Partida Rol por web

La vida es sueño, dijo Calderon de la Barca. El tema central es la libertad del ser humano para configurar su vida, sin dejarse llevar por un supuesto destino.

Pero... ¿cuán libres somos en esta vida? ¿Realmente creemos en el destino y su libre albedrío? ¿O estamos destinados a seguir por un camino previamente marcado? Lo cual nos lleva a si realmente somos libres de verdad o no. La vida, lamentablemente, trata de eso mismo. De repetir una y otra vez los errores y los logros de nuestros padres.

Pero.. ¿y los sueños?¿Somos libres en nuestros sueños?

Dicen que los sueños son una extension de lo que nos gustaría hacer en la realidad y que, evidentemente, no podemos. ¿Es entonces un lugar donde somos libres?

Me gustaría poder decir que si, pero dado que llevo muerta 30 años debido a un sueño, la pregunta se vuelve un poco mas complicada. Solo una palabra, una insignificante palabra separa nuestra libertad de lo que nos hace esclavos de la vida.

Pesadillas.

No es la primera vez que pasa.

Ya me ha pasado en varias ocasiones. Soñar con el mismo sitio. Soñar con la misma situación. Soñar con la misma gente. Una y otra vez. Consulté libros en la biblioteca de donde me tenían encerrada. Sueños recurrentes, lo llamo el doctor Silverman. Nada importante de lo que preocuparse Amanda. Decía el. Solo son sueños.

Bueno, creo que cuando alguien sueña con la misma persona, una noche, y otra, y otra... otros médicos lo llamarían obsesión. Él lo llama sueños recurrentes. Algún trastorno psicológico o algo parecido. Algo de mi pasado que me preocupa o por lo que me siento culpable. Un trauma. ¿Así que ahora un trauma del pasado quiere joderme la vida? Seguramente sea culpa de aquel niño que me tiro del columpio. O quizá de la niña que no quiso invitarme a su octavo cumpleaños. Si, joder...ese es mi trauma. ¿ Y que mierdas mas?

Cuando un hombre con el sombrero desgastado, uñas en la mano derecha como cuchillas, jersey a rayas rojas y verdes y una cara como si una tostadora hubiera estado pegada a su cara te persigue... Una noche tras otra. Yo a eso no lo llamo "sueño recurrente". Ni trauma. Lo llamo jodida putada. Sobre todo cuando cada noche que pasa tengo la mas certera convicción de que, si dejo que me coja,  puede que no despierte.

Esta noche me he levantado envuelta en sudor y lagrimas. Un grito ha despertado a mis padres adoptivos. Otra vez. Hacia semanas que no soñaba con el nuevamente. Y ahora despierta, en los brazos de mi madre aun siento su aliento cerca de mi.

- Tranquila, cariño, tranquila... solo ha sido una pesadilla. Solo son los nervios. Mañana vas al instituto nuevo. Ya veras como allí haces amigos y estarás mejor, mas tranquila.
 

Si claro, amigos... muchos y variados. Seguro que sus sueños son bastante mas tranquilos que los mios.

Springood High.

El instituto de Sprinwood recibe con los brazos abiertos a miles de estudiantes. Las vacaciones han pasado y los alumnos deben ponerse las pilas para prepararse, sobre todo, los estudiantes de ultimo curso, puesto que es su ultimo paso par irse a la universidad.

A la entrada del instituto todos los compañeros se arremolinan unos alrededor de otros, formando los típicos grupillos de amigos. Todos discutiendo emocionados sobre como ha ido el verano y demás cosas. Amores veraniegos, cogorzas impresionantes, meteduras de pata... igualmente impresionantes... Nuevos amigos y, desde luego, nuevas cosas qeu estudiar. Salvo para los repetidores claro.

Suena la campana, y como si de un fuego se tratara los alumnos chillan y se revuelven como hormigas a las que se les ha pisado el hormiguero. Los encargados de pasillo apremian a loc chicos a que entren en sus clases con los tutores correspondientes. Hoy es el primer día de clase. También para Amanda que se para a que todo el mundo entre y mira, detenidamente, la entrada del instituto con temor y asco a a la vez. No sabe si entrar o no. Sabe que si entra, la trataran como un bicho raro... al fin y al cabo eso es lo que es. Un bicho raro.

Los demás estáis ya en clase, pero aun la tutora no ha entrado. Es momento para hablar unos con otros ahora que no hay profesores en el aula.

..el nuevo..

Esas palabras me acompañan allá por donde voy. A nadie se le ocurrió preguntarme mi verdadero nombre. Para todos sólo soy eso.. El nuevo.

Busqué mi aula. No fue difícil, aunque el instituto me resulta desconocido todavía. Lo malo de ser el nuevo es que no hay extremos conmigo: o todo el mundo me ignora, o soy el centro de atención. Procuraba pasar desapercibido para evitar ambos casos.

Entré en el aula, donde reinaba el desorden y las charlas amistosas, y busqué un pupitre que pareciese desocupado. Miré a mi alrededor, y murmuré a quienes me rodeaban un poco audible:

-Hola 

Año tras año me había sentado siempre en el mismo pupitre. Daba igual en que clase estuviese, siempre buscaba la mesa más centrada a la pizarra y con mejor visión, tal y como se hace en el cine. Ese día, había madrugado un poco más de lo habitual para tener asegurada esa plaza.

Lisa me había dejado preparado el desayuno, tal y como me prometió la noche anterior, tal y como hacía el primer día de clase de cada curso. Me encantaban sus crepes, fríos o calientes. Antes de salir por la puerta me detuve en el espejo para asegurarme de que todo estaba bien. La camisa bien abrochada, bien planchada y limpia. El pantalón de pinza perfecto, los zapatos limpios y el flequillo en su sitio. Cogí mis cosas y subí al Jeep, no tardé en llegar al instituto.

Los primeros alumnos empezaban a llegar y se paraban a hablar entre ellos. Saludé con la mano a algún conocido y, tras dejar mis cosas en la taquilla, puse un par de libros en mi mochila y me fuí a clase. Aún estaba vacía, así pues me senté en mi sitio con calma, orgulloso de tenerlo. Saqué uno de los libros de la mochila y aproveché para leer.

Pronto empezó a escucharse el barullo de los compañeros por el pasillo. No tardarían en entrar. Poco a poco fueron pasando y acomodándose, mientras charlaban y reían. Cada vez se me hacía más complicado leer. Poco tiempo después un saludo que pareció un susurro, me hizo cerrar por completo el libro que estaba leyendo y girarme hacia el lugar del cual había venido aquella voz.

A mi derecha había un chico nuevo, se le notaba que era su primer día pues tenía esa mirada despistada e insegura. Se había sentado donde normalmente se sienta Steve y donde debo oirle año tras año. De alguna manera me alegró tener un rostro nuevo por allí. Después de observarle unos instantes, con mi gesto serio y educado me presenté.

Hola. Me llamo Edward Revok. Aunque me llaman Ed. Le dije sin tender la mano hacia él. Veo que es tu primer día...

Sorprendido, me giré hacia quien me había hablado. Un chico que parecía bastante seguro de sí mismo, con un corte de pelo peculiar. Me fijé en el título del libro que estaba leyendo. Yo también era un gran lector, y fijarme en los libros de los demás era un hábito que no podía dejar de hacer.

-Hola, esto.. Ed -dije, recordando su nombre-. Me llamo Jake, y.. es mi primer día. Me he fijado.. en tu libro -se lo señalé con la cabeza levemente, Conocía la historia, cómo no. Charles Manson.. ¡Brutal! -Supongo que esa no es la lectura recomendada para la clase de literatura este año, jaja. ¿Te gustan las historias truculentas?

Bienvenido Jake. Respondí sin mostrar casi emoción alguna en mis palabras. Luego miré mi libro tras su gesto. No, esbocé media sonrisa, me temo que los libros que recomiendan en literatura son bastante más.... aburridos que este. Alcé el libro mientras le respondía. Digamos que sí... me atraen bastante este tipo de historias. La realidad supera a la ficción. Le susurré. Saber que existe gente así me hace sentir... guardé silencio un instante, buscando la palabra exacta, afortunado. ¿También te gusta leer?

-He seguido el caso, también me gustan ese tipo de historias. Fueron unos crímenes tremendos. Y lo de escribir con la sangre de las víctimas en las paredes... uaaauh.. -siempre me habían considerado un bicho raro por leerme revistas y periódicos con noticias gore, me sentí realmente cómodo al comprobar que no era el único.

-¿Me lo dejas ojear? ¿Tiene fotos? -Pregunté, con creciente curiosidad por el libro. Había visto algunas en los periódicos. De Sharon Tate, sobre todo, que era la víctima más conocida. Rebusqué en mi mochila, sacando un viejo ejemplar de Creepshow*- A mí me encantan las historias de terror y de ciencia ficción. Siempre me han llamado "rarito" por eso -añadí, con un gesto de fastidio. 

Hoy me había levantado temprano para ir a apuntarme al club de karate. Nada más levantarme, procedía  vestirme y ducharme. No me compliqué mucho con mi vestuario. Unos pantalones oscuros pegados y una camiseta ajustada gris. Desayune un batido de frutas y corrí hacia mi nueva escuela como sino hubiera mañana.

Al llegar, me sorprendí el instituto parece mucho más grande y más nuevo de lo que esperaba. Me habían dicho que era grande, pero nunca pensé que tanto. Fui directamente al pabellón en busca del instructor de karate, necesito apuntarme cuanto antes, no quiero saltarme ni un día más de entrenamiento.

Una vez correctamente apuntada, emprendo la búsqueda de mi aula. Me siento algo tonta al no saber donde ir, por lo que me acerco a preguntarle al que parece un maestro, este me responde encantado, ¿Son todos así de agradables? Durante mi caminata por los pasillos noto como ya están hechos los grupitos de amigos que seguramente son todos amigos de antiguos cursos.

Bien, empiezo sola... A ver como termino.

No es que me importe mucho hacer amigos... ¿A quién quiero engañar? No me importa hacer amigos. Pero tampoco quiero ser la inadaptada social que está callada y sola durante todo el curso lectivo. Cuando ya estoy enfrente de mi clase, inhalo y exhalo aire. Al menos 10 veces.

Entro en silencio, y veo como algunos me ignoran y otros me miran. Me siento casi al final, al lado de unos chicos que hablan al parecer de unos libros.

Buenos días, disculpen que interrumpa esta charla tan encantadora...- Digo sarcástica al ver que hablan de un libro de crímenes.- ¿Saben que clase se imparte ahora?

Me parecia realmente curioso encontrar a alguien tan parecido a mi e incluso más entusiasta que yo con lo referente a este tema en concreto. Y lo violento de las muertes. 51 puñaladas se llevó una de las víctimas. Desde luego ese no se iba a volver a levantar. Respondí cargado de humor negro e ironía.

¿Quieres verlo? Se lo tendí para que lo mirase. No tiene fotografías, pero lo describe todo de tal manera que te aseguro que no hacen falta imágenes. Oh! Vaya! Creepshow! Hacía mucho que no veía uno de estos. A mí me gustan las de terror y si son con asesinos en serie mejor. Ted Bundy, Zodiac o las de Hannibal Lecter me encantan. Pero tambien me gustan las de Viernes 13, Alien o Starship Troopers, sobre todo la primera. Respondí animado con la conversación. ¿Esto será lo que llaman empatizar? Me pregunté, Pero este libro...

De pronto, una chica pelirroja que marcaba sus curvas de mujer con su vestuario, irrumpió nuestra charla. A pesar de lo educado de sus palabras, no me gustó el tono que usó para pronunciarlas. Buenos días. Educación ante todo. Saludé algo incómodo por la interrupción. Por supuesto que sí. Respondí a su pregunta, cruzado los brazos sobre mi cuerpo y lanzando una mirada traviesa a la muchacha. ¿Acaso tu no? La pregunté arqueando las cejas y con una sonrisa burlona.

"Master! Apprentice!
Heartborn, Seventh Seeker!
Warrior! Disciple!
In me, the Wishmaster!"

Sonó la cancioncilla del móvil, como todas las mañanas. Nightwish, ¡menudo encanto! Se quedó hasta que acabó la canción, gustoso de despertar con semejante pieza. Luego pasó por una de sus infinitas listas de reproducción, cada cual según el ánimo o la ocasión. El título de la lista escogida era "Of Might and Magic"...
Tras un par de canciones memorables, se levantó y dirigió a su baño. La típica rutina comenzó, terriblemente monótona. Como despertaba siempre dos horas antes de ir a clases, le dio tiempo de sobra para un ocio efímero que le bastara hasta acabar el día: se empachó a más música, agarró un lapiz y un cuadernillo y se puso a dibujar como poseso... Al día siguiente tenía pensado estar durmiendo más de la cuenta.

El desayuno era refinado y riquísimo, como siempre: bollería dulce con relleno de vainilla, chocolate o mermelada, junto a un tazón generoso de té dulce con muchas cucharadas de azúcar. Eso de bacon, huevos y cereales no era lo suyo.
Miró en el armario y decidió llevar, al final, unos vaqueros negros medianamente ajustados, botas negras elegantes, hasta por encima del tobillo, una camiseta blanca simple, de cuello en "v", y por encima una chaqueta azul vaquera. El pelo se lo dejó suelto y a duras penas peinado...

La idea de un nuevo año era simplemente atroz. Gustaba del estudio y de la biblioteca del instituto, pero la compañía no era la mejor, a su parecer. Y estar encerrado día sí, día también con los mismos chavales durante todo el año era impensable. Suspiró al subir al coche, luego otra vez al salir, de cara al centro. Se aferró con la mano izquierda a la mochila y apretó con fuerza el puño derecho, para soltar por algún lado los nervios. Los primeros pasos eran siempre los más pesados. Los demás eran simplemente mecánicos, faltos de vida alguna. Pasó como un fantasma por los pasillos, ensimismado, hasta llegar a su clase.
Tomó la mesa de la esquina, del final de la clase, que daba a la ventana. Así, no tenía que compartir espacio personal con ocho, como las mesas centrales, sino sólo con tres alumnos. Además, tenía el exterior para divagar en sueño y fantasía, cuando la clase se tornaba pésima y aburrida...
Paulatinamente otros alumnos se colaban, algunos menos agradables a la vista que otros. Y en esa agradable clase aún vacía, no pudo sino fijarse en dos alumnos, quienes hablaban de libros.
"Libros patéticos..." pensó.
Escuchó su conversación por encima y no pudo evitar remarcar que sus elecciones de lectura eran pésimas:
-Ernesto Sábato escribió "Sobre Héroes y Tumbas"... Y en esa obra se halla el célebre "Informe sobre ciegos". En una parte, narra cómo dos amantes se quedan atrapados irremediablemente en el ascensor hasta que se mueren de hambre... Bueno, el hombre. Porque la mujer muere comida por él... Y "Crónica de una muerte anunciada" del ilustre Gabriel García Márquez también tiene pasajes... Agrestes. En lugar de leer porquería de esa, coged un libro bien hecho. Ni siquiera tenéis que olvidaros de vuestro... Aprecio por lo inhumano. -había hablado con claridad y cierta musicalidad, si bien el tono había sido levemente cáustico.
Luego se giró hacia la pelirroja:
-Suelen dar una clase introductoria... Presentan al tutor, proyectos escolares posteriores, planes, horarios...
Evitó acabar la frase. Simplemente la miró, luego volvió hacia los otros, y después procedió a sacar un libro de la mochila: "Las Peregrinaciones de Childe Harold", de Lord Byron.
-Esto sí es bueno...-soltó, con cierta mirada desafiante.

Una buscando conversación, y me bordean. El nerd del instituto...

Erza 0 - Dia de mierda 1

No suelo preguntar lo que sé.- Mascullo para girarme ante el otro chico que si me ha respondido más amable.- Gracias, Erza Tyler.- Pienso en extender mi mano para estrecharsela, pero no quiero parecer tan desesperada por buscar amigos. Simplemente alzo la mano como saludo.

Acto seguido apoyo la cabeza en el pupitre y cojo mi móvil. Tengo algunos mensajes, pero los ignoro y me pongo a jugar a juegos del móvil, ¡Espero que el profesor no tarde en llegar!

Era de día, amanezco en la caravana mientras bostezo desperezándome, me pego una ducha y desayuno, me visto con zapas all star Converse, vaqueros por la cadera enseñando 5cm de calzoncillos de hojas de marihuana con unos tirantes sueltos, camiseta sin mangas de "Legalize" y unas gafas de sol, cojo el skate y me pongo los cascos para ir al instituto. Llevo la furgo hasta el instituto, pero una vez llego, saco la tabla y me hago un porro mientras oigo música me lo fumo antes de entrar.

Una vez me lo he terminado, el porro, voy a clase patinando, tengo los ojos rojos y las pupilas dilatadas, una sonrisa de dientes blancos y un perfume de maihuana me acompañan mientras entro en clase rodando. Saludo con la cabeza a los completos desconocidos que me cruzo en el aula y busco un pupitre libre, encuentro uno por el final al lado de la ventana.

Me bajo de la tabla que dejo al lado de la ventana y me desculego la bandolera donde llevo los libros sacando un lápiz, y me pongo a dibujar en la mesa a espera de que venga la profesora o el profesor...

Nuevamente alguién se metía en una conversación que ni le iba ni venía. Hoy debe ser el día de las marujonas y cotillas. Tras escuchar la crítica poco constuctiva de aquel muchacho que parecía querer imponer su voluntad al resto y parecía creer tener toda la razón del mundo, siendo sus gustos los mejores y el resto mierda, no pude contener mi lengua.

¿Acaso los has leído? Le pregunté mientras me giraba hacia él. Es más, ¿te hemos preguntado tu opinión? ¿Qué pasa? ¿Si a ti no te gusta ya es todo una mierda? ¿Ese es tu baremo? Pues que sepas que de ser así, te estás perdiendo mucho.

Guardé silencio mientras respondía a la pelirroja entrometida. Se llevarán bien los dos, metiéndose donde no les llaman. Sacó un libro de su mochila, no le presté atención, hasta su comentario y su mirada. Entonces giré la cabeza para ver el título. Literatura para mujeres... porqué será que no me sorprende. Le sonreí, esta vez con malicia y me giré hacia el frente y cuando iba a continuar mi charla con Jake, un tipo apareció montando en monopatín en clase. Empiezo a pensar, que nos han metido a todos los raros en la misma clase...

Cerró los ojos y asintió lentamente, mientras hacía gesto de quitarse un sombrero; su rostro era solemne. Era un saludo.
-Tristan LaCroix. Enchanté.-no estaba encantado, nunca le encantaba la compañía. No a primera vista. Pero su rostro era sereno ya, mostrándose la cortesía hasta en su voz.
Oh, pero el "lector" le había insultado de manera que ni un común "gilipollas de mierda" le hubiera dado.
-No necesito leer basura, me basta con oíros hablar de esa... Cosa. No hay arte en ella. Y la literatura es de los artes más bellos, y posiblemente el que más libertad permite. Tú no tienes ahí ni un ápice de belleza. Tienes crímen y ganga... Esto, por otra parte...-tocó con los dedos la tapa de su tomo-Es para gustos refinados... No creo que entiendes por dónde van mis tiros... No se trata de que si a mi me gusta o no... Sino de qué calidad tiene. El asesinato no es arte, ni lo es relatarlo... Ni lo es la sangre, las vísceras, la brutalidad... No se trata de pasiones propias, sino de cuestiones críticas y éticas. Capisci?- mantuvo el semblante frío , casi hierático, durante todo el discurso. No iba a dejar que un mocoso le dijera qué piensa él mismo, pero tampoco caería tan bajo como para rozar lo profano, lo vulgar, lo soez y absurdo. Hablaban de literatura y no-literatura, y era ese un tema que debía tratarse con sumo cuidado y elegancia maestra. Dudaba mucho de su propia "maestria elegante", pero no se preocupaba en absoluto por ello: el otro carecía de las nociones básicas de galantería y diligencia...
Su rostro se desmoronó cuando el hedor a mala hierba llegó a su olfato. Si las miradas mataran, la suya hacia el recién llegado era una tortura lenta y dolorosa. Más aún cuando vio que se sentaba justo delante. ¡Tan indecoroso y falto de gracia!
En momentos como aquél, apreciaba de verdad que su propio perfume, fino y noble, oliera bien. Juró que para el día siguiente se traería el frasco en la mochila, solo para echarlo. No sabía si sobre su propio cuello, o vertir el recipiente entero sobre el mini-Marley...

Primer día de curso; eso le gustaba a Jazz, no por la gente, no por los estudios, sino porque significaba que la mierda de verano acababa.

El sol abrasador sobre la ropa negra hacía de los tres meses del estío un infierno para una gótica, un real infierno.

*Jazz se puso uno de sus corsés negros, con falda y sus medias de rejilla junto a sus botas de pie de acero y su maquillaje estilo "mapache" y salió de casa, ignorando a su tutor, drogado y tirado en el sofá, para variar.

Con su mp3 a toda pastilla escuchando "Feel Invincible" de Skillet, la muchacha caminó hasta el instituto el cual no estaba lejos de su casa, la verdad, esa suerte si era buena.

Durante el trayecto entre la entrada y el aula fue intentando librarse de la aglomeración de gente que tanto la agobiaba hasta llegar sana y salva a algún sitio libre, no muy cerca de la pizarra, más bien lejos, a una distancia relativa de Tristan al cual ya había visto alguna vez aunque no recordaba si habían hablado.

Lentamente Jazz se quitó el mp3, lo guardó en la mochila y se acomodó en la silla, oliendo el aroma a "hierbabuena" que Cliff desprensía y mirando la conversación entre Ed (Un friki de los asesinatos como ella) y dos personas que no recordaba.

-Vaya... Sangre fresca

A mi alrededor se había formado una conversación sobre literatura, unos defendían la literatura horror y otro la desprestigiaba a favor de otro tipo de literatura más... "artística", si bien ambos, en cierto modo tenían razón, las formas de uno no eran las más correctas, levanto la mirada de la mesa recién dibujada y me fijo que han entrado más personas, entre ellos una chica gótica que husmea hacia mi posición, supongo que el "perfume" Eau de marihuana que llevo.

-Coleguitas, toda literatura es arte, no por haber desmembramientos y sangre a granel es menos artística. Todo es subjetivo y no todo lo bueno es escrito por un inglés, aunque sus obras sean todo un referente literario, así que tíos, no os ralléis...- Aporto a la conversación, que aunque uno no quiera meterse, es imposible no escuchar y dar una opinión.

La chica gótica, comenta que hay sangre fresca. -Si, de eso estaban hablando jajajajajajajaja... de sangre en las páginas de los libros...- Bromeo y me rio en una carcajada suave, quizás sea yo el único que entienda el chiste, pero vamos, es que ando algo fumado...

Alucinado, asisto a cómo una conversación de dos que se inició fortuítamente se ha convertido en un megadebate profundo sobre literatura. Cada uno de los compañeros que entró eran peculiares, y parecían conocerse de otros años.

-Ya que todos opináis.. Cada uno que haga lo que le da la gana, y con eso se acaba todo el rollo. Lo que leo, veo o escucho siempre a alguien le parecerá una basura, y a otros sublime. Hay que aceptarlo, se vive mejor así. Por cierto, hola a todos.. Soy Jake.

No tenía muchas ganas de intelectualidades a esas horas de la mañana. Me acomodé en el pupitre y miré la hora, guardando mi revista de Creepshow. Solo faltaba que me la requisasen, con lo que me costó comprarla en e-bay. Era una antigüedad.

Me levanté temprano, la idea de que debía de ir a un colegio nuevo me entusiasmaba y me alarmaba a la vez, conocer gente nueva siempre era algo que podía salir bien o mal dependiendo de las circunstancias y de mi humor, hoy no dejaría que las situaciones malas vividas en el pasado me atormentaran, sería un inicio nuevo, un renacer.

Me despedí de mi madre con un abrazo mas fuerte que del acostumbrado, salía antes que ella puesto que su nuevo trabajo sería por las tardes hasta la medianoche en un restaurante-bar ubicado en el centro de la ciudad, se veía radiante, con la posibilidad de hacer cambios beneficiosos para las dos.

Con su bolso ya listo, partió hacia el instituto. El lugar estaba atestado de alumnos de toda clase y estilos, mas de alguno, como yo, se apresuraba para no llegar tarde, especialmente el primer día, caminaba casi sin notar mas detalles, mis oídos estaban atenta al sonar de la campana. Mi aula estaba abierta y el profesor de turno no había llegado aún, rápidamente tomo asiento de los libres que queda de entre los nuevos compañeros, ya que los de las ventanas han quedado casi todos ocupados, me instalo mientras escucho sólo un esbozo de lo que conversan, con amabilidad les saludo:

"Hola a todos"

Saco lo necesario para empezar la clase mientas los rayos del sol acarician suavemente mi rostro.

Lejos de finalizar la conversación con aquel chico que me recordaba a Ichabod Crane, aquel tipo larguilucho y esquelético que parecía un espantapájaros y fue perseguido por el jinete sin cabeza, recibí contestación por su parte. Lejos de molestarme su respuesta o su tono, me sonreí leyendo entre líneas que mi comentario le había molestado.
Cuando iba a responderle, se me adelantó el recién llegado y fumado, el cual estaba cargado de buenas razones y sus pensamientos coincidían con los míos. Hasta Jake, quien me había parecido bastante tímido participó en la charla.
Tranquilos chicos. Dije a los nuevos contertulios mientras dibujaba una sonrisa en mi rostro, la cual se torno malévola cuando continué hablando. El que va de culto y bohemio no sabe aún que el arte está en todas partes, siempre que sepas verlo. Me giré nuevamente hacia él. Quería ver su rostro mientras le dedicaba el resto de mis palabras. No sin antes saludar a Jazz con la cabeza, quien se había sentado a mi izquierda, junto al fumao de la clase. Simplemente eres esclavo de tus palabras y de las opiniones ajenas. No eres capaz de ser crítico con nada, tan sólo sabes repetir las palabras vacías de gente que se las da de entender de todo. Nosotros tenemos la libertad de de elegir y decidir si algo nos gusta o no, independientemente de las opiniones de terceros. En cambio tu le miré a los ojos, serio, firme, frío y con esa cruel sonrisa que demostraba que estaba disfrutando con todo aquello. Tú eres una pobre alma condicionada por las opiniones de esos que se hacen llamar cultos y entusiastas. Aquellos que etiquetan las cosas como buenas, arte u obras maestras y que tu, ciego por no saber ser crítico ni tener esa facultad para saber decidir por ti mismo, te lo tragas todo "te guste o no" pues es lo que te dicen que hagas. Así pues, basura o arte, sea bueno para unos o malo para otros, al final, ganamos nosotros, los que tenemos capacidad para elegir y decidir si algo nos gusta o no y poder cerrar un libro a medio leer, viendo que no nos llega, por mucha obra maestra que otros digan que es.
Tras mi pequeño discurso, repase mentalmente mis palabras, buscando si me había dejado algo en el tintero. Una nueva voz me sacó de mis pensamientos.
Buenos días Respondí por inercia antes de alzar la vista y ver a la nueva pelirroja tomar asiento cerca nuestro.