Partida Rol por web

El nauseabundo olor a carne chamuscada hizo mella en los estómagos de Scarecrow y Elmore Pancetilla (que seguro había comido cosas más repugnantes en su vida) y no pueden contener las arcadas. Mientras vomitaban lo poco que les quedaba de la cena, el resto trataba de no hacerlo. Cornelius estuvo a punto de sucumbir a las arcadas cuando los demás lo hicieron, pero se apoyó en la pared, se tapó la boca con la mano y comenzó a tragar saliva. Sylvana se tapó la nariz con la mano mientras fruncía el ceño, el olor era fuerte pero pudo soportarlo sin problemas. Por último, Marcus Kromen había aprovechado una gran ocasión para hacerse el macho, sacando pecho y con los brazos en jarras miró a sus compañeros que luchaban contra el asco extremo.

" Menudas nenazas - pensó"

Deekin se tapó la cara con la capa, pues el olor era tan penetrante que parecía que te golpeaba directamente en el cerebro. Se quedó parado un instante cuando Sylvana le preguntó si corrían peligro, despues se repuso y con una sonrisa contestó:

- Deekin pensar que YA no correr peligro, intrusos ser tan estúpidos que activar todas trampas en túnel... Deekin creer que demasiados intrusos venir por un tesoro...

Deekin se rascó la coronilla pensativo, tenía la sensación de que estaba olvidando algo importante pero no podía recordar de que se trataba exactamente, quizá no fuese tan importante después de todo. Cuando vio que todos estaban razonablemente bien les indico que entrasen en la sala, y juntos atravesaron el umbral de la sala de los tesoros.

Tras pensar en la poca fuerza que muestran mis compañeros me choco el puño con el pecho y les miro. ¡Aquí tenéis a vuestro líder! ¡Fuerte, poderoso, resistente! ¡Nada puede tumbarme! Sonrío a todo el mundo y en especial a Sylvana. ¡Entremos en la sala! Debemos comprobar que todo esté en perfecto estado. Si la puerta está entreabierta, puede que alguno de ellos haya conseguido entrar.

Me adelanto, vigoroso debido a que soy el único, junto a la chica y Deekin, que ha aguantado bien el hedor de aquella montaña de cadáveres orcos. Entro en la sala sin ninguna cautela, abriendo la puerta de golpe y observando qué es lo que hay detrás de esta. ¡Todos, conmigo!

Elmore pancetilla, doblado sobre su panza y con los rizos cayéndole por la cara, miraba con tristeza la pota que adornaba el suelo de la mazmorra. - ¡oh, vaya desperdicio! - soltó el mediano antes de reincorporarse al grupo.

El grupo atravesó la puerta encabezado por Deekin y entraron en una gran sala iluminada por la luz de las antorchas. Algunos habían pensado en la sala del tesoro como un montón de monedas de oro y objetos varios en el centro de una sala custodiada por un dragón... sin embargo, no era más que una sala normal y corriente con estantes en las paredes (que decepción...). La mayor parte de los estantes estaban repletos de objetos de diversa índole, protegidos por una barrera casi invisible con destellos azulados, claramente una barrera mágica. La barrera parecía intacta en todos sus puntos, lo que les hizo pensar que los intrusos no habían podido atravesarla y, por tanto, no habían podido llevarse nada.

Sin embargo, había algo que llamaba poderosamente la atención, un enorme cofre se encontraba en el centro exacto de la sala. Tenía un sinfín de runas talladas e incluso se distinguía una especie de glifo pintado en el suelo. Seguramente ese cofre contenía un poderoso artefacto o algo parecido (más que nada por las molestias que se habían tomado en protegerlo) pero en ese instante el cofre estaba abierto de par en par y no parecía que hubiese nada en su interior.

-que opinas deekin, ese cofre se ve demasiado misterioso, mas por esa barrera, son buenas noticias o muy malas?-

¡Mierda! ¡Se han llevado lo que había en el cofre! Afirmo con total seguridad en mis palabras y empiezo a correr hacia el centro de la sala para comprobar lo que había dicho. Maldita sea... hemos llegado tarde. Pero si no hay nadie más vivo aquí... ¿quién se lo ha llevado? Quizá los orcos estén dirigidos por un mago poderoso... oh, mierda... no creo que sea él... ¿Wolf Trollheart?

¿Y qué había, Deekin? ¿Qué era lo que tenía el cofre?- pregunté mientras continuaba avanzando a la vez que el hilo sigue quitándose de mi camiseta- ¿Dinero? ¿armas? ¿instrumentos musicales? ¡Oh, venga, dímelo, dímelo!- empecé a rebuscar la sala para ver algo que me llamara la atención.

Cornelius se aproxima al cofre e intenta comprender que dicen las runas del cofre. Podria ser una pista... Deekin, este cofre siempre ha estado situado aquí? Examina el polvo de la habitación para ver si el cofre o algo hace pinta de haber sido movido anteriormente. Lamentablemente la cada vez menos vestida Sylvana intervenia en su concentración.

Con un rápido vistazo observas como el glifo que rodea el cofre está desdibujado en algunos puntos. Se trata de un glifo de protección (parece bastante poderoso) dibujado con tiza en el suelo. Por lo poco que conoces de la magia sabes que cuando un glifo (del tipo que sea) se activa , tras realizar su efecto desaparece. Al acercarte un poco distingues que los puntos donde el círculo está desdibujado corresponden a pisadas, así que alguien pasó a través de él sin activarlo con toda seguridad, probablemente por que ya estaba desactivado previamente.

Te das cuenta también de que tu camiseta de dormir se ha convertido en un atrevido top, ahora te explicas las lascivas miradas de tus compañeros... el extremo de un hilo colgando demuestra que te quedaste enganchada en alguna parte, al menos tendreis marcado el camino de vuelta.

Deekin se quedó sin palabras cuando vio el cofre abierto de par en par. Tras unos instantes consiguió hablar para responder a las preguntas de los curiosos alumnos.

- Cofre con artefacto estar siempre en mismo lugar pero... cerrado - Deekin hablaba con voz de preocupación- intrusos coger tesoro más poderoso del amo Anykiller!! ser situación peligrosa!! como pasar todas trampas?? Como???

Deekin calló de rodillas al suelo, con las manos en la cabeza. Parecía que iba a enloquecer de un momento a otro, sin embargo, aún le rondaba por la cabeza la idea de que algo de vital importancia se le estaba olvidando...

Elmore se acercó a Deekin y le puso una mano en el hombro -vamos, vamos Deekin, serénate. El gran Marcus Kromen está aquí. El nos sacará a todos de esto.- Efectivamente el reiterativo lavado de cerebro del hechicero por fin había surtido efecto sobre Elmore.

-Aun así...- el mediano puso a trabajar todas sus neuronas y aplicó la lógica deductiva que había aprendido en las clases de diagnóstico de Zoidberg -¿como alguien podía saber del cofre del tesoro y de las trampas? muy sencillo- levantó un dedo al cielo antes de sentenciar:

-¡Hay un traidor en la academia!-

Estoy totalmente de acuerdo con el mediano. Debe haber un traidor en la escuela, los cadáveres calcinados seguramente sean fruto de algún hechizo de fuego. Y los orcos habrán sido engañados para venir aquí como escudo humano para el tipo que ha entrado. He visto que el cofre tiene runas, por lo tanto, y recordando la clase de cerrajería de Anykiller es lo más probable que tenga una protección mágica. Y más si como ha dicho Deekin era el objeto más preciado de Anykiller.

Esto nos lleva a la siguiente interrogante, ¿quién es el traidor? Comienzo a dar vueltas alrededor de la sala, mirándola con curiosidad y postrando mi mirada en el debilucho Deekin que había perdido los nervios. Yo tengo la respuesta. Y todos estaréis conmigo en que es el misterioso, tenebroso y oscuro... Wolf Trollheart.

Sentencio con esas últimas palabras que contenían el nombre del posible traidor. El eco hacía mella en la sala cuando se hablaba en ella, ahora que el hechicero había elevado la voz el nombre de Wolf Trollheart, siguió sonando durante unos segundos repitiéndose en los oídos de todos los presentes.

De...deeekin-dije observando el cofre dando vueltas alrededor de este- Esto son pisadas, ¿no? Mira, mira, por aquí...- señalé el lugar. Realmente me sentía como una especie de investigadora exploradora, pero sin ser ninguna de las dos cosas- Parece que el sello estaba desactivado... ¡Pero mira, mira! ¡Que está borroso y todo!- seguía en mis trece diciendo ese tipo de comentarios. Y si.... ¿alguien lo desactivó previamente? Eso significaría que Elmore y Marcus podrían tener razón- sentencié asintiendo un par de veces con la cabeza. ¿Pero de verdad se trata de Trollheart? A lo mejor está relacionado con el sueño que tuvimos Marcus, Cornelius y yo con la mujer esa...

Di unos pasos hacia delante y al bajar la mirada me di cuenta de que mi preciada camiseta de dormir se había vuelvo un top que dejaba poco a la imaginación. ¡Qué despiste! Seguro que los dioses han hecho esto para reírse de mí... ¡agh! ¡Es muy corto! Me fijé en que entonces también se me veía la ropa interior de la parte de abajo-¡Venga ya! ¡Leñe!, así luego te ve un orco y ¿qué pasa? Muy buena, Olidammara.

-Eh... ¿alguien tiene un puñal o algo para cortarme este hilo? Me he debido de quedar enganchada y...  bueno... - me rei levemente por la situación. Al menos había tenido suerte de darme cuenta ahora, porque sino les habría enseñado mis senos sin darme cuenta. Qué despiste... vaya... - murmuré.

-interesante hipotesis, aunque no totalmente acertada, creo que de haber un traidor habria huido al desaparecer el tesoro, y ultimamente ningun maestro ha desaparecido, lo interesante es esto... iremos nosotros a buscar al culpable o esperaremos a los profesores para avisar. que opinas deekin?-

Elmore escuchaba atentamente las palabras de su nuevo ídolo Marcus Kromen. Estaba muy serio y asentía a todo lo que el hechicero tenía que decir, hasta que llegó a la parte de Wolf Trollheart -¿Wolf Trollheart? Yo pensaba que el traidor era Harold. Wolf Trollheart es un muchacho excelente. Pero ese Harold, siempre está enfadado y parece odiar al maestro Anykiller. Solo una mente criminal como la suya sería capaz de ...-

En ese momento vio como Syl trataba de romper el hilo que les unía la mundo exterior -¡NOOOOOOOOOOOO!, no lo haga srta. Syl, si lo hace estamos perdidos, perdidooos.-