Partida Rol por web

Ya quedaba poco para llegar a la base, y todos los que tuvieran una portilla de observación o estuvieran fuera del baneblade pudieron ver como el resto de blindados, cansados de seguir el ritmo de los lentos y pesados tanques de mando pisaron el acelerador y en pocos minutos os adelantaron.

Los tripulantes de esos tanques que os adelantaban, junto con sentinels y vehículos de transporte de tropas os saludaban... algunos agitaban banderas, otros vaciaban el contenido de sus cantimploras sin dejar de gritar como animales

WEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE OEOEOEOEOEOEOOE AUUUUUUUUUUUHHHHHHHHHHHH!

YEEEEEEEEEEEEEEEEEHA!

Y demás gritos se pudieron oír mientras Susi sonreía, Elena reía y Anele se mantenía sería... el familiar de Wolff se mantuvo firme con la mirada fija en su puesto, no quería más collejas ni que el comisario se dirigiera hacía el.

El otro tanque, el del oficial al mando gritó algo al asomarse por la portilla de comandante, al principio no se le oía, pero un repentino giro de viento atrajo su rasgada voz al resto - ¡CABRONEEEEEEEEEEES! - gritaba entre furioso y divertido, era difícil de averiguar con que tono lo decía.

En no más de unos veinte minutos los baneblades, dejados atrás por el resto de transportes llegaron a la base. El complejo era amplió, con hangares y garajes, naves amplias de un par de kilómetros cuadrados, barracones para cerca de diez mil almas.
Los servidores ya guiaban a los conductores de los pesados tanques para que se estacionaran en uno de los hangares dedicados para el equipo especial, mientras que el resto de blindados iba en plazas de garaje externas con techado no muy fuerte que solo servia para proteger de las inclemencias del tiempo y los Soles del planeta. La maniobra, algo pesada y difícil tomó cerca de unos siete minutos, pero en cuanto el bello rugido del motor se paró todo el mundo salio escopeteado de sus tanques dispuestos a darse una buena ducha después de tanto tiempo sin poder hacerlo... el olor a rancio ya se hacía algo insoportable.

Sven se acercó a Wolff - tenéis cuarenta minutos, os quiero guapos y acicalados - para cualquier soldado y oficial la palabra guapo significaba claramente ir en uniforme de gala. El resto del Imperator Furore se largó a paso alegre mientras se escuchaban risotadas por todos lados, esa atmósfera de felicidad de después de haber pasado mucho tiempo lejos de la civilización

Lars, sujetando el cigarillo con los dedos índice y pulgar, hizo un saludo militar más bien laxo en la dirección general de sus superiores, para después saltar desde la oruga al suelo.- Entendido, señor. Como un pincel, señor.  - Produjo un paño de algún lugar ignoto para frotarse la cara, cuyo principal efecto fue el de redistribuir la mugre de su rostro de manera más homogénea, antes de ponerse en ruta hacia los taquilleros y vestuarios.

Así se hará señor respondo a las palabras del comandante saludando y cuadrado más tieso que el cañón principal del Baneblade. Sabía que eso era algo con lo que todos siempre bromeaban. Pero era algo inconsciente y que no podía evitar desde que la época de la Schola ya que mi viejo instructor nos corregía la posición al saludar con su bastón de madera maciza. Y el dolor agudiza la memoria. Después marché a grandes zancadas en dirección a los barracones para prepararme. En este caso no creí necesario decir nada para dar énfasis a las ordenes del comandante, todos estaban tan ansiosos por hacer algo diferente que no tendrían problemas en obedecer las órdenes.

     Delta abandonó el tanque con reticencia. Tenía muchas comprobaciones que hacer, además del mantenimiento después de unas maniobras como aquellas. Cualquier cosa por debajo de la perfección mecánica del vehículo era inaceptable para él. Dejó a su servidor atendiendo a labores rutinarias mientras que él se encaminaba hacia sus dependencias en la base. Solo labores simples, programadas. 

     - Nunca he entendido la necesidad de éstas reuniones informales. Dijo sin mas al comisario mientras caminaba junto a él. - Nos vemos durante todo el día, compartimos espacio en el tanque y estamos acuartelados juntos por si fuera poco, como para poder decirnos lo que sea necesario. Éste empleo del tiempo libre me resulta altamente ineficiente.

Todo esto es ineficiente -refunfuñó Edd, copiando la expresión de Delta, mientras se quitaba los auriculares de radio. Nada que destacar en la radio salvo un accidente aéreo.

Salió del asfixiante tanque y le recibió el más que cálido aire del atardecer. ducha. Ducha. Ducha. necesitaba una ducha, la higiene era algo maravilloso en la vida y a menudo la tropa no lo entendía. También debía pensar en tener algún detalle con su esposa, ¡para que no refunfuñara!

El ejercito el general es altamente ineficiente como todos bien sabemos. Comenté en voz alta mientras guiñaba un ojo al comisario para que supiera por donde iban los tiros de mi afirmación. ¿Como si no estaríamos de maniobras? Un ejército eficiente nos habría puesto ya sobre el terreno... !Dando guerra y barriendo a los enemigos del trono!. Bravuconerías a parte, era cierto que esperaba con ganas un destino de acción, donde se pudiera demostrar una vez más el valor de la unidad, y la calidad de los hombres presentes. Bueno caballeros. Ordenes son ordenes. Todos como un pincel. Había que disfrutar de todas las situaciones, y eso incluía claramente aquellas en las que había que calzarse el uniforme de gala. Era un conjunto bastante eficaz a la hora de llevarse bajo el brazo a unas buenas chavalas con las que pasar la noche tras las copas.

Delta, el rendimiento no se mide por la cantidad de tiempo que se trabaja sino por el resultado y la calidad del trabajo. E incluso las más poderosas y sagradas máquinas necesitan un ligero descanso cada cierto tiempo para que el estrés no cause desperfectos.

Por desgracia el cuerpo humano no es tan preciso y poderoso como los artefactos construidos por el dios máquina y necesita de descanso con mayor frecuencia. Y no solo el cuerpo, la mente también necesita desconectar de sus tareas habituales. Por eso no has ordenado eso el capitán, quiere que estemos despejados y descansados para que en el momento en el que tengamos que entrar en acción podamos rendir al cien por cien de nuestras capacidades respondo al comentario de Delta en tono amable para intentar tranquilizar al tecnosacerdote por no decir que una dotación de tanques que no sale de su vehículo ni para mear durante varias semanas es una bomba de relojería a punto de estallar y que seguramente acabaría con la mitad de ellos en celdas de aislamiento...

Pese a que no era más que una bravuconada el capitán tenía parte de razón. Las épocas de inactividad de la tropa eran las épocas de más actividad para los comisarios. Encerrados en bunkeres y sin ordenes los soldados tendían a descargar su frustración entre ellos o con los regimientos vecinos. Por el momento el “Armored Penguins” no estaba teniendo problemas de este tipo, al fin y al cabo las maniobras servían para soltar algo de estrés, pero no sabía por cuanto tiempo serviría ese placebo tranquilo capitán, es bien sabido que el Emperador siempre provee.

A mi entender el ejército del Imperio es una máquina mal engrasada, que funciona a ratos, cuando funciona, en la que la corrupción, el chanchulleo y la desidia campa a sus anchas. Pero es lo que hay.

El Storm Trooper se bajó del condenado Beneblade con cierto alivio, ya llevaban incontables horas en su interior y tocaba darse una buena ducha y cambiarse de ropa.

- Eh Lars, no te olvides de poner unos tronos en el parkímetro, no vaya a venir la policía militar y nos multe ja ja ja-

le dijo Artyom a su compañero.

Acto seguido se encaminó a los barracones donde se hospedaban para adecentarse antes de ir a la cantina.

Seguro que me pondrían la multa a mí. -Se quejó el ratling- Bien, es hora de una ducha y un uniforme limpio; sin duda lo mejor del día. Despúes una o dos cervezas y una charla agradable, nada más...

...Lastrati, aguja principal, sección este, Superficie, M41, día 76, mes 15. Hora local: 36 horas 50 minutos

Un transporte tomó tierra entre vapores grises y un siseo de perdida de potencia. Una trampilla bajó pesada y numerosas botas de un metal negro empezaron a resonar con presteza ante la rápida bajada de todos aquellos xenos... armaduras negras con brillos rojizos, yelmos blanquecinos emulando calaveras y al final el líder de aquella partida de caza, un eldar oscuro, alto, esbelto, con una armadura ilustrada y una yelmo alto... bajaba con pasos estudiados y lentos, deliberados mientras la capa roja con un el aguijón se movía al compás de los gases expulsados por las toberas de la nave de transporte.

Aquel líder tenía un par de esclavas, una eldar y otra tau que las arrastraba con una cadena atada a sus finos y delicados cuellos... el xeno disfrutaba con ello y disfrutó todavía más cuando sus escoltas le trajeron un par de presas, un niño, su madre y un soldado de defensa del planeta. Todos asustados, aunque el hombre, su miedo lo reflejaba con una postura valiente o estúpida según se viera. Retó abiertamente al eldar oscuro y este, divertido aceptó aquel reto lanzado por ese patético humano a sus ojos.

El líder se quedó quieto, y el hombre recibió una espada humana, no era un arma especialmente buena, pero el humano, estúpido creyó que podría intentar algo... la pelea empezó, el soldado lanzaba torpes estocadas que eran esquivadas con suma gracilidad y facilidad a la vez que soltaba una ligera risotada - Maradag shealma - dijo a sus escoltas, los cuales le rieron el comentario, cosa que hizo enrabietar más al humano que cargó con fuerza, pero donde había cargado solo había una sombra y el eldar estaba detrás de él. Le agarró por el cuello y le empujó con fuerza, más de la esperada y se vio arrastrado varios metros sobre el acerado suelo.

Aquel hombre se levantó, iracundo y saltó de nuevo hacía el eldar, pero esta vez no quiso esquivar, la espada iba directa hacía su abdomen, se creía, iluso, que podría vencer al xeno, pero justo cuando parecía dar la estocada un campo de fuerza impidió que el ataque se produjera y dejó al soldado con cara de bobo mirando desde abajo al alto eldar oscuro - Patético - dijo con voz gutural en bajo gótico y empezó a cantar divertido...

Mis víctimas son ricas o pobres, jóvenes o viejas, fuertes o débiles
Me causan millones de accidentes, no tengo cáncer en los huesos
I el padre de la mentira, toque lo que usted dice. no hablan la verdad
Soy insidioso, imparcial, profundo dentro de los cromosomas
Tomo lo que amas, y te dejan en lágrimas
Yo encarcelar a tu alma, tus esperanzas son mis juegos
Me tira usted de orgullo, mi promesa es en vano
Mientras que usted se quema en la hoguera yo bailo con las llamas
Puedo traer a la pobreza, la enfermedad y la muerte
Un apretón de manos sin valor, el más hábil ladrón, robar su riqueza
De responder a su oración por la avaricia y la lujuria
Más que mal, yo me río de su confianza
Yo soy más poderoso que todos los ejércitos del mundo
Soy más violenta que la violencia, más mortal que la muerte
He destruido a más hombres que todas las guerras de la nación
Soy implacable, impredecible, a la espera de su último aliento
Mal, más mal que la violencia
Violento, más violento que la muerte
mortal, más mortal que el hombre
Soy, sí, sí, soy malo soy
Mi reino corrupto con la disidencia
Tus pecados por mi intención entrar en erupción
Detesto su oración, se revuelcan en el pecado
Vamos a empezar la pesadilla
Príncipe de las Tinieblas, su alteza satánica
Príncipe de las Tinieblas la serpiente diabólica
El temido Lucifer
Príncipe de las tinieblas
Tomo lo que amas, y te dejan en lágrimas
Yo encarcelar a tu alma, tus esperanzas son mis juegos
Me tira usted de orgullo, mi promesa es en vano
Mientras que usted se quema en la hoguera yo bailo con las llamas
Príncipe de las Tinieblas, su alteza endemoniada
Príncipe de las Tinieblas, el ángel más hermoso
Príncipe de las Tinieblas, la serpiente diabólica
El temido Rsah Hengar
Príncipe de las Tinieblas, impredecible, el Príncipe de las Tinieblas
Príncipe de las tinieblas

Una canción de muerte que dejó sin palabras al humano que ya estaba muerto sin saberlo... el cuello le colgaba en un ángulo imposible y la mujer gritaba de miedo...  - La humana llevadla a mi nave, al niño matadlo delante de ella - dijo inmisericorde y en gótico para que pudieran entenderlo

¡Oh, el Emperador provee, muchachos! El agua caliente y el jabón es una prueba de sus muchos dones.

El ratling presentaba un aspecto inmejorable y tras vestirse con su diminuto uniforme tenía un aspecto que le henchía de orgullo y satisfacción. Botones inmaculados, botas relucientes, uniforme planchado, medallas relucientes, galones inexistentes. Todo estaba como tenía que estar.

¡Hace una noche preciosa! -gritó en voz alta.

Ya verás como viene alguien y nos la jode.

     Órdenes eran órdenes. Aunque con reticencia, Delta comenzó la labor de acicalarse para el irrelevante evento. Lavó con cuidado su cuerpo orgánico con agua y jabón, teniendo la precaución de no mojar su componente mecánico sin necesidad. Tras ello comenzó la tarea de limpiar, pulir y aplicar ungüentos engrasantes a su sistema de engranajes y superficies expuestas de su cuerpo metálico. Culminó la operación poniéndose una túnica limpia con el color rojo intenso de su orden. Una vez completada la rutina de aseo, salió de los barracones para reunirse con el resto de la dotación del Ave Indómita. Prometía ser una noche larga e improductiva...

Pasó el tiempo estimado por el Comandante en jefe y todos estaban listos. Los tripulantes del Imperator  Furore estaban bien uniformados, con sus medallas, sus pistolas láser reglamentarias. El uniforme de color negro donde los galones, el bordado y los cordeles eran de color rojo sangre oscuro, como la sangre seca o coagulada.

Sven había destacado dos chimeras, uno para cada tripulación, y vehículos que cada conductor debería conducir, no había chofer ni tripulación adjunta a los mismos. Los viejos transportes eran funcionales, pero se veía el signo del paso del tiempo y de las batallas impreso en el blindaje, abolladuras, marcas de impactos de balas o de armas de mayor calibre. La pintura estaba desconchada en muchas zonas, sobre todo en donde las orugas mueven y provocan que las piedras golpeen el blindado, pero ahí estaban, listos para el servicio y llevar a sendas tripulaciones directas a un garito donde descansar.

El tugurio que había sugerido Till estaba ubicado en la aguja central; la gran ciudad, estaba compuesta por cinco agujas, cuatro formando un rombo y la quinta y principal en el centro de aquel rombo. La distancia entre agujas era de unos quinientos metros, en lo referente al acceso a los suburbios más exteriores, entre torre y torre, estrictamente hablando había un kilometro.
Desde la base militar donde alojaban los cuerpos militares que pasaban de vez en cuando había que recorrer cerca de un kilometro y medio hasta entrar en los complejos residenciales más exteriores, con lo que los chimeras tendrían que recorrer un total de dos kilómetros y medio.

Inviertieron no más de diez minutos en llegar con los veloces chimeras, nada que ver con los baneblades, lentos y seguros. El erial que tuvieron que ver los guardias ya no estaba presente y acababa de ser sustituido por una amplia autopista surcada por todos lados por miles de casas y edificios de menor tamaño, pero que conforme se llegaba a la aguja se iban fusionando con una gargantuesca estructura que superaba el kilometro de altura, dejando de verse factorías pequeñas, plantas de procesamiento de alimentos y pequeños edificios, ahora solo era un amasijo de hierros fusiforme... Hubo un momento en el los que estuvieran asomados por algún ventanuco o por la escotilla pudieron ver como un mar de transportes pesados se iban desplazando por escuadrones por toda la zona residencial, no parecía algo habitual, pero si que no quisisteis estar en el pellejo de los pobres encargados de control de vuelo para poder conducir semejante tráfico aéreo.

El transporte fue ascendiendo hacía el nivel nº treinta, donde estaba el bar. Aparcaron en el lugar de estacionamiento indicado para vehículos terrestres y el grupo tuvo que andar durante varios tramos de escaleras hasta llegar. Till guiaba a todos, dando largas zancadas alegres y deseando jugar a algo y tomar algo fuerte de alcohol.

Desde fuera ya se oía la música, estridente y ruidosa, pero eso no echó a nadie hacía atrás. El dueño del local os dio una cálida bienvenida y os condujo hacía la zona vip, donde se escuchaba la música pero se podía hablar. Aquella sala daba cabida para todos y además tenía una amplía balconada que daba al exterior, cosa que hacía valer el precio de aquel lugar, ¿Como lo había conseguido Till? Seguramente nunca se sepa, pero esa estancia valía su peso en tronos. El techo del balcón estaba cubierto por una amplia vidriera con trozos de cristal de diferentes colores, dando al lugar un aspecto casi carnavalesco.

Mira, este hombre si que sabe tratar a una dama, que pedazo de sitio - comentaba Susi con el rostro iluminado por una bella sonrisa e ilusionada por las vistas y el lugar en el que estaban. Se había pedido una copa de vino especiado, uno añejo - Creo que me equivoqué al casarme - le dijo con malicia a las mellizas que estaban junto a ella

No digas eso mujer - le respondió katrine, la doctora, que se había acercado al grupo mientras picaba unas uvas deshidratadas - ¿y perderte la gran vida de torturar a un hombre de manera legal? No seas boba - todas estallaron en risas ante el comentario.

Till se sentó al lado de Lars con una baraja de cartas y miró a los que estuvieran cerca - Bien, quien se atreve a jugar ¿Eh? Que nos apostamos, la paga de una semana ¿Os parece? - estaba bien seguro de su suerte aquel día y quería ponerla a prueba cuanto antes.

Sven bebía tranquilo en un amplio sillón de piel, observando con un ligero esbozo de sonrisa en su rostro. Parecía el abuelo de aquella panda ruidosa que reía divertida, se lanzaban pullas y descansaban.

Aislado, miraba por el balcón... aquel inexpresivo storm trooper parecía algo agitado, daba la imagen de un sabueso olisqueando el aire, como oliendo una presa en las cercanías... era el único que llevaba un arma más aparte de la pistola, aquel puñal curvo que llevaba siempre consigo.

Yo también me equivoqué al casarme.

No lo dijo, por supuesto, su cara le gustaba rosada, no morada con cinco marcas. Susi, ¡ay, Susi! Qué problemas daba el matrimonio, más cuando quieres a la pareja. Maldita arpía. Decidió ignorar las cartas, por lo que su mujer podría decir, se limitaría a mirar.

Dos cervezas.

Observó el lugar, con tristeza. El viaje había trasncurrido por una ciudad colmena, Edd había visto muchas; pero la decoración y lujo de aquel bar (nada de garitos, como habían dicho los compañeros) le dejaba anonadado. Él nunca podría pagar una reserva en un lugar como ese. No desde que el comisario había quedado asignado a su blindado. ¡Adiós contrabando, adiós! Se acercó al comisario Hark, llevaba dos jarras de cerveza y un paquete de lho le ofreció una jarra y luego, dubitativo, la varilla de lho.

No sé -dijo, tímido- si fuma, pero sé que usted bebe*

Bruul se integró con los demás camino del garito. Sentía la música en su gran pecho y la excitación iba creciendo: alcohol, diversión y lo que llegara. Nada más llegar se desabrochó el cuello de la guerrera porque a pesar de llevar la talla mas grande el uniforme le quedaba apretado y se sentía un poco incómodo con tanta formalidad.

La sala reservada no era precisamente lo que él hubiera deseado pues pensaba en el bullicio y el jaleo pero tenía la ventaja de que les atenderían mejor y en ningún momento les faltaría bebida. Cuando los demás empezaron con las cervezas y demás feminidades. él se acercó al camarero y pidió dos jarras lo más grande que hubiera de amasec o lo que tuvieran fuerte allí.

Cuando las trajeron se acercó a Artyom: colega, brindemos por nosotros ahora que todavía podemos jajajajaja