Partida Rol por web

A Partir de Ahora.

Capítulo II

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18/01/2009, 21:05
Mary Ann Windsor-Hancock

Siento que me tocan en el hombro y un nombre que no reconozco.

- ¿Disculpe? ¿Agata? Lo lamento pero se confunde. dije sonriendo pícaramente, más divertida que sorprendida.

Después continue bailando con el señor Byrne.

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18/01/2009, 21:23
Alexander Varsatof

Le devuelve la sonrisa, que se resiste a mantenerse en su rostro cuando le da la negativa, camino a su lado anticipando sus pasos de baile para no interrumpir
-No creo que me confunda señorita, usted me conoce y yo la conozco, solo que todavía no nos hemos presentado, pero no podrá negar que ahora nos conocemos, mi nombre es Alexander Varsatof y ustedes nobles personas ¿como se llaman?

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18/01/2009, 21:57
Mary Ann Windsor-Hancock

- Jijiji una risilla divertida me sorprende incluso a mí misma, Soy Mary Ann Windsor-Hancock, tanto gusto y bajo la cabeza en señal de saludo, pero continuo con los pasos de baile. Pero me temo que sigo sin conocerle, un apellido muy curioso sin duda.

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18/01/2009, 22:09
Alexander Varsatof

La mira fijamente con una sonrisa agradable en su rostro
-Es una lastima que siga sin conocerme señorita Mery Ann, en mis 23 años de vida jamas unos ojos tan hermosos se posaran sobre mi, pero la larga espera valió la pena, le agradezco a verme echo feliz esta noche
De golpe se choca a otra pareja que estaba bailando, lo que le obliga quitar los ojos a Mery
-Disculpen
Rodea a la pareja y vuelve a caminar a lado del predecible baile de Mery
-Mi apellido le parece raro? Pues es ruso al igual que yo, tal vez eso le ayude a comprender su rareza

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18/01/2009, 22:24
Mary Ann Windsor-Hancock

Mary Ann sonríe divertida ante la insistente charla del joven ruso.

- Me temo que mis ojos apenas le han mirado Señor, más bien creo que ha sido usted el que me ha mirado a mí. dije divertida sin dejar de bailar. Ruso... vaya... que interesante... no conozco nada de Rusia... debe ser apasionante...

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18/01/2009, 22:33
Alexander Varsatof

Los ojos se van al cielo pensante y luego bajan de nuevo hacia ella, con una media sonrisa picara
-Mmmm touche señorita Mery Ann, me retiro por ahora derrotado y sin ganas de seguir incordiando, pero tal vez cuando termine de bailar pueda mirarme mas cómodamente y yo no termine chocandome a todas las parejas aquí presente
Hace un gesto con la cabeza saludándola y me marcho de nuevo a la chimenea

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18/01/2009, 23:25
Patrick Collins

Patrick escuchó a la señorita Susanne, y asintió inclinándose. Se quedó más tranquilo al pensar que ya no estaría a solas con ella, y no porque eso le disgustara, sino porque la gente podría pensar mal.

Esperó a que su señor y la señorita Anabel abandonaran la estancia para salir de ella, cerrando la puerta, y quedarse de pie junto a las escaleras, esperándola.

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18/01/2009, 23:35
Grégoire Byrne

Continuo bailando con mi acompañante, quiza un tanto molesto con la tan extraña presentacion

Soy Grégoire Byrne, caballero

aunque no he abandonado la sonrisa hacia mi acompañante que sigue el baile con tanto descaro y tan poca educacion, aunque quiza haya dirigido el baile hacia una zona con mas gente de forma intencionada, o quiza solo haya sido una casualidad

Una vez que se ha alejado hablo un par de frases con mi acompañante, aunque sin perder el baile, es mas, siguiendolo quiza con mas animo

Notas de juego

joer que velocidad os habeis puesto no, de todas formas el choque me viene de maravilla

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18/01/2009, 23:40
Grégoire Byrne

Me temo que hoy he descubierto que los originarios de Rusia sufren de vista corta, seria la unica forma de confundirla con cualquier otra persona

Comento mientras sigue el baile, y en el siguiente momento que nos acercamos añado

Otra cosa seria que me hubiera confundido a mi con alguien, eso seria facilismo por que al mirar en su direccion es facil quedar deslumbrado

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18/01/2009, 23:33
Susanne Cornwell

Apenas quedar a solas con la sirvienta en la habitación le pidió a ésta que la ayudase con el corsé.

Se puso de pie junto a la cama y se sujetó firmemente del dosel de ésta para que la sirvienta pudiese ajustar adecuadamente el corsé. La verdad es que para Susanne fue un alivio cuando la operación hubo terminado, respiraba mucho mejor, aunque algo la hacía suponer que ni siquiera estando sin corsé podría evitar que llegado el momento se sintiese otra vez como si el aire le faltara, pero al menos la tranquilizaba el saber que ya no volvería a desmayarse... al menos eso esperaba.

Se sentó frente al tocador y se aseguró que su aspecto fuese el adecuado, empezando por el peinado. Lucía bien, tal y como había llegado, salvo el ligero rubor que se negaba a abandonar sus mejillas, la joven lucía tan fresca y lozana como siempre.

Agradeció a la sirvienta su ayuda y volvió a colocarse el chal de muselina sobre los hombros. La sirvienta abrió la puerta y Susanne salió de la habitación.

Notas de juego

¿Ya desmarcamos a los demás?

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19/01/2009, 00:13
Jean Antoine Lésdiguièrs

Sus esfuerzos eran infructuosos, pero al menos lo intentaba, no le negaré la tenacidad, No lo intente más señorita Windsor, podría lastimarse aún más no es que fuera un experto en la materia, pero desde luego, el sentido común invitaba a no forzar el tobillo dolorido.

Le devolví la mirada, y una sonrisa floreció en mis labios, algo confundido, el verla así, de aquella manera, tan diferente a como la vi al principio de la velada, Creo, que al final tendré que acompañarla a casa sin darle tiempo a responder, paso mi mano derecha alrededor de su cuello, para bajarla hasta su cintura y luego por encima de su vestido, recogiéndolo sobre sus piernas, y alzándola en volandas. Aunque mis músculos protestan al principio, ella es ligera, más de lo que esperaba, y con cuidado, me voy incorporando, Espero que no se sienta incómoda señorita Windsor, sin perder la sonrisa, pero no se me ocurre otro método para llevarla a donde usted me indique, ¿ha traído un carruaje verdad? pregunto esperanzado.

Suspiro, la situación es demasiado extraña, Señorita Windsor, por favor, mi comportamiento ha sido inaceptable, no pensé lo que dije, es un defecto que tengo, he sido grosero, maleducado, quiero que se tranquilice, que el brillo de sus ojos sea como el del primer día, no propiciado por las lágrimas, el que estas proporcionan es opaco, no me gusta, se que a lo mejor no es el momento más apropiado, ni la mejor situación, pues el tobillo debe dolerle, pero quiero decirle, dudo por unos momentos, ni yo mismo sé porque dijo esto, que… que la he juzgado sin conocerla, y por eso le pido por favor, que me permita hacerlo, y no me juzgue por una equivocación trago saliva, allí en mitad de aquel camino, con la señorita Windsor en mis brazos, en las afueras de aquella lujosa casa, todo está tan fuera de lugar, que creo que me siento cómodo, y eso no se como tomármelo.

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18/01/2009, 23:53
Patrick Collins

Patrick esperó pacientemente en el pasillo, silencioso. Los ecos de la fiesta se escuchaban más allá. Cambió el peso de una pierna a la otra, como aprendía cualquier soldado que hubiera tenido que hacer guardia de pie en un mismo sitio durante largo rato. De repente, escuchó el ruido de la puerta al abrirse, y miró a la señorita Susanne que salía. La saludó con una sonrisa cómplice, que contrastaba con la seriedad que había mostrado en presencia de su señor y su hermana.

Le ofreció el brazo, caballeroso, y comenzó a bajar las escaleras con ella. Guardó silencio, pero de repente sintió una opresión en el pecho. Se adelantó un par de escalones y se dió la vuelta, mirándola y con una de sus manos sostenida en la palma por apenas las yemas de sus dedos. El tacto era suave. Sintió que la piel le ardía, y el corazón bombeaba sangre más deprisa de lo normal.

-Señorita Cornwell... -comenzó a decir- Quizá no he sabido expresarme correctamente antes, y por eso provoqué su incomodidad. Ruego que me disculpe por ello. Pero...

Bajó la mirada un momento, tomando fuerzas. Parecía buscar las palabras apropiadas.

-Se que no se un buen partido. ¿Que mujer podría querer a un irlandés sin futuro como yo? Pero, señorita... Debo confesarle ahora que estamos solos, y antes de que el rubor de lo correcto vuelva a atenazarme, que le pido disculpas por haberle dado a entender que estaba enamorado de su hermana.

Reflexionó un momento.

-He pensado sobre ello, y su comportamiento esta noche me ha convencido. He visto claro lo que realmente pensaba, al igual que cuando uno se asoma a la ventana de una oscura habitación para contemplar el más radiante de los amaneceres recortándose en el horizonte.

Clavó una rodilla en el descansillo de la escalera, mirándola fijamente.

-Entendería un rechazo, y estoy dispuesto a aceptarlo. No proferiría ni una queja, y mis modales no cambiarían en nada. Pero...

Tragó saliva, mirándola.

-En este momento soy incapaz de ocultarle mi más sincero amor y devoción hacia su persona. La pasión que embarga mi corazón es lacerante, y solo sueña con la posibilidad de terminar de una vez con esta soledad, y ser correspondido por una mujer como usted.

Los labios le temblaron. Se dió cuenta de que la última frase estaba mal planteada, y sentenció con voz dulce:

-Por usted...

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19/01/2009, 00:15

Notas de juego

si, ya marquen a todos menos jean y claire por ahora

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19/01/2009, 00:32
Claire Windsor-Hancock

Era increíble que me pasaran todas aquellas cosas, era una cosa tras otra, un montón de situaciones que se iban poniendo peor cada vez. Sus palabras eran ciertas, las cosas podían empeorar. ¿Empeorar? ¡Empeorar! Sí, podían y lo harían, estaba convencida de ello. Respiré profundo y dejé de intentar empujarme con mis manos, además, con aquel vestido era mucho peor el querer levantarse. Me acomodé un cabello que se había soltado justo frente a mi cara, sólo para que instantes después volviera a caer por el rostro cuando él me levantó en sus brazos. La sensación era totalmente desconocida, nunca hombre alguno que no fuera mi padre, me había tocado; me sentía nerviosa y fuera de lugar pero otra cosa no podía hacer. Seguramente él podía sentirme temblar, aún tenía en la mente aquella sonrisa que me había dedicado poco antes de levantarme del suelo. Asentí sin poder decir nada, el sollozo era aún evidente, aunque había empezado a tranquilizarme.

-Trajimos uno, sí... Pero no quisiera arruinar la diversión de mi hermana de la diversión, no tiene por qué pagar mi torpeza. Es aquel...-dije señalando el carruaje que está hacia el final del camino.

Mis manos colgaban de su hombros hombros, es todo como demasiado irreal, una especie de pesadilla. Miré en otra dirección, no quería volver a cruzarme con sus ojos, ya era bastante que me sintiera temblar como ojilla para que encima se lo cerciorara con mi mirada; cuando llegamos al carruaje, pensando en sus palabras de disculpa, me sentía incluso peor. Porque yo parecía una rica intransigente y petulante y no me gustaba parecerlo porque no lo era, no tenía la culpa de ser quien era, aunque quizás podía renunciar a ello. Tenía que decirle que estaba todo olvidado, dejarle tranquilo respecto a ello pues peor sería si le dejaba ahora sin trabajo, además, tendría que dar una buena negativa en casa, inventar una excusa y esas cosas no se me daban nada bien.

-Señor, vamos a olvidar ese penoso momento. En cuanto a mí, puede estar seguro que no soy una persona rencorosa y que además, quizás le entiendo o quizás no pero desde mi corazón le prometo que al menos lo intento. Sé que no consigo nada y que no podría ayudar a todo el mundo, pero creame, no es a mi conciencia a quien quiero callar. La verdad es que puede que no lo parezca pero tengo la conciencia muy tranquila, jamás le he hecho mal a nadie. No se preocupe, tendrá su trabajo como siempre y...

¡Hablando de nervios! Bajé la mirada unos instantes, ya estaba bueno de charlatanería, ya le había dicho que no había problema. No necesitaba justificarme y además, ya no quería.

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19/01/2009, 00:51
Anabel Cornwell

Lord Heddington y Anabel apenas se encontraban por las escaleras cuando tanto Sue cómo Patrick les dieron alcance, bajando todos juntos hasta llegar nuevamente al centro de la fiesta y sala de baile.
-No te fuerces ahora, ¿de acuerdo?- dijo a su hermana con el tono paciente que una madre emplea en sus hijas más traviesas, suspirando hondamente a sabiendas que pasaría el resto de la noche preocupada por el bienestar de su querida hermana por mucho que insistiera en encontrarse bien.

Miró entonces alrededor con insistencia, encontrando a su madre con facilidad pues seguía adormilda en el mismo rincón de antes así que sonrió y decidió dejarla descansar para no preocuparla mientras su mirada seguía en la búsqueda de la menor de todas las Cornwell deseando que no se hubiera alejado de allí.
La conocía bien y sabía lo demasiado dada a las "escapadas" que era.

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19/01/2009, 00:25
Susanne Cornwell

Lo primero que vio al salir fue a Patrick, en realidad apenas abrirse la puerta lo buscó con la mirada por lo que no era de extrañar. Le sonrió, mesurada y se acercó a él aceptando el brazo que él le ofrecía.

Comenzó a bajar las escaleras, tomada de su brazo y mirándole de soslayo, procurando que su rostro se mantuviera serio pero no conseguía borrar la sonrisa que en éste se dibujaba. El repentino movimiento de él la tomó por sorpresa, nuevamente, tal parece que Patrick Collins se complacía causando el sobresalto de su acompañante. Se detuvo en el escalón y escuchó sus palabras con atención. En todo momento mantuvo su mano en contacto con la de él, hubiera sido muy fácil apartarla, pero eludir el contacto con él estaba por muy lejos de lo que quería.

A cada palabra por él dicha el rostro de Sue parecía iluminarse más y ya le era imposible borrar la sonrisa. Sus ojos brillaron, emocionados, contentos. El corazón le latía fuerte, bailaba en su pecho. Cuando él clavó la rodilla en el descansillo, la joven miró hacia los lados sin saber bien cómo reaccionar, temiendo que alguien más los estuviera viendo, pero la verdad es que hubiera dado igual que así fuera, él se le estaba declarando, ya no tenía que interpretar nada, no era un sueño, era real, él se le estaba declarando y haciéndola con ellos inmensamente feliz.

-Una mujer que sepa escuchar a su corazón -comenzó a decir, aunque casi susurraba- y que prefiera tener una vida feliz en lugar de una llena de comodidades. Una mujer que ha sabido lo que es vivir rodeada de lujos y perderlos de la noche a la mañana...

Posó bien la mano en la palma de la de él y cerró los dedos en torno a ésta.

-Una mujer que ha conocido las dos caras de la moneda y que habiéndolas conocido se sabe la mujer más rica de este mundo porque tiene aquello que ni todo el oro del mundo puede comprar... amor
-sonrió-. Esa mujer es la mujer que puede quererlo, señor Collins y la que usted se merece lo quiera.

La voz de Susanne era temblorosa a causa de la emoción.

-Su corazón puede dejar de soñar, señor -jaló de él con suavidad para que se pusiera de pie y envolvió la mano de él con las dos suyas.

Cerró los ojos, temblorosa, y se llevó la mano a los labios para posar un beso su dorso.

-Ya no estará más solo -dijo finalmente alzando la vista y clavando sus ojos en los de él.

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19/01/2009, 03:13
Charles Patrick Avon

Charles entró en el gran salón de baile acompañado por la pequeña de las Cornwell. En su cara podía divisarse una mueca de relativa tranquilidad, a la vez de una disimulada sonrisa.

Con paso sereno la condujo hasta el centro de la pista, y allí, tomó su mano derecha con la suya y colocó la izquierda a la altura de su cintura. Miró hacia el frente, y dibujó en su cara la mejor de sus sonrisas, mientras dirigía su mirada hacia la de la joven. Comenzó entonces a moverse al ritmo de la música, dejandose llevar lo mejor posible.

Mientras bailaba, pudo divisar a su primo hablando con el joven recién llegado y con una señorita de dorados cabellos.

- ¿Ve? Le advertí que me movia demasiado mal para un evento semejante...Espero sepa disculpar mi falta de costumbre.

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19/01/2009, 06:23
Alexander Varsatof

Toma entre sus dedos la gran copa de brandy que aun se encuentra sobre la chimenea, luego comienza a mover la copa en forma circular, y ve entrar a mas gente a el gran salón, al parecer todas acompañadas para la desgracia de Alexander.
Mientras hace una cuenta regresiva aproximada del tiempo que durara la pieza musical

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19/01/2009, 10:37
Mary Ann Windsor-Hancock

Mary Ann asiente al joven ruso y continua con sus pasos de baile, quizás algo más suelta y divertida. Ha conseguido que se esfumara su mal humor. Y por un momento ha olvidado a su hermana pequeña.

Sin embargo, no por ello va a dejar de atender a su acompañante. Le sonríe alegre y de forma natural, lo está pasando bien después de todo. Se alegra de haber ido a la fiesta.

Notas de juego

es Mary con A

¬¬

;)

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19/01/2009, 10:16
Francis P. Spencer

-Haga caso a su hermana, Señorita, y no se sienta obligada a tocar esa pieza que me prometió.- dijo Francis al llegar al pie de las escaleras. En ese momento su mirada pasó por los bailarines que en ese momento ejecutaban la segunda pieza de la noche. Sus ojos se abrieron al ver que el avispado Avon no había perdido el tiempo en cuanto se había marchado.

La mueca solo duró un instante, probablemente sus acompañantes se habían dado cuenta, sobre todo Patrick, pero no había podido evitarlo. Agarró sin cuidado alguno una copa de la bandeja que un sirviente les acercó al verlos bajar y apuró todo el contenido de un solo trago.