Partida Rol por web

Argorán mira a la humana, aún atada y amordazada.

- No parece que no haya pasado nada - dice Argorán, completamente ausente.

Se espera a que Anykiller le quite la mordaza a Syl. ¿Qué a pasado?¿Te encuentras bien?¿Te han hecho daño? - la interroga, histérico y preocupado. ¿Cómo estás? 

Kronnal estaba afilando su hacha cuando Anykiller lo llamó, parecía que había problemas. Ya habían comentado anteriormente que era posible que algunos bandidos orcos rondaran las proximidades así que salió corriendo con el hacha en la mano preparado para entrar en combate. Cuando llegó, el cuerpo sin vida del asaltante yacía en el suelo con la cabeza abierta y no había rastro de su cerebro.

- Buen trrabajo, profesorr - dijo casi automáticamente, mientras el doctor Zoidberg volvía de nuevo a sus dependencias como si no hubiera ocurrido nada

Todo ocurrió tan rápido que la mayoría de los alumnos ni siquiera habían percibido lo que había pasado. Un intenso olor a orco inundó las fosas nasales de Kronnal y le produjo una sensación de repugnancia. Los orcos eran los enemigos mortales de Kronnal y éste se había pasado la vida peleando contra ellos. Kronnal se acercó al cuerpo para examinarlo.

- Esta sabandija estaba bien arrmada - le dijo a Anykiller mientras señalaba el espadón- es un orrco mercenarrio, segurramente contratado porr las tribus cerrcanas... le han enviado a por la chica.

Anykiller ya sabía que aquel asesino buscaba a la alumna perdida, pero nadie sabía todavía por que razón. Kronnal reflexionó un momento y habló bajo para que el resto no pudiera escuchar lo que le iba a decir a Anykiller (*).

- Te dije que esto ocurrirria, las tribus orrcas están revolucionadas y cada vez se aventurran mas en nuestras tierrras, están tramando algo serrio, lo presiento... creo que es horra de tomarr medidas o entrarran más de estos sin que nos demos cuenta, necesitamos vigilantes y lo sabes. Nosotrros estamos muy ocupados así que dile a los alumnos que tienen que hacerr turrnos de guarrdia, si quierres hazlo como castigo pero nos hace falta... Mientrras tanto investigarré este suceso, por Korrd que esos sucios orrcos pagarrán porr esto

Lo sabía. Si es que era lógico que tuvieran que volver a por mí... ¿Y si me...? ¡Aaaah! ¡Ayudaaaa!- intentaba gritar pero el semiorco me había tapado la boca. Cuando ya estaba dispuesto a llevarme a donde quiera que él fuera, una sombra apareció de la nada y lo impidió. El aspecto de la sombra era infernal, pero no pude observarlo bien, puesto que tenía demasiado miedo. Entonces apareció  AnyKiller, que empezó a pelear contra el semiorco- ¡Ten cuidado! ¡Esa espada es muy grande! Cerré los ojos con miedo, pensando en lo que podría pasarme si en cualquier momento el semiorco decidiera atacarme por los problemas que le estaba causando, pero no sucedió nada de eso, solamente escuché ruidos de un lado a otro, y las voces de la gente que alzaba el tono.

Presté especial atención a la voz de AnyKiller cuando me dijo que ya estaba a salvo. ¿Cómo que estoy a salvo? ¿y si aparecen otros? Porque aparecerán, los dioses tienen que divertirse con alguien...¿Pero qué he hecho yo? ¡Maldita sea! Miré a Anykiller, y notaba como las manos y las piernas me temblaban. Asentí ligeramente a lo que me había dicho, aunque me costara creerlo.

Entonces llegó Argorán y empezó a hablarme. Tardé unos segundos en reaccionar, puesto que estaba analizando la situación: En esos momentos iba tranquilizándome, pero sabía que volvería a estar muerta de miedo en cuanto me quedara sola. Intenta relajarte un poco, mejor que todo parezca normal- E...estoy bien, Argorán, ha sido solo un susto, pero ya pasó- dije con la voz temblorosa- Volví al cuarto después de la cena y me cambié de ropa. Escuché un ruido fuera, pero estoy acostumbrada a esas cosas, por eso de vivir en tribu, siempre hay alguien molestando. Entonces decidí dormirme, y abrí los ojos cuando noté que me tapaban la boca- cerré los ojos con fuerza, notando el miedo de nuevo en el cuerpo-  pero ya ha pasado, ya se encargaron del semiorco, o eso me ha parecido escuchar. Suspiré. Realmente le había tenido que hacer algo malo a los dioses para que se dedicaran a molestarme tanto. Pero bueno...- junté mis manos, temblorosas- mañana será otro día, no os preocupéis- sonreí de manera fingida. Muchas gracias, Anykiller, es la segunda vez que me salvas en el mismo día- no sabía como agradecérselo ahora mismo, pero ya pensaría en algo.

AnyKiller nota cómo Sylvana está aún temblorosa, con el susto en el cuerpo.

- Tranquila, esta noche dormirás en mi habitación. Argorán, haz el favor de acompañarla hasta la habitación del fondo, la que tiene el cartel de "no molestar". Allí estará a salvo. Si no te importa, ¿podrías vigilar la entrada desde fuera esta noche?. Me encargaré de que mañana no tengas que asistir a la clase de Kronnal para que puedas descansar.

Después me dirigí hacia Kronnal para hablar en privado con él, pues me había preocupado lo que comentó.

- A mí me parecía más un bandido que otra cosa... pero esa obsesión por ella es seguro por que alguien buscaba un rehén para coaccionarnos. En cuanto arregle un par de cosas saldré a investigar y, si tengo la ocasión, eliminar al líder... - murmuro lo suficientemente bajo como para que solo Kronnal me escuchara - Antes de irme avisaré a unos colegas que me deben un favor para que vigilen la academia...

Estaba teniendo un extraño sueño sobre un pez parlanchín cuando el ruido de afuera me despierta.  Eso suena a pelea! Me levanto rápidamente ... tan rápido que tropiezo y caigo cuan largo soy sobre el suelo. - AAOUCH! -  Tardo un poco, pero me levanto algo dolorido y abro la puerta. Saco medio cuerpo para observar qué está pasando y veo el cadáver del orco; un poco más allá están mis compañeros de la Academia, al parecer todos bien. Salgo y me acerco un par de pasos.

 -  ¿Qué ha pasado? ¿Necesitáis ayuda?

Profesor, con su permiso me gustaria ayudar a Argoran en su labor de vigilancia al menos la primera mitad de noche. No creo que pase nada pero estas guardias solo han de ser muy tediosas.

- No te preocupes, Cornelius, mi sombra y yo ya nos encargamos de hacerle compañía. Iros a descansar, os hará falta - asegura AnyKiller, totalmente serio.

No necesita a nadie más vigilando y velando por la seguridad de Sylvana. Además, cree que el drow está capacitado por su visión en la oscuridad y su experiencia en la Infraoscuridad. Aparte, su sombra infernal está vigilando los alrededores y él va a hacer lo propio, así que ahora van a estar seguros.

-Por supuesto, cuenta conmigo, AnyKiller - aseguró Argorán

-Muchas gracias por preocuparte, Cornelius -le dice, conmovido por su reacción -de toda manera, he pasado solo el tiempo suficiente para que una noche no se me haga excesivamente larga. Pero gracias, de todos modos. :)

Argorán mira a la habitación que le indicó AnyKiller. Detrás de ti, le dice a Sylvana.

-¿Estás bien? ¿Quiero decir, aparte del susto? -preguntó preocupado, mientras caminaba hacia la puerta.

Agradecí enormemente el poder pasar la noche en otra habitación, como si esta fuera a darme más seguridad. Me alegraba ver que había gente que se preocuparía de que todo estuviera bien,como Argorán, Anykiller o...¿la sombra? ¿Qué clase de cosa era la sombra?

Suspiré. En ese instante deseaba que la noche se acabara cuanto antes, pero sabía que se me iba a hacer eterna, o que tendría pesadillas. Tenía cosas pendientes con los dioses, pero ya me encargaría de ver qué era lo que pasaba.

Me toqué las muñecas, que todavía me molestaban un poco. Ese semiorco era realmente fuerte...- y me estremezco levemente al pensar en él. No te preocupues, Argorán, todo está bien. Muchas gracias por encargarte de la guardia, te la devolveré. Me encaminé para salir de la habitación, intentando relajarme. Nunca se me había dado bien el fingir sentimientos, y no podía aparentar tranquilidad. Vámonos. Avancé unos pasos y vi tirado al semiorco, en el suelo, y no pude evitar el soltar un grito. Miré a otro lado, con miedo. Y luego avancé hacia donde había dicho Anykiller, junto a Argorán- Muchas gracias a todos, en serio.

Argorán miró preocupado, ante la evasiva de Syl, pero optó por no hacer ningún comentario al respecto. Si quiere hablar de ello, ya lo hará. Tranquila, no tienes nada que devolverme, dijo, intentando que la sonrisa no se le torciese demasiado. Fijándose en ella, vio como la angustia le contraía el rostro: ni tampoco tienes nada de que preocuparte. No soy un gran luchador, pero mantendré a raya a todos los orcos que intenten pasar por esa puerta. O, como mínimo, gritaré mucho cuando me maten, para que estés advertida y te de tiempo a escapar, dijo intentando hacer un chiste para quitarle hierro al asunto. Quizás no sea el mejor momento para hacer bromas sobre ello, pensó. Si necesitas cualquier cosa, estaré justo detrás de esta puerta. Argorán intentaba demostrar confianza. Además, no tienes nada de que preocuparte: el gran AnyKiller cuida tus espaldas. ¿No? Cosa que no puede decirse de tus compañeros, pensó Argorán girándose para ver el reducido grupo que se había reunido allí. Esperaba que Kromen hubiese saltado raudo de la cama al oír que las cosas iban con Syl. Pero parecía que sus compañeros tenían un sueño muy profundo. No podré confiar en ellos para que me avisen en caso de problemas, veo.

Buenas noches.

Cornelius volvio a la cama pero le costo mucho dormir. Tenia miedo, aquello que habia visto que hacia el profesor le ponia los pelos de punta. Tuvo pesadillas en las que el profesor le devoraba el cerebro por haber respondido mal a una pregunta.

El grito de Anykiller me desveló, rápidamente me asomé a la ventana. ¿Qué son esas voces? ¿A estas horas? Vi lo que nunca querría ver. Al profesor Zoidberg levantando a un orco con sus tentáculos. Aparté la mirada con cara de repugnancia. Totalmente asqueroso... ¿pero qué hace aquí ese orco? ¿Acaso no sabe quiénes están aquí? Kronnal, Anykiller, Didian... Si yo fuese ese orco me mantendría a raya. Los pensamientos pasaron rápido por su cabeza, justo antes de ver la imagen más horrenda que podría contemplar. Zoidberg introdujo sus apéndices dentro de los orificios nasales del orco y vio como desde ahí sacó su cerebro y se lo metió en la boca. El orco se desplomó y Zoidberg se fue tan campante hacia dentro. Me puse la mano en la boca y corrí rápidamente hacia una zona dónde poder vomitar. ¡Lo sabía, lo sabía! ¡Ese tipo es un monstruo! ¡Mañana mismo hablaré con Anykiller sobre él! No puedo creer que haya... Al recordaro devolví de nuevo y me quedé un par de horas esperando que se pasase mi malestar.

Al salir, notando que todo estaba en calma. Volví a mi habitación. Había comido poco y encima lo había echado gracias a ese ser asqueroso. Me metí en la cama, intentando mantener la mente en blanco para que esas imagenes no volviesen a mi cabeza. Me concentré en dormirme rápido para que el tiempo pasase deprisa y fuese por mañana para desayunar. Realmente había sido una imagen espantosa.

Harold se incorporó de su cama al escuchar el escándalo.

"Genial, más limpieza para el tonto de Harold..."

El gnomo se asoma por la ventana para ver cómo un semiorco salía despedido por la ventana de la habitación de Sylvana, y cómo AnyKiller salío por el mismo llamando a Kronnal.

- Hombre, va a haber diversión... - murmura sonriente esperando a que aparezca su buen amigo, cuendo ve aparecer a Zoidberg y lo que le hace al pobre semiorco, sin inmutarse ni sentir asco alguno, pues Harold ha llegado a ver cosas peores - Genial, mañana las habitaciones van a estar llenas de vómitos... ¡Oye, AnyKiller, no pienso fregar eso, no me pagas lo suficiente!

Dicho esto cierra la ventana de golpe y vuelve a su cama a dormir... y se duerme como si nada hubiese ocurrido

Suspiré unos segundos, mientras escuchaba las palabras de Argorán. Me servían, en parte, para aliviar los nervios, pero la frase en la que nombró su muerte no era la más indicada para la escena. Asentí levemente a lo que dijo, mientras andábamos- Gracias, Argorán, eres un amigo- y le sonreí unos segundos, con sinceridad - Si alguna vez necesitas algo no dudes en contar conmigo- asentí con seguridad.

Avancé hasta la habitación que ponía "no molestar", como había dicho Anykiller. Sabía que esa iba a ser una de las peores noches de mi vida, incluso peor que aquellas en las que Miedo se dedicaba a contar historias de terror al resto, y yo no podía aguantarlas.

Miré a Argorán y le di un rápido abrazo, a modo de darle las gracias- Gracias, de verdad. A ti y a los demás, claro- asentí- Esperemos pasar una noche tranquila- aunque algunos la pasarán mejor que otros...

Abrí la puerta de la habitación y me despedí de los que estaban allí, moviendo la mano lentamente.

Pf... y mañana entrenamiento, yo no puedo dormir...¿y si aparece otro orco y nadie lo ve? Ese logró colarse, ¿quién me dice que no hay más? ¡Aaaah! ¡Tengo miedo!

A la puerta del dormitorio de AnyKiller aguardaba Redrak, quien había escuchado el escándalo y se asomó por el pasillo. Cuando vio a Argorán acompañar a Sylvana, se imaginó que podría haberle pasado algo, sobre todo al verla a ella nerviosa.

- ¿Te encuentras bien, Syl? Si quieres puedo dormir contigo si eso te tranquiliza - comenta el dragón con mirada inocente, acercándose a la joven hechicera y dedicarle unos mimos con su cabeza.

AnyKiller mira al dragón desde su posición.

- Sí, es buena idea. Duerme con ella. No creo que ocurra nada más, pero por si acaso, siempre podrás achicharrar al que entre

Miré a Redrak, que estaba delante de la puerta. Le sonreí con toda la tranquilidad que podía mantener en esos momentos y asentí- Gracias, pequeñajo. Te contaré la historia dentro, ya verás como llevo razón con... ya sabes- le toqué la cabeza.

Me despedí de los demás y me metí en la habitación.

Argorán se estremeció ante la frase de Syl. No quería ofender con su intromisión a la hechicera, pero una señal de alarma martilleaba en su cabeza: algo no encajaba. Con una preocupación que no podía disimular les miró a ambos y dijo en un susurro para no alarmar innecesariamente a los demás:

-No quiero entrometerme, pero si sabéis algo de lo que pasa quizá deberíais hablar con los instructores. Con AnyKiller. O con Kronnal... Kronnal parece la clase de tipo que llegaría al fondo del asunto solo para darle su merecido a quien sea que le haya despertado por la noche. De toda manera, no quiero entrometerme, lo siento si te ha molestado -aseguró.

Los años que pasó en la casa de su familia habían enseñado a Argorán que mantener oculta parte de la información nunca era una buena idea. Y menos, cuando se podían derivar problemas de ello.

-Quiero decir, no es que gane nada con ello. -aclaró rápidamente -Solo lo decía por tu seguridad. Me has caído bien y yo... -titubeó -no quiero que te pase nada. Es solo eso. Pero lo siento, no quería molestarte, ya debes estar bastante agobiada con todo lo que ha pasado. Que descanséis. Aquí estaré por si queréis algo.

- Argorán, olvídalo. Sylvana apenas sabe lo justo, y mejor que siga así - asevera, serio - Ólvidalo, esto es asunto de los instructores y, sobre todo, mío.

AnyKiller se aleja un poco de ellos.

- Vigila la entrada, Argorán. Redrak se encargará de tranquilizarla, es lo que más necesita - mira hacia Sylvana - Si necesitas algo, pídeselo a Argorán. Iré afuera a investigar y vigilar junto a mi sombra

Dicho esto, se aleja de vosotros tres.