día entero con tanto idiota que ni siquiera tenían cojones para oponerse a algo que supuestamente yo les había hecho hacer. Me quise poner en pie cuando cada quien estuvo con su familia pero me fue imposible, aquello iba a tener un precio altisímo, no sólo para mí y en especial no para mí. Sentía que me ardía, me dolía pero lo físico era soportable, el problema era lo moral. Así que cuando escuché la puta vocecita de la tipa aquella que quería hacerse la interesante, lo único que pensé fue en que alguien me concediera un poco más de tolerancia. Miré a Max con los pequeños, los pequeños que para McMord también eran importantes y luego miré a la joven mujer frente a mí.

-Las puertas..., son amplias. Hay dos, una al noreste y una al este, salgan por la que les plazca, no van a perderse. En cuanto a lo que hice o no hice, quizás por ti nada, pequeña pero creéme, de no ser por mí, hace rato que ya no estuvieran aquí...

Miré a los pequeños nuevamente y luego a la sobrina de Grasp que era preciosa. Me quité la mano del rostro, pasándome de revés sobre el hilillo de sangre para retirarlo pronto y volví el rostro al policía que estaba muriendo, al menos alguien pasaba a mejor vida y con una sonrisa en el rostro. La mujer hacía demasiadas preguntas... ¿Cuál era su nombre? ¡Ah, sí! Anna.... Mi corazón, mi cabeza, todo estaba fuera de lugar con tremendo golpe pero mi mente estaba lista e intacta para recomenzar.

-Haces demasiadas preguntas. McMord no me mandó a hacer nada con ustedes. ¿Quién te crees? ¿La reina del mundo? ¿Una princesa? ¡Oh, vamos! Baja un poco tu ego y piensa: no eres tan importante. Puedes marchar, todos ustedes pueden hacerlo. No me ensucio las manos con tan poca cosa.

Como pude me puse en pie, eché una mirada a Keith y le sonreí mientras me sujetaba de la pared para alejarme de todo aquello.

-Te llamaré, lo prometo...-y le dediqué al músico la única sonrisa sincera que tenía.

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24/07/2009, 21:06
Max "Machete" Aguirre

Con sus dos hijos bajo su regazo, Maximiliano Aguirre observa la escena de los reencuentros con la cara que Dios le ha dado: de presidiario veterano trasladado a un pabellón nuevo en la hora de la ducha.

Los estímulos que chirrían vienen fundamentalmente de dos frentes. En uno de ellos, el tal Viktor parece listo de papeles. En principio, a Machete se la pela esta circunstancia...a no ser que al tipo le dé por levantarse y acercarse a los chamacos. Ahí se podrían ya las cosas serias y no habría más remedio que encajarle palmo y medio de toledana (Tijuana es española de nacimiento y mejicana de adopción) en las tripas del pobre desgraciado..., más que nada como medida de precaución, no sea que el güey esté incubando algún tipo de mierda contagiosa que se lo anda comiendo enterito.

Pero por otra parte está -de nuevo- la rubia. Al mirarla, Max no puede evitar las ganas de enchufarle un arreón en la mejilla virgen, abrir una de las puertas y lanzarla dentro. La piruja no aprendía: seguía con secretos, misterios y -muy probablemente- mentiras. Los habían desnudado, los habían "duchado" con psicodélicos, los habían encajado en aquellos trajes de superhéroe de serie B, les habían mostrado a familiares cautivos y ahora...ahora abrían un par de puertas para ellos. Y una mierda como la guitarra de un mariachi.

-No.- sentencia desde el rincón. La luz de la estancia evidencia las marcas y cicatrices de una viruela agresiva. Los ojos son líneas finas y el entrecejo se arruga. No es una pose. Es el gesto natural del mejicano que no se fía ni de su puta madre, el de un tipo duro que vé cómo le quieren meter la bola hasta las trancas.

-Usted primero.

Algunos juran -y no pocos creen- que el bebé Max nació con una buena mata de pelos en los huevos, y que en la misma ecografía ya se le podía ver practicando el directo de derecha con la placenta. Desde luego, hay una gran diferencia entre no ser muy listo o ser gilipollas. Y Machete puede que no se sepa la tabla del 9, pero sabe cuando alguien quiere darle por el culo.

Cuestión de tablas.

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25/07/2009, 11:50
Zoe

Un buen portazo. Alto y claro.

Eso es justo lo que debería hacer, coger a Keith de la mano, llevarlo hacia la salida, decirle a la repipi que no se moleste en llamarlo (la rubia de bote se lo va a tirar por encima de mi cadáver… no es digna) y salir echando leches en la moto.

Parece un plan cojonudo.

El problema es que mis pies se han quedado anclados a esta sala. Quizá por ver que la jodida canosa se ha salido con la suya con que la haya acabado espichando el poli, provocándome ganas de gresca, porque los compis de putadas no se abandonan así, que hayan niños pequeños todavía, lo cuál les hace más vulnerables con estos cabrones al mejicano y al buenorro, o que se salga (de nuevo) con la suya la pija y nos trate como si fuésemos gilipollas again.… todo ahí, rejuntao, al bulto. El caso es que he decidido que no me lo trago, y que cojones, ahora que está Keith salen las cuentas mucho mejor. Miro a mi rubiales, seria y mosqueada, entregándole el cuchillo que me dio antes el mejicano. Por si las moscas.

Camino dirección a Víktor, hablando mientras en voz alta para que llegue hasta el rincón de Machete Man, que acaba de hablar -Estamos perdiendo el tiempo, tío.- Llego hasta el muerto y le cierro los ojos, con el consuelo de que hice por él lo que pude, intenté saldar la deuda. Chao, tipo. Giro a los demás -La Wishman ésta no va a soltar prenda.- Me remango el mono hasta el codo, brazo derecho, el primordial. -Se va a poner chula y punto, es lo único que sabe hacer…- Ahora la manga del izquierdo -Es mejor que saques de aquí a tus críos. Mi colega nos dirá fuera lo que sabe.

Me acerco, tranquilamente, hasta la rubia. Un par de pasos de distancia de ella. ¿Soy imbécil?... es bastante probable. Anda que no la ha palmado gente en los últimos intentos de razonar con capullos.

¿A que no, simpática? ¿A que es pasarnos un huevo contigo decirte que nos cuentes a que coño ha venido tener encerrados en esa cristalera de mierda a nuestra gente?

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27/07/2009, 02:14

Esbocé una sonrisa, lo único que McMord no me había dicho, era que todos eran más imbéciles que los que tenía allí dentro; negué con la cabeza de manera insistente o mejor dicho, lo que podía, empezaba a sentir adormecimiento en el cuello y ni hablar de la mejilla. Machete me merecía únicamente una mirada, la más furiosa que tenía en el repertorio. Levanté la mirada, alejándola de la de Machete y sus hijos, esbozando una breve sonrisa a los pequeños y centrándome en la manitas que parecía más bruta que otra cosa, una chica chico y bastante posesiva a juzgar por el modo en que abrazaba a Keith. Una pena, de otro modo habríamos sido buenos amigos e incluso le habría ayudado a cambiar de estilo, no era tan fea. Me paré lo más recta que podía y me di cuenta que no me iban a dejar ir, eché una mirada a los guardias pero negué con la cabeza: no los necesitaba.

-¿Por qué me colman la paciencia?-no iba a perder la elegancia, menos delante del músico.-Yo no encerré a nadie, ellos estaban en la oficina de la planta alta, cuando las explosiones se sucedieron, fueron encapsuladas como otras oficinas y traídas aquí. La única dónde había personas era donde estaban esperando a McMord o habían hablado ya con él. Conincidencia o no, sus familiares estaban allí. Si no me creen, como veo que no lo hacen, pregunten a ellos. Vean si alguno sufrió, si alguno tiene algún rasguño minimamente...-respiré profundo, estaba cansada de la puta actitud de la gentuza esa.-Ahora, si lo que quieren es que los tome de la mano y los lleve a la calle, están estúpidos o algo peor.

Di un paso más quedando frente a Keith.

-¿Podrías dejarme pasar, Keith?

Lo miraba fijamente a los ojos y ni hablar de los otros, no se merecían siquiera que los mirara pero aún tenía una cosa que agregar.

-El hecho de que los desnudara allá atrás, no fue para ver sus grandezas o sus miserias, simplemente fue para mentenerlos sanos pero claro, soy gilipollaz y no espero que me lo agradezcan, señores y señoritas-las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas sin que pudiera contenerlas más...-No espero que me lo agadezcan, este sólo es mi trabajo.

Aguardé a que Keith se moviera, si es que iba a hacerlo y no se iba a poner tonto como los otros, no quería echar manos de los guardias.

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27/07/2009, 02:36

Para Keith las cosas estaban claras, había llegado con la promesa de un disco nuevo, de un excéntrico dueño de consorcio al que le gustaba ayudar a nuevos talentos pero su respuesta había sido obvia al ver a McMord. Aunque la idea era tentativa, aquello sería casi como traicionar a Zoe. Sin embargo no quedaba de aquella propuesta mucho, ni del portazo, pues apenas salir, tropezó con Kylie. Un resquicio de aquella charla venía a su mente.

-No hagas caso, a veces el jefe es un poco duro-había dicho Kylie, ajena seguramente a lo que en verdad había pasado con Keith.-Toma mi tarjeta, si necesitas algo...

Ella le sonrió, realmente nunca se sentía a gusto con nadie; había sido una niña que había crecido a la sombra de las amantes de su padre, habían desfilado tantas por su casa que no recordaba a una y ahora, aunque aparentaba ser fría, tenía debilidad por los pequeños y por los hombres guapos como Keith, jamás imaginó lo que sucedería momentos después que ella guardara su numero de teléfono en un agenda electrónica y se despidiera con una sonrisa de lo más amable, echando una mirada a los hijos de la nueva amante de su padre y a la pequeña hija de la yonki que estaba allí. Cuando puso un pie en la sala siguiente, sintió la explosión, sabía que sucedería pero no cuándo y Keith le había robado protagonismo a esa explosión. Trató de volver, incluso el rubio músico había alcanzado a escuchar su nombre del otro lado de la puerta.

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27/07/2009, 11:57
Keith

El músico no se inmutó. Sus pies no se movieron para permitir el paso a la rubia que estaba ante él. ¿Por qué? No lo sabía. Quizá fuese únicamente porque ella trabajaba para aquel cabrón, y eso ya de por sí provocaba que sus simpatías no fuesen precisamente con ella.
Aún sentía la rabia que le había dominado cuando se lo echó a la cara. Debería haberle partido la cara allí mismo. Un puñetazo por cada uno de los días en los que....no, prefería no pensarlo. No ahora.

Pero no lo había hecho. Se había contenido, simplemente, porque si empezaba sabía que no podría parar. Y ese desgraciado no merecía ni un poco de su esfuerzo.
Poco despues las explosiones relegaron todo lo demás a un segundo plano, provocando que todo su interés se centrara en salvar el pellejo.

No bajó la mirada. Sentía el cuchillo entregado por Zoe. Su peso no le confortaba precisamente, pero se aferró a él de todas maneras.
¿Qué cojones quería que hiciera con él? ¿Quién coño era toda aquella gente? ¿Por qué estaba allí Zoe? Ah, claro. Porque él mismo la había llamado. ¡Gilipollas! Pero eso era antes y esto era ahora. Debían salir de allí cuanto antes.
La rubia seguía ante él, pero se había olvidado de ella durante un instante.
Aquel hombre feo como el demonio tenía toda la razón. Ella primero.

Creo que deberías acompañarnos hasta la salida. - le indicó a Kylie. No creía que fuera a lanzar a todos los de seguridad tras ellos, pero tampoco era cuestión de tentar la suerte. - Cuando estemos en la calle podrás volver a lo que sea que hagas. Espero que eso no te suponga un problema.

La rubia no le había hecho nada, excepto quizá mirarle como un trozo de carne. No le importaba. Él tambien solía poner esa mirada de vez en cuando. Lástima que no siempre se podía escoger cualquier plato del menú. Existen determinadas delicias que pueden salir demasiado caras.
Se volvió hacia Zoe, la cual no parecía demasiado dispuesta a dejar las cosas como estaban y salir del edificio. No sabía qué había ocurrido entre ellas, pero no le cabía duda de que debía preguntárselo luego.

¿Nos vamos? - le preguntó - ¿O prefieres continuar esta pelea de gallos?

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27/07/2009, 18:04
Grasp Winter

Nada tenía sentido, una trampa, o cualquier otra gilipollez ideada por un tipo con demasiado tiempo libre. Nunca había creído en las casualidades, y esta era evidente que no lo era, puede que mi hermana fuera una jodida yonqui, pero nunca habría traído a la pequeña. Asiento a la pequeña con una sonrisa, y la tomo de la mano incorporándome, escopeta en la otra, una tierna escena desde luego.

Niego con la cabeza cuando la rubia habla, salir sin más, no la creía, pero tampoco es que fuera tan extraño, había visto cosas mucho más absurdas en estos últimos años, además, si quisieran matarnos, ya lo habrían hecho, tampoco podemos oponer demasiada resistencia, unos cuantos muertos tal vez, pero poco más. Bajo el arma y con la misma mano aferro a mi hermana, tirando de ella, obligándola a moverse.

No quiero más discusiones, así que rodeo a Zoe y a su amiguito, y paso de largo del mejicano, con lo único que me importa bien cerca, ya era suficiente con haber perdido al capitán. Al pasar junto a la rubia, me detengo un momento, mirándola, para bajar la cabeza sin decir ni una palabra, siguiendo mi camino hacia la salida. Pero paro mis pasos una vez más, para volver a los que han sido mis compañeros durante este breve paseo por ninguna parte.

Me largo, me importa una mierda McMord y todo esto, sólo quiero ponerlos a salvo suponía que Machete me entendería, seguramente Zoe también, el resto no lo tenía tan claro. Sonreí un poco entonces, mirando a la chica, Ojos Verdes, Comisaria Once, ya sabes, por si aún sigues tan interesada como antes alcé la cabeza y le guiñe un ojo, posiblemente no los volviera a ver, aunque eso es algo que nunca se sabe.

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31/07/2009, 13:11
Max "Machete" Aguirre

- "Proteger y servir".

Machete aún andaba indeciso. La muchacha era, dentro de una candidez salvaje, extremadamente seductora y elocuente. Su forma de hablar era la de un boxeador novato que acaba de ganar su primer combate profesional por K.O: arrogante, confiada y, sin embargo, con una enternecedora inocencia que Max le desea por muchos años. Así era Zoe, y el mejicano intuye en ella algo con mucho más valor que la pipiola altanera que cree estar de vuelta de todo.

- Es el lema del cuerpo, ¿no es cierto, Jefe?.- dice con neutralidad. Aguirre había valorado la adhesión de aquel tipo, Keith, pero la rubia parecía decir la verdad. O, al menos, toda la verdad que se podía conseguir de ella sin recurrir al madrazo: el primero la pilló por sorpresa, pero un segundo intento de, digamos, coacción...sería complicado Quizá por eso Max se había dirigido al poli, a Winter. Zoe y él llevaban razón: había que salir de ahí cuanto antes.

- ¿Está usted aún en jornada laboral o se deja de ser policía cuando pica mucho la enchilada?.- lo cual no dejaba de ser un intento por tener como aliado una escopeta y un tipo que supiese usarla. Un "Échame un cable, güey": si las cosas se ponían feas, Max estaría vendido con sus chamacos.

- Tiradas (1)

Tirada: 1d10(+6)
Motivo: Dice usted la verdad, Barbie? (Percepción humana)
Resultado: 10(+6)=16

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31/07/2009, 18:06

Por primera vez en años de vida me sentía miserablemente humillada, cansada, adolorida, la cabeza me daba vueltas y estaba al borde del llanto, tanto que los ojos ardían. Lo del músico fue lo último, lo más genial, lo... Todo. Me encogí de hombros, si quería que los llevara, si creían que esa iba a ser su puta garantía, ya me valía. Suficiente tenía con que todos me vieran con aquellos malditos ojos de haberles jodido la puta vida. Ya, estaba ya, dos, cuatro pasos. Miré a Keith con cara de: "Creí que eras otro tipo pero eres igual de hijo de puta que todos estos". Hice una seña con la cabeza y luego con la mano indicándoles por donde salir. Caminé con esfuerzo hasta la zona oeste de aquel maldito salón y lentamente comencé a subir las escaleras.

Cuando llegué arriba, abrí la puerta con una llave electrónica y la empujé hacia afuera, era media madrugada, así que no nos molestó la luz de la calle. Respiré profundo sin mirar a los que venían detrás de mí y di un paso afuera, parándome justo en la calle. Esperando que salieran de una puta vez y se largaran, cada vez me sentía con menos fuerzas, las piernas me temblaban y aquello le iba costar caro a alguien, esperaba que no fuera a mí. No les dije ni una sola palabra, tenía el estómago pegado a la espalda. Levanté la vista, detrás de mí podía verse aún humo del atentado de la noche pero pronto eso sería historia. Me quité los zapatos altos y los sujeté con una mano.

-Ha sido un verdadero placer-musité sin mirar a ninguno en general y mirando a todos.

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31/07/2009, 18:14

Max, Kylie decía la verdad.

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03/08/2009, 17:49
Zoe

Me cruzo de brazos cuando empieza nuestra rubia preferida (o no), escuchando atentamente la perorata que está soltando por su boquita, rascándome la barbilla un poco y con respeto,… Bueno, con todo el respeto que puede mostrar una cara que tiene el ceño fruncido y ojos recelosos... claro. Demasiado fácil, joder, demasiada casualidad, aunque ella si parece que se la cree. Menos mal que yo tengo mi propia fuente de información, el rubiales que por fin se me ha juntao de nuevo. Una sonrisa de satisfacción cuando Keith le planta cara a la rubia, incondicional, orgullosa, es un alivio que no se haya dejado impresionar por sus (puede que siliconadas) tetas… Nunca se sabe hasta que punto conoces a los tíos en ese aspecto.

Me aparto el pelo de la cara, soplando al flequillo coñazo inmediatamente después, mientras Keith me regaña. Si yo tengo ganas de salir, lo suyo tiene que ser ya una puta obsesión por hacerlo. Alzo las manos en señal de paz, no mas retrasos por mí, ahora que vamos todos -Vale, vale, pirémonos.- tono de cachondeo y sonrisa ladeada mirándolo, que coño, nos hemos salido con la nuestra, no hay que ser un lince para darse cuenta. Huele, un pelín, a victoria.

Levanto la vista al buenorro, que jodida facilidad tiene para picarme, el hijo puta es gracioso -El día que yo llame a una comisaría, Winter….- Pausa dramática, je - será para decir que una vaca, verde, me ha birlado tres o cuatro pavos.- Chasqueo un par de veces con la boca, sonriéndole con guasa, nada personal guapetón de cara, cuestión de principios o como cojones se diga eso. Estar en esta ciudad de mierda no significa respetar su sistema. Ni un poquito. Lo demás, balones fuera, más vale prevenir que curar.

Los sigo, aliviada de que desalojemos este edificio, con Machete Man, y sus bonicos nenes, al lado de los cuales me coloco, llamando a Keith con la cabeza (por si acaso), y sonriendo divertida con el derechazo que le manda el mejicano al poli escopeteao. La hostia, como cambia el cuento de rápido algunas veces, sólo de pensar que vamos a volver a casa, con el tercero en discordia allí esperando, se me pasa la mala leche… Además, esos dos se llevan bien, hasta ahí, llego.

Oye, Wishman, no te olvides de darnos nuestras cosas, que no me apetece ir empujando la moto hasta mi casa.- Tono hasta cordial, suspirando algo cansada cuando veo lo jodidamente tarde que es. Umm, hoy, ni una triste cerve ha caído….

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03/08/2009, 18:56
Grasp Winter

Detuve mis pasos al oír al mejicano, proteger y servir que hijo de puta, a lo mejor no era tan idiota como parecía, tenía que haber aprendido a no menospreciar a la gente, es lo que me decía siempre Gale en la academia. Sin soltar a mi hermana, me giro hacia él, con una sonrisa irónica.

Creo que ambas cosas son compatibles maldito cabronazo, no es que esté enfadado, pero me joden cierta cosas, y una es que me vendan de esta manera, me agacho para hablarle a la niña, dale la mano a mama y ve detrás de ella, señalo a Zoe, a la que miro con un gesto de muda súplica, aunque, ahora sí que voy a tener que verla para replicar a su comentario, no puede quedarse por encima.

Esperé a que todos me adelantaran, Zoe, su amigo, Machete y sus críos, Anna, incluso Seeley, aunque a ella le molestara que lo hiciera. Atento a cualquier movimiento sospechoso que ya empezaba a descartar, pero para un poco más, bien valía la pena extremar la precaución. Hasta que el contaminado aire de la calle fue recibido con alivio.

En otras circunstancias mi respuesta habría sido “igualmente”, estoy seguro, pero espero que no te tomes a mal que ahora sea un simple “hasta pronto” sonreí ya más calmado, porque sé que tu tampoco vas a resistir la tentación de buscarme una sencilla manera de buscar limar hostilidades, después de todo no había pasado nada malo, y aunque no creía mucho en la historia que nos había ido contando, por lo menos le daba el beneficio de la duda.

Alcé el arma a modo de despedida, pues mi mano libre ya había cogido la de Ae.

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05/08/2009, 16:37
Max "Machete" Aguirre

Machete salió al exterior en silencio, levantó ligeramente la cabeza y se llenó los pulmones de aquella puta mierda tóxica que sólo la costumbre le inducía a identificarlo como aire. Desde su punto de vista -paranoico para los muertos, prudente para los vivos- no estaban aún a salvo, pero no se podía negar que el cambio había sido a mejor: ataviado con aquel traje de neo-wrestler y con sus hijos tras un muro de metacrilato, Max intuyó que estaba acabado.
Pero no. O, al menos, aún no. Miró a los chamacos y se permitió unos segundos.

- Orgullo.- les dijo volviendo al frente, situándose, con los ojos entrecerrados. El humo del atentado podía verse aún con claridad.- Pueden quitarnos todo menos eso. Y si algún felón lo intenta, nos encargamos de mardarlo a echar un coyotito,... sea hombre, mujer, chavo o anciano..

Max aprieta los labios. Su discurso es tan natural, tan poco forzado, como el mear en pared. Aquella era la regla de oro. Kylie acababa de despedirse con ese "ha sido un verdadero placer", y Machete habla alto para Miguel, para Daniel y también para ella. Y, de paso, para todo bicho viviente que pueda escucharlo.

- Esa mujer es, posiblemente, una buena persona...que decidió reirse de vuestro padre. Y nadie se ríe de un Aguirre.

Con suerte, no volvería a verlos. Tampoco ellos, supone el mejicano, están demasiado interesados en encontrarse de nuevo. Eso significaría que toda esta mierda en aquel bunker psicodélico tenía algún sentido, algún propósito..., lo que con casi toda probabilidad los conduciría a la peor de las situaciones: problemas no remunerados.

Mejor así, cada uno con su vida: el Jefe con su cara bonica, Zoe haciendo equilibrios por no perder esa chulesca inocencia tan encantadora, y la Rubia con...con sus tacones, su manicura francesa y su sueldo de 72.000 al año. De la negra y el carayonki poco sabía, ...y menos quería saber. Había mucho por hacer, y tanto Diane como el propio McMord tendrían que contestar a un par de preguntas. Por eso, a Max ya se le vá haciendo tarde.

- Adiós.- dice, hace una seña a sus hijos para que lo sigan y se vá. Sin más. A Maximiliano Aguirre no se le dan bien las despedidas.

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05/08/2009, 17:46

Y al fin se había terminado, cada cual su camino o al menos eso esperaba. El asunto era que mi padre, quizás no iba a estar tan contento, después de todo, el mundo entero se había ido sin dejar nada bueno para él; por el contrario, había en el piso dos muertos, un policía y un maldito yonki y aquel, el maldito ex esposo de la zorra con la que se revolcaba últimamente, me había dado una buena hostia, que me iba a doler por quién sabe cuántos días. Miré a Zoe con cierta molestia, esa niña parecía venir del campo pero de concentración, que le dieran, se sentía hecha a mano.

-Tu modo y todas tus cosas, están donde las dejaste. En McMord cuidamos de la gente, aunque a ti no te lo parezca, preciosa-me di un tiempo para responderle, levantando luego la vista a los hijo de Machete.-Nadie se ríe de papá, hagan caso a lo que les diga, sean buenos chicos...

Evité mirar a Anna, ni siquiera valía la pena dado el silencio en el que se había sumergido; según yo lo veía, ni siquiera tenía las agallas como había de reconocer, si tenía la joven ojos verdes. Al que le dediqué una mirada fue a Keith, una mirada de soslayo, una mirada que decía muchas cosas sin tener que hablar con él, había dejado ir la poca fé que tenía en los buenos hombres: ciertamente, ya no existían. Quizás en el fondo hasta se lo agradecía, me había sentido tonta pero ahora estaba más que claro que no podía confiar en nadie, ni siquiera en una sonrisa de infarto con un trasero bonito.

Y entonces el rubio poli tenía que hacer su despedida triunfal, lo miré de pies a cabeza: estaba bueno, era la verdad pero ¿de qué servía todo aquello? ¿A mí de qué me servía ser guapa? Si al final terminaba siendo la tirana en una novela que ni siquiera era la mía, sentía ganas de volver el estómago allí mismo pero ya había pasado demasiadas humillaciones. Dejé de mirar a Winter unos segundos, mirando mis propios pies, casi inmaculados, pequeños y cuidados, luego comencé a subir la vista por los pies de Winter hasta quedarme justo en el medio unos instantes y luego seguir el viaje pasando por su boca y terminando en sus ojos.

-Tengo una resistencia total a las tentaciones de todo tipo, Winter pero si me necesitas tú a mí, sabes dónde encontrarme...

Esbocé una sonrisa, una buena sonrisa, no había ironía en mis palabras pero no quería estar cerca de nadie que me recordara aquella maldita noche. Y se lo plantaría así de claro a mi padre y tendría que escucharme, no me obligaría a hacer de nuevo aquello, nunca, por más que me asegurara que era por una buena causa. Borré la sonrisa de mi rostro y me grabé aquella cara del policía en la mente, al menos irme con un buen recuerdo. Le di la espalda y me alejé de ellos. Sintiendo la mirada de mi padre en la espalda, habría reproches, sí, pero si las cosas habían salido mal en algo, seguramente no había sido por mi culpa.

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05/08/2009, 19:19

La ciudad se abre fastuosa, orgullosa aunque oxidada y vieja como siempre y como nunca. Nada sucede allí que no sea una reacción en cadena de otras cosas. La rubia mujer se va en sentido contrario al resto del grupo, se saca los zapatos y camina sin rumbo hasta perderse por la calzada, respirando aquel aire que hasta para ella es como agua nueva. Al fin se pierde al doblar la esquina. Seeley vuelve adentro, tiene algunas cosas que buscar antes de largarse, además, vislumbra que pronto el lugar estará lleno de guardias de McMord y no se podrá sacar nada en concreto de allí.

La hermana de Winter está muy callada, parece estar en otro mundo pero no es momento de detenerse a revisar a nadie, ya lo harán cuando estén en casa. Luego de las tiernas despedidas, cada quien coge un rumbo distinto, una visión distinta. Quizás, con suerte, no vuelvan a verse nunca más. A lo lejos se escuchan sonidos de autos que van y vienen, ajenos a todo lo que ha acontecido allí. Curiosamente la moto de Zoe está del otro lado, intacta, lista para transportarlos a ella y a Keith. Keith parece distraído también pero es quizás el mal momento, nadie lo sabrá hasta que no se cuente todo lo que sucedió allí.

Ninguno de ellos, Keith, Zoe, Max, sus hijos, Winter, su hermana, su sobrina, Kylie, podía verlo pero en lo alto del edificio de enfrente, alguien los observaba con detenimiento, todos le debían algo pero no todos sabían que pronto, pronto se lo pagarían.

Notas de juego

Bien, chicos, posts cada uno diciéndome a dónde van y qué hacen para que los trasladre.
Gracias