Entonces ¿como nos organizamos? ¿Quien va con el agente Kerensky y quien en taxi?
Entro en el coche y lo arranco mientras espero que la gente se anime a salir.
Tomo del brazo a Tracy para que venga en el coche con nosotros, y me siento al lado de Luc, esperando que ella se siente atrás.
Finalmente se organizaron y las dos doctoras y Bender fueron en el coche del agente y los demás compartieron un taxi.
La calle Pierce estaba en la zona industrial de la ciudad, cerca del puerto, donde olía a pescado y mar, el salitre se apoderaba del aire y la brisa traía esa sensación de falsa calma. El almacen que le habían dicho a Pendergast era gris y sin ningún tipo de decoración, ni carteles, ni ningún indició de lo que podrían encontar allí dentro. Tan solo un pequeño cartel sobre una puerta de metal oxidada en el que podía leerse el número 34.
Sonrio a Ainhoa y Tracy cuando entran en el vehículo. Lo cierto es que me viene bien conducir un rato en mi vehículo...es una pequeña zona de realidad en medio de la locura en la que se a convertido el día.
Cuando llegamos a la dirección, mis instintos comienzan a alarmarse... No me gusta nada el aspecto de este sitio... Las miro sabiendo que ambas están cansadas y que quieren que todo termine cuanto antes.
Estáis seguras de querer entrar ahí?. puedo hacer un par de llamadas y en media hora un grupo de operaciones especiales entrara por esa puerta...los de dentro seguro que entonces son mas cooperativos.
Medito bien las palabras de Luc.
- ¿Sinceramente? Por mi dábamos media vuelta y nos olvidábamos de todo. Pero el tema de esa enfermedad parece algo serio. Y si nos vamos o traemos al resto de la policía no van a despejar nuestras dudas.
Suspiro, jugando con mi colgante. Miro por el retrovisor a Tracy.
- ¿Qué opinas? Lo de la enfermedad, ¿es tan serio como parece?
Mi gesto es extremadamente serio al tratar de este tema:
Es más que grave, nunca había visto nada así y espero que después de que esto acabe no tenga que volver a verlo. Es... - las palabras se me quedan atascadas en la garganta como si en lugar de una médico fuera una estudiante de primer año - es horrible - logro decir finalmente.
Tengo tantas ganas de entrar ahí dentro como vosotros y desde luego a mí tampoco me gusta el aspecto que tiene, pero estoy de acuerdo con Ainhoa en que, si aparece la policía, nunca sabremos cómo curar esa horrible enfermedad. Y eso para mí es muy importante. - digo con la voz rendida por el cansancio y la tensión.
Siento no poder deciros que demos la vuelta y nos vayamos a casa... termino finalmente.
- Pues ya tenemos la respuesta, Luc. Adentro, y que haya suerte para todos.
Las escucho atentamente y luego saco la razón de mis dudas.
No digo que la enfermedad no sea grave...lo que digo, es que podría ser un caso de bioterrorismo...porque que posibilidades hay para que aparezca una superenfermedad letal de la nada, en una de las ciudades mas pobladas de la nación mas poderosa y amenazada del planeta...
Las miro a las dos, tan valerosas en realidad. Ellas no cuentan con mi entrenamiento ni mi experiencia en temas peligrosos, y aquí están, dispuestas a arriesgarse por ayudar a lo demás.
Entraremos ya que lo deseáis...pero si alguien saca un arma... tiraos al suelo hasta que os lo diga...de acuerdo?.
Las miro muy serio a las dos...o estamos de acuerdo en esto, o nos vamos y los grupos de asalto se presentan aquí en media hora.
Sonrio con cariño a Luc y sus ansias de protegernos. Hago una cruz sobre el corazón como los scauts y le digo:
- Palabra de niña buena.- Luego me pongo seria- No tengo intención de jugar a las heroinas, Luc, pero tampoco quiero que corras todo el riesgo tú. Prometo no estorbarte, pero me gustaria ayudarte: ¿no tienes otra arma?
Master...a parte de las armas mías, las dos...llevo alguna en el tobillo, o de recambio en el coche?...soy un tio precavido ex-fuerzas especiales...en mi humilde opinión, si que llevaría xDD
Llevas en el tobillo una de esas pequeñas y achatadas. ¿sabes cuales digo? esque yo de nombres..
Entrémos de una vez para recuperar nuestras vidas cuánto antes, Toki salió del taxi en el que fueron los otros, e hizo un gesto con la mano para invitar a los demás a que le siguieran.
Éste lugar me gusta tan poco cómo a vosotros, pero si hay que entrar...... Toki esperó a que los demás se hubieran bajado de sus transportes para abrir la puerta que daba al recinto en el que los habían citado.
¡Bueno pues entremos! Dijo con decisión. Si hemos venido hasta aquí no es para quedarnos como pasmarotes en la puerta.
Fue con paso firme y decididó a la puerta y la golpeó con el canto del puño, después aguardó mirando al resto con cara de espectación.
Entramos sin pensar ni un instante en lo que vamos a encontrarnos dentro...pero si solo somos gente normal...espero que no haya nada ahí dentro.
-Si...entremos...y recemos para que no haya nada malo...
Estoy angustiado por lo que nos podemos encontrar ahí dentro, pero por otra parte, creo que puedo intentar aportar algo si se trata de animales, aunque la doctora parece ducha en el tema, tal vez yo habria sobrado, pero confio en servir de algo.
Ainhoa, estoy esperando para responderte que el máster me de la respuesta a una pregunta que le hice, preguntando si tengo mas armas xDD
Que conste que no me olvide, eh?.
Me acerco un poco más a Ainhoa y a Luc y les digo: Adelante, entremos todos. De momento no se ha oído nada extraño desde dentro, pero no bajéis la guardia, ¿de acuerdo?
Miro fijamente a Luc y le respondo a su pregunta previa: Mi campo es la medicina, si hubiera un accidente, yo me haría cargo de la situación, asi que opino que ya que estamos entrando en tu territorio eres tú el que debe decidir. Por mi parte creo que tanto Ainhoa como yo te obedeceremos a pies juntillas. - Termino exhibiendo una sonrisa tranquilizadora aunque la perpectiva de meternos en "su territorio" no sea mi idea de una velada maravillosa.
Lucas, creo que ya te respondí a esa pregunta
Los golpes de Emy no tuvieron contestación, esperaron un largo rato y no se escuchaba nada. Llegaron a pensar que aquello estaba vacio.
Emy observó que junto a la puerta había un portero, o más bien un altavoz colgando junto a un botón de timbre cochambroso. Pulsó el botón intuitivamente, sin esperanzas de que aquello funcionara. Cuándo ya se disponía a volver con el resto del grupo se escuchó una voz en el altavoz.
¿Quién?
Toki, frente a la sorpresa de todos, fue el primero en reacciónar, y se acercó al portero automático.
Hola, hemos sido citados aquí, a través de una conversación telefónica, en la que se nos daba ésta dirección como destino para una reunión, sería tan amable de abrirnos y explicarnos porqué se nos ha juntado y quedado aqui?