Partida Rol por web

Lucrecia

La carne se te pone de gallina al regresar a tus dominios. Sabes que todo aquello que amabas, aquellos lugares en los que habías crecido y aprendido las cosas de la vida podían perderse en esta batalla. La sangre te hierve al pensar como tu propia gente había podido traicionar a tu padre. La lealtad para el soberano era todo lo que debían hacer y habían faltado a su juramento de amar y servir.

La batalla se avecinaba y junto a tus dos oficiales te aproximas a una de las colinas que hay tras el bosque. Desde ahí se ve claramente ondear la bandera de tu pueblo, el águila de oro sobre el puro blanco. En esa posición puede verse el mar del oeste más allá las murallas.

Los oficiales que te acompañan son:

General Rhaedric

Conoces a Rhaedric desde hace mucho tiempo. Habia luchado junto a tu padre en numerosas batallas cuando eran jovenes. Ahora dirigía a la caballería del ejercito de Saburunda en las batallas. Es junto al hijo del rey, uno de los mandamases del ejercito. Es un hombre con un gran sentido del honor. Pese a no pertenecer a ninguna orden es sabido por todos su gran devoción a la diosa. Será un hombre en el que depositar toda tu confianza en la batalla y pedir consejo si es necesario.

Capitán Yunodin

No conocías a Yunodin en persona hasta el viaje a Lucrecia. Solo sabias de sus méritos militares y poco más. Durante el viaje que habéis llevado ha sabido guiar a sus hombres cuando más ha hecho falta. Puede que sea de gran ayuda, aunque no le conoces todavía lo suficiente...

Además está Romu, el Mogu mensajero ahora equipado para el combate.

Romu

Marish hace una reunión con sus generales y el Mogul Mensajero.

Llegemos, pero desconocemos de cuantas fuerzas disponen los rebeldes.- dice seriamente a sus generales.

Tenemos que ser rápidos y precisos en el ataque....¿de cuantos hombres disponemos General Rhaedric y Capitan Yunodin? - dice mirando a sus respectivos mandamases del ejército que le acompaña.

Necesitaremos saber a que fuerzas nos enfrentamos, para planificar una estrategia.Conocemos el lugar de batalla, hemos crecido y vivido aqui, pero, desconocemos con cuantos nos enfrentamos,de que disponen y cuantos hombres tienen.Una vez que conozcamos de que recursos dispone el enemigo, podemos estructurar una estrategia segura y eficiente....¿sugerencias? - dice serio a sus compañeros.

Desmontáis de los caballos para descansar al igual que el resto de jinetes. El viaje había sido agotador y no habías parado a descansar nada más que lo necesario. Agradeces enormemente poder bajar de la montura. Tus piernas estaban entumecidas y necesitabas moverlas libremente y andando un poco.

Mientras las tropas se agrupan en el linde del bosque, para no ser vistos desde la ciudad, os reunís para plantear una estrategia. El general te espera sentado y con un mapa bien extendido sobre la hierba. Pronto reconoces el terreno representado, era un plano de Lucrecia. Era una suerte disponer de toda esa información ya que era crucial conocer el lugar para tener éxito...

Rhaedric, pensativo, no se da cuenta de que estas allí hasta que te quedas a su lado. Levanta la vista y te mira preocupado. Señalando el mapa te empieza a explicar.

- Lo más predecible en que entremos por la puerta norte (13). Pero allí hay una muralla y puede que las puertas estén cerradas. A demás allí seriamos fácilmente detectables desde las torres. 

En ese momento se acerca el capitán Yunodin que se pone a escuchar atentamente las explicaciones de su general.

- Puede que si nos acercamos por aquí... (12) tengamos más posibilidades de no ser detectados. Si seguimos el curso del canal podríamos llegar hasta los túneles que conectan con el castillo. (11)

- Si consiguiéramos infiltrar a un escuadrón allí abajo sorprenderíamos podríamos ayudar desde dentro. Y luego con la confusión sembrada entre los rebeldes atacar la ciudad junto a los refuerzos.

​El plan parecía bueno, pero lo complicado era llevarlo a cabo con éxito. Por eso mismo hace llamar a Romu... Necesitabais a alguien menudo y con las capacidades de los Mogu para sobrevolar y valorar el terreno. 

Romu..¿podías observar la zona con tu rapidez y agilidad para desvelarnos información crucial?- pregunta a Romu pensativo.

Tal vez, podiamos disfrazar a nuestros hombres de gente del campamento nómada,para tener una perpectiva mejor de como va el muro.Buscaran gente para rehacerlo, ¿quienes mejor que nuestros hombres?, además , esa reconstrucción del muro, no deberá de estar de momento terminada. - dice con una pequeña sonrisa, mirando al mapa.

Pueden acceder dentro de la ciudad con la excusa de tomar algo en la posada, disponerse los hombres en varios lugares , para como bien dices Yunodin, hacer varios focos de distracción, esto hará que los guardias rebeldes se centren en los problemas internos,aprovechando la situación, para entrar por la muralla que se esta construyendo e ir a la conexión del castillo.Mientras nuestros hombres toman los puntos claves de nuestra ciudad. - dice meditativo Marish.

Yunodin interviene para decir lo siguiente...

- Lo del campamento nómada es demasiado arriesgado. Por desgracia tenemos que acercarnos mucho a las murallas para entrar en sus tiendas y robarles la ropa. Tampoco estamos seguros si en está época el campamento está en pie. A menudo el campamento se mueve y cambia de ciudad. A demás, tengo entendido que suelen ser extranjeros por lo que no pasaríamos por ellos a poca distancia.

Se acerca al pequeño mogu para animarle a cumplir su cometido. 

- Deberíamos esperar a que Romu regresara con más información sobre el terreno. Puede que con eso podamos pensar algo mejor...

- Lo que dice el capitán en cierto... a demás suelen ser mercaderes, no ayudan a las tareas de construcción de las ciudades.  Eso requeriría que se quedarán largas temporadas y lo que buscan en libertad para moverse cuando más les convenga. dice el pequeño alado refiriéndose a los nómadas.

Se prepara entonces con lo que necesita y alza el vuelo batiendo sus alas. 

- Traeré información antes de que anochezca. Hasta pronto.

De acuerdo, esperaremos a tu informe Romu, para a raiz de eso hacer unas estrategias adecuadas.Suerte. - dice Marish asintiendo al pequeño.

Es cierto, hace tiempo que me fui de aqui, no me acordaba de esos detalles. -dice pensativo Marish.

El mensajero mogu se marcha volando lo más deprisa que puede. El tiempo no era precisamente un aliado en vuestra situación. Los oficiales se disponen a dar ordenes para organizar el campamento. Las tiendas de campaña se montan en la linde del bosque para no ser detectadas desde las torres ahora enemigas. Con suerte los rebeldes no habrían apostado a muchos vigilantes hacia las murallas exteriores y tendríais a vuestro favor el factor sorpresa.

Cuando el sol ya empieza a desaparecer tras el horizonte, reflejando la trémula luz sobre el mar, aparecer el espía. Al parecer, Romu trae información vital para el combate que se avecina. El pequeño alado se apresura a dar el informe...

- Las tropas rebeldes están rodeando el castillo. También han tomado los principales emplazamientos de la ciudad. No parece que vayan a rendirse... al contrario.

  Han tomado la ciudad a la fuerza aunque no hay demasiados destrozos. Solo en las calles cercanas al castillo hay algo de caos. Varios edificios calcinados y algunos destrozos.  A parte de la armería también han se han hecho con el mercado para hacerse con provisiones.

   Los ciudadanos hacen cola en el mercado para recibir su ración de comida diaria. Los insurgentes se ocupan de que al menos nadie pase hambre en esta guerra...

Romu saluda de forma protocolaria, como lo hacen los miembros del ejercito de Saburunda, con el puño derecho sobre el corazón y luego dando dos golpecitos sobre el mismo lugar.

- Ese es mi informe oficiales.

   Ah! Ya se me olvidaba... están apilando un montón de cosas de madera que han quedado destrozadas en los combates como leña para quemar banderas y demás símbolos en la plaza.

Para ser un grupo de rebeldes, están muy bien formados.Debe haber alguien detrás controlandoles.Gracias por la información Romu, has hecho bien tu trabajo, descansa un poco.- dice Marish al escuchar el informe.

Debe de haber alguna manera eficiente de entrar de manera sigilosa .... - dice pensativo mirando el mapa.

¿qué pensáis del aserradero? - dice indicando en el mapa.

- Muy bien, un escuadrón que vaya conmigo se infiltrará en la ciudad a través del aserradero y siguiendo el rió. Nos ocultaremos bajo el agua y así será más difícil detectarnos. El problema de meterse en el rió es que luego iremos dejando un rastro de agua allá donde vayamos. Pero es un riesgo que debemos correr.

Si os metíais en las aguas del rió hasta cubriros prácticamente enteros, menos la cabeza, seriáis casi imposibles de detectar en la noche. Solo había que dejar que la corriente os llevará e intentar salpicar lo mínimo para no hacer ruido. 

- En cuanto al otro escuadrón se quedará aquí acampado. Esperareis a que Romu, que vendrá conmigo, os de la señal. Para entonces espero que hayan llegado los refuerzos... De esta manera los rebeldes se alejarán del castillo para combatir en la ciudad. Así podremos salir del castillo junto a los hombres todavía fieles al conde y atacar por la retaguardia. Rodeándolos es la única manera de que siendo minoría podamos vencer.

El general se levanta...

- Confió en ti Yunodin, se que llevarás a nuestros hombres a la victoria. En cuanto a ti Mariscal necesito que vengas conmigo para infiltrarnos en el castillo. Solo conocemos la ubicación de la entrada a los túneles, no sabemos que puede haber ahí abajo una vez estemos dentro. 

- A sus ordenes mi general. Nosotros esperaremos a que lleguen los refuerzos. En cuanto ataquemos tomaremos el cuartel en primer lugar. Desde ahí podremos defender nuestras posiciones.

El capitán se retira y empieza a dar las ordenes a sus hombres. Los caballos estaban nerviosos, sentian el peligro de la batalla...

Yunodin no tarda en aparecer acompañado d dos hombres que portan un saco pesado. Al desempaquetar lo que hay en su interior ves que es lo que pretende. Se trata de una armadura completa de guerra.

- Mariscal aquí le dejo la armadura de los oficiales de Saburunda. Espero que sepa protegerle en la lucha.

Espero que no se oxide debajo del agua.- dice con una pequeña sonrisa.

En cuanto a dejar las marcas del agua, confio en que nuestros dioses nos solventaran ese detalle.Por lo menos , tenemos ya de nuestra parte, que hace poco fue Luna llena*, la noche cubrirá nuestros pasos.- dice pensativo Marish.

Le acompañaré General Rhaedric.Como bien dice, una vez dentro debemos de ser cautelosos para evitar una alarma antes de hora.Estaré listo en un momento con la armadura. - ultima Marish.

Las condiciones son favorables por ahora. La corriente del río en esta época de año es muy débil. Y la luna nueva nos ocultará de la vista de las patrullas.

No podemos hacer nada para evitar que se mojen las armaduras. Si nos arriesgamos a ir sin ellas estaremos en desventaja. Si  las armaduras acaban siendo un lastre podemos quitárnoslas antes de entrar en los túneles.

En cuanto los hombres estén listos e informados marcharemos a Lucrecia.

De nuevo, las tropas se reorganizan para cumplir las ordenes. Los caballos se retiran hasta que desaparecen detrás de los arboles. 

El escuadrón del General se preparan rápidamente. Todo está preparado para iniciar la misión de infiltración.

¿Estas listos para recuperar Lucrecia? Te pegunta el general seriamente en privado. Puede que lo que suceda a partir de ahora se asemeje mucho a tus peores pensamientos.  

Si, estoy listo General Rhaedric.Recuperarémos Lucrecia y castigaremos a los que han osado levantar la mano sobre mi padre.Pero antes de castigar a nadie, quiero saber, a que ha sido debido la rebelion.Que recuerde, mi padre ha tratado bien a su gente, no entiendo porque se ha tornado la cosa de esta manera, provocando esta situación. - dice serio Marish, mientras se prepara para la mision de infiltración.

Los hombres se pertrechan para un duro combate y la marcha comienza... El cielo oscuro apenas iluminado por una luna casi ausente con forma de cuenco.

Avanzáis hasta la entrada a la ciudad que aparenta estar sin vigilancia. El general sigue hablando contigo, ahora en voz baja, evitando así ser oído.

- Como bien sabes, no hemos recibido noticias de Lucrecia desde antes de la rebelión. No se que razones han llevado al pueblo a revelarse contra vuestro padre, pero por el bien del reino debemos recuperar el control de la ciudad.

El escuadrón se acerca a las inmediaciones del aserradero. Por ahora no hay señal de vida aparte del humo de las fogatas que asciende en la noche. Tan solo el castillo se ve tenuemente iluminado, a lo lejos, bajo las antorchas de los rebeldes.

- ¿Serás capaz de levantar el arma contra uno de tus súbditos? Y si se tercia... ¿contra tu propio padre?

La pregunta te sorprende dejándote helado durante unos instantes. En el fondo de tu corazón no querías dar cabida a esa posibilidad, no. Tu padre era un buen hombre, un buen soberano. Siempre había tenido que tomar decisiones difíciles, como todo señor, y que posiblemente no eran del gusto de todos, pero eran por un bien mayor.

Pero... ¿Realmente no había pasado ya esa idea por tu mente? Debías saber la verdad por encima de todo. Y puede que incluso por encima de tu propio padre.

Hablando en voz baja...

Si mi Padre o un subdito, ha incumplido con el defender su tierra, hacer daño al inocente, subir los impuestos a cifras desorbitadas, ha traicionado la confianza de sus gentes..., en ese caso, si levantaré mano con quien sea.Este Reino ha sido próspero y siempre ha habido paz, sin necesidad de mano dura, subir los impuestos o anteponer la propia codicia al bien de sus aldeanos y gentes.Es lo que siempre me han enseñado siendo paladin, y siempre respetaré esas normas. - dice en voz baja, temiendo que sus propias palabras, tuviera que cumplir con un castigo a los suyos, por haberse dejado llevar por la codicia humana.

Después de esas palabras, deja un intenso silencio.Analizaba hasta que punto habían cambiado las cosas en Lucrecia, para que su propio General, la mano derecha del ejército de Lucrecia, le haya dicho esas palabras.¿Acaso su padre había cambiado tanto?,¿se había dejado llevar por la codicia?.Esos pensamientos afectaban a Marish, provocandole un gran silencio y vacío en su corazón.

Tu debate interno hace que la maniobra de infiltración pase más rápido de lo que en el fondo deseas. El paso a través del aserradero, la entrada en el río... no era nada comparado con la verdadera batalla que se libraba en tu mente, en tu corazón y en tu alma.

Dejando atrás el cuartel de la guardia, llegáis hasta el canal que desemboca en el río. Eso indicaba que estabais en la orilla más cercana a la entrada de los túneles secretos. Desde esa posición, podéis ver la luz que desprende la fogata que hay montada en la posición que defienden los rebeldes tras el puente.

- Vamos... estamos demasiado cerca como para detenernos aquí. Cubrámonos bajo la el cobijo de los árboles. Los hombres le siguen saliendo del agua mientras durante un momento te detienes a mirar al puesto avanzado de los rebeldes...

¿Estarían luchando por una causa justa después de todo? ¿Y si era un error entrar en ayuda de las tropas defensoras? En definitiva... lo mejor era entrar cuanto antes a través de los túneles. Te quitas eso de la cabeza y escoltas a los últimos hombres hacia el enclave señalado.

Te reúnes junto al general, que viendo tu preocupación, declara: - Se lo que te pasa por la cabeza en estos momentos, pero por ahora lo único que podemos hacer es infiltrarnos. Y eso era cierto. Si debíais ayudar al conde, entrando por los túneles seguíais el plan acordado, y si debíais ayudar a los rebeldes, no había mejor manera que atacar desde dentro, sorprendiendo a los pocos defensores que quedaran.

Y ahí estas, junto a 50 hombres dispuestos a entrar en combate por y para su reino. La entrada a los túneles se encontraba tras una roca, oculta por unos espesos arbustos. Tu conocías ese camino para escapar en caso de ser necesario, pero volver a entrar era otro cantar...

En su mente se debatía muchas cosas, preguntas, que no encontraban respuestas, el porque de todo estaba en la situacion que estaba..,¿acaso la Guerra de los Dioses que estaba por debatirse, tenía algo que ver?.En su mente circularon todos sus recuerdos, el incidente de aquella posada, el extraño anillo, aquel extraño ser de la montaña.Su viaje hacia el oráculo, su mision, la enfermedad de la reina, la investigación de la muerte de aquellos magos, los cristales, el libro que no podía leer, la rebelión de Lucrecia...¿acaso los dioses le ponían a prueba?,¿acaso querían evitar que lograra conseguir su objetivo, de salvar a todos los reinos en la tierra?.

Con unos balanceos de su cabeza intento quitarse todas esas ideas, ahora tenía una misión.Debía de centrarse, tenía que averiguar que había pasado a su padre.Entrar en el castillo.

Las palabras del general Rhaedric, le sacaron de todas esas preguntas y recuerdos que le invadían la mente.Ahora debía de centrarse en lo importante, después, ya tendría tiempo de buscar respuestas a todo lo demás.

Tienes razón, he de centrarme en lo importante, y lo importante es esta mision.. - responde en voz baja a su general.

El escuadrón se posiciona alrededor de la entrada secreta, esperando para entrar. El general y tu os acercáis a la roca oculta tras los espesos arbustos. Allí estaba...

Se trataba de una piedra con una de las caras totalmente lisa. En ella, estaba grabado el símbolo de la dinastía Zeion, a la que perteneces y que tantas veces habías visto.

Rhaedric te mira directamente a los ojos, sabes que insinúa algo, como si esperara una respuesta por tu parte. ¿Acaso tu debías saber como entrar? Nadie te había dicho que tipo de mecanismo accionaba la salida desde el exterior. Solo sabias acceder a los túneles desde los aposentos para escapar en caso de necesidad.

Aunque puede que el colgante que portabas siempre contigo fuese la respuesta... sí, su forma y tamaño correspondían con las muescas de la piedra... quizás si intentarás encajarlo...