Partida Rol por web

Abajo la Basílica

9. Una Nueva Vida.

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26/03/2011, 15:57
Director

Si Jean Marie dudaba de lo que pudiera hacer Astor por ellas, no lo expresó en voz alta y se plegó a la decisión de Aimée. Al fin y al cabo, el líder mercenario tampoco estaba demasiado seguro de querer aliarse con una víbora como Balaena.

Las meretrices recogieron sus enseres y, escoltadas por Jean Marie y sus Espadas Escarlatas, se dirigieron a casa del amante de Lotte. Astor tenía un piso en una casa comunal de tres plantas cerca del puerto. Se asombró de ver de nuevo a Lotte, manchada como estaba de sangre. Pero se le abrieron los ojos de par en par cuando vio al resto de la comitiva.

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26/03/2011, 16:04
Astor

--¿Qué ha pasado? --dijo alarmado, plantado como un pasmarote delante de la puerta.

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26/03/2011, 16:29
Lotte

-Astor -suspiró aliviada, alargando la mano para darle un suave apretón en el brazo.

No era dada a las muestras de afecto público. Ni siquiera con él. Tampoco sabía si aún tenía derecho a mostrar cariño por Astor, pero había desterrado el asunto del Comte de su mente hasta que hubieran resuelto su problema más inmediato.

-La guardia ha atacado el Dragón Rojo. Iban a por los hijos de Aimée. Tienes que ayudarnos. Han matado a todo el mundo.

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26/03/2011, 16:37
Astor

Astor abrió mucho los ojos y miró a Aimée con el rostro desencajado. Sus ojos quedaron fijos en la pulpa sanguinolenta en la que se había convertido su ojo.

--Eso es horrible, ¡lo siento muchísimo! --Astor abrió y cerró la boca como un pez fuera del agua, como si no lograse articular palabra.

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26/03/2011, 16:39
Jean Marie

Jean Marie no dejaba de mirar en todas direcciones, esperando ver aparecer Hijos de la Luz en cualquier momento.

--Podrías invitarnos a entrar mientras lo sientes --gruñó.

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26/03/2011, 16:40
Astor

--S-sí. Pasad, pasad. Estáis en vuestra casa.

Accedisteis a una habitación estrecha y alargada presidida por una desvencijada mesa junto a una chimenea en la que sólo quedaban los rescoldos humeantes. Había una puerta al fondo que daría acceso, presumiblemente, al dormitorio y el aseo.

Astor os invitó a sentaros a la mesa. Él, Jean Marie y sus cuatro hombres se quedaron de pie.

--¿Qué ha pasado? ¿Por qué perseguían a tus hijos, Aimée?

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26/03/2011, 16:55
Aimée

-Por cargos de brujería -informó Aimée con voz ronca. No se iba a sentar hasta que Astor no lo supiera y decidiera lo que hacer-. Cargos que ahora habrán impuesto sobre mí también dado que yo fui la que les transmitió el don de la magia. Cualquiera que haya logrado escapar de el Dragón podrá decírtelo. Seguro que la noticia anda en boca de todos. Ahora sabes que si me provees de refugio estarás ayudando a una hechicera que se ha enfrentado a la guardia, pero... necesito de tu ayuda. -Nunca había suplicado nada a nadie, ni cuando lo había necesitado. Diecisiete años de orgullo y autosuficiencia habían convertido a sus rodillas en inflexibles... excepto en los menesteres amorosos. No suplicaría ahora, por más que su sentido común le decía que era lo más adecuado. Pero mientras tuviese oro y joyas con que pagar la hospitalidad ajena, no se convertiría en una mendiga-. Lotte nos ha dicho que tú podrías darnos cobijo. No creo que sea un secreto que no tengo a dónde ir y que podrías hacerme detener en cualquier momento, pero espero que no lo hagas. Tengo dinero para pagarte. De todos modos, dejo la elección en tus manos. Si no quieres correr el riesgo, dímelo y me iré... pero primero danos vendas y agua limpia para lavarnos. Por favor. Estamos bastante heridos, como puedes observar.

Al salir del escenario dantesco de lo que hasta ahora había sido su hogar, Aimée había recompuesto su aura de frialdad y calma. Como si aún pudiese elegir dónde quedarse con la misma tranquilidad con la que elegía una u otra túnica en el mercado... Por dentro se sentía tan desesperada y llena de dolor y angustia como en el momento en que le habían arrebatado a sus hijos, pero no era de las que perdía la compostura tan fácilmente. Después, quizá, mientras curaba las heridas de Edith y las suyas propias, volviese a llorar por todo lo que les había sido arrebatado. Pero no ahora.

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26/03/2011, 17:56
Astor

Astor miró largamente a Lotte durante unos momentos.

--No puedo ayudaros. Pero conozco a un hombre que puede --dijo, y empezó a bajar el tono hasta hablar en susurros--. No es la primera vez que esconde... apóstatas. Se llama Marb, y en lo que a vosotros respecta, es el líder de la Resistencia en Port Coeur. ¿Queréis conocerle?

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26/03/2011, 20:15
Aimée

¿La Resistencia? Siempre los había considerado ilusos y soñadores tratando de aferrarse a un sueño imposible, pero ahora eran toda su esperanza. Sí, ellos la comprenderían. Ellos la ayudarían a salvar a sus hijos. Asintió con energía:

-Sí. Por favor.

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27/03/2011, 10:09
Director

Astor asintió.

Antes de que os marcharais de su casa sacó ropas y vendas limpias y puso a calentar agua. Os pudisteis limpiar las heridas para que no se infectaran, y poneros ropas que no se quedaran rígidas por la sangre reseca. Una hora más tarde Astor os guió hasta el Laúd de Seis Cuerdas. Era un antiguo teatro reconvertido en taberna y a él acudían miembros de la clase media y alta de la ciudad para contratar bardos que tocaran en sus salones o simplemente para disfrutar de un vino sin que se acorchara el paladar. Era sin duda una de las tabernas más selectas de la ciudad baja.

Cuando llegaron ya era una hora avanzada de la noche y estaban cerrando y limpiando. No obstante, el nombre de Marb les abrió todas las puertas. Cuando Jean Marie y sus hombres dejaron sus armas al custodio de la entrada, entraron en el viejo teatro. Una enana barría entre las mesas recogidas y un hombre rasgueaba un laúd. De seis cuerdas, como el nombre de la taberna, en vez de las siete tradicionales que usaban los laúdes revrainos.

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27/03/2011, 10:19
Marb

El hombre del laúd levantó el rostro y os vio llegar con una sonrisa pintada en los labios. Cuando ya habíais recorrido la mitad de la estancia se levantó y guardó cuidadosamente su laúd en la funda, como si fuera un recién nacido.

--Astor --saludó al amante de Lotte, estrechándole la mano con camaradería.

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27/03/2011, 10:21
Astor

--Marb, te traigo a unos amigos que quieren conocerte. Edith, Lotte, Jean Marie de los Espadas Escarlatas y ella es...

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27/03/2011, 10:21
Marb

--Aimée, del Dragón Rojo. Lo sé --interrumpió Marb con una sonrisa.

Marb se tomó su tiempo en estrechar las manos de todos los presentes. Siempre miraba a los ojos, con tranquilidad. Era una mirada sincera que hacía sentir por un momento, mientras su dueño te saludaba, que sólo existíais tú y él en la sala. Que te prestaba toda su atención. Marb dejó a Aimée para el final.

--Eres una leyenda en El Nidal. Una mujer hecha a si misma, en los tiempos que corren. Debes estar muy orgullosa de lo que has conseguido.

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27/03/2011, 12:42
Aimée

Aimée, que se había vendado el ojo para ocultar la horrible herida y que aún no se había acostumbrado a ver sólo por el izquierdo, soltó un bufido a medio camino entre risa irónica y sollozo.

-Para lo que me ha servido... Todo se ha ido al infierno en una noche. He perdido mi negocio, a mi familia y a mis amigos, y me busca la guardia. Si debo estar orgullosa por algo, lo único que se me ocurre es por haber sobrevivido a ser asaeteada por los balesteros de la guardia. Pero eso es cosa de Lotte. -Con una sonrisa dura y forzada clavó su ojo en el bardo. No lo conocía en absoluto. Estaba acostumbrada a tratar con gente que ya la conocía y admiraba, pero siempre había estado en una posición de superioridad, de poder aceptarlos o no a su lado. Ahora que la tortilla había dado la vuelta se sentía muy extraña-. Dicen que puedes ayudarnos a mí y a mis amigos. No somos lo que se dice amigos de la Basílica en este momento.

- Tiradas (1)
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27/03/2011, 13:24
Marb

--No tenías nada de eso cuando empezaste --le recordó Marb--. No importa lo que tenemos, sino lo que somos. Esto es, a menos que el dolor por la pérdida nos transforme en unas personas diferentes.

Marb negó con la cabeza.

--Pero ¿por qué tanta destrucción? ¿Por qué ahora? Nunca han podido tocarte.

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27/03/2011, 13:30
Astor

--La han acusado de brujería. Los cazadores de brujas se han llevado a sus hijos y a ella le han dado por muerta --resumió Astor.

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27/03/2011, 13:31
Marb

La compasión afloró en su rostro.

--Lo siento mucho.

Marb bajó la vista y estuvo pensativo durante unos momentos.

--Puedo esconder de los Hijos de la Luz a una apóstata. Pero no puedo proteger a una madre que ha perdido a sus hijos. No de si misma. ¿Qué ocurriría si utilizan a tus hijos de cebo para cazarte? Porque no te quepa la menor duda: lo harán. Tu deseo de recuperar a tus hijos, tu deseo de venganza puede poner en peligro a mi gente. Eres un arco en tensión que puede soltar la flecha en el momento menos apropiado. Lo que me pides es demasiado peligroso.

Negó con la cabeza.

--Tus decisiones pueden afectar a mucha gente, Aimée. A tus amigos y a los míos. Si quieres mi ayuda la primera condición que te voy a poner es que renuncies a buscarlos o a cobrarte venganza hasta que sea el momento adecuado. ¿Estarías dispuesta a ello?

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27/03/2011, 22:30
Aimée

Las palabras de Marb le cayeron como un jarro de agua fría. Perpleja y envarada, parpadeó varias veces como si no se creyera lo que estaba escuchando. Rápidamente y con gesto agrio dio un paso atrás, apartándose de Marb como si su presencia la quemara.

-¿Dejar a mis hijos en manos de la Basílica? ¿Para que los... torturen, los condicionen, los conviertan en máquinas al servicio del Triunvirato? ¿Para que cuando pueda rescatarlos ni se acuerden de mí? -Había levantado la voz más de lo que solía, con un deje de rabia en el tono. El mero pensamiento de aquello quemaba en su pecho más que el guante del Cazador-.  No sabes lo que me estás pidiendo... Y no voy a... -La voz le falló, de nuevo. No podía fingir que seguía siendo la Aimée magnánima y poderosa. No cuando la pedían eso.

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27/03/2011, 23:34
Jean Marie

Jean Marie tomó a Aimée por el brazo.

--Vámonos --dijo cortante--. Este hombre no puede ayudarnos.

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27/03/2011, 23:36
Marb

Marb alzó las manos en un gesto pacificador.

--No estoy diciendo que abandones a tus hijos --le explicó--. Lo que digo es que les harás flaco favor cayendo en la primera trampa que te tiendan los Cazadores de Brujas. Te matarán, y muerta no les sirves de nada. Tienes que ser fuerte, por ellos.

Suspiró.

--Conozco a una apóstata. Ella escapó del Palacio de Marfil. Podemos ayudarte a trazar un plan, pero necesitamos tiempo y dinero para tener la más mínima posibilidad de salvar de tus hijos. Y tú tienes que tener paciencia.